Los Arturianos – Retornando al corredor – Mensaje para quienes abren el portal de Gaia

Eva Martín Garcia

estrellla en forma de corazón

Nosotros apreciamos todo lo que habéis sufrido y todo el esfuerzo que hacéis vosotros, nuestros voluntarios para vestir un vehículo terrenal. Además apreciamos todo lo que habéis compartido con la Humanidad y con Gaia. El poder de vuestro Amor Incondicional, de vuestro poder multidimensional y de vuestra infinita sabiduría, han sido un regalo inconmensurable para la Ascensión Planetaria.

Sabemos que cuando despiertas lo suficiente para darte cuenta de que la Ascensión es una posibilidad, recuerdas que ya estás ascendido en la miríada de expresiones de tu Yo Multidimensional. Consecuentemente, tus dones se hacen aún más puros e incondicionales, cuando te das cuenta que no hay ‘recompensa’ por tus labores.

Queridos emisarios de Luz, en vuestro ahora estáis llegando a la culminación de la etapa de vuestro proceso de Ascensión que frecuentemente es llamada «la noche más oscura antes del amanecer».

Como siempre, vosotros sois los que abrís el Portal y vais antes que el resto. Cuando uno es de quienes abren el Portal, es de los primeros en entrar. Cuando eres el primero en entrar en lo que se ha acabado de abrir, encuentras la resistencia de lo que llamamos «la colisión entre realidades«.

Realmente estáis abandonando la realidad de 3ª Dimensión. Así que debéis encontrar vuestro camino a través del plano inferior de la 4ª Dimensión, el Plano Astral Inferior. En este plano inferior permanecen todos los efluvios de la oscuridad que ha reinado en Gaia durante más «tiempo» del que quisierais saber. En el Plano Astral Inferior te encuentras con todo lo que no has completado aún.

Esta fase final de vuestra Ascensión de regreso a vuestro Yo Multidimensional es la que todos los Altos Egipcios tenían que completar antes de convertirse en Hierofantes. Entre todas las culturas de la Tierra hay similitudes, pero esta información se abría solamente para los Altos Iniciados. Amados voluntarios para la Ascensión de la Tierra, ahora sois Altos Iniciados.
Estáis a punto de retornar a vuestro YO, pero antes debéis proceder, lo más conscientemente que podáis, a encarar y conquistar TODA vuestra propia oscuridad. RaHoTep contará la historia de su Iniciación Final.

Yo había aprendido que la Cámara de Iniciación Final estaba en alguna parte profunda bajo la superficie del desierto, exactamente bajo el ápice de la Gran Pirámide. Finalmente llegamos a lo que parecía un callejón sin salida. Delante de nosotros había un muro de piedra. Los Sacerdotes no parecieron desanimarse por este giro de los eventos y formaron un semicírculo frente al muro. Mientras Yo permanecía a un lado esperando lo que ocurriera enseguida, cada uno de los sacerdotes comenzó a cantar un tono, del cual pensé que seguramente surgía del núcleo de su Alma.

Al comienzo su entonación parecía al azar. Pero gradualmente, comenzó a poderse discernir un patrón hasta que hubo un crescendo de bellos tonos armoniosos. Mientras el canto se extinguía en la oscuridad que nos rodeaba, fue reemplazado con un estruendo sordo. Gradualmente, el muro comenzó a moverse hacia la derecha. Tras esta simple barrera pétrea había un par de magníficas puertas doradas ornamentadas y grabadas.

Mientras las puertas se revelaban lentamente, Yo sabía que había visto estas puertas antes en mis meditaciones. Uno de los Sacerdotes se aproximó a las puertas doradas y puso una mano en cada puerta. Las puertas estaban tan bien balanceadas que con el más ligero empuje giraban para abrirse hacia un gran salón. Los Sacerdotes me hicieron señal de que entrara. Las puertas se cerraron rápidamente tras de mí. Otra vez oí el estruendo sordo de la pared ocultando cualquier traza de la Sagrada Cámara de Iniciación.

