El Triple Veneno: Ignorancia, apego y aversión

Pilar Vazquez

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Es verdad que escuchar la palabra veneno nos dirige a pensar en algo nocivo e inclusive mortal y de alguna manera el concepto del Triple veneno en oriente no es mortal pero si bastante nocivo, de hecho es la raíz de todos nuestros sufrimientos.

el primero es la ignorancia

El primero de ellos es la Ignorancia, de hecho debe de alguna manera ser considerada como la raíz, pues de ella emergen acciones de apego y aversión. En realidad si pensamos muchos de nuestros errores provienen de nuestra falta de atención o simplemente  del no saber que es algo dañino.

 La ignorancia básicamente se divide en dos, aquella con la que nacemos y que es por ejemplo, cuando somos pequeños nos acercamos al fuego sin tener la idea de que nos podemos quemar o cuando cruzamos una calle y desconocemos que existe el peligro de ser atropellados, el segundo tipo es la adquirida y que en realidad proviene de tendencias y hábitos de nuestro entorno que validamos como correctos y en el análisis de la causa y efecto encontramos de que no lo son, por ejemplo, si nacemos en un entorno en el que robar es permitido posiblemente resultado de la falta de lucidez y conciencia también robaremos sin pensar que es algo no constructivo, de alguna manera el grupo en el que nos encontramos lo aprueba.

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Los dos tipos de ignorancia son de cuidado, aunque para efectos del karma, la motivación de la acción es la que lo hace pesado, de igual manera generamos sufrimiento para nosotros y los demás.

surgen las aflicciones mentales

Siendo honestos con nosotros mismos tenemos la tendencia a ser personas con conocimientos pero ignorantes. Por ejemplo, si trabajamos en un lugar y nos percatamos de que existen irregularidades o prácticas no éticas y decidimos no actuar por la razón que sea, de alguna manera somos ignorantes del efecto dañino que esa práctica traerá a nosotros y nuestro alrededor. De la ignorancia surgen la complicidad, la avaricia, la malicia y la vasta cantidad de aflicciones negativas.

el segundo es la aversión

El segundo veneno es el de la Aversión, éste tiene como raíz la ignorancia y se define como la tendencia a exaltar las cualidades negativas de una persona u objeto, es una acción ignorante pues no vemos lo que nos rodea en su justa dimensión y resultado de éste generamos ira, odio, resentimiento por lo que creemos es tremendamente malo o negativo. Normalmente cuando alguien nos daña generamos ésta aversión y vemos el daño más grande de lo que es, no quiere decir que el daño no exista , pero si buscamos un razonamiento sabio en lugar de uno resultado de la ignorancia podernos ver con claridad la dimensión del sufrimiento que nos ocasiona y actuar al respecto con ecuanimidad y tolerancia, si lo dimensionamos de manera exagerada seremos una bomba de tiempo alimentada por la exageración del daño o malestar recibido.

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el tercero es el apego

El tercer veneno es el del apego, ya hemos hablado de él y es básicamente exagerar en este caso las cualidades positivas de un objeto, persona ó situación, es así como nos vinculamos de manera exagerada exaltando cualidades que consideramos benéficas, como por ejemplo, cuando nos enamoramos y sentimos que no existe otro ser más guapo, maravilloso, cortés…y de repente la realidad nos alcanza y no es una persona mala necesariamente pero no es un héroe, aquél que mentalmente construimos, así que demandamos lo que nosotros ideamos y que no es real, esta actitud proviene de la ignorancia de cómo las cosas, personas y situaciones son.

 

En realidad podemos observar que la mayor parte de nuestros conflictos y sufrimientos provienen de la ignorancia y sus dañinos aliados: el apego y la  aversión. Se afirma que del triple veneno se generan las 84,000 aflicciones mentales que nos condicionan a vivir de una manera recurrente en la alegría y decepción exagerada, que en algún momento será alcanzada por la realidad y el sufrimiento.

Existen muchas herramientas en la cultura del Tibet para lidiar con éstos venenos, como por ejemplo,  la atención plena en nuestras acciones, el evaluar la causa y efecto de todo lo que hacemos, el monitorear si en el vínculo que establecemos con alguien o algo sentimos incomodidad o sufrimiento.

Es un hecho que de la sabiduría emerge la tranquilidad y la visión ecuánime y bien dimensionada de todo lo que nos rodea, se encuentra la felicidad genuina y duradera, de la ignorancia no puede venir otro resultado que no sea el sufrimiento.

Recuerden que en esta noción de Ignorancia no nos referimos a la falta de conocimientos o cultura, es más bien la ignorancia de nuestras acciones, sus consecuencias, la manera en que las concebimos y como nos relacionamos con ellas, de hecho podemos encontrar personas muy inteligentes pero con un desempeño vital de alguna manera ignorante.

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Así que a estar atentos, lúcidos, vigilantes, introspectivos, tolerantes y ecuánimes para que nuestra vida transcurra en un ambiente de tranquilidad debido a la sabia administración de nuestros hábitos de vida  y no en la ignorancia de la negatividad de las mismas y la falta de paz que nos generan.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca

 

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