La Significación: de la intuición a la inspiración. Por Djwhal Khul

Jorge Ariel

Hombre Mariposa Símbolo, Significado, Significación, son el resultado de la iluminación. La luz es la  energía creadora emanante, la organizadora del símbolo, la reveladora del significado y la potencia de la significación. La significación detrás del significado concierne siempre a la mente interpretadora.

Al mundo de los significados se ingresa después de haber recibido la tercera iniciación. El mundo de los símbolos es el de la vida personal, el del mundo fenoménico, la Tríada material de la evolución humana; el mundo del significado es donde vive el alma inteligente y actúa con intención y comprensión; el mundo de las significaciones es el de la Tríada espiritual, que sólo confiere plenamente la libera­ción en dicho mundo, después de la Transfiguración.

LA INTUICIÓN

La intuición no es un sentimiento de amor hacia las personas que signifique comprenderlas. Mucho de lo que se llama intuición sólo es un reconocimiento de similitudes y la posesión de una aguda mente analítica. Las personas inteligentes que han vivido mu­cho tiempo, han tenido muchas experiencias, haciendo contacto con un sin número de personas, pueden, siempre que estén intere­sadas en ello, darse cuenta fácilmente de los problemas y las mo­dalidades de los demás. Esto no debe confundirse con intuición.

La intuición no está relacionada con el siquismo superior o inferior; tener una visión, oír la voz del silencio, reaccionar pla­centeramente a cualquier enseñanza, no significa que actúe la intuición.  Tampoco es ver símbolos, pues esto es un tipo especial de percepción y también implica poseer la capacidad de sintonizar la Mente Universal en ese estrato de su actividad que produce las formas?cánones sobre las que se basan todos los cuerpos etéricos. Intuición no es sicología inteligente ni amoroso deseo de prestar ayuda, producida por la interacción entre la personalidad, regi­da por una fuerte orientación del alma, y el alma consciente del grupo.

Intuición es comprensión sintética, prerrogativa del alma, que sólo es posible cuando el alma, en su propio nivel, va en dos di­recciones: hacia  la Mónada y hacia la integrada, y quizás momentáneamente coordinada y unificada personalidad. Es el primer indicio de una profunda unificación subjetiva que llegará a su consumación en la tercera iniciación.

Intuición es captar comprensivamente el principio de universa­lidad; cuando existe, se pierde, por lo menos momentáneamente, todo sentido de separatividad. En su punto álgido se reconoce co­mo ese Amor Universal que no tiene relación con el sentimiento ni con la reacción afectiva, sino que predominantemente se iden­tifica con todos los seres. Entonces se conoce la verdadera compa­sión y no existe el espíritu de crítica. Sólo entonces puede verse el germen divino latente en todas las formas.

Intuición es luz, y cuando actúa, el mundo se ve como luz y la luz existente en los cuerpos de todas las formas se hace gradual­mente visible. Esto trae consigo la capacidad de hacer contacto con el centro de luz de cada forma, estableciéndose así también una relación esencial, quedando relegado a segundo término el sentido de superioridad y separatividad.

Por lo tanto, el desarrollo de la intuición trae aparejado tres cualidades:

Iluminación. Por iluminación no me refiero a la luz de la ca­beza. Ella es incidental y fenoménica; muchas personas verdade­ramente intuitivas desconocen por completo esta luz. La luz a que me refiero es la que ilumina el Camino, «la luz del intelecto» que significa realmente lo que ilumina la mente y puede reflejarse en el mecanismo mental cuando ella se mantiene «firme en la luz». Ésta es la «Luz del Mundo», realidad que existe eternamente, pero que sólo puede ser descubierta cuando la luz interna indi­vidual es reconocida como tal. Es la «Luz de las Edades” que bri­lla cada vez más hasta que el Día sea con nosotros. Intuición, por lo tanto, es reconocer  internamente, por propia experiencia. y no en teoría, nuestra total identificación con la Mente Universal y que somos parte integrante de la gran Vida del mundo y que participa­mos de la Existencia que persiste eternamente.

