Despierta de Anthony de Mello

Rosa (Editora)

Anthony de Mello¿QUE LE PREOCUPA?

La vida es un banquete. Y lo trágico es que la mayoría de las personas se están muriendo de hambre. Realmente de eso es de lo que estoy hablando. Hay una bonita historia sobre unas personas que se hallaban en una balsa a cierta distancia de la costa de Brasil, y se estaban muriendo de sed. No sabían que el agua en la que estaban flotando era dulce. el río entraba en el mar con tanta fuerza que penetraba en él más de tres kilómetros, de modo que tenían agua dulce allí mismo. Pero no lo sabían. De la misma manera, estamos rodeados de alegría, felicidad, de amor. La mayoría de los seres humanos no lo saben. La razón:  les  lavaron  el  cerebro.  La razón:  están hipnotizados,  están

dormidos. Imagínense un mago que hipnotiza a alguien de manera que la persona ve lo no que está ahí y no ve lo que está ahí. De eso se trata.  Arrepiéntanse  y  acepten  la  buena  nueva.  ¡Arrepiéntanse!

¡Despierten! No lloren por sus pecados. ¿Por qué llorar  por pecados que cometieron cuando estaban dormidos? ¿van a llorar por lo que hicieron en estado hipnótico? ¿Por qué quieren ser como una persona hipnotizada? ¡Despierten! ¡Despierten! ¡Arrepiéntanse! ¡Tengan una mente nueva! ¡Adopten una nueva manera de ver las cosas! porque «¡El reino está aquí!» Son pocos los cristianos que toman eso en serio. Ya les dije a ustedes que lo primero que necesitan hacer es despertar, reconocer el hecho de que no les gusta que los despierten. Les gustaría más tener todas las cosas que en su estado hipnótico, les hicieron creer que eran tan preciosas y tan importantes para usted, y para su vida y su supervivencia. Además, comprendan. Comprendan que tal vez tienen ideas equivocadas, y que son estas ideas las que están influyendo en su vida y convirtiéndola en el desastre que es y manteniéndolos dormidos. Ideas sobre el amor, ideas sobre la libertad, ideas sobre la felicidad, y otras ideas. Y no es fácil escuchar a alguien que cuestiona esas ideas que son tan preciosas para ustedes.

Se han hecho estudios interesantes sobre el lavado de cerebro. Se ha revelado que le lavaron el cerebro a alguien cuando adopta o «introyecta» una idea que no es suya, que es de otro. Y lo increíble es que  esa  persona  estaría  dispuesta  a  morir  por  esa  idea.  ¿No  es extraño?.  La primera  prueba de  que  a una persona le  lavaron  el cerebro e introyectó convicciones y creencias tiene lugar cuando se atacan esas convicciones y creencias, se siente aturdida, reacciona emocionalmente, Esa es una buena señal,  – no infalible, pero si una buena señal – de que se trata de lavado de cerebro. La persona está dispuesta a morir por una idea que no fue suya. Los terroristas o los santos (así llamados) aceptan una idea, la tragan entera y están dispuestos a morir por ella. no es fácil escuchar, especialmente cuando uno se pone emocional con respecto a una idea. Y aunque no se ponga emocional, no le es fácil escuchar; siempre escucha de acuerdo a con su programación, con sus condicionamientos, con su estado hipnótico. con frecuencia interpreta todo lo que se dice en función de su estado hipnótico, o de su condicionamiento, o de su programación. Como esta joven que está escuchando una conferencia sobre agricultura y dice:

«Excúseme señor, estoy completamente de acuerdo con usted con que el mejor abono es el abono de caballo maduro. ¿Nos podría decir, que edad debe tener el caballo?» ¿Ven en función de qué habla ella? todos tenemos nuestras opiniones, ¿no es verdad? Y escuchamos en función de esas opiniones. «Enrique, ¡Cómo has cambiado! Eras alto y ahora eres tan bajo. Eras fornido y ahora eres delgado. Eras rubio y ahora eres tan moreno. ¿que te pasó Enrique? Enrique dice: «Yo no soy Enrique, soy Juan». «Ah, ¡Cambiaste hasta de nombre!» ¿Cómo hacer que personas así escuchen?

