Las fiestas espirituales

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Existen tres importantes fiestas espirituales que constituyen el punto culminante del ciclo anual. Ellas son:

La Fiesta de Pascua (durante la luna llena de Aries)

El Festival de Wesak (en la luna llena de Tauro)

El Festival de la Buena Voluntad (en la luna llena de Géminis)

Mediante el trabajo de meditación continuo y estable de numerosos individuos y de grupos en todas partes del mundo, estos festivales constituyen actualmente una referencia subjetiva en la conciencia de la humanidad.

Representa una intención divina básica, la cual comienza a establecer sus objetivos a medidas que las diversas religiones reconocen y observan simultáneamente, cada una a su manera, el acercamiento anual único del hombre hacia Dios y de Dios hacia el hombre.

El reconocimiento simultáneo es fundamental para la nueva religión mundial.

Las Doce Fiestas

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Deberemos también tomar en consideración el fin y los efectos de cada período de luna llena en el curso de todo el año. Las nueve fiestas menores construyen los «atributos divinos» en la conciencia humana, en tanto que las tres fiestas mayores establecen losa «aspectos divinos».

Estos aspectos son conocidos ahora según los términos de sus cualidades energéticas fundamentales, reflejando la subyacente trinidad de Dios:

1. La Voluntad o el Propósito 2. El Amor-Sabiduría 3. La Luz o la inteligencia Activa.

Los atributos divinos de este tercer aspecto están fundados sobre: la armonía a través del conflicto, la ciencia concreta, el idealismo o la devoción y el orden y la organización.

Estas cualidades son divinas en su potencial perfección lo mismo que los tres aspectos mayores.

Las doce oportunidades de las fiestas pueden ser utilizadas para estimular el crecimiento espiritual de la evolución en todos los reinos de la naturaleza.

Estas doce festividades en el momento de la luna llena de cada mes son cada vez más utilizadas como medio del cual las energías son invocadas, recibidas y concientemente dirigidas. La energía, cualificada por la naturaleza y la influencia de cada periodo de la luna llena, fluye hacia nosotros con la ola de vida que nos llega desde nuestro centro solar: el Sol.

Trabajamos en grupos de meditación durante los festivales de luna llena, porque cuando la luna esta «plena» el camino para la comunicación de las energías esta grandemente abierto, claro y sin obstrucciones.

Los Tres Festivales

Cuando el mundo del futuro esté organizado, todos los hombres espirituales celebrarán los mismos días santos. Esto creará una reserva de recursos espirituales, un unánime esfuerzo y una invocación con un considerable poder espiritual.

Cada año habrá tres festivales principales, sucediéndose en tres meses consecutivos y esto producirá un esfuerzo espiritual sostenido que afectará al resto del año. Estos festivales serán:

La Fiesta de Pascua

Es el Festival del Cristo vivo y resucitado, del Instructor de todos los hombres del Jefe de la Jerarquía espiritual. Él es la expresión del Amor de Dios. En ese día reconoceremos la existencia de la Jerarquía que Él guía y que Él dirige, y se insistirá sobre la naturaleza del Amor divino. Este festival siempre está determinado por la fecha de la Primera Luna de la primavera y es el gran festival de los cristianos de Occidente.

El Festival de Wesak

Es el festival del Buda, el intermediario espiritual entre el Centro espiritual supremo, Shamballa, y la Jerarquía. El Buda es la expresión de la Sabiduría de Dios, la Encarnación de la Luz y el Representante del Plan divino. Este festival será fijado anualmente con relación a la Luna Llena de mayo, como es actualmente el caso. Es el gran festival del Oriente.

El Festival de la Buena Voluntad – Día Mundial de Invocación

Será la fiesta del Espíritu de la Humanidad que aspira hacia Dios, que busca a conformarse con su Voluntad y se consagra al establecimiento de relaciones justas entre los hombres. Este festival será fijado anualmente con relación a la Luna Llena de junio. Será el día en el cual la naturaleza espiritual y divina del hombre serán reconocidas.

Después de dos mil años en el día de esta fiesta, el Cristo ha representado a la Humanidad, manteniéndose ante la Jerarquía y próximo a Shamballa, como el hombre Dios, el jefe de Su pueblo y «el primogénito entre varios hermanos» (Roma, VllI, 29). Cada año, en esa ocasión, ha predicado el último sermón del Buda ante la asamblea de la Jerarquía. Este festival, por tanto, será un día de intensa invocación, expresando la fundamental aspiración a la fraternidad y a la unidad espiritual y humana: representará el efecto producido en la conciencia de los hombres por los conjugados esfuerzos del Buda y de Cristo.

Se celebran estos tres festivales, pero no tiene todavía una relación entre sí: hacen parte del Acercamiento espiritual unificado de la Humanidad. Se acerca el tiempo en el cual estos tres festivales serán celebrados en el mundo entero: gracias a ellos, una gran unidad espiritual será realizada y los efectos del Gran Acercamiento inminente serán establecidos por la unánime invocación de toda la Humanidad.

INDICE

1. EL FESTIVAL DE PASCUA (ARIES)

2. EL FESTIVAL DE WESAK (TAURO)

3. EL FESTIVAL DEL CRISTO (GEMINIS)

4. EL FESTIVAL DE CANCER

5. EL FESTIVAL DE LEO

6. EL FESTIVAL DE VIRGO

7. EL FESTIVAL DE LIBRA

8. EL FESTIVAL DE ESCORPIO

9. EL FESTIVAL DE SAGITARIO

10. EL FESTIVAL DE CAPRICORNIO

11. EL FESTIVAL DE ACUARIO

12. EL FESTIVAL DE PISCIS

13. APROXIMACION A LA JERARQUIA EN LA LUNA LLENA

 

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1. EL FESTIVAL DE PASCUA (ARIES)

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Nota Clave: «Surjo y desde el plano de la mente gobierno»

Es posible realizar un trabajo de meditación grupal efectivo en cada período de plenilunio y en esta época el trabajo coincide con la Luna Llena de Aries y el Festival de Pascua. Actualmente, mientras que numerosos individuos de todas partes del mundo están conociendo a fondo, a través de la experiencia, el valor de la meditación, se está produciendo también un creciente reconocimiento de la potencia de la meditación grupal. Los grupos de personas que meditan juntas como un acto de servicio pueden invocar, recibir y liberar esas energías espirituales que tocan e inspiran lo mejor de la humanidad.

Las energías de luz, amor y voluntad al bien siempre están disponibles para quienes las contactan en meditación; pero existen ciclos en el flujo y reflujo de las energías espirituales con los que los grupos, así como los individuos, pueden cooperar conscientemente. Uno de los principales ciclos de energía coincide con las fases de la luna, alcanzando su momento cumbre en el tiempo de la Luna Llena. Por lo tanto, se trata de un tiempo durante el cual la canalización de energía a través de la meditación grupal puede ser especialmente efectiva.

Actualmente, cientos de grupos de servicio de todo el mundo se reúnen con regularidad cada mes en el momento de la Luna Llena para trabajar en meditación. La luna en sí misma no ejerce ninguna influencia sobre el trabajo, pero la órbita totalmente iluminada de la luna indica un alineamiento libre y sin impedimentos entre nuestro planeta y el sol. El sol es la fuente de energía de toda la vida en la tierra; la fuente de la conciencia física, de la percepción egoica y de la vida espiritual. En tales momentos, la humanidad puede realizar un claro acercamiento a Dios, el Creador, el centro de vida e inteligencia.

Hay doce oportunidades de este tipo para la meditación grupal durante el curso del ciclo anual. Tras años de trabajo, realizado por un número creciente de grupos e individuos, estas oportunidades mensuales de realizar un trabajo especial con la corriente de energía han empezado a reconocerse como «Festivales»; cada uno con su cualidad y efecto particulares, dependiendo del signo del zodíaco por el que atraviese el sol.

De estos doce Festivales, tres se consideran como Festivales principales, formando los pináculos del ciclo anual. Estos tres son: el Festival de Pascua (en la Luna Llena de Aries), el Festival de Wesak (en la Luna Llena de Tauro), y el Festival de Buena Voluntad (en la Luna Llena de Géminis). Están concentrados en tres meses consecutivos y conducen a un prolongado esfuerzo espiritual anual, que afecta al resto del año y a los nueve Festivales menores.

Mediante un trabajo de meditación regular y persistente, a lo largo de numerosos años, estos Festivales están consiguiendo crear un anclaje subjetivo en la conciencia humana. Encarnan un propósito básico divino que empezará a establecer sus objetivos a medida que las diferentes instituciones religiosas reconozcan y celebren simultáneamente, cada una a su manera, el singular acercamiento de la humanidad a Dios y de Dios a la humanidad.

En el futuro, todas las personas de inclinación espiritual celebrarán los mismos días de fiesta. Esto producirá la creación de un fondo común de recursos espirituales y de esfuerzo espiritual unido, más una invocación simultánea. La potencia de esto será evidente.

En esta época del año celebramos el Festival de Pascua; no como un Festival exclusivamente cristiano, sino como un evento planetario, en el que puede participar cualquier persona de cualquier creencia religiosa; porque el Cristo nos pertenece a todos y es la misma «gran identidad» en todas las religiones mundiales. El Festival de Pascua es el Festival del Cristo resucitado, vivo, el instructor de la humanidad y el Guía de la Jerarquía espiritual del planeta, ese reino de la naturaleza que conocemos como el reino de las almas. Él es la expresión y la encarnación del amor de Dios. En este Festival de Pascua la naturaleza del amor de Dios sobresale como una fuerza viva, radiante.

Las llamadas «Fuerzas de Restauración» se encuentran también activas en la época del Festival de Pascua. Estas fuerzas están conectadas con el principio de inteligencia en la naturaleza divina, estimulando el intelecto humano. Este tipo de energía es especialmente creativo. Es una energía de masas, relacionada con la estimulación de la inteligencia colectiva. Hace que la gente piense, planifique y actúe. No produce resultados buenos ni malos sino, simplemente, el despertar de la mente para que pueda actuarse con inteligencia. La acción en sí depende, necesariamente, del tipo de mente y de la etapa evolutiva de quienes responden a las Fuerzas de Restauración. Otros factores condicionantes son el trasfondo racial y nacional y las tradiciones religiosas y culturales. Estas fuerzas activas producen, frecuentemente, un aumento de las dificultades iniciales pero, eventualmente, conducen a una reorganización definitiva de la vida nacional. Sus efectos son fundamentalmente físicos. Su objetivo es la producción de la nueva Tierra y de toda la evidencia externa de una afluyente nueva vida.

La vivacidad espiritual y eso que denominamos «vida más abundante» son las cualidades más destacadas del Festival de Pascua. La humanidad ha atravesado un largo, oscuro cielo de muerte y destrucción. La crucifixión y la «cuestión de la sangre» han dominado el retrato cristiano del Cristo. Pero el Cristo es una presencia viva y, en la actualidad, estamos emergiendo a la luz de una nueva era.

El nuevo mundo expresará la luz, el amor y el conocimiento de Dios en un crescendo de revelación, produciendo siete grandes resultados:

1. Se concederá poder para trabajar a los discípulos del mundo y a los iniciados de manera que puedan dirigir eficaz y sabiamente el proceso de reconstrucción.

2. La voluntad de amar estimulará a la gente de buena voluntad de todo el mundo, venciendo gradualmente al odio. La necesidad interior de vivir juntos cooperando ya existe y se encuentra sometida a estimulación.

3. La voluntad de actuar conducirá a las personas inteligentes del mundo a inaugurar aquellas actividades que constituirán los cimientos de un mundo nuevo, mejor y más feliz.

4. La voluntad de cooperar aumentará de forma creciente. La gente deseará y exigirá las correctas relaciones humanas como forma de vida natural.

5. La voluntad de conocer y de pensar correcta y creativamente será una característica destacada de las masas. El conocimiento es el primer paso hacia la sabiduría.

6. La voluntad de persistir se convertirá en una característica humana, una sublimación del instinto básico de supervivencia. Ello conducirá a una creencia persistente en los ideales presentados por la Jerarquía y en la demostración de inmortalidad.

7. La voluntad de organización avanzará un proceso constructivo que se desplegará bajo la inspiración directa de la Jerarquía. Su medio de desarrollo será la potencia de la voluntad?al?bien de los servidores mundiales y la receptividad de la buena voluntad de la humanidad.

