Anorexia y compasión

La anorexia es como muchos saben un transtorno alimenticio, eso es verdad aunque en realidad es mucho más que sólo eso. Cuando vemos o sabemos de personas anoréxicas pensamos que son chicas o chicos que no quieren comer y un gran descubrimiento de éste siglo es que en realidad si quieren y necesitan comer…solamente que no se permiten hacerlo.

Lo destructivo aquí como en muchas adicciones es la etiqueta que les ponemos a los que las padecen, si lo pensamos no les hacemos ningún bien y de manera consciente e inconsciente los limitamos y lastimamos.

La anorexia es mucho más que dejar de comer, en el fondo existen causas emocionales importantes que para sobrellevarlas se reflejan en el privarse del alimento, no es algo que disfrutan es lo contrario es una llamada de auxilio.

Lo difícil en estos tiempos es nuestra tendencia a pensar que la mayoría de los conflictos son resultado de causas poco profundas y confundimos la causa del padecimiento con una pequeña manifestación de la enfermedad.

Loa anoréxicos entran en un proceso cíclico del que no pueden escapar, por ejemplo, comen algo y se sienten culpables, sienten hambre, entonces comen y se sienten culpables y así una y otra vez…hasta que en los casos menos afortunados encuentran como la única solución el dejarse morir de inanición.

Se piensa que los anoréxicos tienen como objetivo estar delgados solamente para encajar en una moda, estilo de vida, grupo social o personalidad, éste es un punto de vista equivocado, cuando el padecimiento se encuentra en su fase crónica de lo que menos son conscientes es de su figura, la moda o el peso…se trata de un enorme sufrimiento que no se ha canalizado correctamente de hecho pierden la noción de las dimensiones de su cuerpo.

Es increíble observar que los anoréxicos se aíslan o los aíslan y lo que más necesitan es de nuestra atención, un abrazo, una mirada dulce, empatía y amor bondadoso esto es  de gran ayuda y alivio, pues en el fondo son personas que han padecido la falta de atención y comprensión. No es que quieran morir, es que no encuentran como vivir…y aunque parezca fácil la realidad es que muchos creemos que sabemos vivir y lo cierto es que  sólo tenemos mayor tolerancia a la indiferencia y frustración.

Es de ayuda en un momento imaginar que no comemos un día y en el otro solo comemos un poco, al siguiente día no comemos nada…así permanecemos por semanas o meses…el cuerpo se debilita, la depresión se incrementa y no lo podemos resolver ni física ni mentalmente. No es fácil aunque nos parezca algo simple, la culpa por comer o no comer está en todo momento presente.

Normalmente nos sentimos lejanos a éste tipo de problemáticas, cuando se trata en realidad de un padecimiento que tiene también un carácter social, algunos son o fueron niños a los que se les exigió o exige mucho sin darles el derecho de la réplica, no se les permite elegir libremente ni sus pensamientos y está probado que la mayoría de éstas personas viven rodeadas de personas bastante demandantes que encuentran como depósito de su necesidad de poder y control al anoréxico, que al no querer en la mayoría de las ocasiones cumplir con esas expectativas….se rebela silenciosamente…se enferma..

Es así que cuando veamos a una persona con éste padecimiento o cualquier otra adicción, debemos hacer un gran llamado a nuestra empatía, al ver con el corazón, no con lastima sino con amor y compasión…son personas que internamente sufren y que solamente con la ayuda de médicos expertos pueden llegar al fondo de su problema que dista de ser algo solamente físico y si demasiado emocional, el amor es algo que puede curar hasta lo más difícil…aunque en estos tiempos tenga más seguidores el egoísmo no olvidemos que somos personas por naturaleza llenas de amor y que existen muchos a nuestro alrededor que lo necesitan…es gratis y sólo requiere en la manera más simple de una sonrisa honesta y llena de comprensión.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca