Tarot y MTC: El Tao de La Templanza y El Tao del Diablo

 

Este Arcano, la verdad es que me ha dado muchos quebraderos de cabeza. Incluso he tenido que repasar el significado de esta carta desde la visión de otros autores. Y me he sorprendido al ver que es una carta de Naturaleza YANG, cuyo elemento es el Fuego.

 

La Templanza nos habla del equilibrio. Del estar centrado, en armonía con la mente y el cuerpo y, en medio, el Espíritu Sagrado, la Consciencia. Ese Ser Superior que, en la carta, está representado por el Ángel. Al confiar en nosotros, al poner nuestra confianza en la Sabiduría de nuestro Corazón (el lugar donde duerme nuestro Shen/Consciencia) todo fluye en nuestra vida de forma tranquila y armoniosa.

 

Yin y Yang se entremezclan de forma brillante, templando el ánimo y las emociones. Nos convertimos en Amor Incondicional, ése que comprende, acepta e integra.

 

Unidos Yin y Yang, como el agua de las jarras que el Ángel vacía para llenar una y luego la otra. Una jarra azul (en el Tarot de Marsella) y una jarra roja; mente y emoción. Pensamiento y sentimiento, fluyendo armoniosos en nuestro Ser, juntos creando Consciencia.

 

En Reiki, se ha habla del «Centrado de Corazón»; es desde la Templanza que se puede centrar nuestro corazón para iluminar nuestro Shen.

En Meditación y saludo Gassho, unidas las manos para templar emoción y pensamiento, en suave y serena tranquilidad.

Así es esta carta, el segundo paso a la total Realización. El segundo 7. El Arcano XIIII.

Llegar a la autosanación es el regalo más hermoso que podríamos recibir. Poder caminar libres de cargas y apegos innecesarios.

Pero todos sabemos que para sanar hay que pasar por un valle de dolor y lágrimas; lágrimas que no pudimos llorar en el pasado.

Cuando a esta carta le falta energía esconde sus lágrimas en un rincón de su alma, guarda el corazón en una cajita y se olvida de sentir, porque el sentimiento duele. Sin embargo, se le olvida, que con el tiempo esas lágrimas se pudrirán dentro suyo y su cuerpo se hinchará, su corazón se acelerará, su respiración se cortará. El dolor, la rabia, la tristeza buscan una salida y la encontrarán sea como sea.

Es entonces cuando nos quedamos parados sin ir a ninguna parte, igual que nuestra energía y, al final, el dolor físico cobrará protagonismo en nuestra vida.

Pero que sucede cuando a esta carta le sobra energía. Podremos llorar mucho, podremosgritar mucho, pero nunca habrá consuelo ni cura. El corazón se olvidó de un pasado que sale por nuestros poros y, aunque lloremos como plañideras, nunca se secarán nuestras lágrimas.

Nadie dijo que la vida fuera fácil, pero sí que valía la pena vivirla. Sentir es Vivir, no tengas miedo de estar vivo.

 

 

Cuando se reconoce la Belleza en el Mundo

Se aprende lo que es la Fealdad;

Cuando se reconoce la Bondad en el Mundo

Se aprende lo que es la Maldad.

Tao Te King.

 

Estamos en el mundo de la polaridad. Del Yin y del Yang. Del blanco y el negro. Por eso el Tao de este Arcano nos invita a no criticarlo, ni a juzgarlo, porque todo aquello que es Malo un día fue bueno. Todo aquello es esclavo, un día fue libre.

 

No tenía intención de relacionar al Tao con el Diablo, pero al leer esa frase del Tao Te King, me di cuenta que iba a cometer un gran error.

 

Hace unos días hablamos de las Virtudes Cardinales o Morales, aquellas que nos hablaban de la prudencia, la templanza, etc. Pero el que no existen en un ser humano no significa que no haya vicios.

 

Un bebé no sabe ni de prudencia (le da igual llorar a las tres de la madrugada), ni de templanza (Cuando quiere algo lo quiere ya), un bebé es como un pequeño animalillo que no tiene medida de las cosas. Sus instintos no se lo permiten; acaso hemos de juzgarlo de no tener virtudes? El Arcano del Diablo nos invita a pensar y a discernir entre un instinto básico y fundamental y un instinto bajo y más desarrollado.

 

El Tao del Diablo nos lleva a respetar los instintos más básicos que nos ayudan a sobrevivir y a crecer, para así, un día, tener la oportunidad de mirar el entorno de manera virtuosa.

 

 

Hace mucho, mucho tiempo en un reino junto al mar…vivía mi adorada Annabel Lee…», éste es un poema de Edgar Allan Poe y cuenta el amor que sentía un muchacho por una jovencita allá por el 1800. Ambos jóvenes vivían felices sin preocuparse por nada, reían, soñaban…se amaban. Pero un día la terrible muerte con sus heladas manos se llevó el cuerpo de la preciosa Annabel Lee.

 

Hasta aquí, un cuento romántico con triste final.

 

Pero no, porque estoy aquí para hablar de los hechizos que el Diablo lanza a los mortales.

 

Eran tan grande el amor de aquel joven por Annabel que decidió hacer algo loco, desaforado.

 

Decidió irse a la cripta donde estaba enterrada su amada y quedarse a su lado para seguir amándola. Sin importarle que la descomposición y la destrucción devorara el cuerpo de la dulce niña…

 

Y la de él.

 

Aunque está carta tenga mucha energía o poca, convierte la virtud en vicio, el amor en esclavitud y en locura, las opiniones en patrones limitantes que no nos dejan respirar.

 

Hace mucho, mucho tiempo, en un reino junto al mar… El Diablo lanzó su energía para debilitar la nuestra y convertirla en oscuridad. Pero no olvides, también junto al mar hay un faro que nos da Luz.

 

 

Autora: Isabel Vázquez redactora en la gran familia de hermandadblanca.org