En este Festival de Pascua, las Fuerzas que nos permitirán transformar la vida y vivir creativa y bellamente, se nos hacen ampliamente asequibles. Todo el proceso evolutivo tiende hacia la revelación de lo bueno, lo verdadero y lo bello. Estos principios se corresponden con la triple función planetaria del Cristo como «el Camino, la Verdad y la Vida». Estos valores básicos del Cristo son inherentes a toda la humanidad.

Podemos cooperar en la meditación con las metas de la nueva era de buena voluntad mundial, correctas relaciones humanas y paz. Podemos abrir nuestros corazones y nuestra consciencia al Cristo vivo y liberar las Fuerzas de Restauración a través de una energía claramente dirigida en la meditación grupal, concentrada a través de La Gran Invocación. He aquí las palabras:

Desde el punto de luz en la Mente de Dios,

Que afluya luz a las mentes humanas;

Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,

Que afluya amor a los corazones humanos;

Que Aquél que viene retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas,

El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza humana,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz

Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

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2. EL FESTIVAL DE WESAK (TAURO)

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Nota Clave: «Veo, y cuando el ojo está abierto todo se ilumina»

Cada año, más y más personas de orientación espiritual están reconociendo la importancia de los tres Festivales espirituales principales de Aries, Tauro y Géminis como constituyentes de un flujo unido de energías que afectan a la conciencia humana. La Pascua, o el Festival del Cristo Resucitado, va seguido del Festival de la Luna Llena de Wesak, el Festival del Buda. Ambos se funden con la energía de la inteligencia de la raza humana durante el tercer Festival en Géminis, culminando en el Día Mundial de Invocación. Durante este período de Luna Llena, la atención se centra sobre Wesak, el Festival del Buda.

Los que aceptan el hecho del Dios uno, como hacen la mayoría de las personas inteligentes en la actualidad, no tienen ninguna dificultad en aceptar igualmente que existen numerosas formas de acercarse a Él. Cada una de las principales religiones mundiales, que han surgido a través de los tiempos en diferentes épocas y entornos humanos, tiene un valor, una energía y una cualidad específicos que establecer en la consciencia humana.

Las dos religiones, que han tenido mayor impacto y han estimulado los cambios más profundos en la consciencia humana durante los últimos dos mil quinientos años, han sido el resultado de la vida y trabajo de Gautama Buda y de Cristo. Tanto el Budismo en sus diversas formas como el Cristianismo bajo sus diversas denominaciones se han extendido por el mundo y juntos reúnen un numero de seguidores mayor que todas las demás religiones juntas. Para muchas personas, estas enseñanzas no constituyen algo separado o diferente, excepto como instituciones organizadas. Los valores que enseñan forman un desarrollo complementario y secuencial de los principios fundamentales. Es sabido que el Cristo y el Buda son hermanos, además de hijos del Dios Uno. El Buda predijo la venida del Cristo. Y el Cristo, apareciendo en una época posterior, edificó sobre el trabajo ya establecido por el Buda, agregando las enseñanzas requeridas por la humanidad durante la era de Piscis, estos últimos 2000 años. La cooperación entre estos dos hijos de Dios es un incesante servicio, enfocado actualmente sobre el posible desarrollo espiritual durante el siguiente período de 2000 años de la era de Acuario y enfocado, también, en la preparación para la reaparición del Cristo.

El Señor Buda funciona en la Vida planetaria como el intermediario espiritual entre el centro planetario superior, Shamballa, «donde la voluntad de Dios es conocida», y la Jerarquía espiritual, el centro cardíaco planetario. El es la expresión de la sabiduría de Dios y el indicador del Propósito divino. El Buda es la encarnación de la Luz, así como el Cristo es la encarnación del Amor. Sirve durante el Festival de Wesak en el período de la Luna Llena de Tauro, para comunicar la luz de la sabiduría a la humanidad, a través del Cristo y de la Jerarquía. Cada año, mediante este acto de comunión y cooperación entre el Cristo y el Buda, se fortalece la relación planetaria entre el centro «donde la voluntad de Dios es conocida» y el centro «que llamamos la raza de los hombres».

El Festival de Wesak representa ciertas ideas muy definidas y claramente señaladas, y el ofrecimiento de una gran oportunidad. Las ideas que representa podrían enumerarse como sigue:

  • En primer lugar, este Festival enlaza el pasado con el presente como ningún otro Festival, relacionado con cualquiera de las religiones mundiales, lo ha hecho. Representa una verdad viva y una oportunidad presente. En su mutuo servicio a la raza, el Buda y el Cristo producen este enlace. También fusionan Oriente con Occidente y unen en una totalidad la tradición cristiana, las creencias budistas e hindúes y la aspiración de todos los creyentes del mundo de hoy, ortodoxos y no ortodoxos. Las distinciones religiosas desaparecen.
  • En segundo lugar, este Festival señala el momento de máxima bendición espiritual en el mundo. Es una época de una llegada inusual de vida y de estimulación espiritual y sirve para vitalizar la aspiración de todos.
  • En tercer lugar, en el momento del Festival y mediante el esfuerzo unido del Cristo y del Buda, trabajando en la más estrecha colaboración, se abre un canal de comunicación entre la humanidad y Dios por el cual el amor y la sabiduría, del Mismo Dios, pueden descender hacia un mundo expectante y necesitado. Hablando simbólicamente, y recordando que los símbolos siempre velan una verdad, podría afirmarse que, en la época de la Luna Llena, es como si, súbitamente, se abriera de par en par una puerta que en otros momentos permanece cerrada. A través de esa puerta los aspirantes y discípulos pueden contactar energías que, de otra forma, no estarían fácilmente asequibles. A través de esa puerta puede realizarse un acercamiento a la verdad y a la realidad y a Aquéllos que guían a la humanidad que no es posible en otros momentos. Ello está a disposición de todos cuántos se encuentran a ambos lados de la puerta, y cada vez lo estará más.

En la actualidad, lo más necesario es desarrollar la intuición y la discriminación de los discípulos del mundo. Deben aprender a sentir la visión superior, a responder al día de la oportunidad y a alcanzar la relación superior consciente, sea cual sea el precio para el ser inferior. Al hacer esto, deberán recordar que el ser inferior, debido a su naturaleza íntima y cerrada, parecerá anormalmente atractivo y puede transcenderse sólo a un precio infinitamente elevado. Por lo tanto, debe desarrollarse la intuición grupal, y el sentido de valores debe ajustarse mucho más adecuadamente, antes de que pueda estar a la altura de los requerimientos y cumplir su función, que es inaugurar la nueva era. El descenso de fuerza espiritual, en el tiempo del Festival de Wesak, tiene como objetivo la estimulación de la intuición de los discípulos agrupados, de los aspirantes y de la gente de buena voluntad.

Las Fuerzas de Iluminación están especialmente activas durante este período de los Festivales. Emanan del centro cardíaco y están relacionadas con la comprensión y la sabiduría divinas. El Buda y el Cristo constituyen las dos expresiones más destacadas de esta energía de amor?sabiduría hasta la fecha. Las Fuerzas de Iluminación afectan, especialmente, a los grandes movimientos educativos y a los foros de gentes en todas las tierras, así como afectan a la cualidad de los valores que se despliegan a través de los medios de comunicación de masas. Todas las formas de comunicación publica, los oradores, los escritores, los comentadores y los trabajadores sociales, resultan afectados por esta energía que fluye a la mente. La misma consciencia humana es, actualmente, receptora de las energías de iluminación que introducen nuevas ideas e influencian los asuntos humanos en general.

El Festival de Wesak forma un punto de cohesión para quienes, en síntesis y simbólicamente, se unen en meditación y en pensamiento reflexivo como representantes

tanto del Reino de Dios como de la humanidad. Establece una solidaridad fáctica entre los acercamientos Orientales y Occidentales a un entendimiento superior, porque tanto el Cristo como el Buda están presentes y activos durante este ciclo anual.

El Festival de Wesak es un Festival de Luna Llena universal, o planetario, para gentes de todas las creencias. Es un elevado punto de inspiración para el trabajo del año venidero. Todos pueden cooperar en la consciencia en este flujo singularmente disponible de energías espirituales. Todos pueden participar en la meditación y en el esfuerzo por expresar una hermandad práctica como forma de vida. El valor de semejante servicio grupal unido, en el alineamiento con el Cristo y el Buda y las Fuerzas de Iluminación, es obvio e inspirador. Mediante el empleo del mantram o plegaria mundial, la Gran Invocación, las energías disponibles pueden invocarse magnéticamente y ponerse, literalmente, al alcance de la consciencia humana:

Desde el punto de luz en la Mente de Dios,

Que afluya luz a las mentes humanas;

Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,

Que afluya amor a los corazones humanos;

Que Aquél que viene retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas,

El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza humana,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz

Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

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3. EL FESTIVAL DEL CRISTO (GEMINIS)

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«Reconozco mi otro yo, y al menguar ese yo, crezco y brillo.»

Cada año, en la época de la Luna Llena de Géminis, el amor de Dios, la esencia espiritual del fuego solar, alcanza su punto de expresión más elevado. Ello se consigue gracias al instrumento de la Jerarquía. La Jerarquía espiritual de la Tierra es el agregado de aquéllos de entre la humanidad que han triunfado sobre la materia, que han alcanzado la meta del dominio sobre sí mismos por el mismo camino que, actualmente, recorren otras personas. Han sufrido todas las experiencias, han sobrepasado cada dificultad y han triunfado. Aquí reside su derecho a servir, y la fuerza y realidad de su relación con tina humanidad que sigue todavía luchando. Ese gran grupo de almas ha sido siempre el custodio del principio de luz, de amor iluminado y siempre, a lo largo de los tiempos, centra su atención sobre la Humanidad cuando la influencia espiritual está en su punto más elevado. Se ha adentrado en la comprensión de la vida grupal planetaria, que incluye todas las etapas, desde ese diminuto sentido de la responsabilidad social del hombre o mujer que está dando los primeros pasos en el sendero de la madurez espiritual, hasta la inclusiva comprensión del mismo Cristo.

El Festival de la Luna Llena de Géminis, o Festival del Cristo, es el tercero de los tres principales Festivales espirituales. Va a continuación del de Pascua, o Festival del Cristo, en Aries y del de Wesak, el Festival del Buda o de Iluminación, en Tauro. Conocido bajo una gran variedad de nombres, este Festival de Géminis es, esencialmente, el Festival del Cristo como representante de la humanidad ante la presencia de Dios. Es el Festival de la humanidad en búsqueda de la unificación y de la comprensión de su propia divinidad. Debido a que el reino humano, como centro de distribución de energías, está tan directamente involucrado con su propia divinidad, se le conoce también como el Festival de la Buena Voluntad.

El Festival del Cristo es un Festival vivo del espíritu de la humanidad aspirando hacia Dios, buscando respuesta a la voluntad de Dios y dedicado a la expresión de las correctas relaciones humanas. Fijado anualmente en relación con la Luna Llena de Géminis, la luna queda totalmente fuera del camino recorrido por las poderosas energías que salen del sol, el centro cardíaco simbólico de este sistema solar. Durante dos mil años, en este Festival, el Cristo ha representado a la humanidad y se ha erigido ante la Jerarquía planetaria y ante los ojos de Shamballa como el «Dios?hombre», «el mayor en la gran familia humana» sosteniendo una relación consciente con la divinidad, con la totalidad mayor. Cada año, en esta época, repite el último sermón del Buda ante la reunida Jerarquía. Este Festival, de profunda llamada invocativa y de una aspiración básica hacia la unidad humana y espiritual, representa el efecto en la conciencia humana del trabajo tanto del Buda como del Cristo.

Las Fuerzas de Reconstrucción están especialmente activas durante el Festival de Géminis. Estas Fuerzas, relacionadas con el aspecto voluntad de la divinidad, son efectivas sobre todo respecto a las naciones. El empleo que se hace de estas energías impersonales depende de la cualidad y de la naturaleza de la nación receptora, de su grado de iluminación real y de su capacidad de amar. Ello reside tras la idea de la meditación grupal dentro de toda la ola de esta energía espiritual. Actualmente, las naciones son la expresión del egocentrismo colectivo de un pueblo y de su instinto de supervivencia, real o imaginado. Estas energías pueden aumentar este aspecto de la vida nacional o pueden aumentar la potencia de los objetivos de unidad mundial, paz y progreso. Estas energías constructivas y sintetizadoras deberían tener el efecto de transformar la teoría de la unidad en una experiencia practica, de manera que la palabra «unidos» alcance su verdadera importancia y sentido para todas las naciones.

