Ley y principio, por el Maestro Beinsa Duno

Jorge Gomez (333)

Maestro Beinsa Duno con gorro

Lección No. 44 dada por el Maestro Beinsá Dunó,

el 25 de Junio del año 1930, Sofía – Izgrev.

Reflexión.

La gente contemporánea sufre y busca las causas de los sufrimientos fuera de sí. En realidad la causa de los sufrimientos se esconde en sus comprensiones torcidas. Frecuentemente ellos hablan de ley, de principio, sin detenerse sobre la relación de la ley y el principio hacia ellos mismos. La ley y el principio son posiciones comunes para toda la gente, pero la aplicación de la ley no se refiere a todos. La aplicación de la ley depende de las condiciones en las cuales el individuo vive. Por ejemplo, existe ley de movimiento. Todos los seres vivientes se mueven, pero ellos no están obligados a moverse de una y misma manera. El hombre se mueve de una manera, el ave – de otra, la luz – de una tercera manera, los pensamientos y los sentimientos – de una cuarta manera, etc. Cada hombre, cada ser viviente tiene su manera específica de movimiento. Decís que todo va por el camino que Dios ha determinado. Una vez creado el mundo, las cosas son inmutables. ¿Qué comprendéis bajo las palabras “Dios creó el mundo”? ¿Cómo ha creado el mundo Él: como algún maestro, o como una mujer que hila? La creación del mundo sobreentiende una gran razonabilidad. Solo el inicio Razonable crea, y todos los demás seres menores que Él hacen las cosas. El maestro hace, pero no crea. Por eso, cuando observamos las cosas creadas por Dios, vemos que todo, desde lo más pequeño hasta lo más grande, es perfecto.

Para que llegue a la comprensión correcta de las cosas, el hombre debe tener libertad interna. Si no tiene esta libertad, y como espiritual, y como mundano, él quiere llevar las cosas bajo una ley, bajo un denominador común. Las cosas pueden llevarse bajo un denominador común, pero no y bajo un numerador común. ¿Qué significa llevar las cosas bajo un denominador común? Esto significa llevarlas bajo la acción de un principio. Verdaderamente, el principio es común para todos, pero su aplicación es diferente. Cada hombre aplica el principio a su manera. No podéis obligar a toda la gente a aplicar cierto principio de una y misma manera. ¿Podéis obligar a toda la gente a caminar igualmente? Incluso dos hermanos no caminan de una manera. Estudiad el andar de la gente, que veáis como se mueven. Cada movimiento está bajo una ley específica.

Cuando hablo del movimiento como una ley, algunos piensan que este es un trabajo simple, que todo lo saben. Qué sabe el hombre, esto solo la vida lo muestra. El músico puede decir que sabe tocar, pero cuando salga a la escena, ahí se va a comprobar su conocimiento. Alguien dice de sí mismo que tiene pensamiento recto. Cuando lo pongan a prueba, entonces se probará su pensamiento recto. Cuando se verifique el conocimiento, la fuerza, la razonabilidad del hombre, él ve su ignorancia e impotencia. Escucháis a alguien decir para sí mismo que es un hombre descalzo. ¿Qué significa la palabra “descalzo”? Ignorancia. El descalzo es ignorante.

Hoy en día, la gente observa la cuestión de si el hombre tiene que caminar descalzo o con zapatos. Algunos sostienen la idea de que el hombre tiene que caminar descalzo, y otros de que siempre tiene que estar calzado. Sin embargo, la Naturaleza no ama los extremos. Es bueno que de vez en cuando el hombre esté descalzo, porque a través de las piernas, como antenas, él entra en contacto directo con la tierra. Entre las energías de la tierra y las suyas ocurre un intercambio correcto. Sin embargo, hay horas durante el día, y horas y días durante el año cuando este intercambio no es necesario. Como las 24 horas están compuestas por día y noche, así y la cuestión del andar descalzo se soluciona en dependencia de los días y las horas. Hay días y horas cuando el hombre puede caminar descalzo, pero hay tales días y horas cuando de ninguna manera se permite al hombre estar descalzo.

El hombre debe conocer las leyes y las fuerzas de la Naturaleza y que después de esto se pronuncie sobre una u otra cuestión. Sin pensar, alguien dice que la gente debe ser recta. Es bueno esto, pero por mucho que quiere, el hombre no puede siempre ser recto. En su vida de vigilia, él puede ser recto, pero en su sueño, frecuentemente adultera a su rectitud. Escucháis a algún vegetariano que os cuenta que en su sueño ha comido carne y es descontento de sí mismo. Algún otro hombre pacífico ha soñado que ha matado a alguien. Otro, que vive una vida pura y santa, ha soñado que se ha divertido con muchachas jóvenes. Una cosa debéis saber: cuando erra en su vida de vigilia, el hombre responde por su error de nuevo en su vida de vigilia. Cuando erra en su sueño, él responde por sus errores en el otro mundo. Cuando duerme, el hombre se traslada al mundo astral, donde responde por sus errores. Otra es la cuestión si el hombre ha desarrollado su conciencia superior. Entonces él no erra ni en su vida de vigilia, ni en su sueño. Esto significa un hombre libre. El hombre libre tiene sus puntos de vista y a nadie los impone. El sabe que si sus puntos de vista son ciertos, estos por si mismos se van a imponer. ¿Por qué? Porque son una necesidad para la gente. ¿Quién impone la luz, el aire, el agua y la comida al hombre? Estos mismos se imponen, porque son elementos de primera necesidad. Sin estos ningún ser viviente puede vivir. El hombre libre vive sin miedo y con amor.

Muchos dicen que están listos de hacer muchas cosas, pero tienen miedo de manifestarse. ¿Por qué? Amor no tienen. Donde está el miedo, ahí el Amor no puede manifestarse. El miedo ha venido al mundo junto con la ley. Cuando apareció la ley, junto con él apareció el miedo. Donde hay ley, ahí hay y miedo. Donde está el miedo, ahí está y la ley. ¿Por qué teme el hombre? Para no perder su libertad. Cuando se impone la ley, el hombre comienza a temer. ¿Por qué? Porque la ley siempre limita. He aquí porqué para no limitarse, para no perder su libertad, el hombre tiene que trabajar, que se libere de sus comprensiones torcidas. Aún con su venida a la Tierra, el hombre cae bajo la fuerza de la ley. Aún como un niño pequeño, recién nacido, el hombre cae bajo la ley de los pañales. La madre inmediatamente envuelve al niño, le pone en la ley y hasta que no se fortalezca, no le libera de las condiciones limitantes. Cuando crece, el niño se libera de los pañales, pero entra en otra ley, durante toda su vida el hombre pasa de una ley en otra, no puede liberarse de esta. Mientras vive en la Tierra, el hombre todavía se encuentra bajo la influencia de leyes – físicas o espirituales. Para arreglársela razonablemente con las leyes, el hombre debe tener un corazón amplio, o sea, puntos de vista amplios.

Cómo son los puntos de vista del hombre, amplios o estrechos, esto se ve en las pruebas. Solo en las pruebas se conoce hasta donde ha llegado el hombre en su desarrollo. La prueba es una medida a través de la cual conocéis hasta qué punto el hombre ha comprendido el Amor Divino. Una de las cualidades del Amor Divino es el perdón pleno. El Amor lo perdona todo. Él no se ocupa con los pecados de la gente. El excluye el pecado del cosmos. El pecado es un lodo, el cual por mucho que sea, no puede manchar el cosmos. El pecado puede producir solo un manchado parcial de las cosas. Por ejemplo, este puede ensuciar un plato, un hombre, una costa, pero en ningún caso puede manchar el todo. En esto, si creéis en la fuerza del pecado, el manchado será más grande. Cuanto menos creéis en el pecado, tanto menos os mancharéis. El hombre puede instantáneamente liberarse del lodo del pecado. Esto depende de sus pensamientos y sentimientos. Cuando se habla del pecado, la gente se pregunta cómo ha nacido éste. El pecado no nace, ni se manifiesta. ¿Cuál es el motivo del pecado? A veces el motivo más pequeño puede llegar a ser causa del pecado. El motivo pequeño puede llegar a ser causa del pecado más grande. El pecado más grande en el mundo es el asesinato. Nosotros tenemos tal ejemplo en la Biblia.

