La Economía del Bien Común avanza en el ámbito local

Jorge Gomez (333)

A finales del pasado mes de octubre, la Universidad de Sevilla acogió el segundo Encuentro de Municipios por el Bien Común, donde se reunieron los ayuntamientos que apuestan por la Economía del Bien Común (EBC). LA EBC es un modelo económico, social y político basado en valores esenciales como la solidaridad, la dignidad humana, la justicia social, la sostenibilidad ecológica y la democracia participativa.

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Los objetivos del encuentro fueron dar a conocer la Economía del Bien Común y su aplicación en los municipios; visibilizar las experiencias de buenas prácticas municipales; Diseñar de forma participativa la hoja de ruta hacia un municipio del Bien Común y generar una red de municipios que compartan experiencias y cooperen hacia el Bien Común.

Carmen Rodríguez y Charo Gómez, profesoras de economía en la Universidad de Sevilla y coordinadoras del Campo de Energía de Sevilla, nos cuenta más en la siguiente entrevista.

Noticias Positivas: “Piensa globalmente, actúa localmente” es una tradicional máxima de los movimientos que pretenden transformar la sociedad. Tras el segundo encuentro de municipios, ¿se puede concluir que es esta la filosofía sobre la que se debe construir la Economía del Bien Común?

Carmen Rodríguez: La EBC se construye sobre el paradigma de la cooperación en la búsqueda de maximizar el bien común de la sociedad.  En una concepción holística como la que ofrece la EBC y en un mundo cada vez más interconectado, la toma de conciencia planetaria es un requisito fundamental. Pero al mismo tiempo pertenecemos a un territorio y el tejer redes desde lo local es lo que genera la confianza necesaria en todo proceso de transformación social

N+: Durante este segundo encuentro municipal, José Chamizo, antiguo Defensor del Pueblo Andaluz, afirmó que apoyaba la EBC porque va en dirección contraria al capitalismo. ¿Hacia dónde creen ustedes que va el actual sistema económico?

CR y Charo Gómez: No es hacia dónde va, sino hacia dónde nos ha llevado. Nos ha llevado a una insostenibilidad e ineficiencia en todos los sentidos: en la gestión de recursos  para satisfacer necesidades humanas, se especula hasta con alimentos; en el reparto desigual e injusto de la riqueza, en el reparto asimétrico y segmentado del trabajo, deterioro de nuestro medioambiente…Es cierto que el PIB de muchos países ha crecido, pero esa información no nos cuenta que está pasando con las condiciones laborales, cada vez más deterioradas en la mayoría de los países desarrollados, y precarias en el resto de países.

La riqueza creada se acumula en manos de unos pocos, así, en España el 1% de los más ricos poseen tanto como el 70% de los españoles (menos de medio millón de personas frente a 32,5 millones de ciudadanos), y esta desigualdad económica también es fuente de desigualdad en la política, porque la influencia que estos pueden ejercer en los medios de comunicación, en los burócratas, en los políticos, es mucho mayor que el resto de ciudadanos. Por último, sólo hace falta mirar alrededor para comprobar el deterioro de la naturaleza, lo que supone que estamos hipotecando el futuro de las generaciones venideras.

N+: ¿Y hacia dónde puede llevarnos la EBC?

ChG: En este momento nos ha permitido a muchas personas comprender que el modelo actual es el resultado de un diseño concreto de las leyes que permite ese comportamiento, y que es posible otro modelo donde la sociedad  premie a las organizaciones, empezando por las empresas, que generen bien común. De esa manera es posible construir un futuro donde la economía esté regida por los valores humanos, como la dignidad, la solidaridad, la justicia social, la democracia y la sostenibilidad. Por tanto la EBC nos puede llevar a un sistema de mercado cooperativo, en lugar del mercado competitivo actual, donde la empresa con más éxito es la que genera mayor coste a la sociedad, porque así produce más barato y es más competitiva.

N+: ¿De qué manera puede la EBC cambiar nuestros ayuntamientos?

ChG: Puede aportar una guía para que los ayuntamientos, así como otras organizaciones, se planteen cuál es su aportación al bien común, no sólo en la prestación de servicios, sino en todas sus tomas de decisiones. Creemos que como primer paso, ofrece una reflexión para que los políticos, como gestores, se planteen cuáles son las medidas que ya están generando bien común porque seguro que existen buenas prácticas en este sentido. El segundo paso es plantearse el compromiso de mejora, lo que facilita la creación de una guía de ruta que se pueda concretar en la generación de bien común en el municipio, pero de una forma participativa y democrática.

