Hacer de la felicidad un oficio, por Jascha

Claudio Alvarez

Niños jugando

Hace poco visité una de las peculiares casas del conocido poeta Pablo Neruda, se llama La Sebastiana y se encuentra ubicada en Valparaíso, parece estar suspendida en los cerros toda vestida de ventanales que miran hacia la bahía. Estar en ella es como estar flotando sobre el océano y si te concentras casi se puede escuchar el tecleo de la máquina de escribir del poeta.

La casa está transformada en un museo, al recorrerla uno va escuchando en un aparatito electrónico anécdotas e historias del poeta, incluso partes de entrevistas que se le hicieron estando en vida. En una de ellas se comenta que Neruda era capaz de dictar un artículo completo de corrido sin necesidad de hacerle correcciones posteriores, cuando alguien le decía que eso reflejaba el enorme talento que el tenía para escribir, él contestaba: «Eso no es talento, es oficio y se logra con entrenamiento y dedicación».

Me quedé prendada en esa historia pensando con admiración en este genial Neruda que habla de su arte como un oficio que requiere disciplina, paciencia, tiempo y dedicación. En cambio yo, una simple neófita que disfruta el escribir y compartir a través de las letras, muchas veces me alejo de los escritos en espera de una inspiración que en ocasiones tarda meses en llegar. Comprendí que más que esperar que algo ocurra podemos hacer de un oficio eso que tanto decimos deseamos hacer. ¿Cuántas cosas postergamos pues no nos sentimos preparados o lo suficientemente talentosos y perdemos tiempo esperando que algo ocurra, en vez de sacudir nuestro temores y simplemente ponernos manos a la obra?

Mi inquieta mente siguió reflexionando al respecto y me di cuenta que en realidad es mucho más profunda esta enseñanza, que me llega desde la cotidianidad de un paseo al puerto. El fin último para el cual los seres humanos, escribimos, trabajamos, estudiamos, nos ponemos metas, nos relacionamos, creamos, destruimos, peleamos y hacemos lo que hacemos en esta vida, es uno solo: ser felices. Lo que escogemos hacer, en realidad no es más que la estrategia que elegimos para encontrar la ansiada felicidad.

Entonces, mejor aún sería convertir la felicidad en oficio, así todo lo que escojamos hacer siendo felices será sólo por el mero placer que nos provoca y no por ansias de conseguir algo.

La mayor parte de nuestra vida nos hemos estado adiestrando para ser infelices, cuando éramos pequeños nos enseñaron que la vida es dura, que no se pueden confiar en las personas, que el amor es escaso, que las carencias son múltiples, que el mundo marcha espantosamente. Solícitos aprendimos la lección y luego comenzamos a divulgarla por doquier: los tiempos que corren están difíciles, la juventud está cada día peor, la economía no tiene remedio, la mayor parte de los alimentos que consumimos producen cáncer, la risa abunda en la boca de los tontos, el dinero corrompe, son sólo alguna de las muchas afirmaciones que repetimos a diario como si fueran mantras que nos ayudan a ser infelices. No contentos con ello seguimos absorbiendo dosis de infelicidad diaria en los noticiarios, en las películas y en muchos de los libros que leemos.

¿Qué pasaría si desde hoy escogemos ser felices y convertimos la felicidad en nuestro oficio y nos adiestramos para ello? Seguramente como todo nuevo oficio al principio, antes de automatizarse, parecerá muy difícil, incluso hasta puedan dolernos algunas partes por falta de costumbre, pero ¿Qué pasaría si insistimos y seguimos adelante y nos proponemos ser todos unos artífices de la felicidad?

El camino puede estar lleno de baches, quizás escucharemos algunas discusiones internas: ¡No! ¡Cómo vas a dejar de ver los noticiarios, tienes que estar informado! o; Es un verdadero acto de egoísmo que pienses primero en ti o quizás; No consumas ese alimento mira que engorda y está lleno de colesterol o mi boicoteo favorito; ¡Cómo vas a pasar toda una tarde sin hacer nada cuando hay tanto que hacer!

No obstante, si eres lo suficientemente tozudo y sigues adelante te prometo que, antes que te des cuenta, serás todo un experto en el oficio de ser feliz.

