Caminando Entre Dos Mundos, una Trayectoria Personal, por Elizabeth Ayres

Jorge Gomez (333)

caminado entre dos mundos montañas y cielo

Acabo de pasar cuatro días en las tierras favoritas de los «Nez Perce,» las tierras de pastoreo veraneal y de caza otoñal del Valle Wallowa. Me sentí atraída a ellos por su belleza natural, pero esta vez salí de ellos con algo mucho más profundo. 

Me quedé en el Parque Estatal del Lago Wallowa, un sitio de acampar muy grande y popular situado en la costa sureña del profundo lago azul de aguas heladas. Metida en una esquina sombreada del movido campamento, fue casi como estar en otro mundo.  Al otro lado del lago había unas enormes autocaravanas y cámpers, mientras que yo acampaba en mi modesta tienda de campaña. Y sin embargo, si no fuera por todas las muchas amenidades modernas, sin electricidad pudiera haber sido un gran campamento en las costas del lago. Bueno, tal vez no. 

Durante cuatro noches en las que estuve en el campamento hubo un programa al anochecer sobre la guerra en Nez Perce que se llevó a cabo en 1877.cuando el gobierno Americano decidió que los Nez Perce sin tratado necesitaban irse o ser movidos a la reservación localizada en ese entonces en el Río Clearwater en Idaho. Una cosa condujo a la otra, con disparos de pistola u flechas volando, y los Nez Perce se encontraron a sí mismos escapando de la armada de los E.U. en la primavera, cruzando ríos crecidos por inundaciones al tiempo que intentaban reunir miles de caballos y ganado, así como sus preciosas mujeres, niños y ancianos. Un grupo de 100 guerreros era todo lo que protegía a la gente en su peligroso trayecto, hecho más penoso y triste porque estaban dejando unas tierras que ellos amaban de todo corazón, el Valle Wallowa, el «Eagle Cap» [la Corona del Águila, que son las montañas al sur], y las costas del Lago Wallowa, cerca de donde los huesos de sus ancestros estaban enterrados y donde habían pescado tradicionalmente salmón en el otoño. 

En la última mañana de mi viaje me detuve en el Sitio del Patrimonio Nacional Iwetemlaykin (ee-weh-Temm-lye-kinn), un nuevo parque estatal (2009) que conmemora el patrimonio de los Nez Perce y el poder del lugar como fue experimentado por la gente que ahora vive en el área. Yo había viajado pasando por el sitio varias veces pero nunca me había tomado un tiempo para salirme y andar por allí. Sin embargo, esta vez me sentí instada a caminar por el suelo sagrado y sentir lo que iba a sentir… y tomar unas fotos desde los montes de altos pastizales de la morrena terminal. 

Mientras caminaba por los montes cubiertos de pasto de la morrena glacial, viendo las masivas laderas de la Montaña «Chief Joseph» [Jefe José] elevándose sobre el valle, sentí la presencia de un guerrero indio viendo a través de mis ojos. Su presencia era muy fuerte, pero no abrumadora. Sentí su pena, dolor, y añoranza mientras contemplábamos el valle, los árboles, los pastizales y las montañas. 

Como hago con frecuencia, dije una oración por los muertos y aquellos fragmentos que pudieran seguir rondando por el lugar, como sucede a menudo en tiempos de muerte y penurias. Como este sitio era el comienzo del sendero Nee Mee Poo, la ruta que los Nez Perce tomaron para escapar en 1877, es muy comprensible que pudiera haber algunas energías restantes en el lugar. Y ya era un lugar sagrado, un lugar de poder. 

Hablamos, escuché… las palabras no son importantes sino el sentimiento de estar agradecido por mis palabras, que fue claro. Yo siempre llamo a las Legiones del Arcángel Miguel para que se lleve a los espíritus a la Luz para sanar, para descansar y recuperarse. He venido haciendo esto, cuando es necesario, por muchos años. 