Dos hermanos se van a ofrecer sacrificio al Señor. Y los dos sirven a Dios. Sin embargo, el humo del sacrificadero de uno iba hacia arriba, hacia Dios, y el humo del otro, se esparcía por la tierra. Descontento de esto, por qué y su humo no iba hacia arriba, él tomó una vara y mató con esta a su hermano. El motivo externo es pequeño, el pecado es grande, pero la causa verdadera del pecado se escode en el hombre mismo, en su corazón de piedra. Está dicho en la Escritura: “Les quitaré el corazón de piedra y les daré uno nuevo”.

Hoy en día toda la gente lucha con el mal y con el pecado, quieren liberarse de este. Esto es imposible. El pecado y el mal existen desde el inicio del Génesis. Como vive, el hombre sin falta errará. El pecado es una consecuencia natural de la vida. Cada pensamiento, cada sentimiento, y cada acto que no están en acuerdo con la Gran Ley de la Existencia, manchan al hombre. Así como se alimenta el hombre físicamente, así se alimenta y con sus sentimientos, con sus pensamientos y con sus actos. Cualquier alimento que utilice, mientras está en la Tierra, el hombre sin falta erra. En este sentido, el pecado aparece como una consecuencia natural del comer. He aquí porqué, para errar menos, el hombre debe comer menos. Cuanto más come, tanto más erra. Imaginad que entráis en un restaurante, coméis mucho, pero no tenéis dinero para pagar. ¿Qué haréis? Vosotros comenzáis a disculparse con el restaurantero, pero él no está contento de vosotros. Él puede incluso y pegaros. Sin querer, vosotros comenzáis a errar: mentís, robáis, forzáis a los demás. En general, el comer se ha vuelto una causa para muchos pecados y crímenes.

Ahora nosotros hablamos de las consecuencias negativas en el mundo – pecado, mal, descontento, indisposición, etc. Por qué existen estas manifestaciones, no es importante. Cómo han provenido, y esto no es importante. Sin embargo, el hombre debe hacerse la pregunta: ¿Por qué estoy indispuesto? ¿Por qué estoy descontento? El Sol, las estrellas, la gente buena están dispuestos y contentos. ¿Por qué entonces tú, el hombre, estás indispuesto y descontento? La indisposición, el descontento en el hombre son parásitos que deben sacarse con un peine, o con pinzas, como se sacan los parásitos del cuerpo humano. Cuando se sacan los parásitos, todos los trabajos se ordenan bien. Los parásitos no son idóneos a la Naturaleza humana, ni tampoco tienen algo en común con su carácter. Para llegar a ser fuerte, el hombre tiene que liberarse de las manifestaciones negativas dentro de sí. Cuando se libera de estas, el hombre fácilmente se las arregla con sus dificultades y pruebas. Las fuerzas negativas en la Naturaleza son parecidas a apaches que siempre pueden sorprender a aquel que se ha embelesado. Cuando encuentre a tal hombre, el apache mete la mano en su bolsillo y saca su monedero. Para que no os ataquen apaches, estad siempre despiertos. Los apaches son grandes psicólogos. Ellos saben cuando atacar. He aquí porqué, de cada hombre se requiere una consciencia despierta, que no pierda su disposición interna y su paz. Si no está despierto, el hombre pierde su fuerza, su riqueza, su conocimiento, la buena disposición de su corazón, su pensamiento, etc.

Por lo tanto, si quiere guardar sus riquezas externas e internas, el hombre debe entrar en la ley del pensamiento recto. A esta ley le llamamos “ley preventiva”. Si queréis guardar vuestras riquezas y alhajas, dejadlas en la estación de tren, donde hay cajas fuertes especiales para guardar tales cosas. Como viajáis de una estación de tren a otra, vosotros podéis tomarlas cuando os hagan falta. Vosotros viajáis tranquilamente, con seguridad de que nadie puede saquearos. Tales cajas fuertes hay en las estaciones de trenes grandes, principalmente en América y en algunos países grandes. Tales cajas fuertes hay y en cada hombre. Nosotros les llamamos “cajas fuertes del pensamiento recto en el hombre, o cajas fuertes Divinas”. La ley del pensamiento recto muestra al hombre como tiene que actuar para no perderse.

