Los Siete Cuerpos del Hombre, Dr. Sri K. Parvathi Kumar
Todo lo que es visible tiene su base en lo invisible, pero tanto lo visible como lo invisible tienen su base en el UNO. Puesto que nosotros estamos generalmente preocupados con el mundo visible, no le prestamos atención a lo invisible más allá de lo visible, que también es la fuente de lo visible y de lo invisible. Cuando extendemos nuestra comprensión a las fuerzas invisibles, que son la base de las acciones visibles, ensanchamos el área de nuestra comprensión y ensancharemos mucho más para comprender la base de todo lo que existe.
Normalmente, vemos lo visible y creemos que todo lo es e intentamos buscar la causa y el efecto en el plano visible, pero muchas causas están en el plano invisible, aunque sus efectos se sientan en el plano visible. Lo que nosotros estamos hablando es visible, pero hay un pensamiento invisible por detrás del habla que puede ser visible. Y también la organización del pensamiento dándole un idioma, un lenguaje y ordenando el pensamiento según una frase comprensible en un determinado idioma, y después hablamos al exterior; y lo que se ve, por así decirlo, es la palabra hablada. Sin embargo, antes está la ocurrencia del pensamiento y luego el revestirlo de lengua, cosas que no se ven.
En nosotros está también la respiración que nos ayuda a hablar; si no exhalamos no podemos hablar, pero no podemos exhalar a menos que inhalemos antes. Raramente pensamos que tenemos en nosotros la respiración, y mucho menos pensamos que tenemos pulsación. Sólo seguimos lo visible y no entramos en lo invisible. Si observamos, antes de que este edificio se construyera tal y como es, existía como plano, y según ese plano los arquitectos lo han construido. Ese plano descendió primero al plano de pensamiento, y en cualquier actividad que hagamos hay una parte invisible. A menos que conectemos las dos, no podemos decir que nuestros dos ojos funcionen. Se dice que un ojo es para la visión y el otro es para la sabiduría, y aunque no tengamos la vista, si tenemos la sabiduría podemos vivir bien. Sabéis, los músicos ciegos son ciegos en lo que respecta a la vista, pero no en lo que respecta a la experiencia, a la sabiduría y a la vida. De modo que es mejor que tengamos sabiduría que vista. La vista sin sabiduría se considera como la vida de un ciego.
De modo que si tuviéramos que escoger entre sabiduría y vista, mejor es que escogiéramos la sabiduría; no es suficiente, no basta con que tengamos sólo vista, sino que necesitamos también una visión interior, la vista sin visión interior es simplemente nada. El propósito de todo ejercicio de sabiduría es el de adquirir visión interior. Visión interior es ser capaces de ver a través de las cosas, ser capaces de levantar el velo para ver, ser capaces de ver las fuerzas detrás de cada efecto. Eso ensanchará el área de nuestra comprensión y mediante ello, claro, funcionaremos mejor.
El ser humano tiene un lado invisible y un lado visible. Generalmente, funcionamos a través de la parte visible, pero es la parte invisible la que sostiene al ser humano visible. Si cada uno de nosotros mira cómo somos, cómo hacemos, cómo hablamos y cómo pensamos…, hay una base para todo eso que hacemos. Si ocurre un suceso repentino, algunos se alteran terriblemente; si ocurre algo inesperado, se produce una alteración; pero hay otras personas en las que no se produce semejante alteración. Si tenemos que esperar, algunos se molestan, pero hay otros que no se molestan por esto. Si no conseguimos lo que nos habíamos propuesto, algunos entran en depresión, otros no; algunos son agresivos, otros no lo son; algunos son inefectivos, otros no lo son. Entonces, ¿dónde vemos las causas para estos efectos? Tenemos que mirar, pues, en el interior del ser y tenemos que conocer también al ser; cuál es la psique del ser que es la base de la utilización del cuerpo humano; hay una parte psicológica y hay una parte biológica. La parte biológica es utilizada por la parte psicológica. La parte biológica la gente la entiende muy bien como anatomía humana, pero no se estudia tanto la anatomía oculta del ser humano. La anatomía del ser humano es como los detalles del motor de un vehículo. Si un vehículo se utiliza correctamente, nos presta servicio sin darnos problemas; pero si el vehículo se utiliza incorrectamente, entonces nos da problemas. ¿Acaso está el problema en el vehículo o en su usuario? En manos de quien lo utiliza apropiadamente, el vehículo no da problemas; pero cuando es utilizado inapropiadamente, da problemas, y ahí es donde la psique y el estudio relativo a la pique del ser humano se vuelven importantes. A eso se llama una vez más la psicología, pero uno tiene que estudiar con mucha más visión, mucho más que lo que da la psicología ordinaria, el porqué una persona se comporta de una manera determinada en una situación determinada. La psicología nos dice cómo se comporta una persona en una determinada situación, pero, ¿por qué se comporta de ese modo? ¿Cuál es la causa sutil detrás de esa conducta suya? Ahí es donde se vuelve importante la psicología ocultista, la psicología esotérica. Por eso hay necesidad de estudiar el ser de uno en profundidad, para encontrar las causas y para luego eliminar las causas que nos dan resultados desagradables. Por eso necesitamos comprender más profundamente al ser humano y su constitución.
El hombre interno, el hombre externo. Y cómo el ser humano actúa mediante el equipo interno y el equipo externo; hay un instrumento interno que es el que empuja al instrumento externo, es el que lo conduce. El instrumento interno es el que conduce al instrumento externo, pero el hombre está a cargo tanto del instrumento externo como del interno. De modo que a partir del ser humano se produce el estímulo del instrumento interno y ese instrumento interno es el que causa el comportamiento o la conducta del instrumento externo.
De modo que el ser humano, en todos sus niveles y siempre y cuando se le entienda bien, puede guiar su instrumento de una manera mejor. Por eso vamos a comenzar con los niveles del cuerpo del instrumento externo y después con los niveles del instrumento del cuerpo interno.
El cuerpo sutil es el cuerpo que sostiene al instrumento interno. El cuerpo físico denso que vemos es el cuerpo que recibe las instrucciones del cuerpo sutil y así hace las cosas. De modo que el cuerpo externo por sí solo no hace nada a menos que reciba las instrucciones. De modo que, si el cuerpo externo tiene algún problema, es debido a las instrucciones indebidas provenientes de la psique del hombre. Por ejemplo: hay algunas personas que causan alteración del cuerpo interno y eso producirá gradualmente distorsión del cuerpo externo. Esta columna de este edificio tiene que resistir firmemente, el hierro que se ha colocado dentro de esa columna ha de ser lo suficientemente resistente. De modo que la fortaleza de lo exterior es la fortaleza de lo interior. Supongamos a una persona con muy grandes músculos que fuera cobarde, que tuviera miedo. Si fuera una persona tímida, ¿de qué le sirven sus músculos? Y si pierde el equilibrio fácilmente, sus músculos no le son de mucha utilidad. Ha habido gente valerosa pero sin muchos músculos, esas personas pueden hacer las cosas mejor que las personas que sólo tienen músculos. La fuerza física no es la fuerza porque depende de la fuerza vital.
Si somos mentalmente débiles y físicamente fuertes, a eso no se le puede llamar salud; si somos mentalmente débiles y físicamente fuertes, eso no se puede considerar como un hombre fuerte. De modo que la fuerza está más bien en la parte sutil de nosotros que en la parte densa. Hemos de saber dónde están nuestras fuerzas y dónde tenemos que fortalecernos. Tomando esto como base, vamos a comprender ahora los detalles de nuestro cuerpo:
Tenemos el cuerpo físico: el cuerpo físico está movido por el cuerpo vital en nosotros. Si el cuerpo vital es débil, por muy fuerte que sea nuestro cuerpo físico, nos pondremos enfermos con mucha frecuencia: fiebres frecuentes, dolores de cabeza frecuentes, dolores de estómago frecuentes, diarreas frecuentes e indigestión general. Todos estos síntomas son indicaciones de un cuerpo vital débil.
El cuerpo físico tiene su contrapartida etérica, el flujo de vida de los alrededores es conducido mediante el cuerpo vital a través del cuerpo etérico hasta el cuerpo físico. No creamos que se nos ha dado una medida determinada de vida en nosotros, sino que la vida la vamos recibiendo dentro de nosotros a cada momento. Mediante la inhalación del oxígeno recibimos vida, mediante la luz recibimos la vida, mediante la digestión del alimento y del agua recibimos la vida. De modo que recibimos la vida a través del alimento, recibimos la vida a través del agua, recibimos la vida a través del aire y recibimos la vida a través de la luz y también recibimos la vida según la cualidad del pensamiento que tengamos, también recibimos la vida según la cualidad del deseo que tengamos. No creamos que la vida la recibimos a través del alimento sólido denso y material, sino que la vida es recibida en nosotros de muchas maneras. Hay gente en India que puede vivir sin comer durante seis meses. Comen una vez al cabo de seis meses.
Entonces, si el alimento sólido fuera el único medio de vida, esas personas se hubieran muerto ya en el momento que dejaron de comer. Hay variedad de maneras en que uno puede recibir el alimento:
- Mediante el pensamiento,
- Mediante la luz,
- Mediante el aire,
- Mediante el agua,
- Mediante el alimento.
Podemos recibir el alimento. Esta es la comprensión de aquellos que ven el lado invisible del alimento.
Los obstáculos al flujo de la vida son por falta de exposición a la luz, debemos de tomar el sol de manera regular y a diario, tan regularmente como comemos. No basta con que vayamos al mar y tomemos el sol un poquito durante los fines de semana. ¿Es acaso suficiente que uno coma sólo los fines de semana? La regular exposición, exponer el cuerpo a la luz del sol es muy importante, esencialmente en las horas del amanecer y del atardecer. Momentos en el que el suministro de fuerza vital es abundante, por eso se recomiendan los ejercicios en las horas del amanecer y del atardecer, para que podamos recibir la vida no sólo a través del aire, sino también a través de la luz. Nunca se recomendó que se hicieran ejercicios en lugares cerrados. La vida tan abundante que nos rodea necesita contactarnos y nosotros contactar con ella. Así, también la falta de aire puede ser un obstáculo para el flujo de la vida. Cuanto más y más vamos entrando en conforts materiales, estamos o vivimos más en habitaciones o casas cerradas y viajamos en coches cerrados. Habitaciones cerradas, coches cerrados, dormitorios cerrados y cuartos de baño oscuros. Hay muy pocos cuartos de baño que reciban la luz en ellos, la manera de vivir moderna está perdiendo mucho del sentido común que nuestros antepasados tenían. No permitimos que entre mucha luz en nuestras habitaciones y tampoco permitimos que circule mucho aire por nuestras habitaciones. Cuando el aire no pasa, el lugar no se refresca. El aire refresca, de modo que necesitamos recibir mucho aire y mucha luz, igual que sentimos la necesidad de recibir mucho alimento. Si observamos, hay variedad de maneras de recibir la vida, lo que se puede ver representándolo del siguiente modo:
“Luz solar-aire-oxígeno-agua-el pensamiento-los deseos”. La manera en que lo relacionamos con estos temas es lo que decide la salud de los seres. Así que no es simplemente el alimento sólido, en los alimentos tenemos mucha parte material y menos parte de vida, pero en los alimentos diferentes también hay gradaciones. Mucha gente cree que siguiendo una dieta puede controlar su figura, pero no es así. La regulación de nuestros deseos es lo que produce un impacto directo sobre nuestro cuerpo, porque el cuerpo físico tiene su base en los perfiles sutiles. Si el cuerpo sutil está en orden, los tejidos físicos se congregan en torno al cuerpo sutil. La fuerza del cuerpo sutil depende de la luz que recibamos, del aire que recibamos, del agua que recibamos; de la pureza del agua, de la pureza de pensamientos y por encima de todo, de la pureza de deseos. Si en cualquiera de estos aspectos somos inapropiados y seguimos regulando sólo y nada más nuestros alimentos, no llegamos a tener un cuerpo con el perfil adecuado, ni un cuerpo con vitalidad. Así que observemos ahora cómo el lado invisible de la vida surte su efecto en el lado visible del cuerpo físico. Recordemos, pues, que son: la luz del sol, el aire, el agua fresca, pura, y los pensamientos de buena voluntad y deseos que sean deseables, que nos vengan bien; los deseos perniciosos producen alteración en el cuerpo etérico. Entonces, cuando el cuerpo sutil o cuerpo etérico se altera, el cuerpo físico se altera también. El cuerpo físico está apoyado o sostenido por el cuerpo sutil, y el cuerpo sutil recibe la vida y es el que hace las acciones del cuerpo físico. El cuerpo sutil recibe también la luz y hace las acciones del cuerpo físico. El cuerpo sutil recibe también las órdenes de la inteligencia del ser.
Así que si queremos que el cuerpo físico permanezca saludable, sano, hemos de asegurarnos de no poner obstáculos al cuerpo sutil, al cuerpo sutil no se le debe distorsionar; por eso en todas las teologías o sistemas de creencia en Dios se nos enseña cómo desear. Si no sabemos cómo debemos desear, qué desear, cuándo debemos desear, cuánto desear, entonces estaremos produciendo un impacto sobre el cuerpo sutil, y cuando el cuerpo sutil recibe un impacto, no puede suministrar lo que tiene que suministrarle al cuerpo físico. Y lo mismo ocurre con los pensamientos. De modo que cada vez más y más deberíamos conocer el cuerpo sutil o etérico, que hemos de saber y observar que todo lo que hacemos tiene un impacto en el cuerpo sutil. Si ese impacto es un impacto bueno, hemos de intentar cooperar con él, pero si comprendemos que el impacto va en detrimento nuestro, hemos de asegurarnos de no tener semejantes pensamientos o deseos y semejantes acciones que nos denieguen la luz o la vida.
Hoy en día hay mucha preocupación por la salud, porque es mucha la enfermedad que hay; las enfermedades están progresando en proporciones geométricas y los medicamentos están progresando en progresión aritmética, por eso no somos capaces de curar nuestras enfermedades con nuestros medicamentos. Eso no les ocurría a nuestros antepasados, ellos no tomaban tantos medicamentos como tomamos nosotros. Nosotros creemos que es bueno tomar un puñado de vitaminas en forma de pastillas cada día. El propósito de las vitaminas es dar vitalidad, porque nos hemos visto en una situación tal que nos hemos negado la luz del sol y nos hemos negado el aire fresco. Cuanto más y más nos negamos estas cosas y no nos insuflamos de la luz del sol y del aire fresco, el cuerpo vital que hay en nosotros se debilita, porque el flujo de la vida viene a través de estas avenidas y nosotros lo que hacemos es cerrarlas. Entonces, no podemos pedir la vida cuando hemos cerrado las puertas para que esa vida entre en nosotros.
La falta de salud se debe a la falta de entendimiento de estas cinco avenidas de vida; hoy en día la gente no bebe tanto como debería, ni toma el necesario sol, ni el necesario aire como debería ser. Se nos recomienda muy firmemente que durmamos en habitaciones en las que siempre haya brisa (comenta: como Buenos Aires, la gente ríe). A menos que tengamos buenos aires, no tendremos salud. Estas cosas han de ser introducidas en la actividad cotidiana de nuestra vida en vez de buscar solamente alimentos más sanos y nada más. En la luz solar, en el aire y en el agua la vida que hay es mucho mayor en proporción a la materia sólida. Así que tendremos un cuerpo mucho más vital, más vivo, con células corporales llenas de luz, llenas de transparencias, que vibran con luz y vida, y como consecuencia seremos magnéticos y radiantes. Hacer únicamente otras cosas, pero no estas, será sólo perder la batalla de antemano, es luchar en una batalla que estamos seguros vamos a perder.
Mucha gente es consciente de su figura, yo no veo eso como si fuera algo malo, como un vicio, pero para tener una buena figura la clave está en los cinco ingredientes sutiles. Recordemos, tengamos bien presente que si continuamente estamos ocupados teniendo pensamientos pesados, el cuerpo se vuelve pesado; con deseos insatisfechos, el cuerpo se vuelve pesado; con emociones excesivas, el cuerpo se vuelve pesado y, ¿sabéis? Cuando se tienen excesivos deseos, eso produce una distorsión en el cuerpo etérico, y según la distorsión del cuerpo etérico, así se forma el cuerpo físico. Este es el entendimiento ocultista acerca del alimento y de la vida.
