Mensaje de Yeshua: El Campo Unificado
Canalizado por Judith Coates, 12 de julio de 2018
Amados, Yo soy Yeshua, y he estado observando lo que ven en su pantalla como sus eventos deportivos. He aprendido a entender bastante algunos de sus deportes; por ejemplo, lo que usted llama el football americano. Ahora bien, no estoy muy seguro de por qué lo llaman football (N.del T. balón + pie), porque la mayor parte de la acción tiene que ver con correr, cargar y lanzar, y muy poco con el pie. Pero está bien, es football americano.
Estaba viendo esto porque también había juegos en aquellos días que tú compartiste conmigo hace dos mil años. Teníamos juegos, pero eran bastante más espantosos. Ahora, sé que el fútbol puede lastimar de vez en cuando a los que lo juegan, pero no tanto como los gladiadores hace dos mil años.
Además, en esta temporada, he estado viendo el juego de la cesta, que tienen que embocar la pelota en la canasta. Estos son los gladiadores actuales, son los más altos de su población, casi tan altos como donde está el borde de la canasta para que puedan poner la pelota fácilmente.
Tienes un sentido extra, de la totalidad a tu alrededor.
Es muy edificante observar a los que son muy buenos para recorrer la cancha y meter la pelota en la canasta. Ellos son los que subconscientemente- no es una habilidad completamente consciente- tienen una vista de toda el área, una vista de todo el campo de juego. Ellos tienen lo que ustedes llamarían un sentido extra de la totalidad a su alrededor, de modo que puede parecer que no es consciente, aunque está dentro de su conciencia. Está dentro de su conciencia, incluso a nivel subconsciente. Son capaces de imaginar todo el campo en su mente. Ellos son los que se convierten en los mejores deportistas. Son los que saben quién está corriendo detrás de ellos, quiénes están a su alrededor. Tienen conciencia.
Su tecnología ha producido lo que sus expertos llaman la nube. Sus estrellas de los deportes, como se les llama, los que realizan los tantos, están sintonizando la nube a su alrededor. Hay un sentido extra.
Y no, no te lo perdiste. Estás pensando: «Bueno, no me dieron ese sentido cuando nací». Sí, te lo dieron, lo conseguiste. Es parte de la condición humana extendida. Y sí, lo tienes. Entiendes lo que te estoy diciendo; quizás no tanto en las palabras, pero entiendes que hay un campo de energía a tu alrededor, y eres capaz de sintonizarlo.
Hay un campo de energía a tu alrededor, y eres capaz de sintonizarlo.
Un ejemplo: entras en una habitación, y todo el mundo está ahí sentado muy desanimado por algo y han tenido una gran discusión sobre cosas que podrían estar mal. Y puedes sentir esa energía. A veces te dices a ti mismo: «No creo que quiera quedarme aquí», y dejas el grupo porque no es ahí donde quieres estar.
Otras veces entras en una habitación y todo el mundo se ríe y sonríe, dando los abrazos. La energía es buena y tú te quedas.
Todos ustedes tienen ese cierto sexto sentido. Todos ustedes tienen el campo extendido que conocen a su alrededor. Todos ustedes pueden sentir energía.
Puedes percibir la energía.
Los observo, y soy su animador. Veo los momentos en que la sonrisa aparece en sus caras, y tal vez por dentro piensan: «Bueno, sabes, podría haber tenido una vida más fácil que ésta». Luego viene la sonrisa que dice: «Bueno, voy a hacer lo mejor que pueda con ella, y cuando salga, miraré hacia atrás y me sacaré un 10, porque Jesús lo haría». Sí, lo haré.
Pregúntense en cualquier momento cuando tengan una duda: «¿Qué haría Jesús? ¿Qué haría Yeshua?» Y ya saben. Pueden recordarlo, porque hace dos mil años caminaban conmigo. Vieron que hubo momentos en que la condición humana no era tan favorable para mí, y hubo momentos en que pude haberme quejado de algo. A decir verdad, a veces me quejaba. Le dije a mi Padre celestial: «¿Por qué sucede esto? ¿Qué se supone que debo hacer?»
¿Qué haría Jesús? ¿Qué haría Yeshua?
Cuando terminé de quejarme, de lamentarme, respiré hondo y supe que todo lo que experimentaba era un regalo, un regalo de creatividad. Las decisiones más grandes que has tomado que después creíste arrepentirte, tienen los mayores dones en ellas, porque prueba por lo menos dos cosas. Demuestra lo creativo que puedes ser. Cada condición que haces por ti mismo, la has creado. Así que miras todo y dices: «Vaya, no sabía que era tan creativo».
