¿Cuál es el Problema? // Los tres Venenos……….Escrito por Lina Cristiano

Rosa (Editora)

meditacion en la naturaleza

¿Cuál es el Problema?

En nuestra cotidianidad, cuando tenemos una experiencia, ante cualquier situación ó circunstancia, cuando algo nos molesta, nos entristece, intranquiliza, hiere ó incomoda, solemos identificar erróneamente cuál es el asunto que tenemos entre manos, en general, no alcanzamos a ver acertadamente cuál es el problema, cuál es la verdadera causa de nuestro malestar, sufrimiento ó inquietud. Evidentemente, si hacemos un mal diagnóstico, esto nos impide solucionar el verdadero problema, de manera que, el asunto persiste, mientras nos engañamos creyendo que lo que pensamos y hacemos está orientado a resolverlo, cuando en realidad no es así.

Quizás, en esto radica la razón por la cual la humanidad esté como está. La tendencia a distraerse y enfocarse en el exterior es un mal que nos ha alejado cada vez más de nosotros mismos, de nuestro mundo interior, mientras creemos que el problema está “allá afuera”, no comprendemos el conocimiento y mensaje contenido en nuestras vivencias cotidianas, y mucho menos, podemos sacar provecho de esas experiencias.

Un punto sí es claro: el único problema en el que nos es posible intervenir es en el que tenemos nosotros mismos, porque es el único que realmente se encuentra en nuestras manos.

Si efectivamente estamos dispuestos a resolver y comprender lo que nos ocurre, es necesario que miremos hacia nosotros mismos, en nuestro interior. Podemos ayudarnos formulándonos algunas preguntas que podrían resultar útiles, tales como: ¿qué tengo que aprender de esto? , ¿cuál es la lección para mi en este asunto?, ¿qué necesito descubrir y aprender acerca de mi mismo en esta situación?, ¿qué estoy haciendo ó dejando de hacer que me hace sentir así?, ¿porqué sufro debido a lo que ocurre ó hace otra persona?. Notemos que todas las preguntas están dirigidas a uno mismo. Y es porque lo que ocurre, tiene un único objetivo: contribuir a nuestro crecimiento, autoconocimiento, madurez y evolución. El objetivo real de cada experiencia es abrir nuestra conciencia, depurar nuestra percepción, expandir nuestra actual y limitada visión acerca de nosotros mismos, y que comprendamos y profundicemos más allá de las simples apariencias.

Las conclusiones a las llegamos ante cualquier circunstancia, determinan si hemos aprendido o no la lección que se nos ha presentado, determinan si hemos comprendido el mensaje implícito en ello, y ese mensaje siempre está dirigido a nosotros mismos.

En toda circunstancia, hay una parte que podemos controlar y otra que no, de manera que, el único asunto que efectivamente podemos y necesitamos afrontar y resolver, siempre tiene que ver únicamente con nosotros. Nuestro problema no es lo que el otro piensa, hizo ó dijo. El verdadero “problema” que tenemos entre manos, nunca está fuera de nosotros. Nunca!!!. Y la verdad, es que nos engañamos, y nos generamos mucha frustración e impotencia cuando pensamos que la causa u origen del problema está afuera, es irresponsable pretender que estamos sujetos a personas ó circunstancias, nos equivocamos al creer que lo que nos ocurre, pensamos y sentimos es consecuencia del exterior, porque con ello, nos arrebatamos el poder que tenemos para elegir y actuar por cuenta propia.

Aunque en muchos casos nos cueste aceptarlo, la verdad es que, no tenemos ninguna ingerencia sobre lo que piensan, sienten, hacen ó dicen otras personas, ni sobre el tráfico, ni sobre el clima, ni sobre las acciones ó decisiones que no son nuestras, ó que escapan de nuestras manos. Sin embargo, lo que sí es asunto nuestro, es lo que haremos al respecto. Es fundamental que identifiquemos qué parte del asunto está bajo nuestro control y qué parte no, cuál es la parte en la que nos es posible intervenir responsablemente por nosotros mismos, respetando el libre albedrío de otros. Sólo entonces, podremos diagnosticar cuál es “nuestro problema”, y actuar en la dirección correcta, y ese diagnóstico será acertado, cuando lo que identificamos como “problema”, tiene que ver únicamente con lo que nos ocurre a nosotros, con nuestros pensamientos y acciones, con lo que sentimos, con nuestras emociones, con lo que hacemos ó dejamos de hacer al respecto, con nuestra respuesta ante eso.

