Religiosidad y Espiritualidad. El concepto de Dios como Principio Unico.

Jorge Ariel

Dios El problema de la liberación del alma humana y su relación individual con Dios inmanente y Dios trascendente, es el problema espiritual que preocupa a todas las reli­giones mundiales en la actualidad. Existe un Dios Trascendente que “habiendo compenetrado todo el universo con un fragmento de Sí Mismo” puede todavía decir: “Yo permanezco”. Existe un Dios Inmanente cuya vida es el origen de toda actividad, inteligencia, crecimiento y atracción de todas las formas en todos los reinos de la naturaleza.  Similar­mente, existe en cada ser humano un alma trascendente que, cuando ha iniciado y terminado su ciclo de vida en la tierra y ha transcurrido el período de manifestación, se convierte nuevamente en lo inmanifestado y en lo amorfo, y también puede decir: “Yo permanezco”. Cuando se manifiesta y toma forma, la única manera en que la mente y el cerebro humanos pueden expresar su recono­cimiento de la vida divina condicionante, es hablar en términos de Persona y de Individualidad. Por eso se habla de Dios como de una Persona, de Su voluntad, de Su naturaleza y Su forma.

Oriente  sustenta el concepto del Buddha de la Deidad trascen­dente, separada de la triplicidad, dualidad y multiplicidad de la manifestación.  En la religiosidad occidental que ha formulado y conser­vado el Cristo, persiste el concepto de Dios inmanente -Dios en nosotros y en todas las formas. En la síntesis de las enseñanzas de Oriente y Occidente y en la fusión de estas dos grandes escuelas de pensamiento, puede presentirse algo de este Todo superlativo, meramente presentido, pero no conocido.  Esos dos grandes Hijos de Dios han esta­blecido dos principales estaciones de energía y dos centrales de luz, y han facilitado grandemente el descenso de la vida divina a la manifestación.  El Camino está ya abierto, para que el ascenso de los hijos de los hombres sea posible. Alrededor de las dos ideas del descenso divino y el correspondiente ascenso humano, debe erigirse la nueva religión. La tónica de la Nueva Religión Mundial es el Acerca­miento Divino. “Acércate a Él y Él se acercará a ti”, es el mandato que surge de la Jerarquía, en nuevos y claros acentos. El gran tema de la Nueva Religión Mundial será la unificación de los grandes Acercamientos divinos; la tarea de las iglesias consiste en preparar a la humanidad, por medio de movimientos espirituales organizados, para el quinto e inminente Acercamiento; el método a implantar será el uso científico e inteligente de la Invocación y Evo­cación, más el reconocimiento de su maravillosa potencia; el objetivo del venidero Acercamiento, del trabajo preparatorio y de la invocación, es la revelación –revelación que siempre ha sido dada cíclicamente y que ahora está en con­diciones de ser aceptada por los seres humanos.

 

La santisima trinidad La Divinidad: inmanencia y trascendencia.

Mientras que la Deidad es el origen de todo lo que es divino. La Divinidad es la cualidad característica, unificadora y coordinadora de la Deidad. La Deidad se caracteriza por la cualidad de la unidad — actual o potencial — en todos los niveles supermateriales de la realidad, y las criaturas comprenden mejor esta cualidad unificadora con el apelativo de divinidad. LA DEIDAD puede personalizarse como Dios y para los mortales  experimentan un impulso irresistible por simbolizar sus conceptos finitos de Dios.

La divinidad es comprensible para las criaturas como verdad, belleza y bondad; está correlacionada en los  niveles de personalidad como amor, misericordia y ministerio; y se revela en los niveles impersonales como justicia, poder y soberanía. La conciencia del deber moral que tiene el ser humano, y su idealismo espiritual, representan un nivel de valores — una realidad experiencial — que es difícil de simbolizar.

 

El universo de universos manifiesta los fenómenos de las actividades de la deidad en los diversos niveles de las realidades cósmicas, los significados mentales y los valores espirituales, pero todos estos ministerios  están divinamente coordinados. La religiosidad transforma las cualidades en valores.

 

Wesak La Religión: misticismo y mentalismo.

