"El Aikido no es una lucha con el oponente sino con nosotros mismos"

Jorge Gomez (333)

aikido

John Ismet Berber es profesor de Aikido en “ Dojo Sora” en Málaga. Tiene 39 años y lleva 12 años aprendiendo de maestros japoneses de gran reconocimiento mundial como Tamura, Endo, Yamashima y el profesor europeo Tisser, todos ellos profesionales del más alto grado de Aikido. Ismet es de origen sueco aunque se siente malagueño, ya que lleva toda su vida en Andalucía. El joven profesor, gran apasionado del Aikido cree que todo el mundo debería practicar este arte marcial y explica como aplicarlo a nuestro estilo de vida actual para ser más felices.

P: ¿Podrías explicar qué es el Aikido exactamente?

R: El Aikido es un arte marcial defensivo con una carga filosófica muy importante,  pero el Aikido en realidad es un arte marcial diferente y especial. Hace hincapié en la educación, la forma de comportarse, la actitud, el respeto y posee unas normas bastantes estrictas.

Es un arte bastante personal, depende del maestro. Hay maestros que le dan más importancia a lo que es el arte marcial y otros a la filosofía. La finalidad del Aikido es sobre todo crear la paz en el mundo, esto puede ser entendido de muchas formas. El fundador del Aikido había vivido una dura experiencia en varias guerras lo que le llevó a fundar un arte marcial que buscase la unión entre las personas, no el enfrentamiento. En Aikido está prohibido la competición, sólo creemos en la unión con la persona que tienes delante, no en la confrontación. Es un concepto difícil de explicar por la mentalidad europea de competición, el aikido es una herramienta de superación personal. En el Aikido hay mucho compañerismo, algo que no se da en otras artes marciales, nos llevamos muy bien todos.

P: En base a esto, ¿crees que se podría aplicar la filosofía del Aikido a la vida personal?

R: Personalmente, creo que se debería hacer. Todo lo que predica el Aikido, la no violencia y la unión de la otra persona con otras son valores muy positivos. El respeto que se pierde en la sociedad de hoy se trabaja mucho en Aikido, aunque esto es mi visión. La educación física, el mejorar como persona tanto mentalmente como físicamente es fundamental.

P:El Aikido dice que “ la victoria verdadera no proviene de vencer a un enemigo sino de darle amor y cambiar el corazón de ese enemigo”. ¿Cómo podemos dar amor a nuestro enemigo? ¿No es esto muy difícil?

R: La victoria verdadera en Aikido es la lucha no con el otro si no con nosotros mismos, por eso es una lucha interior por mejorar, el verdadero enemigo está en nuestro interior, y si nosotros estamos bien con nosotros mismos seremos unas personas tranquilas,  y esa serenidad se contagia y se refleja en el otro luchador. A tu contrario no le entran ganas de agredirte. La competición y el ansia de ganar es el germen de todo tipo de conflicto. En el Aikido uno hace de atacante “ de malo”, y el otro se defiende. El Aikido en el más alto nivel utiliza la fuerza del contrario, ese es el ideal y es nuestra búsqueda.

P: ¿Qué te llevó a convertirte en Aikidoka?

R: Me encontré con ello en un momento que me hacía falta. Tenía ganas de hacer algo físico, no me convencía mucho el deporte, más tarde y después de conocer el Aikido, me di cuenta que lo que no me gustaba realmente era la competición. Poco a poco me ha ido atrayendo e involucrándome cada vez más.  Buscaba realizar una actividad física al principio, tenía algunas dolencias y han desaparecido con el Aikido. Para hacer Aikido no hace falta ninguna forma física.

P: ¿Qué te ha aportado el Aikido hasta ahora?

R: Un conocimiento del cuerpo y buen funcionamiento. Sentirme físicamente muy bien y saludable. La colaboración entre todos los compañeros hace que mantengas un sentido de la comunidad y familiar. Psíquicamente me ha calmado bastante. También, me ha aportado un gran conocimiento de la cultura japonesa. Cubre el vacío existencial.

P: La crisis económica ha puesto en evidencia una crisis social. El Aikido es un arte de y meditación, filosofía y reflexión. ¿Crees que la sociedad actual debería pararse a pensar en estos valores más a menudo?

R: Por supuesto, se puede hacer con prácticas sencillas, tranquilidad, parar el ritmo, tener conciencia de la naturaleza y el entorno. Si se aprende  a respirar mejor cambia mucho la perspectiva de la realidad, uno se toma las cosas mejor, no es necesario meditar veinte minutos en silencio. En la sociedad hay agresividad no sólo física sino en la actitud, hay que saber utilizar y manejar esta actitud. Prueba de ello es que existen libros de Aikido en las grandes finanzas y empresas en los que se promulga la no violencia en los negocios. “El arte de la guerra”, por ejemplo, es un libro de estrategia militar y lo utilizan brokers de la bolsa.

P: El Aikido es un arte marcial de la paz. ¿ Hay que tener algún tipo de cualidad o perfil para practicar el Aikido? ¿ Cómo suelen los alumnos que llegan hasta ti para aprenderlo?

R: No tiene por qué ser así exactamente. El Aikido debe ser practicado por todo el mundo.  Hay hasta un maestro que está en silla ruedas, se adaptan a su físico y le sacan mucho partido. Aunque tampoco es lo normal. Por mi experiencia me ha llegado gente muy variopinta, con problemas psíquicos, y físicos, gente que pensaba que no podía hacer ningún deporte y finalmente ellos lo han hecho mejor que otros. Sí, es para todo el mundo, con un poco de trabajo se consigue. Yo como maestro, lo que más llega a mí, son gente de otras artes marciales, que quizás sean los menos indicados ya que tienen actitud agresiva y competitiva, yo diría que el Aikido no es para ellos. Si no compartes la filosofía, la técnica no funciona. Eso es lo que más me gusta del Aikido, una técnica hecha con una actitud equivocada no funciona. Hasta me ha pasado a mí, cuando he ido con una actitud que no funcionaba no me ha salido. La técnica es un filtro. No lo recomendaría para gente violenta. La mayoría tenemos una forma de ser de la que no somos conscientes. Actitudes negativas hacia uno mismo o hacia los demás no valen, gracias al Aikido se dan cuentan de ello, las personas se autoconocen.

P: Por tanto, aconsejarías el Aikido como arte marcial para la vida moderna…

R: Recomiendo que todo el mundo lo pruebe. Para la inmensa mayoría de gente, con excepciones de caracteres plenamente agresivos. Es bueno para todos. Lo más importante del Aikido para mí, es la filosofía, como maestro. En general, debería ser así.

Hermandad Blanca 

“ El Aikido no es una lucha con el oponente, sino con nosotros mismos”

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