Una Mirada al Pasado – Una Reunión con María Magdalena y Jesús, Maryham canalizada por Natalie Glasson

Rosa (Editora)

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Diciembre 23 de 2016

Como Yo veía la escena delante de mí, mi corazón refulgía con gran deleite; Yo sentía como si una Fuente de Luz Dorada hubiera despertado en el núcleo de mi Alma, desbordándose por todo mi Ser. Mi cuerpo destellaba y pulsaba al ritmo del despliegue de la Luz. Como reflejando la verdad que surgía del interior de mi Ser, se había creado un fuego refulgente en el centro de nuestra reunión. Amigos, familia y miembros de la comunidad Esenia estábamos sentados en un gran círculo alrededor del fuego. Todos estábamos ocupados hablando, compartiendo, riendo y expresando nuestra verdad; el ambiente era animado mientras el Sol desaparecía en el horizonte y éramos rodeados por una oscuridad que parecía que sólo reforzaba el Amor presente en nuestra comunidad.

Jesús estaba sentado al lado opuesto de mí; esta noche tenía vestiduras azules claras, cada centímetro de su cuerpo y de su rostro emanaban Amor, un Amor que parecía tocar mi corazón y sumergirse en las profundidades de mi Alma, sin que él siquiera me mirara. Siempre había tenido esta maravillosa habilidad, que aún cuando pareciera que no estaba enfocado en ti, que su atención estuviera en alguna otra parte hablando de un tema importante con la persona que estaba junto a él, aún así uno sentía como si él estuviera dándole toda su atención, como si estuviera completamente presente para uno y para nadie más. A mí esta habilidad me parecía impresionantemente asombrosa. Cada vez que Yo estaba en su presencia, él sanaba las heridas de separación que había en mi corazón.

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Esa noche Jesús estaba sentado cerca de María Magdalena; su rostro parecía divertido mientras pasaban por su boca palabras que Yo no podía oír. María Magdalena que estaba vestida del mismo color azul claro, echó hacia atrás la cabeza emitiendo una risa que parecía emanar de la magnética femineidad de su Esencia. Adonde quiera que fueran, siempre había niños rodeando a María Magdalena y a Jesús; y esta noche no era la excepción. Los niños de todas las edades se sentían atraídos por la inocente naturaleza de estos dos Seres sagrados que cuando estaban juntos parecían existir en completa Unicidad y armonía. Jesús se adelantó y apoyó su mano izquierda en el hombro del muchacho joven arrodillado junto a él. Sus ojos destellaban mientras compartía sus palabras con los niños que estaban sentados a sus pies. Poco después también se reían en voz alta con gran diversión.

Yo sentí un impulso interior de pasar al frente teniendo en las manos el cáliz dorado que Ana, la abuela de Jesús, le había dado en su nacimiento. Ana se me había acercado más temprano ese día para entregarme el cáliz dorado y describirme mi propósito para esta noche. Ahora, con el cáliz dorado frente a mi corazón, comencé a caminar meditativamente alrededor del fuego, lenta y cuidadosamente, subiendo a través de mis pies la energía de Madre Tierra, hasta mi corazón y todo mi Ser. Cuando completé mi 3er círculo alrededor del fuego, la atención de la comunidad estaba enfocada en mí. Yo me paré con el fuego a mi espalda con mi corazón emanando hacia Jesús y María Magdalena que estaban frente a mí. Primero mis ojos se encontraron con los de la Abuela Ana, sentada a la izquierda de Jesús; sus ojos me transmitieron su energía y me recordaron toda la sabiduría que me había impartido antes de la ceremonia. En ese momento mis acciones eran guiadas por ella, escasamente tenía 14 años de edad; con mi confianza ligeramente menguada por el honor y la responsabilidad de mi papel en la ceremonia, la energía de la Abuela Ana me dio gran fortaleza. Enseguida miré a Madre María que estaba vestida de azul y parecía casi invisible contra el cielo nocturno; estaba sentada junto a María Magdalena. Ella había tomado la mano de María Magdalena y la había puesto sobre su rodilla. La Gracia llenó todo mi Ser cuando Madre María, tan familiar para mí, me sonrió y asintió gentilmente con la cabeza para que comenzara.

Inhalando profundamente, me enfoqué en mi Chakra del Corazón. Permití que toda la alegría incorporada por mi Alma llenara mi Chakra del Corazón y subiera fluyendo hasta mi Chakra de la Garganta. Abrí la boca y permití que mi Alma cantara; mi voz, suave pero fuerte, suave pero viva, colmó el espacio entre todos nosotros. Nos convertimos en uno; cada persona era una con mi voz; y Yo estaba experimentando completa Unicidad con nuestra comunidad. Mi Alma cantaba a través de mi voz, sin la intervención de mi mente, la canción con la que todos estamos familiarizados; una canción que hablaba del Amor del Reino Angélico por cada hombre, mujer y niño en la Tierra. Hubo momentos de silencio antes de que fuera expresada otra canción familiar que hablaba en un lenguaje desconocido para nosotros. Todo lo que Yo sabía era que la canción hablaba de la conexión eterna e infinita con el Creador que todos podíamos experimentar.

