Angeles – Clases de 6 a 10


INDICE – Clases de 6 a 10


6. Autoconciencia
Huella de ángel
Los guías espirituales
La Gratitud
El ángel del perdón
Bendiciones para la tierra
Oración a los ángeles consoladores

7. Trabajo con los ángeles
La meditación como camino
Energía del ángel guardián
Ángeles del hogar doméstico
Protección contra fuerzas oscuras
Oración a nuestro ángel custodio

8. ¿Por qué buscamos el contacto?
Los chakras
Ángel de la aceptación
Oración a los ángeles constructores
Oración al ángel del grupo

9. La energía
Transformaciones
Los mensajeros
El ángel de la armonía
Prog. Ang. Nro. 2 – Abrirte a tu ángel

10. Soñar con ángeles
El Perdón: el camino angelical hacia la sanación
El ángel de la fe
Ángeles de la energía
Prog. Ang. Nro. 3: Apertura hacia el ángel

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CLASE 6 AUTOCONCIENCIA

Depende en buena parte de nuestra autoconciencia la capacidad de comprender el lenguaje de los ángeles en nuestro corazón, pero depende más aún de nuestra disposición para encontrarnos con lo divino, con Dios, la Luz, la Fuente, tanto de nuestra vida como de la vida de los ángeles.

SI NO NOS ENTREGAMOS A LA BÚSQUEDA DE DIOS, NUNCA ESTAREMOS EN CONDICIONES DE ESTABLECER UNA RELACIÓN FRUCTÍFERA CON NUESTROS ÁNGELES.

Creo que esto es la parte más importante a tener en cuenta en la enseñanza de los ángeles. Los ángeles provienen de Dios; fueron creados como servidores del Señor, para reflejar la gloria de Dios y para observarnos tanto a nosotros como cuanto existe en el cosmos. Provienen de Dios y tienen su lugar dentro de la Luz y el Amor de los Cielos. Lo único que les interesa es llevar a cabo el cumplimiento de los planes de Dios. Si deseamos hablar con ellos «donde ellos habitan», habremos de hablarles de las cosas que les interesan.

Los ángeles se expresan utilizando el lenguaje de Dios.. que no es sino el lenguaje del amor. Si lo que deseamos es conversar con nuestros ángeles, es preciso que también nosotros nos expresemos en ese idioma, y podemos aprender a hacerlo.

Además de la búsqueda de Dios y juntamente con ella, también hemos de buscar la Divinidad dentro de nosotros mismos, en la vida de cada uno. Desde luego que no habremos de convertirnos en ángeles; pero sí podemos igualarnos a ellos por lo que hacemos.

¿Y cuál es la esencia del amor angélico? Trabajar en forma secreta en la vida del amado, para ayudarlo a crecer en el amor, el gozo, la sabiduría, la paz y todas esas cualidades que brillan sobre nosotros en el cielo. Buscar a los ángeles no significa sólo que nos comprometemos a buscar a Dios, sino a volvernos – tanto nosotros como nuestra vida – más santos. Significa liberarnos de los celos, porque ese sentimiento es absolutamente ajeno a la vida de un Ángel. Significa desprendernos del odio y crecer en espiritualidad, porque los Ángeles son amantes y generosos. Significa llevar una vida positiva y que no esté regida por los temores ni las ansiedades, ya que los Ángeles saben que vivir en Dios destruye los temores.

Y significa aproximarnos a otros para ayudarlos. Esto nunca se podrá subrayar lo suficiente. Si lo que ansiamos es funcionar en la misma longitud de onda que nuestros Ángeles, tendremos que ayudar a los otros a que puedan elevarse. No sólo tendremos que amar, sino demostrar qué y cuánto amamos. No sólo estar en paz con nosotros mismos, sino dejar que toda la paz posible inunde la vida de los otros.

Otra forma de ayudarnos a ser más sensibles a la presencia de los Ángeles es comenzar a buscarlos por todas partes, incluso donde comemos o donde hacemos nuestras compras, porque están en todas partes.


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HUELLAS DE ÁNGEL
Hay coincidencias que son los que se llaman «huellas de ángel». Las huellas de ángel son las sincronizaciones, las coincidencias que reverberan de significado y te dan la sensación de que hay alguien por ahí, ocupándose de beneficiarte.

Algunas huellas de ángel son tan sutiles que puedes pasarlas por alto, si no tienes la costumbre de buscarlas.

Si por ejemplo no podemos llegar a tiempo a un cierto lugar, o nos demoramos más de lo esperado, no nos debemos alterar cuando los planes parecen empantanarse. Todas esas ‘demoras’ tienen una finalidad, nos tenemos que limitar a esperar que aparezca el motivo y pronto se hace visible.

Cuando sientes el impulso de llamar a alguien y esa persona te dice: ‘Justamente necesitaba hablar contigo! ¿Cómo supiste que debías llamar», allí están las huellas de ángel, aunque podrías atribuirlo también a la percepción extrasensorial. Es lo mismo. Cuanto en tus manos cae el libro adecuado en el momento justo… ¡Más huellas de ángel!

Si dedicamos un momento a reflexionar sobre los innumerables momentos de gracia que hemos experimentado, comenzaremos a apreciar un esquema de intervención benévola. Lo que ha sido denominado corazonada, sexto sentido, intuición, bien podría ser la voz de un ángel que nos susurra una indicación, enseñándonos a utilizar la sabiduría que nos fue dada por nuestro Hacedor.

Invocar la atención y la compañía de tus compañeros celestiales favorece la oportunidad de crear más «huellas de ángel». Esas ocasiones en que se encuentra lo que no se buscaba brindan el placer de las sorpresas felices y proporcionan un sentido de flujo y la armonía de la vida.


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LOS GUÍAS ESPIRITUALES
Hay un dicho muy conocido que dice: «Cuando el alumno está preparado, el maestro aparece». Los guías espirituales entran y salen de nuestras vidas de acuerdo a nuestras necesidades. Generalmente representan la base de una cultura, raza o religión en particular, o también la senda de la vida. Son maestros.

Cuando un nuevo guía acude a ti, posiblemente te invadirá un ansia voraz de saber todo lo que desconocías sobre una determinada cultura o religión. Empiezas por comprarte libros, objetos, incienso, discos o ropa que tenga que ver con esta nueva afición y con lo que ésta te ofrece. De repente te irás encontrando personas con el mismo interés por esta búsqueda espiritual. Este proceso te ofrece una oportunidad de tomar un nuevo rumbo, ocurra repentina o desapercibidamente.

Podrás ver a tus guías a través de la meditación o por otros medios. Básicamente, todo lo que tienes que hacer es descubrir de dónde vienen tus intereses y percibir los mensajes de tu interior. Una vez que conozcas a tu guía o guías, podrás acelerar tu proceso de aprendizaje al explorar las múltiples posibilidades de crecimiento.

Si uno de tus guías espirituales es, por ejemplo, un indio americano, es posible que tengas visiones que te pongan en contacto con la madre tierra. Esto te hará sentir más respeto por este planeta, lo que te llevará a cierto activismo.

Si tu guía es un budista Zen, te enseñará a olvidarte de tu ego por un tiempo, a desarrollar tu intuición y a aprender a ser. Quizás cambies tu trabajo por otro más elemental y menos intelectual para aprender nuevas maneras de ser.

También es posible que tus guías sean personajes del pasado, como por ejemplo Florence Nightingale. En este caso tu guía propiciará un período de atención a la salud y a la nutrición.

Si tu guía es celta, te fascinarás por los cuentos de hadas, leyendas del Rey Arturo, reyes, reinas, místicos y arpas.

Los guías nos enseñan los valores espirituales que nos son ajenos. El reconocer a nuestros guías, a través de los importantes cambios que se producirán en nuestras vidas, nos ayudará a ser conscientes de nuestros seres más íntimos propósito de una determinada búsqueda espiritual. Nuestros guías nunca nos abandonan realmente, pero puede que se desvanezcan para que otros guías ocupen su lugar cuando tengamos nuevas lecciones que aprender. Sus enseñanzas son básicas, nos dan una nueva perspectiva y gran creatividad que nos conducirá a la armonía con nuestro ser superior.


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LA GRATITUD
El valor de los sentimientos es igual a la inmensidad cuando podemos dar de nosotros lo mejor que tenemos. No se mide en espacio ni en tiempo, y menos se puede esperar algo a cambio.

Si queremos transformar nuestras relaciones, tenemos que invocar a los Ángeles y aprender de ellos distintas experiencias. Cuando llamamos a la conciencia angelical, que es grandeza porque no existe en ella diferencia entre el uno y el otro, utilizando la ley de la gratitud vamos a poder valorar más nuestras acciones y al resto de las personas.

Luego de purificar o limpiar nuestro cuerpo emocional podremos hacer una lista de todas las cosas que de cada día tenemos que agradecer. Así dar gracias con el corazón abierto a cada persona o situación que vamos agradeciendo.

La ley de la gratitud afirma que siempre devolvemos al universo la respuesta que en otro momento ya había sido otorgada como una acción, que nosotros podemos percibir o no. Por eso nadie puede dar lo que no tiene o no sabe que lo posee.

Al comprender profundamente que la infinita Providencia nos da justo lo que necesitamos, como las aves del cielo que confían totalmente en el poder de nutrición de la tierra, es así que mirando solamente a otro, sin decirle nada, pero agradeciéndole desde nuestro interior, podemos irradiar todos los sentimientos de luz que guarda nuestro ser, y curar las heridas del alma-

También ésta es una forma de respuesta y entrega más profunda, la más importante: nuestro reconocimiento. En ese momento comenzamos a sentir que somos un Todo imposible de separar, como una danza que no se detiene generando unión y armonía entre todas las almas.

Está ya funcionando nuestra conciencia angelical, y se establece para siempre en nuestra realidad tan humana, y quizás, a partir de ese momento de purificación, tan divina.


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EL ÁNGEL DEL PERDÓN
Hay un viejo dicho: «Errar es humano, perdonar es divino».

El Perdón es un desprenderse de las ataduras del pasado que nos permite ver al mundo y a nosotros mismos a través de la claridad luminosa del presente eterno.

El Perdón es la gran fuerza amorosa capaz de transformarlo todo sin violencia ni coacción.

Para personas que fácilmente estallan en ataques de ira o de enojo, la invocación del Ángel del Perdón restablece la armonía, liberta tensiones, aplaca el estado agresivo.

También permite ver la solución de un problema con mayor claridad y en consecuencia brinda paz espiritual.

Si no puedes perdonar a alguna persona que te ha dañado, pídele al Ángel que te oriente sobre la causa o razón de esa situación, para que aprendas la esencia del motivo y al final descubras qué es lo que tienes que cambiar para que no te resulten dolorosas las enseñanzas de la vida.

De fundamental importancia es que aprendas a perdonarte a vos misma por los errores cometidos, y que no vengas castigándote consciente o inconscientemente por estos motivos.

Te propongo que:
Sin duda hay en tu vida personas o cuestiones a las cuales te es difícil perdonar. Y es muy fácil que te limites a proyectar sobre ellas odio o indiferencia. Es igual. Estás proyectando aspectos ocultos de tu personalidad, que te niega a reconocer en ti mismo, sobre ellas.

