La ciudadanía cósmica: una competencia para alcanzar la Supremacía

Jorge Ariel

ciudadano arrobaSomos los peregrinos que vamos hacia el Cielo,

la fe nos ilumina, nuestro destino no se halla aquí.

La meta está en lo eterno, nuestra patria es el Cielo,

la esperanza nos guía, y el amor nos hará llegar.

 

Cual si fuera un reality de competencia, los seres humanos estamos concursando para ascender al Paraíso.

En la primera etapa, los aspirantes se postulan.

En la segunda fase del concurso se organizan  los discípulos  en grupos y a cada grupo se le asigna un Maestro.

La tercera fase empieza cuando el discípulo adquiere un compromiso con su aprendizaje y se convierte en un aliado de su Maestro.

Los finalistas son aquellos que logran fusionarse con la Presencia Divina mediante el arrobamiento, serán almas verdaderas y probadas del tiempo y el espacio. Los mortales sobrevivientes del tiempo y el espacio se denominan peregrinos ascendentes cuando se los acredita para la ascensión progresiva al Paraiso en siete etapas de la carrera ascendente universal:

  1. Mortales Planetarios.
  2. Sobrevivientes adormecidos
  3. Estudiantes de Estancia.
  4. Progresistas de Moroncia.
  5. Pupilos de los Superuniversos.
  6. Peregrinos de Havona.
  7. Finalistas del Paraíso.

Desde el momento en que abandonamos los mundos materiales hasta que se nos constituye como espíritus de primera etapa en Salvington, sufriremos tan sólo 570 cambios moronciales separados y ascendentes. Ocho de estos ocurren en el sistema, setenta y uno en la constelación, y 491 durante la estadía en las esferas de Salvington.

 

 

  1. La ciudadanía mundial.

ciudadano digitalSomos en la tierra semilla de otro reino

somos testimonio de amor.

Paz para las guerras y luz entre las sombras

Iglesia peregrina de Dios

.

La muerte mortal es una técnica de escape de la vida material en la carne; y la experiencia en los mundos de estancia de vida progresiva a través de siete esferas de capacitación correctiva y educación cultural representa la introducción de los sobrevivientes mortales a la carrera moroncial, la vida de transición que interviene entre la existencia material evolucionaria y el logro espiritual más elevado de los seres ascendentes del tiempo que están destinados a lograr las puertas de la eternidad.

En los mundos de estancia completamos la unificación de la personalidad mortal evolutiva; en la capital del sistema lograremos la ciudadanía en Jerusem y alcanzaremos el deseo de someter el yo a las disciplinas de las actividades de grupo y de las empresas coordinadas.

  1. La ciudadanía sistémica: Jerusem

Jerarquía planetariaVienen con alegría Señor

Cantando vienen con alegría Señor

Los que caminan por la vida Señor

Sembrando tu paz y amor.

 

 

Los que han corrido la carrera planetaria y completado la progresión en los mundos de estancia, adquieren la ciudadanía de Jerusem, la capital de nuestro sistema local de Satién.

Juan el Revelador vio una visión de la llegada de una clase de mortales en avance desde el séptimo mundo de estancia a su primer cielo, las glorias de Jerusem. Registró: “Y vi como si fuese un mar de cristal entremezclado con fuego, y vi a aquellos que habían logrado la victoria sobre la bestia que originalmente los habitaba y sobre la imagen que persistía a través de los mundos de estancia y finalmente sobre la última marca y huella, de pie en el mar de cristal, con las arpas de Dios, cantando la canción de la liberación del temor y de la muerte”. Pablo también tuvo un visión del cuerpo de ciudadanos ascendentes de mortales en perfeccionamiento en Jerusem, pues escribió: “Pero vendréis al Monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la celestial Jerusalén, y a una innumerable multitud de ángeles, a la gran asamblea de Miguel, y a los espíritus de los hombres justos que se están perfeccionando”.