Lo más difícil en el mundo es escuchar, es ver. No queremos ver.

¿Creen ustedes que un capitalista quiere ver lo que hay de bueno en el sistema comunista? ¿Creen ustedes que un comunista quiere ver lo que hay de bueno y saludable en el sistema capitalista? ¿Creen ustedes que un rico quiere mirar a los pobres? No queremos mirar, porque si lo hacemos, podemos cambiar. No queremos mirar. Si uno mira pierde el control de la vida que tiene tan precariamente armada. y por eso para poder despertar, lo que más necesita uno no es energía, ni fuerza, ni juventud, ni siquiera una gran inteligencia lo que necesita por encima de todo es estar dispuesto a aprender algo nuevo. Las posibilidades de despertar están en proporción directa a la cantidad de verdad que uno puede aceptar sin huir. ¿Cuánta verdad están dispuestos a aceptar? De todas las cosas que aman, ¿cuántas están dispuestas a ver destruidas, sin huir? ¿cuán dispuestos están a pensar en algo que no les sea familiar?

La primera reacción es el temor. No es que temamos lo desconocido. Uno no puede temer lo que no conoce. nadie teme lo desconocido. Lo que uno realmente teme, es la pérdida de lo conocido. Eso es lo que teme.

A manera de ejemplo, dije que todo lo que hacemos está tocado de egoísmo.   No   es   fácil  oír   eso.   Pero   piensen   por  un  minuto, Profundicemos un poco más en eso: Si todo lo que ustedes hacen proviene del egoísmo – ilustrado o no- ¿cómo los hace sentir eso a ustedes con respecto a su caridad y a todas sus obras buenas? ¿Qué les pasa a ellas? He aquí un pequeño ejercicio: Piensen en todas las buenas obras que han hecho o en algunas de ellas (porque sólo les voy a  dar  unos  pocos  segundos).  Ahora  comprendan  que  realmente

surgieron del egoísmo supiéranlo ustedes o no. ¿Qué le pasa a su orgullo? ¿Qué le pasa a su vanidad? ¿Qué le pasa a esos agradables sentimientos suyos, a esa palmadita de felicitación en la espalda cada vez  que  hizo  algo  que  lo  hacía sentir  tan caritativo? Todo  queda aplastado, ¿no es así? ¿Qué le pasa a ese sentimiento de superioridad frente a su vecino a quien usted consideraba tan egoísta? Todo cambia.

¿no es verdad? «Bueno», dirá usted, «mi vecino tiene gustos menos refinados que los míos».

Usted es una persona peligrosa, realmente lo es. Parece que Jesucristo tuvo menos problemas con otra clase de personas que con la clase de usted. Muchos menos problemas. Él tuvo problemas con personas que realmente estaban convencidas de que eran buenas. Las personas de otra clase parece que no le crearon muchos problemas, las que eran abiertamente egoístas y  lo sabían. ¿Pueden ver ustedes cuán liberador es eso? ¡Vamos, Despierten! Eso es liberador. ¡Es maravilloso! ¿Está usted deprimido? Tal vez lo esté. ¿No es maravilloso darse cuenta que usted no es mejor que nadie en el mundo? ¿No es maravilloso? ¿Está desilusionado? ¡Mire, lo hemos sacado a la luz! ¿Qué le pasa a su vanidad? A usted le gustaría sentir que es mejor que otros. Pero mire cómo hemos sacado a la luz esa falacia.

BUENO, MALO, O AFORTUNADO

En mi opinión el egoísmo parece provenir de un instinto de conservación, el  primero  y el más profundo de nuestros instintos.

¿Cómo podemos optar por el desinterés? Sería casi como optar por la inexistencia. en mi opinión, podría parecer lo mismo que no existir. como quiera que sea, lo que estoy diciendo es: no se sienta mal por ser egoísta; todos somos iguales. Una vez alguien dijo algo terriblemente hermoso sobre Jesús: quien lo dijo, ni siquiera era cristiano: «Lo más hermoso acerca de Jesús es que estaba a gusto con los pecadores, porque comprendía que no era mejor que ellos». Somos distintos a los demás – por ejemplo, de los criminales- sólo en lo que hacemos o no hacemos, no en lo que somos. La única diferencia entre Jesús y los demás era que él estaba despierto y ellos no. Mire a las personas que se ganan la lotería. ¿Dicen: «Me siento orgulloso de aceptar este premio, no para mí, sino para mi nación y mi sociedad»?

