Recapitular su vida, tarea del discípulo

Jorge Ariel

Papiro
Uno mismo es su suerte y más allá de la muerte,

uno mismo es la niebla, uno mismo es la llama,

uno mismo se enciende, uno mismo se apaga.

El discípulo es el eterno peregrino; es la relación entre el yo personal y el yo superior; el discípulo es la Llama interna del Espíritu. El discípulo es Uno mismo en cada etapa del Sendero de Retorno a la Casa del Padre. Es por esta razón que la palabra «discípulo» es aplicable al humilde aspirante que mira hacia la Luz, al Maestro de Sabiduría y al Cristo mismo. Todos son discípulos en alguna medida y, sin embargo, todos tienen la misma meta y todos tratan de cooperar y ayudar a todos para alcanzar esta meta. Todos están en el Sendero del Servicio, el Sendero de Unión con lo divino.

 

Tierra delfines bebe
Vida y conocimiento.

La cognición no es una representación de un mundo independiente y predeterminado, sino más bien el alumbramiento de un mundo. Los humanos compartimos un mundo abstracto de lenguaje y pensamiento a través del cual creamos nuestro propio mundo y otros posibles mundos. La cognición es parte integrante del modo en el que un organismo vivo interactúa con su entorno, sino que responde con cambios estructurales en su red de manera creativa. La interacción cognitiva del sistema con su entorno es una interacción inteligente, la inteligencia se manifiesta en la riqueza y flexibilidad del acoplamiento estructural de un sistema.

Cuando el discípulo aprende a controlar y regular sus procesos cognitivos, y se habitúa a reflexionar sobre su propio conocimiento, está ejercitando el metaconocimiento. La metacognición, en el campo de la lectura,  consiste en tomar conciencia del propio proceso de lectura de manera que uno mismo pueda supervisar y controlar la interacción con el texto, darse cuenta cuáles partes no comprende y por qué y, además, saber cómo resolver estas dificultades. Los humanos compartimos un mundo abstracto de lenguaje y pensamiento a través del cual creamos nuestro propio mundo y otros posibles mundos.

Tres aspectos del conocimiento están asociados con la luz en la cabeza. Primero está el conocimiento experimental, hace que el hombre se dé cuenta de ciertas hipótesis, posibilidades y explicaciones. Le da una comprensión de los medios y métodos y le permite dar los primeros pasos hacia la adquisición y realización.

El aspirante utiliza el conocimiento discriminativo gracias a la luz del intelecto, utilizada para que los pares de opuestos queden al descubierto, se conoce la dualidad y llega el momento de elegir.

Tercero, la luz de la intuición se utiliza para dirigir el foco de atención a todas las cuestiones “oscuras, sutiles y remotas”, ensanchando así el horizonte, resolviendo los problemas y aumentando la eficiencia.

No existe un territorio predeterminado del que podamos levantar un mapa: es el propio acto de cartografiar el mundo quien lo crea. No existe un  patrón predeterminado que nos permita comprender el texto: es el propio acto de desenredar la trama quien le da significado. No existe el destino sin el libre albedrío, pues lo que somos es nuestro destino, pero lo que hacemos es nuestro libre albedrío. El aprendizaje estará determinado por la manera en que se haga uso de la inteligencia, pues aprender es captar con el espíritu y la inteligencia es leer nuestro interior.

 

Karma
Recapitulación y comprensión
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 Así como el embrión en la matriz reca­pitula las diferentes etapas del desarrollo animal, así el ser hu­mano, durante la infancia, la adolescencia y la juventud, hasta los treinta y cinco años de edad, recapitula las varias etapas de la conciencia racial. A esa edad debería afirmarse en él la etapa del discípulo inteligente. Mucho se adquirirá cuando se reco­nozca este proceso de recapitulación, que hará mucho para controlar y determi­nar cuáles serán los procesos de desarrollo a que serán some­tidos el niño y el joven, por el educador inteligente.

Hay una cierta similitud entre una buena recapitulación y el buen  cultivo de un jardín, lo cual conviene reconocer. En ambos se extirpan  las malas hierbas pero, la principal atención, se pone en el cultivo de  las flores y las hortalizas, regándolas, protegiendo los brotes tiernos,  trasplantando otras para su mayor desarrollo, podándolas y finalmente  cosechándolas y utilizándolas para fines constructivos.

