Arnold Schweinzer Premio nobel (1) Reverencia a la vida

José Contreras

Arnold Schweinzer Reverencia a la vida

Vida de Albert Schweinzer

En esta ocasión vamos a referirnos a un hombre que no solo fue un teórico de los principios éticos, sino que realmente aplicó las ideas en las que creía. Hablamos de Arnold Schweinzer.

Arnold Schweitzer (1875 – 1965) nacido en Alsacia, Alemania (Hoy en día Francia). Es uno de los teóricos y prácticos de la ética. Fue músico, filósofo, misionero médico en África y teólogo que hizo un estudio de las diferentes historias de Jesús que se habían escrito en su época. En 1952 recibió el premio nobel por su filosofía “Reverencia a la vida”

Era alemán de nacimiento, recibió su doctorado en Filosofía en 1899 con un trabajo sobre Kant. En 1900 se hizo doctor en Teología. En 1913 se doctoró en medicina. Al concluir sus estudios de medicina se fue a África en la parte ecuatorial francesa (Hoy Gabón).

Entre 1917 y 1918 debido a la guerra y por ser de origen alemán, fue confinado a Francia. En ese tiempo escribió su estudio filosófico cobre la civilización. En 1924, regresó a África y reconstruyó el hospital en el que había trabajado. Allí continuó su trabajo como médico y atendió a muchos enfermos y entre ellos a 300 leprosos.

En la obra filosofía de la civilización estudia el pensamiento ético desde un punto de vista histórico y su tesis central es que el pensamiento ético está en decadencia en occidente debido a la incapacidad para amar.

Por esta razón propone la “reverencia a la vida”. Uno de los problemas estudiado es la incapacidad de pensar en lo esencial. La humanidad se dedicaba a temas triviales y no profundizaba en temas como la relación entre nuestros actos y nuestra conciencia.

Pensamientos de Albert Schweinzer: Reverencia a la vida.

A continuación presentamos algunos de sus pensamientos.

Dar gracias a Dios da la mayor felicidad. Normalmente estamos más dispuestos a quejarnos por lo que nos falta, que a dar gracias por la vida.

 

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Dar gracias a Dios da la mayor felicidad.

Lo importante es el motivo. El arador no empuja el arado. No hace el esfuerzo solo lo dirige. Solo debemos dirigirnos hacia Cristo y el surco se hará. Esperar, guardar silencio y trabajar. Esta idea se refiere a que queremos forzar las cosas y creemos que la solución es hacer grandes esfuerzos, cuando nuestra tarea es mantener el rumbo.

El hombre que acepta que esta vida es un regalo de Dios. No le tiene miedo a la muerte. Él sabe que vive eternamente. Quien se ha identificado con la vida, sabe que la vida nunca cesa.

Hay que tener salud en el espíritu. Si el espíritu está sano, no hay que temer a los problemas. Todos serán superados. El problema está cuando hacemos las cosas que enferman al espíritu.

Uno de los males que debes evitar es el de la indiferencia que lleva a no hacer nada, a ser inútil. El argumento de que por más que hagas al ayudar, solo será una gota en el océano, es cierto. Sin embargo, ese ser al que has ayudado te ha salvado a ti mismo porque estás en la dirección correcta y has ayudado al otro ser.

Tu deber es traer la redención en este mundo que vive en la auto-contradictoria voluntad de vivir. Al actuar has preservado la mayor riqueza que existe, la vida.

No tienes que elegir lo que crees que te hará más feliz, sino lo que te hará más humano. Una tentación es el miedo a que la compasión te involucre en el sufrimiento. Sin embargo, compartir el sufrimiento también aumenta ti capacidad de sentir alegría.  El asunto no es si serás más feliz según los estándares humanos. Es tu alma lo que importa.

Filosofía de Albert Schweinzer

Fundamento moral de la leyes

Vamos a comentar algunos aspectos de su obra Filosofía de la Civilización y Ética.

