ALAS-30 de Abril 2010 ~ Permanecer en el ojo de la Tormenta ~ por Karen Bishop

Jorge Gomez (333)

karen bishop

 

 

 De Creando la Nueva Realidad:

La Magia de los momentos ordinarios

Si la mayoría de nosotros miráramos hacia atrás a nuestros recuerdos más felices, o cuando sentíamos más alegría, amor y satisfacción con la vida, la mayoría de las veces encontraríamos que son los momentos sencillos los que más recordamos. Rara vez diríamos que nuestros momentos más significativos fueron cuando hicimos mucho dinero, o que recordamos que los mejores momentos de nuestras vidas tuvieron que ver con tener mucho éxito, o incluso cuando teníamos todo lo que siempre habíamos querido.

Los preciosos momentos de la risa de un bebé, ver una mariposa que de repente aparece de la nada, una luna llena en el cielo nocturno, o simplemente ver una hormiga llevando su comida de un lugar a otro, parece que nos llena de gozo y alegría, como un niño inocente explorando el mundo por primera vez.

Un día, mientras estaba sentada a orillas del Río Grande, a lo largo del bosque protegido y venerado cerca de donde resido, tuve un día magnífico. Había ocho grullas aterrizando en la orilla opuesta, mientras que un grupo de gansos tomaba el sol, sólo disfrutando el espacio de “ser”. Mientras el río corría delante de mí, podía escuchar el sonido relajante del agua al pasar, en tanto que las bellas nubes blancas flotaban por encima, y no se podía negar que todo estaba bien con el mundo.

Sentada allí por un buen rato, la sensación de paz y serenidad, de saber que todas las cosas simplemente “eran”, y de tener el placer de compartir este espacio con las criaturas de Dios, me sentía tan feliz de estar viva. Al reino de la naturaleza no le preocupaban los pagos de las hipotecas, hacer diligencias, cómo ganarse la vida, y ni siquiera de dónde iba a venir su próxima comida. Todo en ese espacio estaba simplemente en un estado de ser y de aceptación. Si su fuente de alimento empezaba a escasear, las aves acuáticas sabían que esto era parte de la vida, y que ellos se adaptarían. Lo aceptaban sin cuestionar, como siempre lo hace la naturaleza. Ellos no lo tomaban como algo personal. Estas asombrosas criaturas reverenciaban el sol, el agua, y los elementos, ya que disfrutaban de sus ofrendas. Parecían saber que todos eran uno, y que nunca nada ha estado mal. Era difícil dejar este espacio de no-espacio ese día, pero en cuanto el sol empezó a ponerse poco a poco en ese día de enero, ya era hora de volver a casa.

Después de volver a casa, me senté al sol frente a mi jardín interior y abrí mi laptop para escribir estas páginas. Allí estaba el sol brillando por la ventana y simplemente siendo el sol… haciendo lo que hace mejor, siempre tan seguro y constante… brillar. El jardín estaba haciendo lo mismo, simplemente ser. Y allí estaba mi gato, descansando en el alféizar de la ventana, absorbiéndolo todo.

Desde un entorno exterior tranquilo y apacible, a una emotiva experiencia dentro de la casa, estos momentos me colocaron en un espacio de alta vibración y armonía con el mundo, y no me sentí más que verdaderamente afortunada.

El toque suave y atento de un ser querido, una conversación telefónica comprensiva, un cálido intercambio con un desconocido en una tienda, observar un rayo de luna deslizarse por encima de una almohada en el medio de la noche, sentarse en silencio con un animal como compañía ya que compartimos el mismo espacio de su espacio por apenas unos momentos, lavar los platos con un compañero después de una comida, o incluso mirar a uno de nuestros pequeñitos soplar las velas de un pastel de cumpleaños, son algunos momentos ordinarios que podemos atesorar por toda la eternidad.

