Como funcionan las celulas

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La célula, es la unidad más pequeña de materia viva. Esto significa, que todos los seres vivos como los vegetales, animales e incluso el humano, están compuestos de células; y que su vitalidad, es el resultado de la actividad celular.

La ciencia dice que hay un millón de miles de millones de células en el cuerpo de una persona adulta; y que cada una de ellas está asociada a una función específica que tiene, una determinada misión o función en el organismo.

Hay tres tipos de células en el cuerpo humano: Las lábiles, las estables y las permanentes. Las células lábiles, son aquellas que se renuevan constantemente a lo largo de la vida; puesto que son indispensables para el funcionamiento del organismo y su duración, es muy limitada. Por ejemplo, los glóbulos rojos de la sangre, tienen una vida media de sólo treinta días; y cuando por una razón u otra desaparecen, son reemplazados inmediatamente.

Lo que significa, que en el cuerpo nacen y mueren cada día millones de células lábiles. Vale la pena recordar que desde hace muchos siglos los rosacruces, siempre han afirmado que la renovación del organismo humano se lleva a cabo, siguiendo ciclos basados en el número siete. Dado a que algunas partes del cuerpo se renuevan completamente cada siete años; otras lo hacen cada siete horas, y hay otras, que se regeneran por completo cada siete minutos.

Las células estables, son aquellas que dejan de multiplicarse al alcanzar el cuerpo cierto nivel de desarrollo; pero que cuando se produce una carencia, pueden reproducirse de nuevo y manifestar su acción regeneradora.

Pertenecen a este tipo de células, la mayoría de las que componen los órganos internos como las del hígado, los riñones, el páncreas, etc.

E igualmente, son células estables las cartilaginosas, óseas y las que forman los músculos de las vísceras.

Como su nombre indica, las células permanentes, son aquellas que deberían durar toda la vida. Por lo que son células que no se multiplican; ni tampoco, son reemplazadas en caso de destrucción.

Forman parte de esta última categoría, las células del cerebro y las que constituyen los músculos estriados del cuerpo.

Sin entrar en detalles técnicos, se quiere recordar que la célula está formada por tres partes principales: La membrana plásmica, el citoplasma y el núcleo. Además de su misión protectora; la propiedad más destacada de la membrana plásmica; que también recibe el nombre de «membrana externa», es su capacidad de ser atravesada por algunas sustancias. Es precisamente tal capacidad, la que permite a las células del cuerpo extraer de la sangre los elementos nutritivos que necesiten; y despedir, los desechos creados por su propio metabolismo. Por lo que se podría decir, que la célula está dotada de cierta forma de inteligencia.

Colateralmente, la experiencia demuestra que la membrana plásmica externa, no se deja atravesar por cualquier sustancia; permitiendo sólo la entrada (Asimilación) de aquellas sustancias que le son útiles, dándole salida (Excreción) a las sustancias que no necesita.

Desde el punto de vista Rosacruz, debe recordarse que es precisamente en la membrana plásmica, en la que está condensada la polaridad negativa de la Fuerza Vital del cuerpo vital o etérico (Éter químico); mientras que la polaridad positiva se concentra sobre todo, en el núcleo de la célula.

El citoplasma, es la parte intermedia entre la membrana plásmica y el núcleo. En parte está compuesto por líquidos transparentes; y precisamente por esta transparencia, recibe el nombre de “hialoplasma”. Contiene una débil concentración de sustancias nutritivas guardadas por la membrana externa o plásmica como reserva. La principal misión del citoplasma, es que la célula mantenga sus propiedades de elasticidad, fluidez y viscosidad.

Y lo que nos importa ante todo como rosacruces, es saber que la polaridad de esta parte de la célula es neutra; y que gracias a tal neutralidad intermedia, puede establecerse un campo electromagnético entre la membrana plásmica y el núcleo.

En el citoplasma, también se encuentra el centrosoma o corpúsculo formado por un centriolo; una esfera atractiva y fibrillas, que desarrolla un importante papel en la división celular.

El núcleo es el verdadero cerebro de la célula, dado a que es quien regula y dirige las actividades del citoplasma; y el trabajo de filtro llevado a cabo, por la membrana plásmica.

Asimismo, el núcleo es el que establece el momento más favorable para la reproducción celular; que en la mayoría de los casos se efectúa por mitosis1, y que comprende cuatro fases principales denominadas «profase», «metafase», «anafase» y «telofase». Durante éstas cuatro fases, el centrosoma y el núcleo de la célula se dividen en dos, dando nacimiento a dos nuevas células; que a su vez tienen su propio centrosoma y su núcleo, provisto de los cuarenta y seis cromosomas característicos de los seres humanos.

Bajo el ángulo de la curación mística; lo que importa retener es que el núcleo, es la sede de la actividad psíquica de la célula.

Como se ha dicho anteriormente, es precisamente a nivel del núcleo de la célula humana, donde se concentra la polaridad positiva de la Fuerza Vital, del cuerpo físico etérico; y sobre todo, la Esencia Cósmica contenida en el aire y cuyo origen está en el Nous.

Esta esencia; que está contenida en los rayos solares, no sólo es el origen de la vida sino también, el de la consciencia humana. Lo que quiere decir; que el núcleo, es también el centro de la consciencia celular.

Las células poseen una consciencia propia, que les permite cumplir un trabajo específico. Por ejemplo, las células que forman el corazón, sólo poseen inteligencia para la misión que deben desempeñar al servicio de la actividad cardíaca; cualquier otra función, escapa de su competencia. Partiendo de éste principio, es fácil comprender que la unión armoniosa de todas las consciencias celulares que trabajan en el corazón, forman la consciencia global de dicho órgano. Y el presente principio, puede ser aplicado al resto de los órganos del cuerpo humano.

Las células que componen los pulmones, deben realizar una misión determinada en los procesos pulmonares; y sólo poseen inteligencia para ello por lo que todas juntas, forman la consciencia global de los pulmones.

Igualmente existe una consciencia global del estómago, en el hígado, bazo, etc. Tal forma de consciencia; ya sea individual o colectiva, no tiene nada que ver con la consciencia objetiva del cerebro. Se trata; como ya se ha dicho anteriormente, de una consciencia que tiene su origen en la Esencia Cósmica. Es a lo que llamamos «consciencia psíquica» de las células y de los órganos; lo que significa, que la consciencia psíquica del humano está formada por el conjunto de las consciencias psíquicas de cada una de sus células.

Lo que la ciencia médica denomina «cáncer», suele ser el resultado de dos tipos distintos de desarreglos celulares. Puede ocurrir que algunas células de un órgano, comiencen a tomar una consciencia celular de un trabajo específico que no es el suyo o propio; oponiéndose a la consciencia global del órgano al que pertenecen, provocando así una situación anárquica.

El problema se hace más grave, según se vayan reproduciendo tales células locas. Y si no se hace nada para neutralizarlas, llegarían a ser tan numerosas que podrían provocar un desorden total en el órgano en que se encuentran.

También puede ocurrir, que células de un órgano determinado y que sean transportadas por la sangre, continúan haciendo en el nuevo órgano receptor, la misma función que realizaban en el órgano anterior; cuya actividad celular, es completamente diferente. Así también, se produce una situación anárquica contra la que hay que luchar.

Por cualquier tipo de anomalía; por ejemplo, puede llegar hasta el estómago y permanecen en él cierto número de células del hígado (Ver mancha roja en el estómago de la gráfica), realizando en el él la misma función que tenían en el hígado, lo que colateralmente se opone a la consciencia global del estómago. Naturalmente, tales células del hígado en el estómago, crearía una situación de discordancia celular que puede traducirse en un cáncer primeramente localizado y después extendido.

Las consecuencias de los dos tipos de desarreglos celulares que se acaban de considerar, pueden deberse a tres causas fundamentales. 1.- Corresponde a una violación repetida de las leyes naturales; por ejemplo, cuando alguien fuma demasiado, consume alcohol o drogas, e ingiere alimentos muy ricos o mal equilibrados, vive y trabaja en un lugar insalubre y corre el riesgo en mayor o menor plazo, de contraer un cáncer en alguno de sus órganos. 2.- De orden hereditario y karmático, por una anomalía genética que es difícil de neutralizar, y 3.- Que es mucho más frecuente de lo que se piensa, pero los desequilibrios celulares también puede provenir de un inestabilidad psíquica de la persona, cuando no suele tener mucha consciencia; lo que produce un choque psicológico de stress, persistente ansiedad y también, una gran falta de espiritualidad por tendencias materialistas y consumistas.

Puesto que cada célula del organismo es la sede de un campo electromagnético constante, la mejor manera de mantener una buena salud consiste, en hacer que dicho campo electromagnético permanezca lo más activo posible. Para conseguirlo, basta recordar la importancia de la alimentación y de la respiración. Por lo que se debe saber que si regularmente se ingiere una alimentación de muy baja calidad, se está aportando a las células del cuerpo una polaridad negativa de potencial muy débil.

Además, todas las células tienen tendencia a extraer de la sangre los nutrientes o la contrapartida positiva correspondiente al potencial negativo que le ha sido transmitido por los alimentos y la respiración. Dicho de otra forma, las células del cuerpo siempre buscan mantener en ellas un equilibrio perfecto entre su naturaleza positiva y negativa. Para que el campo electromagnético que hay en las células de nuestro cuerpo sea lo más dinámico posible, debemos introducir en el organismo alimentos susceptibles de aportar el suficiente potencial negativo; intentando que por medio de una respiración apropiada, éste sea equilibrado en las mismas proporciones por el correspondiente potencial positivo proveniente de la sangre.

