Taumaturgia, una experiencia del Agni Yoga, por Vicente Beltrán Anglada

Jorge Gomez (333)
 
 
 

Libro aún poco conocido por los servidores. Ayuda a producir el Gran Cambio necesario.

No vamos a introducirnos naturalmente en discusiones sobre el arte de curar, ya que ese tema precisaría un volumen completo, sino que vamos a analizar simplemente algunas de las características a resaltar en el discípulo que logró establecer contacto con determinado nivel del plano búdico. Una de las más interesantes -por las consecuencias sociales que reportan en el seno de la humanidad- es el poder de la TAUMATURGIA… Ahora bien, ¿qué es técnicamente hablando la taumaturgia? Es el poder de la energía superior del plano búdico expresándose como poder magnético y curativo a través del fenómeno científico de la «radiación».

Desde este ángulo de vista podemos asegurar que el Taumaturgo ha de ser lógicamente un Iniciado, capaz de establecer contacto con el plano búdico y de producir conscientemente el fenómeno de radiación espiritual, estableciendo a su alrededor un campo magnético de alta tensión vibratoria que influye física, psíquica y mentalmente en todas las personas que entran en su campo de expresión. Las energías espirituales que fluyen a través del aura del discípulo son esencialmente de orden curativo y de carácter mágico y trascendente, ya que proceden de unas zonas del espacio absolutamente inocuas y asépticas a cualquier forma de contaminación ambiental y a cualquier tipo de virus o de bacteria que producen enfermedades. Podemos decir al respecto que el contenido etérico del plano búdico es de tal naturaleza que carece de polaridad reconocida -al menos desde el ángulo de apreciación de nuestro cerebro tridimensional- y que su composición atómica es técnicamente de Luz, aunque de una Luz cuyas características nada tienen en común con la luz eléctrica conocida, ni tampoco con la luz de la razón, del raciocinio o del entendimiento.

Se trata de una Luz que brilla más intensamente que toda clase de luz ya que sus componentes -si puedo decirlo así- proceden de unos niveles en donde el principio de polaridad se halla debidamente compensado y equilibrado y en donde, hablando con mucha propiedad, no existen reacciones de ningún tipo ni especie…

El plano búdico es aquel nivel dentro del Sistema solar en el que el Logos de nuestro Universo ha logrado establecer el centro de equilibrio de su Vida radiante. Es aquel plano -hablando muy esotéricamente- en el que el Cuarto Rayo, el de la perfecta armonía, se expresa sin tensiones y sin conflictos, que es lo que precisamente ocurre cuando sus energías son proyectadas sobre los tres planos inferiores del Sistema solar, es decir, el Físico, el Astral y el Mental concreto. La comprensión de esta idea permitirá introducirnos en analogías superiores a las ya anteriormente conocidas, como por ejemplo, situar el Cuarto Plano de nuestro Universo, es decir, el Plano búdico, en una situación de intermediario cósmico de las energías que provienen de los Planos superiores del Sistema, el Plano Átmico, Monádico y Ádico y aún de Constelaciones todavía más rutilantes y trascendentes que las que constituyen.

Nuestro Zodíaco conocido y sobre las cuales se basa principalmente la idea esotérica sobre «los Doce Trabajos de Hércules» a los que hicimos referencia en capítulos anteriores. Podríamos decir, así, que el Plano búdico, como Cuarto Plano de nuevo Universo tiene la misión de canalizar las energías del Cuarto Rayo, de la Armonía perfecta, sobre nuestro verso, siendo su poder muy dinámico e influyente cuando debe incidir en planetas y grupo de planetas que se hallan atravesando o recorriendo el proceso cíclico de su Cuarta Ronda, tal como ocurre precisamente con nuestra Tierra, cuyos impactos han provocado una crisis de orden y reajuste dentro del Cuarto Reino, el reino humano, de tal naturaleza, que forzosamente ha de propiciar el establecimiento de una perfecta armonía de relaciones sociales y comunitarias, contando lógicamente que los aspectos superiores y trascendentes del Cuarto Rayo lograrán vencer todas las tensiones y crisis existentes.

Bien, nos hemos referido al término TAUMATURGIA bajo un aspecto poco conocido, el de la Radiación magnética, siendo este fenómeno teúrgico una cualidad que sólo pueden verificar los verdaderos discípulos e Iniciados, siendo sus efectos en los medios circundantes, sociales, comunitarios, profesionales o familiares tremendamente importantes desde el ángulo de vista esotérico, ya que no solamente pueden actuar sobre los diversos tipos de enfermedades físicas que asolan el aura de salud del planeta, sino que también lo harán en los niveles psíquicos y mentales determinando allí grandes y positivos cambios y transformaciones, ofreciendo no sólo salud y bienestar en el plano físico, sino también modificaciones sensibles en los demás niveles de expresión corriente del ser humano en el interior de su complejo campo psicológico.

Hay que hacer resaltar, por tanto, el valor del término TAUMATURGIA asignándole un sentido muy amplio y profundamente esperanzador, singularmente en lo que hace referencia a la armonía que se desprende espontáneamente de un campo magnético humano debidamente equilibrado y compensado, sobre el cual se proyectan y al propio tiempo se difunden las energías crísticas del Cuarto Rayo. Digo «energías crísticas» con una intención deliberada de atraer la mente de los lectores hacia el Centro cardíaco, el cuarto de los centros etéricos, y cuya función dentro del vehículo etérico humano es similar a la del plano búdico en relación con los demás planos del Universo…

Tal es, en efecto, la misión del Taumaturgo, derramar armonía sobre los ambientes planetarios en los que por libre decisión kármica vive inmerso. Hay que afirmar por ello, y cada vez con mayor insistencia, la importancia del Corazón como vehículo del Amor trascendente y no simplemente como transmisor de corrientes emocionales, por elevadas que éstas sean. Tal como dije en páginas anteriores, el Corazón es el dilatado escenario en donde

Hércules, el discípulo perfecto, está desarrollando el Drama infinito de su realización espiritual. No en vano el corazón es el vehículo de las corrientes de energía búdica una vez ha sido debidamente desarrollado, o cuando «Cristo en ti, esperanza de Gloria» -tal como lo vio Pablo, el Apóstol Iniciado- surge esplendorosamente desde su centro más íntimo y secreto como la Joya en el Loto, rodeada de los doce pétalos o doce discípulos, representantes universales y directos de las Doce Constelaciones del Zodiaco.

Como iremos apreciando, la analogía nos presenta constantemente las fúlgidas verdades espirituales bajo símbolos humanos perfectamente reconocibles, siendo el fenómeno de radiación que produce o determina el.

TAUMATURGO el motivador de otra de las importantes consideraciones a hacer con respecto al AGNI YOGA, y que tiene que ver con lo que podríamos denominar «transmutación del contenido celular»…

Fuente: http://www.sabiduriarcana.org/libro-iay-esp.htm «Introducción al Agni Yoga», pp. 217-221
Leer más… http://www.sabiduriarcana.org/libros-vba/vba-introduccion-agni-yoga1.pdf
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