Actualmente, en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas está generándose, lentamente, una voluntad?de?unificación y de sintetizar inspirada por estas energías. En un creciente reconocimiento, de la interrelación existente en este planeta, las Naciones Unidas sostienen ante los «ojos de los hombres» una visión del Plan para la humanidad.

La voluntad de sintetizar y la voluntad al bien se están convirtiendo en influencias crecientemente efectivas, a través de la meditación grupal e individual durante este período anual de los Festivales principales. A medida que aumenta la comprensión de la importancia de estos Festivales, aumenta el trabajo de meditación realizado por todo el mundo. La meditación planetaria, en el signo de Géminis, celebra la total victoria de la vida sobre la forma y del espíritu sobre la materia. Simbólicamente, este signo es el signo de los Gemelos: la luz de la personalidad y la luz del alma. Mediante la estimulación de la energía del amor y la sabiduría, la luz de la personalidad se oscurece gradualmente, mientras que la luz del alma se hace más fuerte y brillante, indicando eventualmente una victoria total de la humanidad sobre las formas a través de las cuales se expresa.

La idea de la dualidad, especialmente en los niveles mentales, queda resaltada cada año en Géminis. Ello sucede en dos etapas: el empleo de la mente concreta como mediadora en la personalidad, condicionando la vida de la personalidad, analizando y distinguiendo entre el ser y el no?ser humano y enfatizando la conciencia de «yo y tu», así como la de la personalidad. En segundo lugar, la mente iluminada transmite los mensajes entre el alma y el cerebro, estableciendo una correcta relación entre el ser inferior y el ser superior, la personalidad y el alma. Hay un tercer aspecto que se convierte, entonces, en un factor en la vida, la mente abstracta, que relaciona alma y espíritu. La relación de personalidad y alma queda reemplazada por la relación dual de alma y espíritu. Es el revelador del aspecto vida.

La relación y síntesis de las dualidades produce tensión, acción y reacción, y esa condición de poderosa lucha y de dificultad tan característica de nuestra vida planetaria, pero que produce eventualmente el despertar de la humanidad a una plena conciencia planetaria. La meta de todo conflicto es la armonía y ello queda enfatizado durante el Festival del Cristo mediante una creciente percepción de la relación entre alma y personalidad, entre mente y espíritu, entre lo material y lo espiritual. La potencia de esta relación produce los cambios necesarios para la evolución de la conciencia Crística en cualquier punto concreto del tiempo y del espacio, y siempre es compatible con el requerimiento. Esta fuerza poderosa y evocadora está disponible durante la meditación, como resultado del alineamiento planetario y de la receptividad extra?planetaria, y puede ser contactada y transmitida en cooperación con la Jerarquía espiritual.

Debido a este singular alineamiento, este Festival del Cristo de precipitación y distribución de energía se celebra también como Día Mundial de la Invocación, durante el cual numerosas personas utilizan la plegaria mundial la Gran Invocación» constante y continuamente en numerosos idiomas y dialectos. Esto establece un campo de fuerza invocativo y magnético que dirige, literalmente, las energías de luz, amor y voluntad?al?bien directamente a la conciencia de la humanidad, afectando a todos los corazones sensibles y a todas las mentes abiertas con efectos planetarios.

Esta invocación es el Mántram del mismo Cristo, el programa del Plan para la humanidad y una fórmula de dirigir energías al campo de la percepción humana. Es efectiva porque se emplea como una fórmula de energía por todo el planeta, a todos los niveles de conciencia, humana y jerárquica. Al emplearse, las tres energías básicas encarnadas en la Invocación fluyen y se funden con las Fuerzas de Reconstrucción y con las energías disponibles en este evento anual a través del Cristo.

Influyendo sobre las actitudes de mente y corazón en el mundo entero, esta Invocación es una poderosa nota clave meditativa que inspira una acción amorosa, constructiva.

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4. EL FESTIVAL DE CANCER

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Nota clave: «Construyo una casa iluminada y en ella moro».

Después del período de los tres Festivales principales de Pascua, Wesak y el Cristo, nos adentramos en la experiencia que proporcionan los nueve Festivales menores. Estos nueve festivales de Luna Llena integran los «atributos» divinos en la conciencia humana, de igual manera que los tres Festivales principales establecen los «aspectos» divinos. Los aspectos son bien conocidos en cuánto a las cualidades básicas de su energía, que reflejan la trinidad subyacente de la divinidad: voluntad o propósito, amor / sabiduría y luz o inteligencia activa. Los atributos divinos están basados en la armonía a través del conflicto, la ciencia concreta, el idealismo o la devoción, y el orden y la organización. Estos atributos son tan d ‘ ¡vinos como, los tres aspectos principales en su estimulación del potencia¡ espiritual de la humanidad.

Las doce oportunidades de los Festivales se utilizan, a través de la meditación y la canalización de energía, para afectar al crecimiento evolutivo de todos los reinos? de la naturaleza. Durante la elevada tensión, de los tres Festivales principales, se produce un enfoque y concentración de energía. El aspecto subjetivo o consciente de los tres reinos «Shamballa, la Jerarquía y la humanidad» se encuentra profundamente involucrado en crear y mantener esta tensión planetaria y, en consecuencia, resulta afectado intensamente por ello. Los nueve Festivales menores se utilizan como oportunidades para que la energía se exteriorice de acuerdo a su cualidad y a las condiciones existentes.

Pasados los tres Festivales principales, este Festival de la Luna Llena de Cáncer proporciona la cualidad que hace que las energías espirituales se asienten o manifiesten en la vida diaria. La energía de este Festival, que afecta a la conciencia de la totalidad del reino humano, desciende hasta las raíces de la vida humana, simulando la chispa de la divinidad en el centro de cada átomo de sustancia.

Probablemente existen tantas formas de meditar como meditadores. Sin embargo, todo contribuye a una vasta meditación planetaria, recibiendo y distribuyendo energías más elevadas a la conciencia humana como servicio planetario. En línea con la nota clave de este festival, la personalidad, infundida por el alma, crea una forma de vida diaria que está motivada espiritualmente, basada en principios que iluminan e inspiran a otros. A medida que la vida de la personalidad va volviéndose traslúcida y radiante, se convierte en servicio a la humanidad. Y esto es lo que la familia humana está creando: una iluminada casa de tres plantas que consta de la mente, las emociones y la expresión física. En cada nivel de vida y percepción puede liberarse luz para irradiar la oscuridad, de forma que la casa de tres plantas de la personalidad se vuelva radiante, amorosa e iluminada.

Esta energía que fluye desde la constelación de Cáncer hacia nuestro sistema solar, a nuestro planeta, y a la conciencia humana, estimula la conciencia grupal, la percepción de la humanidad como un reino. Esta influencia tiende a despertar la autoconciencia individual como un primer paso necesario hacia la conciencia grupal. En el reino humano existe una secuencia natural de crecimiento de la conciencia que puede definirse, sencillamente, mediante las palabras: dependencia ? independencia ? interdependencia. La enorme mayoría de la humanidad tiende a ser dependiente de numerosas formas. Con el desarrollo de la independencia se alcanza la etapa de autoconciencia y autoafirmación individual. El siguiente paso, la interdependencia, comporta una percepción de la humanidad como un centro unificado e interactivo de vida y conciencia, dentro de una vida mayor. Gran parte de la agitación actual de nuestras vidas, ya sea económica o política, es el resultado de este creciente reconocimiento de interdependencia entre pueblos y entre naciones. Diversas naciones se encuentran ahora en la etapa de independencia, esforzándose por alcanzar una plena comprensión de la naturaleza de la interdependencia, de la interrelación y de la participación planetaria. La clave de este entendimiento es la cooperación, pero aún queda mucho por avanzar en su aplicación práctica.

Mientras nos mantenemos inmersos en pensamientos materialistas, egoístamente individuales o influidos por emociones colectivas y miedos colectivos, la naturaleza inferior o instintiva es la que controla. Pero, mediante la repetida experiencia del sufrimiento, que resulta del egoísmo, el alma, la divinidad interna viva, empieza a ejercer su influencia. La sensibilidad aumenta y el intelecto reemplaza a las reacciones instintivas. El uso de la corriente de energía disponible en la Luna Llena de Cáncer ayuda a soltar o liberar el principio del alma, aprisionado por la personalidad egoísta. La forma se percibe entonces como un simple vehículo, como el medio creativo de expresión para el alma. A medida que la personalidad se vuelve gradualmente progresista e iluminada, a fuerza de servir para elevar la conciencia humana, el alma queda liberada de sus ataduras y se muestra visiblemente en la vida humana. Sabiduría y razón, o intuición, empiezan a reemplazar al intelecto, revelando el significado y naturaleza de la interrelación, que es la verdadera cualidad de la vida.

Este singular flujo de energía nos da la oportunidad de comprender que la forma, la materia, debería ser, debe ser y puede ser, infundida por la vida y la conciencia del alma. Hemos llegado demasiado lejos con el materialismo. Hemos vivido rigiéndonos por valores materialistas y nos hemos mantenido atrasados e irresponsables. Pero actualmente, gracias al progreso y a las crisis, a la experiencia y a la madurez espiritual, la conciencia humana está empezando a vislumbrar que el Cristo interno está emergiendo en el corazón de la humanidad. Este nuevo nivel de conciencia revela el hecho de que la humanidad debe crear ahora un nuevo materialismo, un nuevo nivel de vida. Las formas e ideales del pasado, viejas y agresivas, deben cambiar. Estamos presenciando una confrontación entre las fuerzas del materialismo y las Fuerzas de la Luz, entre el bien individual y el bien grupal, una confrontación que se extiende a todas las áreas de la vida nacional y planetaria.

Trabajando en meditación, como grupo planetario, con la corriente disponible de luz, amor y voluntad espiritual necesarios para proveer nuevas formas de pensamiento, podemos demostrar el espíritu inherente a la humanidad. Debemos atrevernos a pensar de forma nueva. Bajo el impacto de fuerzas extra?planetarias, nuevas ideas fluyen hacia la mente de la humanidad. En esta mezcla de energías que están cayendo ahora sobre el planeta y fijándose en la conciencia humana se encuentran nuevos ideales que aprehender, nuevas formas de hacer las cosas, que entender nuevas formas de servir y amar a la humanidad a nuestra disposición.

Actualmente, las áreas iluminadas de la conciencia humana se están expandiendo por todas partes. La forma de cooperar con esta expansión tan necesaria es mediante un servicio alegre. Cada uno puede contribuir a la liberación del alma humana ‘y a su iluminadora demostración por medio de la meditación y del pensamiento reflexivo en los días de la Luna Llena.

La forma más efectiva que tenemos de cooperar con las Fuerzas de la Luz para abrir el camino hacia un futuro mejor es, sobre todo, el uso y distribución crecientes de la Gran Invocación. La Invocación fue dada a la humanidad como un instrumento de servicio y está ya efectuando cambios en la conciencia humana. Es una forma de servicio tan sencilla y obvia que su tremendo poder espiritual podría pasarse por alto.

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5. EL FESTIVAL DE LEO

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Nota clave: «Yo soy Ése y Ése soy yo»

El Festival de Luna Llena tiene lugar este mes en el signo de Leo. Por lo tanto, Leo cualifica el flujo de energía desde nuestro centro solar, el Sol. Condiciona el tipo de energía que podemos recibir y distribuir en meditación.

En el Festival del mes pasado, la energía de Cáncer influenció la consciencia colectiva de la humanidad, estimulando la tendencia hacia la autoconsciencia. En Leo, el individuo se vuelve plenamente autoconsciente, autoperceptivo y autosirviente, hasta que eventualmente, a través de la experiencia y del crecimiento, surge la tendencia hacia la consciencia grupal, reemplazando el egocentrismo. Este desarrollo siempre es debido a una creciente sensibilidad a la influencia del alma. El discípulo en Leo se vuelve crecientemente consciente del ser superior, el alma, adentrándose gradualmente en esa condición de total fusión con el alma, característica del descentralizado servidor mundial.

