Curar con la mente: La relación entre la conciencia y el cuerpo, y ejercicios para sanar con nuestra energía

Lucas María

curar con la mente

«La mente es la conciencia a la que se le ha colocado limitaciones. Eres originalmente ilimitado y perfecto. Luego, aceptas las limitaciones y te conviertes en la mente.»
– Ramana Maharshi

¿Es posible curar con la mente?

A lo largo de las últimas décadas hemos revolucionado la forma en la que nos vemos a nosotros mismos. El concepto que tenemos de nuestra mente y nuestro cuerpo ha evolucionado junto con nuestra capacidad para investigar y testear distintas hipótesis.

Y en la búsqueda constante por entender nuestra existencia y nuestro funcionamiento, hemos encontrado respuestas increíbles.

La noción de curar con la mente se hace posible pues de a poco vamos comprendiendo que nuestra mente y nuestro cuerpo no son independientes, y lo que pasa en uno repercute en el otro. Y vemos que el estrés y nuestros pensamientos tienen la facultad de provocarnos grandes malestares y enfermedades. De la misma manera, los procesos mentales correctos pueden elevar nuestro potencial al máximo, mejorar nuestra habilidad para lidiar con los problemas y sanar nuestro cuerpo. Pero eso no es todo.

Nuestro funcionamiento social y nuestra habilidad para la conexión nos demuestra que tenemos la capacidad para influir sobre los demás con nuestros pensamientos. Lo que pasa por nuestra mente puede contagiarse y dirigirse, provocando cambios en la psicología y fisiología de otras personas. De hecho, lo hacemos todo el tiempo sin darnos cuenta.

Si sumamos intención a esta ecuación, podemos orientar nuestro pensamiento para literalmente curar con la mente, no sólo a nosotros mismos, sino a quienes nos rodean.

La noción del cuerpo

Durante mucho tiempo hemos entendido a nuestro cuerpo como un objeto, un estructura anatómica compleja. Hoy sabemos que es mucho más que eso.

En la actualidad, entendemos que nuestro cuerpo es, de hecho, un proceso constante. Se encuentra constantemente en movimiento, cambiando, adaptándose a la información que recibe. Tanto es así, que tu cuerpo no es el mismo en este momento en que lees este artículo que cuando te despertaste en la mañana. El cuerpo debe liberar toxinas, defenderse de los agentes extraños y procesar todo lo que recibe del exterior, sea comida, aire, o información de los sentidos. Y estos procesos lo van moldeando durante toda la vida.

Hemos descubierto que tenemos la capacidad para curar con la mente nuestro cuerpo pues que solíamos creer que era incontrolable, pero hoy sabemos que controlando nuestros pensamientos modificamos los procesos de nuestro cuerpo.

Cada pensamiento, sentimiento y emoción que experimentamos, genera una molécula conocida como neuropéptido. Estos viajan por todo nuestro cuerpo, llevando y trayendo la información al cerebro. Y este traduce esa información en químicos, para preparar al cuerpo para los problemas que pudiera haber en el entorno.

Así, nuestro cuerpo está directamente influenciado por nuestros pensamientos, sentimientos y emociones. Pero, ¿cómo nos sirve esta influencia?

Los milagros y el efecto placebo

La idea de curar con la mente se vuelve más clara cuando pensamos en estos dos conceptos.

Ambos nos remontan a procesos que se desatan desde nuestro interior. Y en ambos casos, hay una confianza absoluta en que todo va a estar bien, ya sea gracias a una deidad o a un medicamento. Sin embargo, los resultados que se obtienen no están para nada relacionados con la acción directa de algo que no seamos nosotros mismos, y nuestra confianza para creer que las cosas van a mejorar. Lo que cambia es la explicación que damos a nuestra sanación.

Sin embargo, no podemos curar con la mente nuestro cuerpo sin que nuestra mente se encuentre sana en un principio.

Esta trabaja básicamente en respuesta al estrés y la relajación, ambos tienen su utilidad y no podríamos vivir sólo en uno de estos estados. Sin embargo, sostenido en el tiempo, el estrés transforma nuestro cuerpo en un entorno ácido, contaminándolo y volviéndolo incapaz de llevar a cabo sus procesos básicos con normalidad.

curando el cuerpo con nuestra mente

Expandiendo la Conciencia

Como nos dice el Dr. Henry Grayson, la conciencia es la clave. Cuando esta conciencia es muy limitada, el flujo de información de nuestro cuerpo se obstaculiza. No permitimos que circule libremente, con naturalidad. En ese estado tenemos mayor tendencia a estancarnos en emociones que son perjudiciales, como el resentimiento, la victimización y la frustración.

