La Guerra de los Roses: Una Historia de Apego y Aversión
La Guerra de los Roses es el nombre de una película de los años 80´s, protagonizada por Michael Douglas, ha sido utilizada incontables veces para mostrar y entender cómo podemos evolucionar en nuestras relaciones personales de una manera no tan edificante y en un rumbo sin retorno hacía la frustración y el dolor.
la realidad de lo que somos….
Como es común al inicio de una relación amistosa o amorosa, nos respetamos y medimos nuestras acciones y pensamientos de manera que no deseamos, ni buscamos incomodar o alejar al otro, de alguna manera nos esforzamos en que todo salga bien aunque no refleje la realidad de lo que somos. Esto no es bueno ó malo, es parte de un proceso físico y químico por el que atravesamos en la fase del enamoramiento que es importante al iniciar una relación con alguien, es el necesario primer contacto de empatía.
Lo interesante y está probado científicamente es que el proceso del enamoramiento no es eterno, puede durar meses, años, décadas pero no es para siempre y cuando éste termina la mayoría de las ocasiones nos invita a reorientarnos y vincularnos de manera adecuada y más objetiva con el otro.
del enamoramiento a la aceptación….
¿Qué ocurre cuando pasa la fase de enamoramiento ?….algunos autores dicen que es algo así como ver con más nitidez la realidad del otro, observar de manera más profunda la realidad de las proyecciones y expectativas que depositamos en el otro, esto tampoco es bueno ó malo, es así, simplemente acontece.
El punto es que al trascender el enamoramiento viene el reto real de apreciar a la otra persona desde el amor genuino y la aceptación ó transformarlo en apego y aversión, nosotros tenemos el control en esa decisión.
La Guerra de los Roses nos muestra la evolución de la relación de pareja desde la ilusión y proyectos compartidos a la ira, el poder y la competencia.
los ocho intereses mundanos….
La necesidad de poder es uno de los que se conocen como los “Ocho intereses mundanos”, lo acompañan el apego a los placeres sensoriales, la necesidad de fama y buena reputación, todos están presentes en nuestra vida cotidiana pero cuando permean en nuestras relaciones personales, si no estamos atentos, tienen un efecto altamente destructivo.
En la película encontramos a estos ocho intereses mundanos en una relación que inició con buenas intenciones, comprensión, colaboración, perseverancia y dedicación, para terminar en la aversión, la falta de comunicación, la ira y la agresión.
trabajar en nuestras emociones….
Todas estas emociones son un extremo, una de otra, por ejemplo en un extremo encontramos a la ira y en el otro a la aceptación y la tolerancia, en un extremo encontramos a los celos y en el otro al desapego y finalmente en un extremo encontramos a la envidia y en el otro al regocijo en la felicidad de los otros.
Como señaló en su momento el Budha todas las emociones o aflicciones son trabajables y el ver ésta película nos puede ayudar a aprender en zapatos ajenos, a detectar lo que en ocasiones hacemos para retener al otro ó los otros cosechando únicamente dificultades y sufrimiento.
Esta película es comunmente utilizada con fines terapéuticos en la modalidad de “Terapia de Grupo” para discutir y de alguna manera hacernos conscientes de los efectos nocivos de nuestras acciones cuando están impregnadas de puntos de vista equivocados y también podemos reír de manera nerviosa por lo que atraviesa la pareja de la película….y es verdad que en mayor o menor grado este tipo de relaciones existen…el antídoto eficaz es la atención consciente y el convencimiento de la existencia de la causa y efecto para orientarnos lo más posible en la dirección sana y positiva del bienestar y la felicidad.
AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca