Una meditación mágica en el Morro de Puerto Rico en el 11-11-11

Claudio Alvarez

Yoga Morro
Respondiendo a una convocatoria espiritual realizada de manera espontánea por grupos sin afiliación religiosa, cerca de 500 personas se reunieron a meditar en la tarde del 11-11-11 en la ladera del Castillo San Felipe del Morro en el Viejo San Juan de Puerto Rico.

Practicantes de meditación, estudiantes y maestros de escuelas de yoga como Sadhana Healing Arts, Samadhi Yoga Institute, Escuela de Artes Místicas, Casa Gaia, It´s Yoga, Natural Awakenings y muchas personas que en su carácter individual buscan la expansión espiritual dijeron presentes en el día descrito como la apertura del portal energético que lleva a la humanidad a realizar un salto cuántico de conciencia.

Desde las 5:00 pm se impartieron clases de yoga al aire libre mientras llegaban los convocados. A las 6:00 pm la actividad comenzó en estricto silencio mientras cuencos de cuarzo y de metal tibetano, junto a un cuenco muy especial construido con restos de un meteorito de Arizona armonizaban la atmósfera y sintonizaban a los presentes a reconectarse consigo mismos. Simultáneamente la sanadora Nini de la Torre, de Vibe Sound Healers, tocaba un gong sagrado de la India junto al corazón de cada uno de los participantes

El maestro de yoga Zorba, que presentó la ceremonia, habló sobre el recuerdo de nuestra alma por volver a conectar con la Fuente Divina. Reflexionó que el 11-11-11 es un aviso para esa reconexión y para crear un engranaje que permita la sanación de la Tierra y el anclaje de las nuevas frecuencias a través de nuestra memoria cósmica, mientras que destacó que el compromiso de ese grupo allí reunido respondía como pueblo de Puerto Rico al llamado mundial por la meditación y la unidad.

Luego de la introducción tuvo lugar una ceremonia de apertura con tambores construidos en la tradición Lakota y Sioux. El toque de tambores estuvo a cargo de Latif, Aisha, Abadha Betul, Sirash, Rayham Ashki, Bahri, Maymé, Lizelle y Yadira, entre otros, quienes convocaron a los maestros que cuidan los siete portales: Este, Sur, Oeste, Norte, Padre Cielo, Madre Tierra y el séptimo, los Corazones de la humanidad, los Ancianos y Ancestros del Universo, los Guardianes de esta Tierra.

Acto seguido se realizaron 11 Om´s que aumentaron la vibración de los presentes y Rita Ishtar cantó varios mantras, cuyas estrofas fueron seguidas por los asistentes. Luego Pakarina y Dennisse leyeron “La Gran Invocación”, del maestro tibetano Djwhal Khul, cuya letra también fue repetida por todos en voz alta.

De inmediato, Zorba invitó a los presentes a realizar la respiración oceánica o del guerrero, inhalando y exhalando con sonidos por la nariz como si fueran olas que llegan y se van. Seguidamente llevó al grupo en una meditación guiada a conectar desde el corazón y ser uno con el Padre Cielo y la Madre Tierra a través de un rayo de luz divina, mientras las frecuencias se elevaban, se hacían Uno con la energía universal en comunión con la rejilla magnética cristalina que sostiene a la Tierra rodeada de luz.

Tras varios minutos de meditación en los cuales Paola Cesari cantaba vocalizando y manteniendo la conexión astral y la alta vibración, Zorba presentó a la hermana Verónica McHugh, del centro hindú Brahma Kuramis, descrito como una universidad mundial espiritual. McHugh, que ha abierto centros de meditación en Tampa y Miami, acababa de llegar a Puerto Rico y fue trasladada del aeropuerto a la meditación del 11-11-11 en el Morro.

Su primera reacción fue decir que ni en su visión más surrealista hubiera imaginado ver a 500 personas meditando al aire libre en Puerto Rico. Luego, junto a una intérprete, realizó una poderosa visualización del poder interno a través del silencio. Partiendo de la pregunta ¿Quién Soy Yo? guió a todos los asistentes a una introspección del contrato de su alma con este tiempo presente, al tiempo que los llevó a mirar dentro de sí mismos para redescubrir y reconectar con la propia esencia original. La meditación facilitó la integración de la identidad espiritual con las realidades sociales y físicas que nos rodean y, de este modo, restableció entre los presentes el equilibrio funcional y saludable con su mundo interno y externo.