Para curar con la mente debemos expandir la conciencia de nosotros mismos. Así dejaremos que la energía fluya naturalmente por nuestro cuerpo. Comenzamos a observar el mundo y a nosotros mismos con ojos compasivos y amorosos. Nos volvemos más flexibles, más equilibrados y creativos.

En este estado podemos crear una nueva realidad, una que rebosa de salud y bienestar. Y para lograr esto, herramientas como la meditación y el mindfulness son altamente efectivas. Debemos liberarnos emocionalmente, dejar ir todo aquello que nos hace mal. La resiliencia nos dará más espacio interno que el vivir en un mundo y con un pensamiento rígido. Deja de arrepentirte del pasado y de temer al futuro. Ambos atraen la miseria a través de la duda y la falta de confianza en uno mismo.

Alcances del poder para curar con la mente

Y llegará el día en que la práctica del control sobre tu mente y el lograr un estado equilibrado de salud y bienestar físico y espiritual sea cosa del presente. Y cuando estás viviendo ese momento, puedes comenzar a preguntarte ¿cuáles son los alcances que nuestra mente tiene para curar? ¿Podemos lograr que esta energía de sanación que producimos se transfiera a otros?

Pues bien, sabemos de la sincronía que se dan entre dos o más cerebros cuando se establece una comunicación. Sabemos también que las actitudes se contagian, pues reaccionamos a los entornos en los que nos encontramos. Por eso una buena persona en un mal entorno podría terminar haciendo cosas malas.

También es real que los pensamientos y las emociones que se producen en nuestra mente se transmiten en forma de energía hacia las demás personas. Puedes verlo en los ojos de dos personas que se aman. O en un ambiente de trabajo tóxico, donde nadie está cómodo y el mal humor de uno se propaga en los demás como una gripe.

La habilidad para curar con la mente a los demás es una cuestión mucho más compleja y difícil de lograr (y claramente es imposible sin el primer paso, el curarse uno mismo). La intención debe estar enfocada, la visualización debe ser concreta, se debe tener total confianza en que se obtendrá el objetivo y la relajación ha de ser absoluta.

La psicotrónica es el término por el cual se conocen a las técnicas de la parapsicología. Y este enfoque es el que vamos a abordar para profundizar en esta temática.

curación a distancia

Psicotrónica: curar con la mente

Para comenzar, debemos entender que desde el marco de la psicotrónica (entre otros), la salud es en principio un estado de la mente. La psique es la herramienta por excelencia con la que contamos para sobrellevar nuestra vida, y puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga. Los pensamientos enfocados llevarán al cuerpo a ser una manifestación de los mismos. Entonces, podemos decir que la curación es psíquica pues se trabaja desde un plano subjetivo e imaginario.

Anteriormente mencionamos como parte de este proceso a la intención, la visualización, la confianza y la relajación. Pues bien, hay un concepto básico de la psicotrónica relacionado directamente con la metafísica, y es el que dice que ‘la imagen de la perfección, mantenida en confianza en un plano totalmente relajado de la mente, posee el poder para modificar la imperfección’.

Así, Imagen (visualización), Perfección (intención), Confianza y Relajación serán cuatro requisitos esenciales. Sin cualquiera de estos, la receta estará incompleta y será imposible lograr la correcta actitud mental para curar con la mente.

La mente no conoce de distancias

El concepto de curación a distancia no es correcto. Pues la curación se da con la mente, y la mente no conoce de distancias como sí lo hace nuestro cuerpo físico. Si cierras tus ojos, puedes trasladarte donde quieras. Si te enfocas en un lugar de tu infancia y te ves allí, allí estás. Si te enfocas en una persona que no se encuentra físicamente en la misma habitación que tú, tu conciencia está con ella. Tu energía, tu intención y tu atención están allí. Incluso puedes sentir los olores, el tacto y escuchar los sonidos de ese escenario.

La visualización es uno de los mayores recursos de los grandes maestros de la mente de todos los tiempos. Y es una manera de transformar la realidad.