Alguien dice para sí mismo que es condescendiente y fácilmente soluciona sus deberes. Depende de cuando tiene que condescender. El hombre tiene que ser razonable, que sepa cuándo condescender y cuándo avanzar. Si el avance es externo, el hombre internamente debe condescender. Si no puede condescender, él debe mantener por lo menos una posición defensiva. Cristo dice: “No resistas al mal”. Esto significa: Cuando el karma ha madurado y toca a tu puerta, si eres prudente, tienes que condescender. Si retrocedes, ganarás; si no retrocedes, perderás. Cuando ves que estás sitiado por fuera, quieras o no quieras, tú tienes que condescender. Si dice alguien que no quiere condescender, todo está terminado con él. Dirá que está listo de suicidarse, pero no y de condescender. Con matanza la cuestión no se soluciona. Aquellos que han sitiado al hombre, siguen persiguiéndolo y en el otro mundo. Posición sitiada existe y en este, y en aquel mundo. Cualquier cosa que haga, por mucho que patalee, el hombre no puede liberarse de la ley. En trozos le van a cortar, pero le cogerán. Hay una manera por la cual el hombre puede liberarse de la ley. Esta manera consiste en la aplicación del pensamiento recto. Pondréis un pensamiento contra otro, según las reglas y las leyes de la armonía. Esto significa yuxtaposición de las cosas. Yuxtaponed vuestros pensamientos y sentimientos según las leyes de la armonía y no temáis. Por ejemplo, tenéis alguna indisposición, cantadle una canción. La indisposición no es otra cosa sino una posición sitiada. Si habéis tomado correctamente el tono básico, vuestra indisposición desaparecerá. Si no habéis tomado correctamente el tono básico, vuestra indisposición se quedará.

En general, si puede tomar correctamente el tono básico de la vida, el hombre se liberará de todos los dolores psíquicos y físicos. A través del tono básico de la vida el hombre puede curar todo tipo de enfermedades, por ejemplo, todo tipo de reumatismo. Hay reumatismo físico, pero hay y psíquico – en el corazón, en la mente y en la voluntad del hombre. Para que se las arregle con sus estados reumáticos, dicho en un sentido amplio de la palabra, el hombre debe tener fe con la cual superar. Si os levantáis por la mañana del sueño, con cierta indisposición, vuestro primer trabajo es lavarse, limpiarse y poner todo en pleno orden y arreglo. Mojad vuestro pelo, peinadse bien, que vuestros pelos no se ericen, lavad bien vuestras manos, limpiad vuestras uñas, revestíos, poned vuestros zapatos, que también deben estar limpios, haced vuestra oración, reflexionad, respirad profundamente, que llenéis vuestros pulmones con un flujo de aire puro, fresco, y entonces comenzad vuestro trabajo. Si en cada indisposición os abandonáis y físicamente, vuestra indisposición se duplicará.

En cuanto se refiere al estado saludable, vuestro primer trabajo es mejorar vuestra circulación sanguínea. Una de las condiciones para mejorar la circulación sanguínea es la liberación del pensamiento de todas las estratificaciones del pasado, de todas las comprensiones viejas, torcidas. El hombre debe tener el pensamiento libre. Si su pensamiento no es libre, él cae en pesimismo. El pesimismo muestra que en la mente y el corazón del hombre hay ciertos sedimentos, substancias ajenas de las cuales él tiene que liberarse. Para que se libere de estos sedimentos, él debe respirar profundamente. Para esto se recomiendan excursiones, subidas por montañas. Si durante una subida, o durante el correr, el hombre se sofoca mucho, esto muestra que la circulación sanguínea en él no ocurre correctamente, si quiere restablecer sus pensamientos y sentimientos bellos, el hombre debe de hacer movimientos físicos: gimnasia, excursiones, deporte. El hombre puede mentalmente hacer estos ejercicios, pero para esto se requiere fuerza grande. En los ejercicios físicos, los gastos son menos que en los mentales. Como ha venido a la Tierra, el hombre debe considerar los métodos de la Naturaleza. El no tiene derecho de detener el movimiento de las fuerzas que actúan en la Naturaleza, ni tampoco corregirlas.