Así que no nos ocupemos solamente y en exceso del material de comida y del material en forma de medicamentos. El cuerpo físico del ser humano depende de otros muchos factores: inmediatamente depende de su contrapartida etérica, la contraparte etérica depende de la fuerza vital que reciba, y la recepción de la fuerza vital depende de la cualidad del deseo y de la cualidad del pensamiento. Por eso la composición externa del hombre ha de ser considerada como el cuerpo físico, el cuerpo etérico, el cuerpo vital, el cuerpo de deseos y el cuerpo de pensamientos. Estos son los cuerpos que sostienen al cuerpo físico, que se da resumidamente en los libros como:
1- Cuerpo físico
2- Cuerpo vital
3- Cuerpo mental
Éste es el vehículo externo, formado por el cuerpo mental, vital y físico. El cuerpo vital a su vez tiene su composición detallada: tiene dentro de él al cuerpo de deseos y tiene dentro de él también el cuerpo sutil o etérico; ese es el cuerpo vital, el que tiene en sí el cuerpo de deseos y el cuerpo sutil o etérico. Y recordemos bien que el deseo de por sí no está prohibido, pero el deseo ha de ser un deseo conveniente para nosotros, que nos venga bien. Un deseo deseable es un deseo lícito, hay una ley para saber cómo desear. Si uno sabe cómo desear, nuestro cuerpo sutil no será afectado, y si no lo sabemos, entonces será afectado, incluso lo que digamos afecta al cuerpo vital. Si hablamos con enfado, con enojo, eso tiene un impacto sobre el cuerpo vital. Cuando hablamos de manera envidiosa, celosa, eso produce un impacto sobre el cuerpo vital, y lo mismo cuando se habla con odio. Todas las emociones de este tipo proporcionan un impacto sobre el cuerpo vital.
De modo que el cuerpo vital está también afectado por las emociones, y todas las emociones tienen su base en la falta de conocimiento en lo que se refiere al deseo. Por eso las escrituras sagradas describen el deseo como la causa raíz de todos los problemas. Sin embargo, con ello, las escrituras no están prohibiendo el deseo. Si no deseáramos comer, si no deseáramos beber agua, si no deseáramos tomar la luz del sol, si no deseáramos tomar aire fresco, ¿cómo podríamos vivir? De modo que el deseo es esencial, por eso en las escrituras de síntesis al deseo siempre se le considera o se le llama como algo divino. El deseo es esencialmente divino, pero la falta de conocimiento para saber cómo desear es la causa de los problemas. Como con todo en la vida, la falta de conocimiento causa problemas. Mucha gente cree que el dinero es algo malo, el dinero no es nada malo. El dinero, en manos de personas que tienen una mente diabólica o mala, produce otras cosas. De modo que no es el dinero el que causa cosas malas, porque ese mismo dinero en manos de una persona de buena voluntad hace mucho más bien que se pudiera hacer de otro modo. Todo lo que hay o existe en la Creación es básicamente neutro, todo depende de nuestro conocimiento de cómo utilizarlo. El alimento puede alimentar y nutrir al cuerpo tanto como puede también destruirlo; supongamos que comiéramos alimentos nutritivos pero en exceso, pasado un cierto punto el alimento se vuelve venenoso y deja de ser nutritivo.
De modo que está El Sendero Dorado del Medio, a través del cual podemos experimentar todo en la Creación sin negar nada. Pues ese conocimiento es lo que se necesita. Si no tenemos ese conocimiento, la gente empieza a pensar que la mente es un problema, que el deseo es un problema, que el dinero es un problema, que el cuerpo es un problema, que el poder es un problema, que el trabajo es un problema. Si alguien ve algún problema en su vida, ha de comprender que le falta el conocimiento con respecto a eso que vea como problema. Todo problema es un mensaje que nos está golpeando en la cara, ese golpeo que nos hace nos está diciendo que no sabemos, nos está diciendo que hay algo que no sabemos y que nos aparece como problema. Por eso se dice: cuando tengamos un problema, mandémosle mucha más luz, porque eso significa que en relación a ese tema que tengamos como problema, es un área de poca luz, muy oscura y que nos negamos a ver; está oscuro porque nosotros nos negamos a verlo. Si fuéramos lo suficientemente abiertos para ver lo que normalmente nos negamos a ver, entonces encontraríamos la solución a nuestro problema porque de hecho no es un problema, sino que es un regalo que se nos aparece en su forma invertida en forma de problema. ¿Conocéis una fruta que se llama yaca (pan del pobre)? Es una fruta de los trópicos, en Brasil la tienen. Tiene una piel muy áspera y dura, y cuando la tocas le rasga a uno la piel, pero hay una manera inteligente de abrir ese fruto. Cuando se pela por dentro, hay mucho material pegajoso, y ese material pegajoso hemos de enfrentarnos a él untándonos las manos completamente de aceite y en ambas palmas de las manos completamente para poder tocar ese material pegajoso. Entonces cuando pelamos y apartamos ese material pegajoso, dentro de ese material está el fruto más nutritivo y más precioso; pero si no sabemos cómo abrir un fruto de yaca, es un problema. Os pondré otro ejemplo más familiar para vosotros, el ejemplo del coco. Con frecuencia doy el ejemplo del mono y el coco. El mono sabe que el coco es un fruto y puede subir hasta lo alto del cocotero con toda facilidad y arrancar un coco, cosa que un hombre no puede hacer con tanta facilidad, pero después el mono no sabe cómo abrir el coco, sólo sabe que dentro hay fruta, lo intenta con su boca, lo intenta con sus manos, le da la vuelta, lo pone boca arriba, boca abajo y le vuelva a dar vueltas y más vueltas. Hace muchas cosas, pero no sabe cómo abrir el coco.
Si uno sabe cómo abrir un problema, puede entrar dentro de él y encontrarse con la solución. El problema es un mensaje de que tenemos que aprender algo. En la vida tenemos problemas relativos a la familia, entre los miembros de la familia puede haber problemas, eso significa que hay algo que tenemos que aprender en lo que se refiere a la familia o para mantener una relación correcta con la familia. Generalmente tenemos problemas por negligir las cosas o por dejarlas pasar por alto.
Dejamos de lado a personas, por lo que las perdemos, o intentamos meternos indebidamente en su vida, pasar por encima de ellas porque tenemos la libertad. Eso es entrar en la intimidad de la vida de otros, meter la nariz en los asuntos de los demás innecesariamente. Eso es lo que hace que una relación correcta se destruya.
Del mismo modo, hay gente que tiene problemas con el dinero, eso quiere decir que le falta el conocimiento de para qué sirve el dinero y de cómo trabajar con el dinero y por el dinero.
Lo mismo ocurre con la salud, cuando se tiene mala salud es un mensaje de que todo no ha ido bien con nosotros en términos de conducta.
De modo que, cuando tengamos un problema, hemos de verlo como un mensaje que exige que pensemos mejor para arrojar más luz a ese problema y así encontrar la solución y trabajar en términos de la solución encontrada. Por esa razón la sabiduría antigua nos dice que nada de lo que hay en la Creación es diabólico, nada es malo, sino que todo depende de la orientación nuestra hacia ello.
Si consideramos todos los acontecimientos en la historia de la vida de Buddha, todos los sucesos de la vida de Jesucristo, con Iniciados de este calibre, en su presencia, lo así llamado como el mal se vuelve neutral e incluso divino.
En tiempos en que vivía Buddha había un gran, grandísimo ladrón que se llamaba Angulimala. Era conocido por su brutalidad al robar, no dudaba ni un instante en matar para robar, era tan famoso como el mismo Buddha. Buddha es famoso en un sentido y Angulimala es famoso en otro sentido. Si uno abre los diarios, sólo los criminales y los asesinos reciben la misma importancia que los gobernantes de la nación, igual que el presidente de los Estados Unidos de América. Así, también los asesinos aparecen en la primera página de los diarios y se publican las fotografías de los criminales. En los diarios sólo vemos dos tipos de fotografías: uno es la fotografía de los políticos y el otro es la foto de los criminales.
De modo que este ladrón era muy famoso y era muy temido y vivía en una reserva de la selva y por las noches bajaba hasta las aldeas, pueblos y ciudades y robaba, y si alguien se le resistía, los mataba; luego volvía a esa reserva en la selva. Esa era una selva en la que nadie podía entrar, sino sólo los seguidores de este ladrón. Es algo reservado, como ese asiento de ahí, que a otros se les prohíbe sentarse en él.
Así que ocurrió que una vez Buddha pasó por aquella selva reservada del ladrón, y ya antes de que entrara, la gente le advirtió a Buddha lo cruel que era ese ladrón, pero Buddha veía el alma y no al ladrón como tal, él decía: “Es también un ser humano, son las circunstancias las que le han hecho volverse así. Me gustaría verle porque es famoso”. Así que se puso a caminar y se internó en la selva con su grupo de discípulos, y el ladrón, desde lo alto de una colina, vio que unas personas con las cabezas completamente afeitadas estaban entrando en su territorio.
En India, cuando hay una persona con la cabeza completamente rapada, se sabe claramente que no vale la pena robarles porque como no tienen nada, no se les puede robar nada, ni siquiera el cabello. Así que ellos no tenían nada que perder. La gente que ha llegado a un punto en que no tiene nada que perder son como el Maestro CVV. Su mensaje es: “No tengo nada que perder”. Así que el que no tiene nada que perder sólo tiene que ganar. La gente que tiene muchas cosas, lo tienen todo para perderlo, sólo las personas que tienen, tienen miedo, pero no las que no tienen, y cuanto más uno tiene, más teme. Cuanto más joyas y más cuentas en el banco, más seguridad necesitamos. De modo que la persona que no vive para sus posesiones está más segura y no tiene necesidad de tener seguridad.
De modo que, cuando Buddha y su grupo entraban en la reserva de esa selva, el ladrón los vio, él sabía que eran peregrinos mendicantes de quien no se podía sacar nada. El mendicante es uno que está más allá del deseo, no es un mendigo, el mendicante es diferente de mendigo, el mendigo siempre pide algo, es mendigo porque tiene demasiados deseos. Un hombre con deseos es un mendigo, pero a un hombre que no tiene deseos se le llama mendicante, renunciante, porque renuncia a todo.
El ladrón vio claramente que no podía sacar nada de ellos, entonces les dijo: “No entréis en mi reserva”, pero Buddha seguía caminando hacia él. Cuanto más se iba acercando Buddha al ladrón, más se iba alterando este, porque su orgullo estaba siendo herido, le había dicho que no entrara y Buddha estaba entrando, y cuanto más se le iba acercando Buddha, el ladrón se enojaba cada vez más y estaba completamente cargado de enfado. Buddha llegó hasta el alcance de su mano y el ladrón levantó su espada y le dijo: “No des un paso más, si te mueves te mataré”. Entonces Buddha miró a los ojos de aquel ladrón y le dijo: “Yo no me estoy moviendo, tú eres el que se está moviendo”. De hecho, el ladrón se estaba moviendo mucho más que Buddha. El movimiento de Buddha era tan solo físico, pero mentalmente estaba estable, vitalmente estaba estable, psíquicamente estaba estable, y como alma es un diamante y por lo tanto es indestructible. Así que el interior de Buddha no se estaba moviendo, sólo su exterior; pero en el caso del ladrón, su exterior no se movía porque estaba en su guarida, en su asiento en lo alto de la loma, pero todo su interior se estaba moviendo. Por eso Buddha le dijo: “Yo no me estoy moviendo, tú eres el que se mueve”. Observemos el entendimiento de movimiento que tenemos nosotros y cómo lo entienden las personas de conocimiento. Aunque viajemos diez horas, si no tenemos en nuestra mente el sentido de que estamos viajando, no nos cansamos tanto como el que se cansa de tanto pensar que está viajando. El pensar en algo, el tener la sensación de algo es lo que produce el cansancio, pero no el viaje como tal. Si supiéramos esta clave, le daríamos más importancia a la estabilidad interna que a la estabilidad exterior del cuerpo. Si interiormente somos estables y estamos confortables, la incomodidad externa no significa nada; pero cada vez más y más buscamos comodidades externas y estabilidad externa porque hemos perdido el conocimiento de cómo ser internamente estables y estar cómodos. Si estamos cómodos por dentro, no nos importa cómo sea por fuera; si estamos cómodos por fuera, pero no cómodos por dentro, esa comodidad no significa nada. Si se me diera un cojín para sentarme en un sofá, pero tengo un problema en mi mente, ¿puedo disfrutar acaso de ese cojín del sofá? ¿Dónde está la comodidad? La comodidad está sobre todo en la mente más que en las cosas físicas, la estabilidad está en la mente, pero no en las cosas físicas. Si somos profundamente estables, podemos sentarnos en una silla a la que le falte una pata, porque le podemos transmitir la estabilidad de nuestra mente a la silla. Estas son las verdades sutiles, por eso ha habido gente que debido a la estabilidad interior pudo establecer estabilidad exterior. Veis, entre dos enamorados, cuando están muy enamorados entre sí, no se dan cuenta de si están en un parque o en una jungla, porque no viven para las condiciones externas físicas, están en una comodidad diferente, en una comodidad que incluye en ella la incomodidad física.
De modo que la estabilidad y el confort interno fue lo que Buddha demostró y el ladrón se sentía terrible internamente. Se movía muchísimo y era el que le decía a Buddha: “¡No te muevas!”, pero Buddha le sonrió y le dijo: “Yo no me muevo, eres tú el que se está moviendo”. Buddha miró a los ojos a aquel ladrón y le sonrió, y aquella sonrisa de Buddha puso al ladrón en estabilidad. El ladrón empezó a tener una estabilidad que hasta entonces no había tenido, sintió una comodidad por dentro que nunca había experimentado en su vida y sentía una inexplicable bendición debido a ese estado en que estaba y la alquimia tuvo lugar. Aquel ladrón tiró la espada a un lado y se postró a los pies de Buddha, y como un mendigo, le pidió a Buddha que le permitiera seguirle. Llegó a ser uno de los mejores discípulos de Buddha.
¿Por qué os he contado esta historia? Para explicaros la comodidad interior invisible comparada con la comodidad exterior visible. La estabilidad interna contra la estabilidad externa, por eso hay una afirmación de tipo ocultista que dice: “moverse no es moverse”. El movimiento aparente no tiene por qué ser movimiento real, eso es para aquellos que han comprendido la importancia del lado invisible del ser. La comodidad en el lado invisible es a nivel de pensamientos y deseos, por eso casi todas las teologías nos recomiendan firmemente que tengamos buenos pensamientos. La ciencia que hay detrás de los buenos pensamientos es que nos proporciona una comodidad que no recibimos de la objetividad. Así hemos de entender el cuerpo interno, que es el que conduce o guía al cuerpo externo. La mente, los sentidos y el cuerpo físico son los instrumentos de ese cuerpo externo.
Ahora están los instrumentos exteriores que se llaman en sánscrito Antahkaranas. Hoy encontramos en los libros ese nombre, Antahkarana Sarira, es decir, un cuerpo de instrumentos internos. Ahora se pone mucho énfasis en los Antahkaranas. Antahkaranas tiene que ver con el ser individual, con su sabiduría y con la consciencia que tiene. Si hay una adecuada consciencia, eso actúa como discernimiento y nos dice cómo pensar y cómo no pensar; cómo desear y cómo no desear; adónde ir y adónde no ir; qué decir y qué no decir; qué comer y qué no comer…, eso es consciencia, que se llama discernimiento. Esta es una herramienta que tenemos dentro, herramienta que se requiere que apliquemos a todo pensamiento, palabra y acción. El discernimiento ha de ser el filtro entre el cuerpo interno y el cuerpo externo. Podemos tener ciertos pensamientos que no es bueno que expresemos, pues cortémoslos con el discernimiento, no dejemos que pasen a las palabras y a la acción; a veces se le escapa a uno en forma de palabra. Cuando uno dice lo que se supone que no debería decir, no sólo hace daño a otros, sino que también nos hacemos daño a nosotros mismos. Lo que le hace daño al otro, paralelamente nos hace daño a nosotros mismos, de eso nos daremos cuenta un poquito más tarde. Así que todo pensamiento ha de ser sometido a un escaneo como en los aeropuertos, que cada vez que pasamos nuestros equipajes los pasan por las pantallas de rayos X para ver si hay algo indeseable dentro de ese equipaje desde el punto de vista de las reglas federales; pero hay también una regla, una regulación natural en contraste con el reglamento federal que está gobernado por la Ley Natural, así que hemos de pasar los rayos X de la Ley Natural. El deseo ha de ser pasado por los rayos X de la Ley Natural; el pensamiento ha de pasar los rayos X de la Ley Natural. Toda acción ha de ser pasada por los rayos X por nosotros mismos y eso es posible si tenemos consciencia. De modo que apliquémoslo todo a la consciencia y veamos cómo nos sentiríamos si los demás nos hicieran lo mismo a nosotros. Si los otros nos dijeran lo mismo que nosotros les decimos, ¿cómo nos sentiríamos? Y con lo que pensamos acerca de los demás, si los demás lo pensaran de nosotros, ¿cómo nos sentiríamos? ¿Nos sentiríamos complacidos? ¿Nos sentiríamos cómodos? ¿Sentiríamos simpatía? Esto es lo que tenemos que comenzar a hacer como primer paso en el cuerpo interno, a esto se le llama el punto de consciencia, que se le llama también el punto de luz, que es la contrapartida correspondiente superior de la mente.