¿Hay alguien que diga eso cuando se gana una lotería? No porque fueron afortunados, afortunados. De modo que se ganaron la lotería, el primer premio. ¿Eso puede ser motivo de orgullo de algún modo?

De la misma manera, si usted logra despertar, lo haría en su propio interés, y sería afortunado. ¿Quiere gloriarse de eso? ¿De qué se puede gloriar? ¿No puede darse cuenta de lo absolutamente estúpido que es vanagloriarse de sus buenas obras? El fariseo no era un hombre malo, era estúpido. No se detenía a pensar. Alguien dijo cierta vez: «No me atrevo a detenerme   a pensar, porque si lo hiciera, no sabría cómo volver a empezar».

NUESTRAS ILUSIONES RESPECTO DE LOS DEMAS

De manera que si usted se detiene a pensar, verá que, al fin y al cabo, uno no tiene por qué estar orgulloso de nada. ¿Qué le hace esto a su relación con la gente? ¿De qué se queja? Un joven vino a quejarse de que su novia lo había desilusionado, que lo había traicionado. ¿De qué se queja? ¿Esperaba algo mejor? Espere lo peor. Usted está tratando con gente egoísta. Usted es el idiota; usted la glorificó, ¿no es así? Usted pensó que ella era una princesa, que la gente era buena. ¡No, no es! No es buena. Es tan mala como usted; mala ¿me entiende? Está dormida,  lo  mismo  que  usted.  ¿Y  qué  cree  usted  que  la  gente pretende? Satisfacer su propio interés, lo mismo que usted. No hay ninguna diferencia. ¿Puede usted imaginarse como es de liberador saber que usted nunca volverá a desilusionarse, nunca volverá a decepcionarse? Nunca volverá a sentirse traicionado. Nunca se sentirá rechazado. ¿Quiere despertar? ¿Quiere la felicidad? ¿Quiere la libertad? Aquí está: Renuncie a sus falsas ideas. Mire a través de la gente. Si mira a través de usted mismo, mirará a través de todos los demás. Entonces los amará. Si no es así, estará todo el tiempo luchando con sus  ideas  equivocadas  que  usted  tiene  acerca  de  ellos,  con  sus ilusiones que constantemente se estrellan contra la realidad.

Tal vez es demasiado alarmante para muchos de ustedes entender que se puede esperar de todos los seres humanos – excepto los pocos que han despertado- sean egoístas y busquen su propio interés, bien sea en forma ruda o en forma refinada. Esto los lleva a ver que no hay por

que desilusionarse de nada, no hay por que decepcionarse de nada. Si hubieran estado todo el tiempo en contacto con la realidad, no se habrían decepcionado. Pero decidieron pintar a la gente de colores brillantes; decidieron no mirar a través de los seres humanos, porque decidieron no mirar a través de ustedes mismos. Entonces ahora pagan el precio.

Antes de discutir esto, les contaré una historia. Una vez alguien preguntó: ¿Cómo es la iluminación? ¿Cómo es el despertar? «Es como el vagabundo de Londres que se estaba acomodando para pasar la noche. A duras penas había conseguido un pedazo de pan para comer. Entonces llegó a un malecón, junto al río Támesis. Estaba lloviznando, y se envolvió en su viejo abrigo. Ya iba a dormirse cuando de repente se acercó un Rolls Royce manejado por un conductor. Una hermosa joven descendió del automóvil y le dijo:

– Mi pobre hombre, ¿va a pasar la noche en este malecón?

– Sí – le contestó el vagabundo.

– No lo permitiré – le dijo ella- Usted se viene conmigo a mi casa y va a pasar la noche cómodamente y a tomar una buena cena.