El orden es el siguiente: ante cualquier circunstancia, tenemos pensamientos, esos pensamientos originan sentimientos, estos sentimientos ponen en movimiento nuestra energía, lo cual produce emociones, las cuales, determinan nuestra respuesta ante un evento, y este es un proceso que lleva fracciones de segundo. Se necesita un alto grado de atención y presencia para conocer lo que nos ocurre interiormente paso por paso ante cualquier circunstancia, para mantenernos al mando de nuestro estado interior y responder favorablemente ante la situación. Favorablemente significa: sin maltratarnos a nosotros mismos, y sin imponernos ni llevarnos por delante a nadie.

“Nuestro problema” por concientizar y resolver es justamente lo que pensamos, sentimos y hacemos con lo que ocurre. “Nuestro problema” es cómo afecta nuestra vida y a nosotros mismos. “Nuestro problema” es lo que elegimos pensar, decir ó hacer en relación con lo que ocurre, “nuestro problema” es lo que sentimos, “nuestro problema” es lo que hacemos ó dejamos de hacer, “nuestro problema” es lo que permitimos ó soportamos, nuestro “problema” es aquello a lo que nos sometemos y sometemos a otros, las limitaciones y restricciones que nos imponemos a costa de nosotros mismos ó a costa de otros, porque somos justamente nosotros los que tendremos que vérnoslas con sus consecuencias, estemos o no, concientes de ello, de todos modos, es asunto nuestro, y eso, no depende en absoluto de las circunstancias ni de lo que hacen ó dicen otras personas, sino únicamente de nosotros.

La resistencia a lo que es, a aceptar algo que está fuera de nuestra ingerencia, y pretender controlarlo, no aceptar las cosas tal como son, son los grandes generadores de conflictos, sufrimiento y desasosiego. Cuando pretendemos imponerle a las personas y a la realidad nuestras exigencias, necesidades e intereses, sufrimos. Y cuando permitimos que nos las impongan también sufrimos. Cuando nuestro bienestar, paz, felicidad y tranquilidad están sujetos a algo ó alguien fuera de nosotros, tarde o temprano terminamos sufriendo.

Hay una lección del “Curso de Milagros” que viene al punto: ”No le daré Poder a lo que no lo tiene”, y otorgarle autoridad y poder sobre nosotros mismos, a algo ó a alguien fuera de nosotros, fuera del campo de elección y acción personal, es un gran causante de sufrimiento. Otra lección del “Curso de Milagros” que encaja muy bien con lo expuesto es: “No estoy………por la razón que creo”, y podemos sustituir los puntos suspensivos por: triste, molesto, decepcionado, temeroso, bloqueado, dolido, incómodo. Las personas tienen sus propias razones para actuar como lo hacen, aunque en muchos casos, no las comprendamos ni nos agraden, y las elecciones y actuación de los demás, es algo que no está bajo nuestra ingerencia, sin embargo, lo que sí es nuestra responsabilidad, es lo que pensamos y haremos al respecto. Es nuestra respuesta ante ello lo que determina cómo nos sentimos y afectamos nuestra vida.

Las cosas y las personas no siempre son como esperamos que sean, aceptar una realidad que no encaja con lo que consideramos adecuado, razonable ó bueno, puede resultar doloroso y difícil, únicamente debido a nuestra resistencia a lo que es, a la evidencia de una realidad que no se corresponde con lo que creíamos ó esperábamos, sin embargo, es como es, independientemente de nuestras expectativas ó condicionamientos personales, y nos toca aceptarla, si no queremos sufrir debatiéndonos con ella para que se amolde ó responda a lo que necesitamos ó queremos, lo cual, escapa de nuestro control, y justamente pretender controlarlo ó cambiarlo, es lo que nos hace sufrir, y nos genera problemas.

Nos equivocamos al pensar que las necesidades básicas del ser humano son una casa, dinero, la familia, trabajo, ó un automóvil. Las necesidades primordiales del ser humano son paz interior, sentirse satisfecho consigo mismo y ser feliz. La satisfacción de esas necesidades, no depende en absoluto de nada ni de nadie fuera de nosotros mismos, eso es un asunto absolutamente nuestro, es nuestra tarea y responsabilidad con nosotros mismos.

De manera que, ante cualquier experiencia, es muy tranquilizante y liberador, saber que el único problema ó asunto que tengo ó podría tener entre manos, está siempre relacionado exclusivamente conmigo, dado que es el único ámbito donde puedo hacer algo al respecto, el resto, escapa de mi alcance y control. La autoobservación, el contacto con nuestras emociones, detectar exactamente qué sentimos, redefinir honestamente lo ocurrido, hasta que la interpretación y conclusión a la que lleguemos, sea honesta y nos haga sentir en paz, es intervenir a nuestro favor. También, podemos preguntarnos: ¿Qué puedo y necesito hacer por mi en esta situación?, ¿qué estoy pensando que me hace sentir así?, ¿qué estoy haciendo ó dejando de hacer en esta situación que me hace sentir así?. Esto nos ayuda a no permitir que otros elijan por nosotros, nos ayuda a liberarnos de la esclavitud y el tormento a los que solemos someternos debatiéndonos con el exterior, evadiendo afrontar lo que nos ocurre internamente, que, en realidad, es el único lugar donde reside la verdadera causa de lo que sentimos y ocurre en nuestra vida.

