Ser diferente es ser creativo y entenderlo es ser feliz

Jorge Gomez (333)

Muchos papás de mi entorno llevan a sus hijos al psicólogo, yo prefiero llevar a los míos al monte. Cuando yo era pequeña, si un niño  iba al psicólogo tenía un problema GRAVE. Ahora llevamos a los niños al psicólogo con más facilidad que al teatro. Que si se hace pis en la cama a los siete, que si es muy movido, que si es poco sociable,  que si es muy perfeccionista, que si se distrae con facilidad…

arbolLa estadística está haciendo mucho daño a los niños de esta generación. Los padres estamos obsesionados con subir a todos nuestros hijos al badajo de la campana de Gauss.  Si todos los niños fuesen iguales, la campana de Gauss no sería campana, sino el punto gordo de Gauss. Entonces la creatividad habría muerto, porque se alimenta de la diversidad.

Imaginaos que nuestra sociedad hubiese evolucionado a una sociedad en la que los niños dejasen de mojar la cama o el pañal nocturno a los tres meses de edad. Nuestros hijos perfectos que dejaron de hacerlo más tarde, serían niños con problemas, carne de psicólogo. Y yo me pregunto, qué problema tiene mojar la cama más o menos tiempo. Qué problema tiene ser perfeccionista, si seguramente Macintosh va a volverse loco por encontrar un perfeccionista que le ordene las manzanas mordisqueadas dentro de diez años. Qué problema tiene no ser el alma de la fiesta y disfrutar más de encontrarse con uno mismo que con los demás.

Creo que nuestros hijos huelen nuestra preocupación por sus diferencias y aprenden que ser diferente es malo. Creo que cuando les llevamos al psicólogo asumen que esas temibles diferencias tienen que ser corregidas. Como dice el gran Sir Ken Robinson, “las escuelas matan la creatividad”, pero creo que sólo la poca que sobrevive a nosotros los padres.

Alguna vez me han preguntado si mis hijos tienen TDAH, pues claro que no, nunca les llevaría a que les diagnosticasen.

Creo que más importante que “corregir” las desviaciones de nuestros hijos de la media o que intentar encerrarles en el corral de los “normales” es enseñarles a normalizar sus diferencias y las de los demás. Es enseñarles a estar orgullosos y seguros de sí mismos. Cuando nosotros entendamos que las diferencias son el germen de la creatividad y seamos capaces de trasmitírselo, entonces desaparecerán todos esos problemas que NOSOTROS LOS PADRES hemos fabricado entorno a nuestros hijos, para que los corrijan ELLOS LOS PSICÓLOGOS.

Si tu hijo  es de una manera y no hace daño a nadie, no le amargues la vida intentando que sea de otra. Trata de sacar lo mejor de eso que tiene, porque sólo lo tiene él y puede marcar una gran diferencia. Ser sociable está bien, pero no serlo también porque puedes conseguir tiempo para otras cosas importantes. Si consigues que tu hijo entienda sus diferencias y se sienta a gusto con ellas, conseguirás que nade con la corriente y no contra ella.

Ser diferente es ser creativo y entenderlo es ser feliz.

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Ser diferente es ser creativo y entenderlo es ser feliz

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