La joven insistió en que subiera al automóvil. Bien, salieron de Londres, y llegaron a un lugar en donde ella tenía una gran mansión con amplios jardines. Los recibió el mayordomo, a quien la joven le dijo: » Jaime, cerciórese de que a este hombre lo lleven a las habitaciones de los sirvientes y lo traten bien». Y Jaime obró como le dijo. La joven se había desvestido y estaba a punto de acostarse cuando recordó a su huésped. Entonces se puso algo encima y fue hasta las habitaciones de los sirvientes. Vio una rendija de luz en la habitación en la que acomodaron al vagabundo, llamó suavemente a la puerta, la abrió, y encontró al hombre despierto. Le dijo:

-¿Que sucede, buen hombre, no le dieron una buena cena?

– Nunca había comido tan bien en mi vida, contestó el vagabundo.

-¿Está usted bien caliente?

– Sí, la cama es hermosa y está tibia.

– Tal vez usted necesita compañía – le dice ella- córrase un poquito. Se le acercó, y él se corrió, y cayó directo al Támesis.

¡Ja! ¡Ésa no la esperaban! ¡Iluminación! ¡Iluminación! ¿Despierten! Cuando  estén  dispuestos  a  cambiar  sus  ilusiones  por  la  realidad,

cuando estén dispuestos a cambiar sus sueños por hechos, entonces encontrarán todo. Así es como finalmente la vida tiene sentido. La vida se vuelve hermosa.

Hay una historia sobre Ramírez. Él es viejo, y vive en su castillo en la colina. Mira por la ventana (está en cama y paralítico) y ve a su enemigo. A pesar de ser viejo, su enemigo está subiendo por la colina, apoyado en un bastón, despacio, con dificultad. Tarda alrededor de dos horas y media en subir la colina. Ramírez no puede hacer nada porque los sirvientes tienen el día libre. Entonces su enemigo abre la puerta, entra en la habitación, mete la mano bajo la capa, y saca una pistola. Dice:

– Ramírez, ¡por fin vamos a ajustar cuentas!.

Ramírez prueba la mejor manera de disuadirlo. Le dice:

– Vamos, Borgia, usted no puede hacer eso. Usted sabe que ya no soy el hombre que lo maltrató cuando usted era joven hace años, usted ya no es ese joven, ¡Piénselo!

–  Ah,  no  –  le  contesta su  enemigo  –  Sus dulces  palabras no  me impedirán  cumplir  con  esta  divina  misión.  Lo  que  yo  quiero  es vengarme y usted no puede hacer nada para impedirlo.

-¡Sí puedo hacer algo! – le asegura Ramírez

-¿Qué? – le pregunta su enemigo

– Puedo despertar.

Y, en efecto, ¡despertó!.

Así es la iluminación. Cuando alguien le dice: «No hay nada que pueda hacer», usted dice: «Sí yo puedo hacer algo: ¡puedo despertar!» De repente la vida ya no es una pesadilla. ¡Despierten!

Alguien vino a preguntarme algo. ¿Qué creen que fue? Me dijo: ¿Usted recibió la iluminación? ¿Qué creen que le respondí? ¡No importa!

¿Quieren una respuesta mejor? Mi respuesta sería: «¿Cómo podría yo saberlo? ¿Cómo podría saberlo usted? ¿Qué importa? ¿Quieren saber una cosa? Si ustedes desean algo demasiado, están metidos en un gran problema. ¿Quieren saber otra cosa? Si yo hubiera obtenido la iluminación  y  ustedes  me  escucharan  por  ello,  entonces  estarían metidos en un gran problema. ¿Están dispuestos a que alguien que ha obtenido la iluminación les lave el cerebro? ¡Cualquiera puede lavarles el  cerebro!  ¿Qué importa que  alguien haya o  no  haya logrado  el despertar? Pero vean: Queremos apoyarnos en alguien que nosotros

creemos que ha llegado a la meta. Nos encanta oír que la gente llegó a la meta. Eso nos da esperanza ¿No es verdad? ¿Qué es lo que quieren esperar? ¿No es eso otra forma de deseo?