Recapitulación diaria:

La base de cualquier recapitulación vespertina efectiva y útil, se halla al comenzar el día. Se sugiere  que se haga este trabajo preliminar al finalizar la meditación matutina, en la forma siguiente:

Cuando haya terminado su meditación matinal, haga una pequeña pausa y enfrente conscientemente el nuevo día, haciéndolo con calma, alegría y serenidad. Déle la bienvenida a este nuevo día como una ofrenda divina y aduéñese de él por medio de la fortaleza de la luz adquirida; extiéndale luego la bendición del control espiritual derramándole un rayo guiador de luz interna por medio del cual, al final de la jornada, antes de retirarse al descanso, pueda dirigir una mirada retrospectiva y revisar cuanto ha realizado durante la misma. Al finalizar la meditación matutina proyecte simplemente la luz, atravesando y uniendo mentalmente el principio y el fin del día. De esta manera usted ha creado un camino iluminado desde el cual puede, si lo desea, «mirar arriba y ayudar abajo«.

La proyección del sendero de luz a lo largo del día no es una anticipación de lo que ocurrirá, ni una explicación de sus detalles; simplemente establece la actitud interna que se ha elegido como guía para cumplir con sus obligaciones, pruebas, insinuaciones y oportunidades del día. Esto se aplica a los sucesos internos y externos, tanto subjetivos como objetivos, a las experiencias en su propia vida y en las vidas de aquellos con quienes está en contacto, en cualquier nivel. Usted ha elegido el sendero del portador de luz, arrojando luz sobre el camino de otros, así como también sobre el suyo.

Esto es lo que hay que hacer para la preparación de la Recapitulación Vespertina; pero hay tres momentos durante el día en los cuales ésta corriente de luz puede ser manifestada:

a)      Mañana: Cuando proyecte su corriente guiadora de luz, puede utilizar una frase o sentencia breve, apropiada o útil. Como ejemplos de invocaciones o mantrams se sugieren los siguientes pues tienen la ventaja de ser conocidos y pueden aumentar el poder de los mismos si en su mente, el pensamiento es suficientemente intenso:

1.       Que la energía del Yo divino me inspire y que la Luz del Alma me guíe.

2.       Que la realidad gobierne todos mis pensamientos y que la verdad sea la guía de mi vida.

3.       Que la energía de mi alma me impregne y que yo exprese esta radiación en una vida plena de alegría.

b)      Mediodía: La invocación elegida puede ser también utilizada, haciendo un llamado silencioso por medio de la elevación momentánea del pensamiento hacia el alma, fortaleciendo así la unión.

c)      La hora del Crepúsculo: Puede ser realizada en este momento o a las cinco de la tarde como un servicio especial definitivo. «Un Tratado sobre Magia Blanca», pág. 208, dice al respecto:

«Esto puede efectuarse en unos pocos segundos, no importa donde uno se encuentre ni con quien se halle; y no sólo ayudará en el trabajo mágico de la fuerzas de la Luz, sino que servirá para estabilizar al individuo, aumentar su conciencia grupal y enseñarle el proceso para llevar adelante las actividades subjetivas internas aunque actúe exteriormente».

«Sería de valor que todos los días a las cinco de la tarde, por medio de un acto de voluntad, cada estudiante se uniera con ese grupo de servidores, místicos y hermanos que se está integrando rápidamente. A este fin sería benéfico memorizar la breve dedicación siguiente, recitándola mentalmente a dicha hora, con la atención enfocada en la cabeza:

«Que el Poder de la Vida Una fluya a través del grupo de todos los verdaderos servidores.

«Que el Amor del Alma Una caracterice la vida de todos aquellos que tratan de ayudar a los Grandes Seres.

«Que cumpla yo mi parte en el Trabajo Uno mediante el olvido de mí mismo, la inofensividad y la correcta palabra».

Lleve entonces dicho pensamiento desde el grupo de servidores del mundo que se está integrando rápidamente, hasta los Grandes Seres que respaldan nuestra evolución mundial».

