El fin de la condición humana por Jordi Morella
Siento en lo más profundo de mi interior, florecer toda una serie de cuestiones que tienen que ver con mi situación actual. Parece como si se hubiera removido una botella de agua y sus sedimentos se desplazasen por todo el espacio del contenido. Soy, a la vez, espectador de este proceso manteniendo la firme serenidad de mi ser. Soy espectador y actor a la vez. Puede más mi faceta de guionista y director de la obra. Veo como va avanzando acto tras acto, acercándose a los momentos finales donde hay una eclosión absoluta de todos los sentimientos de más alta vibración.
En medio del proceso siento mis pilares bien aposentados, sabiendo qué debo de hacer cuando la botella se ha removido. Todo necesita desestructurarse para saber qué es lo que realmente está en el lugar que le corresponde, y qué no. Sentimientos, emociones, sensaciones, actividades, relaciones,…todo, absolutamente todo necesita ser revisado para dar el visto bueno desde las más altas esferas de la Luz.
En estos casos, me retiro a un segundo plano y dejo que la reestructuración sea en mí. Confío y tengo la sensación que estos momentos pasarán. Confío plenamente que mi vida ya no será tal como la conozco ahora. Necesita remodelarse y prepararse para nuevos objetivos, y esta vez, materializarlos. La programación ha sido dura y firme. No hay duda de lo qué está sucediendo, por eso, procuro resguardarme en mi corazón y con quien soy para dar paso a la Voluntad Superior en mí.
No se necesitan palabras, solo sentir.
Es en el silencio donde encuentro la fuente de toda respuesta y armonía. Es en mi interior donde siento el Hogar en mí y las fuerzas y el coraje para vivir estos momentos de cambio del planeta y la humanidad. La comprensión necesaria emana de mi corazón y de la conexión con todos mis hermanos de la Luz.
Son momentos de dejarse llevar por el flujo del río de la vida eterna. El Amor coge el timón de tu proceso y te lleva justo allí donde los anhelos de un pasado querías que fuesen realidad. Bien, ahora estamos siendo llevados por este caudal espiritual que nos lleva a tomar decisiones y a conectar con nuestro interior para sentir la calma y la tranquilidad de la incomprensión de algunos aspectos que estamos viviendo o vemos en nuestro amado planeta.
La serenidad que estoy sintiendo en estos momentos hace que me dé cuenta que todo va bien, y que el zarandeo de nuestra vida o el planeta está basado en raíces amorosas de la Voluntad Divina y nuestra intencionalidad surgida del corazón. Todo se confabula para que el ser que somos pueda manifestarse con toda su magnitud y poder vivir según nuestra verdadera esencia.
La condición humana tiene los días contados. El ser que hay dentro de cada biología, como una crisálida a punto de romperse, se encuentra en fase final de salir y volar, mostrando su belleza y todo su potencial. ¿No sientes una inquietud interior? Esto es la crisálida. ¿No ves como te da la sensación que alguna cosa está finalizando en tu vida o que ha de cambiar? Bien, también esto tiene que ver con este estado de interiorización. Acepta estos momentos y tómatelos como la fase final de tu resurrección. No te cuestiones. No pienses, siente el amor dentro de ti, la calma que hay en ti y quédate en esta estado un rato. En él sabrás de tu potencial para crear bienestar en tu vida, mientras se irán abriendo otras puertas para que tú puedas ser tú.
Todavía vivirás unos años, pero pronto empezarás a manifestar parte de potencial. Quizás eres uno de los que ya lo hace. Si es así, el amor que podrás llegar a sentir no es de este mundo. Tu corazón va abriendo las puertas que estuvieron cerradas durante muchos años.
La inmensa serenidad de mi estado me permite unirme a ti y sentir la naturaleza de tu ser, una con la mía y el Hogar.
El proceso que sigo va más allá de una intencionalidad terrenal. Se me libera de todo aquello que no pertenezca a la esencia del Hogar. Solo quedo yo sirviendo a la Fuente Creadora de Toda Vida. Esta nutre, me da calidez y coraje para seguir. Lo que necesito me es dado, venga de la fuente que sea, pero estoy teniendo para continuar mi camino. No me planteo qué hacer para seguir una vida terrenal, solo escucho a mi corazón y él me dicta el camino a seguir. Una absoluta confianza derrama de mi interior, con el pleno convencimiento que mi voluntad será llevada a término en todo momento. La obra que estoy haciendo ahora es un gran pilar para mi edificación. Nada tengo, pero todo lo tengo. Estoy siendo acompañado por mis hermanos de la Luz. Soy un ser completo y a punto de dar un nuevo paso importante en mi camino. Tengo visiones de esta nueva etapa de mi ser, y conjuntamente con las presencias de quienes me acompañan, todo tiene un sentido.
Es en estos instantes cuando me deleito de la inmensidad de mi ser y de donde pertenezco. Todo tiene sentido. La Unicidad es total, el Amor puro e incondicional. Muy intenso y acogedor.
He aprendido a no identificarme con la dualidad y a aceptarla desde mi corazón. Entiendo su presencia y el sentido de vivir inmersos en esta energía. La finalidad es grande. Sólo desde el Amor y el respeto se puede crear un mundo como el que vivimos, con el potencial que tiene el ser humano para llevar a término su voluntad.
Nos encontramos en medio de un Gran Despertar de las consciencias, todo y así, solo una mínima parte es consciente de este despertar. Una cosa es saberlo, y otra, ser consciente. Muchos saben. No todos son conscientes, por eso, estas removidas e inquietudes interiores. Todo debe de ponerse en su lugar.
Estas angustias y contradicciones que sentimos dentro de nosotros nos llevarán a tomar decisiones para llegar a nosotros, al verdadero ser que somos. Hay quien no querrá tomar estas decisiones. Bien amados serán igualmente, porque este será el camino que habrán elegido, a pesar de que la Tierra continuará elevando sus vibraciones. Quien decida no avanzar repetirá curso en uno lugar del firmamento. Hay un nuevo universo esperando a todos aquellos que decidan ralentizar su proceso. Todos serán respetados y amados, porque solo con amor podrán abrir sus corazones y ver la necesidad de dar nuevos pasos hacia la obertura.
Todos sois amados, y aunque la mente racional no permita entender el proceso, llegará el día que estarán tan ofuscados y desconcertados que no les quedará más remedio que entregarse al proceso y a la Voluntad Divina de cada uno. Cuando se den cuenta que ya no pueden controlar sus vidas y se sientan desplazados e incomprendidos por sus entornos, entonces, la Luz podrá empezar a hacer presencia en sus vidas. Cuando la vean empezarán a aceptarla y con el tiempo, adentrarse en ella. Cuando lo hagan, allí nos encontraremos todos.
Todos somos Luz y Amor.
Nosotros somos divinidad, y solo desde la divinidad podemos llevar a término lo que hemos venido a hacer desde el corazón.
Todo tiene un sentido, y éste tiene que ver con la manifestación de nuestra divinidad.
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.