Comprensión. Debe ser considerada en su sentido literal, signi­ficando la facultad de entender y penetrar las cosas y también el poder de receso o la capacidad de apartarse de la eterna identifica­ción con la vida de la forma.  Quisiera señalar que apartarse es relativamente fácil para los que poseen muchas de las cualidades de primer rayo. El problema consiste en apartarse en sentido esotéri­co, evitando al mismo tiempo el sentido de separatividad, aislamien­to y superioridad. Es fácil para las personas que pertenecen al pri­mer rayo resistir a la tendencia de identificarse con otros. Tener verdadera comprensión implica poseer una acrecentada capacidad de amar a todos los seres y no obstante, al mismo tiempo, mantener un desapego personal, que puede basarse fácilmente en la incapa­cidad de amar o en la preocupación egoísta por la propia comodi­dad ?física, mental o espiritual y sobre todo emocional. Las perso­nas que pertenecen al primer rayo temen a la emoción y la des­precian, pero a veces tienen que entrar en un estado emotivo antes de poder emplear correctamente la sensibilidad emotiva.

Comprensión implica hacer contacto con la vida como persona­lidad integrada, más la reacción egoica a los propósitos y planes del grupo. Supone la unificación alma-personalidad, amplia experien­cia y una acelerada actividad del principio crístico interno. La com­prensión intuitiva es siempre espontánea. El razonamiento, para llegar a la comprensión, no constituye una actividad de la intuición.

Amor. Como ya se ha dicho, no es un sentimiento afectivo ni tampoco poseer una disposición amorosa; ambos aspectos son inci­dentales y correlativos. Cuando se desarrolla la intuición tanto el afecto como la exteriorización del espíritu amoroso se expresarán en su forma más pura, pero aquello que produce esto es algo mu­cho más profundo y abarcante. Es esa captación sintética e incluyente de la vida y necesidades de todos los seres (he elegido estas dos palabras con toda intención), elevada prerrogativa de un divi­no Hijo de Dios. Rechaza todo lo que erige barreras, formula críticas y produce separación. No hace distinciones, aunque valora la necesidad y produce en aquél que ama como alma, una identificación inmediata con lo amado.

 

Estas tres palabras resumen las tres cualidades o aspectos de la intuición, y pueden ser resumidas por la palabra universalidad o sentido de unicidad universal.

LA SIGNIFICACIÓN

ConcienciaLa intuición puede ser impulsada a la actividad de muy diver­sas maneras, y una de las más útiles y poderosas es el estudio y la interpretación de los símbolos. (1)

Los símbolos constituyen la forma externa y visible de las rea­lidades espirituales internas; cuando se ha obtenido la facilidad de descubrir la realidad que se halla en cualquier forma específica, significa el despertar de la intuición. El estudio de los símbolos ayuda a lograrlo y, cuando se rea­liza con fe y constancia, efectúa tres cosas:

  1. Desarrolla el poder de penetrar detrás de la forma y lle­gar a la realidad subjetiva.
  2. Produce una estrecha integración entre alma-mente-ce­rebro; una vez lograda, se obtiene más rápidamente la in­tuición y, por lo tanto, la iluminación y la verdad.
  3. Ejerce presión sobre ciertas zonas aletargadas del cerebro, activando las células cerebrales, siendo ésta la primera eta­pa en la experiencia del aspirante. En la mayoría de los verdaderos aspirantes despierta el centro entre las cejas, mientras que el centro en la cima de la cabeza vibra muy suavemente pero no está en completo funcionamiento, de­biendo despertarse plenamente antes de que los aspirantes estén a la altura de su máxima oportunidad.

 

El estudio de los símbolos implica tres etapas:

Primero, la investigación del símbolo y el consiguiente progreso del que analiza, de una etapa de percepción  a otra, hasta incluir gradualmente todo el campo que abarca el símbolo.

Segundo, la percepción intuitiva de los símbolos que se obser­van en todas partes en la divina manifestación.

Tercero, el uso de símbolos en el plano físico y su correcta adap­tación al propósito visto y reconocido, conduce consiguientemente a magnetizar el símbolo con la cualidad necesaria, por medio de la cual la idea puede hacer sentir su presencia, a fin de que la idea intuida y cualificada encuentre una forma correcta en el plano físico.