Schweitzer señala que desde el siglo XVIII se perdió el sentido de la ley.
El sentido está en la vida, pero se olvidó que los derechos del hombre y de los seres están relacionados con la vida. Hoy en día los políticos hacen leyes sin buscar una racionalidad con la vida.

Consideran que basta que ellos lo digan para que sea Ley. Se ha llegado a creer que las leyes no tienen un fundamento moral, sino que es una respuesta práctica a problemas que son temporales. Que las leyes se pueden cambiar, sin dar explicaciones y, si hay que dar una explicación, es suficiente con decir que se tiene el poder para imponerlas.

Esto es un error. La ley tiene que estar fundamentada en una visión del mundo. Separar la visión del mundo de la Ley es una locura. Esta locura permite hacer grandes inversiones en aviones que unen pueblos donde miles de personas se mueren de hambre. Permite importar productos desde sitios muy lejanos, cuando es posible producirlos en la zona.

Cuando se permite que se distorsionen las condiciones de vida se comienza el desarrollo anormal. Este es el tema que se va a desarrollar a lo largo de la exposición.

La crisis de la civilización

La civilización está en crisis. Mucho creen que es debido a la guerra. No es así. La guerra solo es un fenómeno de la falta de civilización (uncivilization). Normalmente se confunden las consecuencias con el problema. La guerra no es una causa, es la consecuencia de miles de actos con una visión separatista del mundo. Es creer que el otro es un enemigo y que al enemigo hay que engañarlo o, si es posibles, destruirlo.

Los teóricos nos hablan de culturas que surgen y decaen y luego son reemplazados por nuevas culturas. Pero cuando se les pregunta cuál es la nueva cultura, no tienen respuesta ya que todo el mundo está bajo la influencia de nuestra civilización y de nuestra falta de civilización. En ningún pueblo hay ideas novedosas que puedan ser fuente de una nueva civilización. En realidad cuando se quieren ofrecer nuevas ideas, solo se repiten viejas soluciones debido a que no hay una forma nueva de cultura.

¿Cuál es la naturaleza de esta degeneración y cómo surgió?

Causas espirituales

Ha habido un desbalance al haber mayor desarrollo material que espiritual. Hemos dejado de darle valor a lo espiritual, e incluso lo declaramos como un suplemento de la vida material, es decir, algo que se puede desechar. Valoramos demasiado los logros materiales y no tenemos la misma valoración para lo espiritual. Hemos llegado a una concepción defectuosa de lo que es una civilización. La consecuencia es la catástrofe.

Es un error creer que la naturaleza esencial de la civilización está en sus logros materiales, aunque esto es lo que fascina a las grandes masas. Son los ideales de perfeccionamiento de cada ser humano y de la humanidad como un todo lo que realmente puede dirigir a la civilización.

El mayor logro material dice muy poco sobre lo que es decisivo para un desarrollo civilizatorio. Lo que más dice son las fuerzas espirituales que dirigen el progreso en general, incluyendo al progreso espiritual.

Normalmente el progreso se mide por la velocidad de los inventos, por la mayor utilidad de los mismos y lo más exactos en sus procesos, pero se olvida cual es el destino de esos cambios, cual es el destino que toma la humanidad al aceptar esas nuevas tecnologías sin pensar hacia dónde vamos.

Estamos creando una sociedad inarmónica, aunque sea más tecnológica. El progreso en conocimiento y poder no hace una mejor civilización, sino más imperfecta, incluso nos preguntamos si de continuar este camino se podrá lograr una verdadera civilización. No se quiere pensar en esto.

Los pequeños espacios de independencia se están perdiendo. Los trabajadores, que tenían sus propios cultivos o sus pequeños negocios, se han convertido en empleados dependientes de grandes compañías o en dependientes de instituciones del Estado. Perdieron su trabajo independiente.

Adquirieron la mentalidad de los hombres no-libres y, por lo tanto, también perdieron los ideales de la civilización. Todos nos estamos convirtiendo en seres no liberados y cada vez más dependiente del Estado que aumenta su control imponiendo mayor rigidez y dificultando el desarrollo de nuestra personalidad.

