La Historia Clínica pedagógica de los discípulos

Jorge Ariel

Sanacion 2 A menudo surge la siguiente pregunta: ¿Por qué son tan frecuentes las dolencias, desórdenes nerviosos y las diversas patologías entre los santos de la tierra y los que están claramente orientados hacia la luz? Responderé que la tensión sobre el vehículo físico, debido al cambio de fuerzas, es por lo general excesivamente grande, produciendo así esas condiciones indeseables.

Este artículo está dirigido a todos aquellos discípulos que desean ir más allá de lo que les  dice el   médico ortodoxo cuando es consultado.

La historia clínica surge del contacto entre el equipo de salud y los usuarios. A partir de la segunda mitad del siglo XX entre usuarios y el centro de salud, siguiendo los modelos de atención primaria. La historia clínica es el único documento válido desde el punto de vista clínico y legal. Es un documento donde el paciente deja registrado y firmado su reconocimiento y aceptación sobre su situación de salud y/o enfermedad y participa en las tomas de decisiones.

La historia clínica es el instrumento utilizado para desarrollar el método clínico.  Se aplica a través del registro de la información obtenida del paciente a través del interrogatorio o anamnesis,  del examen físico  y de la revisión de los estudios complementarios de Laboratorio, Radiología y técnicas especiales efectuadas.

La enfermedad es una forma de imperfección transi­toria, y la muerte no es más que el método para reenfocar la ener­gía, antes de iniciar una actividad progresiva que conduzca eterna y constantemente hacia el mejoramiento. (0)

Al considerar esotéricamente las enfermedades debe aceptarse como proposición básica que toda enfermedad es el resultado del mal uso de las fuerzas, en una vida anterior o en la presente. Ello es fundamental. En relación con esto repetiré algunas de mis afir­maciones sobre este tema.

  1. El noventa por ciento de las causas de las enfermedades se hallan en los cuerpos etérico y astral. El empleo erróneo de la energía mental y el deseo mal aplicado, son los factores más importantes; sin embargo, como la mayoría de la humanidad todavía se halla en la etapa de conciencia atlante, sólo el cinco por ciento de las enfermedades prevalecientes se debe a cau­sas mentales. El porcentaje varía con el desarrollo de la raza y su evolución. Por lo tanto la enfermedad es la manifestación de las condiciones subjetivas indeseables, vitales, emocionales y mentales.

2. Todo lo concerniente a la salud del hombre puede ser encarado desde tres ángulos:

 

  1. De la vida de la personalidad -sobre ésta estamos apren­diendo mucho.
  2. De la humanidad en conjunto -lo cual se está empezan­do a apreciar.
  3. De la vida planetaria -de ésta poco podemos saber.

3. Toda enfermedad es causada por la falta de armonía entre la forma la vida, entre el alma y la personalidad; esta carencia de armonía existe en todos los reinos de la naturaleza.

4. La mayor parte de las enfermedades tienen su origen:

    1. grupal,
    2. como resultado de una infección,
    3. desnutrición, entendida física, subjetiva y esotéricamente.

5. Las enfermedades de las masas, del ciudadano común, de los intelectuales y de los discípulos, difieren ampliamente y tienen distintos campos de expresión.

a. Los tres grupos principales de enfermedades de los dos pri­meros tipos mencionados son:

La tuberculosis.

Las enfermedades sociales.

El cáncer

b. Las dos enfermedades principales de los intelectuales y dis­cípulos Son:

Las dolencias cardiacas.

Las enfermedades nerviosas.

6. La enfermedad es un hecho en la naturaleza. Cuando esto sea aceptado, los hombre comenzarán a trabajar con la Ley de Li­beración, con el recto pensar, que conduce a actitudes y orien­tación correctas, y con el principio de no resistencia. La gran ansiedad de morir, característica frecuente en la etapa final que precede inmediatamente a la muerte, es la manifestación más inferior de esta no resistencia, la cual sicológicamente rige al estado de coma.

7. La Ley de Causa y Efecto o de karma, rige todas las enfermeda­des. Abarca el karma individual, grupal, nacional y el humano en su totalidad.

Las causas iniciadas por el hombre, vida tras vida, constituyen el factor importante; éstas se desarrollan como enfermedades, como alguna consecuencia desastrosa en las circunstancias y aconteci­mientos, y como general acondicionamiento de alguna encarnación determinada. El hombre debe aprender a tratar estas causas, reco­nocerlas y descubrir cuál es la energía condicionante que produce el efecto correspondiente, ocupándose primeramente de la tarea de contrarrestar la causa, oponiéndole una voluntad entrenada. El karma no es un acontecimiento inevitable, ineludible ni doloroso. Puede ser neutralizado, pero esta neutralización, en lo que con­cierne a la enfermedad, incluye cuatro líneas de actividad:

  1. Determinar la naturaleza de la causa y la zona de la con­ciencia donde originó.
  2. Desarrollar esas cualidades que son el polo opuesto de la causa efectiva.
  3. Practicar la inofensividad a fin de detener la expresión de las causas y evitar cualquier brote de esa lamentable con­dición.
  4. Dar los pasos físicos necesarios que producirán las condi­ciones que el alma ansía.Estos pasos incluirán:

 

  • Una pasividad mental y una aceptación de la realidad del efecto -en el caso que estamos considerando en relación con el karma-, la enfermedad.
  • La inteligente acción en los procedimientos médicos or­todoxos.
  • La colaboración de un grupo de curación o de un cura­dor, para ayudar en las curaciones internas espirituales.
  • Una clara visión respecto al resultado. Esto puede conducir a la preparación para vivir una vida más útil en el plano físico o para la gran transición llamada muerte.

Pero detrás de este juicioso pensamiento y sabia actividad, debe haber la aceptación de que existen ciertas condiciones generales que se exteriorizan como mala salud física durante este ciclo mun­dial, no sólo para el reino humano sino también para los tres reinos subhumanos. La Ley de la imperfección existe, porque las Grandes Realidades (existen en todo el mundo fenoménico) están análoga­mente en proceso de desarrollo y de desenvolvimiento evolutivo. Por lo tanto, hasta que Ellos, como Seres espirituales, no hayan desarrollado el “sublime control” -tal como se lo llama- de la sustancia de Sus formas fenoménicas, éstas no llegarán a la divina perfección. La enfermedad es una forma de imperfección transi­toria, y la muerte no es más que el método para reenfocar la ener­gía, antes de iniciar una actividad progresiva que conduzca eterna y constantemente hacia el mejoramiento.