Te demorarás mucho menos en aprender a ser feliz que lo que te demoraste en aprender a ser infeliz. Eso tenlo por seguro, pues la felicidad es tu estado natural y lo antinatural es que seas infeliz, si no me crees, simplemente observa a los niños pequeños, ellos son expertos en la despreocupación y alegría, no importa cuán aparentemente duras sean las condiciones en las cuales les haya tocado nacer, ellos siempre encontraran algo con que deleitarse y gritaran con todos sus huesos cuando deseen expresar algo. Somos nosotros, los adultos, los que les enseñamos a contracturarse, pero su naturaleza primigenia es ser así: simple y llanamente felices.

Esa es nuestra esencia, lo contrario es aprendido y ensayado con insistencia a lo largo de nuestras vidas, pero si lo deseas puede ahora mismo comenzar a practicar el maravilloso oficio de ser feliz. Busca tu propia estrategia, escoge tus propios medios, pero proponte invertir tiempo y voluntad en ello.

Comienza tu día con una gran respiración profunda que te llene de energía para comenzar tus importantes ajetreos.

Aliméntate de manera sana y tranquila, pero no creas todo lo que lees sobre horarios y tipos de alimentos, escucha a tu cuerpo el sabrá pedirte lo que necesita, incluidos esos deliciosos chocolates.

Agradece, agradece, agradece y agradece, no te canses nunca de agradecer todo lo que eres y tienes.

Sonríe y mira a los ojos, andamos por la vida sedientos de atención y valorización, al sonreírle a los demás y mirarlos a los ojos te conectas con tu propia divinidad.

Regalonéate con cosas simples, para sentirte a gusto en realidad no necesitas todas esas cosas sofisticadas que la publicidad pretende imponerte.

Escucha sólo a quienes te trasmiten ideas positivas, al resto sonríeles.

Llora con ganas e hipo cuando te sientas triste, ríe a carcajadas cuando estés alegre y cuando estés enojado, dale con todo a un almohadón, cualquier cosa menos negar lo que estás sintiendo.

Aprende a recibir, si alguien te alaba o te regala algo, sonríele y dale las gracias, no se te vaya a ocurrir decir: ¡Ayyy para qué te fuiste a molestar, no era necesario…!

Cuando te pregunten cómo estás, contesta con todo tu ser: ¡Perfectamente!

No te canses de observar la naturaleza, en sus ciclos está el secreto de la existencia.

Sé generoso, dar sin esperar nada a cambio no sólo es una enorme fuente de goce sino que además, nos conecta con el flujo de abundancia del Universo.

Descubre qué te da placer y hazlo cada vez que puedas, aunque te parezca un gesto absurdo y sin importancia, como puede ser comer dulces de anís, ver tu programa favorito de televisión, caminar bajo la lluvia o darte un baño de espuma.

Es lindo que nos amen pero mucho más hermoso es abrir nuestro corazón a amar a los demás.

Si crees que Dios existe, entonces confía en su sabiduría y si no crees que existe, entonces confía en los equilibrios del Universo.

Y por sobre todo, no escuches a nadie que intente convencerte que algo en ti requiere ser ajustado para que puedas manifestar el maravilloso Ser que eres.

(www.despertardivino.cl – jascha@despertardivino.cl)

1 comentario

  1. Gracias Jascha, son bellas palabras,… pero que tan segura estas de llevar el rumbo correcto… Podrias guiarme sin temor a extraviarme… mas alla de tus convicciones, eres honesta contigo y con tus seguidores… he transitado este camino y regresado al inicio… he fallado en continuar por una senda que solo me ofrece tranquilidad espiritual y buenos deseos… es suficiente con aquello… es suficiente para ti… estoy solo y busco compañia… cuando la encuentro deseo regresar a la soledad… meditar me calma solo un instante… he visto una foto tuya y me pareces muy familiar… he confiado demasiado y demasiado ha sido lo que he perdido… talves debia hacerlo… no me duele perder… solo que aveces creo que estoy estancado… sin familia…sin amigos… sin sentido… creo que el amor es importante… solo si sabes expresarlo… muchos se dicen maestros… creo que la felicidad no tenemos que buscarla… esta dentro… es solo que esta cubierta de desencantos… haces un buen trabajo… espero que lleves el camino correcto… felicidades…

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