No nos damos cuenta que hay relación en la capacidad de producir de manera independiente y nuestro estilo de vida. Hemos aceptado que todos debemos ser empleados de las grandes industrias privadas o públicas o de las instituciones del Estado.

Si observamos con atención veremos que el comercio mundial provoca la guerra mundial y que los logros técnicos producen material de guerra tan devastador que ya no hay diferencia entre combatientes y no combatientes. Gran parte de la producción mundial tiene un objetivo central que es la producción de material de guerra. Las demás industrias son marginales o dependientes de las grandes inversiones de la industria militar.

Aunque Schweinzer escribió hace un siglo y se refería a la primera guerra mundial. Hoy, en el siglo XXI, podemos decir que internet es consecuencia de los grandes capitales invertidos en la producción de medios de hacer la guerra más tecnológica. Internet, aunque es un beneficio para la sociedad en general, también es un subproducto de la tecnología militar. Sin contar, que el mismo internet es una vía para que los Estados controlen mejor como se distribuye la información entre la población.

No se niega la importancia de los logros materiales, pero estos solo se convierten en civilización, cuando las personas los convierten en medios para el desarrollo individual y de la comunidad.

El peligro está en usar esos avances científicos y tecnológicos sin pensar en el daño que nos hacen cuando disminuyen el valor que ponemos en nuestro desarrollo espiritual. Esto ocurre porque nos ilusionamos con los nuevos avances materiales, pero no pensamos si estos avances se relacionan con nuestros ideales o por el contrario nos alejan de ellos hasta el punto de perder el sentido de nuestras vidas.

Se puede decir que el aspecto ético de las invenciones y de los nuevos desarrollos tecnológicos está en un segundo lugar, como algo a lo que no hay que prestarle mucha atención y no hay conciencia de que nos estamos refiriendo a la esencia de la vida que no es la economía, sino los seres humanos, es decir, el mundo espiritual.

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El aspecto ético de las invenciones y de los nuevos desarrollos tecnológicos está en un segundo lugar.

¿Cómo pudimos perder el elemento espiritual de nuestra civilización?

Schweinzer responde a esto retomando un tema del siglo XVIII, entre los racionalistas, quienes tratan de explicarlo todo por la razón, existía la convicción de que el elemento esencial y más poderoso en la civilización era el espiritual. Esta posición surgió de su concepción del mundo (Weltanschauung).

Esta concepción es optimista y ética. Asume que hay un propósito general de lograr la perfección de cada individuo y de la humanidad como un todo. Esta búsqueda otorga beneficios materiales y espirituales y tiene asegurado el éxito. Este enfoque que va a ser válido en cuanto a tomar en consideración que la civilización tiene un contenido espiritual va a ser cuestionado y se van a confundir sus errores con su finalidad de civilización.

Entre el final del siglo XVIII y principios del siglo XIX, hubo una fuerte crítica al racionalismo, sobre todo se criticó su superficialidad, su sentimentalismo y su optimismo. Pero, estas nuevas corrientes no inspiraron ideales de civilización.

Desde mediados del siglo XIX, los ideales no surgen de la razón, sino de la realidad, de metas inmediatas y con esto nos hundimos en la incivilización y falta de humanidad. En estos siglos hubo una ruptura de la cual no nos hemos hecho conscientes. Este es el hecho más dramático en referencia a la historia de la civilización.

La civilización es el producto de una concepción de la vida ética-optimista.

Lamentablemente, en nuestro tiempo la ética ha sido dejada de lado. Incluso, consideramos que esto significa un avance en el mundo práctico. Al hacer esto también hemos perdido nuestra confianza en la vida y en el mundo. Hemos perdido la visión del mundo (Weltanschauung). Solo podríamos salir de esta situación si descubrimos que debemos darle sentido a la vida, pero esto por los momentos no es la corriente que está siguiendo el mundo.