La mente que tenemos en el cuerpo externo ha de estar subordinada a esta mente superior, en la que está el punto de luz y en donde recibimos mucha más luz para saber lo que tenemos que pensar, lo que tenemos que decir y cómo hablar y lo que tenemos que hacer. Así que, por eso siempre tenemos que referirnos al punto de luz en nosotros. Hay también otro instrumento que sostiene a este punto de luz, que se llama la sabiduría en nosotros.
Los libros de sabiduría y los hombres de sabiduría nos permiten adquirir sabiduría. Y hay una tercera manera de adquirir sabiduría, y es mediante nuestros propios experimentos en la vida. Hay un dicho que dice: “De la necedad al experimento; del experimento a la experiencia y de la experiencia a la sabiduría”. Si somos lo suficientemente necios, experimentaremos al poner nuestro dedo en el enchufe de la corriente eléctrica, entonces sí que recibiremos una descarga y eso es una experiencia; entonces aprenderemos que no debemos poner nuestros dedos en los enchufes eléctricos. Así que, partiendo de la ignorancia, podemos hacer experimentos; luego, del experimento adquirimos experiencia, y esa experiencia se mete dentro de nosotros en forma de sabiduría. Pero hay gente ya que ha llegado a ese punto de sabiduría y que han aprendido mucho antes que nosotros que es de necios meter los dedos en el enchufe eléctrico, y entonces hablan de ello o escriben libros acerca de ello. Entonces, cuando nosotros los escuchamos o leemos sus libros, si tenemos confianza en su experiencia y en su sabiduría, no pondremos nuestros dedos en el enchufe eléctrico; pero si queremos ser muy independientes, porque siempre queremos saber las cosas por nuestra cuenta y no queremos tomar la experiencia de nuestros mayores o de nuestros antepasados, somos absolutamente libres de meter nuestros dedos en el enchufe. Ya sabremos lo que eso quiere decir. La sabiduría viene así, a través de los shocks, de las descargas.
Así que hay tres maneras de recibir sabiduría: aceptando la experiencia de un ser sabio, aceptando las instrucciones de los libros de sabiduría, o mediante nuestro propio experimento. Las dos primeras consisten en caminar por senderos ya establecidos, son un sendero de rosas, pero hay algunos a quienes les gusta caminar por senderos de espinas, pues pueden hacer esto también, a fin de cuentas encontrarán su propia sabiduría.
Entonces, para desarrollar el segundo instrumento interno, que es el que hace expandir nuestra medida de consciencia, hay necesidad de estudiar y de seguir las enseñanzas de los grandes Iniciados, ellos son nuestros modelos a imitar. Tenemos que respetarlos y estudiar cómo vivieron y también estudiar lo que enseñaron; si sus vidas nos inspiran y seguimos sus enseñanzas y ponemos en práctica esas enseñanzas en nuestra vida, ganaremos cada vez más sabiduría y más y más conocimiento, cosa que nos ayudará a hacer las cosas mejor.
De modo que hay un cuerpo, que se llama cuerpo de sabiduría en nosotros, y este cuerpo de sabiduría, a medida que se manifiesta cada vez más, hace que dejemos ya de trabajar sólo para nosotros mismos y comencemos a vivir por el bienestar de los demás; y entonces el servicio por nuestros congéneres humanos se convertirá en nuestro modo natural de vida. Igual que la manera egoísta de vivir es la manera natural de vivir cuando no hemos asimilado la sabiduría, de la misma manera vivir para servir a los demás se convierte en la manera natural de vivir cuando hemos asimilado la sabiduría. Así, poco a poco le iremos viendo un sentido a la vida, eso nos llevará a la bendición de la vida y comenzaremos a trabajar de un modo en el que los motivos personales serán sustituidos por el bienestar de la vida circundante. Así entraremos en las regiones de la felicidad incondicional y seremos felices sin causa. Normalmente, nuestra felicidad depende de una causa; todas nuestras acciones tienen una causa. Siempre, cuando hacemos algo, solemos explicarlo diciendo: “Por esto hago esto”, por eso hay un gran libro titulado Por qué, para los niños que preguntan por qué. Los niños preguntan por todo, los niños preguntan: ¿por qué es azul el cielo? ¿Y qué les respondemos? ¿Por qué las vacas tienen cuatro patas y nosotros tenemos dos piernas? Los niños tienen dudas muy originales y genuinas. Conozco a un niño que, cuando tenía dos años y estaba empezando a hablar y viajaba en el tren en el que yo viajaba también, vio a una mujer que estaba sentada delante, una mujer muy gorda, y mirando a su madre, que era muy delgada, le dijo a la otra señora: “¿Por qué es usted tan gorda?”. ¿Qué respuesta se le puede dar? ¿Por qué es azul el cielo? ¿Por qué el elefante tiene una trompa? Nosotros intentamos dar nuestras propias razones, pero hay ciertas cosas que no tienen razón porque están más allá de la lógica. La verdadera felicidad está más allá de la lógica. Nosotros intentamos jugar porque queremos placer, porque queremos ser felices jugamos, pero puede que ese juego no nos dé felicidad, porque si cuando jugamos lo entendemos como un juego para ganar, entonces no obtenemos felicidad.
El fútbol ya no es una fuente de felicidad para los jugadores, porque es muchísimo el dinero que está implicado, hay mucha más tensión que placer, especialmente si juega Brasil contra Argentina. Así que, cuanto más conocimiento tiene uno, más tenso es. El talento ha de darnos facilidad para hacer las cosas y no tensión, ¿a quién se considera como la persona de más talento? La persona que hace las cosas con suma facilidad y no la persona que sufre una terrible tensión. Cuando se ofrece un premio de recompensa por un juego, uno juega para ganar, pero cuando uno juega para ganar también se presenta la posibilidad de poder perder. Si uno juega por jugar tiene la alegría tanto si gana como si no gana, y generalmente estos jugadores que piensan así son los que ganan. Los mejores jugadores son los que disfrutan mientras juegan, y no los que juegan para ganar, porque en jugar para ganar hay una causa. Cuando uno juega sin causa, el placer es todo nuestro, ¿acaso no nos da eso un mensaje? De que si no tenemos causa, una mayor felicidad estará a nuestro alcance, será toda nuestra. Si simplemente amamos lo que hacemos sin preocuparnos de lo que obtengamos, lo que uno recibe no se puede cuantificar ni medir por el dinero; pero si uno hace las cosas por dinero, entonces podremos ser felices o podremos no serlo. Ese es el secreto de la vida. Lo que ha venido hasta nosotros para hacer hagámoslo sin tener causa. Hay una manera de vivir sin causa: aquellos que hacen las cosas sin causa son felices sin causa. Observad cómo juega un niño, está feliz jugando, ¿no es cierto? Si vamos con un niño de dos o cuatro años al aeropuerto o a una estación de trenes y nosotros oímos un anuncio que dice que el tren o el vuelo han sido retrasados durante cuatro horas, las personas mayores se vuelven muy infelices y no dejan de mirar el reloj cada cinco minutos. Especialmente cuando uno espera, parece que el tiempo se mueve más despacio. Y el niño se maravilla de ver cómo la persona mayor no para de mirar el reloj tantas veces. La cara de uno se arruga en el momento en el que oye decir que un tren o vuelo que iba a tomar lleva retraso, está con demora. Pero todo esto no existe para el niño, él sigue jugando porque la demora no existe en su mente y juega felizmente. Nosotros somos una persona preocupada y no podemos apreciar el juego del niño y una buena vez le diremos al niño: ¡¿Por qué no te puedes sentar de una vez tranquilo y quieto?! ¡Pero el niño no comprende nuestra conducta! Él no sabe que está jugando para ser feliz y por eso es feliz. Nosotros jugamos para ser felices y por eso no lo somos. Si le preguntamos a un niño: “¿Por qué estás feliz?”, se nos quedará mirando porque no tiene respuesta que darnos, pero sí que nos estará transmitiendo un mensaje: “¡Vaya pregunta más estúpida!”. Es feliz sin causa, su disposición es una disposición de felicidad, y por eso siempre está feliz. Nosotros, la mayoría, lo que solemos hacer es sobre todo interferir con su felicidad, y no sabemos cómo ser tan felices como los niños, y, ¿sabéis por qué? Porque nos hemos hecho una propia lógica de cómo ser felices.
Así que tocamos ese instrumento interno en nosotros que nos da felicidad sin causa. Uno no tiene por qué tener una excelente vista al mar para ser feliz; uno no tiene que estar necesariamente en la cumbre de una montaña nevada esquiando para ser feliz y uno no tiene por qué ir al mejor sitio donde vendan helados, porque es feliz sin todo eso y puede ser también feliz con esas cosas. Ese es un estado en nosotros que se llama felicidad sin causa. Esta es una herramienta interna que tenemos que utilizar.
Mañana vamos a continuar en nuestra búsqueda hasta que sepamos lo que somos y lo que tenemos a modo de instrumentos externos e instrumentos internos para experimentar el esplendor de la vida. Muchas gracias.
Saludos fraternales de corazón a los hermanos/as que han sido reunidos aquí esta tarde. Hemos estado comprendiendo un poco la constitución humana como seres humanos. Tenemos un cuerpo visible y también una parte invisible en nosotros y alineándonos con la parte invisible nos convertimos en personas completas, capaces de manifestar luz y mejorar la vida que nos rodea. El ser humano tiene que conocerse a sí mismo por completo.
El ser humano es el morador del cuerpo aparente y tiene mente y sentidos para captar la objetividad y darle una respuesta, y tiene un cuerpo para trabajar con él. La mente, los sentidos y el cuerpo constituyen el carruaje, mientras que el hombre es el que viaja en el carruaje.
El ser humano tiene un aspecto triple: el aspecto divino, aspecto humano y aspecto animal. El aspecto animal consiste en saber lo que necesitamos. Eso lo sabemos todos; cada uno sabe lo que necesita. Lo que uno ha de conseguir también lo sabe, esta es la parte inferior del ser humano.
En el ser humano hay también una parte humana, mediante la cual es consciente de lo que tiene que hacer. Habiendo venido hasta acá, se pregunta qué tiene que hacer en beneficio de la vida que le circunda. Eso es lo que se llama vivir con valores humanos: ayudar a otros, servir a otros, ser conscientes de las necesidades de los demás y dar satisfacción o cumplimiento a las necesidades de los demás. Toda la actividad de los negocios tuvo como mira primordial al comienzo el satisfacer las necesidades de la gente. Toda la actividad doméstica está hecha también para satisfacer las necesidades de los demás a cargo de uno. Cuando dos personas deciden vivir juntas, tienen que saber qué necesita el otro y dar una respuesta. Así se construye una relación que se desarrolla. La relación se desarrolla siempre y cuando yo sepa qué necesita el otro y el otro sepa qué necesito yo. Eso se traduce en cooperación mutua y ayuda, pero si sólo sé lo que yo necesito del otro y vosotros sólo pensáis en lo que podéis obtener de mí, eso se traduce en explotación mutua y conduce a las peleas, a las resistencias.
De modo que cuando estamos más orientados hacia saber qué podemos conseguir de los demás, nos encontramos en la parte inferior del ser humano. Hemos de saber qué hemos de dar a los demás: cómo puedo ser útil a los demás y seguir haciéndolo aunque el otro no nos lo pida. Reconocer la necesidad y dar una respuesta es el lado humano del ser humano.
El ser humano tiene también un lado divino en el que un ser individual se ocupa de las necesidades de un grupo más grande: la necesidad de un estado, de una nación o de una raza en la que hay un continuo servicio, olvidándose de sí mismo.
Vivir para uno mismo no es muy diferente de vivir como un animal. Las necesidades corporales todos las conocemos, pero si conocemos las necesidades corporales de los demás, significa que hay un acto de amor reconocido en nosotros, y seguimos expresando ese amor igual que la madre hace con su hijo, dando este tipo de servicio hacia todos. Reconocer la necesidad en los demás es el lado humano del ser humano. Del estado humano ascenderemos al estado divino en el que nuestras capacidades para ayudar se multiplican y la capacidad de ayudar a la gente crece en progresión geométrica, y nuestro progreso en la luz será a través de ese auto-olvido, ese olvido de nosotros mismos que nos convertiremos en luz, que experimentaremos la luz que es la cámara divina en nosotros. La cabeza es la cámara divina en nosotros; el corazón y la garganta son las cámaras humanas en nosotros. La parte del cuerpo que está por encima del diafragma y por debajo de la garganta es la cámara humana en el ser humano, y luego, lo que hay por debajo del diafragma es el instrumento o la parte correspondiente al vehículo que se llama la parte animal. Alimentemos al animal y presidamos sobre él y así realicemos el viaje. Hemos de ser capaces de domar al animal, de domar a un caballo salvaje y cabalgarlo, de domar a un elefante y cabalgar sobre él. Hay en nosotros esa parte que es nuestro vehículo y está claro que el vehículo necesita un mantenimiento, igual que nuestros automóviles necesitan mantenimiento, nuestro cuerpo también necesita un mantenimiento. Pero el mantenimiento del automóvil no es sólo por mantenerlo, eso no es el final de todo. Mantener el vehículo es a modo de medio para conseguir mejores fines. Supongamos que cada día limpiamos el automóvil y le sacamos brillo para que el coche esté reluciente, pero después no utilizamos el vehículo para conducir, que es para lo que sirve. ¿Creéis que una persona sería sabia si simplemente aparcara su coche y todos los días fuera a echarle gasolina, a ponerle aire a las ruedas, limpiarle el polvo y sacarle brillo, pero no lo utilizara? ¿Acaso un coche tiene esa finalidad? ¿Acaso el caballo está sólo para que se le alimente y se tenga cuidado de él? Está hecho para ser utilizado para el viaje.
Del mismo modo, el ser humano en su viaje eterno adquiere un cuerpo humano y tiene que hacer uso de él apropiado para progresar con ayuda del cuerpo humano, igual que cabalgando el progreso es más rápido que cuando uno camina, y del mismo modo que viajar en automóvil nos hace viajar más deprisa. De ese modo, no debemos identificarnos con el vehículo que tenemos. La parte correspondiente al vehículo en el ser humano es la mente, los sentidos y el cuerpo. La mente sabe lo que el cuerpo necesita; los sentidos son utilizados para satisfacer las necesidades del cuerpo, y luego se le da al cuerpo lo que es necesario. Hay una ley por la que a través del tiempo el cuerpo envejece; por muy excelentemente que lo mantengamos, después de un cierto periodo de tiempo, deja de ser válido. Así que, antes de que el cuerpo decaiga, el ser humano ha de aprender la utilización apropiada del cuerpo. Ayer hablé acerca de los detalles del cuerpo y dije que el cuerpo físico está sostenido por su contrapartida etérica. Los tejidos del cuerpo físico denso están preparados como base en el Centro de Base, el Muladhara, y su contrapartida superior es la forma etérica.
Todas las formas tienen una base etérica; teniendo al éter como base se produce la formación física densa. El éter es el cuerpo físico sutil y lo que nosotros vemos es el cuerpo físico denso. El cuerpo sutil o cuerpo etérico actúa en la parte superior del Muladhara. El Muladhara inferior, que gobierna el tejido físico y su manera de regularlo, se localiza en Escorpio; el Muladhara superior se localiza en Sagitario. Eso lo digo en beneficio de aquellos que estudian astrología, porque en astrología tenemos la flecha que llega a su blanco, a su diana como símbolo. Tener una meta noble nos ayudará a elevarnos. La vida no esta sólo hecha para comer, beber, copular, dormir, etc., la vida no es sólo eso, se pueden conseguir aspiraciones nobles. Hacer dólares no es el único programa de por vida, ahorrar dólares, comprar automóviles, comprar apartamentos, comprar granjas, comprar yates, comprar aviones, ¿para quién es eso útil? No es útil ni para nosotros ni para los demás.