Y cada experiencia que tienes te lleva a un lugar de mayor comprensión sobre lo que los otros hermanos y hermanas pueden estar pasando, para que puedas ayudarlos cuando se sientan deprimidos. Puedes decirles: «Te entiendo, pero sabes qué…» Y luego compartes con ellos un poco de la experiencia que has tenido, algo que los llevará a un lugar de comprensión de que no sufren solos. Has estado allí. Les dices: «Yo he estado allí. Pero, sabes, no me quedé allí, y tú no tienes que quedarte allí.»
Y ellos dirán: «Oh, sí, lo sé.» Y te reirás, porque sabes que en la mañana, o al día siguiente o a la semana siguiente (puede tomar un poco más de tiempo) llegará el momento en que mirarán hacia atrás, porque sabes que eso es lo que ha sucedido contigo y para ti.
La vida humana es un don. Todos los días te das el regalo de despertarte por la mañana. ¿Sabes que dejas el cuerpo por la noche? Dejas una pequeña luz piloto encendida para que siga ahí cuando quieras venir a recogerla de nuevo por la mañana, y te rehaces en ese primer instante cuando te despiertas. Piensa en eso por un momento: lo poderoso que eres al rehacerte a ti mismo.
Por lo general, lo que haces es recordar cómo eras el día anterior y recoger todos esos pensamientos y sentimientos para ti mismo, pero puedes improvisar, y te he visto improvisar. Te he visto elegir. Tienes el poder de elegir. Y sí, hay veces que parece que no tienes el poder de elegir. Yo también entiendo ese sentimiento.
Tienes el poder de elegir.
En el Huerto de Getsemaní, «Por favor, ¿podemos hacer esto de otra manera? No quiero estar en la cruz. Debe haber otra forma de hacer lo que se supone que debo hacer con esta vida. Debe haber otra manera de enseñar a los discípulos y a todos los que han venido a escucharme… debe haber otra manera».
Así que escuché de otra manera, y oí silencio. Le pedí al Padre una vez más. Le dije: «Oye, somos muy creativos, y sólo he cumplido 33 años, y no me importaría tener unos años más para viajar más. Piensa en todos con los que puedo interactuar, y puedo dar tu mensaje a los que están en otros países. ¿No crees que sería una buena idea? Podemos dejar que mañana pase. No tenemos que hacer la resurrección. Quiero decir, la haremos más adelante, pero tal vez…» Escuché, pero no hubo respuesta.
Así que finalmente, después de haber agonizado -y lo hice- decidí: «Muy bien, si ese es el camino, sé que no viajaré solo. Sé que el poder y el espíritu del Uno es lo que activa cada día de mi vida. Por lo tanto, seguiremos adelante y haremos lo que sea necesario». Así que después de la crucifixión salí de la tumba. Rehice el cuerpo, igual que tú haces cada mañana. Mueves los dedos de los pies, estiras los brazos, etc. Compruebas todo. Lo pones todo junto como lo recuerdas.
Sé que el poder y el espíritu del Uno es lo que activa cada día de mi vida
Sin embargo, la forma en que ha sido el día anterior no tiene por qué ser la de hoy. Ahora bien, toma eso profundamente dentro de la conciencia. Lo que has experimentado antes de irte a dormir no tiene que ser recogido al día siguiente. Sé que la enseñanza de la condición humana dice: «Bueno, lo más probable es que si tuviera un dolor en el hombro, estaría ahí al día siguiente». Y con ese pensamiento -con ese pensamiento justo ahí- se manifiesta, porque sabe que lo esperas.
Ahora bien, ¿cómo se cambia eso? Practica, querida; practica, muchacho. Practica. Lo que les digo es que se animen. Ahora, si no te está sucediendo, no te culpes. No digas: «Oh, bueno, soy muy débil, no sé lo suficiente, etc.» Eso tampoco es cierto.
Siempre hay un propósito para todo lo que experimentas
Siempre hay un propósito para todo lo que experimentas, y algunas veces no sabrás el propósito hasta después de haber liberado el cuerpo. No siempre se tiene que esperar tanto, pero a veces sí. Sin embargo, compartiré con ustedes que en algún momento, ya sea en el tiempo o fuera del tiempo, comprenderán el significado de todo lo que han experimentado, y verán que verdaderamente fue un regalo.