Debemos comprender porque la lucha surgida en el espíritu europeo fue exitosa al comienzo, pero luego, durante la segunda mitad del siglo dieciocho llegó a un final infortunado.

Para aprender una filosofía de vida satisfactoria, debemos comprender porque la lucha surgida en el espíritu europeo fue exitosa al comienzo, pero luego, durante la segunda mitad del siglo dieciocho llegó a un final infortunado. Esto no ha sido entendido debido a que el tema de la civilización no nos preocupa. Este tema se refiere a la necesidad del género humano por lograr un punto de vista mundial satisfactorio. Al haberse perdido el sentido histórico se ha llegado a una tragedia.

Pienso, luego existo

En la parte 2 de The Philosophy of Civilization Schweinzer señala que Descartes al decir su conocida frase “pienso, luego existo” se fue por el camino de la abstracción y olvidó la vida. La verdadera filosofía debe partir de la vida y una proposición fundamentada en la vida debería decir: “Yo soy la vida que quiere vivir y existo en medio de la vida que quiere vivir” Esta frase no se debe tomar como una frase más, sino que deberíamos reflexionar sobre ella todos los días, ya que si lo hacemos, veremos que cada día será una nueva frase.

Yo soy la vida que quiere vivir y existo en medio de la vida que quiere vivir.

El autor afirma que en esta frase podemos descubrir que en nuestra voluntad de vivir hay una misteriosa exaltación a la voluntad de vivir en general y al placer que hay en ella. Descubriremos que lo que llamamos dolor es el miedo a la aniquilación y al daño. La voluntad de vivir siempre tiene dos opciones, la primera es expresarse y la segunda, permanecer en silencio.

Schweinzer siempre va a relacionar la voluntad de vivir con el desarrollo ético, que no es otra cosa que mostrar reverencia a la vida. Todo lo que eleva la vida es ético. Todo lo que la devalúa o la destruye no pertenece a la ética.

Así que esto no es solo un problema intelectual entre el bien y el mal. Esto es un problema de la vida. Todo lo que valora la vida pertenece al bien, no porque a mí me parezca correcto según mis dogmas, sino porque la misma vida tiene libertad para expresarse. Quien valora la vida no teme que otros lo llamen sentimental. Todos sabemos que cuando se ofrece una verdad, la primera respuesta es el ridículo. Solo posteriormente es aceptada.

Todo lo que valora la vida pertenece al bien, no porque a mí me parezca correcto según mis dogmas, sino porque la misma vida tiene libertad para expresarse.

Estas ideas hoy en día parecen absurdas, pero en un futuro la gente se preguntará ¿como pudo haber disposición hacia hacerle daño a personas, a animales o a plantas? La gente se preguntará ¿porque la humanidad tardó tanto tiempo en reconocer el derecho que tiene la vida a expresarse en sus múltiples manifestaciones?

En un futuro la gente se preguntará ¿como pudo haber disposición hacia hacerle daño a personas, a animales o a plantas?

Hay palabras como simpatía o compasión que tratan de expresar el derecho a ser feliz. Pero estas palabras no tienen todo el contenido de voluntad de vivir y de reverencia a la vida. Es cierto que existe otra palabra que es “amor”, pero esta tiene tantos sentidos, que se pierde mucho de lo que expresa la reverencia a la vida. Cuando se relacionan las palabras “simpatía”, “compasión y “amor” con la expresión “reverencia por la vida”, es más fácil comprender el sentido étco que quiere dar el autor.

Hay palabras como simpatía o compasión que tratan de expresar el derecho a ser feliz. Pero estas palabras no tienen todo el contenido de voluntad de vivir y de reverencia a la vida.

Estamos hablando de una necesidad interna. Es reconocer que la voluntad de vivir que experimento en mí, es la misma que experimentan las plantas, los animales y los seres humanos en general y que esa voluntad debe ser respetada como algo sagrado. Es una necesidad de realización.