La gente contemporánea se hace la pregunta de por qué está permitido el mal en el mundo. Hoy en día esta pregunta no puede solucionarse. Por qué existen el bien y el mal juntos, esta es una cuestión filosófica cuya solución está en el futuro lejano. Si llegáis al mal, dejad esta cuestión de lado. Si comenzáis a discutir sobre él, con esto vosotros provocáis todas las fuerzas negativas en la Naturaleza. No toquéis estas fuerzas. Si os ocupáis con estas, es igual que si les tirarais piedras. Si vosotros tiráis una piedra, las fuerzas malas tirarán sobre vosotros miles de piedras. – ¿Pero debe existir el mal? – Dejad esta cuestión de lado. El único, Quien sabe porqué existen el bien y el mal, es Dios. Toda la gente, sin embargo, puede solo suponer, buscar las causas del mal y del bien, pero de nuevo no pueden solucionar la cuestión. Dirá alguien que Caín ha dado a luz al mal en el mundo. ¿Estaba él en el lugar donde los dos hermanos ofrecían su sacrificio? Para que se pronuncie sobre cierta cuestión, el hombre debe conocer la verdad absoluta. De otra manera, lo que diga, será relativamente cierto. Por ejemplo, decís de dos personas que están enamorados. ¿Cómo conocéis esto? Diréis que caminan constantemente juntos, hombro a hombro, o cogidos bajo el brazo. Veis que dos bueyes están ayuntados en un carro, hombro a hombro, pero no están enamorados.

¿Qué representa el enamoramiento? ¿Qué significa que se enamore el hombre? El enamorado lleva a su bien amada en su cabeza como una vela encendida y constantemente piensa en ella. Cuanto más piensa en ella, tanto más flamea la vela. La muchacha es la vela, el muchacho – la llama. Cuando se encuentran y comienzan a hablar, la llama se fortalece y brilla desde lejos. Si el muchacho deja de amar a la muchacha, la llama se apaga y la vela deja de flamear. Mientras se aman, y los dos se aprovechan de la luz de la vela. Si se desenamoran, y los dos quedan en obscuridad. Cuando se aman, dentro de ellos ocurre un intercambio correcto, en consecuencia de lo cual a veces la mujer es vela, y el muchacho – llama; a veces el muchacho es vela, y la muchacha – llama. Si la vela y la llama no están en un lugar, ninguna luz puede haber. Esta es una ley Divina. Cuando encontréis a dos personas que se aman, alegraros, porque ellos pueden alumbraros en la noche obscura para que encontréis vuestro camino. Si desaparece el amor entre ellos, y ellos y vosotros, confundiréis vuestro camino.

Hoy en día la mayoría de la gente habla de su amor perdido, de las decepciones en su amor. Este es el amor de las velas apagadas. Dejad este amor de lado y hablad sobre el amor de las velas encendidas. Donde flamea una llama, donde hay luz, ahí nunca se cometen crímenes. Para el amor el hombre debe tener una comprensión sagrada. Sin embargo, sin saber qué cosa es el amor, sin haberlo probado, el hombre se pronuncia sobre este. El amor con palabras no se expresa. El que puede volverse una vela y formar una llama, él tiene amor dentro de sí. Esto significa que Dios actúa en él como luz. Para que se manifieste el Amor Divino son necesarios dos polos: uno de los polos será vela, y el otro – llama.

Por lo tanto, como discípulos, vosotros debéis comportarse con un temblor sagrado hacia el amor. Para que lleguéis a este comportamiento sagrado hacia el Amor, vosotros debéis purificar vuestro pensamiento de todas las comprensiones torcidas. Gracias a vuestras comprensiones torcidas, el amor o bien aparece, o bien desaparece. Mientras mira de manera pura y santa al amor, el hombre se aprovecha de este. En el momento en el cual permite algo impuro en su pensamiento, el amor le abandona. Donde está el amor, ahí todo florece y ata. El que ama como Dios ama, él es capaz de resucitar al muerto. Él es capaz de enderezar todos sus errores. El que endereza sus errores, él tiene amor. Alguien se queja de que está harto de enderezar sus errores. Él debe alegrarse de que haya qué enderezar. Cuando enderece sus errores, le darán el deber de enderezar los errores de su prójimo. El que no ha enderezado sus errores, él no puede enderezar los errores de los demás. Por lo tanto, hasta que no enderecéis vuestros errores, no os ocupéis con enderezar los ajenos.