ENFERMEDADES CAUSADAS POR LOS 7 RAYOS

Inteligencias de primer tipo.

Parece ser que la imperfección de esta divina energía produce una peculiar actitud que se manifiesta en el poder de cristalizar, endurecer, traer tri­bulaciones y causar el gran proceso de abstracción llamado muerte. Otros de sus resultados en la forma física son los innumerables procesos de cristalización, como el atrofiamiento y la vejez.

Inteligencias de segundo  tipo.

La imperfección de esta gran energía, con su potencia constructo­ra, vitalizadora y cohesiva, fue y es el poder para sobrestimular, acrecentar, acumular, construir demasiadas formas, atraer dema­siados átomos y producir esas condiciones que conducen a lo que se ha denominado (esotéricamente) “la sofocación de la vida”, otra forma de morir, pero morir como resultado de una excesiva vitali­dad, afectando la corriente sanguínea, construyendo dentro de las formas ya construidas y creando frecuentemente un vehículo eté­rico excesivamente poderoso para la exotérica forma física exter­na. Otros resultados son, por ejemplo, la aparición de tumores, cáncer, excrecencias, excesivo desarrollo de aspectos corporales, dilatación de órganos y partes corporales supernumerarias.

Inteligencias de tercer tipo.

El principal efecto de esta imperfecta “maniobra” y manipulación, como se la denomina, es en su mayor parte de naturaleza astral, produciendo la consiguiente mala salud física y los efectos inde­seables que ya hemos estudiado en este tratado. Debido a que esta energía de tercer rayo es la energía de la sustancia misma, sus imperfecciones se demuestran profusamente en la tendencia huma­na a la enfermedad. La ilusión es el resultado del espejismo por el excesivo empleo de la energía de tercer rayo para fines egoístas y personales y se manifiesta primordialmente en el sexto plano o astral. Como resultado de esta manipulación del deseo y las incon­troladas maniobras para satisfacerlo en líneas materiales, se producen dolencias tales como el desorden gástrico e intestinal y los distintos trastornos estomacales que devastan a la  humanidad civi­lizada, mucho más que a las razas salvajes. Ciertos desórdenes cerebrales y la poca vitalidad son también sus efectos.

Inteligencias de cuarto tipo.

Tenemos aquí un claro indicio de por qué la humanidad (el cuarto reino de la naturaleza) sucumbe tan rápida y fácilmente a la en­fermedad. Los conflictos que la humanidad está librando constan­temente, tanto en forma grupal como individual, conducen -hasta que se los comprenda y emplee como medios para triunfar y progresar- a una constante desvitalización. Cuando ésta se produce, desaparece la resistencia a la enfermedad, entonces prácticamente tenemos todo tipo de mala salud y dolencias corpóreas. La difusión de energía produce una constante disminución de esta resistencia. Como resultado tenemos debilidad, la rápida y mala reacción a las enfermedades nativas en el planeta mismo, y la pronta adquisición de enfermedades infecciosas y contagiosas. Esta energía se halla detrás de lo que denominamos epidemias, y la influenza constituye una de las principales manifestaciones.

Inteligencias de quinto tipo.

Ha sido muy difícil describir la naturaleza de la imperfección de la energía del Señor de quinto rayo. En la actividad de esta ener­gía que se manifiesta principalmente en el quinto plano o mental, se hallará eventualmente el origen de muchos desórdenes sicoló­gicos y trastornos mentales. Separación es la característica sobre­saliente -separación dentro del individuo o entre el individuo y su grupo, convirtiéndolo en antisocial. Me ocupé de esto en una parte anterior de este tratado y es innecesario que me explaye aquí sobre las dificultades (Sicología Esotérica). Otros resultados son ciertas formas de insania, lesiones cerebrales y esas brechas en la relación entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles, que se manifiestan como la im­becilidad y trastornos sicológicos. Otro tipo de enfermedad, que aparece como resultado de esta fuerza de quinto rayo, es la hemi­cranea, causada por la falta de relación entre las energías que se hallan alrededor de la glándula pineal y el cuerpo pituitario.

Inteligencias de sexto tipo.

En forma bastante curiosa la potencia de esta fuerza de sexto rayo (a medida que nutre el deseo) es responsable de la mayor parte de las dolencias y enfermedades de la humanidad, basadas en la tergiversación de la misión y función del sexo. El deseo, el azoramiento, las debilidades, las perversiones y el desarrollo uni­lateral del sexo y otras satisfacciones, surgen por el mal empleo de esta energía. El azoramiento originado por el deseo conduce a exigir violentamente una satisfacción y a dar esos pasos que -correctos e incorrectos- proporcionan satisfacción. Los resultados abarcan un amplio campo, desde la crueldad sádica y la lujuria hasta esos matrimonios contraídos por el deseo físico y también esas condiciones que conducen a muchos tipos de enfermedades sexuales. Una clave de este problema mundial reside en las pa­labras de un antiguo escrito que dice: “la imperfección del Señor de Sexto Rayo abrió la puerta para que se consumara un inco­rrecto matrimonio entre los polos.”

Inteligencias de séptimo tipo.

Los efectos de esta fuerza de rayo son muy peculiares y prevale­cerán mucho más que antes, pues este rayo está ahora entrando en poder. Dicha energía es ampliamente responsable de las in­fecciones y las enfermedades contagiosas. La nota clave del tra­bajo que realiza el séptimo rayo consiste en reunir la vida y la materia en el plano físico. Sin embargo, cuando se lo observa desde el ángulo de la imperfección constituye la reunión (si pueden com­prender la implicación) de la Vida, las vidas y la vivencia general del proceso creador. Esto se halla simbolizado en la promiscuidad y la incesante interacción de toda vida dentro de todas las vidas. Su resultado es la actividad que despliegan todos los gérmenes y bacterias dentro del medio que mejor los nutrirá.

Éstos son conceptos abstrusos y difíciles, pero se debería refle­xionar sobre ellos, pues una profunda cavilación conducirá a la comprensión. Toda enfermedad y mala salud son el resultado de la actividad o inactividad de cualquiera de los siete tipos de ener­gía, cuando actúan sobre el cuerpo humano. Toda enfermedad físi­ca surge del impacto de esas energías imperfectas cuando golpean, penetran y atraviesan los centros del cuerpo. Todo depende de las condiciones de los siete centros del cuerpo humano; a través de éstos actúan las energías impersonales, llevando vida, enfermedad o muerte, estimulando las imperfecciones del cuerpo o dándole salud. Todo depende, en lo que concierne  al ser humano, de la condición del cuerpo físico, la edad del alma y las posibilidades kármicas.