Cuando sabemos qué fuerzas se encuentran disponibles y cuales deberían ser sus efectos sobre la consciencia humana, podemos trabajar con inteligencia y amor para ayudar a establecer esos efectos mediante la exactitud de nuestra orientación en la meditación. Nuestro trabajo oculto con la energía crea la cruz de brazos iguales, el símbolo del discípulo y del servidor en la nueva era de Acuario. La penetración vertical en la consciencia, a medida que abrimos nuestro canal de alineamiento en la meditación, debe equilibrarse con la transmisión horizontal de energía de acuerdo al tema y objetivo de nuestro trabajo. Este necesario equilibrio también depende de la forma en que vivimos nuestras vidas diarias. Dicho de otra forma, el trabajo subjetivo debe proceder totalmente paralelo a su aplicación objetiva.

La energía disponible durante la meditación en cada Festival de Luna Llena estimula al alma humana. Esta cualidad particular y efecto de Leo conduce al individuo, consciente de sí mismo, hacia el alma consciente del grupo. Sólo el alma tiene consciencia grupal. Sólo el alma puede transformar las actitudes egoístas y separatistas de la mente y del corazón. Sólo el alma puede conocer el Plan en toda su belleza y sólo el alma puede inspirar la mente humana con ese conocimiento.

Leo presenta una relación singular con el sol, en el corazón de nuestro sistema planetario. El alineamiento planetario y del sistema solar establecido durante este Festival es un alineamiento de corazón-alma. El corazón de la humanidad, el corazón del planeta: la Jerarquía espiritual y el corazón del sol, crean el canal que se extiende hasta Sirio, la gran «estrella de iniciación» del universo. Sirio tiene una relación única con nuestro planeta Tierra y, desde Sirio, la energía de amor puro fluye a través del centro solar y al corazón planetario.

Esta alineación, establecida durante el período de la Luna Llena de Leo, evoca los principios cósmicos de Amor y Libertad, fluyendo ambos a nuestro campo de percepción a través de Sirio y Leo.

Estos dos principios están ejerciendo un impacto creciente sobre la conciencia humana, afectando a todas las áreas de la vida. En nuestro intento por trabajar con estas energías y por colaborar con la Jerarquía espiritual del planeta, el resultado debería ser la creciente manifestación en la humanidad del principio de Amor y la liberación de la vida humana de las ataduras del materialismo y de todo cuánto tiende a aprisionar el espíritu humano.

En cuanto al alma, el discípulo puede responder al reto lanzado a quienes buscan servir al Plan durante esta época de crisis en la historia humana, un reto que un conocido instructor ha puesto en las siguientes palabras: «Que todos cuántos buscan ayudar, consideren cuidadosamente que pueden hacer y qué contribución pueden realizar. Que sopesen, tras la debida reflexión, qué pueden sacrificar y de qué forma pueden sumergir sus personalidades, normalmente egoístas, en este gran impulso, dado por la Jerarquía al nuevo grupo de servidores del mundo y a los hombres y mujeres de buena voluntad de todo el mundo. Las barreras que separan a persona de persona y a nación de nación pueden desaparecer. El Espíritu de la Paz puede volverse tan poderoso que los ajustes necesarios se realicen natural y suavemente. La iluminación de las mentes de la humanidad y la renovada organización de los esfuerzos humanos, hacia la hermandad, pueden ser estimulados a una nueva y mayor actividad.

La nota clave del discípulo en Leo, que podemos tomar en nuestro pensamiento meditativo como idea simiente, es: «Yo soy Ése y Ése soy yo». Yo soy el alma, la relación entre el aspecto divino de la humanidad y la forma material, la personalidad sobre el plano físico.

A través de una repetida experiencia bajo la influencia de Leo, el discípulo puede ciertamente decir: «Yo soy el alma. Como alma, sirvo a los propósitos del Plan. Como alma, soy la conciencia del Cristo interno. Como alma, puedo tocar el centro solar, la fuente de vida y amor y luz. Como alma, puedo transmitir estas potencias y tocar el alma de otros. Como alma, puedo elevar, redimir y transformar, de acuerdo al Plan».

De este modo, meditamos al ritmo del alma de la humanidad, porque el alma es el tema consciente, sensible, del Plan Divino, la fuente de conciencia y la meta de todos los procesos evolutivos actuales.

Todo cuanto es, es creado por la meditación, por el deseo fundiéndose en pensamiento fugaz, y el pensamiento fugaz convirtiéndose en pensamiento claro y, eventualmente, en pensamiento abstracto y trascendente. Una prolongada concentración sobre alguna u otra forma se convierte, eventualmente, en meditación sobre aquéllo que no es parte de la naturaleza de la forma: su significado y vida inherentes; pasando de ahí a esa contemplación que es la fuente de inspiración y de iluminación.

La meditación produce un alineamiento creativo entre el instinto, el intelecto y la intuición, así como la identificación consciente. Relaciona (en una unidad indisoluble) la llamada mente inferior o concreta, la mente grupal, la mente jerárquica y la mente universal. La meditación conduce a un alineamiento consciente de los centros del discípulo y también de los tres centros planetarios: la humanidad, la Jerarquía y Shamballa; es de naturaleza invocativa, exigente, fusionante, receptiva y distributiva. Para el discípulo, la meditación es el agente que crea o construye el antakarana y controla «vía el alma o la Tríada espiritual» el centro de la cabeza (el centro entre las cejas) que, en el discípulo, es el principal agente para la distribución de energía espiritual.

En la meditación, ocupamos nuestro lugar en el centro de la cruz de brazos iguales, en alineación con la corriente de energía que nos está disponible en este Festival. El camino vertical de luz es nuestra línea de intención espiritual: nuestra intención vital. El sendero horizontal es la extensión de nuestro servicio. El centro es el punto de tensión donde los dos caminos se funden y mezclan y donde el trabajo avanza. En ese punto, el discípulo puede afirmar:

Soy un punto de luz dentro de una Luz mayor.

Soy una corriente de energía amorosa

dentro de la corriente de Amor divino.

Soy un punto de fuego del sacrificio,

enfocado dentro de la ardiente Voluntad de Dios.

Y así permanezco.

Soy un camino por el cual los hombres pueden llegar a la realización.

Soy una fuente de fuerza que les permite permanecer.

Soy un haz de luz que ilumina su camino.

Y así permanezco.

Y permaneciendo así, giro.

Y huello el camino de los hombres,

Y conozco los caminos de Dios.

Y así permanezco.

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6. EL FESTIVAL DE VIRGO

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Nota clave: «Soy la Madre y el Hijo, soy Dios, soy materia».

Mientras consideramos el trabajo posible este mes durante el Festival en Virgo, recordemos que estamos trabajando en meditación junto con cientos de miles de personas por todo el mundo. Estos meditadores, trabajando individualmente o en grupos, establecen juntos el acercamiento a la Jerarquía durante la Luna Llena y se hacen receptivos como grupo mundial a la corriente de energía disponible y crean los efectos necesarios.

Por lo tanto, para participar plenamente en este servicio planetario, es necesario que, al prepararnos para meditar, nos convirtamos en una parte consciente de este gran y creciente grupo de servicio. Podemos hacerlo muy sencillamente mediante el poder del pensamiento. Nos enlazamos conscientemente con este centro iluminado de meditación y nos identificamos con él. Así, nuestro propio trabajo queda resaltado por el grupo al mismo tiempo que realizamos nuestra contribución,

Debemos también acordarnos de un hecho esencial que reside tras el trabajo que podemos realizar en el momento de la Luna Llena. «Desde el punto de vista de la verdad esotérica, las constelaciones, signos del zodíaco y los planetas son sencillamente Vidas encarnadas: «Vidas manifestándose a través de las formas de planetas y constelaciones» y «la expresión de la vida, la cualidad, el propósito y la intención de los Seres que les han traído a la manifestación».

Las energías cualificadas por esas «Vidas encarnadas» fluyen secuencialmente a través de nuestro sistema solar, a través del planeta y al campo de la conciencia humana. Alcanzan su punto más elevado en el momento de la Luna Llena, cuando la forma de la luna está fuera del camino y existe un alineamiento directo y sin obstáculos entre la tierra y el sol, nuestra fuente de vida y energía.

Este mes, la energía de la constelación de Virgo está cualificando las fuerzas extra­planetarias que circulan a nuestro alrededor. Virgo es el principio material o materno, alimentando la simiente de la divinidad presente en el corazón de cada ser humano. Virgo proporciona las condiciones de oscuridad, calor y quietud necesarias para toda gestación. Virgo ha aceptado la tarea de dar a luz al Cristo, que es el destino final de todo ser humano.

Existe cierto número de ideas clave que emergen al estudiar las posibilidades inherentes a la experiencia de Virgo. Una es ésta: «Virgo concierne a la totalidad de la meta del proceso evolutivo de proteger, alimentar y, finalmente, revelar la realidad espiritual oculta». Esta es el alma, el Cristo, el principio de amor: «Cristo en nosotros, esperanza de vida». Se trata de una afirmación dramática, pero que encarna la verdad en cuánto a la misión de Virgo. En este segundo sistema solar, la meta evolutiva para la humanidad es traer el principio interno del alma, el Cristo, a una plena y perfecta manifestación. A este segundo sistema solar todavía le quedan millones de años por delante y, aunque podríamos considerar que tenemos tiempo de sobra, actualmente es algo urgente porque ahora, debido al logro de ciertos individuos del reino humano, la humanidad entera puede lograr un avance decisivo. Estas oportunidades especiales ocurren siempre en momentos decisivos de la historia, como los que atravesamos en la actualidad.

En este proceso de revelación del alma, la influencia de Virgo es de una enorme importancia debido a la cualidad y el potencial espiritual de la materia, que defiende, nutre y protege hasta que llega el tiempo de su aparición. Actualmente la humanidad ha llegado a ese punto en el que los primeros signos de manifestación son aparentes. De aquí la lucha, de aquí el conflicto entre el acostumbrado control de la materia o materialismo y los emergentes valores nuevos del Cristo interno en el alma humana.

Después, otro enunciado clave: «El fin de la humanidad es hacer tangible y objetivo, aquéllo para lo que todo el proceso creativo estaba pensado». Esto se encuentra involucrado con el proceso redentor. Deberíamos ser capaces, a través de la influencia del alma, del Cristo en nosotros, de redimir los aspectos puramente materiales de nuestra naturaleza de la personalidad, de refinar la forma material de manera que pueda reflejar, como un translúcido centro de luz, la radiación, la belleza y el amor del alma interna.

Este es el verdadero propósito de la creación, la redención de la sustancia material densa mediante el poder del alma que los seres humanos deben por si mismos invocar, dirigir y aplicar. No existe ningún otro medio más que a través de la conciencia de la humanidad en constante expansión y su efecto redentor en la sustancia del planeta en su totalidad.

Hay otra idea clave: «A través de todo el proceso de crecimiento y evolución y, poderosamente en Virgo, discurre el tema del servicio». El servicio subyace en el proceso evolutivo de este planeta. Podemos cooperar conscientemente con este proceso mientras aprendemos a vivir más por los dictados del alma y menos por las exigencias de la personalidad. Pero el esfuerzo hacia la cooperación no es para nuestro propio beneficio. Todos estaríamos mejor personalmente si hubiéramos redimido nuestras personalidades y hubiéramos aprendido a vivir, aunque sólo fuese un poco, como almas en manifestación, pero el propósito esencial es que, a través de estas expansiones y crecimientos de conciencia, podamos prestar un mayor servicio a la humanidad entera. El servicio no es una actividad planificada y artificial, ni consiste necesariamente en participar en acciones que merecen la pena, aunque esto también es necesario, sino que a medida que uno es capaz de reflejar la energía del alma en cada aspecto de la vida diaria, no sólo transforma el entorno, sino que actúa como agente transmutador en el corazón de la humanidad. Sirve también para contribuir a la transfiguración de toda la personalidad humana por el poder del alma humana. Así pues el servicio, en su verdadero significado, es un efecto espontáneo del control del alma, basado en el amor a la humanidad. Amor y servicio son cualidades inseparables en la vida del alma y en el esfuerzo que realiza el alma por expresarse más perfectamente a través de la forma de la personalidad. En Virgo podemos desarrollar esta demostración del amor como relación correcta y como servicio, como un atributo del amor.

«El amor, la voluntad y la armonía a través del conflicto son las influencias controladoras que hacen a los seres humanos lo que verdaderamente son, Cristos en cierne. Amor, voluntad y armonía a través del conflicto. Estos tres atributos se manifiestan a través de Virgo como fuerzas controladoras que trabajan juntas para ayudar a hacer a las personas lo que verdaderamente son, hijos de Dios. Estos atributos se liberan a través de Virgo en la conciencia de la humanidad cuando podemos servir, literalmente, con abnegación mediante una entregada voluntad, con una inofensividad que es amor en acción y a través de un correcto hablar que es equilibrio mental y armonía, excluyendo cualquier forma de hablar desconsiderada o perjudicial. Estas son tres características principales del nuevo grupo de servidores del mundo, que encarnan el amor y la luz necesarios en el mundo de hoy. Cuando su presencia se manifiesta en nosotros, hemos realizado un buen progreso en el camino de revelar el principio Crístico, el alma.

La nota clave para el discípulo en Virgo, que podemos utilizar como pensamiento simiente en la meditación es: «Soy la Madre y el Hijo, soy Dios, soy materia». Eventualmente, podremos decir: «Soy espíritu y materia y la relación entre los dos. Soy vida, amor y luz. Soy la unidad y la diversidad.

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7. EL FESTIVAL DE LIBRA

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Nota clave:«Elijo el camino que conduce a través de dos grandes líneas de fuerza»

Mientras consideramos la meditación de este mes en el Festival de la Luna Llena de Libra, puede sernos útil recordar que las energías cualificadas nos afectan a todos, cada mes, en su ciclo dentro y fuera de¡ ámbito de la conciencia humana. Puede que resultemos afectados más profunda y constantemente por el signo de nuestro nacimiento, nuestro signo solar, pero hemos experimentado encarnaciones en todos los signos, posiblemente muchas veces, y nos hemos vuelto sensibles a la cualidad e influencia de todas las energías extra­planetarias en su acercamiento cíclico. Ello nos da la capacidad de responder a cualquier tipo de energía condicionante que se encuentre disponible en cualquier momento y a dirigirla y utilizarla constructivamente.

Libra es bien conocido en cuánto a sus efectos equilibradores. La energía condicionada por la constelación de Libra no conduce al extremismo ni a la sobreactividad en forma alguna. Existe una tendencia a detener y a concentrar la conciencia, a sopesar, a juzgar, a decidir y entonces a actuar con equilibrio y con la medida adecuada. Esta cualidad de equilibrio es extremadamente necesaria en el mundo actual, a medida que nos acercamos al fin de un largo período influenciado por la era Pisceana con sus características de fanatismo, devoción y extremismo. Este período de la humanidad es parecido al proceso de equilibrar la oscilación de los pares de opuestos que los individuos experimentan en sus propias naturalezas emocionales, especialmente durante la adolescencia. Durante largas eras, la familia humana ha fluctuado entre fuerzas emocionales positivas y negativas, desgarrándose y atormentándose en el conflicto, hasta que eventualmente aprendemos a introducir el efecto desenvuelto, equilibrado de las energías superiores: las energías del alma. Esta energía iluminada, esclareciendo la mente, produce visión y comprensión estimulando la voluntad?de?alcanzar una respuesta estable, madura, equilibrada frente a toda condición y circunstancia.

Cada signo tiene su propia cualidad de luz. La luz específica de Libra es la luz que se desplaza al descanso, una luz que oscila hasta conseguir un punto de equilibrio». La luz que arroja la mente iluminada por el alma revela «el camino entre» las fuerzas en conflicto. En ese punto de equilibrio la personalidad, inspirada por el alma, puede decir «Elijo el camino que conduce entre dos grandes líneas de fuerza». Esta es la nota clave de Libra: «Elijo el Camino», el camino equilibrado, el camino sobre el filo de la navaja o el «noble camino de en medio» del Buda, transcurriendo entre toda polaridad, entre todo extremo. Este es el camino que nos permite observar todo cuánto se adentra en nuestro campo de conciencia sin reacciones negativas ni fanatismos.

Existe una condición que cada uno de nosotros debe crear en su conciencia. En este período de la historia, la humanidad entera está también cayendo crecientemente bajo la influencia de Libra, que está destinada a «entrar en un pronunciado control y posición de poder en el horóscopo planetario hacia finales de siglo». En esto reside una base para el optimismo en lo que se refiere a eventos mundiales. A medida que esta influencia aumente sus efectos en toda la humanidad, contemplaremos un enfoque más equilibrado, más maduro y menos unilateral a los problemas y las relaciones humanas. La humanidad ya ha alcanzado un punto de inteligencia generalizada y extendida en la que una elección consciente y un sentido de la responsabilidad están surgiendo con rapidez.

El equilibrio en el plano mental es posible para los discípulos mundiales y para aquellos que aspiran actualmente al servicio planetario. Se trata de una contribución que puede realizarse hacia el equilibrio emocional que está logrando ahora la humanidad entera en el lacerante crisol de su propia dolorosa experiencia. Debido a esta cualidad equilibradora de Libra, esta constelación puede asociarse más específicamente con el problema del sexo que ninguna de las otras. Para la mayoría de los aspirantes, en las etapas iniciales el sexo no constituye un problema fundamental. Sin embargo, esotéricamente, es en Libra cuando toda la cuestión sale a la superficie para resolverse y es en Libra donde debe producirse el equilibrio de los pares de opuestos y alcanzarse una solución a través de la juiciosa actividad de la mente y del establecimiento de un punto de equilibrio entre los principios masculino y femenino. Ello, de nuevo, constituye el problema básico existente entre negativo y positivo y entre quienes siguen ciegamente al instinto o a las costumbres y quienes les conducen, en la rueda de la vida, en cualquiera de las dos direcciones, persiguiendo el deseo egoísta o la aspiración espiritual; pero el punto a tener en cuenta es que, con sensatez, intencionadamente y después de la debida reflexión y equilibrio entre los distintos puntos, proceden de acuerdo a su voluntad, y según les parece correcto y deseable. Esto es, en si, de tina utilidad esencial y gracias a ello aprenden; porque toda acción produce resultados y una mente juiciosa sopesa causa y efecto más correctamente que ninguna otra.

Libra rige la profesión legal y sostiene el equilibrio entre los llamados bien y mal, entre negativo y positivo y también entre Oriente y Occidente. Libra ha sido el «mecenas de la ley». Hasta ahora, la legislación ha estado inmersa en imponer esas negaciones y actitudes de temor que fueron preservadas para nosotros en la ley mosaica e impuestas a través de castigar su infracción. Ello ha constituido una etapa necesaria en el desarrollo humano. Pero la humanidad está alcanzando la madurez y actualmente es necesaria una interpretación distinta de los propósitos e intenciones de Libra a través de la ley. La ley debe convertirse en el custodio de una rectitud positiva y no limitarse a ser el instrumento responsable del cumplimiento de la ley

Es posible retrasar el dolor y el sufrimiento pero, a la larga, un verdadero equilibrio, esto es, un pensamiento claro y ecuánime que permita la entrada de la luz del alma, es inevitable. La clave para este crecimiento «individual o nacional es el cultivo de la inofensividad. La inofensividad no es ni la negatividad ni la inactividad. Es una condición positiva de «una disposición perfecta, un punto de vista completo y una comprensión divina». La inofensividad infiere tanto conocimiento de la naturaleza del Alma Una de la humanidad, como un entendimiento de las Leyes del Renacimiento.

La energía de Libra desempeña un papel decisivo en este proceso y en dirección a esta meta. En este Festival, cuando las energías de Libra están tan plenamente asequibles, podemos invocar esta potencia durante la meditación. Creamos, en el plano mental, un preparado centro de atención despierta y concentrada, alineado con el alma de la humanidad, con la Jerarquía espiritual del planeta, conducida por el Cristo, y con el Plan y el Propósito de nuestra Vida planetaria. A medida que nuestras mentes se concentran en un punto de tensión, se vuelven centros invocadores de luz en la conciencia de la humanidad, recibiendo y dando luz y energía, evocando una respuesta en las mentes, corazones y pequeñas voluntades de los seres humanos. De este modo, la meditación puede irradiar el estado de conciencia del reino humano y ayudar a equilibrar eliminando todo extremo de pensamiento, de sentimiento, y de acción. Y, en la meditación, nos unimos con todos los demás del planeta pronunciando la fórmula de energía o plegaria mundial, la Gran Invocación.

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8. EL FESTIVAL DE ESCORPIO

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Nota clave: «Soy el guerrero y salgo triunfante en la batalla».

Escorpio es la gran constelación que influencia el punto de inflexión, tanto en la vida de la humanidad en su totalidad, como en la vida del ser humano individual. Energías y fuerzas descienden sobre nuestro sistema y nuestras vidas planetarias incesante, potente y cíclicamente y la cualidad de la corriente de energía disponible, durante este Festival de la Luna Llena (le Escorpio, evoca esas condiciones en la vida de la nación o de un individuo que proporcionan pruebas críticas en todos los niveles de conciencia: físicos, emocionales y mentales. Cada etapa y capa aspecto del crecimiento es sometido a pruebas. El discípulo o servidor mundial es aquel que ha logrado trascender las limitaciones emocionales y mentales de la personalidad a través del servicio, que es cooperación con la luz y el amor del alma. La cualidad singular de la energía de Escorpio, disponible a quienes se esfuerzan por recibirla y distribuirla durante la meditación, ayuda a los individuos y a la humanidad entera a probarse a si mismos y, a través de pruebas y errores, a madurar hacia un entendimiento planetario y un desarrollo espiritual. Cada paso hacia el alma debe ser substanciado y consolidado. Se estimula la persistencia, la fiabilidad y la dependencia en el servicio al todo mayor.

El discipulado, o el crecimiento en conciencia, como todo crecimiento, es un proceso. La conciencia del discípulo se desarrolla lenta y secuencialmente y, en cada etapa, atrae su forma específica de pruebas de la personalidad, conduciendo al proceso llamado iniciación. La iniciación es el sendero de perfección que el discípulo elige hollar por el bien de otros como forma de acelerar el proceso evolutivo. Dependiendo del siguiente paso que corresponda dar a cada individuo, grupo o nación, estas pruebas autoadministradas de Escorpio conciernen a los aspectos específicamente físicos o emocionales o mentales de la vida de la personalidad.

En el nivel físico, a medida que los individuos se aproximan al punto culminante de la primera iniciación, se encuentran con las pruebas de apetito, relativas a la forma de vida material. A medida que se aproximan al punto culminante de la segunda iniciación, deberán enfrentarse a los problemas del deseo y del desequilibrio emocional, al acercarse al punto culminante de la tercera iniciación, son probados por su propia mente crítica, la mente inferior o concreta. Todas estas pruebas están presentes, hasta cierto punto, en todas las etapas del crecimiento de la personalidad, pero uno de los aspectos domina, dependiendo del estado de conciencia alcanzado.

En la actualidad, la humanidad entera se encuentra involucrada en este triple proceso de pruebas de la personalidad. Nos encontramos en un momento decisivo de la historia, en el que podemos avanzar unidos para convertirnos en la familia planetaria, el discípulo mundial. Debido a que esta oportunidad se encuentra estimulada por la energía que fluye desde la constelación de Escorpio, observamos las pruebas de las condiciones físicas, emocionales y mentales de la humanidad surgiendo claramente en los asuntos mundiales.

Las pruebas de apetito en el nivel físico son las del sexo, utilizado egoístamente; la comodidad física, apropiada egoístamente y el dinero, acumulado egoístamente. Las pruebas emocionales son las del miedo, que influye en la acción; el odio, que condiciona las relaciones; y la ambición, que determina valores y objetivos. Las pruebas de la mente inferior son las del orgullo, el separatismo y la crueldad: el orgullo es la satisfacción intelectual que convierte a la mente en una barrera al control del alma, el separatismo es la actitud aislada que convierte a la mente en una barrera a las correctas relaciones humanas y la crueldad es la satisfacción con los métodos de la personalidad y convierte a la mente en el instrumento del sentido de poder. Cuando estas faltas son percibidas y superadas, el resultado es doble: el establecimiento de las correctas relaciones con el alma y también con el entorno. Estos dos resultados son la meta de todas las pruebas de Escorpio.