Ustedes quieren esperar algo mejor que lo que tienen ahora ¿no es así? Si no fuera así, no estarían esperando. Pero entonces olvidan que ustedes lo tienen todo ahora mismo, y no lo saben. ¿Por qué no concentrarse en el presente, en lugar de esperar algo mejor en el futuro? ¿Por qué no comprender el presente en lugar de olvidarlo y esperar del futuro? ¿No es el futuro, sencillamente otra trampa?

LA AUTOOBSERVACION

La única forma en que alguien puede ayudarle es cuestionando sus ideas. Si usted está dispuesto a escuchar, si está dispuesto a ser cuestionado, puede hacer algo, pero nadie puede ayudarle. ¿Qué es lo más importante de todo? Es la autoobservación Nadie puede ayudarle en eso. Nadie puede darle un método. Nadie puede indicarle una técnica. En el momento que usted adquiera una técnica, vuelve a quedar programado. Pero la autoobservación – observarse a sí mismo – es importante. No es lo mismo que estar absorto en sí mismo. Estar absorto  en sí mismo  es estar preocupado por sí mismo, es estar interesado en sí mismo, estar inquieto acerca de sí mismo.  estoy hablando acerca de la autoobservación. ¿Qué es eso? Significa observarlo todo en usted mismo y alrededor de usted tanto como sea posible, y observando como si le estuviera sucediendo a otra persona.

¿Qué significa esa última frase? Significa que no personalice lo que está sucediendo. Significa que mire las cosas como si no tuvieran nada que ver con ellas.

La razón porque usted sufre con su depresión y sus ansiedades es porque se identifica con ellas. Usted dice: «Estoy deprimido». Pero eso es falso. Usted no está deprimido. Si quiere ser preciso, debería decir: «Ahora estoy experimentando una depresión». Pero no decir: «Estoy deprimido». Usted no es su depresión. Eso no es sino un extraño truco de la mente, un extraño tipo de ilusión. Usted se engaña a sí mismo , y piensa – aunque no tiene consciencia de ello – que usted es su depresión, que usted es su ansiedad, que usted es su alegría o las

emociones que tiene. «¡yo soy feliz!» Ciertamente usted no es feliz. La felicidad puede estar en usted ahora mismo, pero espere un poco, y eso cambiará; no durará: nunca dura; cambia continuamente: cambia siempre. Las nubes van y vienen: unas son negras y otras son blancas, unas grandes y otras pequeñas. Si queremos seguir con la analogía, usted sería el cielo, y está observando las nubes. Usted es un observador pasivo, desprendido. Eso es sorprendente, especialmente para  un  occidental.  Usted  no  está  interfiriendo.  No  interfiera.  No «arregle nada». ¡Observe!

El problema con la gente es que se mantiene ocupada arreglando cosas que ni siquiera comprende. Siempre estamos arreglando cosas, ¿no es así? Nunca caemos en la cuenta que no es necesario arreglar las cosas. Realmente, no lo es. Esta es la gran iluminación. Es necesario comprenderlas. Si usted las comprendiera, ellas cambiarán.

CONSCIENCIA SIN EVALUARLO TODO

¿Usted quiere cambiar el mundo? ¿Qué tal empezar por usted mismo?

¿Qué tal transformarse usted primero? Pero ¿Cómo se logra eso? Por medio   de  la  observación.  Por   medio  de  la  comprensión.   sin interferencia o juicio de usted. Porque usted no puede comprender lo que juzga.

Cuando  dice  de  alguien:  «Es  comunista»,  se  interrumpe  en  ese momento la comprensión. Usted le puso a esa persona un rótulo. «Ella es capitalista». En ese momento se detiene la comprensión. Le puso un rótulo, y si ese rótulo lleva ecos de aprobación o desaprobación, ¡tanto peor! ¿Como va a comprender lo que aprueba, o lo que desaprueba? todo esto que digo suena como a un mundo nuevo, ¿no es así? ningún juicio, ningún comentario, ninguna actitud: simplemente observar, estudiar, mirar, sin el deseo de cambiar lo que es. Porque si usted desea cambiar lo que es por lo que cree que debe ser,  deja de comprender. Un entrenador de perros trata de comprender a un perro de manera que pueda entrenarlo para realizar ciertos trucos. Un científico observa el comportamiento de las hormigas sin ningún otro fin distinto de estudiar las hormigas, de aprender lo más posible sobre ellas.  No  tiene  ningún  otro  propósito.  No  intenta  entrenarlas  o

