La ilusión de la muerte por Eliasib David

Eva Martín Garcia

afrontar la muerteEscribo esto después de muy pocas experiencias tras la «muerte» de mi padre.

El día que partió de su cuerpo, llegó un mensaje a la mente que decía: «Donde todo termina, todo inicia eternamente hacia planos superiores». Cuando sostenía la caja con sus cenizas y después de que el padre lanzó agua como parte del ritual, en la superficie se formó perfectamente una especie de N, no era algo abstracto, era un símbolo totalmente definido. En un momento de calma y revelación vi que era la primer letra del alfabeto hebreo: El aleph. Tal letra simboliza el infinito (donde todo termina, todo comienza nuevamente).

La muerte no es sino una etapa de transformación vibracional. Es por ello que mentalmente debemos modificar la visión para no caer en la ilusión de que la persona querida «ya no está».

Tratando de explicar de manera simple esto, es como si el cuerpo fuera ese cubo de hielo que al ser tocado por la luz eleva su vibración a los cielos. No hay muerte sino un cambio de estado.

El ser trasciende la configuración densa del cuerpo tras la muerte, o sea, se convierte en un «ser de luz». Para comunicarnos es necesario vibrar en la misma velocidad y esto puede lograrse en vida.

Cuando estamos a punto de dormir o cuando meditamos, entramos en una frecuencia cerebral en la que de acuerdo a estudios, muchas personas logran ver a sus familiares o amigos «muertos».

No es coincidencia, más bien, al entrar en estos estados, la radiación electromagnética manifiesta una frecuencia sutil. La mente deja de estar «densificada» por la perturbación vibracional que generan ciertas emociones y pensamientos, y es entonces que nos convertimos en receptores perfectos de vibraciones más ligeras.

Si tomamos de ejemplo al sonido, pensaríamos que cuando dejamos de escucharlo es porque «ha muerto», sin embargo, ha pasado a una vibración en la que no estamos acostumbrados a percibir, pero el «eco» es la comprobación de que «nada se pierde«.

La muerte es una ilusión, no hay nada qué temer. Es necesario comprender que el ser de Luz se comunica a través de La Luz. Cada impulso eléctrico en el cerebro que nos hace movernos hacia determinado camino, voltear hacia determinada dirección, poner atención a una canción, soñar, pensar, imaginar…cada impulso eléctrico que termina manifestándose en todo esto, no es sino un puente perfecto en el que si estamos lo suficientemente atentos, podremos encontrar puntos de convergencia entre la dimensión sutil y esta dimensión densa.

El cubo de hielo que parecía haber dejado de estar, es el mismo cuya agua ha caído del cielo y ha refrescado nuestra alma, el mismo que ha enverdecido nuestros jardines y florecido en nuestras rosas, ese cubo es el mismo que se mueve en el agua de nuestros cuerpos, el mismo que viaja entre las nubes y sus infinitas formas.

Espero que este breve escrito le sirva a alguien para traer paz a su mente y calma a su alma. Abrazos de luz.

AUTOR: Eliasib David

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