Escalera al cielo: Los peldaños de las bienaventuranzas

Valentina Salvo

 

Siempre han llamado mi atención las bienaventuranzas, pero nunca podía indagar mas en ellas hasta que llegó a mis manos el libro de Alejandro Jodorowsky titulado “Evangelios para sanar” en uno de los tantos capítulos nos expresa su punto de vista al respecto, me subiré en este tren de hermosas palabras y reflexiones para realizar este artículo, ya que con este texto finalizo mi apego a este tan bello libro que les recomiendo de corazón.

Solo a modo de introducción voy a hablar de Jesús, según lo descrito por el libro anteriormente nombrado. Jesús, según las escrituras, vino a revolucionar, a despertar la conciencia, vino a enseñar que el Cristo se encuentra en el interior de cada uno de nosotros.

Las Bienaventuranzas son nueve en total, y si bien todo podría ser una coincidencia, nada de lo existe en un libro sagrado esta por estar todo tiene un profundo significado, una belleza divina. El nueve, según la numerología, es el último escalón de un ciclo, lo más cercano al cielo o al cambio de ciclo.

“Por una parte, sabemos bien que en numerología el nueve constituye la terminación de un ciclo perfecto, mientras que el diez corresponde al primer escalón del nuevo ciclo. En este sermón, Cristo nos trasmite un ciclo, que va de uno a nueve y que es una escalera de progresión”
Por lo tanto, ninguna Bienaventuranza es al azar sino una progresión en la conciencia, desde lo material a lo espiritual, es un mensaje de alegría y dicha frente a la adversidad, una herramienta de oración y como afirmación en nuestros días a días para los que sentimos el corazón lleno de luz.

Las bienaventuranzas forman parte del “Sermón en la Montaña” en donde le acompañan los discípulos y una multitud, desde lo más alto Jesús enseña. “Viendo a la Multitud, Jesús subió a la Montaña, y sentándose, vinieron a Él sus discípulos. Y tomando la palabra, les enseñaba”

 

Las Bienaventuranzas

 

“Bienaventurados los pobres de corazón, porque de ellos es el reino de los cielos”

Fotografía de Sebastiao Salgado. Liberarnos de nuestras cargas, ser livianos.

Fotografía de Sebastiao Salgado. Liberarnos de nuestras cargas, ser livianos.

Primer escalón, número uno, el principio ¿Qué significa ser pobre de corazón? El corazón está ligado a nuestro lado emocional, por lo tanto el primer escalón hace referencia a escuchar las peticiones que vienen de él, para liberarnos de las cargas que éste trae. “Los problemas fundamentales de la humanidad son los emocionales. Un problema emocional resuelto genera un sexo y un intelecto resueltos”.
El corazón como centro emocional está cargado de emociones densas como el deseo, el orgullo, vergüenzas, culpas, ira, etc, las cuales se conectan con nuestro cuerpo mental y corporal, volviéndonos en las mayorías de las veces esclavos de todo este coctel de emociones. La primera bienaventuranza nos motiva a desprendernos de estas emociones densas, a no identificarnos con estas emociones, a aprender el arte de soltar, para lograr ser pobres de corazón, dejar que las emociones pasen y no retenerlas, nos indica el desapego.
“Tener un corazón enfermo consiste en estar lleno de cosas que no son nosotros, y nuestro gran dolor proviene justamente del hecho que no somos nosotros mismos. Desde pequeños se nos impide serlo: la familia nos da un destino que no nos corresponde.”
… porque de ellos es el reino de los cielos.
El reino de los cielos no es otro que el reino del amor, es el reino de lo elevado, de las energías más puras que nos fortalecen en todo sentido.
“Cuando el corazón es pobre, cuando es lo que es, la dicha está ahí. De hecho, Cristo ha descrito un corazón pleno de gozo. El ser humano realizado no anhela ser más que lo que es, y ya resulta una enormidad el ser uno mismo”.

«Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad»

Fotografía de Sergio Larraín. Somos mansos con nuestro entorno , no somos reactivos.

Fotografía de Sergio Larraín. Somos mansos con nuestro entorno , no somos reactivos.