Uno de los errores está en creer que quien comprende la voluntad de vivir soy solo yo. Que logro esa comprensión porque soy capaz de pensar. Esta consideración nos devuelve al concepto “pienso, luego existo”. Que es una forma de decir que solo lo que piensa tiene derechos. Esto ha llevado al menosprecio no solo de las plantas y animales, sino a considerar que hay seres humanos que no piensan y que eso me da derecho a explotarlos.

Esto ha llevado al menosprecio no solo de las plantas y animales, sino a considerar que hay seres humanos que no piensan como yo y que eso me da derecho a explotarlos.

En realidad esta voluntad de vivir expresada como reverencia a la vida es reconocer que toda la vida es una. Es la misma vida expresada de múltiples maneras. Es la misma vida con múltiples formas y que nos parece que entran en contradicción.

Nuestra responsabilidad en la reverencia a la vida

El hecho de ser capaces de pensar, nos da la responsabilidad de superar la contradicción que existe entre la voluntad de vivir expresada como voluntad de poder sobre los demás seres y la voluntad de vivir, expresada como la misma vida que quiere vivir en múltiples formas. Como pensador, el ser humano tiene la posibilidad de proteger a todas las formas de vida.

Schweinzer asegura que el concepto de voluntad de vivir y el de reverencia a la vida, en realidad es el mismo concepto que enseño Jesús, solo que expresado en términos filosóficos.

Su filosofía incluye a los animales y a los deberes que tenemos con ellos. Señala que Estos experimentos en algunos casos han servido para buscar soluciones a enfermedades humanas.

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los científicos se han dedicado a hacer experimentos con animales, sin importar su sufrimiento. Incluso produciéndoles enfermedades.

Esto nos da una mayor responsabilidad con los animales, hemos aumentado nuestra deuda con ellos y todo lo que hagamos para mejorarles su condición de vida es una forma de paga el daño que les hemos hecho y el bien que ellos nos han aportado.

Schweinzer va aún más allá. Se refiere a todos los animales que le presentan servicio a los seres humanos. Lo cual crea una deuda no solo de quienes usan directamente a esos animales. En el momento en que alguien usa a un animal, le está creando una deuda a todos los seres humanos.

Es la vida haciendo un reclamo por cada vida particular.

En este sentido podemos afirmar que nadie es inocente. Todos tenemos que aceptar nuestra responsabilidad frente a la vida, no solo la nuestra, no solo la de nuestros vecinos. Somos responsables de los demás seres humanos, de los animales y de las plantas.

Estamos hablando de una necesidad interna. Es reconocer que la voluntad de vivir que experimento en mí, es la misma que experimentan las plantas, los animales y los seres humanos en general y que esa voluntad debe ser respetada como algo sagrado.

Conclusión: Reverencia a la vida

El autor propone una ética de la reverencia a la vida. Esto implica que, aun cuando nuestros prójimos no se quejen, ni manifiesten su dolor, nosotros seguimos siendo responsables. El que otro permanezca en silencio no nos libera del respeto que debemos tener hacia la vida.

Este silencio es mayor en los animales y aun mayor en las plantas. El que no expresen su sufrimiento en la forma en que lo podemos hacer los seres humanos, ni implica que tengamos el derecho a ser insensibles. El desarrollo de la sensibilidad artística es una fuerza que nos permite comprender y entender a toda forma de vida.

El desarrollo de la sensibilidad artística es una fuerza que nos permite comprender y entender a toda forma de vida.

Referencias

Reviews of and Quotes From Dr. Schweitzer’s Books

Part II of The Philosophy of Civilization

 

José Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org

 

Sugerencias de enlace

Filosofía de la Libertad. Rudolf Steiner (1)

¿Qué es la meditación?

Los Arcanos Menores del Tarot Rider

Los misterios de los Arcanos Mayores

1 comentario

  1. Es importante hacer una corrección al título.
    Debería decir: Albert Schweitzer Premio nobel (1) Reverencia a la vida.
    Por error escribí "Arnold Schweinzer".

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