Hay una frase que menciona Iyanla Vanzant en su libro “Esperando el Amor”, muy esclarecedora cuando no nos sentimos bien ó nos hallamos en dificultades: “…¡¡Deja de maltratarte!!!…”. Cuando dejemos de resistirnos a hacer lo que podemos y necesitamos hacer por nosotros mismos, cuando dejemos de imponerle condiciones ó expectativas a una realidad ó a otras personas, y nos permitamos el derecho, sin hostilidad, de tomar medidas sanas al respecto, dejaremos de maltratarnos. Cuando nos enfoquemos en nosotros mismos, en lo que pensamos, en lo que permitimos, en lo que decimos, sentimos y hacemos, entonces dejaremos de maltratarnos. Cuando asumamos la total responsabilidad de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, y humildemente nos dispongamos a aprender nuestra lección, entonces, solo entonces, dejaremos de maltratarnos.

LINA CRISTIANO

Terapeuta/Coach

linacristiano@gmail.com

Grupo Facebook «NUEVA VISIÓN Y CONCIENCIA ESPIRITUAL»

LOS TRES VENENOS……..Escrito por Lina Cristiano

La Sabiduría Budista se refiere a buscar refugio en el Dharma, es decir, comprometerse consigo mismo a buscar refugio en un camino de vida que refleje la Verdad, tal como ella es. Ver las cosas tal como son nos acerca a la iluminación. Desde esta perspectiva, el budismo plantea que existen tres razones primarias para la insatisfacción y la infelicidad, conocidas como los Tres Venenos ó los Tres Fuegos. A estos estados de la mente se les conoce como emociones negativas o conflictivas.

Los Tres Venenos son:

1.- La Ignorancia de la Verdad, expresada como negación, ilusión ó confusión, desconexión de la realidad ó distorsión de la misma. No percibimos de manera directa, sin distorsión ó ilusión, sino que insistimos en ver las cosas de manera condicionada, como nos gustaría que sean, y nos dedicamos a demostrar que es así como son, nos contamos historias a nosotros mismos y a los demás, y vivimos en nuestra fantasía imaginaria creyendo que es real.

2.- El Apego, adicción ó dependencia de algo ó alguien. Este veneno se refiere a que nos sujetamos ó aferramos a cosas fuera de nosotros, y pretendemos ilusoriamente que eso tiene la facultad de proporcionarnos felicidad, satisfacción, realización ó bienestar. La decepción y la frustración que experimentamos a veces, es producto de nuestra insistencia en buscar felicidad, satisfacción y plenitud en el lugar equivocado, porque le otorgamos el poder de hacernos felices a algo que intrínsecamente no lo tiene. Buscamos la felicidad y la plenitud, donde apenas encontraremos una satisfacción transitoria y fugaz.

3.- La Aversión, disgusto ó rechazo. Nos volvemos adictos a la parte agradable y satisfactoria, mientras reforzamos cuan desagradable nos resulta otra. Vamos condicionando el hecho de sentirnos bien y felices al hecho de que todo vaya según lo que consideramos agradable, adecuado y bueno, mientras despreciamos, evadimos y repudiamos aquello que nos causa malestar ó dolor. Y aquí la palabra interesante es “evadir”, porque si bien todos anhelamos sentirnos bien, independientemente de cómo interpretamos lo que ocurre ó de la connotación que le asignamos, sea buena ó mala, las personas no siempre hacen lo que esperamos que hagan, las cosas no siempre resultan como queremos, y no es ni sano ni razonable que nuestra paz, felicidad y bienestar dependa de ello.

Los tres venenos operan juntos normalmente generándonos sufrimiento, dolor y malestar: cuando ignoramos la verdad pensamos que satisfacer nuestros apegos nos hará felices, y cuando eso no ocurre, que puede ser a menudo, entonces nos sentimos disgustados, infelices ó incluso furiosos.

…”El “Secreto” se encuentra ante los ojos no nublados por la añoranza” TAO TE KING: el camino y su poder

LINA CRISTIANO

Terapeuta/Coach

linacristiano@gmail.com

 

 

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

xxx