 

Hemos tratado de esta manera los tres puntos del esfuerzo preparatorio: mañana, mediodía y crepúsculo, todos ellos breves. Sin embargo, hallará que el resultado es una Recapitulación Vespertina clara, rápida, impersonal e imparcial en su apreciación del éxito o de los fracasos. Habrá una tendencia a perder cada vez menos tiempo y energía en auto?depreciación, auto?condenación, auto?defensa y auto-elogio, porque el auto?interés excesivo desaparece cuando el portador de luz comienza a satisfacer las necesidades de otros y lo hace con toda humildad. Sus propias características, tanto buenas como malas empiezan a interesarle sólo cuando pueden ser una ayuda o un impedimento para lo que debería ser realizado,

Ahora llegamos a la realización de la Recapitulación Vespertina.

a.       Busque un momento en el que pueda estar solo, sin ser molestado por lo menos de cinco a quince minutos. Relájese durante un minuto y eleve luego su conciencia a la cabeza. Una vez estabilizada allí pronuncie la Palabra Sagrada, mentalmente (inaudible) exhalándola hacia el alma y elevando su conciencia hacia la misma donde usted se mantiene firmemente, diga con calma y firmeza:

«Yo, el Uno que puede observar, me mantengo en la luz»

b.       Luego, utilizando la mente iluminada como un faro, recapitule los sucesos del día. No todo precisa una atención igual, pero puede haber dos o tres situaciones que sobresalgan por su significado desde el punto de vista del discípulo.

Recapitulación semanal: La autoobservación

Toda práctica de recapitulación se basa en un estado de alerta, con sólo prestar atención a las siete directrices diarias, invocamos su poder organizador en nuestras vidas. Se sugiere que se formulen las siguientes preguntas durante el día, cada día culmina a la hora de cenar, cuando hablamos en familia de lo que hemos hecho, observado y aprendido. Es una charla casual y natural.

Domingo: ¿He actuado hoy como alma o como personalidad? ¿He puesto el interés principal sobre mí mismo, o he estado ocupado en las necesidades de aquellos a quienes sirvo?

Lunes: Al ayudar a otros o al hablar con cualquier persona ¿He hablado acerca de mi mismo y de mis ideas?

Martes: ¿cuál fue el contenido principal de mis pensamientos durante el día: el trabajo que realicé, otras personas o yo mismo?

Miércoles: ¿cuál fue el centro condicionante de mi vida: el alma cuya naturaleza es amor impersonal, o la personalidad, cuya naturaleza es ser el centro de atención?

Jueves: ¿Cuántas veces me he referido a mi mismo hoy, ya sea por autoconmiseración, como ilustración o para despertar interés?

Viernes: ¿Cuál fue mi principal preocupación mental hoy?

Sábado: ¿Qué impresión he producido en los demás? ¿Fue un efecto egoico o simplemente personal?

Recapitulación quincenal: El aprendizaje.

Discípulo es aquel que logra una disciplina de estudio para alcanzar el aprendizaje. Uno de los más grandes instrumentos para el desarrollo práctico es la PALABRA. El que cuida sus palabras y sólo habla con fines altruistas, a fin de difundir la energía del amor por medio de la lengua, domina rápidamente los pasos iniciales y se prepara para la iniciación en el aprendizaje. El discípulo ha de aprender a permanecer silencioso ante el mal. Debe saber callar ante los sufrimientos del mundo, sin perder tiempo en demostraciones inútiles y en demostraciones de dolor, sino tratar de aligerar la carga del mundo, trabajando sin malgastar energías en palabras.

 

1. ¿Qué constituye una recapitulación?

a.    ¿Qué constituiría según mi criterio, la recapitulación del día, con la idea de que predomine el aprendizaje?

b.    ¿En una recapitulación se me pide que vuelva a ha­cer y a experimentar, o debo asumir la posición del Observador que se mantiene «firme en la luz?».

2.    Aprender es captar con el espíritu ¿Puedo aprender a guiarme por  la luz del conocimiento y alcanzar así fi­nalmente la iluminación?

3. ¿Puedo ver mentalmente cómo me mantengo en la luz de mi alma y conocer el significado de una constante re­flexión?

4.    Si empleo esta recapitulación sobre la luz del conocimiento, como debe em­plearse, ¿cuál será el efecto en mi vida y la vida del grupo al que sirvo?

5. Si esta recapitulación es un método científico definido pa­ra producir resultados   subjetivos con cambios objetivos, ¿cuáles serán estos resultados y cambios?

6. Si es verdad que el ciego debe avanzar por el tacto, y los que tienen vista, viendo y manteniéndose libres y desape­gados, ¿por qué entonces, poseyendo vista, no camino más definidamente en la luz?

7. ¿Es mi mente el órgano de visión para el hombre espiri­tual, y ofrezco este órgano para que lo utilice el yo superior?

8. En la recapitulación diaria ¿qué parte desempeñó el intelecto? ¿Cómo defino la frase «luz del  intelecto»?

9. La autorrealización es la meta de nuestro aprendizaje:  ¿Puedo olvidar al fragmentario yo personal?   ¿Puedo reconocer al único Yo en todos los yoes?