Cuando tenemos ya una noble aspiración, estamos ya en la parte superior del centro Muladahara. Todas las capacidades que tenemos han de ser puestas a disposición de nuestros congéneres humanos. Ese es el propósito de la vida, así se comprende mejor el Reino de Dios en la tierra. Todo lo que hagamos ha de complacer a los corazones de los seres y eso lo podemos hacer a través de cualquier actividad. Cuando, por ejemplo, ofrecemos música, la música no es simplemente algo comercial, aunque puede ser también comercial. Cuando es comercial sólo miramos a ver cuánto dinero podemos sacar de ella, pero la música es también divina, uno puede inspirar a muchos seres a través de la música, uno puede inspirarlos en la dirección correcta. Uno puede sembrar semillas de aspiración a través de la música, uno puede sanar a través de la música, uno puede tocar regiones divinas de nuestro propio ser a través de la música. Cuanto más escogida y selecta es la música, la alquimia ocurre en nosotros mucho mejor sin demasiada práctica del yoga. Cualquier cosa que hagamos en la vida, hagamos que esté asociada con alguna aspiración noble. Suponed que me dieran la tarea de limpiar el suelo de esta casa, pues yo lo limpiaría tan bien, con una dedicación tal, que la gente se sintiera contenta cuando mirase el suelo. Podemos mantener el suelo como un espejo. Cualquier cosa que hagamos, hemos de hacerla con dedicación y dedicada a la gente en cuestión. Si desarrollamos una aspiración noble en nosotros, aunque cocinemos, estaremos cocinando luz. Cocinar para uno mismo es como hacerse su propia sopa y caerse dentro de ella; si cocinamos y comemos para nosotros solos, no hemos hecho una gran cosa. Cocinemos con amor, y cocinemos con aspiración noble para que aquellos que lo coman obtengan salud. Esa es la aspiración noble mientras cocinamos.
Si yo voy a comprar ropa, cuando voy a comprar la ropa puede haber una aspiración noble para que todos aquellos que son responsables de que esta túnica haya tenido la forma que tiene, pedir que todos ellos sean protegidos por lo Divino y que todos ellos sean también bendecidos y bienaventurados, porque yo también soy protegido al llevar puesta esta túnica. Os podéis imaginar cuánta gente hay detrás de la elaboración de un vestido, por ejemplo. Para comenzar, los granjeros que preparan la elaboración y el crecimiento del algodón, y luego los tejedores que llevan el algodón y tejen el hilo, y luego los que preparan los vestidos, y luego los que lo cortan a medida y hacen que nos quede precioso. En cualquier cosa que compremos podemos bendecir a aquellos seres responsables de lo que hemos comprado. Hay un gran lado invisible para cualquier cosa visible por pequeñita que esta sea. Eso se puede ver en cualquier cosa. Cuando tenemos semejante aspiración estamos ya colocados en el sendero, eso es lo que representa Sagitario, y pensar en querer hacer bien y ayudar a nuestros congéneres humanos, servir a los seres compañeros.
El cuerpo etérico recibe las fuerzas vitales de la atmósfera y se las suministra al cuerpo físico. Así que está el cuerpo vital, que es el que suministra la fuerza vital a través del cuerpo etérico al cuerpo físico. El cuerpo vital es regulado por el Centro Sacro, y el suministro de vitalidad del cuerpo vital al cuerpo físico depende del grado de alerta del cuerpo etérico. La salud del cuerpo etérico. Es ley natural que aquellos que hacen las cosas para sí mismos, aquellos que buscan ventajas egoístas, no existe una aspiración noble en ellos. Así, poco a poco, el tejido etérico se va debilitando. Aquellos seres que son egoístas son los que desean todo para ellos mismos.
El deseo, pues, que es esencialmente divino, cuando es utilizado sin discernimiento no se le puede suministrar apropiadamente la fuerza vital al cuerpo físico, y cuando la fuerza vital no se le suministra apropiadamente al cuerpo físico, el cuerpo físico envejece más rápidamente porque no lo estamos utilizando con el propósito debido, que se nos ha dado; por eso contacta enfermedades y envejece más rápidamente, y entonces la enfermedad, el envejecimiento y la muerte se convierten en factores normales. Si uno tiene aspiraciones nobles, aunque su cuerpo tenga ciertos defectos congénitos, las enfermedades se detienen y se le suministra a uno la fuerza vital para que cumpla con el propósito de su vida. Por eso, para aquellas personas que trabajan por el bienestar de una comunidad grande, hasta que no cumplen con su misión, su cuerpo no les será un obstáculo. Las enfermedades que pueda tener su cuerpo no se manifiestan como obstáculo. Esa es una Ley superior y es que cuando uno se ha entregado a sí mismo a una causa noble, incluso hasta los defectos inherentes, hereditarios en el cuerpo humano se detienen y así el trabajo prosigue. Una vez terminado el trabajo, el cuerpo, entonces, sí, deja paso al envejecimiento. Por eso hay necesidad de reemplazar el deseo con la aspiración noble.
El cuerpo etérico, al ser un cuerpo sutil, es un transmisor de luz al cuerpo físico, no sólo le suministra vida, sino que también le suministra luz, y puede quedar afectado no sólo por deseos egoístas, sino por pensamientos negativos. De modo que, pensamientos y deseos, siempre y cuando no estén en sintonía con las Leyes de la Naturaleza, destruyen el tejido etérico; pero si los deseos y pensamientos están en sintonía con la Ley del servicio, el cuerpo etérico llega a sobrevivir al cuerpo físico. Esa es la belleza.
El cuerpo físico depende del cuerpo etérico. Antes de que el cuerpo físico envejezca, si el cuerpo etérico envejece, la muerte será segura; pero si se mantiene bien al cuerpo etérico, aunque uno pierda el cuerpo físico, seguirá estando en el cuerpo etérico y tendrá continuidad de consciencia. Eso es lo que están intentando ahora los científicos de la espiritualidad. La espiritualidad es también una ciencia, es tanto una ciencia como un arte y nunca es una superstición y una creencia. La creencia y la superstición son para aquellos que no quieren saber lo que son. Si uno lo sabe y trabaja conscientemente, puede sobrevivir con su cuerpo etérico incluso aunque el cuerpo físico se haya ido, porque la materia sutil no está sometida a la muerte y uno sigue teniendo la memoria y la consciencia de lo que uno ha sido y es durante muchas encarnaciones. Por eso hay gente que sabe incluso de sus vidas pasadas, qué es lo que ha estado haciendo, y cuando vuelven a retomar un cuerpo físico, siguen adelante con el trabajo que dejaron pendiente en la otra vida; del mismo modo que hoy hemos continuado enseñando a partir de donde terminamos ayer. Pero si el cuerpo etérico no sobrevive a la muerte del cuerpo físico, nos olvidamos del trabajo anterior. Si nos olvidáramos de lo que hicimos ayer, volveríamos a hacer la misma cosa hoy y también mañana y así el día de pasado mañana, porque nos hemos olvidado por completo de lo que hemos hecho. Para los olvidadizos no hay progreso. Por eso, el Veda, la sabiduría dice: “La muerte es el olvido”. Si uno muere con respecto a aquello que aprendió ayer, tiene que comenzar, pues, de nuevo, para volver a olvidarse de nuevo y olvidarse una vez más. Eso es como la rana en el pozo que está intentando salir del pozo y salta dos pies y luego duerme durante el resto del día, y cuando duerme va resbalando y se cae a tres pies. Cuando se despierta se da cuenta de que está un pie más baja que el día anterior. ¿Cuándo saldrá, pues, del pozo? A menos que tengamos continuidad de consciencia, no es posible progresar. Los grandes Iniciados son aquellos que han sido capaces de llevar a cabo esa continuidad de consciencia.
La Era de Acuario, como llamamos a la era actual, ofrece oportunidades de conseguir esa continuidad de consciencia; con este propósito la importancia del cuerpo etérico ha de ser cada vez más conocida por la gente, y la importancia de mantener el cuerpo etérico intacto mediante una alimentación apropiada, mediante una manera de desear apropiada, mediante un pensamiento apropiado. Cosas que explicamos ayer, cosas que han de ser observadas por completo. Tomar mucha luz de sol, tomar mucho aire fresco, beber mucha agua fresca y tener también pensamientos de bienestar y positivos. Mantener los deseos personales bajo mínimos y mantener la pureza del alimento que ingerimos. Todas esas son cosas a través de las cuales se puede mantener intacto el tejido etérico. Y recordemos que el color del tejido etérico es amarillo dorado, como luz dorada, y al color del cuerpo físico se le llama luz oscura; es una paradoja decir luz oscura, ¿verdad? Pero se le dice oscura porque es la luz velada por la materia densa. La materia densa recubre a la luz, por eso se dice que es violeta. El cuerpo etérico es dorado, cuando ascendamos más en nuestra charla encontraremos también el cuerpo de luz radiante. Estos son los tres cuerpos a través de los cuales trabajan los grandes Iniciados: el cuerpo de luz radiante, de diamante; el cuerpo de luz dorada y el cuerpo físico. Los Iniciados se aparecen a los demás en sus sueños o en sus meditaciones con color blanco o con túnicas o vestimentas blancas o de color dorado. Ellos utilizan conscientemente su cuerpo de luz dorada o su cuerpo de luz de diamante.
Aquellos de entre vosotros que hayáis podido leer los libros del Maestro Djwhal Khul comprobaréis que el Maestro dice: “Trabajo con tres cuerpos a tres niveles diferentes en tres lugares diferentes”. Él dice que trabaja paralelamente y al mismo tiempo con los tres cuerpos. Nosotros, como no sabemos que tenemos las otras dos posibilidades, creemos que tiene tres cuerpos físicos en tres lugares diferentes. De modo que, para comenzar, comenzamos entendiendo que hay un tejido etérico que es la base del cuerpo físico y que se ha de mantener en buen estado porque se puede destruir si no sabemos cómo desear. El deseo, siempre que tengamos la ignorancia relativa a ese deseo, desarrollamos en nosotros una materia gris que será un obstáculo para el cuerpo etérico. A todos los deseos se les llama materia gris.
Cuando uno está descendiendo a tres mil pies de altitud y está aterrizando en un avión, uno puede ver que está aterrizando a partir del azul claro e introduciéndose en una materia gris antes de tocar tierra. Pues esa es la materia gris que también tiene el planeta, a la que los seres del planeta también contribuyen, esa es nuestra bella contribución al planeta. Aquí, en este caso, bella significa fea. La tierra misma tiene su materia gris, pero nosotros contribuimos a ella, es como la niebla densa y gris que no nos permite ver claramente.
Así que, mientras estemos viviendo en deseos, estaremos viviendo en la materia gris, y si bien esta ciencia no se explica, casi todas las teologías que existen en el mundo nos aconsejan mantener los deseos a su mínimo. ¿Sabéis? Hace dos mil años la ciencia de la espiritualidad y la ciencia del alma se conocían científicamente, más tarde vinieron religiones agresivas que se basaban en la fe y la superstición y esas religiones no contienen para nada ciencia en ellas, imponen una creencia e instalan la superstición y exigen seguidores ciegos, pero no gente que se pregunta. Esas religiones no querían que hubiera pensadores originales, querían seguidores ciegos que siguieran y obedecieran como ovejas, sin saber adónde van, sin saber por qué están haciendo las cosas. Mucha gente no sabe por qué le reza a Dios, cree que le reza a Dios para tener su pan cotidiano, ese es un aspecto muy insignificante de la plegaria, conseguir el pan de cada día no es una gran cosa. Todo animal consigue su alimento, toda planta del planeta consigue su alimento. Tanto si les alimentamos como si no, desde el reino vegetal al reino animal y al reino humano sobreviven sin nuestra ayuda. Imaginaos que la persona más rica de los Estados Unidos quisiera dar todo lo que tiene, y nosotros vamos y le pedimos un centavo nada más, ni siquiera un dólar.
Lo Divino es tan benevolente que es la base del sistema cósmico, solar y del sistema planetario, así como de nuestro planeta, de nuestro ser. Aquello que es la base de todo lo que existe, ¿cuál es la oración que hemos de dirigirle a ese ser? “Permíteme que esté contigo y condesciende a estar conmigo. Está, pues, conmigo y permíteme que yo esté contigo, si tú estas conmigo, yo estoy contigo. Es decir, al estar tú conmigo yo estoy contigo”. Es suficiente con eso. Si uno está con el rey, uno recibe en el reino los mismos honores que recibe el rey, pero hemos de saber cómo acercarnos al rey. El acercamiento al rey, llamado lo Divino, en sus estadios iniciales nos transmite la ciencia de restaurar el tejido etérico. Los Maestros de Sabiduría han visualizado que de aquí (2001) a 200 años el cuerpo etérico va a ser una realidad en la comprensión de los seres humanos, y la ciencia hará mucho por establecer y dejar clara esta realidad.
Está la ciencia que nosotros conocemos, que llamamos como tal, y la ciencia de la espiritualidad. A medida que la ciencia progresa cada vez más, llegará a confirmar la sabiduría universal que ya existe. Cada vez que hay un nuevo invento científico está confirmando una afirmación que se encuentra en los Vedas, porque los Vedas son universales, no se pueden limitar ni siquiera a nuestro planeta ni a nuestro sistema solar y mucho menos se pueden limitar a la sola humanidad. Los Vedas tienen que ver o se ocupan de la ciencia del cosmos y de la ciencia del hombre. De modo que ciencia y teología se encontrarán. Si queremos saber esto, podemos leer Isis sin Velo, escrito por Madame Blavatsky. Como ciencia y teología se van a ir encontrando, y por teología entiendo ese tipo de teología que conoce la potencia del número, esa teología que conoce la vibración del sonido y esa teología que conoce la velocidad del color y esa teología que conoce la importancia de los símbolos y esa teología que conoce las periodicidades de la creación: los ciclos del tiempo. Esa teología que hace una exposición científica de esos cinco aspectos. Vuelvo a repetir: la potencia del número, la vibración del sonido, la velocidad del color, la energía del símbolo, las características del tiempo y sus ciclos. La ciencia irá confirmando cada vez más y más ese tipo de teología y acabará con las teologías de fe ciega y superstición. Ese es el futuro. Así que ya es más que hora de que comencemos a conocernos a nosotros mismos.
La ciencia del yoga, los ocho pasos del yoga nos revelan la constitución interna del ser humano, mediante ello comprenderemos que hay un cuerpo vital del cual el cuerpo etérico es una parte y que el cuerpo etérico puede quedar destruido mediante un materialismo excesivo. Recordemos y tengamos bien presente que el materialismo es también algo divino, porque en la creación no hay nada que no sea divino, pero sólo cuando es excesivo produce un desequilibrio. Como dije ayer, incluso el alimento nutritivo tomado en exceso puede convertirse en veneno.
De modo que, cuando se trata del cuerpo etérico, hemos de aprender a trabajar con el deseo. El deseo está relacionado, por lo general, con cosas del mundo objetivo: el deseo de dinero, el deseo de propiedades, el deseo de tener a gente. Estos deseos desarrollarán un cuerpo que no tenemos, naturalmente, y que se llama cuerpo emocional. Veamos, el cuerpo de deseos es natural, pero el excesivo deseo hace que crezca la materia gris; si no tuviéramos cuerpo de deseos, no podríamos desear ni siquiera aprender la sabiduría; si no existiera el deseo, ¿dónde estaría el deseo de sabiduría? Si no existiera el deseo, ¿dónde estaría el deseo por lo Divino? Si no existiera el deseo, ¿dónde estaría el deseo de conocimiento? Por eso he escrito en la pizarra, al final de la charla de ayer, que el deseo es divino y que la emoción es diabólica.
Las antiguas escrituras hindúes no condenan nunca el deseo. Si uno no tiene deseo, tampoco tiene deseo de comer, tampoco tiene deseo de ver y no tiene tampoco deseo de escuchar, ni tiene deseo de sabiduría, ni tiene deseo de autorrealización, ni deseo de progresar. Por eso el deseo es divino.
