No logro hablar con mi hijo/hija adolescentes ¿Cómo lo logro?

G. S.

Para comenzar me gustaría comentarle que una de las principales cosas que como padres tenemos que tener en cuenta a la hora de hablar con nuestros hijos/ hijas adolescentes es uno de los cuatro principios toltecas de Miguel Ruiz: «No te tomes nada personalmente». Con esto te quiero decir muchas cosas, pero ahora me gustaría pedirte que trates de tomar cierta distancia de los comentarios que pudiera hacer tu hijo/ hija cuando se trata de respuestas impulsivas a cuestiones de disciplina y/o  a las observaciones que le harás como parte de las tareas que atañen a tu rol como tutor. Con esta línea de pensamiento ten presente que no importa la cantidad de veces que le digas las cosas a tus hijos/ hijas usualmente se lo creerán a otra persona. Es decir, volviendo al acuerdo citado anteriormente, no significa que tus palabras no tienen valor para él/ ella, sino que debido a que los adolescentes justamente se encuentran en un momento de transición, de transcender a su familia, de ir mas allá de lo conocido, de diferenciarse de papá y mamá, es que la palabra de otra persona tendrá más peso que la tuya. Sumado a esto, descalificaran el 90 por ciento de lo que digas y muchas veces sentirás que estás hablando solo, aunque lo estés mirando directo a los ojos. Asimismo te darás cuenta que la comunicación esta constituida solamente por monosílabos en donde el repertorio de palabras consistirá en las siguientes sílabas: “no”, “si”, “no sé”, “mmm”. Es muy común que utilicen términos extremistas como siempre o nunca. Una de las preguntas que frecuentemente olvidarán es: ¿me das permiso? De esta manera, podemos observar que para poder saber si nuestro hijo esta triste o simplemente como esta, será toda un odisea. Parafraseando a una de las canciones de Maná: será más fácil llegar al sol, que a su corazón. Sin embargo, mamá o papá, eso es muy normal, por lo que es requisito tener siempre muy presente que todo esto es muy NORMAL o COMUN.

Entonces primero que nada: ¡¡Respira!! Tu hijo es normal!!

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¿Cómo son generalmente las conversaciones de los adolescentes con sus padres?

Las charlas de los jóvenes en su mayoría se componen de frases muy cortas como: “¿Me das plata?, ¿puedo salir a bailar?, ¿me puedo quedar un rato más?, ¿Dónde está mi cargador?”. Lo más profundo que escucharas salir de su boca serán cuatro maravillosas palabras: “¿me pasas el iPod?”.

Al leer todas estas características de una conversación uno siento cierta molestia o incomodad y hasta se horroriza, pero si cavamos más hondo, nos daremos cuenta que muchos padres hablan de esta misma manera con sus hijos. “¿limpiaste tu cuarto?”, “¿pusiste en silencio el celular?”, “¿me estás oyendo?”, “¿fuiste a buscar a tu hermano?”, “¿hiciste lo que te pedí?”. Es así como no estamos ayudando ni fomentando la comunicación de nuestros hijos para con nosotros. Es necesario que le demos el ejemplo desde la manera en que nos dirigimos a ellos hasta el tipo de conversación que desarrollamos con ellos. Esto es esencial.

Muchos estudios han demostrado que en la etapa de la adolescencia no solo disminuyen la cantidad de palabras, sino la calidad, por ende la comunicación en esta franja etaria se encuentra muy comprometida y obstruida. Sumado a esto, ellos están construyendo su propio guion personal, su guion de vida, en otras palabras están armando los cimientos de su identidad y personalidad.

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Retomando lo anteriormente dicho los adolescentes tomaran distancia de todo lo que digas, hagas y pienses

¿Por qué? Porque necesitan diferenciarse de quienes fueron los adultos que lo criaron y de quienes tomo, como verdadero, sus pensamientos, creencias, sentimientos y parámetros. Es por eso que tomarán distancia para poder darle forma a sus propios criterios y verdades.