Sin darte cuenta, estos odios más o menos irracionales, te están separando del Ángel del Perdón. Para solucionar este importantísimo problema, debes conectarte con el mismo, y para hacerlo debes comenzar perdonándote a ti mismo.

Imagina que estás sentada bajo las alas del Ángel del Perdón. Siente como todo tu ser absorbe su vibración y se funde con ella.

Pídele que haga desaparecer el rencor de tu vida y que te ayude a perdonarte a ti misma, a tus padres y a todos aquellos que tú creas te han perjudicado en tu vida.

Invita a tu Ángel del Perdón a compartir contigo la maravillosa experiencia del Perdón.


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BENDICIONES PARA LA TIERRA
Esta oración hay que recitarla dando un giro completo y elevando las manos juntas hacia los cuatro puntos cardinales, motivo por el cual entre un punto y otro será necesaria una breve pausa para ejecutar el movimiento.

Es una oración muy intensa que atrae y sensibiliza a los Devas, los cuales dejan una gran vibración de serenidad en el lugar en el cual se ha recitado.

Muy sugestiva, está cargada de gran fuerza si se recita en grupo al aire libre, inmersos en la belleza de la naturaleza.

Paz al Norte,
Al Sur,
Al Oeste,
Al Este.

Paz a través de los cuatro elementos
Y al éter cósmico que todo contiene.
Haya paz y amor para todas las criaturas
Visibles e invisibles
Por medio de sus reinos
Y de sus elementos

Paz a sus Ángeles
Y a sus Devas.
Pas a nosotros que con ellos
Compartimos el camino.


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A LOS ÁNGELES CONSOLADORES
Es una invocación particularísima para ser dirigida mentalmente hacia los lugares de guerra o en los que hayan ocurrido estragos, torturas, actos de terrorismo, matanzas realizadas por el hombre o por las fuerzas de la naturaleza, graves incidentes con muchas víctimas.

Fue compuesta para el Ghetto de Varsovia. Todavía hoy se copia en tiras de papel que enrolladas son depositadas donde sea posible, entre las piedras, en las fisuras de los muros y en los muchos sitios de sufrimiento sobre la Tierra.

Si se acompaña con pensamientos compasivos, posee un gran poder evocador. Solicita la intervención del Deva Consolador. Es la primera vez que su publicación es autorizada, pues ya es tiempo de que difundamos esta costumbre reparadora.

Como pétalos de rosas en un desierto de sal,
Amor, compasión, dulzura,
Pensamientos comprensivos
Desciendan a estos lugares.

Que los cielos se abran
Y ángeles misericordiosos hagan descender
Miel y ambrosía para curar las heridas:
A través del tiempo y el espacio.

De los reinos oscuros
De donde locura y terror han surgido
Locura y terror retornen
Y que la Nada los trague.

Que la Luz envuelva con su rayo
Toda vida truncada, y compense
Cada gota de sangre, y
Cada lágrima.

Que la nueva vida sea fácil
Y el karma positivo.
Devas Consoladores, lleven a quien queda
Resignación y fortaleza.

Y que el Hombre comprenda
Y la Tierra no olvide…

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CLASE 7 TRABAJO CON LOS ÁNGELES

Antes de ir al encuentro de cada ángel para solicitarle su cooperación, debes seguir cuatro pasos preliminares que revisten vital importancia. Si has creado una mutación en cualquier ángel en particular, a través de las proyecciones de tus temores, tus opiniones, tus juicios condenatorios o tus culpas, el contacto directo con ese ángel podrá muy bien llevarte hacia un profundo conflicto interior. De modo que, entonces, la principal prioridad deberá ser alcanzar una especie de curación de tu conciencia, una limpieza de tu mente y de tu corazón para eliminar todas las proyecciones perjudiciales y para disolver todos los obstáculos que bloquean las energías.

El hombre, en efecto, insiste en el desarrollo de descubrimientos, de revelaciones, de la obtención de poderes como no se han visto desde los días de la Raza de los Atlantes. Y a menos que, esta vez, sea moralmente lo bastante fuerte como para controlar esas fuerzas y desarrollar esa perspectiva de espiritualidad que resulta esencial en todos aquellos que detentan gran poder, resultará nuevamente abrumado… De modo que debería cuidarse de emprender cualquier búsqueda encaminada a utilizar a los ángeles y devas con una deliberada intención egoísta o con propósitos destructivos.

El trabajo con los Ángeles puede ser una maravillosa aventura de creación conjunta que te permitirá comenzar inmediatamente el proceso de curación, perdonándote a ti misma por todas tus equivocaciones. En realidad, no eres verdaderamente tú quien se ha equivocado; sino que es una falsa creencia, o una forma de pensamiento errónea, llamada ego, la cual no es nada más que una parte de la gran ilusión en que está sumida tu vida, aunque la acción del ego puede dejar heridas emocionales que deben ser curadas. Al perdonarte a ti misma, simplemente estás apelando a la Energía de Corrección, a la Ley de la Modificación y el Ajuste, PARA transmutar los viejos patrones erróneos y para eliminar los fantasmas de otro tiempo.

Tú debes escudriñar en tu conciencia, y si en tu recorrido aparece alguna circunstancia de tu pasado que te provoca un sentimiento de vergüenza o de desmerecimiento, revisa toda la escena desde un punto de vista panorámico y proyecta el Amor de Dios que hay en vos sobre todas las imágenes de tu memoria. No intentes arrojarlas fuera de tu mente. Eso sería una forma de reprimirlas. Entrégalas al Espíritu y deja que se consuma.

También permite que salgan a la superficie las viejas raíces del pecado, el miedo y la culpa, y deja que se agiten y se remuevan en el seno del Fuego Sagrado hasta volver a sentirte limpia y pura. Comprende que sin el concurso de la Acción Divina, resulta imposible entregar cualquier pensamiento o sentimiento al Espíritu que ha de transmutarlos.

El segundo paso en la restauración de las relaciones entre tú y los ángeles es examinar los problemas de personalidad que puedes estar experimentando – temor, decepción, falta de honradez, ira, arrogancia, confusión, obstinación, sentimientos de futilidad, celos, impaciencia, resentimiento, de baja estimación de tu propio valor, etc., etc. Aprovecha también para tomar nota de los aspectos negativos de tu vida, como pueden ser las necesidades económicas, discordias familiares, problemas sexuales, incapacidad para mantener relaciones duraderas, enfermedades y mala salud, problemas legales y fracasos en los negocios o en tu profesión. Esta evaluación te ayudará a ver cuáles son los ángeles que han sufrido las mayores adulteraciones.

Una vez que has localizado tus puntos problemáticos te encuentras lista para iniciar el tercer paso: la entrega total al Espíritu que mora en tu interior, de tu mente, tus emociones, tu cuerpo y tu mundo personal, sin ocultar ni reprimir nada y entregándolo todo y para Dios.

A partir del análisis anterior, corta las cuerdas de todos los rasgos negativos de tu personalidad y vacíate incluso de todo aquello que parezca pertenecer a la tercera dimensión de la naturaleza humana. Recuerda que, al hacerlo, inmediatamente entra en acción la Ley de la Modificación y el Ajuste, el principio corrector que forma parte de la naturaleza divina de la persona, esa energía purificadora que se irradia desde el yo espiritual de cada individuo.

Todos esos elementos que tú has entregado en forma sincera y auténtica, son corregidos y modificados en los planos interiores de conciencia y así los Ángeles se ven liberados de todas las proyecciones del ego.

Una vez que has comenzado a sentir más y mejor las vibraciones espirituales de tu conciencias, estás lista para dar el paso final antes de entrar en contacto con los Ángeles.

Este cuarto paso consiste en meditar y poner en juego en tu conciencia la presencia del Espíritu de Dios que habita en ella. Esto debe ser hecho antes de intentar cualquier visita al reino interior. Contempla el poder protector de tu Sagrado YO y siente cómo te rodean sus «brazos eternos». Luego pídele al Espíritu que te sirva de guía para viajar a las profundidades de tu conciencia, que te escolte personalmente para ir al encuentro del ángel que desees consultar. Siente cómo, en tu viaje interior, te envuelve la presencia del Amor, la Sabiduría y el Poder del Espíritu y ve y siente la Luz que te rodea cuando avanza a través de un túnel sinuoso.

Al llegar a cierto punto de tu viaje, podrás ver que una luz aparece delante de ti y así sabrás que está aproximándose el Ángel. Cuando estés más cerca, te darás cuenta de que esa luz comienza a tomar la forma y el aspecto de un ser físico, que puede ser hombre o mujer. Contempla sus ojos y, sintiéndolo profundamente en tu corazón, exprésale tu amor y tu gratitud y siente cómo ese amor te es retribuido.

En ese momento puedes interrogarlo sobre cualquier tema que venga a tu mente, pero te sugiero que preguntes: ¿Cómo puedo ayudarte en tu tarea de hacer que la perfección se manifieste en mi vida?. La respuesta puede llegar a sorprenderte, pero, cualquiera que sea, asegúrate de escribirla en un diario de tu viaje espiritual. El Ángel también te preguntará qué puede hacer por vos, de modo que debes estar preparada para responderle con cariño y con franqueza.
Comprende que, aunque el contacto con los Ángeles comience en tu imaginación, no se trata de un simple ejercicio imaginativo. Imaginación significa «el poder de representar las cosas mentalmente» y así estás usando el pensamiento creativo para introducirte en los planos interiores, donde tu sentido de la vista te ha de revelar la presencia de estos Ángeles de la Ley Cósmica. ¡Y ellos son seres reales! Ellos son los agentes activos del Logos, y ejecutan todos los detalles del plan del mundo.

Al encontrarte con los Ángeles, te darás cuenta de que no siempre asumen la misma forma y aspecto. Cuando se produzcan cambios en lo que proyectas sobre ellos, asumirán una apariencia diferente. Algunas veces están tan bloqueados por el ego que sólo podrás ver un contorno borroso y nublado.

Durante tu encuentro con el Ángel no debe sorprenderte si Él o Ella llaman a otro Ángel para que participe de la experiencia. Si eso sucede, solicita al primer Ángel que te lo presente y que te explique la razón de la presencia de su compañero.

Habla con los Ángeles. Conversa con ellos; hazles preguntas, escúchalos. También pueden mostrarte lo que parece ser una escena, como una película proyectada sobre una pantalla. Observa cuidadosamente la «película» y, en caso de no estar segura, no vaciles en pedirles que te explique su significado.

Aunque estas enseñanzas son eminentemente esotéricas, son también sumamente prácticas, lo cual significa que los principios deben ser practicados si ansías recibir beneficios totales. Todo esto implica emprender un viaje de desarrollo espiritual que ofrece una rica recompensa al viajero que está dispuesto a prestarle la debida dedicación.

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LA MEDITACIÓN COMO CAMINO
La meditación es ciertamente una de las formas privilegiadas para comenzar el diálogo con el Ángel.