Hace años, en 1994, anduve por un cementerio en el centro de Idaho, cerca del Río Salmón, y al hacerlo ‘recogí’ una entidad mayor o dos. Pronto me encontré en medio de una psicosis inducida por la entidad, y pasé inclusive un par de semanas en un hospital psiquiátrico. Fue una iniciación espiritual importante para mí, y una de la que me recuperé gracias a la ayuda y asistencia de un amigo sanador. 

Sin embargo, esta vez teniendo un cuerpo energético despierto de una estrella tetraedro como protección, no sentí ninguna entidad sobrecogiendo mi conciencia, ninguna amenaza. Y el ser con el que estaba hablando era un hombre noble, orgulloso, compasivo y amante de la libertad y los espacios abiertos, como yo. Fue como si fuéramos espíritus afines.  Como he tenido una vida o dos como un Nativo Americano y por lo menos una como ‘sachem’ u ‘hombre sagrado,’ sentí una afinidad por este ser, quien se llamaba a sí mismo «White Cloud” [Nube Blanca].

No, no fue José, joven o viejo, quien me hablaba ni tampoco era importante si pudiera haberlo sido. Éste era un hombre, un ser que había experimentado estar en este lugar y vino en respuesta a la presencia de la Luz que yo porto para liberarlo. En el camino a casa, hablamos más. White Cloud/ Nube Blanca me dijo que muchos de los Nez Perce vivos actualmente son los seres reencarnados de los soldados que persiguieron a los Nez Perce, equilibrando su karma ocasionado durante esos difíciles tiempos. Ciertamente no es cierto en el caso de todos los Nez Perce o de cualquier pueblo, pero los seres sí buscan equilibrar malas obras cuando pueden. En este tiempo de un fin de una era y el comienzo de otra es importante liberar tanto como sea posible para que al final no haya necesidad de recompensarlo en otra vida.  Ahora bien, éste no era el fin de mi trayecto en mi caminata tempranera a través del sitio patrimonio [el sitio del viejo Rancho Marr que consiste de 53 acres de veredas, un río, dos zanjas de irrigación, árboles y pastizales con vistas al Valle Wallowa y las Montañas Wallowa.

Poco después de mi oración para la liberación de los muertos, ví a un pequeño oso negro en la fase color canela corriendo a través de la hierba. Estaba muy sorprendida de ver a un oso a plena vista, al descubierto, justo arriba de una movida carretera, y era muy parecido a mi animal de poder, un gran ojo rojizo. Lo ví como una señal de que los espíritus del lugar habían aceptado mi oración. Me conmovió verdaderamente de corazón la vista y el significado.  Para los Nativos Norteamericanos el oso simboliza sanación y fortaleza. El oso se detuvo momentáneamente en su vuelo, se alzó y me miró, y luego desapareció rápidamente por entre los sauces al final de la colina. 

Cuando regresé al coche el sentimiento como de pesadumbre que había sentido al caminar a lo largo de la senda había disminuido sobremanera. Ahora había un sentimiento de paz duradera, al tiempo que las nubes blancas flotaban arriba en los cielos azules del noreste de Oregón. Tomé un par de fotos de las montañas y pronto después emprendí el camino de regreso de nuevo sobre las Azules a casa, manejando a través de la tierra que había sido hogar alguna vez de otro pueblo.

Tal vez algunos leyentes pudieran considerar mi experiencia como mi imaginación. No me importa, sientí lo que sentí, escuché lo que escuché, y experimenté el poder del lugar y el poder de caminar entre dos mundos mientras estoy viva en un cuerpo físico. Hay mucho aguardando a aquellos de nosotros que estamos determinados a ascender. Seremos capaces de iniciar un cambio y de sanar simplemente mediante nuestra presencia. No escribo estas palabras con orgullo, sino con humildad y dando gracias por habérseme confiado esta labor.

No soy impulsada externamente a hacer estas cosas; ellas vienen de manera naturaI al igual que la lluvia llega a las montañas. Estoy empezando a entender que el Espíritu que habita en este cuerpo que está envejeciendo es más grandioso de lo que sé, y se está asentando continuamente más dentro de este vehículo físico cada día. 

oso

Desde que llegué al área donde vivo ahora me he pasado un tiempo explorando las colinas cercanas, los valles y las montañas. Sé ahora que hay un propósito en mis merodeos y divagaciones – con nuestra presencia podemos ayudar a limpiar las tierras donde vivimos. Si no podemos despejar a la gente a nuestro alrededor (ella debe hacer su propia limpieza) podemos asistir a la naturaleza a recuperarse liberando las viejas energías no alineadas de cualquier manera que se nos ocurra a nosotros. Todos tenemos nuestra propia manera de enfocar nuestro trabajo. Es el obsequio de ser individuos únicos, sosteniendo facetas únicas de la Luz Diamantina del Creador en nuestro interior.     .

También sé que aunque una tierra pudiera aparentar estar vacía o sin mucho en forma de ser habitado por humanos, todas las partes de nuestro planeta han sido impactadas por los humanos. Nuestros cuerpos son el obsequio de la Madre; ellos son parte de la tela del planeta. Así que yo siento que es importante hacer lo que podamos para ayudar a nuestra Madre Tierra en su recuperación y ascensión a frecuencias más elevadas.

Estando de pie a orillas del azul lago, observando a las gaviotas echarsse en clavado para pescar pesces, traté de visualizar cómo se habrá sentido hace más de cien años, sabiendo que éste era su lugar.  El poder del lugar es real y puede ser sentido en lugares especiales en todo el planeta, pero el lugar que todos portamos en nuestro interior en todo momento es el santuario de nuestro corazón, un lugar para la sanación y conexión con el Yo Superior. Parte de la trayectoria es el descubrir este lugar y sagrada conexión interior.  Y parte del trayecto se extiende hacia fuera, a medida que viajamos a través de nuestro mundo físico encontrando gente y experimentando aventuras grandes y pequeñas, tales como la mía. 

Aquellos de nosotros que estamos trabajando activamente en nuestra ascensión, los que han venido como seres estelares «walk-ins» (como Wes Annac), sabemos que andamos entre dos mundos. Nuestros ojos no pueden ver todo lo que existe en este mundo, y mucho menos el mundo del Espíritu, pero todo puede sentirse a través del centro del corazón, una vez que uno ha encontrado su camino a este sitio sagrado dentro de su propio cuerpo. 

Al averiguar lo que había visto y experimentado durante mi viaje, mi amigo Eric comentó:

“Bueno, ahora sabes por qué tenías que ir. Caray, ¡qué maravilla! Es increíble cuando se vuelve personal, un mensaje en tu cara como ése, te armoniza de una manera más potente. Las energías que tú sentiste fueron dejadas atrás, plantadas para que estuvieran allí para tí. 

Es maravilloso canalizar las energías como tú lo hiciste, mientras estás en contacto con la tierra y el pasado que ha sido, andando entre dos mundos verdaderamente. Pero por eso me gusta pasarme tanto tiempo a solas. Otra gente puede ser una distracción meramente por su presencia. Pero las distracciones son planeadas también, simplemente hay que fluir con ellas.» 

Sé lo que él está diciendo sobre el apreciar el tiempo que uno pasa a solas. Estando en un parque estatal grande alrededor de muchos desconocidos hubiera sido un reto para mí hace no tanto tiempo, pero esta vez me las arreglé muy bien.  Inclusive pude crear un sitio para mí misma mientras los espacios a mi lado estaban sin ocupar todo el tiempo que estuve allí; fue como si estuviera dentro de mi propio domo de Luz protegido, y lo estuve — un lugar de paz entre el caos de un lugar moderno de reunión. En realidad, en general la gente fue muy amable o simplemente me ignoró, como si no estuviera allí. Y para algunos probablemente no lo estuve.

Así que este pequeño trayecto ha terminado, pero siempre empieza uno nuevo. Espero encontrarme con algunos de ustedes en él. .Namaste.

SOY Elizabeth / Tazjima Amariah Kumara, su hermana en la Luz y en el Amor.

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Caminando Entre Dos Mundos, una Trayectoria Personal, por Elizabeth Ayres

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