Ahora, con todo lo que he dado, concerniente a los siete rayos y a los siete Señores de Rayo, mucho más podrá ser descubierto; estas siete grandes Vidas pueden considerarse y conocerse como las esencias animantes y las energías activas en todo lo manifestado y tangible en el plano físico, así como en todos los planos de la expresión divina; al decir esto no sólo incluyo el plano físico cósmico (compuesto de nuestros siete planos del sistema) sino también el astral y el men­tal cósmicos.

El punto principal que se ha de tener en cuenta es que esta ley se refiere totalmente al plano físico (denso y etérico) y a los efectos que produce en el cuerpo físico el conflicto entre las energías y las fuerzas. Las fuerzas son esas energías limitadas y aprisionadas dentro de una forma de cualquier tipo -un cuerpo,  un plano, un órgano, un centro-; las energías son esas corrientes de energía dirigida que hacen impacto, desde una forma mayor o más incluyente y desde un plano más sutil, sobre esas fuerzas aprisionadas -si así puedo llamarlas- haciendo contacto con una fuerza vibratoria más burda. Una energía es más sutil y poderosa que la fuerza sobre la cual hace impacto o establece contacto; la fuerza es menos potente pero está anclada. En estas dos palabras reside la clave del problema de la relación entre las energías. La energía libre, desde el ángulo del punto de contacto anclado, es en cierta ma­nera menos eficaz (dentro de una esfera limitada) que la ener­gía ya anclada allí. Es esencialmente más potente, pero no tan efectiva.

1. El conflicto de esas energías con las fuerzas, y de las fuerzas entre si, producen los males corporales del hombre.

Se observará aquí que las enfermedades se producen, de acuer­do a la ley, de dos maneras:

  1. Por el conflicto de las energías con las fuerzas.
  2. Por el conflicto de las fuerzas entre sí.

Evidentemente, a primera vista es de esperarse esta lucha dual. En primer término tenemos la lucha que se libra en la vida de la personalidad, cuando el alma definidamente dirige su atención hacía sus vehículos y trata de ejercer control. Cuanto más deter­minada esté la persona a someter su personalidad al control del alma, más se intensificará el conflicto, surgiendo como resultado serias condiciones físicas. Bajo esa clasificación podríamos cata­logar la mayoría de las enfermedades de discípulos y místicos, en gran parte de naturaleza nerviosa, y a menudo afectan al co­razón o a la corriente sanguínea. En la mayoría de los casos pueden ser confinadas a la zona arriba del diafragma, y por lo tanto a esas zonas condicionadas por los centros coronario, larín­geo y cardíaco. Un número de casos que denominaré “fronterizos” entran también bajo esta categoría, pero están limitados a la trasferencia de las energías (por el impacto del alma) del centro plexo solar al cardiaco, y la frontera involucrada es simplemente el diafragma.

Dentro de esta primer clasificación también podrían notarse esas dificultades originadas, por ejemplo, cuando la energía del cuerpo astral hace su impacto sobre las fuerzas del vehículo etérico, estableciendo un disturbio emocional y produciendo se­rias dificultades en el plexo solar, con los resultantes trastornos gástricos, intestinales y hepáticos, siendo todos el resultado del conflicto entre energía y fuerzas. Todo lo que puedo hacer aquí es indicar el tipo de problema relacionado con una u otra de esas dos categorías; el tema no se presta para la breve dilucidación que intento dar.

Dentro de la segunda categoría, que concierne al conflicto entre fuerzas y fuerzas, está implicado el cuerpo etérico, y las fuerzas involucradas son las que se hallan en los centros mayo­res y menores, implicando su relación mutua y su reacción inter­na al impacto de energías provenientes de afuera del cuerpo etérico. Dichas fuerzas y su interacción producen las enfermeda­des comunes en el hombre y controlan los disturbios de los ór­ganos físicos y las zonas del cuerpo físico ubicadas alrededor de esos centros,  los cuales constituyen en realidad los factores prin­cipales que condicionan la masa de seres humanos durante largos eones, o hasta el momento en que el alma “presta atención” a la apropiación y pleno control de su mecanismo en los tres mundos. Estas dificultades secundarias, debidas a la interacción entre los centros, son de tres categorías, y deben ser cuidadosamente observadas:

  1. La interacción entre:
  • Los centros arriba del diafragma, por ejemplo, el coronario, el laríngeo y el cardíaco y muy ocasionalmente el centro ajna. b.
  • Los centros abajo del diafragma y su relación entre sí.

 

  1. La mutua relación entre ciertos centros, como la que tie­ne lugar de acuerdo a la Ley de Transmutación, o el pro­ceso de elevar las fuerzas de un centro a otro,
    1. del centro sacro al laríngeo,
    2. del centro plexo solar al cardíaco y
    3. del centro en la base de la columna vertebral al co­ronario.
  1. El impacto producido por la “energía” (observen la exac­titud técnica de mis frases) de los centros arriba del dia­fragma a los de abajo del diafragma.

Este proceso ocurre inversamente del que tiene lugar cuando las fuerzas abajo del diafragma son elevadas a los centros arriba del diafragma. En este tercer tipo de relación tenemos la aplicación de la potencia del magnetismo, y en el otro la expresión de la irradiación. Ambos se hallan estrechamente aliados en cierta etapa del desenvol­vimiento.

En todas las relaciones siempre existe la posibilidad de que sur­jan dificultades, dando por resultado un efecto indeseable sobre los órganos físicos situados dentro de la zona implicada. En las primeras etapas de la relación de los centros ubicados arriba del diafragma con los de abajo, el hombre generalmente no se da cuenta de lo que está sucediendo y es simple víctima del estimulo aplicado por el centro de donde emana la energía, al centro que recibe su impacto, o víctima de la desvitalización (produciendo en consecuencia muchas formas de males físicos) a medida que los centros responden a la estimulación. Todo es cuestión de equilibrio, y por esto debe luchar el hombre inteligente y el aspirante.

Llegamos ahora a una afirmación muy ambigua y ha sido expuesta con ese propósito:

2. El conflicto entre las primeras y las segundas persiste du­rante edades, hasta llegar a la cima de la montaña, la primera gran cima.

Esto se refiere vagamente (y repito a propósito) al conflicto entre las energías situadas arriba del diafragma -que normalmente provienen del alma, en su propio plano- y las fuerzas de abajo del diafragma. Éste es un conflicto grande y persistente; comienza cuando el centro plexo solar domina y es pode­roso, produciendo crisis como en la época atlante. Debido a que la masa de hombres tiene conciencia atlante y es arrastrada principalmente por su naturaleza emocional, tales crisis vuelven a surgir hoy. Con el tiempo, hablando metafísicamente, el centro plexo solar comienza a producir un efecto irradiante en res­puesta al “llamado” magnético del centro cardíaco. Cuando se recibe la primera iniciación se establece la primera gran inter­acción entre ambos y la primera actividad coordinada. “Lo de arriba está ahora relacionado con lo de abajo, pero lo de abajo pierde su identidad con lo de arriba”, según lo expresa El Antiguo comentario. La madre desaparece porque el Cristo-Niño ha ocupado el lugar preponderante. El alma ejerce control y con­duce al aspirante de una cima de la montaña a otra.

En la primera iniciación, y acrecentadamente en todas las iniciaciones, la energía entra en un mayor conflicto con las fuer­zas; la energía del alma se precipita en el cuerpo etérico y todos los centros se convierten en “zonas de lucha”, predominando uno más que los otros. La naturaleza de la lucha ya no es de las “fuerzas entre sí”, sino entre energías y fuerzas, y esto crea las agudas pruebas para la iniciación, y produce muchos males físi­cos entre quienes están preparándose para recibir o han recibido la primera y segunda iniciaciones, explicándose así las enferme­dades de los santos.

Algún día emergerá una gran ciencia de los centros que acla­rará todo el complejo problema, sin embargo aún no ha llegado el momento. Si esta ciencia se enseñara abiertamente en la ac­tualidad, permitiría dirigir los pensamientos de los hombres a la realidad de los centros y a las zonas que éstos controlan, y no a las energías que afluyen a través de ellos. Entonces se produ­ciría una malsana e indeseable estimulación o desvitalización de la sustancia de los centros, con la consiguiente aguda enferme­dad. Siempre rige la ley de que “la energía sigue al pensamiento” y que la energía puede ser irradiante o magnética, pero no debe permanecer contenida estáticamente dentro de un centro. La verdadera ciencia de los centros sólo se impartirá libremente cuando -y sólo cuando- los hombres conozcan por lo menos  los rudimentos para dirigir el pensamiento y controlar los im­pactos de energía.

3. La lucha entre las fuerzas produce las enfermedades, do­lencias y sufrimientos corporales que buscan la liberación en la muerte.

Existe aquí una interesante diferencia que debe ser notada. La muerte sobreviene como resultado de dos cosas:

  1. La lucha entre las fuerzas, no entre la energía y las fuer­zas. La zona de conflicto existe en el cuerpo etérico y en el físico, y ninguna energía penetra del exterior, porque el hombre se halla gravemente enfermo.
  1. La pérdida de la voluntad de vivir. El paciente ha cedido: la lucha interna es muy grande para él; no puede traer energía del exterior para combatir las fuerzas antagónicas, y ha llegado a la etapa en que no desea hacerlo.

Estos dos aspectos del proceso de morir indican el destino del paciente, y deberían ser inmediatamente notados por el curador que (cuando descubre que están presentes) aplicará su pericia para ayudar al hombre a morir y no intentará curarlo. La puerta de entrada para las energías dadoras de vida se cierra; nada puede penetrar que ayude al curador en su trabajo, y el conflicto -de naturaleza general, o limitado a una amarga lucha en de­terminada zona- entre las fuerzas produce tanta fricción, que no queda esperanza alguna, excepto la muerte. En esta frase que comentamos, puntualizaré que la enfermedad se refiere al punto de fricción o dificultad aguda, y todos los males a la forma gene­ral en que el hombre reacciona a la zona donde se halla la dolencia y a la general incapacidad producida por la enfermedad, mientras que los dolores corporales se refieren al malestar de la zona donde la enfermedad está localizada, e indica su naturaleza.

 

 

Pitagoras 03

HISTORIA PEDAGOGIGA

 

La historia pedagógica surge del contacto entre el equipo de maestros  y los discípulos,  es el único documento válido desde el punto de vista educativo  y legal, en el que el educando  deja registrado y firmado su reconocimiento y aceptación del proceso de enseñanza-aprendizaje  y participa en las tomas de decisiones.

La historia pedagógica es el instrumento utilizado para desarrollar el método pedagógico. Se aplica a través del registro de la información obtenida del estudiante  mediante entrevista con sus maestros o por la aplicación de pruebas estandarizadas.

Los tres componentes de la personalidad: (3)

Trataré de responder a tres preguntas que sobre educación formuló uno de los estudiantes. Sólo puedo hablar del ideal, y al hacerlo corro el riesgo de dar la impresión de que soy un visionario y cualquier acercamiento podría ser considerado como imposible en nuestro actual sistema.

En respuesta a la primera pregunta diré que la principal función de todo educador es doble:

  1. Entrenar el cerebro para que responda inteligentemente a las impresiones que le llegan por medio del mecanismo sensorio e impartir así información sobre el mundo tan­gible externo.
  2. Entrenar la mente de modo pueda realizar tres cosas:
  • Aplicar inteligentemente la información impartida a la mente por el cerebro.
  • Crear formas mentales que respondan a los impul­sos que emanan del plano físico, a las reacciones emocionales activadas por la naturaleza deseo?sentimiento, al mundo de las ideas que constituye el medio ambiente del hombre.
  • Ir hacia el Yo espiritual subjetivo, para que el yo superior pueda pasar de la condición de potencia­lidad a una activa regencia.

 

La nueva educación deberá propender a que el sujeto del experimento educativo se sienta poseedor consciente de su propio mecanismo; deberá ponerlo frente a la vida con los ojos bien abiertos, abrirle las puertas al mundo de las relaciones y los fenómenos objetivos; debería enseñársele que hay una puerta que conduce al mundo de la Realidad, que debe transponer a voluntad, a fin de establecer y asumir su relación con otras almas.

Cada niño deberá ser estudiado bajo tres aspectos. Primero, asegurarse cuál es la tendencia natural de sus impulsos. ¿Tiende a la expresión física, al trabajo manual, en el cual se podría incluir un amplio campo de expresión, como ser el del trabajador mecanizado y la capacidad técnica de un electricista? ¿Posee alguna capacidad latente para cualquiera de las artes; ¿reacciona al color y a la forma, o responde a la música y al ritmo? ¿Su capacidad intelectual justifica que se lo entrene mentalmente para que aprenda análisis y deducción, matemáticas o lógica? Quizá, con el correr del tiempo, la juventud de entonces se clasificará en dos grupos: el místico, con esta denominación, se agruparía a los de tendencias religiosas, artísticas e imprácticas; el ocultista incluiría a los tipos intelectuales, científicos y mentales. Cuando el adolescente haya cumplido diecisiete años, el entrenamiento dado le permitirá emitir su tónica con claridad, le indicará el rumbo que probablemente seguirán los impulsos de su vida. En los primeros catorce años debería dársele la oportunidad de expe­rimentar en diversos campos. No se deberá insistir en el entrena­miento estrictamente vocacional, hasta que el niño llegue a los últimos años del proceso educativo.

Llegará el día en que se estudiará a los niños en los siguientes aspectos:

  1. Astrológicamente, para determinar las tendencias de la vida y el problema peculiar del alma.
  2. Psicológicamente, complementando lo mejor de la psicología moderna con el conocimiento de los siete tipos de rayos que caracterizan la psicología oriental .
  3. Terapéuticamente, poniendo especial atención sobre el sistema endocrino, más la aplicación de los métodos comunes modernos referentes a la vista, la dentición, y los defectos fisiológicos. Se estudiará y desarrollará cuidadosamente la naturaleza del mecanismo de res­puesta.
  4. Vocacionalmente, a fin de ubicarles posteriormente en la vida, allí donde sus facultades y capacidades hallen la más plena expresión y les permita cumplir sus obligaciones grupales.
  5. Espiritualmente. Con esto quiero significar que se estu­diará la edad aparente del alma, y aproximadamente se establecerá la etapa de evolución; se considerará si posee o no tendencias introspectivas, y también la coordinación entre:
    1. el cerebro y el instrumento de respuesta del mundo externo fenoménico,
    2. el cerebro y los impulsos de los deseos, además de las reacciones emocionales,
    3. el cerebro, la mente y el mundo del pensamiento.
    4. el cerebro, la mente y el alma.

Éstos serán objeto de una cuidadosa investigación, a fin de que todo el equipo del niño, en estado latente o desarrollado, sea llevado a funcionar activamente y a unificarse en un todo.

Un estudio de su desarrollo racial revelaría mucho, porque cada niño es una síntesis del todo. Por ejemplo, un estudio del desarrollo de la idea de Dios en la conciencia humana, constituiría una valiosa ilustración de los fenómenos del desarrollo del pensamiento. La secuencia del crecimiento, basada en el proceso del desarrollo del ser humano, podría clasificarse, aunque breve e inadecuadamente, como respuesta a:

  1. El impacto despierta los sentidos del niño. Empieza a oír y a ver.
  2. La posesión y la adquisición.  El niño empieza a apro­piarse de las cosas, se hace autoconsciente y comienza a darse cuenta del yo personal.
  3. Las tendencias humanas y el instinto animal que rige a la naturaleza animal y de deseos.
  4. El grupo. El niño comienza a ser consciente de su medio ambiente y de que es parte integrante de un todo.
  5. El conocimiento, que comienza cuando recibe informa­ción de los hechos, que luego registra memorizándolos; así se desarrollarán el interés, la correlación, la síntesis y su aplicación a las exigencias de la vida.
  6. La necesidad innata de investigar. Lleva a la experimen­tación en el plano físico, a la introspección en el plano emocional, al estudio intelectual y al interés por leer o escuchar, llevando así la mente a la actividad.
  7. La presión económica y sexual, o la ley de supervi­vencia, que obliga al individuo a usar su equipo y conocimiento, a ocupar su lugar como factor en la vida grupal y a promover el bienestar grupal mediante algún trabajo activo y la perpetuación de la, especie.8  La percepción exclusivamente intelectual.
  8. Conduce al libre y consciente empleo de la mente, a pensar en forma individual, a crear formas mentales y, eventualmente, a dar una firme orientación a la mente, hacia un campo cada vez más amplio de comprensión y percepción. Estas expansiones de conciencia traen finalmente un nuevo factor en el campo de la experiencia.
  9. El Pensador o Alma. Al registrar esta respuesta el hombre entra en su reino. Lo de arriba y lo de abajo se convierten en uno. Los mundos objetivos y subjetivos se unifican. El alma y su mecanismo funcionan como una unidad.

Lo antedicho evidencia que los educandos serán clasificados desde los puntos de vista que he considerado :

  1. Los que pueden ser correctamente civilizados. Esto se refiere a la masa humana.
  2. Los que pueden ser conducidos hacia el mundo de la cul­tura. Esto incluye un gran número de personas.
  3. Los que pueden contribuir al acervo de la civilización y de la cultura con «el equipo» requerido en el proceso de actuar como almas conscientes, no sólo en los tres mun­dos del vivir instintivo e intelectual, sino en el mundo del ser espiritual, pero con una total continuidad de conciencia y una triple integración total.

No todos pueden pasar a los grados superiores y esto debe tenerse en cuenta. Para medir la capacidad debe basarse en la comprensión de los tipos de rayos (la ciencia de la sicología esotérica), en la captación de las condiciones de los sistemas glandular y fisiológico, en ciertos tests específicos y en la nueva astrología.

La siguiente secuencia surge por sí sola, al proyectar el plan de estudios para la juventud de las próximas generaciones: (5)

Desarrollo del instinto ………. Civilización….Educ. Primaria……Sendero del aspirantado

Entrenamiento del intelecto…Cultura ……..Educ. Secundaria…  Sendero del  discipulado

Formación de los intuitivos…..Desarrollo …Educ. Superior…………..Sendero de iniciación

 

Los siete atributos de la inteligencia.

