Vivir o Sobrevivir por Angel Sanz Goena

Rosa (Editora)

vistiendo la luz Angel sanz-- COPIYRIGHT

Muchos corazones humanos están sumergidos en conflictos, desavenencias, ansiedades y angustias, muy lejos del descanso espiritual, ajenos al silencio del alma, que vagan por oscuridades constantes sin defender a ultranza su personalidad terrenal, y sin poner en marcha la luz de su espíritu, excepto aquellos que son los Guerreros de la Luz, la Fuerza de la Humanidad, la Corriente del Amor, las Implacables Fortalezas que defienden las Leyes Divinas en este deteriorado planeta.

 

La supervivencia, más inherente en los animales, por su instinto de permanencia y lógica defensa de su especie, está más cualificada que la conducta y comportamiento de muchos seres humanos; la raza animal está más en el lugar que les corresponde, lo que carece mucha  parte de la humanidad.

 

El ser humano por las propias características de su evolución  tiene dos funciones: sobrevivir y vivir.

 

La supervivencia humana está en que cada persona debe aceptar y admitir  planteamientos externos, ajenos a su voluntad, intentándolos equilibrar con sus propias vivencias, las que ella misma origina desde su interior. Todo lo que le acontece del exterior, lo que el ser humano no domina ni controla, debe tratarse con eficacia y habilitarse con su mayor grado de sabiduría. En cambio, cuando él promueve la vivencia, con su método y características  personales,  se inicia desde su Fuente Interior, con el derecho a vivirla y disfrutarla, sintiendo la inmensidad de la   Vida.

 

Los rayos místicos que un ser humano identifica, tras tener plena confianza con su personalidad exclusivamente terrenal, son los que le apoyan y conducen hacia la verdad de su sendero. Unidos, Hombre y Luz, bien desarrollados, son los niveles más cualificados para encontrar el verdadero Hombre Universal: el Hombre Divino. Aquel que ha encontrado su verdadera existencia infinita e inmortal, viviendo con sus miserias terrenales como con su Luz Espiritual, pero identificado con el Amor y Sabiduría del Universo, es el peregrino que vive en el tiempo.

 

Cada ser humano debe encontrar su verdadero destino, su verdadera igualdad, su Fuente de Vida, donde beber el agua de la Espiritualidad.

 

La bondad del alma humana, la generosidad del corazón humano, la contemplación del Mundo Divino, son mecanismos que permiten al ser humano ser libre. El mayor grado de amor que una persona puede aportar a los demás, hace de él un verdadero caminante del cielo. No es cuestión de ser importante, sino de hacer importantes a los demás. No es cuestión de ser el mejor, sino de mejorar la vida de otros. Y no es preciso ser superior, sino supeditar su inteligencia y bondad a la convivencia ajena.

 

Los cambios, las nuevas corrientes espirituales, avanzan sigilosas, en silencio, y aquellos que lo perciben seguirán con la Supremacía de su Poder. Aquellos que están sumergidos en la oscuridad humana, en el mundo terrenal actual, con sus planteamientos de ambición y de poder, y de suma ignorancia, caerán estrepitosamente por los abismos de la indiferencia social y serán apartados de los lugares más preciados de la humanidad.

 

Cuando la espiritualidad abre sus horizontes, la luz intensa elimina la escasa visión de los ojos ciegos, ésos que viven en las cavernas oscuras de la ignorancia y de la maldad. Los que desprecian a la humanidad desde su altar fabricado con burbujas perecederas, serán los despreciados por los hombres de honor del futuro. La Virtud, palabra clave de la espiritualidad, subyace en este momento en el descrédito para los poderosos del Mundo Actual, quienes se abrasarán en el fuego de sus propios dominios.

 

El Amor es la carencia de esclavitud, es la libertad, es el Don Divino de la Creación. Hombres y Mujeres de esta Tierra caminan esperando que la felicidad se aposente en sus vidas, sin saber, muchos de ellos, que el rigor, el honor, la virtud, son baluartes para que esta Raza, esta Especie Humana consiga un Renacimiento Espiritual y sea digna del Propósito de la Creación.

 

La Verdad está destinada a los Hombres con Luz Espiritual, los que caminan con la mirada del cielo y los pasos de la tierra.

 

               Vivir es sobrevivir, y sobreviviendo, vive el ser humano.

