Cómo utilizar la mente para crear prosperidad

Eva Martín Garcia

mente y prosperidadVives en penuria, sí. Y aún no lo sabes (ni lo sabemos). Crees que eres alguien, que tienes reconocimiento, peso, influencia, poder, ‘feeling’, carisma, don de gentes… ¿pero qué te sucede que todo lo que más ansías al final se te escapa? El ego, querido amigo, te está (nos está) engañando con otro de sus trucos de ‘magia’. No puedes solucionar el problema desde el problema mismo. No puedes seguir sus pautas que, ya sabes, nunca acabaron en nada.

Cambiar la conciencia de penuria por otra de prosperidad está en ti y en tu decisión consciente. Dice Wayne W. Dyer: “Debes convencerte de que tú y sólo tú eres el responsable de las imágenes que se forman en tu mente. Debes saber cuánto es el poder de tu proceso de imaginación en la creación del mundo material que vives”.

Nada es ajeno a ti. Todo está en ti. La realidad que ves es la que has creado. Con Dyer nos adentramos en un océano apasionante: el del cambio de percepción.

¿Quieres probar? Esto no es magia. Es mucho más que magia.

Levamos anclas.

Para navegar en este mar, Dyer nos propone, a modo de introducción, un poema de otro Dyer: Edward Dyer. Nos situamos con él en el siglo XVI. La rima, como él mismo reconoce, “puede resultar un poco anticuada”… pero atención al mensaje:

Aunque mucho deseo de lo que desea el otro,

al ansia se niega mi pensamiento,

ni a la pompa principesca, ni a la despensa repleta.

Ni a la fuerza con la que conseguir la victoria,

ni al ingenio artero que cura todo mal,

ni a la forma que alimenta al ojo amoroso.

A ninguno de ellos rindo pleitesía:

¿Para qué, si mi pensamiento vale por todos?

Veo a menudo a la abundancia hartar

y a los apresurados escaladores prestos caer.

Veo como a aquellos que están en lo alto

amenaza más que a nadie el infortunio.

Obtienen con esfuerzo, guardan con temor.

Tales cuitas jamás mi pensamiento soportaría.

Los hay que teniendo mucho ansían más.

Yo tengo poco y más no busco.

Ellos pobres y yo rico; ellos pidiendo y yo dando.

Ellos faltos y yo sobrado; ellos penando y yo viviendo.

¿Qué te invita a hacer este autor del XVI a quien tanto admira el Dyer del XXI? Simplemente a no buscar fuera… sino dentro. El exterior nada te da. Todo está en tu interior. Invierte la mirada para ganar. Pierde el control. Reconoce que tú no lo sabes hacer… y podrás desde esa ‘nada’ empezar a ir a por todo. ¿Cómo? Vamos un poco más dentro en el mar.

velaLAS CLAVES DE LA PROSPERIDAD

“Nuestras creencias constituyen ingredientes invisibles en todas nuestras actividades”, asegura Wayne W. Dyer. ¿Qué programa te guía y aún no sabes? ¿Qué te está impidiendo ser libre? Entra en ese terreno oscuro sobre el que tu ego coloca una extensa franja de miedo. Sólo accediendo a esa zona que te atemoriza responderás a esas dos preguntas. Sólo atravesando ese miedo podrás darte cuenta que el miedo no es nada y continuar esta travesía… que sigue así:

1.- “El dinero y la riqueza pueden fluir y fluirán hasta tu vida si sigues los principios de la conciencia de prosperidad”.

2.- “La mayoría de nosotros cree que ganar dinero es un juego que se desarrolla con fuerzas exteriores a nosotros (la economía, la Bolsa, las tasas de interés, los negocios, los bancos…) pero a medida que recorremos el camino espiritual y empezamos a tomarle el gusto al poder de nuestro ‘yo invisible’, descubrimos que el ganar dinero no es más que un juego que se juega con uno mismo“.

3.- “Crear dinero es igual que crear cualquier otra cosa de la vida. Implica que NO HAY QUE ESTAR ATADO A ÉL ni permitir que en modo alguno domine nuestra vida“.

4.- “El auténtico poder no lo obtenemos mediante la adquisición de dinero, ya que sin él seríamos impotentes. El auténtico poder procede de nuestra alma“.

5.- “Vivir como si se fuera ya próspero es ser una persona generosa. DAR SIN EXPECTATIVAS es vivir de acuerdo primero con el ‘yo espiritual’ y, en segundo lugar, con el yo físico”.

¿Sientes la premura de que llegue el dinero a tu día a día? ¿Te ahoga muy a menudo (o siempre) esa ‘necesidad’? Cambia. Sí porque, así, nunca lo lograrás, nunca conseguirás que eso pase. Y para cambiar, volvemos a la preguntas con que iniciamos este apartado. ¿QUÉ PROGRAMA LLEVAS ENCIMA QUE TE ESTÁ IMPIDIENDO SER LIBRE?

EMPIEZA A SER PRÓSPERO YA

¿Y cómo lo hago? (dirás). Dyer aporta claves esenciales, básicas. Lo vamos a llamar el ‘ABC de la Prosperidad’. Y es éste:

A.- “El dinero, al igual que la salud, el amor, la felicidad y todas las formas de acontecimientos milagrosos que deseamos crear en nuestra vida, viene cuando vivimos CON UN PROPÓSITO. No es una meta en sí. SI LO PERSIGUES, SIEMPRE SE TE ESCAPARÁ. Nunca tendrás suficiente y, en consecuencia, sufrirás enormemente”.

B.- “Cuando tienes un propósito, haces aquello que sabes es tu misión aquí Y TE OLVIDAS DE LO QUE PUEDA LLEGAR A TU VIDA en cuanto a dinero y riqueza. Estos ya llegan en la cantidad suficiente como para proporcionarte una vida de prosperidad. La prosperidad NO VIENE POR SEGUIR UNA ESTRICTA SERIE DE ARTIMAÑAS Y ESTRATEGIAS“.

C.- Para este tercer y último punto, Dyer nos pide mirar hacia las palabras de Paramhansa Yogananda; éstas: La posesión de bienes materiales, sin paz interior, es como morir de sed cuando nos bañamos en un lago. Si bien es de evitar la pobreza material, debemos aborrecer la pobreza espiritual. Porque es la pobreza espiritual, y no la carencia material, la que constituye la base del sufrimiento humano”.

Hemos llegado a puerto. Y, ahí, te espera el último consejo del ‘capitán Dyer’. Anótalo en tu agenda de nueva y próspera vida:

No olvides estas palabras si deseas crear un mundo de realidad mágica para ti. Primero y sobre todo, tu propósito es crear una forma de conciencia espiritual dentro de tu ser. Y, luego, PERMITIR QUE EL UNIVERSO, EN TODA SU PERFECCIÓN, RIJA (Wayne W. Dyer)

Y, como él mismo asegura, “cuando Dios hable a través de tus manos y sonría a través de ti al mundo” todo estará hecho.

Nos vemos en ruta. Compañer@, amig@, que navegues alto.

Fuente:

Cómo utilizar la mente para crear prosperidad

1 comentario

  1. Gracias, por permitirme a travès de sus artìculos recibir las orientaciones que me son necesarias para un crecimiento espiritual y mental, bendiciones para todos los que brindan estos conocimientos, NAMASTE

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