Mensajes para compartir, por el Maestro St. Germain y el AA Gabriel

El tiempo ya es

La Tierra no puede esperar más

Han sido miles y miles y miles de años de crueldad, guerras, hambres, egoísmo, codicia…

Como Madre Amorosa ha sido paciente

Nos ha perdonado y permitido seguir experimentando, aprendiendo, viviendo…

aún a pesar de su propia integridad

Pero ha llegado el tiempo

en que nuestra Amada Madre Tierra

dará un gran paso en su evolución

pasará a un lugar, una dimensión, una forma de ser y estar más avanzada que la actual

Y de nuevo, como Madre Amorosa

nos invita a todas, a todos sus hijos e hijas a dar este paso con ella

a transformarnos, a cambiar nuestra actitud ante la vida

a saber agradecer al Creador, y respetarnos unos a otros

como hermanos, hijos del mismo Padre Divino y de la misma Madre Divina

La decisión está en vuestras manos

No será Dios quien decida

no será la Madre Tierra quien decida

no será la Vida quien decida

sereis vosotros, cada uno de vosotros

quienes elegirán entre seguir viviendo en un mundo lleno de rencor, miedo, desconfiaza y codicia,

o vivir en una Nueva Tierra, basada en el Amor, la Esperanza, la Solidaridad y la Paz

Esa es vuestra decisión, han llegado ya a la mayoría de edad

y la Tierra, en su sabiduría, nos deja en libertad de decidir

Ya no le es posible seguirnos protegiendo, sabe que necesitamos aprender

y afrontar las consecuencias de lo que hemos hecho,

para madurar en nuestro corazón, y no volver a dañar a ningún ser viviente

El tiempo ya es

Un tiempo que ha sido anunciado desde hace mucho

por todas las religiones y las grandes culturas de la humanidad

los signos son claros, no existe lugar a duda,

solo aquellos que no quieran ver, y prefieran cerrar los ojos, la mente y el corazón

dirán que no es cierto, que es un invento, que todo esta “bien” y “normal”

será su elección, nadie los obligará a creer

pero tampoco podrán obligar a nadie a no creer

El tiempo ya es

y la realidad de lo que esta pasando y de lo que vendrá

no dejará el mínimo espacio para dudar

Preparaos entonces, alistar vuestras mentes y vuestros corazones

no corraís a comprar armaduras para vuestros cuerpos

no corraís a poner acero a vuestras puertas

no corraís a guardar vuestras monedas en una caja de metal

De nada os servirá, eso no os salvará

Mejor aquietaos y fortificar vuestra Fe en la oración

mejor aquietaos y blindar vuestra casa con Amor

mejor aquietaos y guardar vuestra Luz en lo más profundo de su interior

El tiempo ya es

y puede ser un tiempo maravilloso para su ser y para los seres que aman

el paraíso, la tierra prometida, el edén, y todos aquellos lugares que han sido anunciados

serán para quienes toquen en su corazón la inocencia y sabiduría que llevan dentro

y la compartan con humildad y gratitud a quienes les rodean

no importará de que religión sean

no importará el color de su piel

no importará cuantos bienes materiales posean

no importará que conocimientos entiendan

lo que la Vida, la Tierra, el Creador, verá en vosotros

es que tanto amor hay en vuestro corazón

que tan concientes sois de la Unidad en todo lo que existe

que tan dispuestos estáis a remediar vuestros errores

que tanta entrega teneis al servicio de los demás

Sea pues

Miraos al espejo y en verdad pregutaos cual es vuestra decisión

y encontrad en vuestros ojos, la esencia que Dios puso en sus corazones

Ahí esta la respuesta, ahí esta el reino de los cielos, ahí está la única realidad que existe:

El Amor

Amad entonces, y recibid el Amor que vibra a su alrrededor

El tiempo ya es, y los cielos y la tierra se alegran

porque un nuevo tiempo esta por nacer

Bienvenidos, hermanos y hermanas

aquí estamos en espera de su llegada

Con el corazón y los brazos abiertos

para recibiros en nuestra dulzura, nuestra alegría y nuestra paz

Salud a nuestra Madre Tierra por siempre

Sois ahora aliviados

Sois siempre bendecidos

Sois todos Bienamados

Los Niños de la Tierra

Mensaje de Saint Germain al Corazón de la Humanidad.

Amados sois en la Luz. Por la infinita misericordia del Creador Divino, en este momento que experimentaís grandes cambios en la Tierra, os he venido a hablar de los Rescatistas de Dios.

Los Rescatistas son parte de los seres de Luz que están al servicio de Dios. Han venido al mundo a vivir grandes pesares, están entre la gente como los demás y en ocasiones son calificados de “malos” y “peligrosos”, pues han estado en la cárcel o en manicomios, o en guerras, han lastimado a otros y han sido lastimados.

¿Por qué? os preguntareís. Es sencillo: para poder llegar a los que más los necesitan, para poder entrar en las cárceles, no como el carcelero, ni como el juez, ni como el familiar, sino como el preso, el que sabe lo que es la desesperación del encierro, y así poder hablar con otros presos y ayudarlos a salir de su propia cárcel interna.

O para poder entrar en los manicomios, no como el doctor, ni como la enfermera, ni como el familiar, sino como el enfermo, el que esta fuera de si día y noche, el que sabe lo que son las llagas en la piel y puede entender a los que están como él, y ayudarlos a sanar su propia enfermedad.