Meditar regularmente procura comúnmente un inmenso beneficio en todos los planos. Aumenta la sensación de bienestar psicofísico, hace más estable el equilibrio emocional, mejora el emprendimiento y la memoria, potencia la capacidad creativa e intuitiva.

La meditación es una especie de tranquilizante del pensamiento, calma los arrebatos de la emotividad y deja la superficie de la mente limpia y serena como un espejo de agua. Y sobre este límpido lago, muy visible desde lo alto, podrán posarse los pensamientos y las intuiciones que provienen de los planos sutiles.

Generalmente, nosotros ofrecemos a los Maestros Invisibles nuestra mente como una copa llena de preocupaciones. La meditación vacía esta copa, hace que se vuelva pulida y acogedora para que pueda rellenarse de pensamientos divinos.
El siguiente esquema es rápido y eficaz para quien pretenda comenzar a meditar, síguelo punto por punto. Entre un punto y otro, toma unos segundos de pausa:

1) Siéntate cómodamente, espalda recta, manos apoyadas sobre las rodillas. No es necesario estar en el suelo con las piernas cruzadas, si no se está acostumbrado entran calambres; si el cuerpo está incómodo, la mente se queda atenazada al cuerpo, por lo tanto, punto primero: estar cómodos.
2) Efectúa tres respiraciones lentas y profundas, inspira por la nariz y expira por la boca.
3) Permanece por uno o dos minutos sin pensar en nada en particular. Caerás en la cuenta de que todos los pensamientos se agolparán en tu mente; analízalos imparcialmente, sin luchar para desecharlos.
4) Cuando te aquietes, haz otra respiración muy lenta y profunda, y después repite en el silencio de tu mente este antiguo mantra: SO HAM.
5) El mantra se repite con mucha calma y lentitud, durante más o menos 15 minutos; no es necesario nada más.
6) Te ocurrirá seguramente que te distraerás, que recordarás que estás siguiendo pensamientos cualesquiera y que no recitas el mantra. Vuelve a repetirlo, concentrando la atención sobre las dos únicas sílabas. Continúa durante 15 minutos.

La meditación es serenidad, simplicidad, pureza. Debemos permitir a la mente resbalar sobre las dos sílabas, libre y elástica, sin que se deba tratar ni solicitar ningún encuentro espectacular. No te pongas tensa en la expectativa de que «algo» debiera ocurrir.

Al finalizar los quince minutos, te parecerá quizás que no ha pasado nada, pero en las profundidades de tu ser se está creando un espacio azul. Justo aquel espacio que generalmente está ahogado por pensamientos, preocupaciones, emociones.

En ese espacio azul puede tener lugar el diálogo con vos misma y con tu ser angelical, con el Ángel que vive en el alma de cada uno.

Para que la meditación dé sus frutos, es necesario practicarla cotidianamente. Intenta conseguir un espacio de quince minutos en el marco de tu jornada, te darás cuenta muy pronto que será el tiempo mejor empleado…

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ENERGÍA DEL ÁNGEL GUARDIÁN
Todos tenemos un Ángel guardan que siempre nos acompaña. Hay muchas personas que perciben a su Ángel Guardián cuando están en peligro y una fuerza exterior a ellas las rescata o las guías hacia la seguridad. No hay problema alguno en que alguien no haya reconocido los momentos en que el Ángel Guardián estuvo a su lado; ahora podrá empezar a darse cuenta.

Cuando abrimos la mente podemos descubrir que recordamos circunstancias del pasado por largo tiempo olvidadas que se relacionan con el Ángel Guardián. Tales recuerdos no siempre se refieren a momentos de peligro. En realidad, la mayoría de las experiencias que tenemos con los Ángeles son maravillosos momentos en que te sentiste bien sin razón aparente y quisiste reír y cantar, o momentos en que tuviste una inspiración transformadora, la seguiste y todo salió muy bien.

Tal vez alguien recuerde que de pequeño, cuando estaba solo y tenía miedo, apareció una hermosa luz que lo hizo sentir a salvo sobre la tierra. En la identificación de experiencias angélicas no debemos ser muy estrictos con nosotros mismos ni concentrarnos demasiado en los milagros divinos en que los Ángeles aparecen y nos llevan volando hacia un lugar seguro. Basta con ser uno mismo para saber cómo y cuándo el Ángel Guardián nos fue de ayuda.

Comenzaremos a ver todas las experiencias creativas y divertidas que podemos generar junto con el ángel guardián ahora que nos conocemos. Básicamente, sugiero entablar una relación de verdadera amistad con el Ángel guardián. Imaginemos que tenemos un mejor amigo invisible que presencia todo lo que nos pasa y con quien podemos compartir nuestras percepciones.

No todos tenemos la misma idea sobre los ángeles guardianes. Algunos creen que el Ángel guardián es lo mejor de sí mismos, parte del mismo sistema de energía que el alma o el espíritu de cada uno. Otros creen que el Ángel guardián es un ser separado que va junto a ellos todo el tiempo. Hay otros que dicen que el Ángel guardián es el guía espiritual. Cada uno elegirá la explicación que mejor le cuadre. Pero incluso cuando surjan dudas, hay que intentar mantener la mente abierta y poco a poco se llegará a conocer al Ángel guardián.

Cuando en tu vida se produzca una situación en la que precisas aplicar poder de manera especial, imagina que tu sistema de energía se ajusta por completo con el de tu ángel guardián. Así lo podes hacer cuando quieras expandir tu conciencia o recibir discernimientos valiosos. El ajuste del sistema de energía propio con el del Ángel guardián también sirve para proporcionarnos una dosis de energía sanadora. No hay reglas para esto. Sólo hay que aplicar los sentimientos que uno tiene respecto del Ángel guardián y dejar que todo suceda.

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ÁNGELES DEL HOGAR DOMÉSTICO
De ellos ya hemos hablado en forma separada. Son una realidad consoladora, son los custodios del núcleo familiar, de los ancianos, de los niños. También ellos podrían hacer muchísimo si los reconociéramos, amáramos e invocásemos.
Una familia puesta conscientemente bajo la protección de su Ángel vive en una constante aura de bendición y de armonía. El Ángel, una vez aceptado, colabora activamente en el crecimiento espiritual de «su» familia, interviniendo también para defenderla en las controversias y en los problemas materiales.

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PARA LA PROTECCIÓN CONTRA LAS FUERZAS OSCURAS
Es una oración medieval sacada del libro de Francesco Berra L’Angelo del Signore. Es una arma eficaz de protección que hay que recitar para aumentar la serenidad y la confianza en sí mismo:

«Señor manda todos los santos Ángeles y Arcángeles. Manda al santo Arcángel Miguel, al Santo Gabriel y al Santo Rafael para que estén presenten y defiendan y protejan a este siervo tuyo; Tú que lo plasmaste, al que diste un alma y por el cual te dignaste derramar tu sangre.

«Lo protejan, lo iluminen cuando esté despierto; cuando duerma lo dejen tranquilo y seguro contra toda manifestación diabólica, de modo que ningún ser que tenga poder maligno pueda jamás entrar en Él.

«Que no se atrevan a ofender o herir su alma, su cuerpo, su espíritu o aterrorizarle o solicitarlo con la tentación».

ORACIONES ESPECIALES
Siempre del libro de Franceso, cito textualmente algunas oraciones, explícitamente dirigidas a los Ángeles Protectores de algunos oficios.

Para las Fuerzas del Orden
Oh Sumo Caudillo de las Milicias Angélicas, San Miguel Arcángel, nosotros te invocamos como nuestro protector. Como Tú reconoces que toda tu autoridad es de Dios Omnipotente, así con tu ayuda nosotros queremos que todo nuestro servicio se cumpla como suprema alabanza de la Justicia y del Amor de Dios, en la caridad del prójimo y en la fidelidad a la Patria.

Para el honor de nuestro nombre, te rezamos además humildemente, o nuestro amable Protector, para que custodies en nuestra conciencia aquel orden y aquella paz de Cristo que son el presupuesto del orden y de la paz que tenemos la noble misión de tutelar. Amén.

Para los Banqueros
Oh, sabio San Miguel Arcángel, que sujetas en tu mano la balanza de la divina justicia, haz que en nuestra cotidiana preocupación de custodiar, administrar y distribuir el dinero de otros, Tu protección nos guíe siempre a valorar cada cosa con honestidad, justicia y caridad.

Alcánzanos de Dios, te lo suplicamos, que nuestra cuenta personal se cierre cada día, y siempre, con la verdadera e insuperable ganancia que es la paz del corazón en Jesús Señor Nuestro. Amén.

Para los Radiólogos
Oh, San Miguel Arcángel, que sois el más antiguo contemplador de la luz eterna que es invisible a nuestros ojos, mándanos un rayo de ella a nuestro corazón.

Así, iluminados por la Verdad, y purificados por el Amor, nos acercaremos más dignamente a nuestros aparatos liberadores de imponderables energías, adorando la sabiduría de Dios.

Oh, luminoso Protector nuestro, que conoces a qué precioso remedio y a qué sutil peligro nos acercamos diariamente, haz que el misterio de las radiaciones emane para nosotros luz de vida y nunca tinieblas de muerte; y que la liberación de los males corporales nos induzca a adorar la bondad infinita de Dios y de nuestro Señor Jesús Cristo. Amén.
Para los Paracaidistas

Eterno e inmenso Dios que creaste los eternos espacios y mediste sus desmesuradas profundidades, mira, benigno, a nosotros los paracaidistas que, en el cumplimiento del deber, saltando de nuestros aparatos nos lanzamos en la inmensidad de los cielos.

Manda al Arcángel San Miguel como nuestro custodio y protege nuestro intrépido vuelo. Como niebla al sol, nuestros enemigos se disipen frente a nosotros.

Cándida como la seda del paracaídas sea siempre nuestra fe e indómito nuestro coraje.

Bendice, Señor, nuestra Patria, las familias, nuestros seres queridos; para ellos en el alba, y en el ocaso sea siempre nuestra vida, y para nosotros, o Señor, Tu glorificada sonrisa. Así sea.

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A Nuestro Ángel Custodio
Ángel Mío protector
Dame la fuerza para realizar
Los propósitos de crecimiento interior
De colaboración y de servicio.

Mi voluntad es pura,
Potenciada con tu fuerza.
Ayúdame en las cosas cotidianas,
En las materiales y espirituales.

Desarrolla en mí tus dotes,
Que yo vea mis defectos,
Y que posea compasión y paciencia.

Guía mis pensamientos, los deseos, las acciones
Hacia aquello que es más justo
Para mi crecimiento espiritual
Y dame la capacidad de aceptar
Lo que no logro comprender.

Oración de Clausura

Te saludo, Ángel nuestro,
Protector y aliado.

Te saludo, Señor del Lugar,
Y a vosotros, Ángeles y Devas
Que habéis estado cerca.

Vuestra potencia acompañe nuestro intento
Y lo deposite ante el trono del Inmenso
Donde la luz asciende en remolinos llameantes.

Que nuestra llamada sea aceptada y descienda
Del Espíritu a la materia
Según nuestro karma.

Volved a correr el velo
Y que el Plano se cumpla.


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CLASE 8 ¿POR QUÉ BUSCAMOS EL CONTACTO?