La excesiva utilización de ese principio del deseo es lo que causará un hincharse, un inflarse del cuerpo de deseos y llegará a afectar al cuerpo etérico. Por eso se tiene que dar la necesidad de entender lo apropiado de los deseos.
Ahora vamos a llegar al cuerpo mental. Como esto es una enseñanza, siempre hay repeticiones. La enseñanza es algo que consiste en que entiendan lo que se dice todos y cada uno. Dar una conferencia es simplemente soltar todo lo que uno tiene que decir sin preocuparse de si los que están escuchando lo entienden o no. Si yo simplemente compartiera la información que tengo sin preocuparme de si habéis entendido o no, eso sería una conferencia. La enseñanza es algo que consiste en que un estudiante medio comprenda y asimile todo lo que se ha dicho.
De momento y hasta ahora hemos comprendido que tenemos un cuerpo físico que está sostenido por un cuerpo etérico, y que ese cuerpo etérico está sostenido a su vez por un cuerpo vital, y que entremedias tenemos también un cuerpo de deseos que tiene como finalidad pensar en el bienestar de los seres, pero que si no se utiliza apropiadamente, puede destruir estos tres cuerpos mencionados: el vital, el etérico y el físico. Ese es el poder negativo del excesivo deseo, y otro nombre que se da al excesivo cuerpo de deseos es cuerpo emocional. ¿Sabéis? Cuando tenemos excesivos deseos y cuando esos deseos no alcanzan su satisfacción o plenitud, nos enojamos. El enojo viene cuando lo que deseamos no se consigue, no se logra. El ejemplo más sencillo es: yo tengo hambre y no me dan de comer, eso es suficiente para que una persona se enoje; cuando se niega el deseo, uno se enfada; hay enfado, hay odio. Hay gente que dice así, con énfasis: “Te odio”, ¿por qué? Sólo porque no se me ha dado de comer a la hora precisa en que toca la comida. Entonces, cuando se le da de comer a uno y la comida no está muy gustosa, uno va y rompe el plato. Del enojo al odio, del odio a la irritación. Supongamos que un deseo fuera continuamente satisfecho, simplemente se me da como pauta, sin tener que preguntarlo yo. Suponed que mi esposa me sirve con toda su atención y sin siquiera que yo le pregunte, ella satisface todo lo que yo necesito en abundancia. ¿Sabéis lo que ocurre? Que entonces me entra la soberbia, aquellos que son excesivamente servidos se vuelven orgullosos. La única solución es cortar el servicio con unas tijeras, es como pinchar la burbuja, se deshincha. Todas estas cosas provienen del deseo, son las cualidades negativas que desarrolla el cuerpo emocional y matan el tejido etérico; por eso hemos tener una conducta que no interfiera con el tejido etérico.
Con esto hemos descrito una parte del vehículo, que es el aspecto físico en relación al Centro de Base; el aspecto etérico relacionado con la parte superior del Centro de Base; el aspecto vital relacionado con el Centro Sacro. Y ahora, el plexo solar que tiene que ver o está en relación con la mente del cuerpo. El cuerpo tiene una mente, por eso nos dice lo que necesita el cuerpo. Este tipo de mente también la tienen los animales: de modo que la mente del cuerpo también es divina porque nos dice lo que necesita el cuerpo. Si la mente no nos dijera lo que necesita el cuerpo, no responderíamos a las necesidades del cuerpo. De modo que el cuerpo mental nos recuerda las necesidades corporales. De lo que necesitamos nos informa de manera general la mente del cuerpo, pero lo que necesitan los demás nos lo informa otra mente, que se llama la mente superior. Todos sabemos, en general, lo que necesitamos y eso es lo que he dicho antes, que los animales también lo saben. ¿Por qué los animales van por el bosque a buscar su alimento? Cuando logran conseguir el alimento para el día, descansan. Cuando vuelven a tener hambre, otra vez se ponen a buscar alimento, y cuando han comido, están satisfechos.
Del mismo modo, un tipo de mente así está en nosotros; por eso sabemos que necesitamos café por la mañana o los que tienen una costumbre sana necesitan un zumo de frutas o si uno sigue la naturopatía, uno sabe que necesita un vaso de agua. Esto nos lo recuerda la mente del cuerpo, y luego, el desayuno, el almuerzo, la ropa…etc. Adónde tenemos que ir para disfrutar, a quién tenemos que ver, qué tenemos que escuchar para hacernos felices a nosotros mismos. Por eso los cinco sentidos, que son los lugartenientes de la mente, le sirven a la mente y la mente continúa sirviendo al cuerpo. Esa mente existe en nosotros, esa mente exige de todas partes, le exige a la gente lo que necesita, reexige a los ángeles lo que necesita e incluso le exige a lo Divino lo que necesita. Ese es el tipo de mente que le pide a lo Divino que la autosatisfaga a ella. Esa mente es consciente del cuerpo, no sabe ni conoce nada más. Esa mente, pues, se encuentra en el Plexo Solar y su elemento es el fuego. El elemento del Centro Sacro es el agua. La fuerza vital actuando a través de las corrientes sanguíneas. La materia sólida física densa es el elemento del Centro de Base. Entonces, ahora llegamos ya por encima del diafragma en donde el ser humano tiene que ser despertado. Si hoy en día hay tanto conflicto como hay en el planeta, en la humanidad, con el terrorismo y los asesinatos bestiales entre unos y otros, poniendo al frente las teorías de uno a costa de los demás. El capitalismo intentando ser como es, agresivo; el comunismo intentando ser como es, resistente; el socialismo intentando sobrevivir. Todo el mundo tiene su propio “ismo”, por así decirlo. Yo quiero que mi “ismo”, entre comillas, progrese y por eso hay terrible conflicto en la humanidad. Yo quiero que todas las mujeres del planeta lleven por vestido solamente saris porque en mi región todas las mujeres llevan saris. Este modo de pensar proviene del Plexo Solar, y consiste en que lo que yo creo es la cosa correcta y que lo que yo como es la única cosa correcta. Cualquier cosa que yo haga es lo correcto y todo lo que hacen los demás está equivocado. Esas son tipo de personas que deciden lo que para ellos está bien por todos.
5) Si desarrollamos esa capacidad de ver qué es lo mejor para todos, estamos entrando dentro de lo que se llama el humanismo. La gente que se alimenta sólo a base de trigo cree que otras personas que comen arroz están equivocadas. La gente que come arroz, por lo general, cree o piensa que los que comen trigo están equivocados, y se ríen unos de otros, diciendo: “Pobrecitos, sólo comen arroz”, y los otros también se ríen y dicen: “Pobrecitos, solamente comen trigo”. ¡Qué de necios es eso! Así también uno se ríe de lo Divino. Hay mil maneras de comunicarse con Dios, pero mucha gente dice o cree: como yo lo hago es la manera correcta de hacerlo y los demás son pecadores, todos están condenados por mi dios, condenados al precipicio más profundo y sin fondo. Dios o lo Divino es todo compasión, y en su diccionario no existe la palabra condena. Por un lado decimos: Mi dios es todo compasión y condenará al infierno a todos aquellos que no lo adoren. ¿Cómo puede ser eso posible? ¿Cómo puede un ser todo compasivo condenar? Así también, la necedad seguirá existiendo siempre y cuando sigamos existiendo en el Plexo Solar. Eso es como la gente que dice: mi ventana es la única ventana por la que se puede ver el sol. El otro también ve el sol desde su ventana, pero yo no estoy de acuerdo: no, eso no puede ser, el sol sólo se puede ver desde mi ventana; ven a mi casa y mira por mi ventana y verás el sol, no hay otra manera de verlo. Ese es el tipo de inteligencia que esta humanidad de ahora lleva teniendo desde hace 2.000 años. Uno no puede decir que seamos verdaderamente gente sabia, y porque decimos que nuestra ventana nos deja ver el sol y yo no estoy de acuerdo con eso, me aseguraré además de que tu ventana quede destruida. Esa es la destrucción mutua que está teniendo lugar hoy día en el planeta en nombre de la religión. ¿Puede haber una ignorancia más profunda que esta? Así, la gente vive en sus puntos de vista, muy firmemente metidos en ellos y no permiten ningún otro. Dios, el Señor, es un Dios celoso que no tolera a ninguno más, si Dios es un ser celoso, no lo queremos porque nosotros somos tan celosos como él.
De modo que todos estos puntos de vista, estas diferencias, estos desacuerdos, estas discordias que nos llevan a herirnos mutuamente, que nos llevan a matarnos mutuamente, que nos llevan a destruirnos mutuamente, se deben a que tenemos un pensamiento muy estrecho, muy angosto. Por eso se dice que la mente del cuerpo es estrecha, muy angosta, demasiado pequeña, uno no puede ver verdaderamente nada con ella, y esta mente tiene que ser ayudada y complementada por la mente superior. Aquí, en la mente del cuerpo, el fuego está en funcionamiento, por eso hay mucho sentido de quemazón. Individualmente, todas las personas estamos en fuego por dentro, ardiendo, y ese ardor por dentro es debido a nuestra manera de pensar que no es aceptada por otros. Cuando hay dos personas en la misma casa que no piensan de la misma manera, hay peleas, hay ardor, hay quemazón y el consiguiente fuego interior. Por eso hay una afirmación que dice: “Si somos tres, somos ya multitud”. Es como estar en una multitud cuando hay tres personas en la misma casa, porque dos no están de acuerdo, y si tres están en desacuerdo, ¡imaginaos! Habremos invitado al infierno a nuestra casa. Pero si comprendemos que hay tres maneras diferentes de pensar y respetamos la manera de pensar de cada uno, podemos coexistir. Veis, no todas las lenguas tienen el mismo gusto, si hay tres lenguas en casa, hay diferentes gustos. ¿Acaso no cocina una madre para darle gusto a las tres lenguas? Si a mi marido le gusta esto, yo le cocino esto; si a mi hijo le gusta esto, pues yo lo cocino; si a mí me gusta esto, pues yo también lo cocino. Así se ocupa uno del gusto de todos. Esta manera de pensar le coloca a uno por encima del diafragma, ahí es donde tenemos el alivio del aire fresco que entra en nosotros. Por eso tenemos al Centro del Corazón y al aire que están conectados. Por fin recibimos un poco de alivio.
La gente que vive en estos apartamentos, suponed que se pusieran a pelear en estos apartamentos unos con otros, salieran afuera y respiraran aire fresco en la playa para poder volver de nuevo y luchar una vez más. Veis, la frescura del aire le da un alivio al ser. ¿Acaso no buscamos el aire fresco de la playa, acaso no buscamos el aire fresco de los bosques, acaso no buscamos el aire fresco de los montes y las colinas y la suavizante brisa de un río que calma con su corriente? Porque el alma está anhelando algo fresco. Por eso el Señor dice: “Entre las cosas que más refrescan en la Creación, yo soy el aire”. Así habla el Señor en el Bhagavad Gita.
El aire refrescante nos refresca por completo, y el aire funciona en la constitución humana a través del Centro del Corazón, por eso la respiración es la urgencia del ser por recibir aire fresco en su interior. Esa respiración tiene su base en la pulsación y a esa pulsación se le llama el principio del corazón, principio que actúa a través del órgano físico del corazón.
Así llegamos al cuarto elemento, que llamamos el aire, en donde comenzamos a aprender a aceptar el punto de vista de los demás. La coexistencia es posible si aprendemos a respetar el punto de vista de los otros. Dos personas diagonalmente opuestas pueden vivir juntas y ser con el tiempo complementarias entre sí. Si yo no impongo mi dogma en la casa y los demás no imponen su dogma sobre mí, la casa estará llena de aire fresco. Esa es la belleza de la coexistencia: “Yo me gobierno a mí mismo y dejo que los demás se gobiernen a sí mismos”. El instinto por gobernar a los demás es un instinto animal. Recordemos esto, hagamos el favor de recordar esto. Nuestro problema consiste en que queremos imponer nuestras opiniones sobre los demás, hacer que se dobleguen y que sigan lo que nosotros decimos. Eso no funciona, la cosa funciona cuando uno comienza a aceptar el punto de vista del otro. Si yo acepto el punto de vista de mi mujer, ella también va a aceptar mi punto de vista. Si somos buenos seguidores, seremos los líderes. Cuando aceptamos el punto de vista de los demás, ellos instintivamente también sienten aceptar nuestro punto de vista.
Si vengo con un fuerte impulso de mi oficina, pensando: “Por la tarde vamos a ir a un restaurante de la playa, comeremos allí y respiraremos el aire puro, fresco”, puede que mi mujer venga a casa con otra idea de ir a ver una película. Ella también tiene su propio modo de pensar, o puede que diga: “Vamos a ir a un templo”. Así que, al llegar a casa y haber expresado cada uno la idea que tiene, seamos nosotros los primeros en aceptar el punto de vista, la idea del otro, y digamos: “Bueno, de acuerdo, esta semana vamos a ir al templo y la semana que viene podemos ir a la playa”. Este modo de aceptación y de respeto por el punto de vista del otro nos llevará a un acto de buena voluntad, y cuando hacemos un acto de buena voluntad, ello causa un recordatorio en el corazón del otro ser. Es recordado aquí, en el corazón y uno se dice: “De acuerdo, ella respeta mi opinión y viene conmigo al templo, así que la próxima vez le voy a proponer que vayamos a ese restaurante de la playa que ella decía”. Eso por lo general funciona, si bien puede haber excepciones, pero las excepciones siempre confirman la regla. Por eso, hay una manera de seguir para liderar: “Para ganar, soltar”. Cuanto más aprende uno a dar, más empieza a ganar. Cuanto más otorga uno, ganará otra cosa. ¿Acaso Jesucristo no cedió? En todo, él no discutió, él sabía que con otorgar iba a conquistar todo el planeta. Hay dimensiones más elevadas de comprensión. Si hay decepción, que uno sea el decepcionado, pero no el que le hace al otro decepcionarse. Todas estas afirmaciones se comprenden a partir del Centro Superior del Corazón, y ahí es donde los puntos de vista poco a poco cederán y uno aprende a incluir más que a excluir. La exclusión es la magia de la mente inferior, la inclusión es la magia de la mente superior.
Cuando comenzamos a incluir puntos de vista de los demás y estamos dispuestos a cooperar, entramos en las áreas humanas de nuestro ser y ahí es donde estamos en aire fresco y nuestra medida de luz es mayor. Entonces recibimos sobre todo pensamientos de buena voluntad: ¿Qué debo hacer? Y no qué tengo que conseguir, qué debo hacer en beneficio de los demás. Al levantarnos por la mañana no recibimos el pensamiento de: ¿Qué me va a ofrecer este día que amanece? No busquemos que el día nos ofrezca nada. Tomemos el día como una oportunidad para ver qué le podemos ofrecer a él. Ese es el trabajo duro, este tipo de orientación comenzará a inspirarnos y entonces entramos en contacto con las enseñanzas inspiradoras y también entraremos en contacto con seres inspirados y nuestras inspiraciones encontrarán una clave para manifestarse. Si alguien está aspirando a una causa noble, hay un arreglo en la naturaleza y es que dependiendo de la fuerza de la aspiración noble, con la misma intensidad eso atrae o llama la atención de un ser inspirado. Tan fuerte como sea la aspiración de uno, en la misma medida recibe el contacto de un ser inspirado.
Así que, cuando uno comienza el día con la idea de ofrecer algo de su parte a ese día, de ofrecerse uno mismo a la gente, nos va mejor y seguimos viviendo en el corazón. Eso nos permitirá recibir una mayor medida de luz, una mayor medida de armonía. Ahí es donde estamos empezando ya a entrar en el ser interior. Ayer os hablé de las herramientas internas y de las herramientas externas. Las herramientas externas son: la mente del cuerpo, los sentidos y el cuerpo físico. Las herramientas internas son: la mente superior, que en sánscrito se llama Buddhi. Sabéis, el plano búddhico es el plano de luz. Hay una cierta luz que empieza a desplegarse en nosotros, el corazón se despliega, se abre. El león en nosotros sale de la gruta del corazón, el león es un símbolo de nobleza y de ser directo, así como un símbolo de protección, un símbolo de amor, un símbolo de dignidad. Así sólo le preocupa a uno cómo gobernarse a sí mismo en beneficio de los demás, a uno no le importa regir a nadie. Eso es lo que se llama autocracia, cosa que los sabios de todos los tiempos visualizaron. La democracia es un resultado de esto, dejemos que la gente se gobierne a sí misma, ¿para qué necesitamos a los reyes? ¿Por qué tiene que haber un solo individuo que gobierne a un millón? Necesitamos a los reyes o a los gobernantes que nos gobiernen cuando no sabemos cómo gobernarnos nosotros solos. Que las monarquías hayan sido desplazadas por la democracia representa una evolución en el pensamiento humano, pero luego, sin embargo, en vez de reyes hemos colocado presidentes y primeros ministros que hacen la misma cosa. ¿Por qué? Porque todavía no sabemos cómo gobernarnos a nosotros mismos, necesitamos que alguien nos gobierne. De modo que aprender a gobernarse uno mismo es la disciplina fundamental en el reino humano. De los animales hay alguien que se ocupa, que tiene cuidado.