conseguir algo de ellas. Le interesan las hormigas, quiere aprender todo lo que sea posible sobre ellas. Ésa es su actitud. El día que ustedes  logren  una  actitud como  esa,  experimentarán  un  milagro. Cambiarán, sin esfuerzo, correctamente. El cambio ocurrirá, no tendrán que lograrlo. Cuando la vida de la consciencia llegue a la oscuridad de ustedes, desaparecerá todo lo malo. Lo bueno se cultivará. Tienen que experimentar eso ustedes mismos.

Pero para esto se requiere una mente disciplinada. Y cuando digo disciplinada, no me refiero al esfuerzo. Estoy hablando de otra cosa.

¿Alguna vez han estudiado a un atleta? Toda su vida son los deportes, pero qué vida tan disciplinada la que lleva. Y miren un río que se dirige al mar: él crea el cauce que lo contiene. Cuando dentro de uno hay algo que lo mueve en la dirección correcta, crea su propia disciplina. En el momento en que le llega la consciencia. ¡Ah, es maravilloso!. Es lo más maravilloso del mundo; lo más importante; lo más maravilloso. No hay nada más importante en el mundo que despertar ¡Nada! Y, por supuesto, a su manera también es una disciplina.

No hay nada más maravilloso que ser consciente. ¿Preferiría usted vivir en la oscuridad? ¿Preferiría actuar y no ser consciente de sus acciones, hablar y no ser consciente de sus palabras? ¿Preferiría oír a la gente y no ser consciente de lo que está oyendo o ver las cosas   y no ser consciente de lo que está viendo? El gran Sócrates dijo: “La vida sin consciencia no merece ser vivida”. Ésa   es una verdad evidente. La mayoría de la gente no vive una vida consciente. Vive una vida mecánica,  pensamientos  mecánicos  –  por  lo  general  ajenos  -, emociones   mecánicas.   ¿Quieren   ver   cuán   mecánico   es   usted realmente? “¡Qué linda camisa tienes!” Usted se siente bien oyendo eso. ¡Por una camisa, santo cielo! Usted se siente orgullosos cuando oye eso. La gente viene a mi centro en la India y dice: “¡Qué lugar tan encantador, qué árboles tan encantadores!” (de los cuales no tengo ninguna responsabilidad), ¡qué clima tan encantador!» Y ya empiezo a sentirme  bien, hasta que me  sorprendo  sintiéndome  bien, y digo: «¿Puede usted imaginarse algo más estúpido que eso?» Yo no soy responsable de esos árboles; no fui responsable de la elección del lugar. No ordené el clima, sencillamente sucedió. Pero el «mi» se metió allí, de modo me siento bien. Me siento bien sobre «mi» cultura y «mi»

nación ¿Cuán estúpido puede ser uno? Lo digo en serio. Me dicen que por mi gran cultura hindú he producido todos estos místicos. Yo no los produje. Yo no soy responsable de ello. O me dicen: «Ese país suyo y su pobreza – ¡es horrible!» Me avergüenzo. Pero yo no la creé. ¿Qué está pasando? ¿Se detuvo usted alguna vez a pensar? La gente le dice a uno: «Usted es encantador», y uno se siente maravilloso. Obtiene una caricia positiva (de ahí que a eso lo llamen «yo estoy bien, tú estás bien»). Algún día voy a escribir un libro y el título será Yo soy un estúpido, tú eres un estúpido. eso es lo más liberador, lo más maravilloso del mundo, cuando usted admite públicamente que es un estúpido.  Es  maravilloso.  Cuando  la  gente  me  dice:  «Usted  se equivoca», yo digo: ¿Qué más se puede esperar de un estúpido?.