Por lo tanto, ocúpense de los símbolos en forma general, am­plia, exotérica, conceptual y esotérica, pero deben hacer también un análisis de su propia sensibilidad y respuesta a la cualidad del símbolo.

El estudio del símbolo requiere, exotérica­mente, el uso del cerebro y la memoria.  Esfuércense en estudiar línea y forma, número y aspectos generales externos, sabiendo que toda línea tiene significado, todo número tiene su interpreta­ción y todas las formas son símbolos de una cualidad y vida in­ternas.

El estudio conceptual del símbolo los conduce, internamente, del cerebro a la mente, en el reino de las ideas. Impele a la actividad, enfocada en el mecanismo mental. Así se darán cuenta del concepto o la idea que el símbolo o signo personifica. Captarán su significado y lo que representa. Comprenderán el propósito para el cual la forma ha sido manifestada. El estudio de los números y de las líneas les ha proporcionado una rica estructura de conocimientos en el plano objetivo -riqueza que depende en este caso de la lectura individual, equipo mental y conocimiento. La capacidad para leer el «significado» que encierra un símbolo depende también de la riqueza del significado que adjudican a los acontecimientos de la vida diaria y a la capacidad para practicar la verdadera medi­tación.

La lectura esotérica de símbolos, «lectura espiritual” como nuestro antiguo maestro Patanjali la llama, es un arte refinado. El poder para in­terpretar símbolos siempre precede a la verdadera revelación. Cap­tar la verdad representada por una línea o serie de líneas que compo­nen una forma simbólica, no es todo lo que se ha de hacer. Una buena memoria puede recordar que una serie de líneas, formando un triángulo o una serie de triángulos, significa la trinidad o cual­quier serie de triplicidades dentro de la manifestación macro o microcósmica. Pero esa actividad y exactitud de la memoria de nada servirá para despertar las células cerebrales aletargadas o para activar la intuición.

Quisiera aclararles que no hay una interpretación establecida para cada símbolo, pues a cada ser humano le impartirá un signifi­cado especial. La falta de interés en los símbolos presupone gene­ralmente falta de interés en la debida interpretación de las formas de la vida y su significado. Demostrar un interés muy académico por los símbolos, presupone una mente tortuosa y compleja que ama los dibujos, las líneas, las formas y las relaciones numéricas, escapándosele totalmente la significación del significado. Es vital para el crecimiento del discípulo y de los aspirantes el equilibrio mental entre forma y concepto, expresión y cualidad, signo y signi­ficado.

La gran necesidad que tienen la mayoría de los estudiantes es trabajar con ideas y conceptos para llegar al significado, el cual necesitará el uso de la mente para comprender, captar  e interpre­tar. Requiere el desarrollo de esa sensibilidad mental que permitirá, a su poseedor, responder a las vibraciones provenientes de lo que llamamos Mente Universal, la Mente de Dios, el Instigador del Plan. Presupone determinada habilidad para interpretar y el poder de expresar la idea que subyace en el símbolo, a fin de que otros puedan compartirla. Esta idea de servicio y acrecentada utilidad debe mantenerse con firmeza en la mente.

Significado, cualidad, valor , se revelan en su vital significación espiritual cuando se  aprende a captar el hecho de las realidades superiores y se  elimina la distancia entre la conciencia superior y la inferior.  También se esclarece la significación de la actividad creadora y la correcta comprensión de lo que llamamos genio, y de esta manera el trabajo creador no se considerará único ni se manifes­tará esporádicamente, sino que será objeto de debida atención y asumirá su correspondiente lugar en el desenvolvimiento del hombre. Podría agregarse aquí que la activi­dad creadora es posible en el campo del arte cuando el primer aspecto de la energía unificadora del hombre pueda actuar y la inteligencia comienza a tra­bajar. El talento se desarrolla cuando se abren dos “pétalos del conocimiento”. Entonces el hombre, por medio del conocimiento y la creatividad, creará algo en el plano físico que expresará el poder creador del alma. Cuan­do se abren dos de los «pétalos del amor“ entonces aparece un genio, cualificado por su colaboración y comprensión.

