Mensaje de Muriel – febrero de 2011

Rosa (Editora)

Muriel

La belleza y la perfección se destruyen a si mismas cuando alcanzan un punto excelso y se fragmentan en mil pedacitos porque la experiencia ha concluido.

Cada pedacito de esa perfección elije volver  algún día a la luz-belleza infinita, y ese es el ciclo en el que estáis inmersos. Cada vez que alcanzáis un mínimo de esa perfección, aparece la necesidad de fragmentación para llegar a crear más y más perfección.

 Si miráis que de un núcleo se obtienen mil fragmentos, sentid en vuestro corazón cuantos pedacitos de perfección pueden llegar a aparecer, cuanta belleza se puede llegar a crear, entre tanto, cada chispa, cada pedacito, elije por si misma experimentar el dolor y la oscuridad hasta llegar al arrepentimiento y renacer a la luz, entonces comienza de nuevo el camino de regreso a la perfección y cuando se alcanza esa perfección, se rompe y fragmenta de nuevo para poder crear aun más belleza, porque la luz, la belleza, la perfección nunca están completas y su amor hacia el todo es crear más y más divinidad.

Ese es querida hermana el resultado y el porqué de la luz y la oscuridad, de la dualidad. En estos momentos vuestra comprensión es limitada para abarcar la bastedad de los universos, pero en vuestro interior está esa perfección y así lo comprendéis, y cuando ese momento llega, se diluye todo el mal que albergáis y os llenáis de luz, esa luz la irradiáis a vuestro alrededor y toca los corazones de aquellos seres animados o no que os rodean. Entonces cada uno de ellos decide que hacer consigo mismo y sigue sus impulsos hasta llegar al núcleo de sí mismos, pasando por las experiencias que ha decidido o decide pasar.

Vuestra tarea es individual y colectiva  a la vez, porque el núcleo es uno y sus partes son muchas y diversas.

El mal, la oscuridad es una parte de ese núcleo porque sirve para poner de manifiesto todo aquello que vuestra alma no tiene bien asentado, si os tienta, es porque aun no estáis preparados, si os mantenéis firmes y seguís irradiando amor-luz, llegáis a ese estado que tanto anheláis, hasta que el ciclo comienza de nuevo.

Siente en tu corazón querida hermana, el gran amor y entrega que son necesarios para una vez conseguido ese fin que es para vosotros la iluminación por el camino del amor, tomar la decisión de volver a fragmentaros para que exista más y más perfección, y así ha sido hasta ahora.

Muriel

Recibido por Montserrat Alemany

Monalila3@hotmail.com

1 comentario

  1. La energía se transforma, nunca se acaba, todos formamos parte de el universo con nuestra propia energía,es muy lógico lo que dice

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