Desarmados, todos debemos estar desarmados. En la liberación final, yo soy un estúpido. Por lo general, ocurre cuando yo oprimo un botón y usted se siente bien; oprimo otro botón y usted se siente mal. Y a usted le  gusta. ¿Cuántas personas conoce  usted que no se dejan afectar por la alabanza o la crítica? Decimos que eso no es humano. Humano significa que usted es un poquito como un mico, de modo que todos pueden influir en usted, y usted hace lo que debe hacer. Pero,

¿eso es humano? Si les parezco encantador a ustedes, eso quiere decir que  en  este  momento  están  de  buen  humor,  nada  más  también significa que cumplo sus expectativas.

Todos tenemos una lista de expectativas, y es como si usted tuviera que  estar de  acuerdo  con  esa lista: alto,  trigueño,  bien parecido, acorde a MIS gustos. «Me gusta el timbre de su voz». Usted dice: «Estoy enamorado». No, usted no está enamorado, no sea estúpido. Cuando está enamorado (vacilo en decirlo) usted es particularmente estúpido. Siéntese y observe lo que le está pasando. Está huyendo de sí mismo. Quiere escapar. Alguien dijo cierta vez: «Gracias a Dios por la realidad y los medios para escapar de ella». De modo que eso es lo que pasa. Somos muy mecánicos, muy controlados. Escribimos libros sobre el control y lo maravilloso que es ser controlados y sobre lo necesario que es que la gente nos diga que estamos bien. Entonces nos sentimos bien con nosotros mismos. ¡Qué maravilloso es estar en la cárcel! O como alguien me dijo ayer, estar en su jaula. ¿A usted le gusta estar preso? ¿Le gusta que lo controlen? Le diré algo: Si usted se permite sentirse bien cuando la gente le dice que está bien, se está preparando

para sentirse mal cuando le digan que no está bien. Mientras viva para cumplir  las  expectativas  de  otras  personas,  es  mejor  que  ponga atención a la ropa que usa, a la manera de peinarse, a si sus zapatos están brillantes; en resumen, que se fije a ver si cumple todas las malditas expectativas de los demás, ¿Usted cree que eso es humano?.

¡Esto es lo que descubrirá cuando se observe a sí mismo! ¡Se horrorizará! La verdad es que usted no está ni bien ni mal. ¡Usted puede estar dentro del actual ambiente o tendencia de moda! ¿Significa eso que está bien? ¿Estar bien depende de eso? ¿Depende de lo que la gente piensa de usted? Según esos criterios, Jesucristo tiene que haber estado muy mal. Usted no está bien ni está mal. Usted es usted. Espero que ése sea el gran descubrimiento, al menos para algunos de ustedes. Si tres o cuatro de ustedes descubren esto durante estos días en  que  estamos juntos ¡Qué cosa tan maravillosa! ¡Extraordinario! Eliminen todo ese cuento de estar bien o no estar bien; eliminen todos los juicios, y, sencillamente, observen, miren. Harán grandes descubrimientos . Esos descubrimientos producirán cambios. No tendrá que hacer el menor esfuerzo, créanme.

Esto me recuerda a un hombre en Londres, después de la guerra. Viaja en un autobús, sentado; tiene encima de las piernas un paquete envuelto en papel de color marrón; es un objeto grande y pesado. El conductor se le acerca y le dice:

-¿Qué es lo que tiene ahí en las piernas?

– Es una bomba que no explotó – le contesta el hombre-

La encontramos en el jardín y la llevo a la estación de policía. El conductor dice:

–  Usted  no  debiera  llevar  eso  en  las  piernas.  Póngala debajo  del asiento.

La psicología y la espiritualidad (como generalmente la entendemos) quitan la bomba de las piernas y la ponen debajo del asiento. No solucionan realmente sus problemas. ¿Alguna vez ha pensado en eso? Usted tenía un gran problema y ahora lo cambia por otro. Siempre será así hasta que solucionemos ese problema llamado «Usted».

 

 

Extracto del libro: Despierta de Anthony de Mello

Capítulos:

¿QUE LE PREOCUPA?

BUENO, MALO, O AFORTUNADO

NUESTRAS ILUSIONES RESPECTO DE LOS DEMÁS LA AUTO-OBSERVACIÓN

1 comentario

  1. Es el mejor libro que he leído; me trasformó la vida, me hizo desprenderme de lo material y de las ilusiones, además de dimensionar a Dios de una manera diferente a mis costumbres. gracias.

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