Burbujas de Ilusión…y esperanzas para el futuro

Jorge Gomez (333)

Burbujas

 

Daniel Jiménez • 14/6/10 • En la Categoría Educación y cultura

Los niños no saben de fronteras ni de prejuicios. Lo que quieren es aprender y disfrutar con otros niños, da igual cuál sea su procedencia. Este es el mensaje del proyecto Burbujas de Ilusión, que el pasado 5 de junio consiguió el primer premio en el V Certamen Iniciativa Solidaria, que promueve Jóvenes y Desarrollo para fomentar la solidaridad en los centros educativos. En Burbujas de Ilusión participan 250 menores de ocho países, unidos en una iniciativa que demuestra que el entendimiento entre las diferentes culturas no sólo es posible, sino que es lo más natural. De todo ello nos habla Manuel Moreno, impulsor del proyecto, que en España se coordina desde la Asociación de Vecinos Casco Antiguo Mairena del Aljarafe (Sevilla).

Noticias Positivas: ¿Cómo surgió la idea de poner en marcha un proyecto así?

Manuel Moreno: En realidad, Burbujas de Ilusión es continuación de un proyecto anterior que arrancó en 2004, llamado Un Mundo de Colores. Este último surgió porque mi amigo Said, que trabaja como educador en Tánger, y yo veíamos en esos momentos cómo los medios de comunicación, tras los atentados terroristas de Madrid y Londres, presentaban continuamente a la cultura islámica como si estuviera en continua oposición con la cultura occidental. Como éramos amigos desde hacía mucho tiempo y nunca habíamos tenido esa percepción, y ambos somos profesores, decimos hacer algo en conjunto. Pensamos que a través de los niños sería más fácil, ya que los mayores suelen tener muy asentados sus prejuicios, pero los niños sin embargo son como una esponja y siempre quieren aprender. Said empezó a trabajar en esto desde Tánger a través de la asociación Creadores Sin Fronteras, y yo hacía lo propio desde la Asociación de Vecinos Casco Antiguo de Mairena del Aljarafe.

N+: Poco después se empezó a sumar más gente al proyecto.

MM: Fue muy importante el momento en el que vino Said a España a hacer un curso de perfeccionamiento como profesor. Entonces conoció a un profesor de Guatemala y a una chica palestina que trabaja en campo de refugiados, también en Palestina. Así arrancó Un Mundo de Colores, proyecto para el que fue muy importante el apoyo de La Caixa, como sucede también con Burbujas de Ilusión.

La diferencia entre ambas campañas está en que en Un Mundo de Colores se trabajaba con conceptos abstractos, en concreto la amistad, la libertad y la paz. Empleábamos cuentos para que los niños los aprendieran, y también plasmaban sus conclusiones en dibujos. En esta segunda fase, con Burbujas de Ilusión, se propuso hacer un cuento de manera coordinaba. A través de ese cuento, los niños presentan a sus compañeros de los demás países sus formas de vida, su religión, sus tradiciones, sus fiestas…

Cada grupo crea un personaje que les representa, en nuestro caso es una chica de 13 años llamada Luna. Cada uno de estos personajes viaja en una burbuja, y todas estas burbujas al final se van uniendo en una gran burbuja gracias a este viaje por el mundo. Durante el desarrollo de esta trama cada uno de los países va contando su propia historia.

N+: Una de las principales características de Burbujas de Ilusión es el gran protagonismo que tienen los niños.

MM: Tiene de hecho todo el protagonismo. Nos hemos dedicado en esta segunda fase a ir detrás de ellos, que han sido los que nos han empujado a continuar con sus ganas y su alegría. Es cierto que durante el recorrido también hubo momentos malos. Así sucedió cuando tuvo lugar la invasión israelí de Gaza y se cortaron las comunicaciones. Los niños entonces estaban muy preocupados por sus amigos. Son momentos duros en los que trabaja el educador, que entonces sí tiene que asumir el protagonismo.

Por lo demás, siempre hemos ido detrás de los niños. Todo ha sido voluntario, tanto por parte nuestra como por la de ellos, que venían a la asociación por la tarde, cuando podían por ejemplo estar jugando. No faltaban ni un día. Y era muy interesante verlos discutir y trabajar.

Cuando conocían las historias de los niños de los otros países, siempre hacían muchas preguntas y aprendían muchas cosas. Por ejemplo, han aprendido otra forma de hablar en castellano, e incluso otros idiomas, ya que también recibimos textos en inglés y árabe. Además, igual que se mandaban dibujos, también llegaban fotos de las ciudades, que así ellos podían conocer.

También han aprendido cosas tan curiosas como la cantidad de comida que se puede hacer con un plátano, o que una cometa se dice barrilete en Guatemala. Veían que estaban haciendo algo, si no grande, por lo menos diferente.

N+: Durante el pasado mes de diciembre, incluso tuvieron la posibilidad de conocer a niños de otros lugares del mundo.

MM: Entonces se celebró, gracias a la colaboración de entidades como La Caixa, la Diputación de Sevilla, y el Ayuntamiento de Mairena del Aljarafe, un encuentro con profesores y niños de todos los colegios y asociaciones participantes. Vinieron de todos los países, menos de Gaza, porque no les dejaron salir

En ese encuentro sucedió una cosa muy interesante. Hay que tener en cuenta que los mayores sólo nos conocíamos por Internet. Al principio, entre los adultos siempre nos cuesta más romper el hielo cuando no hemos tenido trato previamente. En cambio, fue muy diferente con los niños. En cuanto se juntaron niños procedentes de diversos países, se pusieron a jugar juntos como si se conocieran de toda la vida.

N+: Se podría decir que, de alguna manera, aquí no sólo son los niños son los que aprenden de los mayores. También son los mayores los que están aprendiendo de los niños.

MM: Ciertamente, pensábamos que íbamos a enseñarles algo, pero hemos aprendido más de ellos que ellos de nosotros. Cuando se ponen a trabajar es maravilloso, lo cual no quita que sigan siendo niños y que alguna vez tengas que regañarles. Pero es magnífico su compromiso. Incluso dieron una ponencia muy interesante en el encuentro.

N+: Un gran trabajo sin duda, que bien se merece el primer premio en el V Certamen Iniciativa Solidaria, gracias al cual vais a ir a la República Dominicana, a conocer el proyecto de cooperación Sur Joven, que Jóvenes y Desarrollo dirige en Barahona. ¿Cómo valoráis este importante reconocimiento?

MM: Cuando nos dijeron que habíamos ganado el primer premio, ni siquiera gritamos, porque simplemente no nos lo creíamos. Nos quedamos de hielo, quedamos hasta mal, porque no te esperas ganar. Había iniciativas muy bonitas de Iberoamérica y España, y no piensas que al final se vaya a llevar el gato al agua una asociación de vecinos.

A la República Dominicana iremos un grupo de unas 10 personas. Estamos muy liados preparando el viaje. Los autores del libro tienen entre 11 y 14 años, pero los de 11 están descartados porque sólo pueden viajar a partir de los 12 años. Como hemos contado además con un grupo de gente joven de apoyo, de ese grupo vamos a hacer una selección para que acompañen a los más pequeños. Aquí funcionamos así, como una gran familia, en la que nos ayudamos los unos a los otros.

N+: Y después de este premio, ¿qué futuro aguarda a Burbujas de Ilusión?

MM: En ello estamos ahora. Siempre nos topamos con el mismo problema, el de la financiación, que suele ser el principal escollo para las asociaciones de vecinos. Incluso nos han llegado a decir que una asociación de vecinos no tenía que hacer cosas como estas y que por eso no nos financiaban. Mi respuesta fue clara: no ya una asociación de vecinos, sino simplemente cualquier persona tiene la obligación de comprometerse con la paz.

Tengo que decir que todas las puertas se nos abrieron cuando nos llegó una carta de la ONU felicitándonos en abril, y procedente de la Alianza de Civilizaciones. Antes nos enviaron un correo preguntando sobre nuestra iniciativa, y entonces les explicamos en qué consistía. Después nos mandaron la carta de felicitación y apoyo, que fue muy importante.

Nuestra intención es organizar una tercera fase del proyecto, en la que se tratará de unir a los niños del mundo a través de los juegos tradicionales de cada país. Se nos ocurrió porque cuando llegaron los niños de Guatemala al encuentro de diciembre, vimos que traían juegos de su país, con los que acabaron jugando todos los niños. Mis propios hijos estaban muy enganchados. Entonces pensamos que sería interesante llevar a cabo una iniciativa así. Todavía tenemos que consensuarlo, como hacemos con todos los proyectos.

N+: Es interesante esa visión de niños de distintas procedencias que nada más conocerse quieren compartir juegos y no se ven con miedo o extrañeza. Esto contrasta con esa visión hostil del diferente que solemos ver en muchos medios de comunicación.

MM: Todo ese miedo lo montamos nosotros los mayores. Recuerdo que el último día del encuentro, cuando ya nos íbamos a separar, estábamos todos los educadores y todos los niños juntos. Al momento de irnos, nos abrazamos todos llorando de emoción, y uno de mis compañeros dijo que todo eso de la Alianza de Civilizaciones era precisamente ese momento. Todos juntos llorando: musulmanes, cristianos, negros, blancos… mi amigo Said dijo que lo resumía en una sola palabra: el amor.

N+: Difícilmente puede haber un mensaje más positivo. Ahora terminemos la entrevista con una pregunta que tiene fácil respuesta para Burbujas de Ilusión: otro mundo es posible si…

MM: Si miramos a los niños. Porque para nosotros fueron nuestro ejemplo desde que ellos mismos nos empujaran a tirar para adelante y seguir con el proyecto. Y después nos dimos cuenta de que estos niños no ven fronteras ni razas ni nada. Para nuestros pequeños, estos compañeros que venían del otro lado del charco no eran inmigrantes ni hablaban raro. Son niños con los que nos vamos a jugar y punto. No había fronteras, ni físicas, ni psicológicas ni de ningún tipo. Por eso creo que otro mundo es posible si nos fijamos en ellos.

DATOS DE CONTACTO:

 

Imagen: Manuel Moreno (izquierda) y el resto de la delegación de Burbujas de Ilusión, con el primer premio del Certamen Iniciativa Solidaria. Cortesía de la Asociación de Vecinos Casco Antiguo Mairena del Aljarafe.

 

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