El pensamiento de los hombres siempre ha sido religioso. No ha existido época en que no estuvieran presentes la religión y los pensamientos de los hombres acerca de Dios, del Infinito y de la Vida que trajo todo a la existencia.  Aún las razas salvajes más ignorantes han reconocido una Potestad y trataron de definir su relación con esa Potestad, en términos de temor, sacrificio o propiciación. Desde la rudimentaria adoración a la naturaleza, del fetichismo y de la degradada adoración a los ídolos, del hombre primitivo, hemos erigido una estructura de la verdad, que si bien es aún imperfecta e inadecuada, en efecto, sienta las bases del futuro Templo de la Verdad, donde se verá la luz del Señor y será una expresión adecuada de la Realidad.

Entre las etapas de vida síquica de grado inferior y la percepción espiritual del iniciado existen todos los tipos posibles de percepción consciente, que pueden dividirse en tres catego­rías principales:

1.      El desarrollo y el empleo de los poderes síquicos. La etapa del Siquismo.

2.      La evolución de la visión mística.  La etapa del Misticismo.

3.      La revelación de la luz y del poder. La etapa del Mentalismo.

El siquismo es el conjunto de facultades, capacidades y poderes del Alma Una.

El misticismo es la  técnica para cultivar la conciencia de la presencia de Dios, y puede convertirse en una técnica para evadir la realidad. La característica del estado místico es la difusión de la conciencia con vívidas islas de atención focal que operan sobre un intelecto comparativamente pasivo. Todo esto lleva la conciencia hacia el subconsciente en vez de llevarla en dirección de la zona de contacto espiritual, el superconsciente.

El mentalismo es la ciencia de la manipulación de la energía, el aspecto atracción o repulsión de la fuerza. Se em­plea la palabra energía para expresar la actividad viviente de los reinos espirituales y de esa entidad espiritual que es el alma. Se emplea la palabra fuerza para expresar la actividad de la naturaleza de la forma en los dominios de los diversos reinos de la naturaleza.

Las notas clave que han reconocido los místicos y que los pensadores y escritores religiosos se inclinan a admitir, son el sentimiento y la sensibilidad hacia la existencia divina, y el reconocimiento de una visión de Dios, suficiente para enfrentar las necesidades individuales y proporcionar alivio, paz, comprensión y percepción de la divinidad interna y externa, y además de la relación existente entre el hombre y algún factor foráneo llamado Dios, Yo, o el Cristo.

Las notas clave de la vida mentalista han sido, como correspon­de, el conocimiento, el acercamiento mental al problema de la divi­nidad, el reconocimiento de la divina inmanencia y el hecho de que “así como Él es, así somos nosotros”. Sin embargo, allí no existe un sentido de dualidad. La meta consiste en lograr una identifica­ción aprobada y determinada que convierte al hombre en lo que es -un Dios y, con el tiempo, Dios en manifestación.

El  esoterismo, patrocinado por los grupos modernos y los tipos más mentales, considera todos los acontecimientos, los movi­mientos mundiales y los gobiernos nacionales, y también todos los hechos políticos, como expresiones de las energías que se encuentran en el mundo interno de la investigación esotérica. El esoterismo surgió de aquellos límites de la ciencia donde no se podía penetrar más la materia y la energía, dedicándose lo exotérico a lo exterior y lo esotérico a lo interior pero en la actualidad la tecnología va por delante de la ciencia, lo que ha facilitado profundizar en el mar del conocimiento y elevarse a las nubes de cosas cognoscibles, lo que fue dando origen a la filosofía de la mente. Hoy el mentalismo se presenta como el nivel superior del misticismo cuántico y el nivel inferior del ocultismo.

Se podría indicar ahora que la aspiración y el desarrollo místico son el camino para evadir los aspectos superiores de la conciencia atlante. En sí es de naturaleza astral. La ciencia y el ocultismo son el camino para evadir la expresión superior de la mente concreta y de la conciencia ariana de naturaleza mental.

La filosofía se ha dedicado a interpretar los significados mentales y le sigue quedando a la religión revelar los valores espirituales. La religiosidad del futuro se apoyará en la ciencia de la Invocación y evocación.

 

 

Melquisedec Fuentes de la Religión.