El siguiente escalón es el número dos, numero de la recepción y juventud. Luego de soltar las densidades de nuestro corazón es la de ser mansos, esta frase nos invita a ser flexibles, a ser adaptables, a ser como el agua que toma la forma de su recipiente, a no identificarnos, a movernos con suavidad en el mundo. Esta bienaventuranza nos cuenta de la interacción, de nuestras relaciones.
“Una persona mansa es alguien que escucha al otro. Observemos las voces de nuestros interlocutores; veremos que una persona mansa nos escucha y se adapta a nuestra voz. Al contrario con una persona dura nos rompemos la cabeza porque nos vemos obligados a hablar a su ritmo. Esa persona afecta nuestro sistema nervioso porque no hace ninguna conexión con nuestra voz. No nos escucha, se escucha así mismo. Con ella no hay dialogo, solo puede haberla con un dos.”
¿Y porque la tierra por heredad? La tierra simboliza la realidad, al ser mansos podemos ver las cosas tal como son, la realidad tal como es no como nosotros queremos que sea, sin vestirla de ilusiones por cargas emocionales, podemos ver la totalidad.
“Tener la tierra por heredad es tener lo real por herencia. Cuando somos duros, transformamos la realidad y, así, no la poseemos. No poseemos la tierra, hacemos una proyección sobre ella y la reducimos a lo que creemos ser. Esto significa que si concebimos una imagen muy precisa y fija del mundo, eliminamos todo lo que no corresponde a nuestra imagen”

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”

Fotografía de Alex Massi. El consuelo llega con la danza de las polaridades.

Fotografía de Alex Massi. El consuelo llega con la danza de las polaridades.

Escalón número tres, numero de la acción. La toma de conciencia. Entrando en este peldaño el dolor se hace más latente que nunca, podemos llegar a lo profundo y mirar hacia atrás y decir ¿Qué he hecho todo este tiempo? Me siento indigno de todas las bendiciones, sufro porque logro ver mi pequeñez, logro verme escapando constantemente del miedo, y duele verse, ante eso lloro, lloro por mi ceguera.
“Nuestra mano no es más que una entre millares y millares de manos. Nuestro sexo no es más uno entre millares y millares de sexos. Mi niño, mi corazón y mi cabeza no son más que un niño, un corazón y una cabeza, entre millares de niños, corazones y cabezas.
Tenemos tanta necesidad de significar cualquier cosa, de ser cualquier cosa. ¿Quiénes somos?”
Y el consuelo llega para abrazar tu angustia, porque puedes ver que donde hay pequeñez, hay grandeza, que si estás aquí es por algo, que el universo es tan grande y majestuoso, que de su perfección formas parte.
“Estamos consolados porque al llorar y al llegar al colmo de la insignificancia, nos damos cuenta de que somos completa y absolutamente significantes”

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”

Fotografía de Rehahn. Tus deseos se cumplirán, la justicia llegará.

Fotografía de Rehahn. Tus deseos se cumplirán, la justicia llegará.

Estación número cuatro. Las cuatro patas de la mesa están firmes en el suelo que es la realidad. Y podemos mirar a nuestro alrededor y ver las injusticias del mundo, y actuar en el mundo, esta bienaventuranza nos invita a que si sentimos esta necesidad interior dejemos que se exprese, porque tu hambre y tu sed quedarán saciada, si se queda un sentimiento de injusticia en tu interior, de algo incompleto, la sensación de que podría haber sido mejor, no estarás satisfecho, la saciedad realmente llegará cuando se realice una acción al respecto, y se tome conciencia de la injusticia presenciada.
“Cuando hemos sido testigos de un acto injusto, debemos gritarlo a plenos pulmones. Si no podemos gritarlo, debemos decirlo y escribirlo. Si no podemos escribirlo, debemos murmurarlo a otros. Y cuando no podemos susurrarlo –cosa muy importante-, debemos decírnoslo a nosotros mismos”

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran la misericordia”

Fotografía de Jacko Vassilev. La belleza de la Misericordia.

Fotografía de Jacko Vassilev. La belleza de la Misericordia.Fotografía de Jacko Vassilev. La belleza de la Misericordia.

