La Magia Individual Por Vicente Beltrán Anglada

Jorge Gomez (333)

Conferencias Magia Organizada Planetaria

 Por Vicente Beltrán Anglada

 Barcelona, 10 de abril de 1976

Como ustedes saben, hablar de esoterismo en un mundo super-tecnificado, como el presente, suele parecer como una utopía o como algo que está en las regiones nebulosas del entendimiento o de la emoción mística. Realmente no es así, habida cuenta que el esoterismo es la fuerza impulsora de las energías desconocidas del Yo trascendente, para el cual todavía no existe un camino definido o un antakarana de luz que nos vaya aproximando.

Durante nuestras conversaciones esotéricas, hemos sostenido la idea de que el conocimiento llamado esotérico o pseudoesotérico, por sí mismo, no tiene un carácter cualitativo como para inspirar la razón superior e inducir la mente a ascender por las rutas gloriosas que llevan a la intuición, sino que se precisaba lo que podemos denominar la conducta esotérica, la vida esotérica, y cuando hacemos énfasis en que esotéricamente para captar la intuición el primer camino es la recta ciudadanía, o la corrección dentro de un sistema social de relaciones, estamos cimentando ya este antakarana de luz que convertida en conciencia social puede depararnos la oportunidad de ser conscientes en todos los niveles de nuestra compleja estructura psicológica.

El tema que vamos a tratar hoy, conjuntamente, es la magia individual. Hemos hablado de la magia universal o la magia de la creación, tal como la hemos ido comprendiendo a través del tiempo por medio de las filosofías y las religiones de todos los tiempos, haciendo énfasis sobre el poder del sonido que rasgando los éteres, convirtiéndolos en fuego, permiten la creación universal. Seguimos después tratando de hacer psicológico todo el proceso esotérico a través de un estudio, o de una conversación acerca de los misterios del cristianismo, entendiendo que un hombre, Cristo, deparó a la humanidad a través de la testificación psicológica de su vida, cuál tenía que ser la conducta esotérica de todo ser que quisiera convertirse en un elemento vinculativo de la Jerarquía Planetaria en el orden social y en las relaciones cotidianas.

Entonces, hay que reconocer ya de buen principio que “magia” es un término eminentemente científico, y que no hay que aliarlo a lo que fue superstición, tradición o misticismo acendrado del pasado, es algo que está más allá y por encima del concepto místico, se trata de un proceso científico de incorporación de energías, que haciendo impacto sobre centros de fuerza origina el movimiento, y que todo cuanto ocurre en la sociedad, que todo cuanto es y existe en este universo en donde vivimos, nos movemos y tenemos el ser, no es ni más ni menos que la magia creada por una entidad psicológica trascendente que utiliza el universo como campo de expresión, una forma científica de ponernos en contacto con la idea de la Divinidad. Y en el hombre, que según todas las religiones, filosofías y creencias de la humanidad, está hecho a Su imagen y semejanza, es también por antonomasia un creador, creador de su propio destino, creador de la sociedad en donde vive, creador del contexto social, creador de la cultura y de la civilización, creador de las religiones, creador de todo cuanto podemos ver por doquier, utilizando los tres poderes esenciales que cualifican al Creador: el poder de la palabra, la sensibilidad al sonido y el poder o el sonido del pensamiento.

Toda la magia individual es, por lo tanto, una expresión del triple hombre que conocemos, no existe nada en la naturaleza que no sea una obra, por así decirlo, de la Divinidad, que no corresponda al campo creativo del ser humano, solamente que el problema es cómo debemos crear situaciones, cómo debemos convertir nuestra vida en una fuente perenne de magia, y cómo crear situaciones de orden constructivo en vez de construir según los deseos, esperanzas y temores de la angustiada humanidad de nuestros días.

Así, que todos y cada uno de nosotros, debemos sentirnos interpelados directamente, estamos dentro de un gran desafío de los hechos, estamos inmersos en una sociedad caduca y decadente, hemos creado una estructura a través de la razón y del entendimiento, y resulta que ahora estamos presos dentro de la estructura que hemos construido, y el reto, el que debe cualificar el tipo de magia que debemos emplear en la Nueva Era que empezamos a vivir, es de cómo salir de la prisión, de la estructura que hemos creado, entendiendo por estructura todo cuanto hemos creado y que se convierte en un motivo de apego, de pasión o de deseo de aproximación.

