Consigue lecciones diarias GRATIS para tu desarrollo, por Cristian Piñol de DespertarEvolutivo

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Soy Cristian M. Piñol y me dedico a transformar el mundo interior de las personas para que hagan realidad la vida que desean, con propósito y consiguiendo más de lo que necesitan.

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Sentía que mi vida estaba en pausa.

Durante mucho tiempo me sentí perdido, no sabía qué hacer con mi vida y nada me llenaba.

Sentía que mis relaciones no me aportaban nada y mi trabajo solo me quitaba la energía que me consumía lentamente.

Un día decidí que iba a cambiar mi suerte.

Decidí que haría cualquier cosa para cumplir mis sueños. Es más, no tenía ni idea de cual era mi sueños, pero lo que sí sabía es que no iba a dejar que mi vida se me escurriera por los dedos de las manos como si fuera un puñado de arena.

A los 24 años trabajaba en un call center en mi ciudad natal.

Llevaba unos meses muy perdido, no tenía propósito ni sabía qué hacer con mi vida.

Aunque le daba vueltas no le encontraba sentido a mi vida y estar aguantando los gritos de clientes (que nunca tienen la razón) por teléfono, tampoco ayudaba.

Entraba a trabajar al mediodía y salía por la puerta cuando el sol llevaba horas escondido.

Me subía al coche, llegaba a casa, cenaba algo, y me iba a la cama y a dormir. Al día siguiente otra vez lo mismo.

Un día al salir de la oficina me fui directo al coche, como era habitual. Esa noche era especialmente fría y decidí esperar a que se calentara un poco el motor antes de arrancar.

Mientras estaba allí sentado con las manos pegadas al frío volante, algo se rompió en mi.

Un sentimiento de tristeza, desesperación y agotamiento me inundó.

Rompí a llorar.

¿Acaso es esta la vida que quiero?, ¿acaso es la vida que merezco?, ¿qué estoy haciendo tan mal?

Echo la vista atrás y todos los días me parecen iguales.

Eso fue una revelación. (En la comunidad te hablo mucho acerca de las revelaciones)

En ese momento decidí que iba a tomar el control de mi vida.

La mañana siguiente me sentía eufórico.

Iba a dar un giro a mi vida.

Lo iba a cambiar todo.

Había tomado la decisión de irme a Madrid para empezar de cero.

Llegué al trabajo feliz, entusiasmado. Incluso llegué antes de lo habitual.

Me sentía decidido y lleno de confianza.

Algo me decía que lo iba a conseguir.

Si. 

Ese sería el primer día de mi nueva vida.

Fui a hablar con mi supervisora para pedirle un traslado de empleo a las oficinas de Madrid.

…Me lo denegó.

«No hay plazas de movilidad para las oficinas de Madrid, ni las habrá»

Vaya.

Adiós a mi nueva vida.

Esa noche cuando me subí al coche rompí a llorar de nuevo.

Pero esta vez cerré los ojos y dije:

“Mira. A quién me esté escuchando. Yo no quiero esta vida. ¡NO!, me niego. Así que por favor, mándame una señal y la seguiré.”

Al día siguiente cuando volví a la oficina me encontré un cartel enorme en la puerta:

“Se necesita personal URGENTE para las oficinas de Barcelona”

No creía lo que veían mis ojos.

Fui a hablar con la supervisora y me dijo esto:

“Justo esta mañana nos han notificado que hay plazas de movilidad  disponibles en Barcelona, estaba esperando a que llegaras para ofrecértelo. Sé que no es Madrid, cómo me pediste, pero quizás también te interesa.”

En ese momento sólo podía pensar una cosa:

“mensaje recibido”

Así que acepté.

Y dos semanas más tarde estaba en Barcelona, empezando una nueva vida. Pero esto ya es otra historia.

Mira.

Hay personas que hablan de casualidades. 

Que se las queden.

Yo prefiero las causalidades.

Cuando tienes una revelación descubres que el universo pone ante ti todo lo que necesitas para continuar.

Descubres que esa situación o las mierd..s por las que estés pasando no son para siempre.

Y a veces se abre ante ti una salida que le dará a tu vida un giro de 180 grados.

A eso me dedico yo.

Y te lo enseño casi todos los días a las 19:19h por correo electrónico.

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Un abrazo,

Cristian M. Piñol