Alex Warden: El rol de la mujer y la sanación de la Tierra.
Hoy la mujer tiene un rol fundamental para la evolución del planeta. Esta nueva consciencia relacional, de unidad que se basa en la sabiduría natural, instintiva femenina de interconexión de todas las cosas.
Lorena Santandreu.
Mística Sufí de nacionalidad Argentina, dedicada a compartir el llamado de su corazón. Transmite en Sudamérica el mensaje profundo y reparador de lo femenino sagrado y las enseñanzas de su maestro y Dr. en Psicología Jungiana Llewellyn Vauhghan-Lee.
Alex, ¿Cómo y cuándo nace en ti este despertar de la unidad esencial?
La realidad de la unidad esencial de todas las cosas, despertó cuando tenía catorce años, a partir de un sueño-experiencia en el cual me uní con mi alma, algo semejante a la luz brillante al final del túnel con que se unen algunas personas en las experiencias cercanas la muerte. Esta primera unión consciente fue muy profunda y cambió mi vida para siempre. Uno de los resultados de esta experiencia, fue que cambió mi percepción de la realidad, despertó lo que se llama la consciencia no-dual, la que continuó ahondándose con el correr del tiempo. Una primera expresión de esa consciencia no-dual fue la percepción de la unidad esencial que subyace a todas las cosas, que es una forma de consciencia relacional o de unidad, que nos permite experimentar conscientemente, en todo momento, cómo todo se relaciona y funciona en conexión con todo lo demás dentro de este mundo físico y también con otros los niveles de la realidad. Otro de los resultados de esta experiencia fue que despertó en mí la energía kundalini, que es una energía evolutiva que, entre otras cosas, también apoyó y profundizó este cambio perceptivo unitivo.
Lo interesante, es que en la actualidad muchas personas están desarrollando esta forma de percepción relacionante, muchos niños ya llegan con ella… en realidad, es un nuevo nivel de consciencia capaz de unir los opuestos, suavizar las diferencias, enfocándose en las similitudes, que lo que se tiene en común. Hoy es posible a todos nosotros desarrollar esta consciencia relacional, es el nuevo paso evolutivo que podemos dar. Otro aspecto muy importante de esta nueva percepción de unidad, es que se basa en la sabiduría intrínseca femenina, en el conocimiento natural y espontáneo, que posee el femenino de la interconexión de todas las cosas, inteligencia instintiva que en este nuevo ciclo evolutivo, puede ver estas relaciones de forma consciente.
¿Cuál es la importancia en tu vida como mujer, del Sendero Sufi?
Este sendero sufí, y en particular la relación con mi maestro, Llewellyn Vaughan-Lee, me ayudaron a recobrar mi valor como mujer, a saberme mujer, a conocer mi pureza esencial y, a conocer y aceptar la fuerza, potencia y poder de lo femenino. Las circunstancias de la vida, mi trabajo, mi profesión me llevaron al mundo del poder patriarcal a una edad y en una época en que una mujer con poder en el mundo era vista más como un hombre que como una mujer. Aunque, hoy reconozco que mi forma de trabajo siempre fue fundamentalmente femenina, no jerárquica, no-lineal, relacionante y orgánica, en aquel entonces, llegué a creer que como mujer me faltaba algo, y que por eso me resultaba sencillo trabajar y moverme en ese mundo masculino. Ahora veo cómo que esa experiencia me lastimó sin que lo supiera, me esforcé por actuar de un modo que no era el mío. Porque el femenino es más que nada, un estado de ser. El femenino es la copa esperando ser llenada. Es la madre, mater, la sustancia pura que recibe el espíritu y lo transforma dándole un cuerpo. Es decir la mujer, lo femenino, tiene un modo de ser, un modo de actuar particular. Cuando la mujer, como me ocurrió a mí, comienza a vivir de un modo que ella no es esencialmente, nos desconectamos de nuestra naturaleza. Y mi maestro, su amor, apreciación y comprensión profunda de lo femenino, me ayudaron a sanar.
¿Cuál es el rol de la Mujer para estos tiempos de transición? Y en particular, ¿Cuál es la íntima relación de la mujer con la madre Tierra?
Hoy la mujer tiene un rol fundamental para la evolución del planeta. Esta nueva consciencia relacional, de unidad, de la que hablé, que se basa en la sabiduría natural, instintiva femenina de interconexión de todas las cosas, tiene que ver con que la mujer tiene la capacidad de albergar y crear un cuerpo para un alma que llega a la vida. En ese sentido, la mujer conoce su unión con su hijo en el vientre por experiencia directa. Esa es la forma de conocer la unión del femenino. No utiliza el pensamiento, sino que es un saber desde dentro. Y como todo se relaciona con todo en los distintos planos de la realidad, estas cualidades del femenino son fundamentales en los momentos de transición evolutivos también, porque la mujer, puede albergar y parir esta nueva consciencia, esta nueva humanidad. Se necesita del femenino para crear este nuevo mundo, tenemos que darlo a luz. Lo masculino no puede hacerlo, así como el varón no lleva el bebé en su vientre. En esto la mujer es como la madre Tierra, ella crea cuerpos para el espíritu de vida, todo el tiempo, en todo lugar… Es por este conocimiento natural, que la mujer naturalmente sabe que la Tierra es un ser vivo, y sabe que es como ella. Nosotras somos una con la Madre, somos sus ojos y sus oídos, somos su consciencia. Desde el comienzo del tiempo, siempre se supo que la mujer era la expresión humana de esta madre planeta, y en realidad también somos la expresión humana del aspecto femenino de Dios, la creación. Por eso muchas mujeres y lo femenino en el varón sienten el dolor de la Madre y su belleza y milagro. Esta nueva consciencia que está naciendo nos ayudará a comprender nuestra relación y pertenencia con la Tierra de un nuevo modo –en verdad la Madre es quien está despertando, quien está saliendo del olvido. Nuestro recuerdo de ella es Su recuerdo de sí.
¿Cómo pueden las mujeres reconectarse o despertar su Divinidad Femenina?
En cierto modo necesitamos des-aprender lo aprendido y volver al corazón, a nuestro cuerpo, a nuestro sentir, a los sentidos. Irina Tweedie, la maestra de mi maestro, Llewellyn Vaughan-lee, contaba que su maestro Bhai Sahib, ya hace más de medio siglo le decía: “La mujer es siempre pura, así como la Tierra es siempre pura, la mujer jamás puede ser impura”. Reconocer, descubrir, esa pureza natural de lo femenino, de la mujer, nos conecta con nuestra esencia, con el conocimiento de nuestra divinidad. Llevamos miles de años de una creencia que se ha hecho carne, en que la mujer es vista como impura. Lo vemos en la historia de Adán y Eva. En ciertas obras de arte del pasado, no solo Eva es la tentadora, la culpable de la expulsión del paraíso, sino que además hasta la serpiente tiene un cuerpo y cara de mujer. Esa creencia de nuestra impureza está en el aire, se respira, existe en el inconsciente colectivo de Occidente y nosotras, la llevamos dentro. Nos ha intoxicado, envenenado. Hay que limpiarlo…hay que descreerlo…y descreerlo lleva tiempo, porque esta creencia está impregnada en nuestra sociedad. Y por supuesto, esta creencia sobre la mujer y lo femenino, y el consiguiente trato de lo femenino y de la mujer, tiene una relación directa con el maltrato y olvido de la Tierra, el gran femenino, la gran mujer, la madre.
¿Cuándo mencionas a la Diosa, (o al Dios/Diosa) a que te refieres? Y cómo las mujeres pueden reconectarse? ¿Por qué es tan importante?
En la antigüedad, en algunas historias la Diosa es la esposa del Dios, o su hermana, en otras era la madre del Dios. Es decir la Diosa es el aspecto creado, físico de la divinidad, de Dios. Es el cosmos, la Tierra y todo lo que hay en él. La Diosa, la madre, es el aspecto de lo Divino capaz de albergar el espíritu increado y hacerlo creación, darle cuerpo. Cuando la mujer, lo femenino, se reconoce como un medio de albergar un espíritu, darle cuerpo y traerlo a la vida—tenga hijos o no–comienza a comprender el valor de su cuerpo, el valor de su naturaleza, el valor y significado de su ser mujer para la Vida, porque esa capacidad de encarnar, de darle cuerpo al espíritu, que posee el femenino, también es la capacidad de encarnar otras cosas, un proyecto, un trabajo, una función, una consciencia, una cualidad, de un modo orgánico y natural.
