La Atención Plena y la Conciencia Una

Jorge Gomez (333)

atencion meditacion atencion¡Qué fácil es conseguir la iluminación! ¡Qué fácil resulta seguir la intuición interior que te lleva una vivencia atemporal, donde todo es paz! Es fácil porque tu Ser Esencial quiere mostrarse en todo momento y en ocasiones se lo permites, es decir, haces uso de tu libre albedrío. Pero qué difícil es sostenerlo. Lo que pasa es que llevas 20, 30, 40 ó 50 años practicando lo contrario. Queriendo ser otra persona y creyéndotelo. Normalmente vives en piloto automático, identificado con tus pensamientos, con tus sentimientos y emociones, con tu identidad residente en tu memoria, con tus expectativas sobre ti mismo…

¿Pero sabes quién eres? Crees que sabes quién eres.

La iluminación es como un faro que ves brillar de vez en cuando para mostrarte lo que eres en esencia. Pero ese Ser Esencial que eres busca autorealizarse. No puedes negarlo porque es lo único que realmente eres. Y claro, entra en conflicto cuando piensas, sientes y vives como lo que no eres.

La atención al momento presente es imprescindible para saber quién eres. No puedes saber quién eres si miras al pasado porque estás en un plano mental: la memoria. No puedes saber quién eres si miras al futuro porque entras en un plano mental: expectativas, deseos y evitación. Solo puedes saber quién eres en el ínfimo instante presente.

Cuando te plantas en el presente y observas tus pensamientos, te das cuenta de que no eres tus pensamientos, porque los pensamientos son el objeto del observador. Cuando te plantas en el momento presente te das cuenta de que no eres tus sentimientos y emociones, porque los sentimientos y las emociones son el objeto del observador. Cuando te plantas en el momento presente no hay un tú pasado ni un tú futuro, solo un observador presente. Y el observador no puede ser observado por sí mismo. No puede el observador convertirse en objeto de lo observado. Haz una prueba: trata de prestar atención a tu atención y permanece ahí por 30 segundos, y pregúntate (sin palabras) ¿quién atiende? No hay una respuesta del tipo “yo atiendo”. Nunca encontrarás al que atiende porque es la conciencia misma, y la conciencia es el contenedor sin frontera donde se plasma todo lo irreal, incluido el concepto y sensación de conciencia misma. Lo que estás buscando es desde dónde estás buscando. Por eso mismo siempre tu Ser Esencial está presente, porque eres la misma conciencia. No necesitas hacer un esfuerzo para que todo se plasme en tu conciencia. Se plasma. Presta atención a la punta del dedo gordo del pie, presta atención a los sonidos que escuchas, presta atención a tu emoción en este momento, presta atención a las líneas que dividen tu realidad cada vez que cambias la atención de un punto a otro. ¿Puedes notar la separación en tus cambios de atención? Esos son tus condicionamientos que piensan que todo está separado, sentidos, emociones, pensamientos. En realidad todo está unido. La sensación de tu dedo, el sonido exterior, tu emoción, mi presencia… todo emerge a la vez en tu conciencia. Práctica esto. Expande tu conciencia hasta que todo se encuentre unido en un mismo instante…. En el instante presente.

¿Pero qué sucede? Que estás distraído con lo que aparece en tú conciencia. Que piensas
que todo lo que aparece en tu conciencia es real y te identificas con ello, aún en ocasiones estando en el momento presente. Desidentificarse de los pensamientos no es muy complicado. Desidentificarse de los sentimientos y emociones algo más difícil porque es muy físico, y se suele utilizar la identificación con los sentimientos para desidentificarnos de los pensamientos, y le damos valor de real en el proceso. Pero realmente tanto tiranizan nuestros pensamientos, como tiranizan nuestros sentimientos y emociones. Más complicado es desidentificarse de nuestra falsa identidad, esa mochila cargada de recuerdos, emociones y sensaciones que llevamos a todas partes con nosotros y que solo sirve para lastrar con miedos y creencias de incapacidad que podamos vivir la vida tal y como es el momento presente, con todas su probabilidades abiertas; un lastre que enjuicia y compara constantemente el momento presente con nuestra vida pasada. Una identidad identificada con deseos y expectativas sobre nosotros mismos, sobre nuestra vida, que pone barreras a lo que realmente somos en pos de lo que queremos ser. Es como llevar puesto las anteojeras de los caballos.

¿Crees que tienes que hacer algún esfuerzo para ser de alguna manera especial? ¿Crees que tienes que ser como quieren o quieres que ser? ¿Crees que tienes que hacer algún esfuerzo para, por ejemplo, amar? Si tienes que hacer un esfuerzo para amar a alguien, no estas amando, estás practicando el concepto de amor. El amor se irradia por los cuatro costados cuando no hay separación en tu conciencia, cuando permites al Ser Esencial ser en el momento presente. Si te dijese que amases lo que eres en el momento presente (tus pensamientos, tus sentimientos, tus emociones, tus condicionamientos… esto está en otro nivel diferente del que estoy hablando) , te estaría diciendo que amases tu concepto de lo que eres en el momento presente. No ames lo que eres: Sé. El AMOR se manifestará en la conciencia. Vive tu individualidad sin juicios propios o sociales. Si tuviésemos que ser todos iguales tal vez solo existiría uno y tal vez no fueses tú… tal vez sería yo (o viceversa). La Conciencia es Una, pero tú eres una manifestación individual de la Conciencia Una. No sigas a nadie, no escuches a nadie. Sé tú. Cada instante que puedes manifestarte como real es un instante de amor de la Conciencia Una por tu individualidad, es la vida amándote, viviéndote.

Bueno… no digo que sea fácil… Esto se entrena… El gimnasio se llama Mindfulness y Atención Plena.

Fuente:

 La Atención Plena y la Conciencia Una

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