Hemos llegado al puente numero 5, recordemos que los números uno, dos, tres y cuatro se asocian a números más próximos a la tierra, más densos, el cinco vendría a ser un puente a lo más elevado, el que une con los números más cercanos al cielo. Hemos visto hasta aquí que todo lo anterior se enfoca a nuestra relación con nosotros mismos; sacar el peso de las cargas emocionales al corazón, fluir con la realidad y no estar en las ilusiones, el dolor de vernos a nosotros mismos y la manifestación de nuestra indignidad. Ahora el puente número cinco nos sacará de nuestro ombligo para ir con los demás.
La pregunta que sigue entonces es ¿Qué es la misericordia? “Es el perdón del otro” y el perdón no es otra cosa que la comprensión de la situación, la empatía, es por esta razón que al perdonar nos perdonamos realmente a nosotros mismos, y esto último es lo más complicado ¡somos muy severos con nosotros mismos!.
“Mientras no perdonemos a nuestros padres, no nos perdonaremos. Mientras no perdonemos a nuestros enemigos, no nos perdonaremos.”
Ser misericordiosos entonces es ponerse, en lo posible, en los zapatos de otra persona, es imaginar y salir de nuestra burbuja en la cual hemos crecido, y no significa tener piedad de esa persona porque piedad significa que yo soy superior, en la misericordia se apela a la luz interior de cada ser y a mi ignorancia, y en todo el proceso de los escalones pasados he podido ver mi pequeñez, y a la vez he podido presenciar la perfección del Universo. Ante esto apela la misericordia, apela a la grandeza del ser humano, porque como creo en mi creo en ti, e intento ponerme en tus zapatos y en el contexto de las situaciones. Por ejemplo, si intento perdonar a mi abuela por ser tan déspota y dictadora, debo volver al contexto de la historia, de sus padres y tratar de entender cómo fue que la vida la formo, lo hago con humildad y respeto. Es un acto hermoso.
“No podemos ser misericordiosos si no hemos hecho este trabajo de trabajo de varias etapas:
1. Tener el corazón tal cual es, es decir, vacío, es decir limpio de desechos psíquicos;
2. Ser mansos: Escuchar y adaptarse;
3. Darse cuenta de nuestra insignificancia y ser un canal. Si lloro, soy consolado. Si soy consolado, tengo fe. Y si tengo fe, puedo transmitirla. En este caso, anhelo que el otro encuentre su perla. La encontrará un día, pero no seré yo quien habrá de dársela;
4. Perdonar al otro y ponerse en su lugar.”
En el momento que perdonamos al otro, tendremos por añadidura la misericordia con nosotros mismos, cuando llegamos a este punto, nos damos cuenta que los juicios provienen de la ignorancia, la queja constante nos debilita, somos nuestros peores enemigos. Por lo tanto, se alcanza la misericordia, al perdonar a otro nos hemos perdonado a nosotros mismos, ese lado que no queríamos ver se ha liberado, hemos hecho las paces con nuestro inconsciente.
“Somos misericordiosos cuando no criticamos a aquellos que tienen algo que no tenemos. Perdonamos lo que son y que nosotros no somos. Si tengo una pierna con minusvalía, tengo que ser misericordioso para perdonar a las personas que son capaces de bailar. Si me siento feo, tengo que ser misericordioso para amar la belleza del otro sin sufrir. Si soy un artista, debo tener misericordia para aceptar que existen otros talentos, otros creadores. Si tengo cualquier profesión, medicina, psicoanálisis, abogacía, debo ser misericordioso para aceptar que hay otros médicos, psicoanalistas o abogados que saben más que yo en ciertas áreas de mi profesión.”
Esto nos acerca a ver a la sociedad realmente como es, con su diversidad, derribando la frontera de lo bueno y lo malo, y aceptando la diferencia y la individualidad de cada ser humano.

“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”

Fotografía de Lisa Kristine. Dios penetra en la mente y todo lo que entra y sale de ella recita sus poemas.

Fotografía de Lisa Kristine. Dios penetra en la mente y todo lo que entra y sale de ella recita sus poemas.

 

