El mundo que añoramos por Laura, Mensajes del Despertar

Rosa (Editora)

Mundo de Rosa

Que este Mensaje del Despertar toque tu alma, con el deseo profundo de Amor, Luz y Armonía para tu vida.

El mundo que añoramos

Un domingo por la tarde, dos matrimonios amigos compartían la sobremesa al lado del asador aún repleto de carne humeante, mientras los niños correteaban riendo por el bello parque de la casa de fin de semana. La charla transcurría amena pasando de un tema otro entre postres, copas de vino y café…

-Sí, es verdad que el mundo ha avanzado positivamente en muchos aspectos -afirmó Adolfo, el dueño de casa- ¡pero no me van a negar que antes se vivía mejor!

-¡Estoy totalmente de acuerdo!- coincidió Arturo, su amigo de la infancia -¿te acuerdas cuando éramos chicos?, ¡nada de alarmas ni seguridad las 24 horas, en verano podíamos dejar la puerta de casa abierta toda la tarde para que corriera aire!

Llenos de añoranza y haciendo honor al clásico “todo tiempo pasado fue mejor”, comentaban cómo varias décadas atrás la gente era solidaria y ayudaba a quien lo necesitaba como una reacción natural, recordando que nadie se quedaba con lo que no era propio sin convertirse por ello en el héroe mediático de la jornada o el hecho de que no había niños con hambre por las calles.

Esa misma noche cuando volvía a su departamento del centro de la ciudad, Arturo se detuvo con su familia en un restaurante a comprar comida para llevar. Al salir del local, murmurando divertidos porque se habían equivocado cobrándoles de menos, la pequeña hija de la pareja se desprendió de la mano de su madre para acariciar a un perrito sucio, flaco y de aspecto triste que se acercó meneando el rabo. Con movimiento brusco el padre alzó a la niña de seis años, ahuyentando al animal con amenazas; éste confundido y buscando otra caricia se irguió apoyando sus patas delanteras en las piernas del hombre, lo que le valió un fuerte puntapié.

Una vez en el vehículo reprendió a la niña por su descuido.

-¡No se tocan los animales de la calle Sofía, ese perro sarnoso podría haberte mordido, quien sabe que enfermedades tiene!

-No es perro papi, es perra, en la medallita decía Lady, debe estar perdida. ¿Podemos ayudarla?- pidió la pequeña.

El papá todavía preocupado por lo que podría haber sucedido se negó, argumentando razones de seguridad, higiene y salud, concluyendo con que para eso seguramente existían entidades protectoras de animales que se encargarían del vagabundo.

Al detenerse en el siguiente semáforo, cuando un niño vestido con harapos se acercó al automóvil, el hombre y su esposa cerraron inmediatamente las ventanillas ignorándolo al tiempo que comentaban disgustados la inseguridad con que se viajaba y como en un descuido podían robar sus relojes.

-Me parece que ese nene no quería robar mami -sugirió Sofía desde el asiento trasero- dijo que quería monedas para comprarse un sándwich…

La mamá le explicó a su hija el riesgo de permitir que aquel niño se acercara, puesto que no conocían sus verdaderas intenciones y cómo algunos adultos se aprovechan mandándolos a pedir para luego quitarles el dinero; agregando que aunque le daba pena, de ese modo el chico aprendería que en la vida las cosas se obtienen trabajando.

Estando a pocas cuadras de su edificio, quedaron atrapados en un embotellamiento de tránsito causado por un conductor que intentaba empujar sin ayuda su coche averiado mientras guiaba el volante de lado con la puerta abierta hacia la acera; Arturo al igual que los demás automovilistas se quedó cómodamente instalado en su asiento haciendo sonar la bocina, instándolo a que se diera prisa, urgido por llegar al hogar antes de que se enfriara su cena.

Un par de meses más tarde, la familia viajó de vacaciones de invierno a la ciudad de San Martín de los Andes, en el sur del país. La tarde en que regresaban de una excursión al Monte Lanín, al auto que habían rentado se le dañó un neumático. Mientras Arturo se disponía a cambiar la rueda con dificultad a causa del hielo que cubría los bordes del angosto camino, rezongando indignado por no contar con ayuda ante tal situación, la niña se puso a corretear por los alrededores alejándose antes de que sus padres pudieran notarlo.

Cuando Sofía quiso regresar, desorientada comenzó a caminar en sentido opuesto hacia el bosque; al darse cuenta de que estaba perdida rompió a llorar pidiendo ayuda y trastabilló con la raíz de un árbol rodando cuesta abajo por una pendiente empinada. Asustada, con frío y una de sus rodillas lastimada por la caída, gritó sobresaltada cuando un animal se le apareció desde unos arbustos. El pánico dio paso al alivio cuando un pequeño perro se acercó moviendo la cola amistosamente, y después de lamerle la herida se recostó junto a ella proporcionándole abrigo.

Unas horas después, la chiquilla se abrazaba con sus padres que habían estado desesperados buscándola con la valiosa colaboración del guarda parques.

Mientras disfrutaban de la hospitalidad del guardián saboreando una taza de chocolate caliente frente al hogar de su cabaña, Sofía relató emocionada el modo en que el valiente perro la había ayudado dándose cuenta de que lo necesitaba.

Arturo sonriendo condescendiente ante la inocencia de su hija le explicó que el animal había hecho lo que dictaba su instinto, con lo cual la niña quedó un tanto decepcionada.

El guarda parques se acuclilló frente a la nena para hablarle, poniendo al perrito en sus brazos:

-Sin embargo, yo creo que su instinto hubiera hecho que volviera a la cabaña para guarecerse del frío y disfrutar de su cena, lo que tu rescatista de cuatro patas sintió por ti se llama empatía.

-¿Qué es empatía?- preguntó curiosa mientras abrazaba a su cariñoso héroe que no dejaba de lamerle las mejillas.

-Empatía es la capacidad que todos tenemos para identificarnos con las necesidades del otro, bonita- respondió el guarda parques – si bien la ciencia sostiene que la única especie con razonamiento es el hombre, todos en el reino animal tenemos capacidad para sentir. Tal vez si el ser humano apartara la ceguera que le provoca sentirse superior a otras especies… podría volver a Ver con el corazón a quien tiene enfrente. Tu nueva amiga conoce bien lo que es sentirse sola, con miedo y lejos de casa, hace unos meses cuando la encontré en Buenos aires estaba perdida, lastimada y necesitando cariño. Por cierto, no han sido formalmente presentadas… Sofía ella es Lady.

Si recordamos nuestras propias experiencias para lograr empatía y ayudar a quien lo necesita como prioridad… entonces los seres humanos dejaremos de añorar el pasado, para pasar a construir el presente feliz que tanto anhelamos

mensajesdeldespertar@hotmail.com

En memoria de Lady, la mejor Amiga que tuve en la vida; quien durante 20 años se dedicó a enseñarme a abrir mi corazón al amor incondicional, al compartir, al perdón, a la alegría por las cosas más simples,  al significado de la palabra empatía… y aún hoy sigue haciéndolo a través de la luz que sembró en mi alma.

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Asunto: “Quiero recibir mensajes del despertar”

1 comentario

  1. Desde que nacemos inconscientemente tenemos sabemos lo que es correcto y lo que no lo es, por eso añoramos la perfección de nuestro mundo, porque no la tiene.

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