Activación del Divino Femenino en la Isla de la Luna

Rumbo al Templo de las Vírgenes

El abuelo de la comunidad, un hombre de larga barba blanca entrelazada, me invitó a sentarme en el círculo al tiempo que me preguntó de dónde venía. De Puerto Rico dije orgulloso. “¿Y qué pueblo originario hay allí?”, preguntó. “Taínos”, respondí. “¿Y qué organización política tenían los taínos?” preguntó de nuevo. “Cacicazgos”, respondí. “¿Y a quién adoraban?, inquirió. “Al dios Juracán, el del viento, creo, pues luego llegó la conquista y no conozco muchos más datos”, respondí con algo de vergüenza por no saber la respuesta.

El abuelo comenzó a hablar que debemos rescatar las tradiciones pues donde estaban los templos de los antiguos ahora nos recibía una cruz con un muerto sobre ella. “Encima lo llamaron el rey de los judíos, cuando los judíos fueron quienes eligieron crucificarlo y le pusieron INRI sobre su cabeza…. Saben lo que eso significa: LA LIZ IGNEA NOS RESUCITARÁ

“La hora de despertar es ahora. Nosotros somos los ancestros que nuestros hijos y nietos evocarán. La democracia es el negocio de los demonios, donde los que llegan al poder solo buscan lucrarse, por eso hoy los invito a volver a la Teocracia: un Dios, todos para uno y uno para todos, donde se honre a los elementos que nos nutren y que el centro siempre sea el fuego, reconociendo a los elementales de la tierra; el poder purificador del agua y del viento. Con ellos podemos seguir los principios de buena alimentación, purificación y visión clara”.

“Hoy más que nunca tenemos que seguir una vida de acuerdo a los principios de honrar a la tierra, como lo hizo Evo Morales al reconocer a todas las etnias que viven en Bolivia y cambiar el nombre de la República a Estado Plurinacional de Bolivia, con participación de todos para un buen gobierno.

“Tenemos que recuperar nuestro poder, organizar las comunidades y comenzar a elegir políticos que nos representen y quieran el bien común por encima de sus negocios”, explicó

Cuando llegaron las mujeres del círculo de fuego se prendió un tabaco que significa que las mujeres recuperan su palabra tras siglos de dominación patriarcal. “Este es el año de la mujer –dijo- este el siglo de la mujer, esta es la era de la mujer… las cosas están llegando al final de una época que está marcada por un Papa que no tiene mujer o un Lama que no tiene mujer… eso es insostenible ya”.

Luego les preguntó a las mujeres cuál era la enseñanza que el fuego les había entregado y una de ellas respondió: “Vivir en alegría” y la sonrisa afloró en mis labios y en el de todos los presentes. “Cualquier situación que nos presenta la vida debemos encararla con alegría, esa es la enseñanza para acabar con el drama… si tu mujer se va con otro, ríe, ríe alto y piensa que algo nuevo te está esperando, así debemos hacerlo en lugar de regodearnos con el dolor”, cerró el abuelo su metáfora para ilustrar el momento.

El silbato de la lancha me recordaba que debía regresar, así que nos pusimos de pie y uno por uno nos dimos un emotivo abrazo de corazón a corazón.

“Hoy activamos el Divino Femenino”, explicó el abuelo enfundado en su poncho rojo con vivos multicolores. “Ahora toca equipar la energía. Vete a meditar al Templo del Sol para terminar tu misión, Dios sabe por qué llegaste hasta acá, Taíno”, me ordenó mientras el pito de la lancha ya anunciaba su partida. Nos miramos a los ojos con la ternura de quien sabe que las casualidades no existen. Corriendo cuesta abajo por los escalones de piedra me di cuenta de que nunca les pregunté sus nombres ni me saqué una foto con ellos.

Abordé la lancha mientras soltaban amarras y anunciaban que la próxima parada era el Templo del Sol… la sincronización no podía ser mejor. Tuve que negociar con los boteros pues mi billete no contemplaba bajarme allí, sino regresar al puerto de partida en Yumani. Una vez que llegamos a puerto el guía explicó que a ese lugar los conquistadores lo denominaron el Palacio del Inca, ya que nunca encontraron el Templo del Sol. “Existe, pero es un lugar etérico”, añadió. El Palacio como tal consta de varias cámaras que fueron construidas hace unos 12.000 años por los Tiwanacos y reconstruido por los incas algunos siglos después. En una de las cámaras hay varias aberturas que dejan ver la salida exacta del sol durante los solsticios, mientras en otra había una cueva subterránea que según la leyenda conectaba con los portales de Tiwanaco y Machu Pichu y daba acceso a la Ciudad de Luz que está debajo del Lago Titicaca.

Seguí con el guía hasta que el grupo se alejó… busqué un lugar más alto, cerca del centro energético y allí me senté a hacer mi meditación con la intención de equilibrar las polaridades del Divino Masculino y el Divino Femenino. Según muchos místicos el Lago Titicaca representa el chakra sexual de la Madre Tierra y de allí nacerá la nueva humanidad.

Al final de mi meditación recordé con amor a mi tribu de Puerto Rico, en especial a las danzantes y a mis compañeros del fuego en la Danza de la Luna Atabeyra Metzteopoxchikaualiz. Casi sin aliento por la altura del lugar, grabé un audio para ellos contándoles que no estamos solos en este camino. Al terminar un águila de cola blanca sobrevoló en círculos sobre mi cabeza en señal de que el Gran Espíritu está con nosotros. La misión se sigue cumpliendo, las polaridades se están equilibrando y el corazón que nos une cada día es más fuerte. AHO!!!