Toda gran religión que surge está bajo la influencia de uno de los rayos, pero no significa necesariamente que cada sucesivo rayo traerá como resultado una religión de gran alcance. Se dice que el brahamanismo es la última gran religión que surgió por influencia del primer rayo; se ignora cuál pudo haber sido la religión resultante del último período de segundo rayo, pero las religiones de Caldea, de Egipto y de Zoroastro puede decirse que representan el tercero, cuarto y quinto rayos respectivamente. El cristianismo y probablemente el buddhismo fueron el resultado de la influencia del sexto rayo. El mahometismo, que cuenta con un número muy grande de adherentes, está influido por el sexto rayo, pero no es una gran religión raíz, sino un vástago híbrido del cristianismo, con un matiz judaico.

Melquisedek enseñó el concepto de un solo Dios, una Deidad universal, pero permitió que el pueblo asociara sus enseñanzas con el Padre de la Constelación, a quien denominaba El Elyón –el Altísimo. Melquisedek permaneció prácticamente silencioso en cuanto a la situación de Lucifer. Para la mayoría de los estudiantes de Salem, Edentia era el cielo y el Altísimo era Dios. El símbolo de los tres círculos concéntricos, que Melquisedek adoptó como insignia de su autootorgamiento, fue interpretado por una mayoría de la gente como símbolo de los tres reinos de los hombres, los ángeles y Dios. Se les permitió que perseveraran en esa creencia; muy pocos de sus seguidores supieron jamás que esos tres círculos eran el emblema de la infinidad, la eternidad y la universalidad de la Trinidad del Paraíso de mantenimiento y dirección divinos.

Donde mejor se conservaron los residuos de las enseñanzas de los discípulos de Melquisedec fue en las doctrinas de los cínicos, con excepción de las que sobrevivieron en la religión judía.
Dios es supremo; es el Altísimo del cielo y de la tierra. Dios es el círculo perfeccionado de la eternidad, y gobierna el universo de universos. Es el único hacedor de los cielos y de la tierra. Cuando decreta una cosa, esa cosa es. Nuestro Dios es un Dios único, y es compasivo y misericordioso. Todo lo que es elevado, santo, verdadero y bello es semejante a nuestro Dios. El Altísimo es la luz del cielo y de la tierra; es el Dios del este, del oeste, del norte y del sur…”

Los ceneos de Palestina salvaron muchas enseñanzas de Melquisedec, y de aquellos archivos, tal como estaban conservados y modificados por los judíos.
“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra y todas las cosas que contienen. Y he aquí que todo lo que había creado era muy bueno. Es el Señor el que es Dios; no hay nadie más que él, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Por eso amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas…”

El budismo estuvo cerca de ser una religión grande y hermosa, pero sin Dios, sin una Deidad personal y universal. Sin embargo, se encontró algún escrito de ciertas creencias anteriores que reflejaban un poco la influencia de las enseñanzas de los misioneros de Melquisedec, que continuaron su trabajo en la India incluso hasta la época de Buda.
“La alegría brotará de un corazón puro hacia el Infinito; todo mi ser estará en paz con este regocijo supermortal. Mi alma está llena de satisfacción, y mi corazón desborda con la dicha de una confianza apacible. No tengo ningún temor; estoy libre de ansiedad…”

Los misioneros de Melquisedec llevaron las enseñanzas del Dios único a todos los lugares por donde pasaron. Una gran parte de esta doctrina monoteísta, unida a otros conceptos anteriores, se incorporó en las enseñanzas posteriores del hinduismo.
“Él es el gran Dios, supremo en todos los sentidos. Él es el Señor que abarca todas las cosas. Es el Creador y el controlador del universo de universos. Dios es un Dios único; está solo y existe por sí mismo; él es el único. Este Dios único es nuestro Hacedor y el destino último del alma. El Supremo brilla de una manera indescriptible; es la Luz de las Luces. Esta luz divina ilumina todos los corazones y todos los mundos…”

Zoroastro estuvo personalmente en contacto directo con los descendientes de los primeros misioneros de Melquisedec, y la doctrina del Dios único se convirtió en la enseñanza central de la religión que fundó en Persia. Aparte del judaísmo, ninguna religión de esta época contenía mayor cantidad de estas enseñanzas de Salem.
“Todas la cosas proceden del Dios Único y le pertenecen —él es infinitamente sabio, bueno, justo, santo, resplandeciente y glorioso. Éste, nuestro Dios, es el origen de toda luminosidad. Es el Creador, el Dios de todas las buenas intenciones y el protector de la justicia del universo…”