Una vez que los mortales han logrado la residencia en la sede central del sistema, ya no habrá resurrecciones concretas. La forma moroncial que se te otorgó a la partida de la carrera de los mundos de estancia es la que te acompañará hasta el fin de la experiencia en el universo local. Se harán modificaciones de vez en cuando, pero retendrás esa misma forma hasta que te despidas cuando surjas como espíritu de la primera etapa, en preparación para el tránsito a los mundos del superuniverso de cultura ascendente y capacitación espiritual.

La personalidad mortal iniciada en los mundos de evolución y tabernaculada en la carne —habitada por los Monitores Misteriosos y envuelta por el Espíritu de la Verdad— no está totalmente movilizada, realizada, y unificada hasta el día en que el ciudadano de Jerusem recibe su pasaje a Edencia y es proclamado miembro auténtico del cuerpo moroncial de Nebadon —un sobreviviente inmortal asociado con el Ajustador, un ascendentero al Paraíso, una personalidad de estado moroncial, y un verdadero hijo de los Altísimos.

  1. La ciudadanía cósmica: Edencia

ciudadano cósmicoDanos un corazón grande para amar

Danos un corazón fuerte para luchar

Hombres nuevos que viven la existencia

Como riesgo de un largo caminar.

 

Nuestro mundo pertenece a la Confederación Cósmica de Orión.

Después de graduarnos en el mundo número setenta, los mortales ascendentes tomamos residencia en Edencia. Asistiremos, por primera vez, a las “asambleas del Paraíso” y escucharemos  la historia de la prolongada carrera tal como la describe un Fiel de los Días.

En los mundos de capacitación de la constelación, lograremos la verdadera socialización de la personalidad moroncial evolutiva. Esta adquisición cultural excelsa se evidencia en los siguientes logros:

  1. Vivir con felicidad y trabajar con eficacia con diez moronciales diversos, mientras que diez de estos grupos se asocian en compañías de cien y luego en federaciones de un cuerpo de mil.
  2. Morar con regocijo y cooperar sinceramente con diez univitatias, quienes, aunque similares intelectualmente a los seres moronciales, son muy distintos en todos los otros aspectos. Además debemos funcionar con este grupo de diez como sus coordinados con diez otras familias, que a su vez están confederadas en un cuerpo de mil univitatias.
  3. Adquirir la habilidad de cooperar voluntaria y eficazmente con vuestra propia orden de seres en estrecha asociación operativa con un grupo de criaturas inteligentes un tanto disimilar.
  4. Lograr la armonía intelectual y hacer el ajuste vocacional con ambos grupos de asociados.
  5. Perfeccionar la habilidad de vivir en contacto íntimo con seres similares y ligeramente disimilares con un nivel de irritabilidad y resentimiento cada vez menores.
  6. Ajustar todas estas distintas técnicas de socialización al adelanto de la coordinación progresiva de la carrera de ascensión al Paraíso; aumentar el discernimiento universal y enalteciendo la habilidad para comprender los significados y objetivos eternos ocultos dentro de estas actividades espacio-temporales aparentemente insignificantes.
  7. Y luego, culminar todos estos procedimientos de multisocialización con el enaltecimiento concurrente del discernimiento espiritual en lo que respecta al aumento de todas las fases de las dotes personales a través de la asociación espiritual con el grupo y de la coordinación moroncial. Intelectual, social y espiritualmente dos criaturas morales no aumentan sus potenciales personales de logro universal al doble mediante la técnica asociativa sino que multiplican casi por cuatro sus posibilidades de logro y cumplimiento.
  1. La ciudadanía Universal: Salvington

El camino al paraisoSi es que no encuentras la alegría aquí en la Tierra,

búscala hermano más allá de las estrellas.

 

Salvington, la capital de Nebadon, nuestro universo local, está rodeada de diez grupos universitarios de cuarenta y nueve esferas cada uno. Aquí el hombre es espiritualizado después de su socialización en la constelación.

Cuando atravesamos la vida moroncial de Nebadon, estos mismos pacientes y hábiles Supervisores del Poder Moroncial sucesivamente te proveerán con 570 cuerpos moronciales, siendo cada uno una fase de la transformación progresiva.

En los días de la carne mortal el espíritu divino reside en nosotros, casi como una cosa aparte —en realidad una invasión del hombre por el espíritu otorgado del Padre Universal. Pero en la vida moroncial el espíritu se volverá una parte real de nuestra personalidad, y a medida que pasamos sucesivamente a través de las 570 transformaciones progresivas, ascendemos del estado material al estado espiritual de la vida de la criatura.

Pablo supo de la existencia de los mundos moronciales y de la realidad del material moroncial, pues escribió: “Poseen en los cielos una sustancia mejor y más duradera”.

  1. Los pupilos en el Superuniverso: Uversa

Uno mismo es su suerte y más allá de la muerte

Uno mismo es la niebla, uno mismo es la llama

Uno mismo se enciende, uno mismo se apaga.

 

Uversa, la sede central de Orvonton, nuestro superuniverso, está  rodeada de siete altas universidades de capacitación espiritual avanzada para las criaturas volitivas ascendentes. Cada uno de estos siete grupos de esferas maravillosas consiste en setenta mundos especializados que contienen miles y miles de instituciones y organizaciones pletóricas dedicadas a la capacitación universal y a la cultura espiritual en las que nuevamente se educan y examinan los peregrinos del tiempo en preparación para su largo viaje a Havona.

  1. Los peregrinos en el Universo Central: Havona.

Como granos que han hecho el mismo pan,

como notas que tejen un cantar.

Como gotas de agua que se funden en el mar,

los finalistas un cuerpo formarán.

El peregrino llega al planeta de recepción de Havona, el mundo piloto del séptimo circuito, con una sola dote de perfección, perfección de propósito. El Padre Universal ha decretado: “Sed perfectos, así como yo soy perfecto”.

Cuando llegamos a Havona, nuestra sinceridad se habrá vuelto sublime. La perfección de propósito y la divinidad de deseo, con constancia de fe han asegurado nuestro ingreso en las moradas establecidas de la eternidad; vuestra liberación de las incertidumbres del tiempo es plena y completa; ahora debemos enfrentarnos con los problemas de Havona y las inmensidades del Paraíso, para encontrarnos con aquello para lo cual por tanto tiempo nos hemos estado capacitando en las épocas experienciales del tiempo en los mundos escuela del espacio.

En los siete circuitos de Havona los logros son de tipo intelectual, espiritual y experiencial. Existe una tarea definida que debe cumplirse en cada uno de los mundos de cada uno de estos circuitos.

  1. Los finalistas en La Isla Central: El Paraíso.

Al llegar al Paraíso con estado de residente,  comenzamos el curso progresivo en divinidad y absonidad (lo absonito es el estado intermedio entre lo infinito y lo absoluto). La residencia en el Paraíso significa que hemos encontrado a Dios y que hemos sido incorporados al Cuerpo Mortal de la Finalidad. De todas las criaturas del gran universo, sólo los que están fusionados con el Padre se incorporan al Cuerpo Mortal de la Finalidad. Sólo esos individuos toman el juramento del finalista.

EL cuerpo de los Finalistas Mortales representa el destino presentemente conocido de los mortales ascendentes del tiempo fusionados con la Divina Presencia. Pero existen otros grupos que también se asignan a este cuerpo. El cuerpo primario de finalistas está compuesto como sigue:

  1. Nativos de Havona.
  2. Mensajeros de Gravedad.
  3. Mortales Glorificados.
  4. Serafines Adoptados.
  5. Hijos Materiales Glorificados.
  6. Criaturas Intermedias Glorificadas.

Estos seis grupos de seres glorificados componen este singular cuerpo de destino eterno. Se cree conocer su tarea futura, pero no hay  seguridad de ello. Aunque el Cuerpo Mortal de la Finalidad se está movilizando en el Paraíso y aunque actualmente ellos ministran tan ampliamente los universos del espacio y administran los mundos establecidos en luz y vida, su destino futuro ha de ser en los universos del espacio exterior que presentemente se están organizando. Por lo menos eso es lo que se conjetura en Uversa.