Cuando los seres humanos son conscientes de sí mismos, que pueden pensar por sí mismos, que pueden gobernarse a sí mismos…, hasta la fecha, sin embargo, no lo hemos aprendido, y por eso se ha hecho un desplazamiento ilusorio mandando lejos a los reyes.
Entre trescientos a cuatrocientos años antes de Jesucristo había pensadores en Grecia que promovieron estas mismas ideas: La República de Platón, las teorías de Sócrates, la filosofía de Demócrito, lo que se llama hoy día democracia. Imaginaos que 500 años antes de Jesucristo había ya una manera de pensar así, como la de hoy en Grecia, pues toda esa manera de pensar hoy día se ha ido por el desagüe. Grecia fue conquistada por la gente emocional y la sabiduría de Grecia fue enterrada. La cumbre de Grecia se dio 500 años antes de Jesucristo. Y luego, 3.000 años antes de Cristo hubo un rey en India que expuso la misma idea, la dio a la gente y la demostró él mismo en su vida.
Demócrito, Sócrates y Platón no eran reyes ni gobernantes, sino que solamente abogaban por la democracia, cosa que era tomada como un ataque por los reyes. Así que todos ellos fueron o intentaron ser sistemáticamente asesinados; incluso a Pitágoras lo asesinaron también porque daba demasiada sabiduría. Pitágoras le negaba la sabiduría a la gente de poder que era corrupta, su sabiduría era considerada como muy mágica, pero él no se la daba a la gente corrupta, así que tuvieron que quemarlo. La historia humana está llena de cosas de estas, pero como ellos no eran reyes no podían implementar, realizar las cosas.
2.500 años antes de estos pensadores, como digo, había un rey en India que se llamaba Vasudeva, el padre de Krishna el Señor. Vasudeva era tan avanzado en su ser que, cuando le nombraron rey, él encontró que no había dignidad en gobernar. Es innoble gobernar a otros seres humanos compañeros como si fueran seres inferiores. Todo ser humano es igual al otro, démosle el conocimiento para que se autogobierne. Por qué debería yo, se decía, gobernar a todos estos compañeros y hermanos míos y paisanos. Yo no quiero este trono que me toca, que este trono lo tome cualquiera que quiera, yo quiero llegar hasta la gente, yo quiero vivir con las comunidades, yo quiero compartir el conocimiento y la sabiduría que tengo con ellas y darles un modo de vida armonioso y preparar y construir comunidades autosuficientes y que se valgan por sí solas. Daos cuenta de la nobleza de ese pensamiento, y un rey además que hace eso. Él fue el que creó pueblos, aldeas y comunidades autosuficientes, incluso hoy, al cabo de 5.000 años, porque 2.500 años antes de Sócrates significa que han pasado 5.000 años hasta ahora, porque ya han pasado 2.000 años desde que Jesucristo existió como tal, y esos pensadores de Grecia mencionados vivieron 500 años antes de Jesucristo, así que 2.500 años ya. Y este rey, Vasudeva, vivió 2.500 años antes que estos pensadores griegos y preparó comunidades, pueblos autosuficientes y que se valían por sí mismos y que intercambiaban lo que tenían con otras comunidades. Así que fue más aplaudido como un gran ser porque vieron en él al más querido de los amigos y a un ser divino. Era la divinidad que estaba en proximidad total con la gente, la gente estaba llena de alegría. Imaginaos que un rey viene y se pone a vivir con nosotros y se ocupa de todos los detalles de nuestra vida y mejora todas nuestras condiciones de vida y nos da también la sabiduría de la divinidad y ese es nada más y nada menos que el padre de Krishna el Señor, que hasta incluso hoy día en India ha permanecido como un ejemplo único, digo ejemplo único porque no hay un ejemplo paralelo. Hoy día la fuerza de India está en sus pueblos y hasta la fecha la fuerza de India son sus pueblos y todo esto se debe al pensar desde el corazón. A esto se lo llama manera de pensar leonina.
Si uno es gobernado por la individualidad de Leo, se vuelve orgulloso y quiere gobernar, y la palabra de uno quiere prevalecer en sus alrededores; pero cuando hemos superado nuestra individualidad y hemos dejado de lado las cosas placenteras y bonitas de nuestra personalidad, entonces dejamos que los demás se gobiernen a sí mismos. Nosotros nos preocupamos de gobernarnos a nosotros mismos. A estas comunidades en India se les llama Vrindavans, y este es el concepto que ahora está intentando copiar esa comunidad que se llama La Consciencia de Hare Krishna, que consiste en tener tierra para cultivar, vacas y otros animales y vivir de la tierra y del ganado, ensalzando y alabando al Señor y vivir en agradecimiento por la plenitud de Dios.
Entonces, todos los miembros de los Vrindavans hacen su trabajo y entran en comunión con el trabajo y fuera del trabajo. Este fue el mismo concepto que se llevó consigo Pitágoras cuando vino a India a estudiar, y luego estableció comunidades pitagóricas, y es el mismo pensamiento que fue tomado por los pensadores de la comunidad judía y comenzaron a crear los kibutz. Y es el mismo concepto que fue reintroducido por el Maestro Djwhal Khul con el nombre de El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Nosotros hemos de aprender a vivir como grupo, los grupos se forman para aprender a vivir juntos, no para luchar, no para demostrar nuestra discordia o nuestro desacuerdo, no para romper, no para intentar dominarse unos a otros. Eso significará tanto como la desacralización del noble concepto de grupo.
Así que aprender a ser un grupo, a vivir en una sola consciencia tiene que ver con el corazón y eso comenzará a iluminar otro cuerpo en nosotros que se llama cuerpo causal, y cuando el cuerpo causal está siendo construido mediante ese proceso de autogobierno y libertad para los demás, y mediante el proceso de inclusión, nuestra comprensión y nuestro entendimiento se ensanchan y salimos de esa mente angosta y estamos en una mente más amplia y nuestra mente acomodará a tantos como nos sea posible. Cuando estamos en ese tipo de mente, sentimos que somos un fracaso si excluimos a alguien. Todos están incluidos y poco a poco la sabiduría amanece, el gusto por la sabiduría llega, lo que aumentará nuestra comprensión y eso nos dará otras herramientas más para trabajar con la sabiduría, y la luz crece y el cuerpo causal crece. Así, el triángulo interior rompe las limitaciones de la mente estrecha y su cuerpo, crece más allá de la consciencia del cuerpo. Esa es la manera en que las herramientas internas ganan superioridad sobre las herramientas externas. De ese modo se produce la formación del doble triángulo en el que tenemos un triángulo con el vértice hacia arriba sobrepasando a otro triángulo con el vértice hacia abajo, y es un triángulo de luz que se llama El Templo de Salomón. Todos nosotros tenemos que construir El Templo de Salomón en nuestro interior.
La construcción del Cuerpo Causal para incluir a tantos como nos sea posible, para servir a tantos como nos sea posible, para ser útiles a tantos como nos sea posible es el resultado del establecimiento del Templo de Salomón. El Templo de Salomón tiene un aspecto simbólico, están las sílabas originales: SOL, OM, OM. Los secretos de estos sonidos SOL, OM, OM, eran conocidos por los celtas.
Vamos a concluir la enseñanza por hoy habiendo llegado al Templo de Salomón, que es una posibilidad que existe para cada uno de nosotros. El Templo de Salomón está ahora escondido y latente en nosotros y tiene que ser construido.
La destrucción del templo es simbólica de la destrucción del templo interior de la humanidad, tenemos que reconstruirlo.
Cuando Jesucristo fue insultado por las autoridades del templo, él declaró una profecía diciendo: “Setenta años después de que yo me vaya, ¡Oh, tú, Jerusalén! Tú serás destruida porque has insultado a la Divinidad dentro del Templo”. Es una profecía relativa al tiempo. Jesucristo sabía el materialismo tan rasero, tan bajo que iba a predominar.
6) En los Vedas a este Templo se le llama Cuerpo Causal, siendo el nombre sánscrito Karana sarira, que es un cuerpo en nosotros. Este es el cuerpo de diamante cuando crece en su punto óptimo, eso es lo que tenemos que construir para permitir que el trabajo de Dios ocurra, porque Dios hace el trabajo, hace las cosas a través del templo. Entonces, si nosotros construimos el templo dentro de nosotros, Dios actúa a través de nosotros. Esa es la belleza de construir un templo, y por esa razón tenemos que visitar los lugares sagrados como los templos. El templo existe en todo Centro del Corazón, tenemos que abrir las puertas del templo mediante una comprensión correcta y una conducta correcta, entonces entraremos al templo, y luego, hagamos servicio en el templo.
Así que trabajamos para el templo, trabajamos para la Divinidad del templo y nos vamos acercando a la Divinidad del templo hasta que lleguemos a tener identidad completa con esa Divinidad del templo.
Saludos fraternales de corazón a los hermanos/as que están reunidos aquí esta tarde. Hemos estado intentando comprender la constitución del ser humano y, esencialmente, en el primer día hablé acerca del ser interno y del ser externo. El ser interno, que es el morador, y el ser externo, que es el vehículo. Expliqué que la mente, los sentidos y el cuerpo son las herramientas externas; y dije también que hay herramientas internas, como la mente superior, que nace en forma de discernimiento y llega a desarrollarse y a estar de acuerdo con los puntos de vista de los demás. Y vimos como se desarrollaba aún más llegando a ver las necesidades de los demás en preferencia a las necesidades de uno y llegando a dar cumplimiento a las necesidades y al bienestar de los demás más que a las nuestras, más que a vivir para completar los fines de uno mismo.
También dijimos que el ser humano tiene el cuerpo físico y que los tejidos físicos del cuerpo están regulados por el Centro de Base, el Muladhara, y que el cuerpo físico está sostenido por el tejido etérico que dijimos estaba situado en la parte inferior del centro del Muladhara, el Centro de Base, y que el cuerpo físico está sostenido por la fuerza vital, que es recibida por el cuerpo vital desde dentro del ambiente y es suministrada al cuerpo físico mediante el cuerpo etérico.
También dijimos que el centro relacionado con la fuerza vital es el Centro Sacro y que el excesivo deseo y el tener deseos indeseables daban como resultado una materia gris que es un obstáculo para el fluir de la vida del cuerpo vital hasta el cuerpo físico y que también destruye el tejido etérico del cuerpo. Y dijimos también que era más importante restaurar el cuerpo etérico, que a su vez será el que restaure al cuerpo físico. Y también dijimos que hay que tener una conducta tal que el cuerpo etérico sobreviva al cuerpo físico. Ese conocimiento nos permitirá seguir manteniendo nuestra consciencia más allá de un cuerpo físico que podamos tener, y los beneficios de semejante continuidad fueron explicados, y también se dijo que la supervivencia del cuerpo etérico más allá del cuerpo físico da como conclusión trascender la muerte.
De modo que nuestra meta es que el cuerpo etérico no sufra ningún daño, eso conlleva la regulación de los deseos, lo que impide el surgir del cuerpo emocional. También expliqué como un exceso de deseo lleva a variedad de emociones.
Y también hablé con todo detalle del cuerpo mental, y dijimos que el cuerpo mental sabe lo que necesita el cuerpo, que dijimos que era la mente del cuerpo y que no deja de informar en todo momento de lo que necesita el cuerpo. Por lo general y sobre todo se ocupa de las necesidades del cuerpo, cuánto dinero se necesita para mantenerse y de cuántos modos ha de ser mantenido, y que por mucho que intentemos mantener el cuerpo, el cuerpo según las Leyes de la Naturaleza decae, envejece.
Así que el cuerpo mental, el cuerpo vital y el cuerpo etérico, así como el cuerpo físico están todos situados por debajo del diafragma, respectivamente en el Plexo Solar, en el Centro Sacro, en la parte superior del Centro de Base o Muladhara y en la parte inferior del Centro de Base o Muladhara.
También expliqué que esto constituye el vehículo del ser humano y que también constituye la parte animal que hay en el ser humano. Dije que ha de ser presidido por el ser humano, por el hombre, y entonces al ser humano se le considerará humano. Luego, el ser humano comienza a ser verdaderamente humano cuando uno comienza a pensar en el bienestar de los demás. Mientras sigamos sólo pensando en nosotros mismos, estamos viviendo en la parte animal del ser humano. Si somos conscientes sólo de nuestras necesidades, pero no de las de los demás, entonces estamos viviendo una vida bien angosta, bien estrecha. Y cuanto más desarrollamos consciencia de las necesidades de los demás y de los puntos de vista de los demás y trabajamos en beneficio suyo y los ayudamos y hacemos de todo para que estén en equilibrio, cuando uno lleva a cabo semejantes actos pero en demasía, con gran profusión, el ser humano vive sobre todo en el aspecto humano del ser humano, y en ese caso el centro del hombre es el Centro del Corazón en el que trabaja con el aire. Y también os expliqué cómo la frescura del aire le permite al ser humano vivir mejor ensanchando la actividad de su vida, superando la estrechez mental, y por supuesto, el conflicto que de ello se deriva en el centro del Plexo Solar, a través del cual funciona el cuerpo mental.
He explicado cómo hay un fuego continuo, un fuego por fricción que produce conflicto y que casi la mayor parte de la humanidad hoy en día vive en conflicto y el conflicto nace cuando pensamos sólo en nosotros mismos. De modo que, en el momento en que empezamos a pensar en las necesidades y en el bienestar del otro, comenzamos a superar esa estrechez mental y comenzamos a vivir en beneficio de los demás y eso va a ser el comienzo de la vida humana, y ese va a ser el comienzo de la expansión de la consciencia humana que nos va a llevar a obras de buena voluntad, y esas obras de buena voluntad le van a llevar a realizar los actos de la vida de manera mejor. La urgencia por saber, el impulso por saber y saber cómo servir se convertirán paulatinamente en la actividad mayor, y como consecuencia de ello, comienza uno a trabajar para adquirir conocimiento. Está activamente ocupado en buscar la sabiduría y en ensanchar su entendimiento, y también llega a la conclusión de que el servicio es el medio por el que uno se da cuenta mejor de la sabiduría, y comienza a trabajar más por el bienestar de los demás que por el suyo propio.
Así que la consciencia interna crece de la mente objetiva a la mente subjetiva y llega hasta la mente superior, que es la mente del alma y no la mente del cuerpo, comenzará a trabajar más en esas áreas y las necesidades del cuerpo serán reemplazadas por las necesidades de los demás. El vivir egoístamente va siendo gradualmente reemplazado, así las herramientas externas crecen y salen fuera de la mente, los sentidos y el cuerpo físico, y como consecuencia, el ser humano se eleva más allá de sus limitaciones corporales y ahí es donde comienza a construir lo que se llama el cuerpo causal, que se llama El Templo de Salomón. Esto fue explicado con todo detalle ayer. Una vez que se ancla la buena voluntad en el ser de uno, la vida de uno se dedica poco a poco y por completo al servicio. Todo acto tiene en él su aspecto de servicio cuando comenzamos a trabajar en beneficio de los demás sin esperar ninguna remuneración a cambio, ni material ni tampoco psíquica. Esperar una recompensa psíquica es esperar alabanza de la gente, reconocimiento por parte de la gente. Ese impulso que se tiene por ser reconocido.
