¿Cómo guiar nuestro Deseo?

¿Qué es el deseo?

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.”

Por lo general sentimos que la palabra motivación es sinónimo de deseo, en este artículo quiero describir al deseo como un estado de conciencia, que es recomendable aprender a diferenciar de otros estados ya que muchas veces bajo la confusión de su vivacidad podemos ir por el camino equivocado, terminando muy desgastados.

El deseo podría definirse como todo deseo leve, pasando por el anhelo (deseo fuerte) y en su extremo, la obsesión. El deseo se considera una emoción en la cual «nunca se está satisfecho» por lo tanto «debo tener” y se caracteriza por la impulsividad. El efecto del deseo nos vuelve esclavos, ya que una vez que una vez que ha entrado en nuestro sistema es difícil de controlar y no dejarnos llevar. Aquí para poder diferenciar si estas emociones son constructivas o no, debemos hacer uso de nuestra conciencia, es decir, si esta elección se lleva a cabo de manera libre o solo estamos siendo empujados por fuerzas del inconsciente.

Formas de Deseo

Formas de Deseo

¿Por qué el deseo es un obstáculo?

Existe una afirmación que refleja lo que el deseo nos quiere hacer sentir y es: «La única manera en la que conseguiré lo que quiero es deseándolo; si me dejo llevar por mi deseo, conseguiré lo que quiero” y en realidad, cuando se desea algo con demasiado ímpetu (anhelo) generamos bloqueos energéticos que nos impiden conseguir lo que queremos.

Lo que llega a nuestras vidas es por la intención o la elección que hemos hecho, por lo tanto, llega a pesar del deseo. El desearlo en realidad es un obstáculo para su realización o adquisición. “Esto es porque el deseo literalmente significa, «yo no tengo.» En otras palabras, si decimos que deseamos algo, estamos diciendo que no es nuestro. Cuando decimos que no es el nuestro, ponemos una distancia psíquica entre nosotros y lo que queremos. Esta distancia se convierte en un obstáculo que consume energía.”

La visión del universo en el estado del deseo es de carencia, es de “no tengo”, y “lo necesito”, por lo cual también es, me siento incompleto, Dios es mezquino y poco equitativo, la vida es un sacrificio negativo. Es por esta razón, que nuestra mejor actitud, sea estar sin expectativas al resultado ya que “lo imposible se vuelve posible tan pronto como estemos totalmente entregados. Esto se debe a que el querer bloquea el recibir y da lugar al miedo por no conseguirlo. La energía del deseo es, en esencia, una negación de que lo que queremos es nuestro por pedirlo”

¿Cómo lograr movernos a través de nuestras elecciones y no a través del deseo?

Al tener mayor conciencia, es decir, en un estado más libre, lo que se elige se manifiesta en nuestra vida sin esfuerzo. Entregamos la emoción del deseo y, a cambio, simplemente elegimos la meta, visualizándola amorosamente, y permitiendo que suceda porque vemos que ya es nuestra. Cuando vemos la vida de esta forma, vemos a Dios como un padre que da, ama, provee incondicionalmente, él está para que pidamos. Lo que se plantea aquí está creando un contexto diferente. Está dando al universo otro significado. Esto forma parte de reprogramar la mente, y aunque existen muchos argumentos de que el mundo puede ser hostil, no hay ninguna razón por la que debamos creer ese dilema. A medida que experimentamos el soltar de los deseos, comienza a tener más sentido el “´pide y se os dará” empezamos a ver que lo que hemos elegido vendrá a nuestra vida casi por arte de magia. «Lo que mantenemos en la mente tiende a manifestarse».