La gente contemporánea necesita de una ciencia positiva. Una ciencia positiva es esta, la que descubre al hombre el sentido interno de los fenómenos en la vida y la Naturaleza. Por ejemplo, alguien se queja de que al ojo, a la nariz, o a la oreja le ha salido algún grano. Puesto que pasa por científico, él dice que este grano se debe a la sangre impura. Esta explicación no es suficiente. Él debe saber porqué el grano ha salido en el ojo y no en la nariz. O, por qué ha salido en la nariz y no en la oreja. Si el grano ha salido en el ojo, con esto la naturaleza dirige su atención para que esté enderezado hacia la verdad; si el grano está en la nariz, él tiene que aprender a pensar recto; si está en la oreja, que escuche bien, que sea sabio. El grano se mueve de un lugar a otro, se mueve por todo el organismo, hasta que el hombre aprenda su lección. Si no aprende su lección, la Naturaleza le derrumba en la cama y él comienza a gritar por ayuda. Si veis a vuestro prójimo en tal posición, acudan en su ayuda. No esperéis que venga otro para ayudarle. Cada uno de vosotros puede llegar a ser médico, que ayude a un sufriente. Que cada uno pruebe su fuerza, que vea cuánto sabe. En tales casos, exactamente, él puede probar sus conocimientos.

¿Por qué vienen las enfermedades y las pruebas en la vida? Para que apliquéis vuestra paciencia. Si vuestra paciencia es débil, vais a desarrollarla. Muchos se quejan de reumatismo. He aquí una posibilidad de aplicar vuestra paciencia y de curarse poco a poco. Considerad que el reumatismo os es dado como una tesis científica para trabajar. Gemiréis, sufriréis, pero escribiréis vuestra tesis y agradeceréis que tengáis la posibilidad de dejar en el mundo vuestra obra científica. Esto significa que el hombre tenga disposición del espíritu. Como enfermo y sano, como pobre y rico, como simple y científico, él debe tener disposición de su espíritu. En cualquier posición que se encuentre, el hombre debe estar contento.

Cada estado, por el cual el hombre pasa, es temporal. Esta es una posición natural de las cosas. Si se transforma en algo constante, esto es no natural. Si hacéis un pequeño error, agradeced que sea pequeño. Si hacéis un gran error, agradeced que a través de este hayáis evitado el mal que os estaba acechando. Cuando hacéis un error grande, los que os rodean detienen su atención sobre este error y procuran de no caer en la misma posición. En tal caso vosotros tenéis que agradecer porque de esta manera habéis rescatado a vuestros prójimos del mismo error. El mundo razonable siempre compensa las cosas. Él distribuye las cargas de la vida sobre toda la gente: un día pondrá un error, o sea una carga sobre la espalda de uno; al otro día – sobre la espalda de otro, etc. Así que, agradeced que la Naturaleza os haya premiado con cierta atención. Ella confía a vuestra espalda, a vuestras fuerzas, por eso os carga. ¿A qué médico llaman para enfermedades serias? Al más destacado y capaz. Por lo tanto, si te sobreviene un gran mal, sabe que tú eres uno de los médicos destacados a quien le es dado el deber de arreglárselas con este mal. Decís que fácil se habla, pero que difícil se hacen las cosas. Verdaderamente, difícil se hacen algunas cosas, pero pueden hacerse.