El tercer grupo de creyentes religiosos que preservó la doctrina de un Dios único en la India era conocido en aquella época como los suduanistas. Estos creyentes se conocen más recientemente como los seguidores del jainismo. He aquí lo que enseñaban:
“El Señor del Cielo es supremo. Los que cometen pecado no ascenderán a las alturas, pero los que caminan por la senda de la rectitud encontrarán un lugar en el cielo. Estamos seguros de la vida en el estado futuro si conocemos la verdad…”

Hacía poco tiempo que los manuscritos del sintoísmo, religión del Lejano Oriente, se habían colocado en la biblioteca de Alejandría. Esta creencia también contenía restos de las primeras enseñanzas de Melquisedec, tal como lo demuestran los extractos siguientes:
“Dice el Señor: ‘Todos sois receptores de mi divino poder; todos los hombres se benefician de mi ministerio de misericordia. Me complace mucho la multiplicación de los justos por todas las naciones. Tanto en las bellezas de la naturaleza como en la virtud de los hombres, el Príncipe del Cielo intenta revelarse y mostrar la rectitud de su naturaleza…”

La religiosidad de Melquisedec penetró muy dentro de China, y la doctrina del Dios único formó parte de las primeras enseñanzas de diversas religiones chinas; el taoísmo fue la que perduró más tiempo y contuvo la mayor cantidad de verdad monoteísta.
“¡Cuán puro y sereno es el Supremo, y sin embargo cuán poderoso y fuerte, cuán profundo e insondable! Este Dios del cielo es el antecesor venerado de todas las cosas. Si conocéis al Eterno, estáis iluminados y sois sabios. Si no conocéis al Eterno, esa ignorancia se manifiesta entonces como mal, y así surgen las pasiones del pecado…”

 

Chohan - Confucio Líderes espirituales.

De las tinieblas del tiempo han surgido las grandes religiones, las cuales, si bien diversas en sus teologías y formas de adoración, aunque están caracterizadas por diferente tipo de organización y ceremonial y difiriendo en sus métodos de aplicación de la verdad, están unidas en tres aspectos fundamentales:

1.   En su enseñanza, respecto a la naturaleza de Dios y del hombre.

2.   En su simbolismo.

3.   En ciertas doctrinas fundamentales.

 

Cuando los hombres reconozcan esto y logren aislar esa interna y significativa estructura de la verdad, que es la misma en todos los climas y en todas las razas, entonces surgirá la religión universal, la Iglesia Una y ese unificado, aunque no uniforme acercamiento a Dios, que demostrará la verdad de las palabras de San Pablo «Un Señor, una fe, un bautismo; Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por todos y en todos.» Las teologías desaparecerán al conocerse a Dios; las doctrinas y los dogmas ya no se considerarán necesarios, porque la fe estará basada en la experiencia, y la autoridad cederá su lugar a una apreciación personal de la Realidad. El poder de la Iglesia sobre el grupo será reemplazado por el poder del alma, despierta ya en los hombres; la época de los milagros y de las disputas sobre el por qué y el cómo de esos milagros, con el consiguiente escepticismo o agnosticismo, cederán a la comprensión de las leyes de la naturaleza que controlan el reino superhumano y la etapa sobrenatural del proceso evolutivo. El hombre recibirá su herencia divina y se reconocerá como Hijo del Padre, con todas las características, poderes y capacidades divinos que le pertenecen por dote divina.

Ha habido cientos y cientos de líderes religiosos en un millón de años de historia humana en Urantia, de Onagar a guru Nanac. Durante este tiempo ha habido muchos flujos y reflujos de la marea de la verdad religiosa y de fe espiritual, y cada renacimiento de la religión urantiana en el pasado se ha identificado con la vida y enseñanzas de uno u otro líder religioso. Al considerar los maestros de las épocas recientes, es posible que resulte útil agruparlos en siete eras religiosas principales del Planeta después de Adán:

1.El período setita. Los sacerdotes setitas tal como se regeneraron bajo el liderazgo de Amosad, se tornaron los grandes maestros postadánicos. Funcionaron a lo largo y a lo ancho de las tierras de los anditas, y su influencia persistió más prolongadamente entre los griegos, sumerios e hindúes. Entre los últimos continuaron hasta el presente como brahmines de la fe hindú. Los setitas y sus seguidores nunca perdieron enteramente el concepto de la Trinidad revelado por Adán.

