Cristales de Litios. Nueva Generación de cristales luminosos

Para entender cómo surgen los cristales de Litios nos tenemos que remontar a la Atlántida, época de elevada espiritualidad. En aquel entonces, los sacerdotes enviaban cristales de luz al resto de las personas en momentos importantes como nacimientos o celebraciones, o a lugares específicos para purificar y armonizar ambientes y territorios.

Antje y Edwin, que son la pareja maravillosa que ha hecho posible el acceso a estas elevadas energías a todos nosotros, recibieron las instrucciones para manifestar estos cristales de la mano del Arcángel Metatrón, y es una tarea que desempeñan con gran voluntad y entusiasmo desde 2004. De hecho, estos cristales llevan el nombre de Litios porque así se conoce la esfera cristalina donde es regente el Arcángel Metatrón.

Estéticamente estos cristales luminosos son de infinita belleza y además portan energía cristalina que nos conecta con las esferas superiores (de la 7ª en adelante). Son unas energías tan puras que no son manipulables por programaciones humanas, ideas, energías mentales, , ya que siempre están atravesadas por el flujo divino. Por lo tanto, a diferencia de las piedras semipreciosas como cuarzo, amatista, jade, ojo de tigre, … que deben ser limpiadas de energías de terceros y cargadas de vez en cuando, los cristales Litios permanecen en todo momento conectados con ese flujo divino.

Estos cristales no dejan indiferente a nadie. Desde el primer contacto despiertan distintos tipos de sensaciones, para cada persona diferente, ya que depende del momento de vida que esté transitando y el área que necesite trabajar según su Ser Superior.

El Ser Superior de la persona es preguntado en todo momento: si da permiso para la sanación, si permite liberación, qué cristal necesita para ayudar a avanzar en ese momento en su camino espiritual, etc…

Con todo esto podemos convenir que los Cristales de Litios son una herramienta valiosísima en nuestro camino espiritual. Algunas personas los califican de «alta tecnología espiritual«, y es que las terapias con Litios cuentan con la ayuda y asistencia de distintos Arcángeles, Maestros Ascendidos, Devas de la Naturaleza, hermanos Estelares, … contar con ellos significa estar acompañado y protegido en todo momento, y poco a poco esa conexión con lo Divino, esa alineación con las elevadas esferas irá creciendo y fortaleciéndose.

Las terapias llevadas a cabo con estos cristales tan especiales, son del todo respetuosas con las decisiones del Ser Superior de cada uno (como ya hemos dicho, pues todo es consultado con él), y de su libre albedrío. Sus efectos se sienten normalmente desde el primer momento, aunque a veces pasan casi inadvertidos hasta que la persona se para a analizar la situación y se da cuenta de que esa especie de energía negativa que la rodeaba parece haberse disipado, sus sensaciones cambian a positivas, se siente «libre» de alguna forma, menos pesada, e incluso ve como a mismos problemas, distinta actitud, más madura, más centrada, más alineada con sus aspiraciones divinas, en definitiva, más elevada.

Portar un medallón de Litios se siente como una bendición. A pesar de que en algunos casos el primer día «remueve» todas las energías internas, pudiendo resultar en mal humor, lloros, confusión, … una vez que sabes que esas sensaciones son parte de la armonización, y las permites, se elimina toda esa energía, quedando armonizada tu aura y empezando a fluir de manera nueva.

Cuanto más tiempo pasas con los cristales, más experimentas su energía y más sirve para conocerte a tí mismo; de forma que si de repente sientes que el medallón pesa más de lo normal, que incluso te dan ganas de quitártelo, puede significar que no estás «alineado» y seguramente necesitarás pararte a meditar o a pensar hacia donde están girando tus pensamientos, tus acciones, tus emociones, tal vez te estás dejando llevar por ideas de otros, miedos, juicios, … o podría significar que ya toca cambiar de cristal. En este caso, se preguntaría, como siempre, al Ser Superior.

Y hay algo incluso más importante: «los espacios«. ¿A qué me refiero con «espacios»? Al hogar, tu casa, tu sitio. Nuestras casas deberían ser un templo de luz, un lugar de descanso donde nos sintamos protegidos, donde nuestro aura se expanda sin ningún tipo de restricciones. A veces, debido a su situación, nuestra casa está sobre canales de agua subterráneas, o son atravesadas por energías telúricas, o situada cerca de cables de alta tensión, antenas repetidoras de móviles, o cualquier otro tipo de energías que nos impiden ese descanso reparador, esa sensación de estar protegido que uno necesitar tener en su hogar; pues aquí también nos pueden prestar ayuda los cristales. Hay cristales que se utilizan para armonizar y proteger el hogar (o la oficina, o cualquier espacio). Sobre todo hay uno, que a mí personalmente me ha enamorado, se llama «Portal del Ángél» y con él se crea un portal de luz en casa que consigue que se respire una paz y una armonía, que no hay palabras suficientes para describirlo.

Esta herramienta llega a nosotros en un momento de gran despertar de almas, y debido a todos los obstáculos con los que nos encontramos en el camino, es de inestimable ayuda; porque a veces uno siente impotencia , vacío o soledad cuando sabe, en su fuero interno que «algo no va bien», que parece que se juntan los problemas, que «todo me toca a mí», y no sabe a quien puede acudir, ni siquiera sabe que puede acudir a alguien o a algo, que hay forma de solucionarlo, porque directamente desecha esa idea ya que nos han enseñado que «la vida es así», que es normal que uno pase sufrimientos, que «hay que ver lo mal que me he debido de portar en otra vida para tener este mal karma», … sin pensar que estos bloqueos, atracción de malas energías, repetición de mismas situaciones, etc… se puede llegar a liberar teniendo las herramientas necesarias, localizando el problema, aceptándolo y … con un poco de ayuda: solucionándolo.

Por todo esto, os invito a indagar un poco más en esta nueva generación de cristales de energía luminosa que nos han vuelto a ser concedidos; cristales que entre otras muchas propiedades, nos ayudan a activar nuestro proceso luminoso elevando nuestra vibración, despejando bloqueos, eliminando esquemas endurecidos que vienen de varias vidas pasadas o programaciones humanas que persisten en el subconsciente colectivo. Protegen y fortalecen el aura, irradian luz y amor, en definitiva : despiertan lo Divino en nosotros.

FUENTES: Seminarios Litios por Antje Kyria Deva Eisel

IMÁGENES: www.litiosiberia.es

AUTOR: Angélica Chouciño