Todas estas condiciones se encuentran presentes en nuestros urgentes problemas humanos de la actualidad. Existen porque somos capaces de enfrentarnos a las pruebas que representan. Nunca se nos pide que realicemos lo imposible, pero si lo que somos y lo que seremos, probados hasta el limite de nuestra capacidad de cambiar y crecer. Cuando la conciencia humana sea capaz de una expansión ulterior en entendimiento y relaciones planetarias, esa condición evocará y hará subir a la superficie impedimentos al crecimiento, hasta que ambos, las características de la personalidad material que deben transformarse y el naciente poder espiritual del alma a medida que aumenta su control se enfrenten cara a cara». A través del sufrimiento, a través de pruebas y errores, surgiremos como el discípulo triunfante, purificado y fortalecido en carácter, en la cualidad de nuestra vida de deseo y en los valores que decidimos adoptar como nivel de una vida buena para todos. A medida que la humanidad aprende a apelar a todos los recursos espirituales de que dispone, en momentos de crisis, los poderes ocultos del alma se revelan progresivamente.

La influencia de Escorpio es poderosa y su poder lleva a la humanidad a salvo a través de pruebas y errores y a la influencia de la nueva era que se aproxima.

A medida que los individuos consiguen enfrentarse a sus propias pruebas inmediatas de crecimiento y cambio, cada uno contribuye al avance de la raza humana. En esta percepción los hombres y mujeres de buena voluntad del planeta meditan unidos durante este Festival de Luna Llena, aceptando y respondiendo a esta tremenda corriente de energía y distribuyéndola a través del magnetismo de la intención abnegada a la conciencia humana. Quienes meditan alcanzan una creciente capacidad de trabajar con energía. Todos cuántos participan en este tipo de servicio ayudan a irradiar la conciencia de la humanidad con la luz, el amor y el poder del Plan del alma. El futuro no es desconocido y el crecimiento humano no es impredecible. A través de la fusión de luz y amor en la cualidad de la vida diaria, el desarrollo de la conciencia prosigue sin contratiempos.

Durante todos los períodos de luna llena, la corriente de energía del sol a la Tierra está libre de obstáculos, permitiendo una plena relación con el sol, el «corazón» simbólico de nuestro sistema solar. Estas energías son literalmente dirigidas hasta el campo de la conciencia humana mediante la invocación, haciéndolas asequibles a quienes pueden responder a los valores superiores, aquellos de corazones amorosos y mentes abiertas. La forma más efectiva que tenemos de cooperar con las Fuerzas de la Luz para abrir el camino a un futuro mejor es el empleo de la fórmula de energía de la Gran Invocación. La Invocación fue dada a la humanidad como un instrumento de servicio y está ya efectuando cambios en la conciencia humana. Es una forma de servicio tan sencilla y obvia que su tremendo poder podría pasarse por alto.

(Ver el Festival de Aries para el texto de la Gran Invocación)

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9. EL FESTIVAL DE SAGITARIO

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Nota clave: «Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra».

El Festival de la Luna Llena de Sagitario se celebra en meditación y reflexión grupal por todo el planeta. Un mayor entendimiento del significado y empleo de la energía disponible, cualificada por la naturaleza esencial de Sagitario, hace posible la recepción y la distribución de esta energía a la conciencia humana.

En épocas pasadas, Sagitario estaba simbolizado por el Centauro, el inseparable hombre?animal. En la actualidad, la evolucionante humanidad está simbolizada por el arquero sobre un caballo blanco: liberada y controlando la naturaleza animal. El arquero, la conciencia humana liberada, indica el sentido de dirección: la trayectoria recta y precisa de la flecha del poder mental y de la aspiración hacia una meta superior. Esto queda ilustrado por la nota clave de Sagitario: «Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra».

La energía que fluye a través de la constelación, Sagitario, a nuestro sistema solar, a nuestro planeta y al centro de conciencia que llamamos humanidad, estimula las cualidades humanas del idealismo y de la intuición. Estas características inherentes, o cualidades del alma, conciernen a la naturaleza subjetiva, al estado de percepción consciente de cabeza y corazón, luz y amor.

El idealismo concierne a la visión: el poder de visualizar o imaginar nuevas metas que alcanzar. La sensibilidad a ideales superiores inspira nuevas actitudes de mente y corazón y abre a nuevas experiencias. La humanidad es esencialmente idealista, habiendo vivido a través del largo período de 2000 años de la era Pisceana durante la cual la energía del idealismo y la devoción desempeñó un papel sumamente influyente. El idealismo ni se ha desechado ni se ha quedado trasnochado; pero a medida que avanzamos en conciencia bajo las cambiantes energías de la era de Acuario, los aspectos más negativos y fanáticos del idealismo son trascendidos o abandonados. A medida que el entendimiento reemplaza a la devoción, los ideales aceptados reflejan con mayor exactitud las ideas subyacentes e inclusivas. Detrás de cada ideal se encuentra una idea o concepto mental, una forma mental. Un ideal es la relación entre la idea y su expresión en el plano físico. Se dice que cada idea verdadera es un «impulso espiritual tomando forma».

También el sentido de dirección es una fuerza poderosa y disponible en Sagitario. En estos tiempos en que la humanidad parece ir a la deriva, virando fácilmente ante cualquier influencia material que aparezca, ante la realización de promesas y ante la instigación de temores profundamente arraigados, la energía de este período específico de Luna Llena transmite, como don del espíritu, la captación de una meta y propósito significativos en la vida.

En este signo, las fuerzas del conflicto son sumamente poderosas. Cada vez que un ser humano entra bajo la influencia de Sagitario es con el objetivo de reorientarse hacia alguna perspectiva nueva y más elevada, con la tarea de reenfocarse en un objetivo superior y con el desarrollo de algún propósito básico y orientador. Estos propósitos en desarrollo pueden ir desde un deseo puramente animal, pasando por la egoísta ambición humana, hasta la lucha de los aspirantes a discípulos o de los iniciados por alcanzar la necesaria liberación hacia la que la totalidad del proceso evolutivo les ha impelido. En Sagitario, ese intelecto que se ha desarrollado, utilizado y finalmente iluminado, se vuelve sensible a una experiencia de tipo mental todavía más elevada, a la que damos el nombre de percepción intuitiva. Surgen destellos de luz respecto a los problemas; se contempla una visión de logro distante y sin embargo posible; el buscador comienza a salir de las profundidades y ve ante sí la experiencia de la montaña, que ahora debe comprender. Caminando no ya en la oscuridad, sino contemplando lo que debe hacerse, los discípulos realizan un rápido progreso y viajan «raudos por el camino».

Aprenden a comprender el significado de la luz creciente que saluda su progreso a medida que suben hacia la cima de la montaña. Los destellos de intuición a los que están acostumbrándose se convierten en la resplandeciente y constante luz del alma, irradiando la mente y proporcionando ese punto de tensión que debe siempre constituir la fusión de las dos luces, la luz mayor y la menor. La luz de la personalidad y la luz del alma se mezclan, produciendo un servidor de la humanidad inteligente y cooperador. El principal objetivo es el empleo inteligente de todos los poderes para lograr la consecución de alguna meta. Para el servidor planetario, la meta es la expresión del amor-sabiduría consagrado siempre al bien de la totalidad. Desear aquello que es bueno para toda la familia humana demuestra ser la dirección tan estimulada en este período de Luna Llena especifico.

Todo cuánto sirve a la necesidad de la humanidad se convierte en una meta, revelando con el tiempo una perspectiva más amplia: el iluminado y dedicado grupo de servidores mundiales. Respecto al futuro de la humanidad, se mire por donde se mire el estado actual del mundo, la sabiduría constituye una necesidad fundamental. Sólo la inteligencia, acompañada de una amorosa iluminación, o sabiduría, puede liberar a la humanidad a un futuro más razonable.

La conciencia en Sagitario avanza firmemente hacia una meta específica. Este sentido de orientación y dirección es característico del individuo iluminado o sabio. La facultad de dirección sensible en las primeras etapas se convierte en esfuerzo por distinguir entre la actividad del alma y la de la personalidad, a lo largo de las directrices del Plan divino, «1a dirección ordenada del pensamiento de Dios». No existe dirección real separada del pensamiento y el pensamiento es poder. El pensamiento es también responsabilidad. Las palabras «poder» y «responsabilidad» son, de hecho, intercambiables. Con la percepción de poder llega la responsabilidad al todo mayor, se reconozca o no. Los aspirantes, a una comprensión mayor, deben asumir eventualmente la responsabilidad del control y dirección mentales de sus propias vidas, de manera que avancen de acuerdo a un plan autoestablecido y hacia una meta claramente visionada.

Sagitario proporciona un punto de equilibrio en el que la visión se profundiza conscientemente y la actividad significativa se expande. En la meditación, se desarrolla el ojo firme que percibe claramente los valores espirituales superiores, antes de disparar la flecha de poder mental con plena intención hacia la meta que quiere alcanzarse. Esta es la cualidad que, a medida que se desarrolle, conducirá a la humanidad a través del portal de la iniciación.

Si lo pensamos, durante este Festival trabajamos con una energía clara, inspirada por la voluntad, sobre un rayo de luz dirigida, enfocada; una luz tan absorbente y concentrada que la meta inmediatamente siguiente que debe alcanzar la humanidad queda plenamente revelada. Esa meta es una situación mundial de correctas relaciones entre los seres humanos y entre las naciones; de cooperación y de compartir entre todos los pueblos, razas e ideologías; y de una correcta distribución de los recursos mundiales, que pertenecen a toda la humanidad. A medida que los extremos de cualquier tipo van eliminándose y que la moderación y la razón se vuelven descriptivas de la humanidad, la palabra «unidos» podrá comenzar a acercarse a su verdadero significado en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Manteniendo esta meta y visión en la meditación junto con el grupo planetario, nos volvemos abiertos y receptivos a las energías predispuestas de Sagitario, dominadas por el amor y la sabiduría, la armonía y el idealismo. Este propósito unido genera un campo de fuerza magnético invocativo que, literalmente, dirige las energías de luz y amor directamente a la consciencia de la humanidad. Empleando la fórmula de energía de La Gran Invocación en la línea del tipo de dirección de la energía de Sagitario, estas energías se vuelven asequibles al campo de la consciencia humana, influyendo en las actitudes de mente y de corazón de todo el planeta, inspirando sensibilidad a los valores espirituales.

(Ver el Plenilunio de Aries para el texto de la Gran Invocación

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10. EL FESTIVAL DE CAPRICORNIO

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Nota clave: «Estoy perdido en la luz suprema y a esa luz doy la espalda .

El Festival de Capricornio proporciona el tema y punto de atención para nuestra meditación de Luna Llena de este mes. Se dice de Capricornio que es una de las fuerzas más difíciles de comprender porque es el más misterioso de los doce signos. Puede que ello sea porque el verdadero Capricornio puede actuar en cualquiera de los dos extremos de conciencia: el del materialismo más denso o el de la percepción iluminada del iniciado.

Capricornio ofrece una imagen bastante completa de la humanidad con sus pies en la Tierra y, sin embargo, corriendo libremente y subiendo a las cimas de la ambición mundana o de la aspiración espiritual en búsqueda de aquello que se percibe como principal necesidad. Como carnero, es el ser humano terrenal, el codicioso buscador de la satisfacción del deseo, o el aspirante, el buscador igualmente egoísta a la caza de la satisfacción de su aspiración.

La definición más apta es que el ser humano es «un animal más un Dios vivo en la forma física». La energía de Capricornio parece representar, en su estimulación, éstos dos aspectos de la constitución humana. Todavía enfocado en la naturaleza material se encuentra un ambicioso animal, luchando por sus propios intereses egoístas, preparado para llegar tan lejos como sea necesario para satisfacer sus necesidades y deseos. Los aspirantes al discipulado que se encuentran bajo esta misma influencia están espoleados e inspirados en su ascensión, saliendo de las profundidades de la vida controlada por la forma hacia la luz y la gloria de la experiencia de la cima de la montaña, o iniciación.

Por lo tanto, dependiendo de donde se encuentre un individuo en el sendero de evolución, Capricornio estimulará todo cuánto sea material, o centrado en la forma, o todo cuánto sea espiritual. En Capricornio estamos ante el triunfo de la materia, que alcanza su expresión más concreta y densa; pero este triunfo es seguido por el del espíritu. En Capricornio se encuentra la plena expresión de la naturaleza terrenal, pero también se encuentran inmensas posibilidades espirituales.

Capricornio es un signo de conclusión puesto que representa las profundidades de la degradación o de la cristalización y las cimas del logro espiritual: los dos polos de toda la experiencia humana. También es el signo de los nuevos comienzos, puesto que cada final es sólo la conclusión de una fase o ciclo, y cada logro es un paso hacia el crecimiento.