Mi voz cambió de tono, de ritmo y de velocidad cuando resonó en mis oídos una nueva canción. Un lenguaje que todos entendíamos describía la danza de la Femenina Divina y el Masculino Divino mientras se entrelazaban y se fusionaban. El Ser sagrado que canalizaba a través de mí hablaba de la presencia de la Femenina Divina y el Masculino Divino en los planos internos; y de que esto existía al unísono y en armonía en el interior de cada uno de nosotros. Una energía y un aspecto de cada Ser en la Tierra que requería ser honrado, nutrido e incorporado. Mientras que la canción no hablaba de la unión Física entre el Masculino Divino y la Femenina Divina en la Tierra, en cambio sí hablaba del unísono de los 2 aspectos del Creador, de la intención y la incorporación presentes en cada Ser. Hablaba de una energía de Creación que nacía de la síntesis de la intención del Creador con energías de incorporación o cuidado, a las cuales llamamos el Masculino Divino y la Femenina Divina. La canción comenzó a enfocarse en la Creación nacida de la intención del Creador y de las energías nutricias y protectoras. Cuando las últimas palabras dejaron mis labios casi en un susurro, la imagen de una bella bebé quedó en la mente de todos. Con esta visión pulsando en el 3er Ojo de nuestra comunidad, todos experimentamos familiaridad y conexión profundas con esta Alma, como si ella ya fuera parte de nuestro Ser, de nuestra comunidad y de nuestra familia. Reconocimos la energía que tenía, era la de María Magdalena y la de Jesús sintetizadas y emanando su belleza; y sin embargo había una inocencia vinculada con la de la Consciencia Crística, nuestra Consciencia Original dada a la Humanidad, antes de mi actual existencia. La esencia de esta Alma parecía danzar con alegría y felicidad en nuestros silencios interno y externo.

Caminé lentamente hacia María Magdalena, sus ojos brillaban con excitación y gratitud: «Esto es para ti querida. Como sabes, la Abuela Ana se lo dio a Jesús en su nacimiento como reconocimiento de su verdad y su propósito en la Tierra. Mientras que todos sabemos que le quedan cada vez menos días en la Tierra, la Abuela Ana, Jesús, Madre María y el Creador te dan este Cáliz Dorado como reconocimiento de celebración del Alma que se está encarnando, formándose y desarrollándose ahora en tu seno. Esta Alma trae su presencia al Mundo para llevar a cabo y continuar anclando la fusión del Masculino Divino con la Femenina Divina, con la cual ambos os habéis conectado y la habéis incorporado en vuestro Ser. Esta Alma reflejará y emanará la Esencia de tu unión Sagrada con Jesús, de la unión de vuestras Almas como una, la más gemelas en plena realización mutua».

«Gracias a ti Maryham». La Abuela Ana dijo: «María Magdalena, tú eres consciente de lo que sabemos, simplemente nos sentimos guiados a honrar a la niña que bendecirá a nuestra familia y a regalarte el Cáliz Dorado que siempre te recordará su verdad. María Magdalena, un día regalarás este Cáliz Dorado a tu hija cuando ella conciba y siga así anclando la Consciencia Pura que Jesús y tú habéis despertado en muchos en la Tierra. Por favor acepta nuestro regalo y el Amor que fluye con él».

madre maria y Maria Magdalena

«Gracias a todos vosotros, me siento verdaderamente bendecida, agradecida recibo vuestro Amor, vuestras bendiciones y el Cáliz Dorado que custodiaré para Sar’h». María Magdalena se puso de pie para recibir el Cáliz Dorado, luego me envolvió en sus brazos mientras rodaban lágrimas por sus mejillas.

«¡Sar’h!» Exclamó Madre María, «¡Qué nombre tan bello y perfecto!»

«Sí, ambos recibimos su nombre directamente de su Alma, ella lo eligió; y es el más apropiado», dijo Jesús.

Nuestra comunidad se puso de pie y comenzó a comentar las excitantes noticias del nacimiento de una nueva bebé en nuestra comunidad. Me felicitaron muchas veces por mi expresión de la verdad, por la gracia con la cual la esencia de la niña fue anclada en todos los presentes. Eso significaba que cuando Sar’h naciera, todos sentirían una conexión muy fuerte y significativa con ella. Nuestras celebraciones continuaron en la noche; bailamos y cantamos hasta que ya no pudimos más, honrando y disfrutando nuestra Divina Conexión con el Creador que se entretejía con nuestros Seres y nuestras vidas con tal perfección.

Maryham.

Tradujo: Jairo Rodríguez R.

Consultoría Energética y Espiritual

http://www.jairorodriguezr.com/

 

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