Peldaño numero 6, primer número del cielo. Llegando a este punto, ya se nos han abiertos las puertas del cielo, y que quiere decir el ¿corazón limpio?. Imaginemos que nuestro corazón es un gran cascada que todo fluye en él, se trasforma y nutre a todo nuestro ser. Un corazón sucio entonces sería el agua estancada, donde todo este gran movimiento que se llama vida, se queda detenido, enturbiándonos.
“El corazón es impuro. ¿De dónde proviene esta impureza? Pues obviamente del Intelecto, el sexo y el cuerpo. Por ejemplo, en el nivel del cuerpo << Soy mujer. De verdad me hubiera gustado ser hombre >>. O bien << Soy hombre. Hubiera preferido ser mujer para ser amado por mi madre, que detesta a los hombres >>. O bien << ¿Quién soy? . No conocí a mis padres. No tengo lugar en el mundo >>. O bien << ¿Por qué mis cabellos comienzan a encanecer? ¡Nadie me deseará! >>. Etcétera.
La impureza viene de otros centros, el corazón no es en sí impuro. Es como un niño. Son todas las heridas que le hemos impuesto lo que lo hacen impuro.”
Esta bienaventuranza habla del fluir con el ritmo de la vida, no pongamos represas a nuestro corazón, dejemos que este río se desborde y nos lleve a lugares inimaginados, ¿porque que es Dios sino amor?, y el amor es el motor que mueve al mundo y está en Todo. En este escalón Dios se muestra en todo nuestro exterior porque ha tomado fuerza en nuestro interior.
“¿Como purificamos a nuestro corazón? Utilizando la fuerza para controlar a nuestro dragón. No lo matamos ni lo rechazamos; utilizamos la fuerza de la persuasión. Es el intelecto el que acepta la fuerza y desciende sobre el animal acariciándolo. Acariciamos a nuestro ego, a nuestro animal. Entramos en contacto con él y danzamos con él.”
Es decir, ¡aceptémonos!, reconozcamos esta parte ególatra que vive en nosotros, no se por qué existe pero si existe es por algo y a pesar de que me hace sentir muchas veces mal es un “programa” sumamente audaz, no tengamos miedo de verlo, seamos consientes de su existencia para utilizar a nuestro favor su energía, y podamos comprender esta experiencia humana, una vez que dejamos de resistirnos, vemos a Dios en todas las cosas, porque Dios está en nuestro interior, y nuestros ojos perciben con la luz divina, somos la luz divina y si esta en mí, está en todo, porque Dios es amor y el amor incluye a todos en su gran abrazo de vida.
“Los corazones puros verán a Dios. Es decir que se darán cuenta de que todo es Dios. Éste es el proceso. Ver a Dios no consiste en ver a un ser especial. ¡Es imposible!. Todo es Dios.
Verlo en todo quiere decir que cuando hablamos nuestra voz es Dios. Nuestros pensamientos son Dios, nuestros sentimientos son Dios. Nuestros deseos son Dios. La persona a quienes hablamos es Dios. La manzana que comemos es Dios. Tres metros de seda son Dios. El automóvil, el queso, el café con crema, el vino, los panes… Todo es Dios, su firma está absolutamente en todas partes ”

“Bienaventurados los que hacen obras de paz, porque ellos serán llamados Hijos de Dios”

Fotografía de Henri- Carter Bresson , la paz se expande.

Fotografía de Henri- Carter Bresson , la paz se expande.

En este piso al que nos hemos elevado, se nos invita a actuar, el número siete de la acción y del movimiento, nos invita a salir de la pasividad y mover nuestros caballos para sembrar la semilla de la paz en los corazones de las personas, una vez hecho esto honraremos al padre y seremos realmente hijos de Dios, seremos el fruto de su árbol con un potencial de semillas infinitas que harán cantar a los demás corazones para que todos se re-conozcan como tales.
“A partir del instante en que vemos a Dios en todas partes, comenzamos a hacer obra de paz. Esto quiere decir que una vez que conocemos la verdad es necesaria la acción, la obra. Hay que aplicarse a obrar. Sin acción, la verdad no sirve de nada. En ese estado consiste en mostrar al ser humano la perfección que los habita. Hacemos que la vean a fin de que no olviden y se recuerden. Hay que ayudarlos a purificar su corazón, darle los medios y decirles << ¡Escucha! Puedo ayudarte a descubrir la verdad. Puedo enseñarte a aprender de ti mismo >>”
Dios está en mi, dios esta en ti, Dios todo lo habita, si él no está aquí no está en ningún lugar, aprender a sentirlo a conectarse con él, Dios es amor y las bendiciones que nos brinda son infinitas, el regalo de la vida, de compartir, de sentir, de este aprendizaje constante, de la sonrisa y el llanto, de incontables milagros diarios, tan suave y tan potente a la vez, no alcanzan las palabras para describir tal magnitud, solo una sonrisa florece en muestra de gratitud.
“Hacer obra de paz consiste en mostrar al otro como encontrar su paz”
En el sitio que nos encontramos ahora es que Dios está en nuestro corazón y nuestra mente, es este encuentro con nuestra profundidad divina la que despertará en el otro su divinidad, ¿Cómo? mostrándole, al otro, si él lo desea, como encontrarse consigo mismo, como descubrirse, como ver su luz interior y entrar en su silenciosa paz.
“Como he visto a Dios tengo la paz, y si la tengo, enseño al otro como alcanzarla también. Hago obra de paz ayudando a alcanzar la paz consigo mismo, ha encontrar su paz interior y no la mía”

“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”

Fotografía de Oleg Oprisco. El reino de los cielos es tu recompensa.