Nada hay más cerca de nosotros, salvo el amor de Dios, que la presencia de nuestros ángeles de la guarda. Nos conocen mejor, en forma más íntima, que nuestros padres o nuestros cónyuges. Se ocupan apasionadamente de nuestro bienestar espiritual y también de nuestra salud física, en cuanto ésta pueda efectuar lo espiritual (cosa que siempre sucede).

Desde el momento de nuestra concepción, nuestros ángeles guardianes nos han acompañado, manteniendo sin cesar su contacto con nosotros. Saben lo que hacemos, conocen nuestras penas, se enteran de cuanto vemos y decimos. Tienen a su cargo la vida y la muerte de toda célula viviente y nos aman, porque son serse enviados por Dios y Dios es amor.
Y el amor es la más básica, bella e importante de todas las comunicaciones, así como la más poderosa. Es algo tan sencillo como el niño protegido en brazos de su madre y al mismo tiempo tan complejo como la mujer sin hogar, enferma de SIDA, que, cuando encuentra a alguien más necesitado que ella, le brinda su único tapado para que se abrigue. Es hermoso, porque el amor crea belleza en el espíritu que ama y del que es amado. El amor es importante, porque nos trae el recuerdo de Dios, y Dios es amor. Y es poderoso, porque puede transformar nuestras vidas con más fuerza que un terremoto.

El amor tiene necesidad de comunicarse. Ansía llegar al amado para que cada persona sepa que es admirada y querida y que alguien está cuidando de ella. Cuando le resulta imposible alcanzarnos por medio de hechos o de palabras, lo hace en espíritu. Necesita, debe comunicarse.

Nuestros ángeles nos aman, y porque nos aman sólo piensan en nuestro bien. Quieren que nos sintamos felices y estemos en paz, desean que todos nos enteremos de cuánta es la sabiduría, la misericordia y el amor que ellos tienen. Quieren lo mejor para todos nosotros.

Por nuestra parte, también amamos a nuestros ángeles, aunque la mayoría de las veces no estamos conscientes de ello. Quizás hayamos tenido alguna intuición de su labor en algún momento de la vida, como la mano que nos retuvo en el momento en que íbamos a ponernos delante de un camión, o aquella oleada de consuelo cuando llorábamos la muerte de un amigo bienamado, muerto no hacía mucho. Y también, sencillamente tenemos fe en la existencia de los Ángeles y en que ellos nos aman y se ocupan de nosotros.

Pero, en última instancia, ya sea que hayamos visto o no a nuestros ángeles, hayamos podido hablar con ellos o no, lo que queremos es comunicarnos con esos seres. Deseamos verlos cara acara para agradecerles todo lo que cuidan de nosotros y cuánto nos guían. El ansia de tener una de esas formas de contacto es absolutamente normal. No tiene nada de extraño. El amor se encarga de salir en busca de lo que debe amarse: Dios lo hace; nuestros ángeles nos buscan, y nosotros buscamos a Dios y a todos los que se relacionan con Él o provienen de Él. Para eso estamos hechos y eso es propio de la naturaleza humana.

El universo entero se maneja y alimenta con las energías del amor. El mundo se trasformaría todo, absolutamente todo lo relacionado con nuestras vidas, fuera motivado por el amor y recibiera su energía del amor. Creo que muy en lo hondo de nuestro corazón, todos estamos enterados de esto, pero tememos vivir de acuerdo con esas reglas, tal vez con la esperanza de que algún otro ponga a rodar la bola para que todos los demás podamos seguirla. Los ángeles están en condiciones de ayudarnos a dar más fuerza a nuestro amor, de modo que por eso queremos buscarlos y aprender.

Nosotros decimos que no lo hemos oído ni lo hemos visto alguna vez, pero es que no nos hemos dado cuenta. Para conseguirlo, necesitamos desarrollar nuestra visión interior, nuestra conciencia hacia adentro, oír lo que sucede dentro de cada uno. Sólo entonces van a funcionar nuestros ojos y nuestros oídos.

Y no hay otra forma de desarrollar la sensibilidad con respecto a nuestros ángeles, que constantemente nos hablan en lenguas angélicas, que están mucho más allá de lo que pueden captar los sentidos humanos. Hemos de preparar neutro espíritu y nuestro corazón, y en ocasiones incluso nuestro cuerpo, y entonces sí estaremos en condiciones de que los ángeles lleguen hasta nosotros en tal forma que podamos reconocerlos como seres angélicos.

Los motivos que nos muevan a desear tales encuentros han de ser puros y en absoluto originados en algún interés personal. Incluso así, debemos aceptar que tales encuentros podrían llegar a no concretarse nunca. No hay ruego ni promesa, por grande que sea, capaz de impulsar a nuestros ángeles a ponerse en contacto con nosotros. Nuestras conversaciones con el ángel custodio de cada uno – en lento avance- han de buscarse dentro de los límites del reino espiritual y nunca en la esfera física. Cuando sea necesario, dentro de esta dimensión, llevar a cabo una entrevista con nuestro custodio, Dios y nuestros ángeles habrán de encargarse de que ello sea posible.

¿Qué determina el contacto?
Cuatro factores que han de presentarse juntos, determinan si advertiremos o no que tenemos un contacto con nuestros ángeles:

Ø Si forma parte del plan de Dios;
Ø Si en verdad conocemos y entendemos qué son y qué hacen los ángeles, así como aquello que pueden hacer o no;
Ø Si son puros nuestros deseos para desear un encuentro de esa clase, y;
Ø Si estamos preparados para un encuentro

El primero de esos factores – si forma parte del Plan – está totalmente fuera de nuestro control. Sin embargo, entiendo que si rezamos con fervor y sinceridad pidiendo el privilegio de ver a los ángeles de Dios con nuestros ojos de seres humanos, así como merced a nuestra percepción interior, el encuentro podría concederse.

Desde luego, la concesión de ese pedido habrá de depender siempre del porqué de nuestro deseo de tener un encuentro angélico. Si las razones son puras y libres de motivos tales como la autogratificación, una curiosidad ociosa o el deseo de controlar a otros, o incluso sentir celos de quienes sí han tenido encuentros con ángeles, entonces podríamos estar más cerca de que el deseo nos sea concedido.

Y en cuanto se refiere a estar preparados o no, ya es una cuestión del estilo personal de nuestra vida.

* * * * *
LOS CHAKRAS
Así como el sistema nervioso coordina la actividad dentro del cuerpo físico, existen en el cuerpo energético centros que ayudan a integrarlo en nuestro vehículo físico, con nuestra mente y nuestras emociones. Así como hay en el cerebro diferentes zonas que se relacionan con diferentes funciones físicas y mentales, así cada uno de estos centros se relaciona también con diferentes funciones. Están localizados, no sólo en la cabeza, sino por todo el cuerpo.

Estos centros energéticos se denominan chakras, palabra sánscrita que significa «rueda», pues cuando volvemos nuestros sentidos hacia adentro para explorarlos los vemos y sentimos como discos o esferas giratorias. Hay ocho chakras principales que se disponen en línea, desde la base de la columna hasta la parte alta de la cabeza, y es con estos centros energéticos con los que trabajaremos en el siguiente proceso de cimentación.

Hasta hace poco nos concentrábamos en siete chakras principales, pero a medida que evolucionamos y nos vamos acercando a los ángeles, un nuevo chakra está despertando dentro de nosotros. Los llamamos chakra del timo. Se encuentra entre los chakras del corazón y de la garganta. Así como los ángeles están abiertos a toda la vida, este nuevo chakra nos sostendrá mientras aprendamos a abrirnos más y más los unos a los otros.

La función del chakra del timo es generar paz y amor universal. También se vincula con la glándula timo, parte importante de nuestro sistema inmunológico. El despertar de este nuevo chakra fortalecerá nuestro sistema inmunológico y nos ayudará a tratar con el cáncer, el SIDA, las enfermedades del corazón, los ataques y otros males.
Dedica el tiempo necesario a estudiar el diagrama siguiente, para poder familiarizarte con la localización de los chakras y los colores que se relacionan con ellos.

Chakra de la Raíz: Base de la columna, su función es la supervisión y seguridad; color – rojo; elemento – tierra; reino mineral.
Chakra Sexual: Bajo vientre; sexualidad, creatividad, naranja; elemento agua; reino vegetal.
Chakra del Plexo Solar: Región del plexo solar; función – logros y poder; amarillo; fuego, animal.
Chakra del Corazón: Centro del pecho; amor; verde; aire; humano.
Chakra del Timo: Parte superior del pecho; compasión, paz; aguamarina; reino – enlace con el mundo del alma.
Chakra de la Garganta: Garganta; comunicación; azul; reino angélico.
Chakra del tercer Ojo: Centro de la Frente; intuición; añil; arcángeles.
Chakra de la Coronilla: Parte superior de la cabeza: conciencia cósmica; violáceo; el Creador.

Cuando te hayas familiarizado con el diagrama y el gráfico, estarás listo para explorar tus chakras.

La mayor parte de las personas no sabe dónde tiene el páncreas o el hígado, mucho menos los órganos del cuerpo sutil. Tal vez no sientas tus chakras la primera vez que hagas un ejercicio con los chakras. Quizás tampoco los veas. O puedes sentir algunos con más potencia que otros. No te preocupes si no lo consigues de inmediato. La afinación de los sentidos sutiles es progresiva; cuanto más repitas los ejercicios, más mejorarás.

Observa si algunos son más fáciles de percibir que otros. Aspira más profundamente hacia aquellos con los que te sientas menos vinculada, hasta que tu conciencia de todos sea igual, hasta que todas sus luces brillen con potencia.

Las energías de cada chakra se relacionan con zonas de tu vida cotidiana y física. Te proporciono un breve resumen de los principales asuntos pertinentes a cada uno, en lo mental y lo emocional, en lo físico y en lo psíquico. Concéntrate en un chakra determinado cuando estás dedicada a la actividad correspondiente, puede ayudarte a fluir en armonía con tus más elevadas intenciones.

RAÍZ: Seguridad, cimentación, presencia, confianza; aparato digestivo inferior.
SEXUAL: Sexualidad, sensualidad, intimidad, creatividad; glándulas y órganos sexuales; clarisensitividad.
PLEXO SOLAR: Poder, control, logros, autoestima; glándulas adrenales, tubo digestivo superior; sensibilidad de las «ondas» de gentes y sitios.
CORAZÓN: Amor, compasión, perdón, entrega, aceptación; corazón y sistema circulatorio; empatía.
TIMO: Amor universal (incondicional), hermandad, lazos con toda la humanidad, paz; timo y sistema inmunológico; telepatía.
GARGANTA: Comunicación, espontaneidad, hablar y oír la verdad; tiroides, garganta y oídos; clariaudiencia.
TERCER OJO: Sabiduría, discernimiento, visión espiritual, glándula pineal, cerebro / mente; clarividencia.
CORONILLA: Yo Superior, espiritualidad; pituitaria, cuerpo energético; conciencia cósmica.

Como verás, si tienes dificultades con tu hogar y tu trabajo, el que participa es tu chakra de la raíz. Los problemas financieros se relacionan con los chakras de la raíz y del plexo solar, puesto que las preocupaciones monetarias afectan tu sentido de la seguridad y de tu imagen personal.

Si analizas temas relacionados con el amor y las relaciones, trabaja con el chakra del corazón. Si estás estudiando para un examen, presta atención a tu tercer ojo. Si piensas en cambiar de ocupación para dedicarte a un objetivo en concreto, ten conciencia de tu chakra del plexo solar.

En cuestiones de salud, puedes consultar el detalle y ver dónde los chakras se relacionan con tu cuerpo físico. Una ronquea o una laringitis involucra el chakra de la garganta; si tienes problemas estomacales, trabaja con el chakra del plexo solar, que se relaciona con la parte superior del tubo digestivo.

EL ÁNGEL DE LA ACEPTACIÓN
Un ángel que se especializa en ayudarte a confiar en el proceso divino, a tener fe en tu futuro y en el futuro del mundo, y a aceptar que la voluntad y el plan de Dios son extremadamente buenos, es el Ángel de la Aceptación conjunto con el Ángel de la Paciencia.

Este ángel es de naturaleza femenina. En la mitología griega se la conocía como Iris, «la diosa del Arco Iris, dotada de alas doradas y mensajera de los dioses.. Era la encargada de transmitir a los hombres las órdenes de los dioses, viajando por el camino del Arco Iris». También se la llamaba Reina de los Cielos, y se dice que era la mensajera habitual de la Reina de los Dioses, la guardiana de los Misterios.

Examinemos un poco las palabras clave que acabamos de ver: El arco iris representa el canal o pasaje entre el reino de la tríada espiritual, o divina conciencia, y la personalidad, y es también el camino que recorre Iris al traer los mensajes que provienen de lo alto. El arco iris también simboliza el signo de la alianza que se describe en el Génesis (9:13-15); por lo que este ángel es también el Ángel de la Alianza, lo cual significa que el mundo de un individuo no será inundado por el diluvio de la negatividad si ese individuo encarna las cualidades de este Poder Causal.

¿Y en qué consisten esas cualidades? En tener un sentido de proporción en la vida, junto a la capacidad de mantenerse con firmeza y equilibrio en el camino espiritual mientras la vida nos hace oscilar hacia atrás y hacia delante, entre el polo positivo y el polo negativo. En la cualidad de practicar la moderación en todas las cosas y de no caer en el fanatismo, independientemente de la pasión o devoción que sintamos hacia una determinada actividad. En la fuerza que nos capacita para concentrarnos en la dirección espiritual y para seguir el plan de la vida mientras se va desarrollando y nos revela los objetivos cada vez más grandes e importantes por los que debemos luchar. ¿Acaso un diluvio de pesimismo y de escenas que representan lo peor que puede llegar a suceder podría sumergir a una persona así? No, de ninguna manera, pues cuenta con la poderosa ayuda de este ángel.

Su nombre de «Reina de los Cielos» se refiere al principio femenino en la conciencia de la personalidad recta, al sentimiento de la verdad espiritual que anida en un individuo cuya conciencia y comprensión se basan fundamentalmente en los valores superiores. Como una «mensajera de los dioses», su tarea principal siempre consiste en recibir y transmitir las verdades espirituales que le comunica la «Reina de los Dioses, la Madre del Mundo, es decir, el tercer aspecto de la trinidad, el Espíritu Santo.»

Este ángel representa el vórtice, o remolino, a través del cual la expresión de las energías de aceptación y paciencia han de ser extendidas a lamente y al corazón del individuo.

La palabra aceptación significa consentimiento y estar de acuerdo con Dios en que los seres individuales son divididos, es decir el reconocimiento del Yo como forma de una expresión de Dios. La aceptación es la máxima entrega, la aceptación de la Presencia de Dios en ti como tu YO. Es a través de esta aceptación que la personalidad cede su lugar a la individualidad.

Sí, Iris no sólo nos recuerda quiénes somos y qué somos, sino que también nos proporciona la tenacidad para mantenernos firmemente en el camino espiritual hasta que la experiencia de la realización – la comprensión absoluta de nuestra verdadera identidad – comienza a despertar en nuestra conciencia. Cuando su energía se encuentra bloqueada, lo cual se debe, por lo general al temor al futuro y a la falta de confianza en el proceso divino, el individuo encuentra dificultades para adaptarse a las situaciones nuevas, manifiesta una tendencia a discutir con casi todo el mundo, se vuelve despilfarrador, extravagante y frívolo.

Ahora llama al Ángel de la Aceptación y al de la Paciencia e inicia una amistad con la Reina de los Cielos. Ella te hará elevarte hacia el camino del puro pensamiento y te enseñará lo que realmente significa el optimismo. Ella no te mimará i estará de acuerdo con las excusas que le presentes para justificar tus actos irracionales, tus arrebatos emocionales o tu conducta demasiado indulgente con respecto a cualquiera de tus acciones. Ella siempre te dirá la verdad y esa es la razón que hace que pueda ser un aliado tan confiable a lo largo de nuestro viaje espiritual. Tú también amarás su manera franca, sincera y directa de expresarse.

Finalidad: Suministrar la energía que nos capacita para confiar en el proceso divino con total aceptación del «pase lo que pase», viviendo día a día con calma y ecuanimidad.

Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: dificultades para adaptarse a las nuevas situaciones y circunstancias; tendencias al despilfarro y a la extravagancia; persona a la que le gusta discutir.
Su energía resulta bloqueada debido a: el miedo al futuro; un sentimiento inconsciente de que la voluntad de Dios no siempre es buena; la falta de confianza en el plan y en las intenciones que el Espíritu tiene para los seres individuales.

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A LOS ÁNGELES CONSTRUCTORES
(Oración para las mujeres embarazadas)
¡Os saludo, legiones de Devas constructores!
Venid en nuestra ayuda.
Custodiad a esta criatura que nace
En el mundo de los hombres.

Dad fuerzas a la madre,
Enviad vuestros Ángeles benévolos
Que asistan al nacimiento
Y anuncian el alba de la nueva vida.

Llevad al hijo que nace
La bendición del Señor.

¡Os saludo, legiones de Devas Constructores!
Venid en nuestra ayuda.
Guiad al niño que nace
Al mundo de los hombres
Para que su Divinidad interior sea liberada.


* * * * *
AL ÁNGEL DEL GRUPO
Es una oración para recitar cuando hay un grupo que se ha confiado a la protección de un Ángel. Hay que recitarla cada vez que el grupo se reúne. Al final, antes de cada uno se aleje para tomar su propio camino, se recitará la siguiente fórmula:

Ángel nuestro, protector y aliado,
Recoge y transforma nuestros pensamientos de amor.
Abre las puertas entre tu mundo de luz
Y nuestro mundo de niebla.
Guía nuestros pasos sobre el punto que nos une
Y que el puente sea ancho y seguro.
Acerca de nosotros tus Hermano
Para que escuchen nuestra llamada.
Aleja las nieblas de la materia
Para que vea nuestro intento de amor
Y nuestro corazón puro.
Dejad abiertas las puertas para que invocándoos
Podemos sentiros cerca.
Con vuestra ayuda
Nos sea dado proteger, consolar, curar.
Nos sea dado ayudar a quien sufre
En el cuerpo y en el espíritu.
Vuestra guía extienda nuestros conocimientos
Pues conocer es servir.

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CLASE 9 LA ENERGÍA

Podemos seguir comprendiendo otros puntos que generan nuestro universo no sólo a través de lo espiritual, sino también ayudados por la ciencia.

Tanto el planeta Tierra como nuestro cuerpo están formados por masa, materia. Se ha comprobado a través de la física cuántica que la célula tiene inteligencia propia y que puede asimismo autodirigirse y auto-modificarse.

Pero básicamente la energía, la vibración, no sólo se transforma a nivel de la materia física, sino también a través de otros planos de materia que vamos a seguir explicando más adelante.

Ya hace cincuenta años la ciencia conocía ochenta y tantas formas de materia física (en la actualidad se conocen muchos más) y sabíamos que la materia se componía de partículas increíblemente minúsculas con espacios intermedios. Pero ahora empezamos a saber que es tanto el espacio comprendido entre la materia que en cierto sentido puede decirse que nada es totalmente sólido, todo está compuesto de átomos, y el átomo, a su vez, contiene electrones, neutrones y protones que giran en órbitas o vibran con gran rapidez formando un conjunto de partículas, espacio y cargas eléctricas que a su vez forman la materia. Así como el cuerpo físico es materia más concentrada, existe el cuerpo emocional que sería el conjunto de emociones que sentimos.

El Cuerpo Mental es el conjunto de pensamientos que nosotros mismos irradiamos permanentemente, que también forman otro cuerpo. Todos los cuerpos integrados forman el cuerpo espiritual.

Hace cincuenta años se había empezado a comprobar que hasta las más insignificantes partículas no son cosas sino manojos de vibraciones.

Hay diversas formas de energía; se trasladan por el aire y el espacio sin perder sus formas características debido a su diversa frecuencia de vibración.

Es así que las vibraciones que abarcan desde una frecuencia de quince por segundo hasta quince mil por segundo, son perceptibles por el oído humano como sonidos.

Las vibraciones que sobrepasan la última cifra citada, dejan de ser percibidas por nuestro oído, pero al alcanzarse una frecuencia de un millón quinientas mil vibraciones aproximadamente, principia esa forma de energía llamada calor, que puede ser percibida por otro de nuestros sentidos.

Más arriba en la escala de las vibraciones viene la luz, a menudo combinada con el calor, la cual es percibida por nuestros ojos. Las vibraciones luminosas más bajas empiezan con el rojo oscuro y las más altas forman el violeta; a unos tres millones por segundo se encuentran las ultravioletas y otras más, invisibles al ojo pero detectables mediante instrumentos como la máquina Kirlian. También pueden ser percibidas por nuestros sentidos internos.

En un punto más elevado de la escala, todavía no puede decirse cuan algo, están las vibraciones del pensamiento, y éstas son esas vibraciones invisibles, inaudibles, que relampaguean de mente a mente.

Son numerosas las razones que pueden aducirse para justificar que el pensamiento y la fuerza vital pueden ser consideradas como la misma naturaleza que la electricidad.

Einstein demostró matemáticamente que en todo el universo existen grandes campos de fuerza. He aquí el gran concepto mental de Einstein, elaborado hace casi sesenta años: E = mc2. Esta fórmula expresa la conversión de la masa en energía.

Al utilizarse la energía atómica se demuestra de una vez por todas y para todo el mundo que la masa es energía. Como la energía es vibración, es indudable que todo es vibración. Ahora sabemos que somos vibración y de eso no cabe la menor duda.

Nosotros estamos inmersos dentro de untar energético vibracional, todo lo que pensamos y sentimos también va creando las realidades que todos vivimos.

Las vibraciones de nuestros sentimientos y pensamientos continúan formando cuerpos no materiales o no perceptibles a nuestros ojos, como se explicó antes.