Para mí el proceso expositivo es muy fácil, comprendo, sin embargo, la dificultad que existe cuando tratamos de salir de la estructura social, política, económica, religiosa, etc., etc., que hemos creado, y dentro de la cual vivimos sumergidos. Entonces, emplear la magia en un sentido constructivo, o simplemente, emplear conscientemente la magia, tendrá que ver con el campo de las estructuras, aquello que definimos el mes anterior como el Cáliz dentro del cual el Alma, el Verbo, la Conciencia, o como ustedes quieran llamarlo, tiene que habitar, y a través de este Cáliz irradiar algo que está más allá y por encima de la razón corriente. Me pregunto si es correcto este modo de adaptarse a la vida, tratando de vivir de acuerdo a una concepción creativa, siendo conscientes en cierta manera y hasta cierto punto, cuál es dentro del triple vehículo de la mente, de la sensibilidad o del cuerpo físico, cuál es el que más condiciona nuestra conciencia, el que más aprisiona nuestro ánimo y el que de hecho se convierte en el campo de trabajo o el kuruksetra esotérico dentro del cual debemos vivir y comportarnos como personas realmente civilizadas, he ahí el problema.

Y desde el momento en que somos conscientes de que estamos controlados, que estamos apegados al fruto de las acciones, que estamos siendo condicionados por la estructura que hemos creado, la opción es fácil; el dilema se presenta en forma muy clara y determinante, y podemos decidir con justicia cuál es el camino que debemos adoptar, teniendo en cuenta que cada uno de los vehículos que utilizamos para expresar nuestra conciencia está sujeto a las mil variaciones del ambiente, que es la expresión del pasado con su código genético en todos los niveles, con un estudio que hemos realizado cada cual a través del tiempo de nuestra existencia, o bien, configurados por el ambiente social en donde desenvolvemos nuestras actividades, y teniendo en cuenta también qué es lo que tratamos de realizar a través de cada uno de estos vehículos.

Bien mirado, la mente persigue un objetivo supremo, que es la Verdad; debemos acercarnos a la Verdad por la mente, por la mente estilizada hasta el máximo, por la mente cualificada por la recta intención, por la mente cualificada asimismo por una intención superior. ¿Y cuál es el objetivo de la sensibilidad? La sensibilidad humana siempre tiende por natural gravedad hacia la bondad, la bondad o correcta relación, aquella particularidad de nuestro ser que nos dignifica, que nos une, que nos hace atrayentes, magnéticos, resolutivos y redentivos, y finalmente, el campo que llamamos de inferior vibración o el físico, también tiene su propio objetivo, siendo este objetivo la belleza y el equilibrio de las funciones.

Por lo tanto, el reto a la conciencia de una persona civilizada de nuestros días, deberá ser a no dudarlo cómo podemos dignificar el Cáliz, cómo podemos hacer que el Verbo de liberación se introduzca en el Cáliz, produciendo la síntesis o integración total de estos vehículos y convirtiendo la persona en una entidad realmente social, convirtiéndose, por tanto, en un elemento creativo dentro del Cosmos, y vinculando toda la esfera de lo que llamamos personalidad dentro del conjunto social que nos rodea, y empezando de esta manera a quebrar la resistencia de las estructuras que hemos creado, y a convertir en algo creador la condición impuesta por el tiempo y las circunstancias.

Éste es el reto que debemos hacernos cada uno de nosotros dentro de la conciencia, es el auto-desafío, es el intento de salir de la cárcel que hemos creado y ayudar a otros a salir de la cárcel creada por el ambiente y las circunstancias circundantes. Naturalmente, todos tenemos un camino a seguir, un secreto a revelar y un objetivo a cumplir, sabemos ya cuál es el objetivo de cada uno de los vehículos, conocemos cuál es la nota A, U y la M, también sabemos algo en momentos de exaltación de la nota básica de la naturaleza que produce redención, o el OM sagrado, o la Voz de la conciencia, el sonido del Verbo creador, que es en definitiva quien debe liberar todo el contenido ambiental dentro del corazón humano. Y si realizamos este prodigio para la humanidad existe una gran promesa para el futuro.

Todos podemos contribuir entonces a la evolución del futuro de la humanidad empezando por la propia liberación, y desde el momento mismo en que hay redención de sustancia porque hay liberación de la vida y de la conciencia, automáticamente se produce un prodigio, un milagro de redención que abarca más allá del individuo que se ha liberado, que se convierte en aquello que Cristo definió “la Sal de la Tierra”, la bendición constante del hombre que ha logrado salir de sí mismo buscando el sí mismo superior, es la unión del yo inmanente con el yo trascendente, es la conquista del estado de conciencia que convierte al hombre corriente en un ciudadano consciente del Quinto Reino de la Naturaleza, o el Reino de las Almas Liberadas, o el Reino de la Jerarquía, o el Reino de la Gran Fraternidad, no importa el nombre, porque solamente existe una guía para la conciencia y es el Verbo creador, y más allá del Verbo la cualidad de síntesis, que hace que el Verbo y el Cáliz sean transfigurados al extremo de convertir la materia en espíritu y el espíritu en conciencia creadora, y esto podemos realizarlo nosotros.