2. Era de los misioneros Melquisedek. La religión de Urantia fue regenerada considerablemente por los esfuerzos de esos maestros que fueron comisionados por Maquiventa Melquisedek quien vivió y enseñó en Salem casi dos mil años a. de J. C. Estos misioneros proclamaron la fe como precio del favor de Dios, y sus enseñanzas, aunque no produjeron religiones que apareciesen inmediatamente, formaron sin embargo los cimientos sobre los cuales construirían las religiones de Urantia los más recientes maestros de la verdad.

3. La era después de Melquisedek. Aunque Amenemope e Ikhnaton ambos enseñaron en este período, el genio religioso sobresaliente de la era post-Melquisedek fue el líder de un grupo de beduinos levantinos y fundador de la religión hebrea: Moisés. Moisés enseñó el monoteísmo. Dijo él: “Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es”. “El Señor él es Dios. No hay otro fuera de él”. Intentó persistentemente desarraigar los vestigios del culto de los fantasmas de su pueblo, llegando hasta a prescribir la pena de muerte para sus practicantes.
El monoteísmo de Moisés fue adulterado por sus sucesores, pero en tiempos más recientes volvieron a muchas de sus enseñanzas. La grandeza de Moisés yace en su sabiduría y sagacidad. Otros hombres han tenido conceptos más grandes de Dios, pero ningún hombre consiguió nunca inducir a tanta gente a adoptar creencias tan avanzadas.

4.El siglo sexto antes de Cristo. Muchos hombres surgieron para proclamar la verdad en éste, uno de los más grandes siglos del despertar religioso jamás presenciado en Urantia. Entre éstos podemos mencionar a Gautama, Confucio, Lao-tse, Zoroastro y los maestros jainistas. Las enseñanzas de Gautama se han difundido ampliamente en Asia, y es reverenciado como Buda por millones. Confucio fue para la moralidad china lo que Platón fue para la filosofía griega, y aunque hubo repercusiones religiosas de las enseñanzas de ambos, en términos estrictos, ninguno de los dos fue un maestro religioso; Lao-tse visualizó más a Dios en Tao que lo que hizo Confucio en la humanidad o Platón en el idealismo. Zoroastro, aunque muy afectado por el concepto dominante del espiritismo dual, los espíritus buenos y los espíritus malos, al mismo tiempo exaltó claramente la idea de una Deidad eterna y de la victoria final de la luz sobre la oscuridad.

5.El primer siglo después de Cristo. Como maestro religioso, Jesús de Nazaret comenzó con el culto que había establecido Juan el Bautista y progresó cuanto pudo alejándose de ayunos y formas. Aparte de Jesús, Pablo de Tarso y Filón de Alejandría fueron los más grandes maestros de esa era. Sus conceptos religiosos han desempeñado un papel dominante en la evolución de esa fe que lleva el nombre de Cristo.

6. El siglo sexto después de Cristo. Mahoma fundó una religión que fue superior a muchos de los credos de esa época. La suya fue una protesta contra las demandas sociales de la fe de los extranjeros y contra la incoherencia de la vida religiosa de su propio pueblo.

7. El siglo quince después de Cristo. Este período presenció dos movimientos religiosos: la desorganización de la unidad del cristianismo en el occidente y la síntesis de una nueva religión en el oriente. En Europa el cristianismo institucionalizado había llegado a tal grado de falta de elasticidad que cualquier crecimiento ulterior era incompatible con la unidad. En el oriente las enseñanzas combinadas de Islam, el hinduismo y el budismo fueron sintetizadas por Nanac y sus seguidores en el sikismo, una de las religiones más avanzadas de Asia.

Desde la revelación de los Maestros Ascendidos, se ha difundido la verdad religiosa de la paternidad de Dios y la fraternidad de todas las criaturas. Pero es de esperar que los esfuerzos ardientes y sinceros de estos profetas se dirijan menos hacia el fortalecimiento de las barreras interreligiosas y más hacia el aumento de la fraternidad religiosa de la adoración espiritual entre los muchos seguidores de las distintas teologías intelectuales.

 Maestros Revelación e Iniciación:

Mediante los procesos revelatorios, la divinidad está surgiendo lentamente en la conciencia humana. La revelación es séptuple; cada uno de los siete reinos de la naturaleza revela un aspecto de la misma, y cada uno de ellos obtiene la revelación por medio de siete o catorce revelaciones o fases menores. Es importante  aprender a distinguir entre la visión (que constituye una revelación divina, hasta donde puede captarla el discípulo en tiempo y espacio) y la revelación, síntesis del expresivo propósito divino, que está relacionado con la voluntad al bien, y a su vez constituye la total expresión de la naturaleza amor de la Deidad.

Ha habido muchos acontecimientos de revelación religiosa pero sólo cinco de significado epocal. Éstos fueron como sigue:

1. Las enseñanzas dalamatianas. El verdadero concepto de la Primera Fuente y Centro fue promulgado por primera vez en el planeta por los cien miembros corpóreos del séquito del Príncipe planetario.

2. Las enseñanzas edénicas. Adán y Eva nuevamente ilustraron el concepto del Padre de todos para los pueblos evolucionarios.

3. Melquisedek de Salem. Este Hijo de urgencia del Universo Local  inauguró la tercera revelación de la verdad en el planeta. Los preceptos cardinales de sus enseñanzas fueron confianza y fe.

 4. Jesús de Nazaret. Cristo  presentó por cuarta vez al planeta el concepto de Dios como Padre Universal, y esta enseñanza en general ha persistido desde entonces. La esencia de su enseñanza era amor y servicio, el servicio por libre albedrío que los Maestros otorgan a sus hermanos en la comprensión regocijada de que, mediante este servicio, están sirviendo del mismo modo a Dios el Padre.

5. El Libro de Urantia. Constituyó la primera canalización (1934)  de la verdad de Dios a los mortales del planeta. Difiere de todas las revelaciones previas, porque fue el trabajo  combinado de  muchos seres.

La enseñanza programada por la Jerarquía para que precediera y condicionara a la nueva era de Acuario, era de tres categorías:

1. Preparatoria, dada entre  1875-1890                    escrita por Helena Petrovna Blatvasky.

2. Intermedia, dada entre  1919-1949                                                   escrita por Alice A.Bailey.

3. Reveladora, surgió después de 1975              dada en amplia escala por los medios de comunicación.

A principios del  siglo XXI se continuó con  esta enseñanza, dada en una serie de tratados, vinculadores del conocimiento materialista del hombre y de la ciencia de los iniciados. Lo que quedaba  del siglo anterior, debió dedicarse a la reedificación del santuario en que vivía el hombre, a la reconstrucción de la forma en que vivía la humanidad, a la reconstrucción de la nueva civilización sobre los cimientos de la antigua, y a la reorganización de las estructuras del pensamiento y la política mundiales, más la redistribución de los recursos del mundo de acuerdo al propósito divino. Sólo entonces fue posible ampliar la revelación. La religiosidad de los reconocimientos divinos.

Las nuevas verdades de las que se  responsabilizó El Tibetano  como agente transmisor, ante el mundo, de los estudiantes de ocultismo, fueron:

  1.   La Enseñanza respecto a Shamballa.
  2.   La Enseñanza sobre el Nuevo Discipulado.
  3.  La Enseñanza respecto a los Siete Rayos.
  4.  La Enseñanza sobre la nueva Astrología.
  5.  La información acerca del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.
  6.  La tentativa de formar una rama exotérica de los ashramas internos.
  7. La enseñanza sobre la nueva religión mundial.

Espiritualidad:

Espiritual es lo que relaciona al hombre con el hom­bre, y a éste con Dios, y que se manifiesta como un mundo mejor y corno expresión de las Cuatro Libertades en el pla­neta. Para ellas debe trabajar el hombre espiritual. Espiritualidad es, esencialmente, el establecimiento de correctas relaciones humanas, la promoción de la buena voluntad y, finalmente, el establecimiento de la verdadera paz en la tierra, como resultado de estas dos expresiones de la divinidad ( El amor y la voluntad).

 

Una Nueva Religión Mundial  se expresa por medio del trabajo de los grupos esotéricos de todo el mundo, debido al particular énfasis puesto sobre la existencia de la Jerarquía espiritual, la función y el trabajo del Cristo y la técnica de la meditación, por la cual se puede lograr la conciencia del alma, o conciencia Crística. La plegaria se ha expandido hasta convertirse en meditación; el deseo se ha elevado y se ha convertido en aspiración mental.