10. Se dice que existe un arquetipo, un canon, un rayo, una meta y una luz que resplandece en el sendero. Compren­diendo esto, ¿Cuál es el patrón de organización que debería ilu­minar mi camino?

11. ¿Soy el redentor de la naturaleza inferior? ¿De qué ma­nera ayuda la luz en tal redención?

12. ¿Qué actividades y defectos de mi naturaleza inferior de­ben ser eliminados para que la    luz ilumine mi camino?

13. ¿Cómo diferencio los tres tipos de luz: la del conocimiento, luz de la comprensión, luz de la sabiduría; y cómo se relacionan con la luz del  cuerpo, luz del intelecto y luz de la intuición?

14. ¿Cómo puedo utilizar la luz para ayudar a mis semejantes?

15 ¿Cuáles son las palabras que utilizo al tratar de ayudar  a mis semejantes?

 

Recapitulación mensual: La decisión

Será conveniente que se tenga a  disposición una serie de preguntas, pero solamente debería ser utilizada una cada noche o cuando se realice la recapitulación. Las que siguen son sólo sugerencias y deben relacionarse con uno u otro de los tres principios de amor, sabiduría y servicio.

1.         ¿Qué he realizado hoy? ¿Lo he comprendido claramente?

2.         ¿Por qué he actuado, hablado, escrito o permanecido en silencio en determinada circunstancia? ¿Qué provocó este hecho?

3.         ¿He actuado durante el día en forma simple, amorosa e inteligente?

4.        ¿He seguido el camino del deber y de la clara decisión? Si no fue así, ¿por qué?

5.         ¿He hecho prevalecer mis propios pensamientos, deseos, propósitos y sueños sobre la necesidad de amorosa comprensión de mi hermano?

6.         La radiación del amor atrae dentro de su cordialidad a aquel que lo necesita para poder vivir. ¿He dispensado las aguas de vida por medio del pensamiento, la palabra o la acción?

7.         El camino del servicio conduce a la liberación. ¿Ha habido alguna influencia liberadora en mi vida actual? ¿Liberación de quién? ¿De qué? ¿Para qué?

8.         ¿Siento que el día que he vivido ha sido satisfactorio desde el punto de vista de mi alma?

9.         ¿He conservado el espíritu de comprensión amorosa?

10.       ¿Hasta qué grado soy efectivo en relación con la esfera de mi actividad?

11.       ¿Me doy cuenta de dónde estoy? ¿A quién debe mirar como ejemplo, ayuda y compresión?

12.       ¿He trabajado impersonalmente con mis colaboradores, cualquiera que sea su condición?

13.       ¿Qué sucesos ? internos, externos o ambos a la vez ? han sido significativos durante el día de hoy? ¿Por qué los considero significativos?

14.       ¿Hasta dónde he sido inclusivo en mis pensamientos durante el día? ¿Qué incluyo comúnmente en mi conciencia? ¿Qué es lo que corrientemente excluyo?

15.       ¿Qué cualidades he percibido en otros que indicaban expresiones del alma? ¿Cómo se manifestó esto?

16.       ¿Cuál era el motivo oculto tras las elecciones que he hecho hoy?

17.       ¿Existe algún hábito que sea un impedimento para una vivencia espiritual cada vez mayor? ¿Es un obstáculo para una mayor utilidad en el servicio?

18.       ¿Qué evidencia he tenido hoy de que el Plan emerge en la conciencia de los hombres?

19.       ¿He tomado la iniciativa de presentar el Plan a la atención de otros? En caso de haberlo realizado, ¿cuáles fueron los motivos? En caso de no haberlo realizado, ¿cuáles fueron los motivos?

20.       ¿He utilizado la Alegría para disipar el espejismo del desaliento? ¿Cómo he tratado de irradiar Alegría?

21.       ¿He utilizado buen discernimiento así como buena intención?

22.       ¿He sido capaz de mantener una actitud desapasionada en una situación forjada con emoción?

23.       ¿Cuál ha sido la más valiosa, aunque penosa, experiencia de hoy? ¿Puedo ver esto con completo desapego?

24.       La verdadera humildad actúa como un sentido exacto de la correcta proporción, del reconocimiento del lugar que le corresponde y del deber de cada uno de no eludir la responsabilidad, la responsabilidad de ser un alma, un Hijo de Dios, que busca la perfección por medio del servicio. ¿He demostrado verdadera humildad durante el día?

25.       ¿Cuánta sabiduría he demostrado hoy? ¿Cuánta sabiduría he percibido en otros?