Capricornio inaugura un nuevo ciclo de esfuerzo. La situación actual del mundo indica que la humanidad se encuentra en ese estado de agitación previo a realizar un avance decisivo en el desarrollo de la autoconsciencia. El siguiente paso implica la expresión del sentido de la responsabilidad, que es la primera flor y fruto de la percepción autoconsciente, una primera indicación de que el alma está haciendo sentir su presencia. El conflicto actual se debe al enfrentamiento entre el crecimiento espiritual, en todos los niveles de percepción humana, y la resistencia de las fuerzas impenitentes de la personalidad y a la batalla que está librándose entre las fuerzas del materialismo atrincheradas en la forma humana y las fuerzas de la Luz trabajando a través de la Jerarquía espiritual de Luz y Amor. Esto es similar a la batalla final en el individuo entre la personalidad, el Morador en el Umbral, y el alma, el Ángel de la Presencia.

Capricornio guarda el secreto del alma, el secreto de la gloria oculta, revelado al discípulo en el punto culminante de la tercera iniciación, la transfiguración de la personalidad por el alma en la cima de la montaña. Pero esta revelación sólo puede tener lugar como resultado del esfuerzo, de la capacidad de elevarse por encima de las limitaciones de la personalidad, de persistir en el camino de ascensión a pesar de los obstáculos y las dificultades. No existe un camino fácil para que los individuos se liberen de sus propias limitaciones del egoísmo y la separatividad; y no existen los atajos. Es un largo, doloroso proceso en el que aprendemos, eventualmente, mediante la experiencia personal, que la autodisciplina y el autocontrol y el autosacrificio forman las piedras fundamentales del discipulado.

Sobre estos cimientos puede eventualmente desarrollarse la superestructura de una forma de vida amorosa y responsable, que refleje los valores del alma. Este crecimiento de conciencia se convierte en el camino de iniciación, el camino hacia la cima de la montaña, hacia esa luz suprema que revela al alma como el verdadero Ser, al Plan como la responsabilidad del discipulado y a la Jerarquía espiritual del planeta como el centro de amor donde, a través de la iniciación, se admite al discípulo aceptado.

Capricornio es, por tanto, el signo destacado de la iniciación. Según los antiguos mitos y leyendas, todo dios?sol nace en este signo. (Un dios?sol es aquel cuya tarea es revelar algún aspecto del principio del alma: amor, luz y voluntad cósmicos.) La cumbre de la experiencia puramente humana, la tercera iniciación de Transfiguración, está regida por Capricornio. En ella el alma revela su belleza, verdad y bondad en la consciencia del discípulo, confirmando su logro y estableciendo el camino por delante. Martín Luther King habló de haber estado en la cima de la montaña y haber contemplado la «tierra prometida». Se refería a la promesa que el alma extiende a toda vida humana. La superación de las limitaciones personales y las barreras impuestas por las circunstancias sólo son posibles a la luz de un estado de conciencia más elevado e inclusivo.

Para todos los discípulos, el camino hasta la tercera iniciación, incluida, es el camino del servicio entre los «hijos de los hombres», todavía sufriendo en los planos y valles de la experiencia humana. Los iniciados dejan atrás la experiencia en la cima de la montaña, vuelven sus rostros hacia el campo de servicio y enfocan toda su atención y energías en satisfacer la necesidad del reino humano.

La nota clave del discípulo en Capricornio es elocuente respecto a toda esta experiencia: «Estoy perdido en la luz suprema y a esa luz doy la espalda». 0, en palabras de la nota clave de nuestro trabajo de meditación de Luna Llena, el discípulo «gira sobre el pedestal de luz y se vuelve en dirección opuesta. Vuelve su rostro hacia la oscuridad y, entonces, los siete puntos de luz dentro de sí mismo transmiten la luz que irradia hacia el exterior y, he aquí que los rostros de los que hollan el sendero oscuro reciben esa luz. Para ellos ya el camino no está oscuro. Detrás de los guerreros, entre la luz y la oscuridad, resplandece la Luz de la Jerarquía.

Recojamos estos inspiradores pensamientos en nuestras conciencias meditativas mientras intentamos cooperar con la oportunidad de servicio que proporciona este Festival de Capricornio, concluyendo con la Gran Invocación

(Ver el Festival de Aries para el texto de la Gran Invocación)

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11. EL FESTIVAL DE ACUARIO

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Nota clave: «Soy agua de vida, vertida para los hombres sedientos»

Este mes, el Festival de Luna Llena tiene lugar en el signo de Acuario. Actualmente, Acuario es de una importancia suprema para nosotros en nuestro sistema solar; es el signo hacia el que el sol avanza con rapidez y su influencia está ganando ímpetu y potencia con cada década que pasa. La creciente influencia de Acuario es en gran parte responsable de los cambios que están efectuándose ahora en toda nuestra vida planetaria y en todos los reinos de la naturaleza.

La influencia de Acuario es omnipresente e interpenetrante. Afecta a la conciencia, lo que a su vez afecta a las formas de vida externas. De hecho, la era de Acuario, que ya es parte de la conciencia humana actual, es más una cuestión de conciencia que de tiempo. Los miembros de la familia humana que responden a los principios y valores inherentes a Acuario son ya acuarianos en conciencia y actividad, aunque la humanidad en su totalidad está todavía luchando a través del período de transición saliendo de Piscis. La conciencia del verdadero Acuariano se ha expandido desde la intensa autoconciencia de la persona media a la conciencia grupal del servidor mundial. El individuo se transforma en lo universal, sin perder en lo más mínimo su identidad espiritual individual.

La influencia dominante en este Festival de la Luna Llena de Acuario estimula la capacidad espiritual de los individuos de amar y servir a sus semejantes, de volverse inclusivos y compasivos, y de compartir sus recursos propios libre y plenamente buscando satisfacer una necesidad reconocida. Una influencia así es muy necesaria en un mundo en el que la humanidad se ha cristalizado en una condición de egoísmo y separatividad. Al final de la era de Piscis, esto se ha vuelto pronunciado y ostensible, una forma de vida conocida y aceptada. Sin embargo, a la larga, nada podrá impedir que las poderosas energías desciendan a través de la constelación de Acuario. Estas energías están dominadas por el rayo de amor y de sabiduría y por el poder de anclar la energía espiritual en la forma material.

Esta energía amplía la experiencia y expande la conciencia. Es una fuerza irresistible que barre a la humanidad hacia la nueva era, a pesar de sí misma, y de sus resaca y resistencia Pisceana. Los impedimentos al progreso que ahora parecen tan inmensos y que tienden a deprimir y desanimar al espíritu pionero, son nuestra propia creación. Representan el total de nuestras actitudes de mente y corazón, todavía no transformadas. Pero aquello que hemos creado puede ser cambiado o desechado, construyendo de nuevo según los cambiantes requerimientos del mundo actual.

Este estado de conciencia Acuariano, como fuerza omnipresente en numerosas personas hoy, no puede dejar de estimular el cambio en la conciencia de toda la humanidad. En la medida en que los servidores mundiales del reino humano puedan mantener su actitud dentro de la corriente de energía de Acuario, recibiendo, dando y viviendo el poder y el amor al que tienen acceso, servirán para irradiar y transformar la totalidad del entorno humano.

El prolongado esfuerzo del alma para controlar la personalidad culmina en Acuario y el discípulo avanza, desde el punto de vista técnico, a la experiencia del sendero de iniciación. En el centro de toda experiencia influida por Acuario se encuentra la belleza de la vida grupal, el bien grupal y el servicio grupa¡. Esto no implica a unas personas viviendo juntas sin más, sino esa conciencia inclusiva, o estado mental, que piensa en términos de totalidad.

El servicio, que es la nota clave de Acuario, es una Ley divina. Esta Ley del Ser?vicio fue expresada plenamente por primera vez por el Cristo hace dos mil años. Fue el precursor de la era de Acuario, y de ahí su constante énfasis sobre el hecho de que El era el «agua de vida», el «agua viva» que la humanidad necesitaba. Por ello el nombre esotérico de esta ley es «el agua y los peces». La era de Piscis preparó lenta, muy lentamente, el camino para la expresión divina del servicio que será la gloria de los siglos venideros. En la actualidad, tenemos un mundo que está llegando lentamente a la comprensión de que «ningún hombre vive para si solo»y de que sólo a medida que el amor, acerca del cual tanto se ha escrito y hablado, encuentre su salida en el servicio, pueden los seres humanos empezar a dar la talla de su capacidad innata.

El servicio puede definirse brevemente como el efecto espontáneo del contacto con el alma. Este contacto es tan definido y fijo que la vida del alma puede circular a través del cuerpo físico que el alma debe, necesariamente, utilizar en el plano físico. Es la forma gracias a la cual la naturaleza del alma puede demostrarse en el mundo de los asuntos humanos. El servicio no es una cualidad ni una representación; no es una actividad hacia la que la gente debe encaminarse esforzadamente, ni es un método de salvación mundial. El servicio es una demostración de vida. Es una necesidad del alma y es un impulso evolutivo del alma, así como el instinto de supervivencia o la reproducción de las especies es una demostración del alma animal. Es un instinto del alma y es, por tanto, innato y peculiar al desarrollo del alma. Es la característica sobresaliente del alma, igual que el deseo es la característica sobresaliente de la naturaleza inferior, o de la personalidad. Es el deseo grupal, igual que en la naturaleza inferior es un deseo de la personalidad. Es el instinto al bien grupal. Por tanto, no puede enseñarse ni imponerse a una persona como evidencia deseable de aspiración, activado desde fuera y basado sobre una teoría del servicio. Es, sencillamente, el primer efecto real, evidenciado sobre el plano físico, del hecho de que el alma está empezando a expresarse en la manifestación externa.

El aspecto más vital de este tipo de conciencia grupa¡ es la comprensión de una síntesis subjetiva que existe dentro del grupo mundial de servidores y de la efectividad del trabajo subjetivo en el que muchos participan, a pesar de estar ampliamente separados físicamente y de no conocerse personalmente entre sí. Aquí, de nuevo, hay un reconocimiento del poder y la efectividad del trabajo de meditación realizado regular y rítmicamente por los grupos de todo el mundo. Incluso careciendo del conocimiento consciente del hecho, individuos y grupos están unidos en semejante servicio; y en la unión está la fuerza. El enlace entre la humanidad y la Jerarquía, entre la personalidad y el alma, resulta fortalecido; el canal de comunicación de energía también resulta fortalecido. La corriente de energía es más potente y la respuesta en la conciencia de la humanidad más espontánea.

Año tras año, al retornar el Festival de la Luna Llena de Acuario, podemos utilizar conscientemente la oportunidad y las energías disponibles para ayudar a elevar y expandir la conciencia humana hacia la nueva era de Acuario. Oportunidad, iluminación y hermandad son tres regalos que se confieren a la humanidad durante la era de Acuario: oportunidad de crear los cambios necesarios; la extensión de la luz del alma, intuitiva e iluminadora; y el crecimiento de las correctas relaciones humanas, la unidad y la hermandad. El empleo del Mántram o plegaria mundial de la Gran Invocación es una forma efectiva de conducir magnéticamente las energías necesarias al campo de la conciencia humana.

(Ver el Festival de Aries para el texto de la Gran Invocación)

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12. EL FESTIVAL DE PISCIS

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Nota clave: «Abandono el hogar de mi padre y, retornando, salvo».

En este Festival de Luna Llena en Piscis completamos nuestra breve consideración de cada uno de los doce Festivales, iniciada con el Festival de Pascua en el signo de Aries.

El trabajo que podemos realizar mes a mes con la energía, bien que se trate de uno de los tres Festivales principales o de uno de los nueve Festivales menores, está basado en un tema de gran importancia para la humanidad. Es el tema del alma que reside dentro del hombre, del principio Crístico y de su gradual surgimiento y liberación a una plena expresión como influencia controladora en la vida cotidiana.

Para comprender esta posibilidad, es necesario entender la premisa oculta básica de que «incluso el mínimo átomo de sustancia contiene en sí aquello que puede responder a un estímulo espiritual». Cuando a esta premisa le añadimos el hecho oculto, actualmente científicamente confirmado, de que todo es energía, entonces descubrimos que toda la vida humana en el plano físico consiste en una espiritualidad inherente y potencial, más ese factor «la energía» que puede estimular esa divinidad en nosotros de latencia a potencia. Las energías extra?planetarias disponibles en estos Festivales de luna llena, de origen cósmico y de aplicación universal, proporcionan la estimulación energética que necesita el alma en su lucha por la liberación y por el control dentro de la personalidad humana.

