Crecimiento De Los Cuerpos En Vía Al Desarrollo Espiritual, por Jorge E. Morales
2.1.- A los 7 años, se termina de consolidar el funcionamiento del polo negativo del éter químico (Excreción), conjuntamente con su polo positivo (Asimilación); por lo que el niño/a come e ingiere líquidos y realiza sus funciones de asimilación y excreción, por sí mismo/a. Igualmente; a los 7 años, se concluye la formación del cuerpo físico químico o denso (Sólidos, líquidos y gases), para empezar el verdadero crecimiento o desarrollo del cuerpo físico.
2.3.- A los 21 años; en la madurez, la persona completa la formación del polo negativo del éter luminoso (Sentidos) y de su polo positivo (Calor corporal y producción de sangre), por lo que se termina el desarrollo del cuerpo físico denso al reducirse la glándula timo y comenzar la producción de sangre y calor corporal, propio o individual. Adicionalmente; a los 21 años, es cuando comienza el surgimiento del cuerpo de deseos o astral superior (Valores morales y virtudes) y el verdadero nacimiento de la mente o del cuerpo mental concreto, porque la persona desarrolla un limitado control de las emociones.
2.4.- A los 28 años; o la adultez, es cuando culmina el desarrollo del polo negativo del éter reflector (Memoria), paralelamente con el funcionamiento de su polo positivo (Razón), del cuerpo físico vital o etérico. Por lo que a los 28 años, la persona podría considerarse
2.5.- A los 35 años; y a través del conocimiento de sí, la persona comienza el proceso de sublimación del éter luminoso (Sangre, calor corporal y sentidos), del cuerpo físico etérico. Lo que impulsa a realizar los ejercicios pertinentes para la producción de sangre y calentamiento del cuerpo físico denso a voluntad; y a su vez a comprender que muchas veces lo percibido por los cinco sentidos, es un engaño o una incorrecta interpretación del cerebro. Paralelamente se empieza con la concretización de la vida material; y debido a la fortaleza adquirida por el cuerpo mental concreto, se inicia con la dirección de los bajos sentimientos del cuerpo de deseos, emocional o astral inferior. Desde los 28 a 35 años, es la etapa cuando se producen los casamientos, la formalización de la familia, la adquisición de bienes e inmuebles, y se labora en pro del aseguramiento material para el futuro familiar y personal. Pero para quienes en otras vidas han trabajado en el sendero espiritual, comienza el período de las Iniciaciones Espirituales; en la que al menos, se debería alcanzar la 1º Iniciación Espiritual (Pleno dominio del cuerpo físico). Recordemos que a los 33 años, fue cuando el Maestro Jesús, física, emocional y mentalmente pudo lograr el pináculo de su glorificación Crística.
2.6.- A los 42 años; la etapa de los grandes cambios, es cuando la persona verdaderamente toma la decisión de: a.- Seguir íntegramente por el camino material, obviando completamente lo espiritual. b.- Utilizar lo material como soporte, para financiar y proyectar el desarrollo espiritual. c.- Dejar completamente la vida material; y sumerge de lleno en el mundo espiritual, porque en otras vidas se ha alcanzado cierto progreso. Por lo que quienes deciden hollar el sendero espiritual; en parte o totalmente, emprenden la causa de sublimación del éter reflector (Razonamiento y memoria) del cuerpo físico vital o etérico, bajo los siguientes procedimientos: 1.- Cambios de los condicionamientos sociales (Familiares, culturales, raciales, educacionales, religiosos, políticos, militaristas, económicos, geográficos, comunicacionales, etc.)1 por conocimientos (Útiles, buenos y verdaderos) que enriquezcan el Alma o el Espíritu Humano. 2.- Transmutación de debilidades y vicios del cuerpo de deseos o bajo astral; por fortalezas y virtudes anímicas, del cuerpo de deseos o astral superior. Por lo que quienes en otras encarnaciones han trabajado en la vida espiritual y han conseguido la 1º Iniciación, ahora es el tiempo para merecer la 2º Iniciación Espiritual (Control total del cuerpo de deseos, emocional o astral).
2.7.- A los 49 años; con el enaltecimiento de los éteres luminoso y reflector del cuerpo físico vital o etérico; lo que coadyuva a la formación del Cuerpo del Alma, se comienza con la labor de ganar los méritos para alcanzar la 3º Iniciación Espiritual (Completo control del pensamiento; el cual incluye, el cuerpo mental concreto o la mente y el pensamiento superior o el Espíritu Humano o el Alma). Por tanto, quienes en otras vidas han estado hollando el sendero espiritual; y a los 49 años logran su 3º Iniciación, no necesitan reencarnar o nacer más, porque no poseen causa para formar nuevos cuerpos y continuar en el samsara2 de la vida. Por eso es que algunos autores y Maestros espirituales llaman ‘causal’, a la región superior del pensamiento abstracto o superior; debido a que es allí, en donde las Almas o los Espíritus Humanos se reúnen con los Srs. o Ángeles del Karma, para sopesar las causas provistas por sus átomos simientes o permanentes, para ingresar o no en la cadena o círculo de la vida. Sin embargo; habiendo alcanzado la 3º Iniciación Espiritual, existen algunos seres humanos (Quien ha logrado encarnar su Ser o Espíritu) o Avatares, que deciden encarnar sólo para ayudar a la humanidad. Por otra parte; hasta la 3º Iniciación Espiritual, es hasta lo que humanamente se puede llegar en el 4º Periodo Terrestre, por las restricciones físicas que impone la Tierra y el cuerpo físico denso, que imposibilita una mayor expansión de las energías del Espíritu, para alcanzar las Iniciaciones Espirituales mayores solares y cósmicas siguientes: 4º Iniciación (Dominio total del Espíritu de Vida o Búdico), 5º Iniciación (General hegemonía del Espíritu Divino o Átmico), 6º Iniciación (Conversión de Chispa Divina Monádica en Llama Divina) y 7º Iniciación (Integración con Dios o regreso al Padre).
3.- Si luego de superado los 35 años; y todavía no hemos alcanzado ninguna de las iniciaciones antes descritas, quiere decir que todavía estamos en el arduo trabajo de conocimiento de sí y buscando la manera de habituarnos a mantener la atención de la mente enfocada en la luz interior del Espíritu, para pensar, sentir, actuar o inhibirnos con consciencia (Quintaesencia extraída por el Alma o el Espíritu Humano de los conocimientos adquiridos en las experiencias superadas en todas las encarnaciones o vidas), con el fin de espiritualizar los cuerpos y alcanzar las iniciaciones espirituales previstas.
Por: Jorge E. Morales H.