¿Cuál es el rol de la energía masculina?
El masculino tanto en el varón como en la mujer, tiene la capacidad de percibir las cualidades específicas que cada cosa tiene individualmente. Tiene la capacidad de notar las particularidades, de ver las diferencias, de ver desde afuera. Este ver desde afuera es lo que nos permite vernos como seres separados de los demás y de desarrollar la razón, y de tener una perspectiva distinta, cada vez descubrimos más y más detalles de la realidad. Nos permite entre otros, el pensamiento lineal y el desarrollo de las ciencias, lo científico, la escritura… El masculino, como expresión de la consciencia, nos brindó algo fundamental en la evolución humana, la capacidad de individualización, la capacidad de ver lo que nos hace únicos, especiales y separados de lo colectivo. Junto a la sabiduría femenina, es posible realmente, desarrollar esta nueva consciencia relacional, que percibe naturalmente las relaciones entre todas las cosas pero que además ve las cualidades especiales que cada cosa individual puede brindar al todo.
Otra característica del masculino es la cualidad de proteger al femenino, de brindarle cierta seguridad y protección para que el femenino pueda crear, albergar y darle cuerpo al espíritu. Esto se ve mucho entre ciertos pájaros, por ejemplo, que la hembra posa sobre los huevos y el macho arma el nido y busca comida para alimentarla. Es una de las razones que tradicionalmente en muchas culturas, el rol de hombre es de protección del hogar, de construir el hogar, de brindar un espacio seguro para que la mujer críe los hijos. Y desde el punto de vista de este momento de transición, esto es sumamente importante, porque para que el femenino pueda albergar y parir este nuevo mundo, esta nueva consciencia, necesitamos que el masculino se encargue de frenar todo aquello que impida este embarazo, se ocupe de discriminar lo que apoya o no a este proceso.
¿A qué te refieres con hacer sagrado lo cotidiano?
Hacer sagrado lo cotidiano es reconocer que toda la vida es una expresión de lo Divino, es devolverle la espiritualidad natural e intrínseca a cada momento y situación de la existencia. Es ver en las cosas de todos los días lo divino, el espíritu manifestado. Es devolverle el significado a nuestra vida cotidiana, es devolverle vida a la materia, es dejar de hacer de la vida un objeto, es un renacimiento, es un recordar el espíritu que habita en cada cosa, y la conexión que cada cosa, que cada momento, tiene con la esencia divina, su fuente. Y es un modo de desarrollar esta nueva consciencia de unidad, de evolucionar y de conectarse con el alma, de un modo muy simple, cada día. En Sufismo se dice: “Dondequiera que mires, ahí está la Faz del Amado”, porque para el sufí, Dios es nuestro Amado.
¿Cuál es el nuevo paradigma para la sanación, renovación y renacer de una nueva Tierra?
Primeramente, creo que es importante empezar a valorar lo que la Tierra es, nuestro hogar, nuestra fuente de sustento, nuestro nido, es el lugar donde podemos hacer realidad nuestra existencia. Nuestros cuerpos están hechos de Su sustancia. Y al igual que nosotros, la Tierra tiene vida, tiene nombre y también tiene alma. Su nombre varía de acuerdo al idioma y el lugar. Se la conoció como Gaia y Pacha Mama, entre otros. Y a su alma se la llama el Anima Mundi. Tierra es un nombre que perdió bastante valor, la tierra es algo que está bajo nuestros pies, bajo nuestro poder. Necesitamos recordar su verdadero nombre, devolverle el valor al nombre y el significado a la Tierra. Necesitamos tratarla como un ser viviente que nos da todo, necesitamos dejar de tratarla como un objeto, como una fuente de recursos, como un cesto de basura. Hay un momento, cuando despertamos a esta realidad de la Tierra, en que sentimos un dolor profundo, una angustia, a veces un enojo muy grande. Pareciera que cada árbol que se corta, cada basura en el suelo, nos lastima el corazón, nos ensucia a nosotros. Y esto es normal y esto es verdad, porque lo que le hacemos a otro, nos lo hacemos a nosotros mismos. Sentimos el sufrimiento de la Tierra, el abuso de lo femenino, el maltrato de sus hijos, el agravio a la potencia creativa de la Tierra y su creación. Pero si vamos a apoyar y participar del renacer de la Tierra, necesitamos poder perdonar y también perdonarnos, necesitamos ver el paraíso que ella es y que siempre fue y será. Necesitamos apreciar su potencia revitalizadora. Ella ha existido por millones de años y ha pasado por terribles catástrofes y sin embargo, siempre volvió renovada, siempre retornó su sonrisa y belleza infinita. Cuando podemos perdonar, cuando podemos mirar más allá del dolor y del enojo, podremos despertar a la Tierra, sacarla de su sueño, de esta pesadilla, y podemos abrir nuestros ojos a lo que está naciendo, al paraíso que ella verdaderamente es, una nueva posibilidad.