Por lo tanto, el objetivo de la educación debería consistir en el entrenamiento del mecanismo para que responda a la vida del alma. El Yo Superior o Alma es, en tiempo y espacio, el summun de la conciencia de la Mónada.  El yo inferior o alma es, para nuestro propósito, la parte de esa suma total que un individuo, en determinada vida, puede emplear y expresar. Esta actividad depende del tipo y de la calidad de la naturaleza corpórea, del mecanismo creado por la actividad del alma en otras vidas y del efecto de la reacción a las condiciones ambientales. El acrecen­tamiento de la perfección del alma, el profundo fluir de la conciencia y el desarrollo de la continuidad interna de percepción, además de la evocación de los atributos del alma y de sus aspectos en el plano físico, por medio de su triple mecanismo, son los objetivos de toda educación. Como se sabe, esos aspectos son:

1.       Voluntad o propósito. Deberá desarrollarse a través de la educación, en tal medida, que la vida manifestada sea regida por el propósito espiritual consciente y la ten­dencia de la vida esté correctamente orientada hacia la realidad.

 

La voluntad correctamente dirigida tendría que ser una de las principales preocupaciones de los verdaderos educadores. De­berá cultivarse la belleza en todo sentido y la voluntad al bien y la voluntad de servir.

2.       Amor-Sabiduría. Es en esencia el desarrollo de la con­ciencia de todo; se lo denomina conciencia grupal. Su primer desarrollo es la autoconciencia, la percepción del alma de que el hombre (en los tres mundos de la evolu­ción humana) es el Tres en Uno y el Uno en Tres. En consecuencia, puede reaccionar a los grupos de vida que están asociados y constituyen su propia y pequeña apa­riencia fenoménica; por lo tanto, la autoconciencia  es una etapa en el camino hacia la conciencia grupal, y es además la conciencia de lo inmediato.

 

Mediante la educación esta autoconciencia debe desarrollarse hasta que el hombre reconozca que su conciencia es parte inte­grante de un todo mayor. Entonces se fusiona con los intereses, actividades y objetivos grupales. Con el tiempo se apropia de ellos y llega a ser consciente del grupo. Esto es amor. Conduce a la sabiduría, que es amor en actividad manifestada. El propio interés se transforma en interés grupal, lo cual debería constituir el objetivo principal de todo verdadero esfuerzo educativo. El amor a sí mismo (autoconciencia) y el amor a quienes nos rodean (conciencia grupal) se transforman, con el tiempo, en amor al todo (conciencia de Dios). Éstos son los pasos a dar.

3.      Inteligencia Activa. Concierne al desarrollo de la natu­raleza creadora del hombre espiritual y   consciente. Se  desarrolla por medio del correcto empleo de la mente, con su poder de intuir ideas, responder a los impactos, inter­pretar, analizar y construir formas a fin de revelarlas. Así crea el alma del hombre. Este proceso creador puede describirse, en lo que respecta a sus etapas, del modo siguiente:

    1. El alma crea su cuerpo físico, su apariencia feno­ménica, su forma externa.
    2. El alma crea, en tiempo y espacio, de acuerdo a sus deseos. Así viene a la existencia el mundo secun­dario de las cosas fenoménicas, y nuestra moderna civilización es el resultado de esta actividad creado­ra de la naturaleza de deseos del alma, limitada por la forma.  Reflexionen sobre esto.
    3. El alma crea directamente a través de la mente infe­rior, de allí la aparición del mundo de los símbolos, que colma nuestras vidas de interés, conceptos, ideas y belleza, mediante la palabra hablada y escri­ta y las artes creadoras. Éste es el resultado de los pensamientos de los pensadores de la raza.

El objetivo de la verdadera educación consiste en dirigir correctamente esta tendencia ya desarrollada. La naturaleza de las ideas, la manera de intuirlas y las leyes que deberían regir todo trabajo creador, son sus metas y objetivos. Así llegamos al mundo de los atributos, que complementan la actividad de los tres aspectos, de la misma manera que los tres rayos mayores son destacados y ayudados por el trabajo de los cuatro rayos menores. Los cuatro desarrollos atributivos del hombre, a través de la actividad del alma en manifestación, son:

4.       El atributo de armonía producido a través del conflicto. Conduce a la liberación y al poder eventual de crear. Es uno de los atributos que la educación debería consi­derar desde el ángulo de la intuición y ser presentado como los objetivos de la personalidad y del grupo. Es el atributo latente en todas las formas y esa inquietud innata o descontento, que lleva al hombre a luchar, pro­gresar y evolucionar, para poder finalmente unificarse y unirse con el alma. Es el aspecto inferior de la tríada superior espiritual y monádica que se refleja en el alma. Es la conciencia de la armonía y la belleza que impele al ente humano hacia el sendero de evolución, hasta el retorno ulterior a su Fuente de origen.

La educación debe, en consecuencia, tratar esta insatisfacción y explicarla a los educandos, para que puedan comprenderse a sí mismos y actuar inteligentemente.

5.   El atributo del conocimiento concreto, por el cual el hombre puede concretar sus conceptos y construir formas mentales a través de las cuales materializa sus visiones y sueños y da vida a sus ideas, lo hace por medio de la actividad de la mente concreta inferior.

El verdadero trabajo de la educación es entrenar al hombre inferior a discriminar correctamente para que llegue a ser real­mente sensible a la visión y pueda construir con exactitud, de acuerdo al propósito de su alma, y crear en la tierra lo que será su contribución al todo. Es aquí donde debe comenzar el trabajo de la educación moderna. El hombre todavía no puede trabajar con inteligencia en el mundo de las ideas y de los cánones, porque no es aún sensible a los verdaderos valores espirituales. Ésta es la meta para el discípulo, aunque las masas no pueden todavía actuar en estos niveles. Lo primero que debe hacerse es entrenar al niño para que emplee correctamente la facultad del discerni­miento y el poder de seleccionar y dirigir su propósito. Debe conducírselo a una comprensión más verdadera del ser y guiarlo para que trabaje inteligentemente en el campo de la actividad creadora que significa, en última instancia, emplear correctamente la «sustancia mental» (denominada chitta por Patanjali).

6. A continuación se considerará el atributo de la devoción, que surge y es el fruto de la insatisfacción y del empleo de la facultad de elegir. De acuerdo con la intensidad del descontento del hombre y a su poder de ver con claridad, pasa de una satisfacción temporal a otra, demostran­do cada vez su devoción a un deseo, a una personalidad, a un ideal y a una visión, hasta que finalmente se unifica con el ideal más elevado a que puede aspirar el hombre. Ante todo el alma, y luego la Super-Alma o Dios.

Los educadores tienen así la oportunidad de ocuparse inte­ligentemente del idealismo innato que existe en todo niño y de la interesante tarea de guiar a la juventud del mundo, desde una meta ya lograda a otra. Pero esto deberá realizarse en el futuro como ultérrimo objetivo del alma, y como sucedía en el pasado que era una norma particular del sistema educativo de cada nación. Éste es un punto importante, pues hará resaltar el cambio de atención de lo no esencial a lo esencial.

7.  Finalmente tenemos el atributo del orden, y la imposi­ción de un ritmo establecido mediante el desarrollo de la facultad innata para actuar de acuerdo al ritual y al propósito dirigido. Este atributo particular de la divini­dad está en la actualidad altamente desarrollado en un aspecto, de manera que tenemos hoy una humanidad muy sistematizada y existe la imposición autocrática de un ritmo ritualista en la vida pública en un sinnúmero de países, lo cual permite observar su perfección en la vida de nuestras escuelas públicas, pero es una perfección indeseable. Se debe parcialmente al reconocimiento de que el individuo es sólo parte de un todo mayor (reconocimiento muy necesario), y a la vez parte del desarrollo evolutivo de la raza. Sin embargo, debido a la aplicación deficiente de cualquier nueva verdad, lo cual significa que el ente, quedando sumergido en el grupo, tiene poca oportunidad para la libre acción de la voluntad y la inteligencia individuales y el propósito y la técnica del alma. Los educadores deberán trabajar con el principio del innato atributo y del instinto hacia el ritmo ordenado, haciéndolo cada vez más creativamente constructivo, proporcionando a través de él un campo para, el desarrollo de los poderes del, alma.

 

He hecho esta disgresión aquí a fin de inculcar ciertas ideas básicas que deberían fundamentar las tendencias educativas. Estas ideas, juntamente con las ya dadas, constituyen un enun­ciado de los objetivos que tienen ante sí los educadores del mundo, que ustedes deberán considerar de valor. La meta la sugerí anteriormente. Ahora la vinculo con las posibilidades, porque ya me referí al equipo (aspectos y atributos) que existe en cierta etapa de desarrollo, en todo ser humano. Con estas tendencias e instintos ocultos deben trabajar los futuros sistemas de educación. No deben hacerlo como lo hacen hoy con el meca­nismo cerebral y con los aspectos inferiores de la mente, ni poner el énfasis sobre el esfuerzo de plasmar en el cerebro y la mente los hechos, así llamados, del proceso evolutivo y de la investiga­ción en el plano físico. Sería muy útil tener presente que:

  1. El cuerpo mental lo rige los rayos 1, 4 y 5.
  2. El cuerpo emocional por los rayos 2 y 6.
  3. El cuerpo físico por los rayos 3 y 7.

Sería de valor que los estudiantes se analizaran de esta manera. Se podrían trazar diagramas y estudiar los rayos que creen les corresponde y el efecto que producen en sus vidas, y de acuerdo a ello trazar un gráfico muy interesante de su propia naturaleza, cualidades y características. (4)

Los nueve logros del espíritu:

Por lo tanto es evidente que el objetivo del futuro y el esfuerzo del presente consisten en llevar a la humanidad a un punto en que -hablando en sentido esotérico- «entre en la luz». La tendencia actual hacia el progreso, que se observa nítidamente en la raza, le permite adquirir conocimiento y trasmutarlo en sabiduría con ayuda de la comprensión, y llegar así a adquirir la «plena iluminación». La iluminación es la principal finalidad de la educación.

La formación del cuerpo de luz o Yo Soy es el resultado de la energía del yo inferior con su acción refleja sobre la unidad superior , se le ha llamado loto egoico de nueve pétalos que protegen el capullo interno, donde se oculta la joya.

Debido a que los tres pétalos del conocimiento del loto egoico humano se han abierto en forma racial (al emplear la palabra racial me refiero a la familia humana y no a la raza aria), es posible que se abran también ahora los pétalos del amor. La energía que fluye de la hilera exterior de pétalos ha causado un efecto triple:

  1. Ha vitalizado a toda la humanidad y producido la, civili­zación presente, activa e inteligente (o ¿debería decir intelectual?) y nuestra cultura moderna, dondequiera se halle. El cerebro de la humanidad está ahora abierto para ser vitalizado, de allí la educación en masa.
  2. Ha abierto un canal para que los pétalos del amor puedan vitalizar el cuerpo astral de la humanidad y lograr así una colaboración general y expresar el amor grupal. El corazón de la humanidad está abierto para ser vitaliza­do, por eso han surgido en la actualidad movimientos filantrópicos de buena voluntad y de bienestar social.
  3. Hará posible, con el tiempo, la vitalización del cuerpo mental por medio de los pétalos de la voluntad o sacri­ficio, y esto traerá la percepción del Plan, del propósito dirigido y de la síntesis grupal.

El primero de estos tres pétalos del conocimiento se abrió en la época de Lemuria y proporcionó cierta medida de luz a la conciencia humana en el plano físico. El segundo pétalo se abrió en la época Atlante, y llevó la luz al plano astral. En nuestra raza aria, el tercer pétalo se abrió y proporcionó al hombre la luz del conocimiento mental. Así se completó (en las tres razas) la ardua tarea de la vitalización del triple mundo manifestado (físico, astral y mental), y la energía de la inte­ligencia se trasformó en un poderoso factor dominante. Actual­mente se está efectuando la tarea de vitalizar al hombre con la energía del amor, obteniéndose grandes progresos en ese sen­tido, y los efectos (que emanan del segundo aspecto de la divi­nidad) se producirán con gran facilidad en los reinos de la percepción consciente. Expongo esto con el fin de alentarlos.

Debido a la actividad de la energía del conocimiento tenemos:

Civilización…………Cultura…………………………Desarrollo

Colaboración…….. Comprensión…………………. Compasión

Hay analogías superiores para las cuales no poseemos todavía las palabras adecuadas.

La buena voluntad colaboradora es todo lo que puede esperarse de las masas en esta época, y constituye la sublimación de las fuerzas liberadas por la civilización. La comprensión amorosa debe ser la característica del grupo más culto e inteligente, mas la capacidad del correlacionar el mundo de significados con el mundo de los efectos externos. Reflexionen sobre esta frase. El amor grupal es y debe ser la característica más sobresaliente de los iluminados del mundo, siendo actualmente el poder motivador de los Maestros de Sabiduría, hasta que un número suficiente de discípulos exprese esta fuerza especial.

