Mensaje de Madre Mileila por Fernanda Abundes: «la felicidad no es una moneda al aire»

Geny Castell

Madre Mileila

Hemos enseñado a la mente a la expectativa y en cierta manera a la espera, cuando hablamos de intención, de alguna forma también se proyecta a futuro. El concepto y el entendimiento de los tiempos a veces no es sencillo; comprender que venimos arrastrando un aprendizaje que nos ha hecho fuertes y también de pronto nos ha puesto vulnerables ante ciertas circunstancias y seres, tratando de superar algunas cuestiones y sabiendo que hay aprendizajes que nos acompañan y nos brindan la fortaleza del hoy, para también sobrellevar el mañana.

Pensar en el futuro como algo incierto pero también como una necesidad de pensar que éste será tan bueno y bondadoso como nuestras ilusiones así lo marcan. A veces también con el temor de lo que la vida nos puede presentar y con cierta expectativa de la lucha de: ¿qué sigue? ¿será tan bueno como lo quiero? o ¿seguirán las cosas como considero que siguen?.

Muchas veces también cuando ponderamos aquello en lo que es bueno y malo, consideramos que han pasado más cosas malas o simplemente sencillas, que las que podemos contar con las manos que han sido buenas, muchas veces esperamos que los tiempos, que los seres, y que las circunstancias mejoren para nosotros verdaderamente sentirnos satisfechos y entonces basamos  la felicidad y la satisfacción de nuestras circunstancias, de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestras emociones, en la manera en que se acomoden esas cosas que provienen del exterior, considerando que: «me iluminó su sonrisa, me alegró el día esa noticia, me encantó lo que vi»… Todo del exterior. 

Quiere decir entonces, que si el día es nublado, aquel ser que lo esperaba soleado ya tuvo un mal día, quiere decir entonces, que aquel agricultor que tuvo sequía ya no va a ser feliz porque no hubo frutos, quiere decir entonces, que aquel constructor que se ha caído todo lo que estaba esperando, jamás será feliz, porque todo viene del exterior, incluso valemos en la medida que logramos. 

Nunca nos han dicho ni nos han enseñado que nuestros intentos son logros, porque aquel que no lo consigue, entonces no es triunfador, porque el exitoso es aquel que se observa, no aquel que lo siente, porque aquel que tiene más y que puede contar entonces más de lo que se ve, es aquel que más ha logrado y por consiguiente, se considera que es él, quien es más feliz, el que está más tranquilo y el que seguro un futuro tranquilo tendrá. 

Todo eso, es expectativa y todo al final entonces, viene del exterior, nada de nosotros; cuando el cambio es interno cuando el constructor, el agricultor, piensa que está en él y cuando se piensa que iluminan su día, no por lo que ven, sino por lo que tienen dentro, pueden enfrentarse a una tormenta, a la noche más oscura, al lugar más desolado, si inmediatamente dan un paso con un poco de esperanza se ilumina todo aquello que ni siquiera se podía ver. La vida no tiene que brillar para que ustedes sean felices, incluso podrían atravesar el lugar más opaco, incluso pueden atravesar un desierto, un lugar pantanoso, pero con la idea de lo que son, saldrán intactos. 

Y con esto me refiero entonces, que la expectativa es una cuestión de ilusión, pero también en la medida en que sean sensatos y abundantes en lo que quieren, tendrán aquello que buscan, no por lo que la vida ofrece y siempre les digo eso, la vida no les va a ofrecer, ustedes ofrézcanle a la vida. Y es entonces cuando la idea de la realidad no viene desde fuera sino que está dentro de ustedes, son la vela, son el foco, son aquella luz incandescente que ilumina todo lo que atraviesa, todo lo que transcurre, no cambian los seres, no cambian las circunstancias, no se mejoran las cuestiones, ustedes mejoran la visión que tienen de estas realidades y no es una idea sumamente optimista, simplemente una pequeña situación para cambiar el pensamiento del día a día. No supeditar su felicidad y su tranquilidad en la medida en que acontecen los hechos o incluso que los mismos no ocurran, su felicidad no es una moneda al aire esperando caer en el conjunto de las circunstancias, sino aquella idea de decir: “no importa como caiga, una u otra voy a obtener”.

Ustedes deben ser felices con, sin y a pesar de todo lo que ocurra, aquel que diga: “aún puedo”, entonces lo va lograr y recuerden, que no se genere la idea que nos han enseñado: que solo aquel que logra, es el que verdaderamente es exitoso, también el que intenta ha luchado y el que sigue intentado es aún más fuerte, porque a pesar de todo, de su inseguridad, de su cansancio y también de su enojo, sigue luchando por algo. 

Estaré trabajando con todos ustedes

Mensaje canalizado por: Fernanda Abundes (Puebla, México)

Publicado por: Geny Castell redactora de la gran familia de hermandadblanca.org.

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