Cualquier cosa que habléis, a la gente le gusta escuchar, pero no le gusta que les moralicen. Verdaderamente, la moralización es la diversión más pesada. Es desagradable que todo el día escuchéis: “No hagas esto, no hagas aquello”. La madre toca en el cajón, pero el niño no tiene que tocar. ¿Por qué? Para que no rompa algo. Y la madre puede romper algo. La madre pisa en el río, pero el niño no tiene que pisar. ¿Por qué? Para que no se ahogue. Y la madre puede ahogarse. La madre baja por la escalera, pero el niño solo no tiene que bajar. ¿Por qué? Para que no caiga. Y la madre puede caer. El niño quiere bajar solo por la escalera desde la segunda planta, pero la madre no lo permite. Mientras que la madre está alrededor del niño e introduce miedo e inquietud en su corazón, él puede caer. Si se queda solo en la casa, el niño puede bajar por la escalera sin caer. Dejado a sí mismo, él baja cuidadosamente, escalón tras escalón. Cuando ve una vela encendida, el niño quiere tocarla. Si su madre está a su lado y le prohíbe tocar la vela, el niño sin falta pondrá su dedo y se quemará. Si está solo en la habitación, observará la vela, la rodeará, pero no va a poner su dedo en esta.

El mundo está lleno con seres razonables que guardan y a los niños, y a los adultos de peligros. No son solo la madre, el padre, los hermanos y las hermanas quienes guardan al niño de los peligros en la vida. Miles de seres razonables cumplen el rol de guardianes en el mundo. Hay una guía razonable en el mundo a la cual toda la gente debe prestar oído. A esta guía razonable le llamamos Providencia Divina. Deja tu destino en las manos de la Providencia Divina. Si no puedes solucionar un deber, di dentro de ti mismo: “Hay Providencia Divina en el mundo. Ésta se encargará de esto que no está en mis fuerzas hacer”. Esto no significa que no tenéis que trabajar y esperar todo de Dios. La Providencia Divina se manifiesta a través de lo Divino que está en cada hombre. Vuélvanse hacia lo Divino dentro de vosotros, haced conexión con él, y vuestro deber se solucionará más fácilmente que con la ayuda de alguna fuerza externa. Ahora os hablo de la Providencia Divina, pero y sin que hable, vosotros lo verificaréis de una manera; mas si os hablo, lo verificaréis de otra manera. El mundo es una escuela en la cual todos estáis puestos para estudiar. El mundo fue creado como un método razonable para la educación y la auto-educación de la humanidad. No os ocupéis con los que os rodean. No deseéis ser como la demás gente, ni tampoco ellos – como vosotros. No penséis que la gente es mejor o peor que vosotros. Si son mejores que vosotros ellos saben esto; si son peores, de nuevo lo saben. Si llegáis al hombre, ponerlo al mismo nivel en el cual estáis y vosotros. No deseéis lograr todo de repente. Estudiaos a sí mismos cada día, que veáis hasta adonde habéis llegado y qué os queda por hacer. ¿Qué adquiriréis si sabéis dónde hay oro enterrado en la tierra? La gente antes de vosotros sacó mucho oro de la tierra, ¿pero qué hicieron con éste? En vez de fundirlo, de utilizarlo para su ennoblecimiento, para que penetre en su sangre, ellos lo transformaron en rifles y cañones, con los cuales hoy se matan unos a otros. Sólo aquel puede aprovecharse razonablemente del oro, el que domina la vara mágica. Es suficiente girarla 2 – 3 veces en el aire, y el oro saldrá a la superficie de la tierra. Sin cavar la tierra, el tendrá oro en sus manos y sabrá cómo utilizarlo. Él no necesita de mucho oro. Hoy tiene necesidad de una moneda de oro – tanto se le da. Al otro día tiene necesidad de dos monedas de oro – tanto saca de la tierra. Este es un pensamiento tentador, pero cierto. Este pensamiento es probado y da resultado, pero para aquel que ha adquirido el arte de la varita mágica.

Pensad ahora sobre las dos posiciones básicas de la lección: ley y principio. La ley y el principio son comunes para todos, pero su aplicación en la vida es diferente. Cada hombre se mueve, pero es dada libertad al hombre para que se mueva de la manera que él ha elegido para sí. Toda la gente piensa, pero cada hombre piensa de su manera específica. Toda la gente siente, pero cada uno siente de su manera específica. Toda la gente trabaja, pero cada uno trabaja de su manera específica. La belleza de la vida está en la variedad, sin embargo, la ley y el principio, en todas las condiciones son unos y mismos.

El Amor Divino trae la vida plena.

 Ley y principio, por el Maestro Beinsa Duno

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