 

  ANGEL SANZ GOENA

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Vivir o Sobrevivir por Angel Sanz Goena

1 comentario

  1. Ángel o Demonio: Tú Eliges

    Tienes el libre albedrío, la voluntad de decidir a quién quieres representar en el juego de Dios.

    Dios llamado de muchas maneras por todas las criaturas del universo manifiesto: Dios, Alá, Mente Universal, Energía, Sat Naam, Sach Kand, Ala, Tao, Nirvana, Satori, Purusha, Krishna, Mahadeva, Sai Baba, etc. Llámalo como quieras pero entiende que esa Energía, Yo Soy El Yo Soy, es el Creador de todo lo que existe, incluyendo lo que llamamos Realidad.

    Esta realidad aparente que nos hace reír o llorar; nos da alegrías o tristezas, que nos duele y nos mueve a buscar el placer y rechazar el dolor: es ilusión; porque es Impermanente, Temporal, Ilusoria: “Nada es Eterno en el Mundo”. Tanto lo que te gusta, lo que te genera deseos, atracción, gusto, avidez, ganas de conseguirlo y haces lo que sea para lograr atraer, atrapar el objeto de tu deseo y por el otro lado está lo que no te gusta y haces lo que sea para rechazarlo, alejarlo con aversión, odio y hasta con violencia; porque no quieres lo que no te gusta, de ninguna manera. A pesar de entender que todo es impermanente, pasajero, tanto lo que te gusta como lo que no te gusta, te creas dramas, películas, rollos y todo tipo de situaciones pasadas o futuras, y que solo existen en tu memoria, no son reales, son virtuales y que te complican la vida y te vuelves un caos: ¡DESPIERTA!!!!

    Date cuenta que tú estás en una posición de elegir tu actitud, qué papel quieres adoptar en el juego de Dios: Ángel o Demonio? Si eliges ser ángel, debes procurar alimentarlo para que crezca y sea quién te represente. Cómo lo haces? Cultivando los valores Divinos: como el amor incondicional, la pureza, la bondad, el altruismo la fe, confianza, seguridad, humildad, compasión, comprensión, tolerancia, buena voluntad, rectitud, justicia dulzura, belleza, paz, armonía, templanza, caridad, entrega, abnegación, gozo, alegría, libertad, veracidad, honestidad, etc.; pero si eliges tomar el papel de demonio, serás egoísta, miedoso, inseguro, irascible, violento, grosero, avaro, vanidoso, orgulloso, altanero, soberbio, arrogante, prepotente, mentiroso, corrupto, vividor, aprovechado, y vivirás lleno de dolor y sufrimiento, insatisfecho, tiste, deprimido, quejumbroso, angustiado, estresado etc.

    Es triste ver la cantidad de demonios que en nombre de Dios, manipulan, engañan matan y condenan a la miseria al pueblo menos favorecido, solo por avaricia y deseos de poder. Para fortalecer sus instituciones llenan de normas, reglas que esclavizan y fanatizan a sus fieles a creer en un Dios castigador, sembrando el sectarismo que es la manifestación del egoísmo, separatismo, soberbia, orgullo, todo lo contrario al Amor incondicional, la pureza, la dulzura, la bondad, la tolerancia, la compasión y la buena voluntad.

    Es hora de cambiar ésta situación comenzando por nosotros mismos, usando herramientas que nos ayuden a ser mejores personas día a día. Para ello, podemos usar los cuatro acuerdos del docto Miguel Ruiz que son:
    Palabra Impecable: Verdadero Bueno Útil
    Usar la palabra solamente para decir lo que sea verdadero, bueno y útil. Si no cumple estos requisitos mejor calla. “Si lo que vas a decir no es mejor que tu Sagrado Silencio, no abras la boca”.
    2. No Personalizar
    No te tomes nada a pecho, ni cargues con penas ajenas. Déjale a cada quién lo suyo.
    3. No Suponer
    No te hagas películas con la información incompleta que tienes. No Juzgues a Priori. Si te interesa saber sobre lo que juzgas, mejor investiga, averigua; en caso contrario es mejor dejar así. No juzgues, no critiques. Mira con Bondad, Compasión y Perdón.
    4. Dar lo Mejor de Sí.. como si para Dios fuera
    Porque será que la gente se encierra en su egoísmo o miedo, que es lo mismo? El Ego, es quién nos hace creer en lo falso por falta de Amor, desconociendo que todo es Amor.
    Miguel Darío Zapata

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