Piscis ha desempeñado un gran papel en este proceso evolutivo en el curso de los últimos 2000 años, porque es el signo, y por tanto la influencia energética, que ha gobernado este período de la historia. El bien conocido símbolo de Piscis es el de los dos peces enlazados por un hilo conector. Esto significa la unión que existe entre el alma y la personalidad de un individuo. Durante largas eras el alma es la prisionera de la personalidad. Eventualmente, bajo el constante impacto de la energía espiritual y, como resultado de la experiencia en los valles del camino de vida centrado en la personalidad, se hace posible una inversión que, a medida que procede, permite al alma controlar la personalidad.

La orientación de la humanidad al mundo de los valores superiores ha sido el principal objetivo de la era de Piscis, que está finalizando ahora, y de la influencia del sexto rayo que está desapareciendo rápidamente. Aunque nunca ha habido un tiempo en el que ésta orientación no haya avanzado regularmente, conviene tener presente que durante los últimos dos mil años un proceso de orientación mucho más elevado, raro y más difícil se ha sostenido ante la humanidad y ello por la siguiente razón: el cuarto reino de la naturaleza ha sido definitivamente atraído en forma ascendente hacia el emergente quinto reino y esto ha hecho, también, necesario retirar la atención del esfuerzo humano de los tres mundos y la expresión en el mundo superior de la conciencia del alma. También ha requerido la reorientación de la atención instintiva y de la intelectual, que son los principales factores en el desarrollo de la percepción divina. Esta percepción puede ser instintiva, intelectual y, por lo tanto, humana y también espiritual. Pero las tres son igualmente divinas, lo cual es un punto que frecuentemente se olvida.

La redención de la materia y la elevación y expansión de la conciencia es el propósito subjetivo de la encarnación. El proceso redentor libera la vida interna a un estado de conciencia superior. Esto constituye, y ha constituido, la tarea de todos los salvadores mundiales. De ahí la aparición del Cristo como salvador mundial en los inicios de la era de Piscis hace 2.000 años. El estableció los principios sobre los que podría basarse el crecimiento y desarrollo necesarios durante este período.

La humanidad necesitaba construir el principio egóico del amor, la facultad de la devoción y la capacidad de servicio y de autosacrificio. Estos eran aspectos destacados de las enseñanzas del Cristo y de su propia forma de vida. El ejemplificó lo que enseñaba, demostrando así la necesidad de que la teoría, o la teología, se convirtiese en una forma práctica de vida cotidiana.

La energía liberada a través de Piscis y a la que podemos acceder durante la meditación, estimula nuestra sensibilidad espiritual innata. En sus etapas iniciales, esta sensibilidad se encuentra con frecuencia polarizada psíquicamente, como una fuerza emocional intensamente egocéntrica. Esto produce cierta tendencia al fanatismo y a llevar los ideales o ideas necesarios a tales extremos que se transforman en una limitación y un obstáculo para el crecimiento, y a la liberación del alma. Hemos contemplado los efectos de esta tendencia en el fanatismo religioso, por ejemplo, que exalta al Instructor por encima de la enseñanza; o que aprueba el empleo de la fuerza militar y la tortura en nombre de la conversión religiosa.

En una vuelta más elevada de la espiral, la energía de Piscis genera la calidez del amor y de la compasión, necesarias para la salvación mundial y humana. Esta influencia transforma la vida en el reino humano. La tendencia al psiquismo se transforma en percepción e inspiración espiritual; la codicia en renuncia; el instinto de supervivencia en abnegado servicio mundial; la autocompasión en compasión, simpatía y comprensión divina; la devoción a las necesidades personales en una respuesta sensible a las necesidades de la humanidad; el apego al entorno y la situación personales en desapego de la forma y capacidad de identificarse con el alma.

Se trata de cualidades y valores que todavía tenemos que incorporar a nuestra forma de vida, a medida que dejamos atrás la era de Piscis y nos adentramos en Acuario, la era del servidor mundial y de la hermandad universal. Todo cuánto es mejor y más refinado, de cada era de la historia humana y de cada etapa a lo largo del camino evolutivo, se convierte en la base de un nuevo crecimiento. Nunca se pierde o se descarta algo de valor. El impacto regular de la fuerza de Piscis ha sido lo que por fin ha conducido a la humanidad, el Discípulo Mundial, a las puertas mismas de la iniciación. Durante más de 2.000 años la influencia de Piscis ha afectado a la humanidad; ha producido la demanda de un reajuste mundial; ha desarrollado el espíritu internacional y ha conducido a la formación de grupos en cada departamento de la vida humana, colocando así los cimientos para la futura síntesis en Acuario.

Piscis introduce dos tipos dominantes de energía, la energía del primer rayo de voluntad o poder y la energía del segundo rayo de amor y sabiduría. Así, el Propósito y el Plan se han entretejido en la conciencia de la raza humana para que ésta los interprete y revele a través del despertar de su propio corazón y mente. La fusión de corazón y mente crea un salvador mundial, o un servidor mundial. Y se dice que la fusión de corazón y mente, en un ser humano y en la vida planetaria, es esencial para el proceso evolutivo en este sistema solar.

La salvación de la humanidad, y el servicio al Plan, son los abnegados objetivos del discípulo influenciado por Piscis. Esta influencia ha construido su potencia sólidamente y bien en la conciencia humana durante los últimos 2.000 años. Así, el discípulo actual puede verdaderamente decir: «Abandono el hogar de mi padre y, retornando, salvo». Esta es la nota clave del discípulo en Piscis que debería constituir el pensamiento simiente para la meditación en este Festival.

Al completarse el circulo del zodíaco y el trabajo de los doce Festivales, saludemos a la fuerza cósmica de toda vida y energía y afirmemos nuestra responsabilidad dentro de ella mediante estas palabras de un antiguo Mántram, conocido como el Gayatri:

Oh Tu, sustentador del Universo,

De Quien todas las cosas proceden,

A Quien todas las cosas retornan,

Revélanos el rostro del verdadero Sol Espiritual,

Oculto por un disco de luz dorada,

Para que conozcamos la verdad,

Y cumplamos con todo nuestro deber,

Mientras nos encaminamos hacia Tus sagrados pies.

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13. APROXIMACION A LA JERARQUIA EN LA LUNA LLENA

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Como resultado de la experiencia de numerosos años en la meditación grupal en el momento de la Luna Llena, ha ido surgiendo una forma de meditación empleada en la actualidad por cientos de grupos en todo el mundo.

Esta técnica de meditación de Luna Llena nos ayuda a colocarnos cuando meditamos, en alineación con la Jerarquía espiritual del planeta. Es una aproximación en la conciencia, de la humanidad a la Jerarquía. Establece un ritmo evocativo mes a mes y crea una condición mediante la cual, en la meditación, podemos cooperar con la intención de la Jerarquía, de recibir y transmitir las energías extraplanetarias cualificadas a medida que se encuentran disponibles.

La entrada en este sendero de Aproximación es posible para individuos, para grupos y para la humanidad en su conjunto. Energías que normalmente no se encuentran disponibles pueden tocarse, captarse y utilizarse en el momento de estos acercamientos, siempre que el contacto se lleve a cabo en formación grupal. Se trata de una cuestión de conciencia y no necesariamente de encuentro físico. De esta manera el individuo, el grupo y la humanidad se enriquecen y vitalizan.

El efecto que ejerce la meditación humana en estos tiempos es el de cambiar las condiciones, invocar las potencias espirituales superiores, trabajar con concentración, tanto vertical como horizontalmente, en el reino humano y en el Reino de Dios. Esta actividad vertical y horizontal guarda el secreto de la meditación creadora. Es invocativa de las energías superiores y crea un canal de contacto entre alma y espíritu. Esto es «meditación vertical». También es evocativa y crea un fermento de movimiento dinámico en ese nivel del ser, que debe resultar afectado o cambiado, y éste es el aspecto horizontal. Tanto la actividad vertical como la horizontal son descriptivas del método de invocación y evocación, tal y como se emplea por todos los grupos de enlace entre los diversos centros planetarios.

Hay una poderosa corriente de energía de amor en cada Festival de Luna Llena, cualificada por la influencia del signo específico, cualquiera que éste sea. El amor es la energía básica que subyace a todas las demás energías y fuerzas durante este ciclo mundial. El trabajo de mediación en sí está basado en lo que se denomina la «séxtuple progresión del amor divino». Esto no es más que una frase que se utiliza para identificar la corriente de energía a medida que se precipita a través de la vida planetaria.

La energía, al precipitarse, se centra en seis áreas principales de conciencia. Se introduce en la forma de nuestra vida planetaria a través de Shamballa, el centro planetario más elevado; fluye al corazón planetario, la Jerarquía; al Cristo, el corazón de amor dentro de la Jerarquía; al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo; a través de la conciencia de los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo; y, finalmente, se ancla o fija en el plano físico como punto focal a través del cual el Señor de Amor, el Cristo, puede trabajar en la Tierra. Estos forman los seis puntos o etapas de comunicación energética, creando un alineamiento entre los tres grandes centros del planeta: la Humanidad, la Jerarquía y Shamballa. Actualmente, este alineamiento está fortaleciéndose. De esta manera, los corazones humanos, el corazón del planeta, la Jerarquía y el corazón de la Jerarquía, el Cristo, están en un estado de contacto fehaciente. Cuando este canal se encuentre abierto y sin obstrucciones, el Cristo reaparecerá. Su corazón, encarnando el amor de Dios, se conducirá desde el corazón del planeta (la Jerarquía) a los corazones de los seres humanos, y el sendero de su retorno al servicio en la Tierra permanecerá sin desafíos ni obstáculos.

La secuencia de la meditación es como sigue, y quizá podamos introducirnos en ella en un sentido meditativo a medida que continuamos:

«Aquel que vuelve su rostro hacia la luz y permanece dentro de su esplendor queda cegado para los asuntos del mundo de los hombres; penetra en el Sendero Iluminado que lleva hacia el Gran Centro de Absorción. Pero aquel que siente la necesidad de adentrarse en ese sendero, pero, sin embargo, ama a su hermano que se encuentra en el camino oscuro, gira sobre el pedestal de luz y se vuelve en dirección opuesta.

Vuelve su rostro hacia la oscuridad y, entonces, los siete puntos de luz dentro de sí mismo transmiten la luz que irradia hacia el exterior y, he aquí que los rostros de los que huellan el sendero oscuro reciben esa luz. Para ellos ya el camino no está oscuro. Detrás de los guerreros, entre la luz y la oscuridad, resplandece la Luz de la Jerarquía «.

Ahora, establecemos nuestro alineamiento como parte del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, que encarnan la luz y el amor necesarios hoy en el mundo. Permanecemos dentro del corazón y alma de este grupo mediador y, en este punto de fusión entre la humanidad y la Jerarquía, meditamos sobre el pensamiento simiente o nota clave apropiados al signo del zodíaco.

A continuación, transmitimos la ola de amor a los hombres y mujeres de buena voluntad en todas partes del mundo, visualizando la radiación del amor creando líneas iluminadas de relación entre las personas y entre las naciones. Después, establecemos un punto focal a través del cual el Señor de Amor trabajará en la Tierra, sabiendo que a través de este foco la Luz, el Amor y el Poder hacen contacto con las mentes, los corazones y las pequeñas voluntades de los hombres y mujeres, tejiendo en una misma conciencia a todas las unidades separadas.

Por último, trabajando a través de este foco de amor, transmitimos la corriente de energías de la Gran Invocación:

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,

Que afluya luz a las mentes de los hombre;

Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,

Que afluya amor a los corazones de los hombres;

Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;

El propósito que los Maestros conocen y sirven,

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz

Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

OM OM OM

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Buena Voluntad Mundial

120 Wall Street, 24th Floor, Nueva York, USA 3 Whitehall, Suite 54, Londres, SW1A 2EF, U.K. 1 rue de Varembé 3e, C. Postale 31, 1211 Ginebra-20 Suiza

Unidad de Servicio Buena Voluntad Rosario

www.sabiduriarcana.org – bvr@sabiduriarcana.org

Descargue este archivo y otros desde:

http://www.sabiduriarcana.org/literaturalucis.htm

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2 comentarios

  1. iluminada por el conocimiento de las meditaciones la fuerza del Cristo vivo, en toda la tierra iluminada por ese amor incondicional de todos mismo de la naturaleza embargada mi alma de tanta luz.

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