De modo que la orientación o la actitud de hacer las cosas en beneficio de los demás sin esperar ninguna compensación se convierte gradualmente en un modo de vida y así es como el ser humano de nuevo se pone en sintonía con la gran Ley de la Naturaleza. En la Naturaleza todo es servicio, aparte de los seres humanos no hay ningún otro tipo de ser que viva exclusivamente para sí mismo. El árbol no vive para sí mismo; los minerales no viven para sí mismos; los animales no viven para sí mismos. El elemento agua no gana nada porque sacie nuestra sed, y lo mismo ocurre con el fuego. ¿Cuál es la gran compensación que le pagamos al aire que nos está ayudando a vivir? Veamos los Reinos de la Naturaleza y los elementos de la Naturaleza, es decir: el reino mineral, el reino vegetal, el reino animal y luego los elementos como son la materia sólida, el agua, el fuego, el aire, el éter. Ninguno de ellos trabaja para sí mismo, su mismo ser es para el beneficio de los demás.
Un árbol da sombra y también emana unas energías que son sanas y saludables para todos los seres, da fruto y su tronco es usado como combustible, es grande la variedad de maderas que se hace de los árboles. Si observamos el árbol, ¿qué es lo que el árbol utiliza para sí mismo? ¿Hay algo en el árbol que trabaje para sí mismo?
Una vez Jesucristo iba caminando con sus discípulos, y los discípulos le iban haciendo preguntas de sabiduría y el Maestro iba respondiendo a sus preguntas e iban caminando por huertos, por plantaciones y era ya la hora del mediodía y de repente les entró hambre a los discípulos. Cuando llega el hambre, no es fácil tolerarla a no ser que uno haya superado ya el condicionamiento del cuerpo; tambalea a todo el ser, sólo los que tienen hambre saben lo que quiere decir eso. El fuego del hambre quema y acaba con todo el sistema y no es tan fácil soportar el hambre.
Había un discípulo que iba caminando junto con el Maestro y de repente sintió un apretón de hambre, el Maestro lo vio y le dijo al discípulo: “Mira, aquel árbol que hay allí tiene dos frutos”. Entonces el discípulo fue corriendo hasta el árbol y quiso arrancar los dos frutos. Esa es la lógica humana común y corriente, ¿no? Si tenemos hambre y hay un árbol con frutos, la lógica es muy simple: subir al árbol, arrancar la fruta y comérnosla. Cuando el discípulo estaba a punto de arrancar esos frutos, el Maestro dijo: “Espera, ¿qué derecho tienes tú a arrancar los frutos del árbol? ¿Acaso has cultivado tú este árbol? ¿Acaso le diste alguna vez agua? ¿Qué has hecho con este árbol para que ahora tengas el derecho de arrancar sus frutos? ¿Crees que este árbol tiene la obligación de darte sus frutos? Y no tienes al menos la educación de preguntarle al árbol si está dispuesto a desprenderse de esos frutos”. Normalmente, a un ser humano esos pensamientos ni siquiera se le ocurren. Se requiere tener una consciencia divina para entrar en estas áreas de pensamiento. Cristo le dijo: “Si el árbol está en deuda contigo por alguna cosa que hicieras antes, entonces tienes derecho a arrancar esos frutos, pero el discípulo se quedó como silencioso, sin saber qué hacer, sabía claramente que no había hecho nada por el árbol y que por eso no se merecía los frutos de aquel árbol, pero el fuego del hambre que sentía era enorme. Entonces, el Maestro le dijo: “Al menos, ten la buena educación de preguntarle al árbol”. Veis, el ser humano cree que tiene el derecho de arrancar, de coger todo lo que está disponible, de hacer lo que le dé la gana con ello, pero el Maestro le decía: “Al menos, pregúntale al árbol”. El discípulo no sabía cómo preguntarle al árbol, entonces le preguntó al Maestro cómo preguntarle al árbol para que le diera los frutos. El Maestro, simplemente, tocó con su mano gentilmente, suavemente el árbol, y los dos frutos cayeron al suelo. El discípulo se quedó sorprendido por unos minutos, pero el hambre otra vez le hizo agarrar los frutos, se comió una fruta rápidamente mientras tenía la otra fruta en su mano, que le correspondía al Maestro. Después de haberse comido su fruta, se dio cuenta de que podría ser que también el Maestro tuviera hambre. Entonces le preguntó: “Maestro, ¿no tiene usted hambre?”. El Maestro le dijo: “Tú tienes hambre, cómete también la otra fruta”, porque el Maestro conoce el hambre que tiene el discípulo y no le importa esperar, y más todavía, el hambre no le puede afectar a él como le puede afectar a un discípulo.
Ahora veis la diferencia entre lo divino en el ser humano y simplemente lo humano. Cuando hay una persona hambrienta a nuestro lado o cerca de nosotros, no podemos comer a menos que saciemos antes el hambre de esa persona. En esta historia que os acabo de contar, Jesucristo demostró dos aspectos: uno, que la Naturaleza no tiene ningún compromiso ni obligación con los seres humanos; sin embargo, siempre los ayuda. La Naturaleza sabe cuáles son las necesidades de los seres y por eso hay todo un arreglo y un orden bien complejo para tener cuidado de todos los seres. Toda la Naturaleza se basa en el principio de la reciprocidad: uno viviendo para el otro. La materia de la tierra vive para las plantas, las plantas viven para los animales y los seres humanos, los animales viven para las plantas y para los seres humanos. Nada vive para sí mismo, sólo el ser humano. Observad a las vacas, las vacas están dispuestas a compartir su leche con nosotros, cuando está bien claro que la leche de la vaca es para su ternero. Imaginaos que una mujer da a luz y que tiene leche y que su leche fuera tomada y no se le diera a su hijo sino a otros seres, ¿acaso lo aceptaría la madre? Denegar la leche a su hijo y poderosamente arrancársela en beneficio de otros, ¿no consideramos esto como una explotación inhumana? Pero cuando se trata de las vacas, ¿dejamos que tengan suficiente leche para sus terneros? Sabéis, el ternero no bebe toda la leche que da la vaca, es humano si le dejamos beber al ternero la leche que necesita y tomamos el resto de leche que da la vaca. Esa es la Ley.
Igual que cuando una mamá alimenta a su hijo y le queda más leche en ella, si ella está dispuesta a compartirla con otros niños, eso es un acto humano, pero uno no se lo puede arrebatar, uno no puede explotar sólo porque es poderoso. ¿Hemos pensado alguna vez en cosas como estas? No se nos ocurre porque no estamos todavía en esas áreas de pensamiento humano; por el contrario, intentamos alimentar a las vacas con todo tipo de cosas químicas, haciéndolas comer cosas para las que no han nacido naturalmente y haciéndolas extraer de ellas más cantidad de leche. La vaca está siendo excesivamente explotada para extraer su leche, ¿creéis que una vaca está feliz de darnos leche de ese modo? Cuando un ser comparte algo pero sufre, ¿creéis acaso que la leche que recibimos de ese ser nos da salud? Hay muchísimos aspectos psicológicos en torno a la comida. El alimento que viene de la madre no sólo tiene su valor nutritivo, sino que por encima de todo contiene el amor de la madre, cosa que no se puede comprar con nada. Podemos comprar alimento nutritivo fuera, pero nunca será igual que el alimento que da la madre.
Si alguien cocina para nosotros con amor, no importa mucho si está sabroso o no porque contiene un valor más elevado en ello, y ese valor es el amor. No todos aquellos que saben técnicamente cómo cocinar bien son buenos cocineros. Aquellos que saben cocinar con amor son los mejores cocineros, el alimento que el cuerpo recibe de esos alimentos no se puede comparar con los alimentos comerciales que se venden en los comercios, en las tiendas, porque los que cocinan o preparan esos alimentos los cocinan o preparan por dinero y no por amor. Valores como estos que menciono existen. Así que imaginaos, si explotamos a las vacas, la leche que nos dan no puede ser nutritiva, y lo mismo ocurre si explotamos la tierra, y así hacemos los seres humanos: explotamos la tierra intentando obtener de ella más de lo que da naturalmente.
7) ¿Podemos hacer que una mujer dé más leche de la que tiene normalmente y alimentarla con todo tipo de fertilizantes, harina animal, placenta, etc.? Eso es lo que está ocurriendo en Europa, lo que está dando como resultado esa enfermedad de las vacas locas, y la gente tiene miedo ya de comer carne porque esa carne está actuando como un contagio para transmitir esa enfermedad. ¿Por qué os estoy hablando de estos ejemplos? Os lo digo para que comprendamos que hemos perdido todas las proporciones del pensamiento humano. Estamos intentando explotar a la Naturaleza más allá de sus límites, eso actuará con un efecto de bumerang. Pero veamos en contra a Jesucristo, él le dice: “Pregúntale al árbol si te quiere dar sus frutos. Si te los da, tómalos; pero si no te los da, no tienes derecho a arrancárselos”. Simplemente, comparemos cómo ve las cosas un Iniciado y cómo las ve un ser común y corriente. Todos los reinos que se consideran como inferiores al reino humano están viviendo con reciprocidad para otros. Los seres humanos toman la leche de la vaca, la carne de la vaca, hasta la piel de la vaca y la utilizan, y lo mismo hacen con las plantas y lo mismo ocurre con los Devas. ¿Por qué debería el planeta darnos tantos alimentos nutritivos y tanta agua buena? ¿Por qué debería tener el planeta estaciones con su movimiento? Sólo en beneficio de los seres. ¿Por qué debería girar en torno a sí mismo, a la misma velocidad desde hace millones de años? ¿Por qué debería girar en torno al sol? De modo que vemos claramente que en la Naturaleza no hay eso de vivir para uno mismo.
Los planetas viven uno para el otro. La luz solar no es para sí misma, la luz lunar no es para sí misma. La transmisión de la energía de los planetas hacia nosotros no representa ningún tipo de beneficio para ellos; así que, si observamos cualquier cosa de la Naturaleza, vemos que es todo un vivir para el otro. Sólo el ser humano es el que tiene que comprender esto y entonces también él puede empezar a vivir para los demás, dejar de vivir para uno mismo y comenzar a vivir para los demás. Ese es el comienzo de la construcción del templo interior y entonces, poco a poco, la vida se transforma en una vida de servicio, y a eso se lo llama “servicio del templo”. Y luego, a medida que vamos trabajando con más vigor cada vez en lo que respecta al servicio del templo, ofreceremos todo lo que tenemos para el servicio del templo. Así es como se construye el templo: mediante el ofrecimiento se construye el templo dentro, y haciendo lo contrario el templo de dentro se destruye; y el ofrecimiento crece cada vez más y más y no me refiero sólo a ofrecimientos de tipo material, sino que llega también y da como resultado el ofrecer uno todas sus capacidades y ofrecer uno todo el conocimiento que tiene a favor del servicio del templo.
De modo que es un continuo ofrecimiento de todo lo que tenemos, inclusive de nosotros mismos. A esto se le llama el ritual de ofrecerlo todo, el ritual del sacrificio total. Todo lo que uno tiene es sacrificado en aras del servicio del templo. A medida que uno se mueve en esta dirección, el templo se construye. De modo que el templo se construye mediante un sacrificio o un ritual que se llama en sánscrito Sarva Uthaha. Sarva significa total, todo, Utha significa ofrecimiento al fuego. El fuego se considera como la vida, así que en la medida en que nos ofrezcamos a la vida que nos rodea, en la misma medida se construirá el templo, pero si ofrecemos todo lo que somos además de ofrecer todo lo que tenemos, porque simplemente dar diez dólares como donativo no es un ofrecimiento, no es una ofrenda, sino ir creciendo en nuestra actitud de ofrecer y en ese proceso llegamos a olvidarnos de nosotros mismos. A esto se le llama sacrificio, lo que le llevará a uno al sacrificio final que se llama “el sacrifico del hombre”, lo que significa que el ser humano, el hombre, se ha sacrificado ya a sí mismo por una causa noble. Quiero que recordéis, por favor, lo que se dijo ayer acerca de la aspiración noble. Cuando la aspiración crece en su intención, en su contenido, el espíritu de sacrificio crece también en la misma proporción. Este ofrecimiento total en aras del servicio del templo se llama holocausto.
Para construir el templo tenemos que ofrecer, por eso hay comunidades que han construido templos enormes, la comunidad vive para la construcción del templo. Ese es el aspecto exotérico, pero hay también un aspecto esotérico: ofrecernos a nosotros mismos todo lo que podamos a la vida que nos circunda, entonces el Templo de Salomón será construido en nuestro interior; todo depende de la voluntad de cada uno, lo de construir el templo o destruirlo. Un templo destruido simbólicamente representa el estado en el que se encuentra la humanidad en cualquier región en donde se destruya el templo, eso indica el estado psicológico de la comunidad a la que nos refiramos. Eso nos está dando el mensaje de que hemos de recomenzar a ofrecernos en beneficio general de toda la vida.
Recordad también que ayer os dije que el cuerpo etérico tiene luz dorada y que el cuerpo causal empieza a adquirir una luz radiante de diamante a medida que vamos trabajando en beneficio de los demás y comenzamos a vivir una vida de servicio en todos los aspectos de la vida: en casa, sirvamos a la familia; en la oficina, en el trabajo, sirvamos a la causa del trabajo; cuando estemos con los amigos, sirvamos bien a los amigos. Busquemos oportunidades para servir y no para ser servidos. Eso es una orientación por nuestra parte hasta que, poco a poco, el servicio se convierte en nosotros en una actitud y comenzamos a adquirir la relativa luz y esa luz nos ayuda a comprender la vida mucho mejor. La comprensión de la vida no puede llegarnos a través de los libros ni a través de la información que nos ofrecen los medios de comunicación, sino que es generalmente un despliegue desde el interior de uno. El entendimiento profundo de la vida viene cuando se vive de manera noble; la comprensión, el entendimiento de uno crece y se percibe el funcionamiento de la energía invisible y se experimenta una centella de luz y se experimentan en nuestro interior ciertos sonidos. Por eso, la invocación de sonidos en un templo es un proceso natural de despertar, de despliegue.
En todo templo o lugar sagrado o un lugar divino se hace la invocación del sonido. Cuando se invocan los sonidos sagrados, se produce una mayor manifestación de la luz del entendimiento. Sabéis, la cualidad del aire es la sabiduría, la impregnación al interior de la sabiduría, la impregnación hasta las áreas del entendimiento. A eso es a lo que se llama Buddhi o mente superior, pero la característica del espacio es el sonido. Cuando nos encontramos en el segundo éter, allí nos encontramos con la emisión de sonidos. El primer éter le hace a uno trabajar en beneficio del cuerpo y el segundo éter le permite a uno escuchar los sonidos, y mediante la articulación de sonidos sagrados el ser humano se eleva al plano etérico, al segundo éter, que se llama también Akasha, y a medida que experimentar el contenido del sonido queda aliviado y liberado del condicionamiento material. Por eso, a aquellos que quieren caminar por el sendero de la luz se les recomienda que a diario pronuncien sonidos sagrados escuchando el contenido del sonido en la salida de la garganta. Si se utiliza ese agujero de la garganta o se le somete a la emisión de sonidos sagrados, eleva al ser humano desde la gruta de Leo al medio aire de Géminis en el que experimenta la luz que tienen los sonidos y los sonidos de la luz. Este es el aspecto más profundo del trabajo del templo. El servicio del templo es el aspecto primordial, el primero. La diseminación de la sabiduría del templo es el segundo aspecto, y conectar con los Círculos Superiores es el tercer aspecto del servicio del templo, esa es la razón exotérica de por qué se construyen los templos, las iglesias o las construcciones sagradas tan alto como uno puede; sean las pirámides de los mayas o los templos de los hindúes o las iglesia de los cristianos o los minaretes de los musulmanes. Todas ellas son construcciones muy elevadas, construidas hacia el cielo. El entendimiento esotérico es que el ser humano puede construir su templo hasta llegar al cielo y más allá del cielo porque las oraciones que se hacen llegan hasta las regiones más elevadas, y luego, la respuesta viene de esos Círculos Superiores porque dan respuesta a esos sonidos sagrados.
Hubo un momento histórico en la comunidad de la humanidad en que todas las comunidades conocían cómo pronunciar los sonidos sagrados. Hoy día estos sonidos se conservan todavía en secreto sobre todo en Oriente y en Oriente Medio. Hay sonidos del fuego que pueden traernos la luz, que nos pueden traer el entendimiento, que pueden elevar a los seres a planos de existencia superiores, y mediante semejante trabajo el templo se construye hasta la garganta y aún más arriba, hasta la cabeza. El fundamento, la base del templo es, pues, el corazón y su cúpula se atraviesa cruzando, atravesando el Centro de la Garganta hasta la cabeza; y el ritual en el templo, que tiene que ver con cómo pronunciar los sonidos, traerá a los círculos humanos una dirección y un propósito divinos. Por esa razón al sonido se le considera como una de las principales claves para ascender y para hacer que descienda. Miami, que forma parte de la civilización maya, originalmente era Mayama y ahora se llama Miami.