Cuando se abran los pétalos dé la voluntad o sacrificio del loto egoico humano aparecerá una tríada superior de analogías que serán conocidas como:

Participación………… Propósito………… Planificación

La actual planificación humana constituye la primera indicación del surgimiento del aspecto voluntad. El plan incluye programas y un programa incluye proyectos.

Por lo tanto, como resultado del proceso evolutivo de la huma­nidad, aparecerá esa categoría de fuerzas o energías, las cuales demostrarán, cada una de ellas, ciertas cualidades definidas que irán paralelas a la apertura de los pétalos del loto humano.

Sería muy útil trazar un gráfico circular en el que se represente el nivel de desarrollo de cada una de las nueve cualidades.

NOTAS DEL EDITOR.

0. Tomado de  Curación Esotérica de Djwhal Khul

1. El pedagogo Juan Federico Herbart planteaba tres fases del proceso educativo: Régimen, Disciplina y Enseñanza.

2.Existen dos libros didácticos sobre el desarrollo de Disciplina y Hábitos: La quinta disciplina de Peter Senge y Los siete hábitos de las personas altamente efectiva de Stephen Covey.

3. Tomado del libro La Educación en la nueva era del Maestro Djwal Khul.

4. Una matriz DOFA que correlaciona fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas es muy útil acá. Es la Inteligencia la que predispone a la personalidad a mostrar ciertas fortalezas y debilidades.

5. Edgar Morin propuso a la UNESCO en 1999, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.

 

4 comentarios

  1. Gracias por compartir esta información , estoy totalmente de acuerdo con lo que dice de la enfermedades. Es una información muy valiosa, ojalá muchas personas pudieran a acceder a ella.

    Abrazos en la luz hermano,

  2. Me sorprende su concepto del origen de las enfermedades, tan en desacuerdo con la armonìa del Universo, con el Gran Amor de Dios. INCREIBLE.

    Todo en la NATURALEZA, todo està en perfecta armonìa, cuando aparece algùn desorden ocacionado por nosotros fuera ò dentro de nosotros mismos, nuestra naturaleza trata de eliminarlo y dependiendo del origen de aquella desarmonìa que hayamos creado es la forma en que esto vaya a ser eliminado, ya sea de nuestro cuerpo mental ò fìsico, y es a esto a lo que nosotros conocemos con el nombre de "enfermedades" lo cual es conocido en todos los planos de la existencia, sea el mundo que sea como el Gran Amor de DIOS.

    El hecho de que por un simple resfrìo ò cualquier otra forma de eliminaciòn natural de toxinas de nuestro cuerpo -conocidas como "enfermedades"-, recurramos a medicinas que estàn fabricadas en base a productos inorgànicos (PRODUCTOS SIN VIDA QUE JAMAS VAN A DAR VIDA) nos intoxiquemos màs y màs hasta ir degenerando cada vez màs nuestro sistema inmunològico, no significa que sea algo karmàtico, pues las nuevas formas de eliminaciòn de toxinas de nuestro cuerpo (NUEVAS ENFERMEDADES), es algo que està siendo provocado por nosotros mismos al aceptar cualquier medicamento con la idea que algo sin vida nos va a dar vida.

    EXISTEN MUCHAS FORMAS NATURALES DE AYUDAR A NUESTROS CUERPOS, YA SEA FISICO Ò ALGUNOS CUERPOS SUTILES.

    CADA LLAMADA ENFERMEDAD TIENE UN MOTIVO, TIENE LA MISION DE LIMPIARNOS, NO DE CASTIGARNOS, RECORDEMOS QUE SOMOS EL RESULTADO DE QUE HAYAN EXISTIDO NUESTROS ANTEPASADOS Y QUE SOMOS EL REFLEJO DE TODOS ELLOS, SI NUESTRAS RAICES NO ESTAN BIEN, SOLO DIOS A TRAVES DE ESTA LIMPIEZA NOS DA LA OPORTUNIDAD DE ESTAR EN MEJORES CONDICIONES Y A LA VEZ MEJORAR LAS CONDICIONES DE NUESTROS DESCENDIENTES.

    ABRAMOS LOS OJOS, HAY MUCHA INFORMACION CREANDO DESINFORMACION.

    CUANDO NOS ENSUCIAMOS LA SOLUCION ES LAVARNOS Y SI ESTAMOS MUY SUCIOS NECESITAREMOS LAVARNOS MEJOR UTILIZANDO SOLUCIONES MAS FUERTES, LO MISMO SUCEDE EN LA NATURALEZA, SI NUESTRO CUERPO SE ENSUCIA NUESTRA PROPIA NATURALEZA BUSCA LA FORMA DE LIMPIARSE, NO LO CONTRARIO.

    Y ASI SUCESIVAMENTE VAMOS CREANDO PROBLEMAS AMBIENTALES, NUESTROS PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS COMUNES VAN CREANDO REACCIONES EN LA NATURALEZA DE NUESTRO PLANETA QUE COMO VEMOS CADA DIA ESTA REACCIONANDO CON MAYOR FUERZA, PUES LO HEMOS ENSUCIADO BASTANTE.

    Acerquèmonos a DIOS, OREMOS y dejemos de hablar cosas sin sentido, hablar de temas que no entendemos, de mundos que nuestra capacidad no nos permite captar, la fantasìa no lleva a nada bueno, no crea, sòlo nos llena de toxinas la cabeza y hace que otras personas que aceptan esto empiecen a intoxicarse de la misma manera.

    QUE DIOS NOS BENDIGA, NOS ILUMINE Y PERMITA QUE NO SEAMOS FALSOS PROFETAS, CIEGOS GUIANDO CIEGOS.

    1. Estimada Percy es muy cierto todo lo que planteas en tu comentario, con la diferencia que lo abordas desde lo físico, mientras que el Maestro lo aborda desde lo espiritual. Este artículo está dirigido a díscípulos, a personas que comienzan a ser guiadas por su alma y quieren seguir el camino del aprendizaje, quieren comprender muchas de las desarmonías con las que se encuentran como bien lo expones. La desarmonía se origina en las polaridades, en este caso la relación salud-enfermedad, en un rayo de luz que tiene su origen en la Osa mayor. El mismo maestro Tibetano no quería usar la palabra "imperfección" pero no encontró otra que expresara mejor el concepto. En cuanto al karma, es una ley que tampoco es humana y viene del Sistema de Sirio.

      Finalmente, Los Trabajadores de la luz si comprendemos toda esta información y por eso la compartimos con los discípulos.

      Un abrazo y gracias por tu comentario.

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