Trascurridos varios minutos de silencio, llegó la alegría y el baile. La maestra de yoga puertorriqueña Abadah comenzó a cantar Siker Sufis, seguida de pie con algarabía por los congregados.

Posteriormente Alyn Bermúdez, de Tierra Luna, encabezó una repartición de pétalos de rosa para que cada persona les pusiera su intención de calmar y sanar las aguas, ya que los mismos luego fueron lanzados al mar para cumplir su propósito. Con la canción “La Tierra es nuestra madre” comenzó el cierre de la actividad, mientras que dos círculos de personas bailando en direcciones opuestas cantaban “Gracias, Gracias, Gracias” para concluir una noche mágica de meditación al tiempo que una luna llena roja y dorada se reflejaba gigante en el este suspendida sobre el Océano Atlántico en señal de unidad total.

Debe destacarse que la actividad no respondió a connotación religiosa alguna sino que representó la visión de personas conscientes que practican meditación y que libremente y por primera vez se reunieron en oración y compromiso.

“Si consideramos que la raíz cuadrada del uno por ciento de la población de un país puede influir en esa realidad, y que esa raíz del uno por ciento de la población de Puerto Rico es el número 200, y  entonces en este día que nos reunimos más de 400 personas, duplicamos nuestra intención de generar paz, luz y amor sobre nuestra Isla y el mundo”, expresó Andrea Pérez, una de las presentes. Su acompañante -una reikista identificada como Gladys- agregó “mantuvimos el espacio, estuvimos conectados con todo el mundo y el universo y esa luna llena roja es una reflejo del cambio de memoria celular que tuvimos y del salto cuántico que hemos realizado todos los que estábamos conectados como una sola humanidad”.

Sobre la implicación de romper viejos patrones de pensamiento, Zorba dijo: “Estamos dejando ir lo que hemos arrastrado por años y contra lo que hemos estado gritando y luchando: la dualidad y la polaridad, nuestros anacrónicos sistemas de creencia. Así estamos dejando a la vieja Tierra atrás y construyendo la nueva energía, anclando nuestro corazón, cortando los cordones del ego y navegando en espiral hacia nuestro interior con esta sagrada percepción de que somos Luz”.

La próxima actividad grupal en el Morro, emblemático lugar que abre literalmente la entrada a la bahía de San Juan,  tendrá lugar el sábado 10 de diciembre con motivo de la luna llena.

Meditación a las 11:11 am en la playa del Escambrón

Por otra parte, siguiendo el llamado del 11-11-11 un gran número de personas se reunió en la playa de El Escambrón de San Juan para meditar desde las once de la mañana con el fin de elevar las frecuencias vibratorias del planeta.

El grupo de la Misión Rahma San Juan, compuesto por más de 150 personas inició el  programa denominado “Metatrón, el que inicia hacia la paz” con una apertura de los Portales Principales del Planeta, apertura de los Códigos del Alma, apertura de los Códigos de Renovación y activación de los discos solares.

Reunidos en la arena alrededor de banderas con los símbolos de la rejilla crística cristalina y los colores de los rayos que llegaban al planeta, se realizaron invocaciones al Padre celestial y a los Maestros Ascendidos, plegarias a las siete direcciones galácticas, homenajes al sol, oración a la Madre Tierra, emanaciones sagradas y oración a la Gran Transformación.

Posteriormente se repitieron los 76 nombres de Dios en hebreo y Margarita Fabián habló sobre los términos de la transición y el propósito de esta activación planetaria del 11-11-11. Se explicó qué son los portales dimensionales, qué es la rejilla cristalina (o magnética) de la Tierra, junto con la rejilla solar, los centros planetarios y los discos solares, todo ello dentro de un macro-cosmos que interactúa con el micro-cosmos humano.

Cada participante llevaba un cartel con el nombre de la ubicación de los 13 discos solares en la Tierra, que se activaron mediante una danza con su debido mantra durante 13 vueltas en círculos. Algo similar se realizó con la danza de los principales portales del planeta, los portales secundarios y las islas de luz. Luego tuvo lugar una homenaje a María Santísima, con sus respectivas alabanzas, y se hizo un manifiesto a los guardianes de la Tierra, seguido de una meditación y visualización.

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