La Civilización Maya conocía los secretos de los sonidos, ellos conocían los secretos de los ciclos del tiempo. Todas sus pirámides demuestran claramente que eran conocedores profundos de los ciclos del tiempo. Eran capaces de construir estructuras enormes sirviéndose de la ayuda del sonido. Hace 5.000 años estaban en una cumbre tal de la civilización que un Maestro de Magia proveniente de la tierra maya construyó un palacio para el rey Yudhisthira de la India de la noche a la mañana. Comenzó por la tarde y al amanecer aquel palacio real estaba construido. Esto consta así en el Mahabharata.
Del mismo modo, en India había muchos palacios que se construían de la noche a la mañana. Y podemos ver muchos desde las ruinas de esos fuertes y de esos palacios en Grecia, y si uno visita esos lugares y escucha las explicaciones, comprenderá que los griegos eran maestros del tiempo y maestros del sonido también.
Así que nosotros seguimos construyendo el cuerpo causal continuamente, llevando una vida de sacrificio y una vida de sabiduría y una vida que tiene el conocimiento del tiempo y del sonido, del color y del número. Ayer os hablé de la teología relativa al número, al color, al sonido, al símbolo y al tiempo. Todas estas ciencias a las que llamamos ciencias ocultas, son ocultas en el sentido de que no son visibles en apariencia, pero son comprendidas a pesar de su invisibilidad. No es muy difícil sentir la presencia de algo que no es visible. Si un amigo nuestro está hablando del otro lado de la puerta, no le vemos, pero por su voz sabemos que está allí. ¿Hemos visto acaso a nuestro amigo para decir que está allí? No tenemos que ver porque tenemos otro tipo de percepción. Si alguien estuviera preparando café a la entrada de esa puerta, uno no tiene que salir por la puerta para saber que hay café. Hay otro tipo de percepciones que no son la percepción directa, y hay otro tipo de percepciones que tiene que ver con los colores, con los sonidos, con los números y con los símbolos, en que empezamos a viajar de lo denso a lo sutil, en que empezamos a construir la cumbre de nuestro templo incluso hasta el Centro de Ajna, y así nos establecemos en el cuerpo del alma en el que la bendición se experimenta continuamente.
De modo que el cuerpo causal es el cuerpo de luz que uno ha ido construyendo continuamente a lo largo de encarnaciones, de vidas. Sí, uno lo ha construido a lo largo de muchas vidas, no se ha construido simplemente en una sola vida. Así es como parece, pero…, personas que llegan a realizar grandes tareas en beneficio de la humanidad se han tenido que preparar como mínimo durante 30 encarnaciones, eso no es una gran duración de tiempo si la comparamos con toda la duración del tiempo que conocemos. Todo es una preparación gradual, y esa preparación nos llevará a un punto en el que habremos construido nuestro templo extremadamente bien. Luego, una vez construido el templo, está hecho para los demás, no es para el uso de uno mismo, el templo se abre para la comunidad veinticuatro horas al día, disponible para el servicio veinticuatro horas. Así se abre el templo al público para servir, para diseminar la sabiduría y también para entrar en el lado oculto de las cosas, como el sonido, el color, el tiempo y el espacio. Estas son las áreas en las que uno entra y en ese proceso la mente individual o mente del cuerpo (como ya expliqué ayer) se funde o queda absorta en la mente superior y a partir de ese momento ya no hay consciencia corporal a no ser que uno quiera reflejarse. La mente sólo funciona como una facilidad de reflejarse en el exterior; entonces, después de todo esto llega el paso o el escalón final de la autorrealización, en el que la luz adquirida nos permite el contacto con la luz del universo. La luz universal funciona también como luz individual, hay muchos templos, pero hay un sólo Dios. Así que cada templo es un medio para que Dios se exprese a través suyo. Ahora un ser humano ya preparado que ha ido trascendiendo y elevándose de ser un animal egoísta a ser un ser humano y que ha seguido trascendiendo para llegar a ser divino, ahora aspira a conectarse con el Uno que está en todos, para que así siga en continua comunión, pero antes de esa comunión se establece la comunión a través de comunicaciones, plegarias y meditaciones y se hace el trabajo correspondiente.
Cada vez que se contacta con la luz del universo, esa luz desciende o se trae en beneficio de lo que nos rodea. Así, hay un trabajo vertical y un trabajo horizontal. El trabajo vertical es para llegar o entrar en la energía universal, el trabajo horizontal es para traer esa energía y ser distribuida en la Creación. Así que cada vez que se da una conexión con el UNO se ha construido otro puente mediante el cual el ser humano tiende ya cada vez más y más a llegar al UNO, y cuando está en sintonía con el UNO se olvida de los alrededores, y luego, cuando vuelve a venir, distribuye esa energía. Así que este tipo de comunión y de regreso sigue ocurriendo y uno puede continuar viviendo así tanto tiempo como quiera y desee seguir viviendo. Así es como los Maestros de Sabiduría, que están representados aquí en estas fotografías, han estado realizando el trabajo con amor y compasión hacia los demás seres. Ellos están conectados verticalmente y trabajan luego horizontalmente, y su consejo o recomendación a la humanidad es un triángulo formado por servicio, estudio de la sabiduría y meditación. El primer aspecto es servicio, el segundo aspecto es el estudio y la práctica de la sabiduría y el tercer aspecto es meditación para estar conectados, en sintonía. Aquellos que trabajan regularmente por estar en estos tres aspectos construirán los tres cuerpos dentro del cuerpo. El cuerpo que tenemos, el cuerpo etérico de luz dorada y el cuerpo causal, que es un cuerpo de luz irradiadora. A través de estos tres cuerpos se puede hacer trabajo. Es a este cuerpo de luz que irradia, conocido como cuerpo causal, al que frecuentemente se refieren todos los Iniciados cuando hablan de la gloriosa túnica blanca. Cuando uno llega a tener un cuerpo causal que irradia, se dice que ha llegado a tener una túnica blanca que irradia, que es capaz de todo tipo de magia en relación con el servicio a la humanidad, tal es la plenitud que se puede conseguir en el cuerpo humano.
De modo que, aparte del cuerpo físico, tenemos el cuerpo etérico, que puede ser destruido por el cuerpo emocional y que está sostenido por el cuerpo vital; y para la protección y mantenimiento del cuerpo, en este cuerpo está la mente del cuerpo y luego está el cuerpo de Buddhi o la mente superior, y cuando uno lo adquiere, llega a comprender a la Naturaleza y eso le permitirá a uno sintonizar con el modo de vida natural. Y por último, está también el cuerpo causal que se llama el cuerpo del alma, y estos son en total los siete cuerpos que tenemos. Los voy a repetir de arriba abajo ahora:
7 El cuerpo causal
6 El cuerpo Búddhico o cuerpo de la mente superior
5 El cuerpo de la mente inferior, que se llama cuerpo mental
4 El cuerpo vital
3 El cuerpo etérico
2 El cuerpo de deseos
1 El cuerpo físico
Estos son los siete cuerpos de los cuales el cuerpo de deseos ha de ser mantenido o satisfecho bajo mínimos y también el cuerpo de la mente, bajo mínimos. El resto de los cuerpos son útiles para magia blanca; magia blanca significa invocar la luz y transmitirla por todas partes. Estos son los siete cuerpos, y el ser individual es en sí mismo un cuerpo con respecto al Espíritu universal. Hay un contenedor primordial o primero que es el alma individual, por eso el alma es el octavo. Estos siete cuerpos son los cuerpos que tenemos en nosotros, y cuando conocemos su importancia y sabemos su uso, podemos trabajar con efectividad interna y externamente. Los cuerpos internos y externos se pueden alinear y así, AQUÉL que está más allá de esos siete cuerpos puede hacer las cosas a través de esos siete cuerpos. Cuando se le permite al Espíritu que trabaje, que actúe a través del alma, y el alma a su vez trabaja a través del cuerpo causal, y el cuerpo de la mente permite el reflejo hacia el trabajo de la objetividad y cuando después el cuerpo como tal realiza las cosas, es una situación en la que Dios camina por la tierra. Por eso hay una completa alineación entre el Dios Absoluto y el plano físico a través de todas estas capas o niveles de cuerpo que se llaman planos de existencia. Cuanto más nos vayamos dando cuenta de estos planos de existencia en nosotros, también nos iremos dando cuenta de que estos planos también existen en el mundo exterior. La revelación interna que tengamos es paralela a la experiencia externa. Por esa razón el cuerpo humano se considera como el cuerpo más potencial de la Creación, llega incluso hasta las áreas divinas y puede también penetrar en las regiones infernales. Tales posibilidades no las tienen, por ejemplo, los seres celestiales.
Los seres celestiales necesitan a los seres humanos, ellos impregnan el éter del planeta y actúan a través de la gente que coopera con ellos. Así, el ser humano constituye el canal para los Círculos Superiores, para descender y elevar a los seres de los círculos inferiores. Esto es lo que se describe en el Antiguo Testamento como La Escalera de Jacob; a través de la Escalera de Jacob se produce el descenso de las energías, así como el ascenso de las mismas, pero La escalera de Jacob no hay que buscarla en ninguna parte en el exterior, porque está dentro de nosotros y dentro de nuestro sistema cerebroespinal en el que tenemos un nervio llamado Sushumna a través del cual se pueden comprender todos los planos de consciencia y experimentarlos. Por esa razón se dice que el ser humano constituye el sendero, el sendero para que lo Superior descienda y para que lo inferior ascienda, y eso es lo que dijo el gran Iniciado Jesús cuando dijo: “Yo soy el camino, Yo soy el sendero”. Sólo un ser autorrealizado puede decir eso. El ser autorrealizado es el sendero para que AQUELLO realice su trabajo y llegue hasta el suelo.
El ser humano puede ser un canal para que el espíritu lleve a cabo el Plan Divino. Hay una manera de conectar con él trabajando conscientemente con todos los cuerpos y a través de todos los chakras, adoptando el correlativo modo de vida. Por esa razón se dice que el ser humano es un ser privilegiado. Hay una afirmación en los Vedas que dice: “De entre todos los cuerpos del universo, es muy difícil adquirir un cuerpo humano”. Para el alma es una oportunidad de oro el tener la oportunidad de adquirir un cuerpo humano. Así que una oportunidad de oro no se puede malgastar.
Recordemos, tengamos presente que el cuerpo humano se nos ha dado, pero no hemos trabajado para conseguirlo. ¿Acaso recordáis haber pedido alguna vez tener un cuerpo humano? Nos ha sido dado, nos ha sido dado por compasión, nos ha sido dado por amor, nos ha sido dado por benevolencia, por gracia. Es simplemente por obra de la gracia que tenemos un cuerpo humano, y es una oportunidad de oro. No hay ninguna ley por la que siempre vayamos a tener cuerpo humano, es como que nos han dado efectivamente el equipo más sofisticado de todo el universo. Si lo utilizamos mal, ¿acaso creéis que se nos va a dar de nuevo uno? Mi amigo, que está haciendo el trabajo de video aquí, posiblemente sea una de las últimas cámaras de video, él por amor me la da a mí, yo tengo unas manos tan resbaladizas que se me cae de las manos y se rompe, él, aunque le cueste mucho, va y la repara. ¿Creéis que me la volverá a dar de nuevo una segunda vez? Si tenemos un coche excelente, precioso, y por vuestra amistad me lo dejáis y yo conduciendo por Miami tengo un accidente, al año siguiente cuando vuelva a venir a Miami os aseguraréis de que vuestro coche no esté allí disponible.
Sabéis, en India si alguien pide prestada una pluma para escribir un minuto, no se le da la pluma entera, sino que se queda con la tapa y dan el resto, para que el otro recuerde que la tiene que devolver de nuevo una vez utilizada. Veis, todas estas cosas nacen de la experiencia.
Cuando algo se da con amor y es mal utilizado o se abusa de ello, o cuando se descuida o se lo deja de lado, la Naturaleza no nos lo vuelve a dar otra vez. Recordemos esto, que no hay ninguna garantía de que ninguno de nosotros volvamos a recibir otro cuerpo humano a pesar de la teoría de la evolución. La teoría de la evolución se hace cierta para aquellos que trabajan con responsabilidad. Si yo soy superavaricioso como un tigre, la Naturaleza se dice: “Mejor es que le demos un cuerpo de tigre”, y si estoy lleno de envidia o de celos y a través de mi palabra emito constantemente veneno, hiriendo a la gente con mi lengua, es mejor que seamos un escorpión que un ser humano, porque la picazón del alacrán nos produce dolor por un tiempo, pero la picadura de la lengua de un ser humano puede producirnos dolor para toda la vida. Suponed que tuviéramos un tipo de lengua así. Bueno, sé muy bien que todos vosotros tenéis lenguas muy dulces, pero si tuviéramos un tipo de lengua así, ácida, pues sería mejor que tuviéramos cuerpos que tienen ese tipo de características.
Así, según la cualidad de la naturaleza que tengamos, así se nos da el cuerpo. Esa es la Ley, y aquellos que viven o están en emociones extremas son los primeros que se encuentran ante la posibilidad de que no se les dé de nuevo un cuerpo humano. Aquellos que tienen odio, envidia, instinto de matar, instinto de robar. Se dice que los que tienen instintos de robar pueden recibir un cuerpo de rata, porque la rata es muy lista en robar. Semejantes posibilidades están abiertas, no están cerradas. Por eso hay un dicho en las Escrituras Sagradas que dice: “Tener un cuerpo humano es una oportunidad de oro”, es como ganar la lotería. Hagamos, pues, el mejor uso de esa oportunidad que se nos ha dado cuando uno recibe un cuerpo humano, y pensemos en qué es todo esto, recibimos la naturaleza inquisitiva de saber qué somos nosotros y qué es el universo. Entonces, cuando empezamos a considerar qué es el universo, somos doblemente agraciados, afortunados, porque tenemos cuerpo humano y también la capacidad inquisitiva de querer saber. Y si somos capaces de quedar inspirados por seres inspirados, y si hemos podido encontrar en esta vida al Maestro de nuestra vida capaz de enseñarnos el sendero hacia la Verdad, considerémonos entonces como triplemente afortunados. Esta es la triple suerte que nos permite con toda seguridad comenzar a construir el Templo de Salomón. Esa es la oportunidad que tenemos nosotros y por eso es necesario que conozcamos nuestras potencialidades y que comencemos a despertar esas potencialidades, asegurándonos de su manifestación incesantemente, es decir, sin malgastar tiempo ni energía. Ese es el trabajo que tenemos a mano.
Os doy las gracias porque me habéis dado estas tres tardes de vuestro tiempo para que pudiera compartir con vosotros, si bien de una manera muy breve, todo esto de los siete cuerpos del ser humano, siendo el ser humano mismo el cuerpo de Dios. Este es el tema que he compartido con vosotros durante esta visita a Miami.
Pregunta de seminario:
¿Cómo se manifiesta la enfermedad, como por ejemplo el cáncer, en el ser humano?
Respuesta de Sri KPK:
El cáncer se manifiesta en el cuerpo humano cuando se produce una de las seis emociones negativas, porque cuando se produce una emoción negativa de manera repentina se produce en el cuerpo un fuego por fricción, es decir, que el fuego que hay en el cuerpo se estimula de repente y cuando eso ocurre, eso poco a poco produce una quemazón en las células más débiles del cuerpo, y cuando eso ocurre continuamente lleva a que se quemen los tejidos del cuerpo. Por eso no se recomienda tener emociones negativas extremas, para que el fuego que hay en el cuerpo actúe de una manera uniforme.
Se trata de una alteración del fuego en el cuerpo y el centro correspondiente en cuestión es el Centro Sacro.
Pregunta de seminario:
Entonces en el caso de los niños recién nacidos que tienen cáncer, ¿a qué se debe? Si esto también se aplica a ellos.
Respuesta de Sri KPK:
Eso se debe al pasado, a las tendencias que hubo en la vida anterior y luego, cuando la persona muere, vuelven a transmitírsele en la vida siguiente.
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Charla impartida por el Dr. Sri Parvathi Kumar en Miami 2001
Todo, todo lo que venga de el, es bueno, es beneficioso para el aprendizaje del ser humano. gracias por la publicacion.