La tarea de los grupos que trabajan dirigidos por los Maestros de Sabiduría, consiste en permitir la entrada de la luz, utilizando las rasgaduras existentes en los velos de maya. Tres grandes rasgaduras producidas en los velos. La Biblia se refiere a ellas en forma simbólica, aunque no ha sido observado ni comprendido su significado esencial.

La primera fue producida por el establecimiento de la Ley de Dios, que El Antiguo Testamento describe simbólicamente en el episodio de Moisés, cuando ascendió al Monte de Dios, y allí recibió los Diez Mandamientos; expresión de la ley divina adaptada a la humanidad y necesaria para proyectar las fuerzas que destruyen, purifican y reorganizan. Moisés, el Codificador, penetró en una de las aulas dentro de los velos de maya y allí encontró la gloria del Señor.

La segunda y muy importante rasgadura la produjo el poder del segundo aspecto, cuando Cristo sometió al Maestro Jesús a la cuarta iniciación, y su influencia conjunta triunfó sobre la muerte. Leemos que el velo del Templo se rasgó de arriba abajo. El codificador estuvo presente al producirse la primera rasgadura, como culminación de la tercera iniciación, teniendo lugar un proceso similar de glorificación. Un acontecimiento análogo se produjo en la Transfiguración de Cristo, ejerciendo influencia o, mejor dicho, actuando a través del Maestro Jesús.

Otra rasgadura del velo, relativamente de menor importancia, tuvo lugar cuando Saúl de Tarso contempló la gloria del Señor y se trasformó en Pablo, el Apóstol. Mientras se esforzaba por alcanzar la luz escribió la Epístola a los Hebreos que ha desatado tanta controversia. En ella los resultados del desgarramiento del tercer velo proporcionan la nota clave y expresan el primero y más elevado aspecto, así como las dos primeras rasgaduras condujeron a la reve­lación de la tercera y segunda cualidades divinas. El primer aspecto puede ser considerado una síntesis, la Comunión de los Santos, y relacionado con el Señor del Mundo, Melkisedek.

La Ley, el Amor, la Unión o Síntesis, las grandes energías que se han infiltrado en la conciencia humana, proporcionan hoy la estructura sobre la cual se fundará la nueva civilización, se originará un nuevo acercamiento a Dios y se desarrollarán nuevas relaciones humanas.

La plataforma de la nueva religión mundial contendrá, de la misma manera,  tres presentaciones principales de la verdad, o tres doctrinas. La elaboración de estos tres puntos de vista o evocaciones de la verdad, será el trabajo del grupo de discípulos idealistas:

Será demostrada la realidad del Espíritu de Dios, tanto trascendente como inmanente, y también una realidad similar en relación con el hombre. Se indicará el método de acercamiento mutuo por intermedio del alma. Este aspecto de la verdad emergente podría ser denominado Misticismo Trascendental.

La realidad de la cualidad divina que poseen las fuerzas de la naturaleza y del hombre y el método por el cual el hombre las utiliza para propósitos divinos. Esto podría llamarse Mentalismo Trascendental.

La realidad, implícita en el primer punto, de que la humanidad como un Todo, es una expresión de la divinidad, una total expresión, más la realidad afín de la naturaleza y del trabajo divinos de la Jerarquía planeta­ria, y el método de acercamiento recíproco de ambos grupos, en forma grupal. Esto podría denominarse Religión Trascendental.

 

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de la teología cristiana, personificando, como lo hacen, las triplicidades de todas las teologías, se convierten tam­bién en el Uno cuando ha terminado el período de manifestación. Permanecen como Uno, con la cualidad y vida intactas e indife­renciadas, tal como son en la manifestación.

 

La analogía de esto la tenemos cuando muere un hombre. Desaparecen sus tres aspectos -mente o voluntad, emoción o amor, y apariencia física. Entonces la persona no existe. Sin embargo, si se acepta el hecho de la inmortalidad, el ser consciente perma­nece; su cualidad, propósito y vida están unidos con su alma inmortal. La forma externa, con sus diferenciaciones en una tri­nidad manifestada, ha desaparecido -nunca volverá exactamente en la misma forma o expresión, en tiempo y espacio.

 

NOTAS DEL EDITOR.

El libro de Urantia fue una fuente valiosa para este artículo

 

 

2 comentarios

  1. Para mas ilustraciòn, se puede recurrir al LIBRO DE URANTIA, que trata tambien estos temas, tal vez en otros tèrminos, pero muy enriquecedor. Un abrazo en la luz.

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