Una de las cuestiones que se activa cuando un adolescente hace caso absoluto a un consejo del adulto, sin escucharse, sentirse, es la sensación de disminución de su independencia y que lo compromete a actuar en consonancia con lo que vos decís, y no con lo que él siente (independencia, autoestima).

¿Qué puedo hacer en esta situación?

Lo principal es ser consciente de estas cuestiones que le acontecen al joven y respetarlo para que de esta manera pueda separarse sanamente de nosotros, sus padres y ayudarlos a construir libremente su guión personal.

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¿Los adolescentes quieren hablar, con nosotros, sus padres?

¡Sí! Claro que sí. Necesitan hablar con nosotros, ya que somos sus guías, sus modelos, su referencia o eso tendríamos que tratar de ser. Pero el problema es que nosotros como adultos estamos tan ocupados con el trabajo, el celular, snaptchap, Facebook, instagram, etc. que todo el tiempo le estamos evadiendo la posibilidad de comunicarse con nosotros y por lo tanto no tenemos forma de saber que le está pasando y que está viviendo. Lamentablemente los adultos estamos tan inmersos en miles de cuestiones mundanas que olvidamos lo esencial es decir estar presentes con nuestros hijos, escucharlos, y escucharlos de verdad, con presencia física y mental.

¿Cuál es el motivo por el cual es tan difícil comunicarme con mi hijo/ hija adolescente?

Diferentes investigaciones científicas sobre este grupo etario confirman que tanto su autoestima como el control de sus emociones, el conocimiento que tienen de ellos mismos, es decir todo lo que conformaba su estructura, se ha desvanecido. En otras palabras, el mundo de los jóvenes se ha transformado en un lugar caótico e incierto. Su cerebro y su cuerpo se encuentran en una revolución indescriptiblemente fuerte y transformadora. De esta manera, su cerebro envía respuestas totalmente confusas y ambiguas. Y una de las cuestiones más afectadas es la comunicación con sus padres.

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¿Qué comienza a suceder en los adolescentes?

Empiezan a ver e interpretar las cosas de una manera distinta y mayoritariamente sesgada. En otras palabras, es como si se pusieran unos anteojos de color verde, y vieran todo absolutamente verde. Entonces y principalmente cuando hablamos con ellos, escuchan lo que decimos con dichos lentes verdes, entonces todo suena verde. Por ejemplo:

Mama: hijo ¿le diste el diario a tu padre?

Hijo: “¿Por qué me preguntas eso? ¡Ves! ¡Yo sabía! ¡Vos no crees en mí, por eso me preguntas”

Mama: “no hijo, no me acordaba si ya se lo había dado”

Hijo: “sí, claro.”

Generalmente nuestros hijos dejan de escucharnos en la mitad de la conversación y terminan completándola con las palabras que ellos creen que son las que vamos a decir. Ellos procesan e interpretan la información que reciben con lentes verdes, por ende todo lo que digan y piensen será verde. No existirá otro color. Hasta que entiendas esta forma de ver y sentir la vida de tu hijo o hija (la cual en este momento está totalmente desorganizada y vulnerable) recuerda ser paciente, acompañarlo y estar presente de manera constante.

Es por esto que la clave yace en los cuatros acuerdos toltecas: «Sé impecable con tus palabras», “No te tomes nada personalmente», «No hagas suposiciones» y «Haz siempre lo máximo que puedas». En estas simples pero complejas frases se encuentran las claves para sobrellevar, como padre, esta etapa. Es esencial que no te enrosques en todo lo que dicen y hacen. Nada es contra tuyo, ¡nada!, aunque sé que me jurarías que sí, ¡ten presente que no!. Lo esencial es que no gastes energías en pelear, en contradecirlo, en que le expliques miles de veces algo que tu hijo/ hija en este momento no va a entender.

Estos tips harán que tu comunicación con tu hijo / hija adolescente mejoren muchísimo.

REDACTORA: Gisela S., redactora de la gran familia de la Hermandad Blanca.

FUENTE: Rosado, Y. (2015). SOS Adolescentes fuera de control en la era digital: Las respuestas más buscadas por todos los padres de adolescentes. Aguilar.

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