Si nosotros enviamos un pensamiento, no es unidireccional, funciona como un boomerang, como se cree en el plano tridimensional. La energía vibra en planos muy elevados, más allá de lo que nuestra conciencia puede comprender: sólo nos aceramos a percibir cuando nos conectamos con nuestro interior que funciona de manera más sutil y perfecta de lo que nuestros sentidos externos puedan captar.
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TRANSFORMACIONES
Una de las principales causas de que la gente crea que los ángeles se nos dan a conocer con tanta frecuencia, es el deseo que los impulsa a enseñarnos a crecer y convertirnos en buenos administradores de este planeta.

Tal idea nos dice que los ángeles están junto a nosotros para ayudarnos a elevar nuestra conciencia, nuestro auto-reconocimiento espiritual como raza y no sólo como individuos. Casi podríamos decir que los Ángeles están con nosotros para proporcionarnos una dosis de vitaminas que debe administrarse en los momentos justos.

Esta teoría, que en general se apoya en el lenguaje propio de la New Age, argumenta que el mundo está al borde de una transformación tan gloriosa que ni siquiera encontramos palabras para describirla. Los Ángeles se hallan entre nosotros para servirnos de guías, para ayudarnos a penetrar en un nuevo nivel en cuanto a la conciencia que debemos tener de la tierra. Y cuando llegue el momento, a su debido tiempo, veremos a todos esos Ángeles que nos rodean en forma permanente y viviremos con ellos como nuestros amigos y salvadores.

Parece que, en un sentido limitado, este concepto de transformación es cierto. Creo que los ángeles se encuentran entre nosotros a fin de que se produzca un cambio profundo en el mundo. Pero no por eso supongo que ellos habrán de hacerse cargo del trabajo. Su presencia más obvia en nuestra vida es para despertarnos a la necesidad de empezar a modificar el mundo a fin de que sea tal como ellos y nosotros lo deseamos. Y cuando nos hayamos desarrollado los luciente como para sembrar amor, por haber cambiado nosotros y por haber transformado el mundo de nuestro alrededor, ya no necesitaremos ayuda para ver a nuestros ángeles y caminar con ellos. Sólo Dios sabe cuánto tiempo demandará esto.

En ocasiones parecer que la única frontera que hemos alcanzado es la frontera del desastre. Poseo la esperanza de que tengamos la sabiduría necesaria como para aprender, y sé que ella es parte del motivo de que los ángeles se hayan tornado visibles con tanta frecuencia en los últimos tiempos.

Nuestros Ángeles, desde luego, aspiran a que logremos nuestra transformación personal, no menos que la transformación de la tierra. Y así es como tendría que ser. No estamos en condiciones de cambiar el mundo para mejorarlo si no podemos siquiera cambiarnos a nosotros mismos y despojarnos de celos y envidia, perjuicios y codicia, y de todas las formas que puede revestir el mal. Y no podemos hacer nada de eso sin contar con la presencia de Dios en nuestra vida.

Los Ángeles que se encuentran entre nosotros son otras tantas señales de esperanza para indicarnos que nuestra transformación – y la del mundo entero – no es imposible. El cielo no dista una galaxia de nosotros, sino que está aquí, nos dicen; el reino de Dios está aquí, en nuestro medio… y aquí estamos nosotros para demostrarlo. Las barreras no son insuperables. Dios están tan cerca como los latidos del corazón.

Es de fundamental importancia tener en cuenta que debemos invocar a nuestros Ángeles, por la sencilla razón de que ni ellos podrán ayudarnos tanto como desean, si nosotros no lo invocamos. Todos nosotros, más de una vez nos hemos quedado cortos, sin alcanzar nuestro objetivo, por no pedirles ayuda. Los Ángeles están aquí para socorrernos en aquellas cosas que no podemos hacer solos. Y me refiero a las cosas sobrenaturales, no a las comunes.

Por ejemplo, hay mucha gente que suele decir: «Yo estoy tranquilo porque tengo apostado en la puerta de casa a mi ángel guardián, de modo que ni me preocupo por cerrar con llave cuando salgo». Sin embargo, no es esa la responsabilidad de los ángeles. Por el contrario, se supone que cada uno de nosotros debe preocuparse por la protección personal de sus bienes terrenales.

Por cierto que a los ángeles les agrada sobremanera poder ayudarnos. Es su misión, y cuanto más los dejamos hacerlo, más felices son. Les gusta realizar cosas que nos ayudan.
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LOS MENSAJEROS
Tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento hallamos numerosas historias de Ángeles que se aparecen a los hombres y que traen mensajes. Estos mensajes casi siempre anunciaban acontecimientos de capital importancia, por ejemplo, el nacimiento del Mesías. Después de este hecho, no se conocen muchos casos de apariciones de Ángeles. Sin embargo, ellos nos siguen enviando mensajes. Dado que no siempre los vemos y oímos físicamente, hemos de intentar permanecer creativos y perceptivos, para así estar en condiciones de recibir sus mensajes.

Los Ángeles utilizan sistemas para difundir mensajes que ni siquiera imaginamos. ¿Te has encontrado alguna vez sentado durante horas, devanándote los sesos, intentando hallar la respuesta a una pregunta o problema? Precisamente en el instante en que decides dejar de meditar, aparece una paloma en la cornisa de tu ventana. Al reparar en ella sientes una sensación de calor y paz. Entonces, cuando te acercas a la ventana, ves pasar un camión que lleva escritas las palabras que te proporcionan las respuestas que tu cabeza no logró encontrar. Una vez acabada la lucha por hallar esa solución, te das cuenta de que el mensaje te ha llegado sin hacer tú el mínimo esfuerzo.
Presta atención a las sutilezas de la vida. Los Ángeles pueden llegar a nosotros de maneras distintas pero que a menudo se nos escapan. Es en nuestros sueños donde los mensajes se nos manifiestan con más frecuencia. Los Ángeles, al comunicarse con nosotros, demuestran ser creativos y de la misma forma deberíamos serlo nosotros al recibir sus mensajes.

Los mensajes del cielo son siempre para el bien supremo de la humanidad; nunca exigen el uso de la fuerza o de la autoridad. Algunos de nosotros identificamos a los ángeles con fuerzas espirituales que guían a nuestro Ser Superior infundiendo pensamientos nobles a nuestra conciencia. Independientemente del papel específico que juegan, todos los ángeles son de una forma u otra mensajeros.

Los que son heraldos de Dios traen las nuevas más vitales. Estos portadores de noticias no se irán hasta que recibas su mensaje. Por consiguiente, recuerda que debes relajarte y dejarte llevar por la intuición.

* * * * *

EL ÁNGEL DE LA ARMONÍA
Imaginemos por un momento lo que pasaría si una persona perteneciente a la cuarta dimensión del mundo, viviera en nuestro plano físico, y como él o ella aparecería ante los ojos de los demás.

Esa persona representaría el perfecto equilibrio entre la cabeza y el corazón, la voluntad y el amor, el interior y el exterior, el trabajo, y el juego, la quietud, y la acción, la impresión y la expresión, el escuchar y el hablar, el recibir y el dar, la irradiación y la atracción. Esa persona imaginaria sabía seguramente cómo vivir. Tendría un flexible y relajado campo de energía y una conciencia del equilibrio total, lo cual es otra forma de la estabilidad, definida como regularidad, aplomo y seguridad en sí mismo.

Todas las cosas parecían encontrarse unidas, lo cual es el significado del vocablo griego «harmozein», del cual se deriva nuestra palabra armonía. Y como un subproducto de este orden, equilibrio y armonía, esa persona irradiaba una sensación de paz, de serenidad y de tranquilidad.

Qué maravilloso sería si todos expresáramos esa misma clase de energía, ese mismo estado de conciencia. Por cierto que la imagen que tendríamos de nosotros mismos sería diferente y que, sin temores ni culpas, podríamos incluso comenzar a vivir honestamente, como a todos nos gustaría hacerlo. Y eso sin decir que las demás personas se sentirían muy contentas de estar junto a nosotros. Pero nosotros no podemos fingir.

Pero si tratamos durante un tiempo de representar un rol de orden y armonía, desde el punto de vista de la personalidad humana, muy pronto nos convertiríamos en hermosos pero repugnantes robots, en dulces máquinas excesivamente controladas, emanando permanentemente un aire protector y condescendiente.

¿Has conocido a esas personas que presentan una perfección superficial, pero tan delgada que se puede ver a través de ella? Y, detrás de esa máscara de imperfecta superioridad, en todas ellas encontramos una revuelta masa de temor y de ira reprimidos.

Para ser realmente una manifestación de orden y armonía, debemos tomar la Energía del Alma que produce esas cualidades, y entonces llegamos a ser y ya no es necesario representar ningún papel. Te sorprenderás al saber que la energía que manifiesta todos estos atributos es la alegría. El orden y la armonía nacen de la alegría, y no al revés. El Ángel de la Armonía es la «alegría del Señor», la pura energía del regocijo, el júbilo y el éxtasis del Yo Superior, que se irradia como el sol del mediodía para disipar las sombras de la tristeza, la miseria y la desesperación. Y esto se logra estableciendo el equilibrio y la estabilidad en nuestras vidas.

La invocación de este Ángel nos restablece la armonía, libera tensiones, aplaca el estado agresivo. Permite ver la solución de los problemas con mayor claridad. Brinda paz espiritual. Genera un campo positivo que pone fin a la tristeza ocasionada por cualquier motivo. Brinda más alegría y ganas de vivir.

El Ángel de la Armonía ayuda a eliminar la ansiedad. Especialmente indicado para lograr una recuperación rápida, incluyendo problemas afectivos de pareja. Restablece el ánimo, da fuerza, temple y empuje para realizar cualquier tarea que se emprenda. aumenta la vitalidad y la energía. Actúa contra las fluctuaciones de ánimo, produciendo un campo mental y una actitud positivos.

Si queremos evolucionar espiritualmente hemos de crear constantemente armonía en nosotros mismos y alrededor nuestro.

Te propongo que:

Siéntate en un lugar cómodo y tranquilo.
Cierra los ojos y relájate. Visualiza una luz de un color a tu elección que te evoque armonía.
Si una vez visualizado no te sientes totalmente a gusto con ese color, cámbialo como cambiarías el canal del televisor hasta que encuentres el que te satisface visualmente.
Invoca al Ángel de la Armonía y pídele que la armonía entre a tu vida.
Antes de despedirte, y abrir los ojos, dale las gracias.

Finalidad:
En la vibración de la paz en la conciencia; nos ayuda a mantener el equilibrio y la imparcialidad ante todas las situaciones; nos inspira a vivir con integridad.

Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: disfrutar ante la idea de un conflicto, un adversario permanente, un Creador de desorden; una persona que experimenta mucha oposición en todos los ámbitos de su vida.

Su energía resulta bloqueada debido a: la ausencia de alegría y de inspiración; la creencia de que cualquier tipo de ataque está justificado por la autoprotección y de que la paz y la conciliación son signos de debilidad.