El Dr. Hawkins nos cuenta su experiencia al realizar las elecciones de manera consciente y soltar el deseo; “Las metas personales fueron escritas, seguido por un abandono del deseo por ellas. Suena paradójico, pero ese es el proceso: identificar los objetivos y luego dejar ir el deseo por ellas. Uno de los objetivos que había mantenido en mente durante varios años era un apartamento en la ciudad de Nueva York, porque los compromisos de trabajo requerían una gran cantidad de desplazamientos y dinero invertido en habitaciones de hotel. Un pequeño apartamento en la ciudad -el llamado pied-à-terre- sería una solución económica. «Apartamento en la ciudad de Nueva York» fue escrito como una meta. Cuando se utiliza esta forma de lograr los objetivos, incluimos todos los detalles, tantos que parezca imposible para la mente racional el lograrlo. De manera que, el apartamento ideal fue detallado: razonablemente tasado, en la Quinta Avenida, en los bloques de los 70s, justo al lado de una de las entradas a Central Park, al menos ocho o nueve pisos de altura y en la parte trasera para que el ruido de la calle se redujera al mínimo, y no mayor de dos habitaciones y media. Al día siguiente en el trabajo, estuve ocupado como siempre, con una gran carga de trabajo, reuniones y visitas de pacientes. Entre las reuniones y los pacientes, la sensación de querer el apartamento sería reconocida y dejada. Y, a medida que el día avanzaba, el apartamento fue olvidado. A las 4:30 P.M, después del último paciente, se produjo de repente el impulso de ir en coche a la ciudad. A pesar del hecho de que era ostensiblemente hora punta, el camino estaba despejado y el coche tardó sólo media hora. El coche circuló hasta la 73 con Lexington, dirigiéndose lo más cerca posible a una inmobiliaria. Más bien mágicamente, había encontrado aparcamiento justo enfrente de la inmobiliaria. El agente al escuchar el anuncio de que deseaba un apartamento en la Quinta Avenida, me miró sorprendido y dijo: «Bueno, ¡usted sin duda está de enhorabuena! Hace exactamente una hora encontré el único apartamento en alquiler en toda la Quinta Avenida, en la calle 76, en un noveno piso. Es un piso trasero, dos cuartos y medio, y el alquiler es razonable. Acaba de ser pintado y se puede mudar en cualquier momento». Así que me acerqué y vi el apartamento. Se ajusta exactamente a la descripción de la meta. ¡El contrato de arrendamiento se firmó en el acto! Así, a las 24 horas de intentar la técnica del dejar ir en un objetivo personal específico, el objetivo era una realidad. Había sido algo que era casi imposible de encontrar, y sin embargo, sucedió exactamente como se había imaginado, sin esfuerzo, y sin emociones negativas. Fue una experiencia fácil y alegre.”

Esta experiencia relatada no es una experiencia inusual sino típica, porque en este caso el deseo fue moderado y pudo, sin mucho esfuerzo, ser entregado totalmente. Al estar totalmente entregado, significa que era aceptable que sucediera, y también que no lo hiciera. Debido a que se entregó totalmente, lo imposible se hizo posible, manifestándose sin esfuerzo y rápidamente, cuando ocurren están cosas dejan en el aire una sensación de mágica, difícil de olvidar.

La ilusión del deseo: “Glamour”

Una de las trampas del deseo es que sobrestima estas ideas, a esto se le llama “glamour” es decir, ésta energía a puesto en marcha toda una maquinaria de ilusiones en nuestra cabeza que nos dice que una vez que obtengamos el objeto de nuestro deseo nuestra vida mejorará radicalmente, es lo que generalmente hacen los comerciales de la Televisión y la publicidad, en otras palabras, exageran y esto, en su momento adecuado, ocasiona desilusión. Esto ocurre, por ejemplo, en el deseo de obtener el mejor puesto de la empresa, con todo la idea del orgullo profesional y social, los autos de lujo, cenas, poder, etc., pero una vez que se logra, puede ocurrir que, comience la envidia de los empleados, el exceso de trabajo y responsabilidad, corrupción, problemas en el hogar debido al poco tiempo que se está en casa, y todo esto que se persiguió, hasta quizás toda la vida, no era tan placentero como se había planificado. Lo mismo pasa en cualquier ámbito donde se pone demasiada expectativa, como en una relación amorosa o una salida social en la cual se piensa que las cosas cambiaran desde ese día, pero finalmente, no ocurre nada, y todo sigue igual, solo se estaba bajo el falso manto del “glamour”.