Los mortales ascendentes fusionados con la Presencia componen la mayor parte del Cuerpo primario de la Finalidad. Juntamente con los serafines adoptados y glorificados, generalmente constituyen 990 de cada compañía de 1000 finalistas. La proporción de mortales y ángeles varía en cada grupo, aunque los mortales exceden grandemente a los serafines. Los nativos de Havona, los Hijos Materiales glorificados, los seres intermedios glorificados, los Mensajeros de

Gravedad y el miembro desconocido y faltante componen tan sólo el uno por ciento del cuerpo; cada compañía de mil finalistas tiene sitio para sólo diez de estas personalidades no mortales y no seráficas.

Los  Uversianos  no saben del “destino de la finalidad” de los mortales ascendentes del tiempo. Presentemente residen en el Paraíso y sirven temporalmente en el Cuerpo de Luz y Vida, pero tan extraordinario curso de capacitación ascendente y tan prolongada disciplina universal deben haber sido diseñados para calificarlos para pruebas aún más grandes de confianza y servicios aún más sublimes de responsabilidad.

Los finalistas quedan registrados como espíritus de la sexta etapa. Indudablemente, queda un paso más en la carrera de los Mortales del Cuerpo de la Finalidad. No se conoce la naturaleza de este paso, pero se conoce, y a continuación se puede  enumerar, tres hechos:

  1. Sabemos por los archivos que los mortales son espíritus de la primera orden durante su estadía en los sectores menores, y que avanzan a la segunda orden cuando se trasladan a los sectores mayores, y a la tercera cuando van hacia adelante a los mundos de capacitación centrales del superuniverso. Los mortales se vuelven cuartanos o espíritus diplomados después de alcanzar el sexto círculo de Havona y se tornan espíritus de la quinta orden cuando hallan al Padre Universal. Posteriormente logran la sexta etapa de existencia espiritual al tomar el juramento que los incorpora para siempre en la asignación eterna del Cuerpo de la Finalidad Mortal.

Observamos que la clasificación espiritual, o designación, ha sido determinada por el avance real de un reino de servicio universal a otro reino de servicio universal, o de un universo a otro universo; y suponemos que el otorgamiento de la clasificación de séptimo espíritu a los mortales del Cuerpo de la Finalidad será simultáneo con su avance a la asignación eterna para el servicio en esferas hasta ahora no registradas ni reveladas, y concomitantemente con su logro de Dios el Supremo. Pero aparte de estas conjeturas audaces, realmente no sabemos más sobre todo esto de lo que vosotros sabéis; nuestro conocimiento de la carrera mortal no va más allá del destino presente en el Paraíso.

  1. Los finalistas mortales han cumplido plenamente con el mandato de las eras, “Sed perfectos”; han ascendido por el sendero universal del logro mortal; han hallado a Dios y han sido debidamente aceptados en el Cuerpo de la Finalidad.

Estos seres han logrado el límite presente de progresión espiritual pero no la finalidad del estado espiritual último. Han logrado el límite presente de la perfección de la criatura, pero no la finalidad del servicio de la criatura. Han experimentado la plenitud de la adoración de la Deidad pero no la finalidad del logro experiencial de la Deidad.

  1. Los mortales glorificados del Cuerpo Paradisiaco de la Finalidad son seres ascendentes que poseen conocimiento experiencial de cada etapa de la realidad y filosofía de la vida más plena posible de la existencia inteligente, mientras que durante las eras de esta ascensión desde los mundos materiales más bajos hasta las alturas espirituales del Paraíso, estas criaturas sobrevivientes han sido instruidas hasta los límites de su capacidad respecto de todos los detalles de todo principio divino de administración justa y eficaz, así como también misericordiosa y paciente, de la entera creación universal del tiempo y del espacio

 

 

 

 

La ciudadanía cósmica: una competencia para alcanzar la Supremacía

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