La brillantez del salón me cegó. Nunca había experimentado semejante iluminación estando en forma física. Lentamente, lentamente, mis ojos se acostumbraron a la Luz y comencé a examinar el salón. Este salón no era de mi Egipto.

Había domos y pilares con incrustaciones de lapislázuli, esmeraldas, rubíes, diamantes, amatistas; y joyas que Yo no pude identificar. Colores que Yo nunca había visto estaban pintados sobre los muchos grabados, estatuas y figurines que parecían moverse como si estuvieran vivos. De alguna manera supe que todo en el salón era muy antiguo y tenía una fuerza vital mayor que cualquier cosa que Yo hubiera conocido. Ésta era una arquitectura que Yo solamente había visto en mis viajes internos a Atlántida.

El gran domo central albergaba una pirámide más pequeña que era más una vibración de Luz que una estructura física. Anubis y Toth, los antiguos Dioses Egipcios de la Iniciación, estaban dentro de la Pirámide, a cada lado de un gran sarcófago. El sarcófago estaba montado sobre una plataforma de oro puro con escalones de plata que subían por el lado derecho. El sarcófago estaba hecho de una sustancia que Yo no había visto antes. Instintivamente supe que esta sustancia no era de este Planeta y había sido dada a la Tierra hacía milenios, por sus primeros habitantes.

El sarcófago estaba tallado ornamentalmente con el mismo estilo no-Egipcio de las paredes que me rodeaban. Sentí que aunque el sarcófago era opaco, podría volverse translúcido si la mente del observador hiciera las alteraciones apropiadas. Anubis me hizo un gesto para que entrara en el sarcófago; y Toth asintió. Esta vez tampoco hubo comunicación verbal. El viaje desde la puerta hasta las escaleras de plata, fue el más largo de mi vida. Mientras subía los pocos escalones, me di cuenta de que si vivía para volver a bajar por ellos, sin duda no sería la misma persona que antes.

Me tendí dentro del sarcófago. La sustancia era dura como la piedra; y sin embargo suave y cálida como la piel. Sentí como si estuviera volviendo a entrar al útero. Las rígidas paredes planas parecían moldearse lentamente alrededor de mi forma mientras me acomodaba en el sarcófago. Pensé que no podría moverme aunque hubiese elegido hacerlo. Luego Toth inclinó la cabeza sobre el borde del sarcófago y me hizo 3 preguntas en un lenguaje desconocido. Yo no sabía cuáles eran las preguntas, pero intuitivamente supe que sin duda eran preguntas; y que mi supervivencia dependía de mis respuestas. Envié un llamado a mi Guía Interno, Radula, mientras veía que la tapa del sarcófago me encerraba lentamente en mi tumba. Silenciosamente, la tapa se afirmó para significar mi transición. Yo estaba solo.

Si permanecía demasiado tiempo en la tumba, moriría. Dentro había poco oxígeno, así que si Yo iba a mantener vivo mi Yo físico, tendría que llevar mi consciencia hasta las dimensiones superiores de tal manera que pudiera alimentarlo con el Espíritu. Yo sabía que Yo no podría abandonar mi cuerpo a través de mi Tercer Ojo como lo había hecho muchas veces antes. Busqué en mi interior un Portal para usarlo para liberar mi Espíritu del confinamiento de su forma física. Comencé a sentir que dentro de mí surgía un profundo temor, pero lo obligué a desaparecer. ¡No me podía permitir experimentar una emoción que hiciera descender mi consciencia!

«¿Dónde está el Portal hacia tu YO Superior?»

Ahora había entendido la primera pregunta. Recordé el canto de los Sacerdotes fuera de la puerta de piedra. Yo no podía usar mi voz, pues había muy poco oxígeno como para desperdiciarlo, pero sentí la vibración del canto tal como con los tres Sacerdotes. Puesto que mi consciencia no estaba limitada a una voz Humana, Yo podía cantar las 3 partes a la vez. La melodía y la frecuencia calmaron mi temor y elevaron más mi consciencia.