O para entrar en las guerras, no como el mediador, no como la mujer que huye, no como el niño que ora, sino como el soldado, que con arma en mano va destruyendo vidas y hogares, y puede entender el dolor de llevar a cuestas la sangre de un hermano, y puede ayudar a los otros soldados a poner paz en su propia guerra interna.

Ellos son los Rescatistas de Dios: por su propia voluntad bajaron a la tierra, encarnaron en una vida de sufrimiento y daño, hacia ellos mismos y hacia otros, como las que os he descrito y muchas más, y después de vivir la experiencia que eligieron, han sido capaces de trascenderla, y con su conocimiento de causa y efecto, ayudar a otros almas a liberarse, para al final regresar de nuevo a su hogar de origen, y esperar una nueva misión con alegría.

Para que podaís comprenderlo mejor, os haré una comparación con su experiencia terrestre: imaginaos que un pequeño barco está atrapado en una tremenda tormenta, que hace volcar grandes olas y sacudir con su enfurecido viento todos ser y objeto. Es de noche y nada se ve entre la lluvia torrencial.

Las personas que van en el barco están exhaustas, llevan horas tratando de mantenerse a flote y apenas pueden estar en pie. Rendidos oran, piden misericordia y se entregan a la Voluntad de Dios.

En el cielo se escucha un sonido, y al poco tiempo comprenden que es un helicoptero, del cual lentamente desciende un rescatista. Después de unos minutos llega hasta el barco, que se balancea incesante, con un gran esfuerzo logra pararse en la cubierta, ante la mirada impresionada de los tripulantes.

Sin soltar la conexión con el helicoptero, hace una valoración de los que están en el barco, ubicando con precisión a quien ayudará primero, lo prepara para subirlo, y ya que está asegurado, pide al helicoptero que los suban, cuidando que el balanceo del barco y el movimiento que les provoca el intenso viento, no los lleve hacia una de esas enormes olas.

Ya con la primera persona a salvo, vuelve a descender, para ayudar a los demás, y uno por uno, los va rescatando de la terrible situación en la que estaban, siendo necesario para esto, que él mismo se pusiera en riesgo y viviera lo que aquellos seres del barco estaban experimentando, con la diferencia de la seguridad que le da el estar sujetado al helicoptero.

Así, los seres que han decidido ayudar a otras almas, descienden a la tierra y experimentan las terribles situaciones en que viven sus hermanos, sin recordar su origen y la razón por la que están ahí, y con amor y fe, comienzan a transformar su propia realidad y la de los seres a quienes decidieron rescatar, y literalmente les ayudan a elevarse hacia el Cielo.

Al recordar la conexión irrompible que tienen con el Creador, los rescatistas son capaces de enseñar a creer en la infinita misericordia divina, que cuando es pedida desde lo profundo del corazón, desciende con toda su Fuerza, Amor y Luz, y transforma cualquier realidad, por terrible que sea, en Armonía, Salud y Paz.

Ahora que lo sabéis amados, cuidaos y no jusgueis, respetad la experiencia de cada ser. Tened compasión y ayudad en lo que su corazón les indique, ayudad, simplemente ayudad, sin juicios, sin condena, con humildad y amor ayudad a todos aquellos seres que necesitan de vosotros, siendo primeros los que están más cerca de ustedes.

Sed libres y ayudad a los demás a ser libres de todas sus cadenas, y volar hacia su Cielo, como está destinado para ustedes en el infinito Amor de Dios.

Recibid todo mi Amor.

Sant Germaín.

Tu estás en el camino.

No dudes. Vas a llegar a tu destino. No se trata de luchar contra algo que te lo impida. Nada te lo impide. Solo tu eres quien decide como seguir. Si desgastándote y sufriendo. O en paz contigo y con la vida. Cuando no estés en lucha, cuando tu corazón descanse y estés dispuesto a escucharte, entonces el milagro sera en ti, la vida fluirá sin oponerse a nada y tu brillarás por ser quien eres, permite a tu ser existir, no lo ates con creencias sobre quien eres o sobre lo que debes ser, simplemente sed, eso es todo lo que se te pide en el cielo, solo ser. Solo ten paciencia. El tiempo ya es. El tiempo de la luz está aquí. Tu tiempo ya es. Tu tiempo en la luz está aquí. Comprende que nada se te exige, que nada se te ordena, que nada se te impone, solo eres tu contigo mismo, reencontrando tu corazón, tu esencia, tu ser, descansa entonces, porque la misión esta en marcha, porque estás en el tiempo y lugar que te corresponde, porque estás haciendo lo que viniste a realizar. Solo vive tu realidad desde tu corazón, esa es la clave, esa es la única forma de entrar en la nueva tierra que está naciendo. Siente tu niño, siente tu ternura, siente tu corazón y permítele brillar, no busques lo que ya hay en ti, solo déjalo expresarse con toda su Fuerza, con todo su Amor y con toda su Luz. Tal como dijo el Cristo: “Dejad que los Niños se acerquen a Mi, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Recibid esta bendición, es tuya, siempre será tuya. Con todo mi amor. Os envío estas palabras, para que despierte en su corazón la Verdad. Que así sea. Así es y hecho está.

Arcángel Gabriel.