26.       La nota clave del trabajo de todo discípulo puede ser resumida con estas palabras: «En verdad, Yo hago nuevas todas las cosas«. ¿Cómo el divino poder transmutador del amor ha creado este nuevo y deseable día de aquello que ha sido desechado y olvidado?

27.       ¿En qué sentido he sido influenciado por el deseo de recompensa? ¿Recompensa en qué plano? ¿Me he visto como el dador, como el receptor, o como ambos a la vez?.

28.       La recompensa del discípulo consiste en una mayor capacidad y en un campo de servicio más amplio. ¿Estoy cosechando una debida recompensa, o no le atribuyo ninguna importancia?

29.       ¿He empleado hoy amabilidad, compasión, iniciativa y sensibilidad en respuesta a la verdadera necesidad?  ¿Hacia quién las he evidenciado?  ¿Por qué motivo?

30.       La mente es el órgano de visión del hombre espiritual. ¿Puedo mantener mi mente constantemente en la luz del hombre espiritual, el alma, y ver mi día verdaderamente libre de ceguera o de falsos apegos?

Recapitulación semestral: El servicio

 

No ha de llamarse recapitulación vespertina, porque no importa la hora en que se practique, con tal que se haga una vez cada veinticuatro horas, tomando una o dos preguntas de la recapitulación y reflexionando profundamente sobre ellas durante  seis meses. Luego responder mensualmente a una de las seis preguntas  aquí formuladas:

 

ler. mes- ¿Cuál es para mí el significado práctico de la palabra luz del alma?

2do. mes? ¿De qué manera puede mi vida ser ilustrada?

3er. mes? ¿Cuál es el factor que produce ilustración y cómo actúa normalmente este factor en mi vida?

4to. mes ? ¿Qué efecto tendrá en mi vida diaria una mente brillante?

5to. mes ? ¿Qué efecto debería producir mi vida como Por­tadora de Luz en  mi medio  ambiente?

6to. mes ? ¿Estoy en contacto con otros Portadores de Luz, y de qué manera?

Recapitulación anual: El proyecto

Al finalizar cada año es importante que se recapitule el  proyecto fijado con sus objetivos y metas. Nótese el recorrido que lleva de la luz a la meta.

 

Enero. Capricornio.        Estoy perdido en la luz suprema y a esa luz doy la espalda.

Febrero Acuario. Soy agua de vida, vertida para los hombres sedientos.

Marzo.  Piscis. Abandono el hogar de mi Padre y, retornando, yo salvo.

Abril.  Aries. Surjo, y desde el plano de la mente gobierno.

Mayo. Tauro. Veo, y cuando el ojo está abierto todo se ilumina.

Junio. Géminis. Reconozco mi otro yo, y al menguar ese yo, crezco y brillo.

Julio. Cáncer. Construyo una casa iluminada y dentro de ella moro.

Agosto. Leo. Soy Ése y Ése soy yo.

Septiembre. Virgo. Soy la Madre y el Hijo, soy Dios, soy materia.

Octubre. Libra. Elijo el Camino que conduce a través de dos grandes líneas de fuerza.

Noviembre. Escorpio.   Soy emprendedor y saco adelante mis proyectos.

Diciembre. Sagitario. Veo la meta.  Alcanzo la meta y percibo otra.

 

Meditación De alma Gemela
Meditación y sabiduría.

Saber leer y saber escuchar son las habilidades esenciales para continuar con el desprendimiento paulatino de la figura del Maestro, mientras que escribir y hablar son las habilidades de quien empieza a perfilarse como Maestro y así poder transmitir la comprensión lograda a otros.

El alma emplea tres grandes principios fundamentales por medio de los cuales aprecia la cualidad, el motivo y el valor final de todo cuanto cae bajo su luz reveladora. Ellos  son: Amor, Sabiduría y Servicio, definidos así por el Maestro Tibetano.

Amor,                  es la respuesta al contacto y esto, el ser humano, significa comprensión, inclusividad e identificación.

Sabiduría,           significa habilidad en acción como resultado de amor desarrollado y de luz de comprensión; es ser consciente de los requisitos y tener la capacidad de unir en una relación fusionada la necesidad y aquello que la satisfará.

Servicio,              es esencialmente una manera científica de expresar amor?sabiduría». A medida que estos principios se reflejan en nuestras acciones y caracterizan nuestra expresión vital, tendremos éxito en esta medida al recorrer el camino iluminado y aumentaremos su propia radiación.

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