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PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 2
Abrirte a tu Ángel

Ten a mano tu libreta de anotaciones y tu birome. Al tope de una página en blanco, escribe: «Abrirme a mi Ángel», y la fecha

1) Siéntate en tu lugar sagrado, con los pies bien apoyados en el suelo y los ojos cerrados. Siente la presencia de tu Ángel, que se acerca cada vez más. Imagina que te envuelve suavemente con sus alas.
2) Mientras inhalas y exhalas lentamente, siente o percibe la presencia de tu Ángel, que te extiende los brazos. Respira esa proximidad y deja que dentro de ti surja una pregunta.
3) Concentra la atención en tu corazón. Pon en tu corazón la pregunta que deseas formular, visualizando las palabras escritas allí.
4) Cuando sientas las palabras en tu corazón, abre los ojos y anota la pregunta en tu cuaderno. Vuelve a cerrar los ojos.
5) Con las palabras de tu pregunta en el corazón y en la mente conéctate con tu profundo deseo de oír la voz de tu ángel. Escucha en tu corazón y en tu garganta. Pon atención a cualquier sentimiento que surja. Los ángeles llegan a nosotros a través de los sentimientos, de modo que esa pueda ser la primera forma de contacto. Permite esos sentimientos y permanece abierto a las palabras que se presenten.
6) Anota todo lo que recibas, sean palabras, imágenes o sensaciones.
7) Recuerda agradecer a tu ángel su mensaje.
8) Lee lo que has recibido.

Observa las sensaciones que te despierta el mensaje. Puede sorprenderte o quizás te conmueva. Si las palabras te llenan los ojos de lágrimas o si te sientes conmovida, sabrás que tu ángel ha hablado a través de ti.

Los ángeles se presentan a nosotros de modo que podamos recibirlos. Si no estás segura de haber recibido nada, vuelve a cerrar los ojos y repite el ejercicio desde el comienzo, estableciendo una conexión más potente con tu deseo de comunicarte con tu ángel. Acepta con gratitud lo que recibas. No deseches ni critiques lo que aparezca. porque eso cerrara tu corazón, bloqueando la comunicación. Cuando aceptas, te abres; cuando estás abierta, es mucho más probable que recibas.

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CLASE 10 SOÑAR CON ÁNGELES


Los sueños son una puerta al inconsciente, pero también una puerta a los reinos sutiles. Representan largas cartas de tu inconsciente, con frecuencia escritas en un lenguaje extraño y misterioso. Los sueños son también otro portal por el que puedes llegar a conocer a tus ángeles y disfrutar de tu relación. Conectarse de este modo con los Ángeles es fácil y natural; sucede aún cuando no tengamos conciencia de ello.

El estado de sueño es un punto de acceso que ofrece especiales ventajas para nuestros compañeros celestiales, pues cuando dormimos, la mente inconsciente está bien abierta. Desaparecen las resistencias y los bloqueos de la conciencia (el yo) levanta para mantener a raya a los Ángeles. La cualidad fluida y espontánea de los sueños se acerca más al comportamiento de los Ángeles que al estado reglamentado, muy organizado, en el que existimos los humanos en nuestras horas de vigilia.

Con frecuencia nuestros Ángeles se nos presentan en sueños, pero no siempre los recordamos o, si lo hacemos, no siempre los reconocemos. En el sueño pueden aparecer amigos íntimos, pero al despertar nos damos cuenta de que nunca los hemos visto. O pueden presentarse como figuras sabias, poderosas e importantes, no necesariamente con alas u otros símbolos estereotipados de su identidad, tales como arpas y halos.

A veces los Ángeles se presentan bajo formas animales u otras no hacen notar su presencia asumiendo forma alguna, sino que se puede presentar como una luz intensa, blanca o dorada.

Otras veces despertamos con una sensación de bienestar, de que todo está bien, de que estar vivos es una bendición. Tal vez no recordemos siquiera haber soñado, pero el buen humor impregna la rutina normal de la mañana, como la luz del sol al iluminar súbitamente un cielo gris y opaco. Cuando eso ocurre hay una buena posibilidad de que uno de nuestros ángeles haya hecho una presentación estelar mientras dormíamos. Pregunta a tu Ángel cómo puedes reconocer su presencia en sueños.

Todos nos hemos educado en la creencia de que existe una separación entre humanos y Ángeles, si acaso se nos enseñó a creer en los Ángeles. Pero esa separación es sólo un estado de la mente… ¡de nuestra mente, no de la angelical! En nuestros sueños es posible cambiar la mente y superar las barreras mentales que hemos erigido a fin de estar con nuestros Ángeles con toda naturalidad.

Recuerda que no sólo nuestros compañeros nos buscan en el sueño. El Arcángel Miguel es el guardián del tiempo de los sueños, así que puedes invocar su vigilante presencia. Y existe toda una categoría de Ángeles que trabajan con los sueños; su misión es proporcionarnos información mientras dormimos.

Estos Ángeles rara vez hacen notar directamente su presencia en nuestros sueños, como nuestros Ángeles acompañantes. Son primordialmente mensajeros; sólo podemos reconocerlos por los regalos que nos hacen en el sueño.

Los sueños son elusivos. El primer paso consiste en recordar tus sueños, lo que es todo un desafío. Es esencial tener una actitud mental positiva. Basta con comenzar a creer en tus sueños. Cuando creemos en algo, lo valoramos. Cuando valoramos algo, le infundimos energía, y aquello en lo que ponemos energía comienza a crecer.

Si te has pasado la mayor parte de la vida convencida de que no vale la pena recordar los sueños, no esperes despertar mañana con uno sobre la almohada. Inaugurar una nueva creencia requiere tiempo. Pero puedes programar de nuevo tu mente consciente para permitir que te llegue el recuerdo de los sueños. Lo bueno es que puedes esperar confiado. Los sueños pueden tornarse realidad. Y cuando eso ocurre, son manifestaciones del deseo más profundo de nuestro corazón. Ellos nos ponen en contacto con nuestras pasiones.

El deseo apasionado de conectarte con tus Ángeles es la motivación que te permitirá conocerlos en tus sueños. Luego viene la diligencia. Debes estar dispuesta a seguir adelante con el proceso y superar resistencias profundamente arraigadas. Si despiertas con un sueño en medio de la noche, no te muevas y trata de recobrarlo. Revívelo; puedes comenzar con cualquier fragmento que recuerdes y permitir que se expanda. Luego anótalo y ponle fecha antes de volver a dormir.

Cada vez que despiertes después de haber soñado sigue el mismo procedimiento. Si cambias el cuerpo de posición puedes perderlo mientras lo revives; por eso debes permanecer quieta y recordar del sueño todo lo que puedas. Luego anótalo con tantos detalles como recuerdes. Fecha tus sueños. Hasta puedes dar a cada uno un título que lo resuma. Eso te ayudará a recordarlo o hallarlo más adelante.

Existe una resistencia innata a hacer esto y es preciso superarla a conciencia. La resistencia se presenta también en el hecho de que despertemos ciertos sueños porque no tienen sentido o porque no recordamos todos los detalles. Pero a medida que los valores más, descubrirás que la resistencia desaparece.

Por separado te daré algunas maneras de utilizar al dormir y de estimular el recuerdo de los sueños.

Hay que tener en cuenta que, aún después de establecer el contacto del sueño, puedes tener que formular la misma pregunta durante varios días y hasta semanas enteras antes de recibir o comprender plenamente la respuesta. Y quizás no surja en una aparición directa de los ángeles. El sueño en sí puede ser la respuesta a tu Ángel. O quizás se presente en una sola palabra, una imagen o una canción que recordaste al despertar.

La respuesta también puede ser el don de un sueño en el que te encontraste volando, sin esfuerzo y sin alas. Y a veces no llega en un sueño, sino en un suceso o en un instante de súbita iluminación. Tal vez se presente bajo la forma de una llamada telefónica casual, hecha por un amigo, en una frase que leas en el periódico de la mañana, o un fragmento de conversación oído por casualidad en la calle. Lo principal es permanecer alerta y abierta.

La paciencia te permitirá perseverar, aunque no obtengas resultados de inmediato. Te ayudará a tener fe en tus Ángeles, confiando en que, a su debido tiempo, vendrá también de este modo. La fe te gana el cariño de tus invisibles defensores, además de crear un espacio para los milagros, que es donde pululan y prosperan. Los milagros no tienen por qué ser algo que sacuda la tierra. Bien pueden ser pequeños acontecimientos de tu vida diaria que te hagan sentir bien, reír o hasta llorar de felicidad.

Puedes registrar tus sueños en tu cuaderno de Ángeles o aparte, en un diario especial. Cualquiera que sea, ponlo justo a tu cama cuando te acuestes. Si eres de los que no pueden despertar y tomar nota sin tomar primero una taza de café, lavarse los dientes o abrirle la puerta al gato, sería mejor que tuvieras a mano un grabador. El más conveniente es que el que activa con la voz, para que puedas encenderlo sin cambiar de postura.

Los sueños son efímeros. Por eso es mejor anotar (o grabar) lo que recuerdes en cuanto despiertes. Cualquier actividad tal como levantarte o cambiar de posición, puede barrer toda una noche de sueños hacia la oscuridad del inconsciente.
Cuando anotes o grabes lo que ha ocurrido en tu sueño, será útil ponerlo todo el tiempo presente: «Camino por el bosque. Un búho ulula a poca distancia… «Ese búho, sabio ser alado, bien podría ser tu Ángel disfrazado.

A veces, durante el día salen a la superficie fragmentos del sueño; una escena, una sensación, el rostro de una persona. Es importante anotar cualquier cosa que recuerdes, aunque no le encuentres sentido o creas que no tiene importancia. Cada fragmento merece el respeto de u atención: cuando se la concedes, el mundo de los sueños se te revela más y más.

Llevar un diario no sirve sólo para conservar imágenes e información que normalmente olvidarías, sino también para aumentar tu memoria de los sueños. Al dedicarte a escribir lo que recuerdas, refuerzas tu intención en un plano físico. Tu intención se origina en el plano mental. El refuerzo de tu intención obra sobre el inconsciente, así como sobre la conciencia.

Otra ventaja de llevar un diario es que puedes releerlo de vez en cuando. Eso te brinda una idea de dónde has estado y a dónde vas. Puede revelarte sitios de estancamiento y ayudarte a aclarar sueños desconcertantes, que sólo con el tiempo comienzan a tener sentido. Un diario de sueños es una herramienta importante para el crecimiento interior.
El mero repaso de los títulos que diste a tus sueños puede servirte de clave para marcar temas recurrentes y bloqueos interiores de los que no tenías conciencia.

Puedes utilizar tu diario de sueños para desarrollar diálogos con personas, objetos y elementos que aparecen en los sueños. Este es uno de los mejores medios para decodificar la compleja simbología que caracteriza a los sueños. Al dialogar, hablas con aspectos de ti mismo que son inconscientes y aparecen bajo la apariencia de objetos o de otras personas. Los sueños están llenos de chistes y juegos de palabras: otra clave de la presencia angélica.
Da rienda libre a tu imaginación y permítete hablar francamente. Al escribir con libertad puedes descubrir tus sensaciones ocultas, tus miedos y deseos, además de comprender cosas que ocurren en tu vida.