Todos hemos podido comprobar; que cuando por profesión o placer se ejerce una larga actividad al aire libre, siente un deseo y una necesidad creciente de alimento. En otros términos, se tiene hambre. Por el contrario, cuando se ha comido abundantemente, instintivamente se percibe la necesidad de tomar aire puro. Éste hecho demuestra, que las células siempre tienen la tendencia a mantener un equilibrio constante entre la polaridad negativa de la alimentación; y la polaridad positiva resultado del oxígeno y de la Esencia Cósmica contenida en el aire, que respiramos. Por lo que además de mantener una buena higiene alimentaria y respiratoria que sirva para aportar vitalidad electromagnética a todas nuestras células, también es importante mantener un estado mental y emocional positivo; dado a que los pensamientos y las emociones discordantes perturban la armonía celular y en consecuencia, la equilibrio de todo el cuerpo.

Anteriormente se ha explicado que cada célula, está animada por una consciencia psíquica; de lo que se deduce que es sumamente importante que esta consciencia psíquica, vibre en perfecta armonía con la Consciencia Cósmica. Sólo es posible tal armonía, si se concede suficiente importancia a la espiritualidad. Podemos afirmar que muchas enfermedades son debidas a que las personas llevan una existencia demasiado materialista, separándose de esta manera de la Divinidad. Al actuar así, se privan de las fuerzas curativas puestas por Dios a su disposición. Por lo que no se debe olvidar llevar a cabo los ejercicios místicos de auto-observación, meditación, retrospección, oración, etc., dado a que la mayoría de ellos contribuyen a reforzar los estrechos lazos que unen el aspecto físico de su ser, con su dimensión espiritual.

Desde el punto de vista tanto científico como místico, la célula es la unidad más pequeña de materia viva; lo que quiere decir, que la célula es a la vez materia y vida. O dicho de otra forma: Espíritu y Fuerza Vital. Se podría exponer; que la célula es el cuerpo más pequeño, en el que éstas dos energías, se encuentran unidas por primera vez. Y anteriormente se dijo, que la polaridad positiva de la Fuerza Vital (Del oxigeno y de la Esencia Cósmica), está más concentrada en el núcleo celular; y en cuanto a la polaridad negativa (Líquidos y alimentos), se halla más concentrada en la membrana plásmica. El Espíritu, que es la base de la materia y que se manifiesta a través de ella; según los principios de cohesión, adhesión, atracción y repulsión, impregna toda la célula. Sin embargo, la membrana celular plásmica posee la estructura material más densa, motivado a las sustancias químicas que contiene. Por lo que la membrana plásmica celular, es la que manifiesta con más potencia las vibraciones del Espíritu. El núcleo celular; por su parte, vibra más al ritmo de la Esencia Cósmica contenida en la polaridad positiva de la Fuerza Vital. Por lo que podernos considerar que la célula, se compone de átomos que son mantenidos en vibración por el Espíritu; y animados, por la Fuerza Vital. Ambas energías (Espíritu y Fuerza Vital) tienen su origen en el Nous. Por eso, llamamos a la materia viva, materia animada.

Información extraída e interpretada de Reiki Rosacruz, de John S. Nygma, Capítulo IX, en:

1 En biología, la mitosis (Del griego mitos, hebra) es un proceso que ocurre en el núcleo de las células; y que precede inmediatamente a la división celular, consistente en el reparto equitativo del material hereditario (ADN) característico. Este tipo de división ocurre en las células somáticas y normalmente concluye con la formación de dos núcleos separados (Cariocinesis), seguido de la partición del citoplasma, para formar dos células hijas.

2 Inteligencia o Espíritu, la mente o conciencia divina del humano. Para Anaxágoras, era el verdadero principio de individualización, ordenación y animación formando y dándole sentido a la materia preexistente. Aristóteles consideraba al Nous la parte superior del Alma. Según Plotino, era la segunda hipóstasis (Trinidad), emanada del Uno o el Ser Supremo; y emanadora, del Alma o la mente superior del Mundo. Para Pitágoras el Nous es la unión de las ideas y los números; y para los esotéricos, es un soplo material que penetra toda la realidad y la predetermina.

3 Cualidad o producto de la actividad intima del Espíritu del humano, para reconocerse. En sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta, al percibir y aquilatar los objetos, las imágenes y sensaciones del medio ambiente, que le son transmitidas por los órganos sensoriales y el cerebro.

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