“La glamorización es vivir en un nivel de fantasía. Por lo tanto, cuando procedemos a dejar lo deseado, hay que diseccionar lo que hay de exageración, fantasía y romanticismo. Una vez que hemos renunciado al glamour, será relativamente fácil entregar el propio deseo.”

Aquí se vuelve necesario ser objetivos y realistas con nuestras elecciones, apropiarnos de nuestra fuerza interior, ya somos seres increíbles, no necesitamos cosas materiales que nos identifiquen como personas, nuestro amor propio y por los demás nos liberará de la fantasía, y nos permitirá ver qué elecciones estamos realizando de manera consciente.

“Podemos tener lo que queremos directamente sin desviarse a través de alguna promesa fraudulenta que nos conducirá a la frustración y la decepción”

Bloqueos: Orgullo y Pequeñez

Si volcamos nuestra mirada hacia lo que la sociedad actual plantea, ésta es una imagen distinta a la que estamos acostumbrados, ya que se admira a la gente que ha conseguido las cosas a través de esfuerzo, pero esto ¿tiene que ser así? ¿la vida en realidad es un constante sacrificio para conseguir lo que queremos?, ante eso respondo que no necesariamente tiene que ser así, muchas veces esta visión del éxito enmascara ambiciones y severidades que finalmente nos embarcan en una lucha que nos termina socavando.

Uno de los grandes bloqueos para poder realizar elecciones correctas y que estas no se manifiesten en nuestra vida son el orgullo y sentirse indigno de recibirlas (pequeñez).

Vivimos en una sociedad que se basa por lo general en el orgullo para definir logros y metas, aquí comienzan las afirmaciones de “estoy aquí gracias a mi esfuerzo” “esto es un símbolo de años de sacrificio”, y esto genera vanidad, la cual hay que dejar de lado cuando queremos que se manifiesten nuestras elecciones conscientes, no necesariamente la vida tiene que ser dura y sacrificada, la vida puede ser más fácil si dejamos el orgullo y la vanidad a un lado.

Por otro lado, está el sentirnos que no somos merecedores de tales cosas, culpas inconscientes y pequeñez, y de esta manera nuestro inconsciente nos da lo que cree que merecemos, y atraemos a nuestra vida lo que creemos que somos dignos, nos negamos de manera inconsciente la abundancia. A medida que vamos cultivando el amor propio, la fe, la generosidad, la honestidad, vamos dejando que la abundancia fluya por nosotros al sentirnos dignos de todas las bendiciones que puedan ocurrir en nuestra vida.

El poder de nuestra decisión interior

El universo escucha mis elecciones

El universo escucha mis elecciones

Ya que la mente tiende a querer atribuir el mérito a cualquier otra cosa, otra que no sea el poder de nuestra propia conciencia, es bueno llevar un diario donde anotar las metas que nos gustaría alcanzar y luego verificarlas y hacer un seguimiento, porque vamos a necesitar tiempo antes de que creemos que es verdaderamente nuestro propio poder el que está cumpliendo con estos fines.

Todos somos seres poderosos que nos hemos vuelto inconscientes de esto, hemos negado y proyectado en los demás el sentimiento de culpa y nuestra propia sensación de pequeñez.

En resumen, entonces, en lugar de la motivación del egoísmo y el deseo, podemos con mucho menor esfuerzo traer a nuestra vida lo que queremos visualizando lo que queremos que suceda. Hacemos esto mediante la afirmación de nuestra intención, al aceptarla, al decidirla, y por el acto de elegirla conscientemente. ¡Ponte a prueba!

 

 

 

Autor: Valentina Salvo, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org

Referencias: Hawkins David – Dejar Ir – El Camino De La Entrega (2014)

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