Estos momentos son gratuitos. Estos momentos vienen en forma natural. Estos momentos están siempre disponibles para nosotros, sin importar lo que esté ocurriendo en el planeta o en nuestras vidas. Estos momentos nos llaman. Dicen: “¡Aquí estoy! ¡Estoy por acá! ¿Te has fijado mí?” Estos momentos dicen que todo está bien con el mundo. Dicen que de esto es que se trata la vida. Dicen que es por eso que la vida está aquí. Dicen que es por eso que vinimos a la tierra. Y dicen que no hay nada malo y nunca lo ha habido.

Cuanto más nos fijamos en la magia de estos momentos tan preciosos y ordinarios, más nos damos cuenta de que la vida es buena, que la vida está siempre sucediendo, y que somos verdaderamente bienaventurados por estar en el planeta en este momento en particular. Y cuanto más notamos y valoramos estos momentos ordinarios, seremos bendecidos al experimentar más de ellos.

¿Estamos aquí en esta tierra en este momento en particular simplemente para experimentar la vida, ya que la tierra fue creada para este propósito en particular, o se “supone” que debemos concluir nuestro propósito álmico aquí, para que podamos seguir adelante y finalmente, pero finalmente, terminar?

Permanecer en el Ojo de la Tormenta

¡Bienvenidos!

Estamos entrando en un nuevo territorio ahora, y a medida que seguimos evolucionando, mientras que al mismo tiempo estamos presentes durante las últimas etapas del “final del fin”, nos encontramos en nuevos e interesantes espacios que podemos no haber experimentado aún.

El viejo mundo tal como lo conocemos está cayendo ahora más rápidamente. Podemos encontrar que es más difícil que nunca interactuar y participar en casi cualquier cosa. Nada parece sentirse “correcto” ni bien, podemos preguntarnos dónde se supone que debemos estar, y además, podemos sentir que estamos perdidos en un espacio de no-espacio, ya que tocar los restos de la vieja realidad son como hábitos forzados de supervivencia que tenemos que soportar todavía por un tiempo más.

Como si hubiéramos sido expulsados al aire, flotando en el espacio exterior sin ningún ancla, y aferrándonos sólo a nuestro propio centro personal dentro de nosotros mismos, esperamos mientras el viejo mundo continúa con su desmantelamiento y desaparición de las energías y creaciones que nunca pueden empezar a encajar en una nueva realidad mundial.

Los alineamientos de lo nuevo, la preparación de la tierra para lo nuevo, y las sacudidas que van a seguir desarrollándose durante muchos meses por venir, han creado una inestabilidad a nuestro alrededor que nos está forzando a luchar por algo a qué aferrarnos… algo que podamos esperar y rezar para que se sienta remotamente bien y amable.

Como actores en una obra donde ya no se aplica el guión, podemos continuar con nuestras viejas líneas y máscaras, o incluso preguntarnos cómo se supone que debemos interactuar con otros que se han atrincherado en una caja de miedo, esperando inconscientemente quién sabe qué. Y aún en el mejor de los casos, ver a otros más comportándose como si todo estuviera aparentemente bien, cuando muchos de nosotros sabemos lo que se avecina en los planos invisibles, puede hacer que algunos de nosotros nos preguntemos en qué extraña película de ciencia ficción nos hemos metido ahora.

Por supuesto, por supuesto, y como siempre, estamos avanzando con un proceso de ascensión espiritual que se despliega y se revela de maneras que nunca hubiéramos imaginado hasta que están directamente sobre nosotros. Y como siempre, es precisamente la opción del libre albedrío la que crea qué tipo de experiencia va a tener el planeta a medida que sigue transformándose y modelándose en un nuevo y vibrante hogar para una realidad muy nueva.

De esta manera, a pesar de que mucho está llegando a su final definitivo, es nuestro proceso evolutivo espiritual el que está a la par con todo, creando nuevos individuos que van a aprender y evolucionar en seres de mayor vibración que, en forma natural, se encontrarán justo donde tienen que estar, y también siendo quienes tienen que ser y lo que tienen que ser.