La energía es como una antena de radio. Tiene la capacidad de recibir la señal si están sintonizadas en un mismo canal. Tus pensamientos son esa señal, dirigidos directamente a una persona. Y la llegada del mensaje dependerá de qué tan limpio y trabajado se encuentre tu canal.

Curar con la mente a otra persona significa también ayudarla a cambiar sus patrones de comportamiento y de pensamiento, influenciándolos con los enviados. Eso transforma a su vez su modo de ver la vida, y logra una conciencia más amplia, permitiendo que la energía fluya sin obstáculos por ellos.

El cuerpo de la otra persona manifiesta una enfermedad debido a que su energía está baja, estancada, débil y/o con dificultades para fluir. Así que, sabiendo que esto ese así, puedes ponerte manos a la obra.

Práctica para curar con la mente

Un ejercicio que puede ayudarte a dirigir tu pensamiento es el siguiente:

  1. Primero y fundamental, consigue un lugar cómo y toma asiento. Respira profundamente para entrar en un estado de relajación.
  2. Con los ojos cerrados concéntrate en las distintas partes de tu cuerpo. Siente la planta de los pies en contacto con el suelo, las manos sobre tu regazo, la tela de tu ropa sobre tu piel.
  3. Observa cómo tu atención se mueve de un lugar a otro a tu voluntad. Eres un canal de energía que fluye y es esta energía la que se traslada por tu cuerpo. Esta energía será la verdadera sanadora, tú sólo serás su canal.
  4. Elige alguna parte de ti que quieras atender. Algún dolor en particular o alguna debilidad, y centra tu atención en este lugar de tu cuerpo. También puedes elegir a otra persona, y deberás centrar toda tu atención en su rostro.
  5. Una vez clara la imagen en tu mente, visualiza la perfección manifestándose en esa imagen. Para curar con la mente, observa esa misma parte de tu cuerpo sana y fuerte, observa a la persona que elegiste llena de energía y jovialidad.
  6. Concéntrate en esta imagen, y vívela. Vuélvela realidad en tu mente, enfócate en cómo se siente esta nueva situación.

Puedes practicar este ejercicio durante cinco minutos todos los días, para trabajar sobre tu canal. Verás como con el tiempo, tus visualizaciones se volverán más claras, y tu mente más enfocada.

el poder de la mente

Creando tu habitación interior

Cuando tu habilidad para la visualización haya mejorado, una práctica que puede fortalecer mucho tus ejercicios de conciencia es la creación de un rincón en tu interior al que recurras cuando ejercitas para meditar y también para curar con la mente.

Para esto, sigue los siguientes pasos:

  1. Busca nuevamente un lugar tranquilo y cómodo, y toma asiento. Cierra tus ojos y respira profundamente para inducirte a un estado de relajación.
  2. Una vez relajado, comienza a crear en tu mente una habitación. Imagina las paredes, el techo, el suelo y las ventanas.
  3. Dale vida a tu habitación. Dale colores, decórala, ubica muebles. Haz que tu habitación esté hecha a tu medida, que sea un reflejo de tu personalidad.
  4. Imagina una claraboya en la habitación, y debajo de esa claraboya, una silla. Esta silla, iluminada por la luz cálida del cielo, será en la que te sientes para realizar todos tus ejercicios.
  5. Ahora visualízate en tu habitación interior. Toma asiento y permítete sentir el calor de esta luz dorada cayendo sobre ti.

Una vez creada esta habitación, tus prácticas para curar con la mente, así como todo lo que requiera conectar con tu conciencia más elevada, poseerán un lugar propio.

Recuerda, la mente no conoce de distancias. No conoce de espacio ni de tiempo. No hay límites para lo que puedes lograr con ella si te permites trabajarla.

Mente y cuerpo comparten una relación estrecha. Pero la conciencia es vasta como las estrellas.

AUTOR: Lucas, redactor y traductor de la gran familia de hermandadblanca.org

FUENTES:

8 comentarios

  1. Gracias facinante conocer el.poder de nuestra mente y como controlarla para el.beneficio de nuestro cuerpo, y nuestro entorno
    Me gusto muchisimo gracias

  2. Hoy mi hijo Lucas me contó un pequeño cuento alegórico a las estrellas y la vida. Muchas gracias Hermandad, por iluminar el sendero. Saludos desde México

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