Sé que cuando uno está pasando por cierto dolor, ya sea físico o emocional, puede sentirse como el infierno mismo. Pero de nuevo, tú eres el creador. Eres creativo. E incluso si realmente te duele, llámalo bien.
Cada experiencia que te creas, recibes, en primer lugar, el regalo de, «Oh, Dios mío, lo he hecho de nuevo. He resbalado y caído. Siento el dolor en mi hombro. Lo siento de nuevo.» Luego te detienes, respiras hondo y dices: «Caray, qué creativa soy». Y sacas tu cuaderno y te pones un 10 porque, «He sido creativo otra vez.»
Eres creativo.
En el primer instante del día, has sido creativo. Luego dices: «¿Cómo continuará el resto del día?» Y al final del día sacas tu cuaderno y escribes lo que has hecho en ese día, cómo ha sido, y el número de veces que has sido capaz de sonreír a través de él, porque también es un regalo que te das a ti mismo: la sonrisa. Cada vez que sonríes, obtienes mil puntos en el cielo. Es verdad. Así que sigue sonriendo.
¿He sonreído? En realidad lo hice, en la cruz. Ahora, hubo entrenamiento previo que había hecho con maestros en lo que ustedes llaman el Lejano Oriente sobre el dolor en el cuerpo y si tienes que sentirlo o no. Puedes entrenarte para estar fuera del cuerpo. Puedes ver lo que está sucediendo con el cuerpo, y puedes quitar tu asociación cercana con el cuerpo para observarlo.
Por lo general, no sucede la primera vez. Caminar sobre el agua tampoco fue la primera vez. Empieza con un pequeño charco en el suelo e inténtalo primero. Lo mismo con todo lo demás que experimentas que quieres cambiar. Permítete enfocarlo desde un punto de vista diferente, una perspectiva diferente.
Permítanse verse como la energía que son, activando todo el campo de energía. Pónganse a sí mismos en todo ese campo, y permitan que la energía entonces sea esparcida para que no esté tan limitada.
La expansión de su energía hacia todo el campo de energía es uno de los entrenamientos que los maestros compartieron conmigo para que yo pudiera, cuando estaba en la cruz con esos grandes clavos en mis manos, elevar mi conciencia, mi Ser consciente, fuera del cuerpo y estar en un espacio de amor. Yo sabía que el centurión que me estaba clavando ese gran clavo en la mano lo hacía por miedo, porque si no me lo hacía a mí, se lo harían a él. Por lo tanto, estaba motivado, pero no quería hacerlo. Y él, por medio segundo, pudo sentir cualquier dolor que yo hubiera estado sintiendo, y cambió para siempre.
Él ha regresado a esta vida, y nos hemos encontrado. Hemos intercambiado el abrazo. Él se ha preguntado por algunas vidas si sería perdonado, y vivió algunas vidas después de la crucifixión como un ser humano sin valor. Hizo todo lo que tú considerarías negativo, porque sentía que no valía nada.
Nunca sientas que cualquier experiencia que hayas tenido ha sido un castigo
Pero después de un tiempo pasó por todo eso, y luego comenzó a ser el sabio que enseñaba a los más pequeños o a los más altos que estaban perdidos que está bien tocar fondo. Porque cuando tocas fondo, después rebotas, vuelves a subir; tal vez no de inmediato, pero a veces, sí, de inmediato.
Nunca sientas que cualquier experiencia que hayas tenido ha sido un castigo. Incluso cuando tropieces con algo y te golpees la rodilla, no te sientas culpable y digas: «Oh, ya está, lo he vuelto a hacer, que torpe soy.» No, lo haces para probarte a ti mismo lo rápido que puedes sanar. ¿Alguna vez pensaste en ello en esos términos? Lo haces para demostrarte a ti mismo lo fuerte que eres, aunque sea hasta el punto de decir: «Bueno, debo ser muy, muy fuerte, porque mira lo que acabo de pasar». Esa es una buena manera de verlo, porque tú eres el vencedor.
Todo en la condición humana -éste es el buen punto- está pasando. No se queda, pasa. Se cumple. Así que míralo de esa manera, y no es tan pesado. Ha sucedido. Lo tienes escrito en tus Sagradas Escrituras, que las cosas sucedieron. «Y sucedió que en cierta noche una cierta estrella en los cielos predijo que habría algunos eventos interesantes….» Puedes hacer la historia por ti mismo, y lo haces, todos los días. Estás escribiendo tu propia historia. Que sea divertido. Hazle algunas bromas. Puedes hacerlo.
Estás escribiendo tu propia historia. Que sea divertido. Hazle algunas bromas. Puedes hacerlo.