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EL PERDÓN: EL CAMINO ANGELICAL HACIA LA SANACIÓN

La base de toda curación es el perdón: la eliminación por decisión propia, de la ira y la rabia provocadas por las heridas que nos han causado personas o sucesos y el daño que nos hemos hecho a nosotros mismos. Siempre que hay la necesidad de curar, existe la necesidad de perdonar. El perdón es el «camino angélico» que nos conduce a la sanación.
A lo largo de nuestras vidas en este mundo, todos padecemos el daño que nos causan otras personas y también hacemos daño a los demás. Muchas veces actuamos sin piedad y pronunciamos palabras que hieren a los demás, o lo que es lo mismo, dejamos de decir palabras cariñosas cuando deberíamos, o vemos que alguien nos necesitaba y le damos la espalda. No importa el nombre que le demos a estos sucesos (error, karma o pecado): todos causan heridas espirituales que pueden separarnos de los demás y de nuestra propia alma.

Es una situación terrible. Provenimos de Dios, que es Uno, que no sólo es omnipotente sino también inmanente, es la unidad que impregna toda la creación, que rebosa sabiduría y amor creativo, ¿y qué es lo primero que hacemos cuando somos conscientes de nosotros mismos? Creamos ruptura, alienación y separación. Y lo que todavía es peor: aceptamos esto como una forma de vida. Estamos tan acostumbrados a que nos hagan daño y a hacer daño a los demás y seguir como si no hubiera pasado nada, que ni siquiera nos damos cuenta de la importancia de la sanación que necesitamos. Nos sentimos demasiado heridos para preocuparnos por ello.

Nuestros Ángeles consideran que esta situación es intolerable. Ellos son mensajeros perfectos, perfectos transmisores del amor y la gracia de Dios. No pecan ni hieren a ninguna criatura; en su sociedad no existen las divisiones. Lo único que desean es que el amor, la armonía y la perfecta paz de Dios habiten en nosotros, porque estas cualidades forman parte de ellos. Odian vernos aislados de nosotros mismos y de los demás. Saben que es antinatural.

Por este motivo, los Ángeles están dispuestos a ayudarnos en cualquier momento para que seamos capaces de perdonar a los demás y comprender la necesidad de pedir perdón cuando hemos herido a otra persona. Siempre que perdonamos o pedimos perdón, los Ángeles están junto a nosotros y nos ofrecen su amor y su apoyo.

El perdón y la curación son inseparables. El perdón, tanto si lo damos como si lo recibimos, es lo que inicia el proceso que nos cura estas terribles heridas. Es la medicina más poderosa que existe, porque detiene la infección que las heridas pueden causar y prepara el terreno para que el amor las sustituya a través de la reconciliación.

El perdón no es una emoción, un sentimiento de benevolencia o compasión. Se puede describir como un acto voluntario mediante el cual decidimos eliminar una herida. Decidir perdonar algo que nos ha hecho daño no significa tolerarlo ni quitarle importancia. Significa que hemos decidido no retener la herida, no llevarla en nuestro corazón y no utilizarle en contra del individuo que la causó.

Ser capaz de tomar una decisión así ya es una forma de curarse, porque evita que una herida se infecte más. Y cuando el perdón abre las puertas a la paz de la reconciliación, entonces el amor también puede entrar y eliminar cualquier rencor, incluso el más antiguo e intenso. En la mayoría de los casos, nuestro problema es que nos sentimos tan heridos, que pensamos que podemos vivir con el rencor y no nos esforzamos por conseguir la reconciliación, que es lo único que aliviará nuestro dolor.

La manera más sencilla de perdonar es cuando alguien pide ser perdonado. Pero también somos capaces de perdonar aunque la persona que nos haya herido no quiera o no pueda pedirlo, porque el perdón depende de nuestra voluntad y proviene de la comprensión, el conocimiento y la conciencia.

El perdón no siempre es algo instantáneo, por supuesto. A veces se necesita mucho tiempo para perdonar. A veces se necesita toda una vida. Antes de tomar la decisión de perdonas conscientemente, tenemos que crecer en comprensión e iluminación, y a menudo tenemos que reafirmar varias veces nuestra decisión antes de que los sentimientos heridos aparezcan de nuevo.

A veces se necesita más que toda una vida para perdonar. Parecería que la noción católica de «purgatorio» es precisamente eso: una casa de sanación después de abandonar este mundo, una escuela para aprender lo que todavía tenemos que aprender y que deberíamos haber aprendido mientras estábamos en la tierra.

Si aceptamos el hecho de que somos hijos de Dios, debemos comprometernos totalmente a vivir una vida gobernada por el amor, que sea digna de nuestro Creador. No sólo tenemos que esforzarnos por estar en paz con nosotros mismos y con los demás, sino que también debemos trabajar para perdonar a todos aquellos que nos hayan herido u ofendido. No debemos hacer concesiones con las heridas mortales. No tenemos derecho a pensar que podemos vivir con una herida. Debemos esforzarnos para curarlas, porque fuimos creados para alcanzar la plenitud.

Esto significa que cuando el amor no está presente en nuestros actos, cuando hacemos algo que hiere a otras personas, debemos pedirles perdón. No importa cuál fuera nuestra intención; si hacemos daño a alguien, aunque sea involuntariamente, necesitamos pedirle perdón.

En una ocasión, San Pedro le preguntó a Jesús cuántas veces tenía que perdonar a alguien, y Jesús respondió que setenta veces siete. Con estas palabras quería explicar que no existen límites para el perdón.

El perdón no es simplemente una cuestión ente dos individuos; Dios también tiene mucho que ver con ello. Cuando hemos hecho daño a alguien, a nosotros mismos o incluso a nuestro entonces, también debemos pedir perdón a Dios. Dios creó un bello y perfecto orden en el mundo. Siempre que rompemos esta armonía creando división y separación, sin respetar el plan divino, debemos pedir a Dios que nos perdone, y no sólo eso, sino también que nos ilumine y nos conceda una mayor capacidad de comprensión para poder crecer y reparar el daño que hayamos causado.

Dios, cuya compasión es infinita, siempre se apiadará de nosotros y nos perdonará, y además nos concederá la sabiduría y la gracia que necesitamos para mejorar nuestras vidas.

Con frecuencia los Ángeles actúan como mediadores: nos hacen llegar estos dones que Dios nos concede e intentan ayudarnos para que los utilicemos correctamente. Los Ángeles viven de acuerdo con el amor y la luz de Dios de forma muy diferente a nosotros, al menos mientras estamos en este mundo. Todo lo que hacen está en armonía con el plan divino.

A veces el mayor obstáculo que nos impide alcanzar la curación es nuestra incapacidad de perdonar nuestras propias faltas, incluso cuando nuestra fe nos dice que Dios nos ha perdonado, y las demás personas implicadas también nos han ofrecido su perdón. Si no podemos perdonarnos a nosotros mismos, es por culpa de nuestro amor propio, ya sea por exceso o por defecto. A veces nos vemos tan despreciables que no somos capaces de convencernos de que merecemos ser perdonados por algún error que hemos cometido. No nos amamos ni nos consideramos dignos de ser amados.

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EL ÁNGEL DE LA FE

La FE no es la creencia irracional sino la secreta confianza, más allá de las apariencias y de las limitaciones del ego.

La falta de Fe es como una especie de ceguera para con el mundo espiritual; la Fe es la visión del alma. Al pertenecer a otro nivel de realidad que también engloba la nuestra, la FE todo lo puede.

La Fe descansa en la providencia, mientras que la duda se apoya en la ignorancia, en el temor.

Cuando invocamos al Ángel de la Fe, nos sentimos bien plantados, enfrentando las limitaciones que tenemos dentro de nosotros y alrededor nuestro, y una vez que hemos reestructurado nuestra Fe y nuestro idealismo, entonces podemos empezar a concretar nuestra espiritualidad, recién hallada, traduciéndola en acción.

Nos da capacidad de compartir lo que tenemos y seguir siendo lo que somos; puede llevarnos simultáneamente no sólo hacia la superior comunión que tal vez busquemos, sino también hacia la solidez y la estabilidad de las relaciones que son capaces de resistir y reconstruirse a pesar de las fluctuaciones internas y externas de nuestras vidas cotidianas.

Nos permite darnos tiempo de quietud para sintonizarnos con nuestro centro y despejar de nosotros los escombros de cada día; dejar que nuestros sentimientos sigan su propio curso.

El Ángel de la Fe declaró que: «Si quieres volar y no sabes cómo ni adonde o cómo puedes elevarte de la tierra, las alas las puedes desplegar muy velozmente con tu fe».

«Imagina que en tu espalda cada una de tus fibras se convierte en hilos de luz blancos y celestes que se van entretejiendo lentamente hasta que sientas que se convierten en alas.

«Elévate con ellas hasta el lugar más sagrado que imagines; podrás ir a una montaña, a un lago, a una inmensa llanura o a un lugar imaginario.

«Remóntate, vuela y logra el milagro mayor: te elevarás con tu corazón y sentirás la liviana sensación de amor que es la fe en tu libertad interior».

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ÁNGELES DE LA ENERGÍA

Se entiende como energía espiritual; es la carga de la fuerza, de entusiasmo, es el empujón con el que los seres humanos dan comienzo a sus proyectos, a sus actividades. Sin esto, la vida sería un escuálido trajín carente de alegría y de interés.

Estos Ángeles están presentes en cada ritual, en cada ceremonia religiosa, sobre la cual derraman la flamante fuerza de la que son portadores.

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PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 3
Apertura hacia el Ángel

Siéntate cómodamente en tu «espacio sagrado» con los pies bien apoyados contra el suelo y los ojos cerrados. Sentí la presencia de tu Ángel cada vez más cerca de ti. Imagínate que sus alas te envuelven dulcemente.

Inspira y expira suavemente y sentí la presencia de tu Ángel cada vez más cerca de ti. Inspira esta intimidad y deja que surja de tu interior una pregunta.

Concentra la atención en tu corazón. Presenta la pregunta que piensas hacer en tu corazón, visualizando en él las palabras escritas.

Cuando escuches las palabras en tu corazón, abre los ojos y escribí la pregunta en un papel. Vuelve a cerrar los ojos.
Con las palabras de tu pregunta en tu corazón y en tu mente, entra en contacto con tu profundo deseo de escuchar la voz de tu Ángel. Escucha en tu corazón y en tu garganta. Mantente consciente de cada sensación que emerge. Los Ángeles llegan a nosotros a través de los sentimientos, de modo que ésta puede ser la primera forma de contacto. Deja salir los sentimientos y ábrete a las palabras que llegan.

Escribí todo lo que recibas, ya sean palabras, imágenes o sensaciones.

Recuerda agradecer a tu Ángel el mensaje.
Relee lo que has recibido.
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2 comentarios

  1. Muy completo este curso, ha respondido todas mis inquietudes sobre el tema. Gracias Alexei, ahora que eres un Ser de Luz, ten la seguridad de que me has ayudado mucho con este escrito.

  2. Hola feliz de encontrar esta página del a la divinidad estoy estudiando reiki y me intereza todo lo que tengan para. Compartir en mi proceso de cambio es algo muy fuerte lo que me su se de .gracias por compartir su sabiduría con mi ser interior

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