Se me ha preguntado en infinidad de ocasiones si es verdad que la conciencia esotérica es la conciencia de un buen ciudadano, de una persona que se comporta correctamente con los demás; yo digo que esto es el principio de la redención de la humanidad, pero el hombre, el ser humano, me refiero, tiene ante sí una meta inevitable de liberación, con tres amplias vertientes, una vertiente de aspiración constante hacia el ideal, otra vertiente de silenciación progresiva de todo cuanto compone el contenido de sus vehículos temporales: la mente concreta o intelectual, la emoción que todos conocemos en su aspecto negativo, y el tabernáculo del cuerpo, o tal como lo definió Pablo de Tarso, el tabernáculo del Espíritu Santo.

Por lo tanto, estamos manipulando, por así decirlo, las mismas ideas que fueron manipuladas, construidas, elaboradas, y quizá desarrolladas e integradas por las mentes de todos los hombres del pasado que nos preceden, llevando adelante un proceso rítmico de evolución y creando con el ritmo de la civilización los cauces místicos de la historia.

Así, todos estamos llamados y todos podemos contribuir al mejoramiento de la sociedad que nos rodea; el convertir la sociedad circundante, esta sociedad con sus ambientes diversos dentro de los cuales vivimos inmersos, ese trabajo lento y constante de redención de todas y cada una de las partículas de nuestro ser es técnicamente magia, la magia que empieza con un sonido, se convierte en un color y finalmente adopta una forma geométrica, o elevando el concepto al Cosmos, el mismo proceso de condensación de la nebulosa, o la sustancia que compone la nebulosa, el trabajo lento de formación de las partículas, de los átomos, de las células, de las moléculas que constituirá una sustancia viva dentro de una sustancia inerte, y finalmente, cuando por afinidad química y siguiendo el trazado de una conciencia solar y el mántram OM de un alma liberada en su propio mundo, esta sustancia que antaño fue una masa sin forma adoptó una forma y finalmente adoptó un sentido geométrico de la vida.

Yo ahora me pregunto: si no podemos crear con el poder de la palabra, de la emoción, del sentimiento de integridad y de belleza, o de la mente elevada al pináculo de sus propias fronteras, y quebrantando más allá todavía las propias fronteras para hundirse en la inmensidad del Cosmos, para adueñarse del arquetipo de la humanidad y hacer que este arquetipo hecho carne en nosotros pueda depararle la vida una fruición, una armonía, un poder eminentemente creador y que pueda convertir todo cuanto existe en un oasis de paz, de armonía y de correcta relación humana. ¿Podemos realizarlo? ¿Pueden ustedes penetrar dentro de la conciencia, tratar de ascender a síntesis a través de la línea de la cualidad venciendo el mundo fenoménico de la apariencia? ¿Se dan cuenta de lo que significa ascender por esta escalera inmensa de Jacob que se inicia en la infancia de la humanidad y que culmina en los Maestros de Compasión y de Sabiduría, y que todo este conglomerado sea solamente el principio de algo más lejano? Hay que sentirse pequeño ante esta grandeza, y cuanto más avancemos dentro de esta línea de magia individual, que tiene que ver con el comportamiento social, con el poder de una mente iluminada y con la emisión de sentimientos realmente creadores, creo que el destino de la humanidad tenderá a cambiar radicalmente convirtiendo en fértiles avenidas todo cuanto de reseco existe a nuestro alrededor.

Para mí la idea es clara, pero son ustedes los que van ahora a desarrollarla, teniendo en cuenta solamente algo esencial: todo ser nacido lo ha sido por la liberación, el objetivo de toda cosa creada es la liberación. Hemos visto la liberación de los reinos de la naturaleza; la liberación del alma es un procedo idéntico, en una sinfonía o escala superior de conciencia dentro de la sinfonía cósmica, y ahora solamente nos resta escudriñar dentro del ser, y esto hay que hacerlo con mucha honradez y con mucho equilibrio interior, para darse cuenta si estamos dentro de alguna cárcel, si estamos condicionados por alguna estructura, si estamos siguiendo movimientos por el solo hecho de ser movimientos, y considerar que sin el movimiento no tenemos movimiento.

La incógnita para mí se resuelve en el momento en que la persona se da cuenta de que está atada a algo; la luz de esta comprensión, estoy seguro, le dará la fuerza suficiente para poder romper definitivamente los grilletes que le están atando a una condición determinada, sea cual sea esta condición física, emocional o mental, y si será posible dentro de una línea de comprensión y buena voluntad, que podamos salir de esta cárcel, y una vez libres empezar a liberar a los demás… 

 

Fuente: La Magia Individual

 

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