¿Qué importancia le das a la sustentabilidad y a la espiritualidad, en este momento en que el medio ambiente se ve tan amenazado por el cambio climático y por el calentamiento global?
Para mí la sustentabilidad es fundamentalmente un acto de respeto. Es dejar el abuso, es volver a la base, a lo más natural. Es cierto que ahora es más que necesario y muchos buscan la sustentabilidad porque sienten que las fuentes se van agotando, zonas fértiles y húmedas se van transformando en desiertos, los polos se derriten, el agua es tóxica y hay que ponerle desinfectantes para poder beberla, la polución del aire lo está volviendo irrespirable, las tierras están llenas de basurales … Pero desde el punto de vista de la consciencia, la sustentabilidad es un modo de empezar a mirar a través de los ojos de la Tierra, y es un acto espiritual, de espiritualidad cotidiana, de hacer sagrado lo cotidiano.
¿Cuál es la función de los sueños para el despertar de la consciencia personal?
En nuestra orden de sufismo, los sueños son herramientas para conocernos a nosotros mismos, mensajes que nos llegan desde lo más profundo de nuestro ser. Son una forma de guía interna, y en el núcleo de nuestros sueños, se halla el mensaje de nuestra alma, de nuestro Yo superior, de nuestro maestro interno, para nosotros. En mi libro, El llamado de Mi Corazón, narré la historia de mi vida, basándome en mis sueños y experiencias místicas, y cómo ellas iban guiando mi vida, iban explicándome mis propios procesos internos, me ayudaban a volverme más consciente, me fueron conectando con mi alma—mi maestro interno– es decir, me enseñaban. Pero además, el lenguaje de los sueños, es el lenguaje del femenino. El femenino habla en un lenguaje simbólico, donde todo tiene vida. En el sueño, todos sus elementos están vivos, representan un aspecto de nuestra realidad interior. Los sueños son como los mitos de la antigüedad, son nuestra propia historia, son la revelación de nuestro propio viaje del héroe o la heroína. El sueño tiene además ciertas cualidades—las cosas aparecen y desaparecen, no siempre es una historia lineal, sino que varias cosas pueden ocurrir sin un orden pre-determinado, los elementos del sueño se transforman… Todo es el mundo, el modo de expresión, el lenguaje del femenino, de la consciencia femenina. La fuente que alimenta el mundo de los sueños, también puede alimentar, inspirar el mundo de la poesía y del arte. Por eso en la antigüedad, las sacerdotisas eran el oráculo. Por eso las musas son femeninas. Desde el punto de vista de la evolución de la consciencia, el sueño es una herramienta de poder desarrollar la consciencia relacional o de unidad, porque todos los elementos del sueño están relacionados entre sí, forman parte de una misma historia, forman, son una totalidad. Y además, por supuesto, nos conectan con la realidad de mundos más allá del mundo físico, con los mundos internos.
Fuente:
FELICITACIONES Y AGRADECIMIENTOS POR SUS MAGNIFICOS ARTICULLOS INSTRUCTIVOS E INTERESANTES. cUANTO LES AGRADEZCO SU ATENCION. VIVO EN VENEZUELA
Estoy muy de acuerdo con Alex .Esta mujer es un ejemplo para mi .
Siempre he tenido la conciencia de que la tierra es un ser vivo y debemos cuidarla para estar en armonía con ella, no es ella, si no es nosotros y nosotros somos uno
nos cuesta entender esto ,Gracias a Dios que siempre nos da una oportunidad una y otra vez
Buenísimo