N+: ¿Y en qué beneficia a las empresas ubicadas en estos municipios las propuestas de la EBC?

ChG: La EBC tiene como objetivo el fomento de la cooperación y la búsqueda del bien común, y en la medida en la que una empresa fomente el empleo digno, la producción con una finalidad ética, que cuide el medioambiente, estas empresas encontrarán en el municipio comprometido con el bien común un aliado natural. En la práctica se debe concretar en beneficios fiscales, prioridad en los contratos, o facilidades para la colaboración pues la sociedad está pagando a estas empresas por el bien común que están generando.

N+: ¿Nos podrían destacar algunos casos de buenas prácticas de aplicación de la EBC a nivel municipal?

CR: Existe ya una red de municipios del Bien Común  que comenzó de forma pionera con Muro de Alcoy (Alicante) y Miranda de Azán (Salamanca). En Muro de Alcoy han apostado por una rentabilidad basada en la conservación del territorio y el paisaje, fomentando proyectos minifundistas como  el de “microviñas” basados en los viñedos ecológicos y gestionados de forma ética.

El municipio de Miranda de Azán aprobó el pasado 2 de mayo de 2013 un manifiesto por el cual se compromete a realizar el Balance del Bien Común como forma de evaluar el desarrollo de su actividad política, social y económica a la hora de ponerlas al servicio de la ciudadanía. Los  primeros objetivos se están centrando en dos líneas fundamentales del movimiento: la transparencia económica y política y el apoyo a una economía de sostenibilidad potenciando  el mercado responsable y de proximidad.

Rubí (Barcelona) destaca por su proyecto de ahorro energético “Rubí brilla”, no sólo por su impacto medioambiental, sino porque se basa en algo tan fundamental  como preguntar a la gente ¿cómo podemos ahorrar energía? Empezando por asambleas en los colegios, donde todos aportan soluciones.

Y en  Orendain (Guipúzcoa) están  implementando y aplicando el Balance del Bien Común sobre el municipio, fomentando que otros pueblos de la zona  sigan el mismo camino. Se convirtió en Municipio del Bien Común a través de una votación en la que pudieron participar todas aquellas personas mayores de 16 años residentes en el municipio. Han  implantado un sistema de recogida de residuos que alcanza una separación del 90% y han llegado a un  acuerdo con la cooperativa de generación y consumo de energía renovable Goiener

N+: Hablamos de pueblos diferentes, cada uno con su propia problemática, pero todos han decidido apostar por la EBC. ¿Por qué cree que tomaron esta decisión?

CR Y ChG: Porque independientemente del partido al que uno pertenezca la EBC nos ofrece una propuesta que atrae a cualquiera que comparta los valores ya citados. A la hora de tomar decisiones prácticas, las medidas concretas de un partido u otro serán diferentes según la ideología, pero sin duda comparten los valores básicos de la buena  convivencia y la cooperación que promueve la EBC. Por tanto, a la hora de juzgar la ideonidad de sus decisiones emplean un mismo lenguaje, una misma vara de medir, comparten el deseo de hacer bien las cosas, y por ello les unen unos valores universales.

Fue bonito y esperanzador observar en el II Encuentro de Municipios del Bien Común en Sevilla (24 y 25 de octubre) cómo diferentes sensibilidades políticas,  Santiago Arévalo (PP, alcalde de Enguera), Carlos Beltrán (Vecinos por Torrelodones, teniente alcalde de deportes), Gorka Egía (Bildu, alcalde de Orendain), Carmen García (PSOE, alcaldesa de Rubí),  compartían una misma visión: llevar a sus municipios la dignidad humana, la solidaridad, la sostenibilidad, la justicia, la transparencia y la democracia participativa.

Eso es el Bien Común, algo que tiene que ver con los derechos humanos, pero no como un pensamiento, como una entelequia, sino como una puesta en acción. Bien es cierto que al final son las personas las que hacen posible los proyectos, las que llegan a acuerdos, las que promueven, impulsan, más allá de sus respectivas formaciones políticas (muchas de ellas anquilosadas en organizaciones obsoletas).

DATOS DE CONTACTO: municipiosdelbiencomun.wordpress.com

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