La dependencia afectiva no es amor, cómo reconocerla y cómo salir de ella.

Rosa Iuorno

La dependencia afectiva no es amor, cómo reconocerla y cómo salir de ella.

La dependencia afectiva es una adicción real y como tal, debe abordarse y tratarse.

Cuando comienza una historia de amor, todo parece hermoso. Las emociones experimentadas hacen que ambas partes vivan la fase de enamoramiento con mucha intensidad y pasión. Pero, como saben, una vez que finaliza esta primera fase, la temida rutina se hace cargo.

El romanticismo y los sentimientos dan paso a la rutina diaria y la pareja corre el riesgo de ser puesta a prueba. Existe el riesgo de que uno de los dos comience a sentirse descuidado y a buscar los motivos.

Todos estos estados de ánimo deben considerarse normales dentro de la dinámica de una pareja. Pero, ¿qué pasa si un compañero comienza a desarrollar un apego excesivo al otro? Cuando comienzas a vivir y calcular la evolución de una relación demasiado rígidamente, corres el riesgo de alterar la relación amorosa.

En casos severos, cuando las necesidades de una pareja están monopolizadas por uno de los dos componentes, se puede hablar de dependencia emocional.

La dependencia afectiva es una adicción real y, como tal, debe abordarse y tratarse. El fenómeno a menudo es subestimado por quienes lo padecen, ya que se confunde con «amor excesivo» y «apego» al ser querido. De hecho, en Europa, muchas personas experimentan esta condición, tanto que se clasifica entre la «nueva adicción», es decir, las nuevas adicciones conductuales.

Pero, ¿cómo podemos definir la dependencia emocional? Como una forma patológica de amor que genera relaciones destructivas. Un trastorno mental que, en casos severos, también puede tener consecuencias peligrosas.

Es un trastorno que afecta principalmente a las mujeres. No sabemos las ciertas razones por las cuales el género femenino está más involucrado, pero muchas investigaciones dan responsabilidad a los modelos educativos recibidos en la infancia, donde la mujer está acostumbrada a sufrir en lugar de rebelarse desde una edad temprana.

Los resultados de algunas investigaciones recientes incluso han demostrado que, desde los diez años de edad, se requiere que las niñas colaboren más en compromisos familiares y domésticos que sus compañeros varones. Esto puede hacer que las mujeres se acostumbren a eclipsar sus necesidades en favor de los demás y a aceptar pasivamente la situación.

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Es un trastorno que afecta principalmente a las mujeres.

¿Cómo reconocerlo? Los síntomas más importantes son: culpa e inferioridad hacia la pareja, celos extremos, miedo al abandono, baja autoestima hacia uno mismo y cancelación de uno mismo y las pasiones para complacer a la pareja. La otra mitad se coloca por encima de todo y de todos, incluidos ellos mismos. Todo gira a su alrededor.

¿De dónde se origina? Generalmente de dinámicas familiares no resueltas, relacionadas con la infancia. La traición, el maltrato (tanto físico como psicológico) y el abandono hacen que la persona pierda la confianza en sí misma, ya que considera que su vida es digna de ser vivida solo si permanece junto a otra persona.

Mucha investigación muestra la existencia de factores que predisponen a la dependencia emocional, como las relaciones conflictivas entre padres, experiencias de abuso infantil, crianza temprana del niño, abuso de sustancias, etc.

La dependencia afectiva es una fuente de seguridad sustitutiva. La búsqueda continua de «explicaciones» por parte de la pareja desencadena sentimientos de culpa, vergüenza y resignación, condiciones que alimentan el estado de privación afectiva y sumisión experimentada previamente.

Sin embargo, no hay duda de que la dependencia afectiva no debe considerarse un problema individual sino relacional. Por lo tanto, es importante ver en la dependencia emocional un problema alimentado por el sistema de pareja y no por la persona individual que sufre.

Salir de este condicionamiento psicológico no siempre es fácil. Precisamente porque muy a menudo esta adicción se confunde con una muestra excesiva de amor . Lo importante es que, una vez que se detecta el trastorno, busque la ayuda de un experto.

Es necesario trabajar en su autoestima y conciencia, lidiando con lo que pudo haber causado esta condición en el pasado.

Al contrario de lo que uno podría pensar, el resultado no se obtiene alejándose de la otra persona, sino actuando primero desde dentro, es decir, adquiriendo una independencia que no es física sino emocional.

La persona debe buscar su propia fuerza dentro de sí misma y no pensar que depende de quién está a su lado. Realmente necesitamos estar con la persona y no continuar la relación solo por el pensamiento de no poder existir sin el otro, el objeto de la dependencia emocional de uno.

 

Traductora: Rosanna Iuorno / Redactora y traductora de la Gran Familia de La Hermandad Blanca en hermandadblanca.org

Fuente: Canalizado por Giuseppe Lavenia

Url original: https://www.huffingtonpost.it/

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