El estudio hermenéutico (interpretativo) (2) , unido a un enfoque sistémico (de totalidades) (3) de la realidad, revela a su debido tiempo el mundo de los significados y conduce oportunamente al mundo de las significaciones. El intérprete procura descubrir la razón de los por qué; lucha con el problema de los hechos, acontecimientos, crisis y circunstancias, a fin de lograr el significado que éstos puedan tener para él; cuando des­cubre el significado de cualquier problema específico lo utiliza como estímulo para, penetrar más profundamente en el mundo de significados que le fue recientemente revelado; entonces apren­de a incorporar sus pequeños problemas personales al Todo ma­yor, perdiendo así de vista el yo inferior y descubriendo al yo superior. El verdadero punto de vista esotérico es siempre el del Todo mayor. El estudiante ve el mundo de significados como una red intrincada y extendida sobre todas las actividades y los aspec­tos del mundo fenoménico. Conocer la trama y la urdimbre de esa red, facilita la comprensión del tejido social y cultural.

El proceso de revelación. (4)

Mediante la intui­ción se revela en el mundo la progresiva comprensión de los mé­todos de Dios, en bien de la humanidad; se capta correlativamente la trascendencia y la inmanencia de Dios, y el hombre puede así penetrar en ese conocimiento puro y razonamiento inspirado que le permitirá comprender no sólo los procesos de la naturaleza en su quíntuple expresión divina, sino también las causas que subya­cen en los mismos, comprobándose que son efectos y no aconteci­mientos iniciáticos; mediante la intuición el hombre llega a expe­rimentar el Reino de Dios y a descubrir la naturaleza, los tipos de vida, los fenómenos y las características de los Hijos de Dios, cuan­do vienen a la manifestación. La intuición le hace conocer algunos de los planes y propósitos que se desarrollan a través de los mun­dos creados y manifestados y le muestra de qué manera él y el resto de la humanidad pueden colaborar y apresurar el propósito divino, haciéndole también conocer progresivamente las leyes de la vida espiritual, leyes que rigen a Dios Mismo, condicionan a Shamballa. y guían a la Jerarquía, a medida que es capaz de valo­rarlas y trabajar con ellas.

Cuatro son los tipos de personas propensas a la revelación me­diante el despertar de la intuición:

  1. Los que pertenecen a la línea de los salvadores mundiales.
  2. Los que pertenecen a la línea de los profetas.
  3. Los verdaderos sacerdotes.
  4. Los místicos y científicos prácticos.

El paso de una idea del plano de la intuición al cerebro, es el siguiente.

  1. La idea es vista por la mente «mantenida firme en la luz del alma».
  2. Desciende a los niveles superiores del plano mental y allí se reviste con sustancia de esos niveles. Todavía permanece co­mo una abstracción, desde el ángulo de la mente inferior. Esto debe ser observado cuidadosamente por el seudo in­tuitivo.
  3. El alma lanza su luz hacia arriba y hacia afuera, y la idea, nebulosa y tenue, emerge en la conciencia del hombre. Es re­velada igual que un objeto cuando es iluminado por el bri­llante haz de un poderoso reflector. La mente se esfuerza por establecer constante y firme contacto consciente con el alma, al ver el mundo superior por medio del «ojo del alma am­pliamente abierto»; registra la idea cada vez con más cla­ridad.
  4. La idea revelada se convierte entonces en un ideal para la mente atenta, y oportunamente será algo deseable y materia­lizado. Luego entra en actividad la facultad que posee la mente de crear formas mentales; la «sustancia mental” es ac­tivada por la energía de la idea y vitalizada por el reconoci­miento del alma, entonces la idea da su primer paso hacia la verdadera corporificación. Un ideal es sólo una idea cor­porificada. Esto constituye el primer paso para la materia­lización. La corporificación se hace posible. Así se produce la ilusión.

La Técnica: Encuentro con la Presencia.