Fotografía de Oleg Oprisco. El reino de los cielos es tu recompensa.

Acercándonos cada vez más, penúltimo escalón, ocho número de la perfección. La persecución relatada acá, hace referencia a las personas y/o instituciones que no están en paz, estas van a tratar de mantener su estructura y su forma porque les acomoda estar así y todo lo que venga a destronarlos, intentaran destruirlo, su guerra es dentro y fuera de ellos. Es una guerra del terror, de las energías densas, de la inconsciencia, de la esclavitud.
“Esas personas se aprovechan de la ausencia de paz en el otro, y basan todo su comercio en su ausencia. Tal comercio puede desarrollarse porque comemos lo que no tenemos, compramos lo que no poseemos, obedecemos porque nos imponen temor y no hayamos seguridad en nosotros mismos. Obedecemos a otro dios que a Dios, a otro poder que al de nuestra divinidad.”
Los que son perseguidos están en el reino de los cielos, su consciencia del bien es el reino, los nutre de una satisfacción divina, de una libertad interior, están en amor, en armonía con la vida y todas sus formas, pueden ver a Dios en todas las cosas. Esta bienaventuranza les envía fuerza, porque si han llegado a este escalón de la perfección, están obrando en conjunción con armonía más hermosa llamada Dios.
“En esta bienaventuranza, el Cristo esta decididamente diciéndonos ¡No os ocupéis de lo que los demás digan de vosotros! ¡No toméis nota de las críticas que os hacen! ¡Avanzad! ¡No os dejéis demoler! ¡Sed impecables e implacables! ¡Continuad cueste lo que cueste! … ¡Observemos el juego y acerquémonos a él sin concesiones, siempre siendo “mansos”, dulces y flexibles!”

“Bienaventurados sois cuando os insulten y os persigan, y digan falsamente contra vosotros toda clase de mal por mi causa”

Fotografía de Simon Plestenjak. La verdad es el camino, uno es el camino.

Fotografía de Simon Plestenjak. La verdad es el camino, uno es el camino.

Última parada, hemos llegado al número 9, el cambio, la trasmutación. “Es un número doloroso porque implica un cambio total y absoluto”.
Esta bienaventuranza habla que uno ya se halla con el estandarte de la conciencia, y cuál podría ser la causa de la conciencia, pues implantar la conciencia, expandirla, ya se entiende que todo lo que doy me lo doy, soy paz y quiero que se expanda, soy verdad y quiero que se expanda, soy el camino, la verdad y la vida.
“Por la causa de la pureza, de nuestro Dios Interior, por causa de la vida que llevamos, concentrada, pura y sin suciedad interna”
Se es bienaventurado ya que el insulto no afecta, no logra penetrar, sabemos lo que somos y entendemos que los insultos son agresiones contra uno mismo, es una prisión. Es el ego el que se siente insultado y humillado, no así el espíritu santo que comprende que todo acto es un reflejo de sí mismo, y que el espíritu no puede ser destruido porque es eterno.
“Ser dichosos cuando nos insultan, significa que el insulto o la persecución no nos afectan. Sabemos defendernos psíquicamente. Podemos resistir y continuar nuestra obra. De una u otra manera nadie nos detiene. Además cuando hablan mal de nosotros, estamos felices porque esto confirma que no debemos desviarnos ni un milímetro de nuestro trabajo espiritual. Conocemos ya nuestro Dios interior. Damos la paz a los otros y les enseñamos a encontrar la suya. Ya somos apóstoles”

Luego Jesús termina el sermón:
“Sed en el gozo y la alegría, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, porque es así en efecto que persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”
Se ha avanzado hasta el ultimo escalón, queda estar en dicha y alegría, ser parte de esta gran consciencia, de esta existencia materializada en un ser humano con todas sus conformaciones y sus ecos en el universo, un pequeño cosmos en sí mismo, único e irrepetible y todo lo que nos rodea es un canto, las estrellas, los arboles, los animales, la compasión, etc. Y suma a esto el Cristo, que esto es lo que siempre pasa, que se repite en la historia, los obradores de paz son perseguidos y difamados llegando a un punto, pero recuerda, que la recompensa es grande en tu cielo, el nuestro, el de todos.

Fotografía de Rodrigo Terrén.  Conexión con la fuente.

Fotografía de Rodrigo Terrén. Conexión con la fuente.

Autor: Valentina Salvo Arróspide, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org

Referencias: Alejandro Jodorowsky – Evangelios para Sanar(2009)

 

 

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