Me encontré concentrándome en un Portal dentro de mi cabeza, en el núcleo mismo de mi cerebro. Mientras continué entonando, algo sólido, como una puerta de piedra, comenzó a abrirse; y tras ella estaban las mismísimas puertas doradas que había visto al entrar en este salón. Estas puertas se abrieron hacia adentro. Otra vez pase a través de ellas y las sentí cerrarse rápidamente tras de mí. Al comienzo no vi nada más que Luz Dorada, la cual abrazaba a cada célula y a cada átomo de mi forma y de mi consciencia.

Luego, lentamente, a la distancia, vi que se comenzaba a formar un vórtice. Comenzó a remolinear, lentamente al principio; y luego cada vez más rápido. Era dorado, plateado, azul, violeta; y con los otros colores que antes había visto en el salón, fuera del sarcófago. Sentí una atracción a entrar en el vórtice; y con mi decisión para hacerlo así, repentinamente estaba precisamente ante mí.
Caí hacia su núcleo y me encontré girando cada vez más rápido a través del espacio intemporal. Al comienzo Yo estaba mareado, pero luego el giro se hizo tan intenso, que me sentí totalmente quieto, pero al mismo tiempo, sentí como si cada célula y átomo hubiera acelerado su vibración en respuesta al giro. Luego, con un pequeño estallido, mi giro se detuvo y me encontré en medio de un gran vacío. Me había vuelto Penta-Dimensional y todo estaba en calma.

«¿Dónde está la Ciudad Cristalina

Con la 2ª pregunta, había ante mí una Luz Dorada, que se convirtió en una forma dorada: Mi Complemento Divino. Llegó en la forma de una mujer, puesto que Yo encarnaba a un hombre. Nos abrazamos en unión y Amor profundos. Ella me miró a los ojos y susurró: ‘Ahora te llevaré al Hogar’.

Luego estábamos en Venus. Se desplegaba ante nosotros con toda la belleza y armonía que Yo recordaba desde lo profundo de mi Alma en todas mis vidas. Mi corazón se abrió con una ráfaga de Luz y Amor que hubiera hecho explotar mi cuerpo terrenal si Yo hubiera estado en mi consciencia tridimensional. Veía las nieblas de Venus a todo mi alrededor. Veía la flora y la fauna de mi amado

Hogar mientras flotaban alrededor de mí en amorosa bienvenida. Con cada uno de sus movimientos y armoniosos colores y sonidos, hacían eco de sus movimientos.
Una fiesta de bienvenida formaba un pasaje que nos condujo a la entrada principal de la Ciudad Cristalina. Mi Complemento Divino se deslizó hacia mi forma mientras nos convertíamos otra vez en

Uno para nuestra llegada al Hogar. Translúcidas puertas de cristal se abrían ampliamente cuando nos aproximábamos a ellas; y una huella dorada iluminó nuestro camino hacia el corazón de la ciudad. El Templo Dorado de la Sabiduría estaba brillando con refulgente esplendor al final de la senda, en la cúspide de una colina. Las puertas estaban abiertas esperando nuestra entrada. Aún cuando podríamos haber estado en nuestro destino instantáneamente, disfrutábamos el viaje y la comunión con otros, así que elegimos viajar con los mismos movimientos natatorios/voladores de quienes nos rodeaban.

Eventualmente, nos encontramos parados frente al poderoso Sanat Kumara, el Logos Planetario de la Tierra y Regente de Venus. Rami Nuri y Djwhal Khul, como sus consejeros, estaban a cada lado de él. Los Complementos Divinos de ellos tres fluyeron a su interior. Eran andróginos. ¡Estaban completos!

Me incliné ante ellos y Sanat Kumara me entregó una joya. La joya no era como nada que hubiera visto antes. Era más una vibración que una sustancia, pero tenía belleza y forma. Tomé la joya con gratitud y la sostuve dentro de mi corazón.

Mi Complemento y Yo pasamos lo que parecía una vida en Venus. Vivimos y amamos y morimos. Y luego comencé a sentir una atracción. Yo sabía que la atracción era mi destino. Era la Tierra. Me estaba llamando a retornar a mi vida tridimensional para que pudiera cumplir allí mi destino. Yo tenía que retornar para que el cuerpo viviera. La tristeza de esa realización sacudió mi Alma misma, pero recordé mi cometido. Yo había dicho que permanecería en la Tierra. Consecuentemente tenía que retornar, antes de que fuera demasiado tarde para salvar la vida de mi forma terrenal.
La repentina densidad del sarcófago fue un gran impacto. ¿Cómo pude retornar tan rápidamente sin siquiera un adiós? Y entonces mi corazón sintió el Amor de mi Hogar y de mi Complemento Divino. Sí, no hubo adiós, porque Yo la tendría en mi consciencia, pero: ¿Y del sarcófago? Había aún menos oxígeno; y ahora Yo era totalmente físico.

«¿Cómo abres el sarcófago

La tercera pregunta fue traducida en mi corazón. Sí, en mi corazón estaba la respuesta: La joya, la vibración de la joya elevaría la tapa. Y luego, mientras Yo enfocaba mi atención en la joya dentro de mi corazón, oí mi primer sonido físico puesto que las tres preguntas me habían sido hechas hacía una vida. El sonido era el de la tapa del sarcófago elevándose lentamente. Sentí el oxígeno apresurándose a rescatarme. Como un niño recién nacido, tomé mi primer aliento y me senté.

«¡Eres libre Oí decir a Toth en Egipcio, mi lengua nativa.

Queridos Iniciados:

Os agradezco por haber escuchado mi historia. Para concluír, os exhorto a recordar que nuestro mayor enemigo es el temor que hemos ocultado profundamente en el interior. Si ese temor puede ser sacado a nuestra consciencia, puede ser liberado con Amor. Por favor, aceptad ahora la mayor lección de mi vida: ¡El Amor es más fuerte que el temor; y el Espíritu está vivo en toda la materia!
AHORA Yo os dejo con los Arturianos, quienes nos guían a todos hacia la Luz.
RaHoTep.

Queridos Abridores de Portales:

Nosotros los Arturianos os agradecemos por retornar a nuestro Corredor. Os habéis ofrecido como voluntarios para retornar a Gaia, no para vuestra Ascensión personal, sino para ayudar a Gaia en su Ascensión Planetaria. Consecuentemente, pasaréis por vuestras iniciaciones personales dentro de los «sarcófagos» de vuestra propia hechura. Amados Abridores de Portales: Vosotros habéis completado vuestras experiencias en la matriz tridimensional; y habéis retornado a una forma para ayudar a la querida Gaia con sus experiencias.

Gaia anhela expandirse hacia sus expresiones superiores, de la misma manera que Ella ha ayudado a los Humanos Ascendidos en Su larga historia planetaria. Muchos de quienes habéis podido ascender más allá de la ilusión y retornar a vuestras expresiones superiores del Yo, habéis vuelto para ayudar al Planeta en el cual retornasteis al Cuerpo de Luz.

Así como RaHoTep tuvo que encarar muchos desafíos antes de que pudiera comenzar su proceso de Iniciación y su Ascención finales, Gaia está encarando muchos desafíos antes de Su proceso de iniciación. Gaia os ha provisto un hogar físico durante una miríada de encarnaciones. Es tiempo de que todos los que tenéis una forma en este AHORA, penséis primero en el Planeta que habéis usado y del que habéis abusado; y luego consideréis vuestro retorno personal al YO.

Os recordamos, Queridos y valientes voluntarios, que VOSOTROS sois magníficos Seres multidimensionales. No vinisteis a la Tierra en esta encarnación para vuestro provecho personal, sino para rescatar a la Madre Planetaria que os proveyó un hogar durante una miríada de encarnaciones. Por favor, recordad vuestro contrato anterior al nacimiento y actuad según él AHORA.
Gaia te necesita. ¿Qué estás HACIENDO para ayudarle?

Tradujo: Jairo Rodríguez R.

Consultoría Energética y Espiritual

http://www.jairorodriguezr.com/

canalizados por Suzanne Lie

 

 

 

 

Los Arturianos – Retornando al corredor – Mensaje para quienes abren el portal de Gaia

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

xxx