Esta técnica corresponde a ciertas líneas científicas o modos de tra­bajo, para lo cual, en gran parte, el entrenamiento dado en las escuelas de verdadera meditación y los sistemas de Raja Yoga, han preparado al aspirante. Estas etapas comienzan donde terminan las fórmulas usuales; presuponen facilidad para acercarse al Ángel o alma y la capacidad de elevar la conciencia hasta fusionarla con el alma. Enumeraré los procesos o etapas de la manera siguiente:

1         La evocación de la etapa de tensión, la cual es básica y esen­cial. Se produce cuando se controla totalmente al yo perso­nal, de manera que esté «equipado para hacer contacto con lo real».

2         El logro de la fusión con el Alma o Ángel, que custodia el acceso al Sendero de la evolución superior.

3         Mantener la mente firme en la luz del alma, por ser la acti­tud que el yo inferior asume durante el período que resta del trabajo, y por mantenerse la tensión por el alma y no por la personalidad.  El alma se hace cargo de esta sujeción cuando el yo personal ha hecho lo imposible por alcanzar la deseada tensión.

4         Definido y sostenido esfuerzo para percibir la Presencia en todas las formas del Universo. Esto podría expresarse en las palabras «el esfuerzo para aislar el germen o simiente de la divinidad, que han traído a la existencia todas las formas». Quisiera que observaran que esto no significa lograr una actitud amorosa ni un acercamiento sentimental hacia las personas y circunstancias. Ése es el camino místico y, aun­que no se intenta anularlo en la vida del discípulo, hoy no se emplea en el acercamiento efectivo. Se refiere al esfuer­zo para ver, principalmente, en la luz que el Angel irradia, el punto de luz detrás de todas las apariencias fenoménicas, constituyendo, en consecuencia, la transferencia de la visión mística a niveles superiores de conciencia. No es la visión del alma sino la visión o percepción espiritual de aquello que la luz del alma puede ayudar a revelar. La fluctuante luz del alma en el yo personal, ha capacitado al discípu­lo para ver la visión del alma y, en esa luz, lograr la unión con el alma, aunque sea sólo momentáneamente. Luego, la luz mayor del alma se enfoca como un sol radiante y revela a su vez una visión aún más maravillosa: la de la Presen­cia, en la que el Ángel es la garantía y promesa. Así como la luz de la Luna es la comprobación de que la luz del Sol existe, de la misma manera la luz del Sol comprueba, si lo supieran, que existe una luz mayor.

5        Luego, habiendo percibido la Presencia –no teóricamente sino en vibrante respuesta a su Existencia— viene la etapa en que se asegura cuál es el Propósito. La esperanza de iden­tificarse con el Propósito, se halla muy lejos aún para el ini­ciado común de menos categoría que un Maestro. De esa etapa inasequible (para nosotros) no nos ocuparemos, sino del esfuerzo por alcanzar una comprensión de aquello que, por medio de la forma, está tratando de corporificar el ele­vado propósito, en cualquier etapa particular del ciclo evolutivo. Esto es posible, y ha sido logrado en el transcurso de las épocas, por aquéllos que se han acercado correcta­mente y reflejado debidamente el Camino de la Evolución superior. Este Camino le es revelado al discípulo, aunque no tenga nada que ver con el mensaje intuitivo que pueda traer de su elevada aventura.

6        Entonces pone bajo la luz, de lo que esotéricamente llama­mos «la triple luz de la intuición», algún problema mundial, algún plan para ayudar a la humanidad, que su mente ha desarrollado o su corazón ha deseado, luz formada por la fusión de la luz del yo personal enfocada en la mente, la luz del alma enfocada en el Ángel y la luz universal que emite la Presencia; cuando esto se realiza con facilidad, me­diante la concentración y una larga práctica, producirá dos resultados:

a. Aparecerá repentinamente en la mente alerta del discípulo (que sigue siendo el agente receptor) la solución de su problema, la sugerencia de lo que se necesita para ayudar a la humanidad, la anhelada información que, al aplicarla, abrirá a la ciencia, a la sicología o a la religión, una puerta determinada que traerá una vez abierta, alivio o liberación para muchos. Como he dicho antes, la in­tuición no está nunca relacionada con los problemas o inquietudes individuales, como tantos aspirantes auto­centrados creen, sino que es puramente impersonal y sólo aplicable a la humanidad, en sentido sintético.

b. El «intruso agente de la luz» (como El Antiguo Comen­tario llama a estos intuitivos aventureros) es recono­cido como alguien a quien puede confiársele alguna re­velación, la nueva dispensación de la verdad o alguna ampliación significativa del germen de una verdad ya otorgada a la raza. Entonces tiene una visión, oye una voz, registra un mensaje o, algo muy superior a todo, se convierte en un canal de poder y luz para el mundo, en una Personificación consciente de la divinidad o en un Custodio de un principio divino. Esto constituye las ver­daderas formas de la revelación impartida o corporifica­da que, aunque raras, todavía van desarrollándose acre­centadamente en la humanidad.

7        Las etapas previas a la revelación, se denominan:

a. El renunciamiento a seguir en el Camino superior.

b. El retorno al Ángel, o el reenfocamiento en el alma.

c. La pausa, o el intervalo para el pensamiento construc­tivo, influido por el  Angel.

d. La aplicación de la mente en la formulación de esas for­mas de pensamiento  que deben corporificar a la revelación.

e. Luego lo que se denomina «la pausa que precede a la presentación».

8         La presentación de la revelación o de la verdad impartida y su precipitación en el mundo de la ilusión.  En ese mundo sufre la «prueba ardiente» donde «pasa la prueba del fuego, y una parte del fuego, dentro de aque­llo que es revelado, regresa a la fuente de origen; otra parte sirve para destruir al revelador  y, aún otra, consume a aquéllos que reconocen la revelación». Ésta es la etapa del Agni Yoga que, como ven, sólo corresponde a aquéllos que pueden penetrar más allá del Ángel y llegar al lugar en «que mora el fuego», donde Dios, la Presencia, actúa como fuego consumidor y espera la hora de la revelación total. Ésta es la transcripción simbólica de una gran verdad. En el caso del iniciado individual, la tercera iniciación, la Transfiguración, señala la consumación del proceso. Sólo entonces la gloria es vista, la voz de la Presencia es escuchada y la unión con el pasado, el presente y el futuro es alcanzada.

9         La revelación sucumbe a la ilusión prevaleciente, desciende al mundo del espejismo y desaparece, por consiguiente, co­mo revelación, apareciendo como una doctrina. Mientras tanto, la humanidad ha sido ayudada y conducida adelante; los intuitivos continúan con el trabajo, y la afluencia de aquello para ser revelado no cesa nunca.

Reglas para iniciados. (5)

1. Guiarse por la razón pura, la cual paulatinamente reemplazará la motivación y se fusionará con la voluntad.

2. Presentar la solicitud e incubarla en su memoria inconsciente.

3. Hacer la llamada a la Mente Universal mediante la Ciencia de la invocación y evocación.

4. Cuidar de la intención mediante la diferencia entre Voluntad, Plan y Propósito.

5.  Superar los modelos mentales de la mente inferior por la mente superior, mediante el constructivismo y compartir la visión del grupo mediante la visualización.

6. Pensar estrictamente de manera sistémica desenredando así la trama de la vida.

7. Establecer  la relación que existe entre el amor (Jerarquía) y la voluntad (Shamballa).

8. Conocer el significado de la ley de los siete complementarios, los tres centros mayores y la unidad de la vida planetaria.

9. Participar en la línea estratégica a la que su grupo pertenece de acuerdo con el Plan de desarrollo.

10. Dedicarse a considerar los métodos y reglas de la revelación.

11. Desarrollar las cuatro cualidades que rompen el huevo aúrico.

12. Atraer la Voluntad de servicio de Acuario, el poder razonador de Mercurio y la Iluminación de Tauro.

13.Aprender y comprender la ley de síntesis, las leyes de la electricidad, los procesos espiritualizantes y el proceso de comunicación.

14. Conocer. Expresar. Revelar. Destruir. Resucitar la sustancia en el mundo de los significados.

 

El hombre de Vitruvio DAVINCI

LA INSPIRACION

Así como la intuición disipa la ilusión, la inspiración rasga el velo tejido por la trama.

Cuando hay verdadero idealismo, recto pensar, más una com­prensión del vehículo de expresión y del mundo de las fuerzas en que la idea ha de ser lanzada, entonces el estudiante puede seguir sin peligro ciertos ejercicios de respiración programados, y la se­gunda fase o el resultado de una respiración rítmica establecida aparecerá. Esto es inspiración.

La inspiración es el proceso de cualificar, vitalizar y estimu­lar la reacción de la personalidad ?vía los centros? hacia ese punto de tensión donde el control del alma se hace presente y evidente. Es el modo por el cual la energía del alma puede inun­dar la vida de la personalidad, irrumpir a través de los centros, expulsando todo lo que obstaculiza, liberando al aspirante de todos los espejismos y tramas que aún quedan, perfeccionando un instrumento mediante el cual pueda escucharse la música del alma, y más adelante la cualidad musical de la Jerarquía.

Mientras se lleva a cabo el proceso de aspiración y exhalación, en la respiración, ha de  mantenerse una clara línea de pensamiento activo, para que el aliento (al ser expelido) sea cualificado y condicionado por alguna idea. Es aquí donde fracasa tan a menudo el aspirante común. Por lo general se  ol­vida el propósito vital de la respiración: energetizar y agregar cualidad a la vida de los centros por medio de algún pensamiento proyectado y presentado, expresando cierta y determinada idea emitida.

El estar consciente de lo excepcional de la respiración especial y la expectativa por los resultados fenoménicos, impiden la entrada a todo pensamiento, excepto las reacciones infe­riores de naturaleza deseo-intelecto, la cual fomenta la emoción y aumenta enormemente el poder del cuerpo emocional, y con frecuen­cia los resultados fisiológicos son también poderosos y notables, como son un gran desarrollo del tórax y la fortificación de los músculos del diafragma. Algo de esto puede verse en el caso de los cantantes de ópera. El canto tal como ahora se enseña es  la manifestación de algún aspecto inferior de la respiración y en el caso de los citados cantantes produce un gran desarrollo del tórax, intensifica la emotividad, trae inestabilidad en la manifes­tación de la vida, que a menudo denominan temperamento, y el canto queda totalmente sometido a la naturaleza emocional.

Existe un método superior y más eficaz de canto, por el cual se obtiene un punto de tensión diferente e involucra un proceso de respiración que extrae la energía necesaria de fuentes superio­res y más amplias que las comúnmente empleadas, lo cual traerá la inspiración que implicará completamente al hombre y no despertará simplemente su reacción emocional hacia el tema de su canción y su auditorio. Esto dará lugar a un nuevo método de canto y de respiración basado en una forma de respiración mental, que llevará la energía y la inspiración consiguiente, pro­veniente de fuentes que se hallan fuera del aura de la perso­nalidad.

 

 

NOTAS DEL EDITOR.

Este artículo hace parte de la Tetralogía: El desarrollo de la conciencia. El anterior fue La Meditación, y el último es La Abnegación.

1. La Semiótica estudia tanto la estructura abstracta de los sistemas de significación, como los procesos en cuyo transcurso los usuarios aplican de forma práctica las reglas de estos sistemas con la finalidad de comunicar. Uno de los escritores sobre semiótica es Umberto Eco y uno de sus libros es Los límites de la interpretación.

2. La Hermenéutica es el arte de la interpretación, sobre todo de textos, para determinar el significado exacto de las palabras mediante las cuales se ha expresado un pensamiento. Según Wilhelm Dilthey,  dos métodos de la ciencia son opuestos entre sí: explicación (propia de las ciencias naturales) y comprensión (propia de las ciencias del espíritu o ciencias humanas):

3. El pensamiento sistémico es «contextual» en contrapartida al analítico. Uno de los promotores de este nuevo pensamiento es Fritjof Capra en su libro La Trama de la vida.

4. La mayor parte del contenido del artículo se encuentra en el libro Espejismo: un problema mundial. de Djwhal Khul.

5. Las reglas para iniciados aparecen en el libro Los Rayos y las iniciaciones de Djwhal Khul.

1 comentario

  1. Que bello artículo y con muchos mensajes en su contenido. Lo recibo con gratitud y humildad y trataré de comprender todo lo que me sea posible a través de su lectura e investigación.

    Con mucho cariño en la luz

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