Como ha ocurrido tantas veces hasta ahora con esta singular experiencia, el plan ha cambiado otra vez, o por lo menos ha sido re-moldeado en algo que se ajusta con el desarrollo actual de las elecciones del libre albedrío y maneras en que el planeta y sus habitantes han elegido experimentar este cambio masivo.

El miedo y la auto-conservación han creado una experiencia masiva de separación. Simplemente no nos estamos “viendo” mutuamente, y así, comenzar cualquier nueva creación con otros a un nivel de vibración mucho más alto, que vaya a permanecer intacta durante el final del fin, ahora se ha pospuesto drásticamente. De esta manera, ahora se nos está animando a “mantener un perfil bajo”, por así decirlo, y abrirnos a nuevos espacios que son mucho más sutiles, suaves, fáciles, ligeros, y que no contienen ningún tipo de espacio grande y dramático.

Este ajuste a un plan de mayor nivel se va a manifestar en una variedad de maneras. Podemos encontrarnos trabajando para otros con un sueldo seguro en lugar de trabajar por nuestra propia cuenta. Podemos encontrarnos en roles que son simplemente centrados y sencillos, sin ninguna agenda ni plan. Podemos encontrar que no necesitamos “hacer” nada, sino ahora simplemente disfrutar de donde estamos, ya que muy sutilmente y puramente ahora debemos ser quienes siempre hemos sido a nuestros niveles más altos y verdaderos. Las cosas van a estar mucho “más tranquilas”, mientras permanecemos en el ojo de la tormenta. No vamos a estar creando nada nuevo. Se nos está apartando del peligro.

Podemos sentir que estamos volviendo a lo viejo o de regreso a la corriente principal, pero lo que está ocurriendo, es que estamos volviendo a lo básico. Tanto (incluyendo la electrónica, por ejemplo), ha llegado tan lejos como puede, hasta el punto de haber perdido su intención prístina y original (incluyendo también el movimiento de la “Nueva Era”), y ahora debe llegar a un final definitivo. Además, vamos a volver a lo que se siente como la corriente principal, porque ahora estamos anclándonos en la nueva tierra y está muy aquí.

Nuestros nuevos espacios y roles se tratan de simplemente ser. Ser los aspectos más verdaderos y más simples de nosotros mismos. Y ya que estos aspectos llegan en forma tan natural para nosotros, estos nuevos espacios serán sin esfuerzo. Se nos está alentando ahora, a ser faros de luz auto-sostenibles, simplemente siendo nosotros mismos. Podemos encontrar que no tenemos ningún deseo de asistir con nada, ayudar a nadie, ni casi nada por el estilo. Podemos ver a otros que piden la ayuda que pudimos haber proporcionado en tiempos pasados, y simplemente sentir que hemos “terminado por completo” con ese tipo de cosas. Podemos sentir un final masivo a casi todo lo que hemos conocido. Una muerte muy final.

Lo que está sucediendo aquí, es que se nos está llevando a espacios de gran protección para la caída. No se supone que nosotros caigamos con todo lo que está cayendo, y ni siquiera que ayudemos con el proceso. Ahora estamos siendo guiados hacia espacios que están muy libres y alejados de la vieja realidad que está desmoronándose como una fila de fichas de dominó. Si antes nos sentíamos invisibles, ahora nos sentiremos aún más invisibles. Esto se debe a que no podemos permitir que nos agarren como salvavidas, permitiendo que aquellos que están ahogándose y en pánico nos empujen hacia abajo y contribuyan a nuestra desaparición.

En el pasado, nuestro proceso evolutivo espiritual gradualmente nos hizo sentir invisibles, ya que ahora estábamos viviendo y vibrando a un nivel de existencia muy superior. Aquellos con la densidad y el ensimismamiento que crean más estados de ego, eran incapaces de vernos. Ahora, somos más invisibles que nunca, ya que estamos siendo llevados, en forma muy natural, hacia espacios seguros y a salvo durante estos finales masivos y tiempos de grandes colapsos.

El plan anterior era que nos retiráramos de la vieja realidad, lo cual hicimos muchos de nosotros. Entonces habíamos planeado que íbamos a empezar una nueva realidad en un nuevo mundo, al reunirnos como hermanos y hermanas. Esta nueva realidad que íbamos a crear como un todo iba a sostenernos mientras que la vieja realidad finalmente desaparecía por completo de una manera muy gradual y amorosa. Al mismo tiempo, íbamos a ayudar a quienes estuvieran dispuestos y lo solicitaran, a subir los peldaños vibratorios de la escalera de ascensión. Bueno, ¿adivinen qué? Los seres humanos tienen libre albedrío y esto ha creado un nuevo ajuste en el plan. ¿Se terminará alguna vez?

No hay las suficientes almas listas, por lo que el viejo plan no puede desplegarse. La vieja realidad efectivamente está terminando y la tierra está progresando como lo había planeado, pero el “cómo” y el camino que nos está llevando ahí está cambiando con cada aliento que tomamos. Estamos, en efecto, en un espacio nuevo y de mayor vibración en el cosmos, y esto de por sí crea nuevos y sorprendentes estados de ser por su propia cuenta. Así que no importa lo que puede parecer que está pasando a nuestro alrededor, lo que está ocurriendo dentro de nosotros es algo muy nuevo en verdad…. y se trata todo acerca de la energía del corazón. Es la energía del corazón la que nos va a llevar exactamente adonde necesitamos estar, y lo que nos va a servir de fuente para crear cualquier cosa que podamos necesitar en los tiempos por venir.

El 21 de abril me desperté al amanecer para encontrar a mi papá en mi dormitorio. Un poco desconcertado, no estaba muy seguro de dónde estaba. Lo único que podía decir era: “No estaba seguro de qué esperar. Yo realmente no sabía cómo sería.” Unas horas más tarde, mi hija me llamó para decirme que había fallecido, y fue en ese mismo momento que había llegado a mi espacio. Pasamos los dos días siguientes hablando sin parar ya que se iba por breves períodos y luego regresaba. En muy corto tiempo ya había descubierto cómo guiarse y se dio cuenta de dónde estaba ahora, y pronto estuvo a toda carrera. Aunque sólo en esta fase particular (inmediatamente después de su transición) de lo no-físico por un corto tiempo, de todas maneras fue agradable hablar de nuevo con él.

Preguntándome por qué había venido a mi espacio inmediatamente después de dejar su cuerpo, en vez de ir a alguna otra parte y preguntándole sobre otros lugares que había recorrido durante estos pocos días, quedó claro que es la energía del corazón la que dicta qué conecta con qué.

En todo caso, mi papá siempre supo lo mucho que yo lo quería. Tuve la suerte de no tener absolutamente ningún remordimiento cuando su tiempo aquí se estaba terminando. Yo sé que él sintió mi amor por él todos sus días, y siempre lo apreció. Así pues, fue este gran amor que compartimos lo que dictó adónde aterrizaría cuando dejara su forma. También dictó adónde viajaría a continuación, pues a veces me contaba lo que había hecho ese día. Una noche habíamos estado hablando por un buen rato y finalmente le dije: “Papá, estoy agotada. Tengo que apagar la luz y dormir un poco.” Sintiendo que podría estar ignorándolo, le pregunté lo que hacía mientras todos dormían. “Oh Karen,” respondió, “¡Hay tantos lugares adonde voy! ¡Puedo ir a conciertos y casi a cualquier lugar adonde quiera ir!” A él le encantaba la música, y yo podía sentir la felicidad y la alegría que sentía mientras estaba en un concierto en algún lugar del planeta. Su corazón y su alegría lo llevaban de inmediato adonde deseaba estar y a lo que deseaba experimentar.

Durante varios días antes de su funeral, estuvo ausente de mi espacio. Yo sabía que después de un funeral, la mayoría de las almas luego parten para su próxima fase de “admisión”. Yo le había pedido durante una de nuestras últimas conversaciones después de que hubo fallecido, que por favor me hiciera saber cuando “realmente” estuviera partiendo por un tiempo. En la noche de su funeral (al que no se “suponía” que yo asistiera), mientras estaba sentada con mi hija en su sala de estar ya tarde en la noche, él en efecto apareció y me dijo que ahora estaba yéndose al siguiente tramo de su viaje. Al día siguiente, pude ver su alma muchas veces, pero era mi papá a una edad mucho más temprana, durante sus días más felices cuando estaba creciendo en la India.

Les cuento esta historia porque varios de ustedes me han escrito y me han pedido que lo comparta, ya que ustedes también tienen seres queridos que han partido recientemente, y también porque nuestro propio proceso evolutivo espiritual de morir mientras estamos vivos es muy parecido.

Navegamos a través del corazón en la próxima dimensión. Cuando estamos en el espacio del corazón, todo es dramáticamente diferente. Y nosotros ahora podemos permanecer en estos estados la mayor parte del tiempo. En el espacio del corazón, podemos ver mucho más. Todo tiene sentido, y todo está claro. Y además, nos vemos mutuamente, vemos que absolutamente todo está realmente conectado y apoya al todo (o modo de existencia), y llegamos a ver con claridad que el mundo de la separación es creado a partir de la densidad que existía en la vieja realidad y en las dimensiones o emociones de menor vibración.

Una vez que hemos llegado más plenamente a estos reinos superiores, puede ser extremadamente difícil ser parte de lo que uno deja atrás, y vivir en un mundo de separación. Podemos querer gritar, “¡Mírame! ¡Estoy aquí!” Tal como mi padre pudo haber sentido después de salir de su antigua forma y mientras seguía flotando en un viejo mundo de su pasado. Si han evolucionado hasta un estado donde lo único que conocen es la energía del grupo y que, en efecto, nos veneramos mucho mutuamente por quienes somos y por lo que somos, literalmente se puede sentir como el infierno al estar en un mundo en donde esto no es la norma.

Hasta que llegue ese momento, y mientras todavía estamos viviendo en la realidad física que aún nos rodea, se nos está alentando a permanecer en el ojo de la tormenta, a ser quienes sabemos que somos en nuestras formas más verdaderas y más simples, y saber que todas nuestras necesidades serán cubiertas milagrosamente. Una corriente invisible de energía divina está navegando por nosotros durante este tiempo. Está acomodando las cosas para nosotros, asegurándose de que seremos atendidos, y lo único que tenemos que hacer es seguir las migas y aprovechar las oportunidades hacia las que nos están guiando nuestros corazones.

A medida que la energía del corazón empieza a sobrepasar todo lo demás, al mismo tiempo vamos a aprender nuevas formas de existencia, que servirán para sostenernos durante el tiempo de la caída. Mientras conducía a través de los Estados Unidos la semana pasada, tuve la bendición de estar en la energía del corazón y de experimentar adónde me condujo. Conocí a la gente más increíble en los pueblos más pequeños, y tuve las experiencias más acogedoras y respetuosas que he tenido por mucho tiempo. Fue tan hermoso, que hasta mi gata disfrutó del viaje, y ella por lo general se altera al viajar.

La energía del corazón prevalece sobre todo lo demás. No le importa qué creencia espiritual tenga uno, de qué color sea uno, qué estilo de vida tenga, qué profesión, ni qué edad tenga. Es el pegamento y el conector, y es lo que nos permite vernos mutuamente. Y cuando estamos en el espacio de la energía del corazón, sólo tenemos que permanecer en nuestro propio espacio…. centrados y en el ojo de la tormenta.

Con mucho amor y gratitud,

Traducción: Margarita López

2 comentarios

  1. Querida Karen.

    Esto qque has compartido de tu padre..me alienta a pensar en los mios, que partieron hace bastante tiempo, yo no pude despedirlos, ni comunicarme, ni pedirles perdon, ..ahora entrando en el espacio del corazon, iniciare a ver a "mis padres difuntos" con ojos nuevos…gracias por mostrarnos esta realidad que habitualmente no vemos.

    Un abrazo

    Marina

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