Tienen a su alrededor todo el campo de energía del que extraer lo que quieran. Piensas -y lo sé por las vidas humanas que he vivido- al principio piensas: «Sólo soy un punto del ser». Pero tú eres, en verdad, todo el campo. Surges de todo el campo del Ser, el campo unificado que recientemente alguien intentaba explicar [Stephen Hawking]. Ahora, en verdad, el campo unificado eres tú. Es de dónde has venido, es a dónde vas después de que quitas el foco en la individualidad. El campo unificado, es decir, tú, también conocido como la Totalidad de ti, la Unidad de ti.
El campo unificado de energía es, en verdad, tu divinidad. Hay muchas teorías sobre cómo el campo es energía y cómo se vuelve ostensible, cómo se vuelve real, cómo puede interactuar consigo mismo, porque verdaderamente eso es lo que hace. Uno puede tratar de delinear y decir: «Bueno, existe este campo y existe este campo, y ellos actúan juntos.” Pero en verdad, si miras un charco de agua, una orilla de agua no está separada de la orilla opuesta del agua, y esta es la gran Verdad del campo unificado.
El campo unificado de energía es, en verdad, tu divinidad.
¿Qué te dice eso incluso en las palabras? Campo unificado: todos uno. Pero si miras un borde de ella, con ciertas características quizás, y miras otro borde de ella, puede ser descrita de cierta manera, y sin embargo es un campo unificado, todo interactuando con todo lo demás, teniendo efecto en todo lo demás, lo cual eres tú, como individuo, teniendo efecto en este individuo aparentemente individual y en cada otro individuo aparente con el que interactúas.
Ustedes son parte del campo unificado, tal vez un borde de él o la parte central o el borde del otro lado, todos unificados como expresión de energía. Eso es lo que el cuerpo es ahora mismo. Es energía que se junta en cierta forma para que puedan trabajar con ella, para que puedan hacer ciertas cosas con ella.
Pero en esencia, cuando lo llevas hasta la partícula más pequeña, es energía. Es divinidad, energía divina, y está unificada en tu Ser mientras lo llamas. Ese es su campo unificado….por unos pocos años, por el tiempo que quieran vivir esta vida.
Así que diviértete con él. Permítete saltar por la vida.
Permítete saber que todos y cada uno con los que te encuentras son campos unificados de energía haciendo lo mejor que pueden; y quieren que se les reconozca como la Energía divina que son; no en esas palabras probablemente, porque no entenderían esas palabras, sino que quieren que los miren y sonrían y reconozcan que son un ser en este día y tiempo, y que están haciendo lo mejor que pueden.
Puedes mirarlos y, en la escala del uno al diez, dices: «Bueno, creo que son como un 1½». Pero lo están haciendo lo mejor que pueden. En otra vida pueden volver y ser un diez, como tú lo has hecho. Así que permítete entender cuán grandes son.
Permítanse comprender que ustedes son el campo unificado de energía… que aparece como una parcela individualizada, y sin embargo cuando toman esa respiración profunda y sienten la paz que viene con ella, han permitido, por un instante de tiempo, la conexión con el campo unificado de la divinidad. Así de geniales son.
Amado, Yo amo lo que tú eres, porque Yo sé lo que tú eres. Sé de las veces que hemos caminado juntos y nos hemos reído de todas las pequeñas cosas que suceden en una condición humana. Todo debe ser apreciado. Todo debe ser entendido como energía y amarse, como Yo te amo.
Que así sea.
Yeshua
TRADUCTORA: Carolina, redactora de la gran familia de la Hermandad Blanca.
FUENTE: Judith Coates. Derechos de autor © 2018 Oakbridge University. El material de Oakbridge está protegido por derechos de autor, pero es gratuito para cualquier persona que desee utilizarlo, siempre y cuando se mencione el crédito correspondiente, incluida la dirección de nuestro sitio web www.oakbridge.org
Si, hermoso y bienamado maestro Jeshua, me han encantado tus palabras, me han hecho sonreir una y otra vez, me han hecho sentir muy bien. Gracias por esas palabras de animo, confidenciales, solidarias y amorosas. Gracias por tu siblime amor. Te amo con mi mejor sonrisa, la de mi alma. TE AMO.
Gracias inmensas por tanto Amor, Amado Jesus
Gracias mil por tanto amor
siempre son buenos todos artículos que comentan gracias Hermandad blanca..,
Infinitamente agradecida y que un tsunami de amor inunde a la raza humana?
MUCHAS GRACIAS.