Mensaje del Arcángel Gabriel sobre la verdad

Jorge Gomez (333)

Amados,

Tengamos una charla sobre la cualidad del amor conocida como verdad. Una persona que encarna la cualidad de la verdad en su interior aparece siempre ante los demás tal y como es y es honesta en todas las cosas que dice y hace. Permanecen verdaderos a la integridad de su ser espiritual y esencia divina. Son abiertos y transparentes, y no son ostentosos. Ellos saben que si quieren los mejores resultados en cualquier situación dada, deben ser completamente veraces. La mayor cualidad en el trabajo en la vida de una persona es la cualidad de la verdad. La aplicación del valor personal de la verdad de uno no sólo tiene el magnífico poder de ennoblecer y elevar a la propia vida, sino que también puede atraer respuestas benéficas de la vida también.

Cuando las personas son sinceras y honestas con los demás, encarnan una creencia general en los valores prácticos de la integridad, la decencia y la virtud. La verdad se convierte en su propia base de conocimiento y se sentirán claramente en su interior sin necesidad de cualquier pensamiento o meditación sobre ello. Su voz interna es la conexión infalible entre su espíritu y la luz de la verdad y perciben claramente en cada momento de su vida lo que está o no está en armonía con las leyes naturales del Creador y por lo tanto, lo que es por su más alto bien.

El principio de la verdad es la luz que guía la conciencia en su búsqueda por tomar conciencia de la realidad y sus manifestaciones. Al elegir la verdad sobre la mentira y el engaño, uno sí se alinea con la realidad divina y el flujo espiritual de la vida. Al ser verdaderos consigo mismos y con las cualidades divinas, irradian luz para que todos vean. Ser verdadero a uno mismo significa permanecer en un lugar centrado y conectado a tierra, honrando al ser en todo lo que hacen. La verdad se trata de tener el valor de decir lo que uno quiere decir, hacer lo que uno dice, hacer lo que se aman y amar lo que se hace, en todas las cosas. Es ser verdadero a sus valores, sin importar lo que los demás puedan pensar de ellos. Ser verdadero significa practicar exteriormente lo que el ser interno sabe intuitivamente. Se descubre que la verdad es una experiencia liberadora, gozosa y empoderadora y que la verdad proviene del amor y de la voluntad de honrar la importancia de cada relación que se tiene con los demás, y sobre todo la que se tiene con el ser mismo.

La verdad de Uno promueve lo mismo en otros. Los empodera a todos y le da permiso para ser verdaderos a sí mismos. Cuando la gente comparte honestamente entre sí sobre sus sentimientos y necesidades, es más probable que todo el mundo tenga sus necesidades cubiertas. Las personas verdaderamente felices están comprometidas a una vida positiva. Se esfuerzan por tener cierto conocimiento de sus fortalezas y debilidades para saber lo que realmente quieren. Se esfuerzan por ser auténticos y tener una evaluación personal exacta para vivir en un estado de integridad con ellos mismos. Vivir con la verdad es un proceso largo, ya que cada persona se enfrenta gradualmente consigo misma y toma la decisión de enfrentar las cosas sobre sí mismos que les podrían dar un poco de «trabajo», para observar su comportamiento con honestidad, y hacer lo que es correcto para sí mismos. A medida que van experimentando la liberación y el empoderamiento de vivir con la verdad, aprenden a hacer sus correcciones de inmediato,  incrementando la gracia y la facilidad, y en el proceso se vuelven más felices y completos.

Nada es más poderoso que la verdad. La verdad debe ser el fundamento de todas las creencias de uno. Uno puede hacer su parte dando un buen ejemplo, y por tener el coraje de ser verdaderamente honesto consigo mismo y con los demás. Al hacer esas cosas y ser exactamente lo que son, se va a ser más feliz y se atraerá el tipo de personas que quieren en la experiencia de su vida. Cuando viven su verdad adquieren un sentido de confianza en sí mismos, su vida fluye armoniosamente y simple y fácilmente en el trabajo de su vida.

Sus pensamientos, acciones y palabras están en alineación con lo que realmente son y a donde se ven a sí mismos que se dirigen. Están viviendo su vida con propósito utilizando sus talentos naturales y habilidades. Al vivir su verdad, no hay pretextos. Todo lo que hacen refleja las decisiones que toman. Vivir su vida auténticamente es difícil porque exige una continua expansión de sus horizontes, pero los frutos de este esfuerzo valen la pena. En el proceso de vivir una vida más auténtica, conectando con su verdad y siguiendo su vocación, su vida se vuelve más significativa y genuina.

La forma más sencilla de vivir la verdad de uno es dejar las expectativas de los demás atrás y vivir de la forma que uno siente que vale más la pena. Cuanto más saben de su  yo auténtico, más podrán entender el mundo a su alrededor también. Desarrollan una comprensión más profunda de los demás, la condición humana, y el mundo. Se sienten con propósito y alegres cuando hacen algo que eleva a los demás. Y la alegría que sienten al servir contribuye a la felicidad de los que les rodean. Al practicar hábitos de servicio en pequeñas cosas de la vida de uno, en la propia familia de uno como pasar más tiempo con sus hijos, o hacer algo sorprendente para su cónyuge, esto conduce a una sensación de felicidad interior. Al buscar y practicar acciones y hábitos que uno sabe los hace sentir bien por dentro; uno está siendo verdaderos con ellos. Estos individuos conscientes hacen un hábito de ver cada día como un regalo, siendo ellos mismos el destinatario feliz que llega a disfrutar de ella al máximo. Ellos experimentan un estado de paz interior verdaderamente sostenible.

Que se decidan  ir hacia lo que los nutre, hace brillar y ayuda a llegar hacia su verdadero poder y vitalidad.

YO SOY el Arcángel Gabriel

Marlene Swetlishof

Traduce: Andéléi

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